Lo último que hizo el Señor en conexión con sus discípulos antes de volver al Padre fue orar por ellos. Esta oración muestra el presente servicio del sumo sacerdocio de Cristo, lo cual llevaría a cabo desde la diestra de Dios para aquellos en la nueva dispensación. Por lo tanto, habría un nuevo Sumo Sacerdote ministrando en el santuario celestial—el Hijo de Dios. Esta es otra característica del cristianismo que no fue conocida en el judaísmo.
Dos cosas en especial están ante Su corazón—la gloria de Su Padre y el cuidado de Sus discípulos. La oración muestra la presente intercesión que el Señor Jesús lleva a cabo en lo alto en la gloria. En la oración, Él no menciona una palabra de los fracasos y tropiezos de los Suyos, aunque hubo muchos. Tampoco pide riquezas para ellos, u honores, o influencias y mejoras terrenales; Él sólo tiene en mente el bienestar y bendición espiritual para sus discípulos.
El Señor hizo siete pedidos específicos:
1. Que el Padre fuera glorificado en el Hijo (versículos 1-8).
2. Que sus discípulos fueran guardados en unidad de pensamiento, objetivo y propósito (versículos 9-11).
3. Que Su gozo fuera cumplido en ellos (versículo 13).
4. Que fueran guardados del mal (versículos 14-16).
5. Que fueran santificados en la verdad y por tanto hechos útiles en el servicio (versículos 17-19).
6. Que todos los que creyeran fueran uno en testimonio para que el mundo supiera que Él es el Enviado del Padre (versículos 20-23).
7. Que puedan estar con Él para que puedan contemplar Su gloria (versículo 24).