Génesis 14
Abram, en Hebrón, en la llanura de Mamre, estaba lejos de la ciudad mala, Sodoma. Tenía muchos sirvientes y ganado. Más tarde, cuatro reyes vinieron y lucharon contra los reyes de Sodoma y de otras cuatro ciudades. Finalmente, estos cuatro reyes ganaron la batalla y tomaron cautivo al pueblo, con Lot y todos los bienes.
Abram oyó hablar de Lot. Abram tenía fe en Dios. Reunió a sus 318 sirvientes entrenados y con algunos de sus amigos fue tras los cuatro reyes, hasta que los atrapó una noche. Lucharon contra estos reyes y los golpearon, y trajeron de vuelta a Lot y al pueblo y los bienes a Sodoma.
Justo cuando regresó, el muy noble rey de Salem llamado Melquisedec vino a su encuentro. Su nombre significa “Rey de justicia”. Su ciudad significa “Paz”. Este noble rey también era sacerdote, no de ídolos en un templo, sino sacerdote del Dios Altísimo. Sólo hay un Dios Altísimo, el verdadero Dios del cielo. Al regreso de Abram, este noble rey le trajo pan y vino. Él bendijo a Abram diciendo. “Bendito sea Abram del Dios Altísimo, poseedor del cielo y de la tierra, y bendito sea el Dios Altísimo, que ha entregado a tus enemigos en tus manos”. Y Abram le dio una décima parte de todos los bienes.
El rey de Sodoma estaba muy feliz al ver a su pueblo traído de vuelta en paz. Entonces le dijo a Abram: “Dame las personas y toma los bienes para ti”. Pero Abram dijo: “He levantado mi mano al Señor, el Dios Altísimo, el poseedor del cielo y de la tierra, para que no tome de un hilo a un pestillo de zapatos, y que no tomaré nada que sea tuyo, para que no digas: He enriquecido a Abram”.
¡Qué bueno cuando Aquel que posee el cielo y la tierra es amigo de un hombre! Si tienes un amigo muy rico con muchos campos y casas que te ama, ¿tendrías miedo de ser pobre? Sabes que él siempre te ayudará, y puedes decirle directamente las cosas que necesitas. ¡Qué feliz! ¿Necesitas tomar un centavo de alguien más?
El Señor de la tierra y del cielo, el más rico de todos, está dispuesto a ser tu Amigo. ¡Maravilloso! ¿Quién? El Dios Altísimo. Él ha demostrado Su amor por ti haciendo lo que nadie más podría hacer. Él envió a Su Hijo a morir por tus pecados, para que puedas estar en paz con Él, tener gracia y recibir bendiciones. ¿Alguna vez has oído hablar de tal amor? ¿Has agradecido a Su Hijo, el Señor Jesucristo, el Rey de justicia y el Rey de paz, porque dejó Su Hogar celestial y vino a esta tierra para morir por tus pecados?