Capítulo 4

John 4
El Señor enseñó a la mujer que estaba en el pozo tres aspectos significativos que marcarían el cambio del viejo orden de adoración en la antigua dispensación al nuevo orden de adoración en el cristianismo. Esto resultaría en los creyentes teniendo el “agua viva” del Espíritu de Dios viviendo en ellos (la “fuente”) como el poder para la nueva adoración (versículos 10, 14). El agua de una fuente (géiser) tiene energía en sí misma y es una figura del poder del Espíritu en el creyente.
Segundo, habría una nueva revelación en conexión a la Persona adorada. En el judaísmo, Dios era conocido como Jehová e Israel Le adoraba como Tal, pero ahora en el cristianismo Él es adorado como “el Padre” de nuestro Señor Jesucristo. Esto es una más cercana e íntima relación con Dios.
Tercero, habría un nuevo carácter de adoración. La adoración en el judaísmo era de un orden terrenal y era coadyuvado por instrumentos mecánicos de música, y llevado a cabo a través de un sistema de rituales y ceremonias. Pero el nuevo orden de adoración en el cristianismo sería enteramente espiritual. Los creyentes podrían adorar al Padre en “espíritu” (espiritualmente—capítulo 6:63) de acuerdo con la nueva revelación de la “verdad” que acompañaría la nueva dispensación. En el cristianismo, ofrecemos “sacrificios espirituales”, ayudados por la presencia del Espíritu Santo que nos habita (1ª Pedro 2:5; Filipenses 3:33For we are the circumcision, which worship God in the spirit, and rejoice in Christ Jesus, and have no confidence in the flesh. (Philippians 3:3)) en contraste a las “ordenanzas acerca de la carne” en el orden judaico (Hebreos 9:1010Which stood only in meats and drinks, and divers washings, and carnal ordinances, imposed on them until the time of reformation. (Hebrews 9:10)). Esta es hecha ante la inmediata presencia de Dios (Hebreos 10:1919Having therefore, brethren, boldness to enter into the holiest by the blood of Jesus, (Hebrews 10:19)) que es un privilegio que Israel no tenía. Desde que los cristianos adoran “en espíritu y en verdad”, ellos pueden sentarse tranquilamente en una silla y ahí puede ser producido en sus almas y espíritus verdadera adoración a Dios el Padre por el Espíritu Santo, sin la necesidad de las formas externas que marcan la religión terrenal. Esta es verdadera adoración celestial.
La adoración judaica de la antigua dispensación apela a los sentidos humanos porque esta es una terrenal y sensual manera de acercarse a Dios. Es estimulada por:
•  El oído – por ejemplo, bella música producida por la orquesta y acompañamiento del coro (1ª Crónicas 25:1, 3, 6-7).
•  El tacto – por ejemplo, el participar de las ofrendas en una forma física, bailando y cantando, levantando las manos (2ª Samuel 6:13-14; 1ª Reyes 8:22).