Pocos cristianos comprenden la esfera tan deseable que les está abierta para una devoción viva por Cristo. Tenemos un ejemplo de esto en Pablo: él estaba pronto a “morir ... por el nombre del Señor Jesús” (Hechos 21:1313Then Paul answered, What mean ye to weep and to break mine heart? for I am ready not to be bound only, but also to die at Jerusalem for the name of the Lord Jesus. (Acts 21:13)). Él no tenía nada más que ganar o que esperar aquí. ¿Deseamos tener más de esta sincera devoción de corazón para el Señor? ¿Queremos subir más arriba de la atmósfera pesada en la cual viven la mayor parte de los cristianos? Nuestro testimonio no debe limitarse a los cultos de adoración unidos, sino extender por todo el mundo entre las multitudes de pobres pecadores moribundos al derredor, procurando testificar de Jesús por hecho y palabra.
¡Cuán felices debemos ser como cristianos! No hay nada que nos puede hacer infelices si tenemos un ojo sencillo para Cristo, invocando al Señor de puro corazón. Es la falta de esto lo que causa mucha de la depresión nerviosa y del abatimiento del espíritu que encontramos en muchos cristianos. Si Cristo fuese nuestro “todo”, Su gloria nuestro único objeto, ni siquiera estaríamos pensando en o preocupándonos por nosotros mismos. Desearíamos entregarnos a nosotros mismos al Señor.
Ojalá que podamos conocer más el privilegio de una devoción viva a Cristo. Es una honra ser usados por Él. Al mismo tiempo debemos recordar que se necesita la dirección tanto como la devoción de corazón. El vapor es el poder propulsor de la locomotora, pero sin los rieles el tren no va por ningún lugar. Así también, la guía de la Palabra escrita de Dios es necesario tanto como el celo de una devoción viva.