En el capítulo 2, Pablo corrigió el error escatológico (es decir, sobre eventos futuros) que había surgido entre los tesalonicenses. Ahora en el capítulo 3, corrige los problemas prácticos que surgieron de esa enseñanza defectuosa. El hecho de que una cosa llevara a la otra enfatiza el viejo dicho, “La mala doctrina lleva a la mala práctica”. Tomemos precaución: lo que sostenemos y creemos doctrinalmente, sí importa.
En este capítulo, vemos que Satanás (“el maligno”, versículo 3, nota al pie de página en la traducción J. N. Darby) estaba trabajando de diferentes maneras para frustrar la obra de Dios. Esto no nos sorprende, ya que él siempre trata de ser un “adversario” contra la obra del Señor (Zacarías 3:11And he showed me Joshua the high priest standing before the angel of the Lord, and Satan standing at his right hand to resist him. (Zechariah 3:1)). En los versículos 1-2, lo vemos tratando de impedir que el evangelio sea predicado. En los versículos 3-5, lo vemos trabajando para impedir que los creyentes se establezcan en la fe y sigan las cosas que Pablo les había enseñado. En los versículos 6-16, lo vemos causando que algunos caminen desordenadamente, y esto trae una mancha de deshonra contra el testimonio cristiano. En el capítulo 2, Pablo habló del “misterio de iniquidad” culminando en el hombre de pecado, lo cual es algo futuro. En el capítulo 3, habla de ello en su funcionamiento actual mientras la Iglesia está todavía en la tierra —“ya está obrando” (capítulo 2:7).
Versículos 1-5.— Con las fuerzas del mal puestas en contra del testimonio cristiano, Pablo pide las oraciones de los tesalonicenses en relación con el trabajo en que él y sus colaboradores se encontraban inmersos en la predicación del evangelio. Vemos de esto que no es vergonzoso para los hermanos mayores y más experimentados el solicitar las oraciones de los hermanos más jóvenes. Algunos tienen la idea equivocada de que el Señor responderá a la oración de un cristiano maduro más fácilmente que la de un recién convertido, suponiendo que los que llevan más tiempo siendo cristianos tienen más valor para Dios. La verdad es que Dios responde las oraciones de acuerdo con la disposición de Su propio corazón, y si los nuevos cristianos oran de acuerdo con la voluntad de Dios, su oración será respondida (1 Juan 5:1414And this is the confidence that we have in him, that, if we ask any thing according to his will, he heareth us: (1 John 5:14)). El santo más maduro debe estar agradecido por las oraciones del creyente más joven y humilde. La petición de Pablo fue triple:
• “Que la Palabra del Señor corra”. Es decir, que el mensaje del evangelio no tuviera obstáculo para ser compartido.
• Que la Palabra del Señor sea “glorificada”. Es decir, que obrara victoriosamente en las almas para su bendición, y Dios obtuviera la gloria por ello.
• Que los mensajeros que llevan la Palabra fueran “librados” de las tramas de “hombres importunos y malos”, los cuales no tenían “fe”. (En la historia de Hechos 17, vemos que los tesalonicenses conocían bien acerca de los peligros de este servicio, habiendo experimentado ellos la persecución de primera mano).
Versículos 3-4.— A pesar de la oposición, Pablo confiaba en el hecho de que “fiel es el Señor”, y que “confirmaría” a los santos de Tesalónica y los mantendría alejados de los designios del “maligno”. Pablo creía que las cosas que les había enseñado darían fruto en su desempeño.
Versículo 5.— Pablo deseaba que el Señor dirigiera sus corazones “en el amor de Dios, y en la paciencia de Cristo”. Esta es la posición correcta del cristiano mientras espera la venida del Señor (el Arrebatamiento). Deberíamos ser encontrados disfrutando del amor de Dios mientras esperamos al Señor. Es cierto que debemos esperar a que Cristo venga (Lucas 12:3636And ye yourselves like unto men that wait for their lord, when he will return from the wedding; that when he cometh and knocketh, they may open unto him immediately. (Luke 12:36)), pero el pensamiento que Pablo está transmitiendo aquí es que debemos tener el mismo carácter paciente que tiene Cristo mismo mientras está sentado en lo alto a la diestra de Dios. Debemos esperar con la misma clase de paciencia que Él tiene. Llegará el momento en que el Padre le dará al Señor Jesús la instrucción para que venga a buscarnos, y se levantará de inmediato y con voz de “aclamación” nos llevará a la casa del Padre (Juan 14:2-32In my Father's house are many mansions: if it were not so, I would have told you. I go to prepare a place for you. 3And if I go and prepare a place for you, I will come again, and receive you unto myself; that where I am, there ye may be also. (John 14:2‑3); 1 Tesalonicenses 4:15-1715For this we say unto you by the word of the Lord, that we which are alive and remain unto the coming of the Lord shall not prevent them which are asleep. 16For the Lord himself shall descend from heaven with a shout, with the voice of the archangel, and with the trump of God: and the dead in Christ shall rise first: 17Then we which are alive and remain shall be caught up together with them in the clouds, to meet the Lord in the air: and so shall we ever be with the Lord. (1 Thessalonians 4:15‑17)).
Este comentario de Pablo es muy necesario para nosotros porque podemos volvernos impacientes mientras esperamos que el Señor venga. Podemos cansarnos del camino e irritarnos bajo el estrés de la vida cristiana. Podemos llegar a ser como el siervo infiel que dijo “Mi señor tarda en venir”, y “comenzar a herir” a nuestros “consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos” (Mateo 24:48-4948But and if that evil servant shall say in his heart, My lord delayeth his coming; 49And shall begin to smite his fellowservants, and to eat and drink with the drunken; (Matthew 24:48‑49)). Así es como entramos en conflicto con nuestros hermanos y se rompen nuestros principios de separación con el mundo.
Versículo 6.— Las ideas erróneas sobre la venida del Señor y sobre el día del Señor ya habían dado fruto entre los tesalonicenses. Había causado que algunos caminaran “fuera de orden”. Esto muestra que “las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1 Corintios 15:3333Be not deceived: evil communications corrupt good manners. (1 Corinthians 15:33)). Como creían que aquel día había llegado, pensaron que no tenía sentido seguir trabajando en sus empleos cotidianos, y por eso dejaron de trabajar. Habiendo hecho esto, esperaban que los otros les apoyaran. Esto les dejaba mucho tiempo libre, y en su ocio se convertían en “curiosos [entrometidos]” entre los santos.
Ciertamente esta no era “la instrucción” que habían recibido de Pablo. En la primera epístola, él les había enseñado: “que procuréis tener quietud, y hacer vuestros negocios, y obréis de vuestras manos”. También explicó que, si no demostraban ser personas conscientes y trabajadoras, darían un mal testimonio “para con los extraños” (1 Tesalonicenses 4:11-1211And that ye study to be quiet, and to do your own business, and to work with your own hands, as we commanded you; 12That ye may walk honestly toward them that are without, and that ye may have lack of nothing. (1 Thessalonians 4:11‑12)). Por lo tanto, esta situación que se había desarrollado entre los santos de Tesalónica debía ser corregida.
Pablo continúa diciéndoles cómo hacerlo. Todos los entrometidos debían sentir el desagrado del Señor para que se juzgaran a sí mismos y corrigieran sus actos. Esto no debía hacerse poniéndolos fuera de comunión, como en el caso del hombre inmoral de 1 Corintios 5. Los tesalonicenses no debían negar a estos holgazanes la participación en la Cena del Señor, sino que debían abstenerse de la comunión práctica con ellos. J. N. Darby dijo que debían ser tratados “con frialdad”, y así hacerles comprender que estaban fuera de sintonía con sus hermanos y con la enseñanza del apóstol.
Versículos 7-10.— Pablo luego señala el ejemplo que él y sus compañeros de trabajo les dieron cuando estuvieron en Tesalónica, y los alienta a “imitar” ese ejemplo. No comieron “el pan de ninguno de balde; antes, obraron con trabajo y fatiga de noche y de día” para no ser una carga a los tesalonicenses. Añade, “No porque no tuviésemos potestad [derecho]”, sino para ser un ejemplo a seguir para los tesalonicenses. Su lema era: “si alguno no quisiere trabajar, tampoco coma”.
Versículos 11-12.— Ahora, ante tan clara enseñanza, Pablo dice: “Porque oímos que andan algunos entre vosotros fuera de orden, no trabajando en nada, sino ocupados en curiosear [entrometidos en los asuntos ajenos]”. Él entonces da una palabra personal a todos los que andaban de esa manera: “Y á los tales requerimos y rogamos por nuestro Señor Jesucristo, que, trabajando con reposo, coman su pan”.
Versículos 14-15.— Después de haberse dirigido a los entrometidos, se dirige a la asamblea en cuanto a su conducta hacia ellos. Dice: “si alguno no obedeciere á nuestra palabra por carta, notad al tal, y no os juntéis con él, para que se avergüence. Mas no lo tengáis como á enemigo, sino amonestadle como á hermano”. Esto debía llevarse a cabo de forma individual; no era una acción colectiva de la asamblea.
El saludo final
Versículo 16.— Pablo termina la epístola haciéndoles saber a los tesalonicenses que su deseo era que la “paz” reinara entre ellos. Al decir esto, podemos ver que Pablo temía que la acción disciplinaria que ordenó a los tesalonicenses para con los entrometidos podría conducir a una fractura en la comunión. Deseaba que el Señor estuviera “con” ellos mientras resolvían este problema entre ellos.
Versículos 17-18.— Pablo menciona su firma en la epístola, diciendo que era su costumbre en “toda carta” que escribía. Su forma normal de redactar una carta era comunicar el mensaje a alguien que la escribía, y luego la firmaba, demostrando así su autenticidad. Él menciona esto porque aparentemente había una carta de Pablo circulando entre ellos, que había sido falsificada con su nombre en ella (capítulo 2:2). Esa no tenía su firma real, y, por lo tanto, probaba que no era auténtica.
“La gracia de nuestro Señor Jesucristo” fue impuesta sobre todos ellos.