Como he dicho, Dios nos ha equipado para nuestro viaje espiritual de la tierra al cielo. Él nos ha provisto de todo lo que necesitaremos para vivir una vida de piedad, aun cuando vivimos en un mundo tan corrupto y contaminado.
Me gustaría abordar diez cosas distintas que Dios ha dado para habilitar al cristiano a escapar de las contaminaciones del mundo y vivir una vida de piedad para Su gloria. No digo que estas constituyan toda la gran provisión de Dios para nosotros, pero creo que cubren las cosas principales.
Notarán que cada una de estas diez cosas tiene un lado soberano y un lado humano de responsabilidad conectado con ella, excepto una. Esto demuestra que una cosa es que Dios provea estas cosas por Su gracia, y otra muy distinta es que nosotros las aprovechemos de manera práctica. Significa que si queremos mantenernos en el camino, tendremos que ejercitarnos en utilizar lo que Dios nos ha dado. A medida que miremos estas cosas, será evidente que realmente no tenemos excusas para fallar, porque absolutamente todo lo que necesitamos para el camino nos ha sido dado. Pero tristemente, algunas veces fallamos.
1) Capacidad espiritual a través del nuevo nacimiento
Vayamos, en primer lugar, a 1 Juan 5:4-54For whatsoever is born of God overcometh the world: and this is the victory that overcometh the world, even our faith. 5Who is he that overcometh the world, but he that believeth that Jesus is the Son of God? (1 John 5:4‑5). “Porque todo aquello que es nacido de Dios vence al mundo: y esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?”. El apóstol Juan está hablando aquí acerca de cómo el cristiano puede vencer al mundo y ser preservado de sus influencias.
El mundo, en el sentido en que él lo menciona aquí, es un sistema malvado que el hombre ha construido en su alejamiento de Dios para su propio placer y felicidad. Tiene muchos departamentos: arte, música, deportes, política, religión, entre otras cosas, para todos los gustos. Y su propósito es evitar que las personas piensen en los asuntos eternos y que acudan a Cristo para salvación. Satanás mismo es la cabeza de este sistema. En conexión con las cosas religiosas, y hay mucha religión sin Cristo en este mundo, se le llama “el dios de este siglo” (2 Corintios 4:44In whom the god of this world hath blinded the minds of them which believe not, lest the light of the glorious gospel of Christ, who is the image of God, should shine unto them. (2 Corinthians 4:4)). Cuando es en conexión con las cosas seculares, se le llama “el príncipe de este mundo” (Juan 12:31; 14:30; 16:1131Now is the judgment of this world: now shall the prince of this world be cast out. (John 12:31)
30Hereafter I will not talk much with you: for the prince of this world cometh, and hath nothing in me. (John 14:30)
11Of judgment, because the prince of this world is judged. (John 16:11); Efesios 2:22Wherein in time past ye walked according to the course of this world, according to the prince of the power of the air, the spirit that now worketh in the children of disobedience: (Ephesians 2:2)). No hace falta decir que cualquier cosa, o cualquier sistema, que mantenga a las personas alejadas de Cristo, es malvado. Este malvado sistema no sólo aleja a la gente de Cristo, ¡sino que también aleja de Él a los verdaderos creyentes! Por lo tanto, necesitamos verlo por lo que realmente es: un enemigo.
El gran punto en este pasaje es que Dios nos ha capacitado para vencer al mundo y todas sus seducciones y atractivos al impartirnos una nueva vida mediante el nuevo nacimiento. Juan hace la simple declaración: “Todo aquello que es nacido de Dios vence al mundo”. Dios ha dado a Sus hijos una nueva vida divina, y esa vida tiene deseos y apetitos espirituales por las cosas de Dios. Si has nacido de nuevo, tienes la capacidad espiritual para disfrutar de cosas divinas, y será el medio para vencer al mundo.
Ahora, como he dicho, hay dos partes para cada una de estas cosas que Dios ha dado. Del lado de Dios, Él nos ha dado la capacidad para disfrutar cosas divinas, pero de nuestro lado, debemos ejercitar “nuestra fe”. Juan, por lo tanto, añade: “¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?”. Aquí no está hablando exactamente de creer en el Señor Jesús para la salvación de nuestras almas, sino de una fe viva y constante que se aferra a Cristo donde Él está, a la diestra de Dios. Dios quiere que, por la fe, nos aferremos a esa escena de lo alto, donde el Señor Jesús es el centro de un mundo totalmente distinto. La persona que ve a Cristo arriba en la gloria, por fe, y disfruta a través de la comunión sus bendiciones en Él, será liberado de las seducciones del mundo. Así, el hijo de Dios que disfruta de cosas divinas en comunión con el Señor Jesucristo vencerá al mundo porque ha tocado algo más alto y más dulce que lo que el mundo puede ofrecer. Mientras disfrute de una dulce comunión con el Señor en torno a las cosas divinas, el mundo no tendrá ninguna atracción sobre su alma.
Años atrás, el hermano H. E. Hayhoe estaba de camino a la reunión del partimiento del pan un domingo por la mañana y se encontró con un compañero de trabajo. Había una exhibición en el pueblo ese fin de semana, a la que ese hombre se dirigía. Cuando se encontraron en la estación de autobuses, llamó al hermano Hayhoe y le preguntó: “¿Vas a la exhibición hoy?”. El hermano Hayhoe respondió: “Si supieras la exhibición que hay frente a mi alma, ¡no me preguntarías eso!”. Estaba disfrutando de algo infinitamente mejor que una exhibición hecha por hombres, y por eso no estaba interesado. Eso es lo que Dios hace con nosotros. Él pone algo más resplandeciente delante de nuestras almas, y a medida que somos atraídos a Cristo en la gloria, y que nuestra fe se aferra a Él allí, quedamos desligados de este mundo. El hermano Darby lo explicó de forma sencilla. Dijo que es como un niño que suelta un juguete para cambiarlo por uno más brillante y atractivo.
Me parece muy interesante como el apóstol Juan maneja este tema de la liberación del mundo y sus seducciones. No dice que la forma de vencerlo es andar separados de éste, que es lo que podríamos haber pensado que diría, sino más bien, que nuestra fe debería estar anclada a Cristo donde Él está ahora en la gloria. Y a través de la comunión con Él allí, la separación llegaría de manera natural.
Esta es la forma en que Dios nos libra de desear las cosas del mundo, que solo nos hacen tropezar y nos alejan del Señor. Seamos entonces advertidos: si no estamos disfrutando de cosas celestiales, corremos el riesgo de ser atraídos por el mundo y ser alejados.
2) El Espíritu de Dios
Vayamos ahora a Romanos 8:1-21There is therefore now no condemnation to them which are in Christ Jesus, who walk not after the flesh, but after the Spirit. 2For the law of the Spirit of life in Christ Jesus hath made me free from the law of sin and death. (Romans 8:1‑2). “Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte”. Aquí tenemos otra cosa que Dios nos ha dado para el camino que nos ayudará a vivir una vida de piedad y a escapar de las contaminaciones del mundo: el ministerio del Espíritu Santo.
El tema en este capítulo es la liberación del pecado, es decir, la liberación de la operación de la vieja naturaleza pecaminosa en nosotros. Pablo comienza este tratado sobre la liberación hablando de la aceptación del creyente “en Cristo” (versículo 1). Él menciona esto primero para mostrar cómo el Espíritu de Dios, que actuará por nosotros en la liberación, es recibido. El momento en que el creyente ve su lugar en Cristo por medio de la fe, el Espíritu viene a morar en él, y es salvado (Efesios 1:1313In whom ye also trusted, after that ye heard the word of truth, the gospel of your salvation: in whom also after that ye believed, ye were sealed with that holy Spirit of promise, (Ephesians 1:13)). El versículo 1 es aceptación, y el versículo 2 es liberación.
Ahora, Dios no solo nos ha dado una nueva vida por la cual tenemos un deseo por las cosas de Cristo, sino que también nos ha dado el Espíritu de Dios que suministra el poder para vivir una vida santa para la gloria de Dios. Como todos sabemos, el hijo de Dios es una criatura especial; tiene dos naturalezas. Tenemos la vieja naturaleza caída —“la carne”— que solo quiere hacer su propia voluntad y pecar. También tenemos una nueva vida y naturaleza que desea las cosas de Dios. El problema es que la vieja naturaleza caída a menudo levanta su fea cabeza, y cuando cedemos a ella, pecamos. Esta lucha entre las dos naturalezas es ilustrada en Romanos 7:14-2414For we know that the law is spiritual: but I am carnal, sold under sin. 15For that which I do I allow not: for what I would, that do I not; but what I hate, that do I. 16If then I do that which I would not, I consent unto the law that it is good. 17Now then it is no more I that do it, but sin that dwelleth in me. 18For I know that in me (that is, in my flesh,) dwelleth no good thing: for to will is present with me; but how to perform that which is good I find not. 19For the good that I would I do not: but the evil which I would not, that I do. 20Now if I do that I would not, it is no more I that do it, but sin that dwelleth in me. 21I find then a law, that, when I would do good, evil is present with me. 22For I delight in the law of God after the inward man: 23But I see another law in my members, warring against the law of my mind, and bringing me into captivity to the law of sin which is in my members. 24O wretched man that I am! who shall deliver me from the body of this death? (Romans 7:14‑24). Por lo tanto, existe la necesidad de liberación práctica de este enemigo interior. Dios entiende nuestra necesidad y nos ha dado el Espíritu de Dios cuyo poder anula el obrar de la carne para que podamos vivir una vida santa para la gloria de Dios. Nadie puede experimentar la libertad de la presencia interior de la naturaleza pecaminosa mientras viva en este mundo; pero todos pueden experimentar la libertad de su poder, si actúan según los principios de estas Escrituras que tenemos delante de nosotros en Romanos 8.
Aquí se habla de la presencia interior de la habitación del Espíritu como “la ley del Espíritu de vida”. Trabaja en nosotros para “librarnos” de “la ley del pecado y de la muerte”, el cual es el principio que opera en nuestra vieja naturaleza pecaminosa y produce muerte en nosotros. Para ilustrar esto, piensen en la ley científica de gravedad. Todo objeto es atraído hacia abajo al centro de la tierra con una fuerza invisible llamada gravedad, es universal y sucede en toda la tierra. Es llamada la ley de la gravedad, o principio de la gravedad. Tomen cualquier objeto sólido en sus manos, digamos, un libro, y sosténganlo arriba del suelo. Si lo sueltan, ¿qué pasa? Cae al suelo. Si lo hacen diez veces seguidas, caerá al suelo cada vez. Es un principio universal y no hay nada que podamos hacer para cambiarlo. El funcionamiento de la naturaleza pecaminosa, “la ley del pecado y de la muerte”, también es un principio universal presente en cada ser humano viviendo en este planeta, a causa de la caída del hombre. Cuando se suelta, solo quiere hacer una cosa: ir hacia abajo, hacia el pecado.
Extendiendo la ilustración un poco más, supongamos que quisiéramos cambiar las cosas para que, al soltar el libro, éste no cayera al suelo por efecto de la gravedad. Si amarramos al libro globos rellenos de helio, que es más ligero que el aire, y tenemos suficientes de estos globos para que su fuerza de elevación sea mayor que el peso del libro, ¿qué pasaría cuando soltemos el libro? Empezaría a elevarse en lugar de caer. ¿Y por qué sucede esto? ¿Es porque el principio de la gravedad ha sido quitado o hecho inactivo por los globos? ¡No! La gravedad sigue ahí, pero hemos aplicado un principio superior para actuar sobre el libro: un principio más poderoso. La gravedad aún está operando, pero la fuerza ascendente de los globos es mayor a la fuerza de atracción de la gravedad, y por lo tanto, nuestro libro ya no cae, sino que se eleva por el efecto del helio.
Esto ilustra lo que Dios ha hecho con cada creyente. La naturaleza caída no es quitada cuando una persona es salvada. Dios ha considerado apropiado dejar la naturaleza caída en nosotros, aquí en este mundo, y el estado de nuestros corazones es constantemente puesto a prueba por esta. En lugar de remover la naturaleza caída, Dios ha hecho toda provisión para nosotros para que vivamos libres del poder de esa cosa malvada. “El Espíritu de vida en Cristo Jesús”, igual que el helio, es traído a nuestras vidas para anular la fuerza de atracción de la naturaleza pecaminosa. ¡Esto es la liberación! Que provisión tan maravillosa.
Ahora, tu podrías decir: “Eso suena bien, pero soy tan débil como un gatito cuando enfrento la tentación. Sigo sucumbiendo a las cosas más sencillas”. Bueno, puede que esto sea verdad, pero no tiene por qué serlo. Si eres salvo y te sientes impotente ante los impulsos de tu naturaleza caída, no es porque no tengas al Espíritu Santo morando en ti, sino porque Él no tiene la libertad de obrar en ti como Él quisiera.
El apóstol Pablo anticipa este dilema que muchos de nosotros tenemos. Después de hablar del principio de liberación en los versículos 1-4, continúa hablando de cómo podemos experimentar la liberación diaria en nuestras vidas en los versículos 5-13. Esto muestra que una cosa es tener al Espíritu morando en nosotros como una provisión para vivir una vida santa, y otra cosa muy diferente es tenerlo a Él trabajando en nosotros para que Su poder sea evidente en nuestras vidas de manera práctica. Gálatas 5:1616This I say then, Walk in the Spirit, and ye shall not fulfil the lust of the flesh. (Galatians 5:16) nos lo explica en pocas palabras. Dice: “Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis la concupiscencia de la carne”.
Sin embargo, andar en el Espíritu es una afirmación bastante abstracta que necesita mayor explicación. Creo que Pablo la hace en esta serie de versículos en Romanos 8. Dice: “Porque los que viven conforme á la carne, de las cosas que son de la carne se ocupan; mas los que conforme al espíritu, de las cosas del espíritu. Porque la intención de la carne es muerte; mas la intención del espíritu, vida y paz”. Explica que hay dos ámbitos, o esferas, en los que una persona puede vivir: una esfera que pertenece a la carne, o una esfera que pertenece al Espíritu.
Se refiere a una esfera como “las cosas que son de la carne”. No entra en detalles, pero todos sabemos el tipo de cosas que le gustan a la carne. Dice: “Los que viven conforme á la carne, de las cosas que son de la carne se ocupan”. “Ocuparse” de algo significa “prestarle atención”. Esa es la esfera en la que el hombre perdido vive: no conoce otro ámbito. ¡Pero también es posible que los cristianos vivan en esa esfera! Entonces habla de otra esfera: “las cosas del Espíritu”. De nuevo, no entra en detalles. Estas son las cosas que tienen que ver con los intereses de Cristo en este mundo. Podría ser adorar al Señor, estudiar las Escrituras, cantar y alabar en nuestros corazones, ir a reuniones bíblicas o de oración, leer buen ministerio, escuchar ministerio grabado, escribir cartas a hermanos cristianos, visitar a personas con palabras de aliento, compartir el evangelio, repartir folletos evangélicos, y cosas así. Si damos un paso atrás por un momento y observamos, notaremos inmediatamente que estas dos esferas son exactamente opuestas entre sí. Sus intereses son polos aparte. Una sirve los intereses del YO, y la otra los intereses de CRISTO. Un camino, por así decirlo, se ramifica de cada una y se aleja de la otra. Uno lleva a lo que realmente es “vida y paz” y el otro lleva a la “muerte” moral.
Entonces en los versículos 12-13, el apóstol llega a una conclusión aleccionadora, diciendo: “Porque si viviereis conforme á la carne, moriréis; mas si por el Espíritu mortificáis las obras de la carne, viviréis”. Esto es una palabra solemne. Nos dice, en términos inequívocos, que si vivimos en la esfera de la carne ¡nos llevará a la muerte en nuestras vidas! Ahora, la forma en que habla de la muerte aquí no es muerte física, sino muerte moral en la vida del creyente. La muerte en las Escrituras siempre conlleva la idea de separación, y en este caso, se refiere a la separación en nuestro vínculo de comunión con Dios, que invariablemente resulta en fracaso.
El punto aquí es claro; si vives en la esfera de la carne, puedes esperar que produzca muerte en tu vida. Si vivimos nuestras vidas de mañana a noche en la esfera que pertenece a la carne no podemos esperar tener el poder del Espíritu en nuestras vidas de manera que se pueda apreciar. Estoy seguro de que saben a lo que me refiero. Tal vez pasas la mayor parte del día en la playa jugando voleibol, entonces después de eso vas a una pizzería donde tienen música rock a todo volumen, y tal vez también está prendida en tu carro en el camino de ida y vuelta. Después de esto vas al cine, o tal vez a un partido de basquetbol, y entonces cuando termina vas a casa y miras la televisión un rato. Como todavía queda un poco de tiempo del día, juegas videojuegos o lees una revista, y después te vas a dormir. En pocas palabras, lo que ha pasado es que has gastado tu día en la esfera de la carne. Si haces esto regularmente, puedes esperar que la carne vuelva a hacer acto de presencia y trate de imponerse. Yo no diría que todas las cosas que describí sean pecado o estén mal, pero son cosas que no pertenecen a la esfera del Espíritu. Por otro lado, si vivimos en la esfera del Espíritu, el Espíritu de Dios tendrá libertad de trabajar en nuestras vidas y de mantener la carne bajo control, y tendremos suficiente poder para vivir por la gloria de Dios. Este es el significado real de ser lleno del Espíritu (Efesios 5:1818And be not drunk with wine, wherein is excess; but be filled with the Spirit; (Ephesians 5:18)).
Ahora, amigos, es evidente por qué perdemos la batalla con este enemigo interior: pasamos demasiado tiempo en la esfera equivocada, ¡ocupándonos de las cosas de la carne! Déjenme preguntarles: “¿En cuál de estas dos esferas están viviendo? ¿Es en aquellas cosas que pertenecen a los intereses de Cristo, o es en la esfera de cosas terrenales y de la carne?”. Nuestro problema es que poco vivimos en la esfera del Espíritu y demasiado en la esfera de la carne, ¡y luego nos quejamos de una “falla de energía”! Bueno, ¡no es de extrañar! Si escogemos vivir en esa esfera terrenal y carnal, ¿por qué nos sorprende el que no tengamos poder para soportar las tendencias de la carne? Si mimamos a la carne, ¡limitamos al Espíritu! Creo que necesitamos ser ejercitamos acerca de lo que hacemos con nuestro tiempo y empezar a vivir en la esfera correcta. Si eres un cristiano, la esfera del Espíritu es la que te corresponde. Es el único lugar donde encontrarás la verdadera felicidad y libertad.
Y recordemos que ser lleno hoy ¡no servirá para mañana! No es suficiente con decir: “Bueno, pasé un poco de tiempo en la Palabra yendo a la reunión el domingo; eso debería bastar para la semana”. No, debemos vivir en la esfera del Espíritu todos los días; entonces venceremos sobre la carne. Es muy simple; el Espíritu de Dios mora en nosotros para ayudarnos, pero nosotros somos responsables de vivir en la esfera correcta. Dios lo ha dispuesto de tal manera que la liberación solo se obtiene así, y por medio de ello, el estado de nuestro corazón se manifiesta constantemente.
El Espíritu de Dios también nos ha sido dado para enseñarnos la verdad (Juan 14:26; 16:1326But the Comforter, which is the Holy Ghost, whom the Father will send in my name, he shall teach you all things, and bring all things to your remembrance, whatsoever I have said unto you. (John 14:26)
13Howbeit when he, the Spirit of truth, is come, he will guide you into all truth: for he shall not speak of himself; but whatsoever he shall hear, that shall he speak: and he will show you things to come. (John 16:13)). Todos tenemos esta “unción” del Espíritu para ayudarnos a entender la verdad cuando se presenta (1 Juan 2:21-2721I have not written unto you because ye know not the truth, but because ye know it, and that no lie is of the truth. 22Who is a liar but he that denieth that Jesus is the Christ? He is antichrist, that denieth the Father and the Son. 23Whosoever denieth the Son, the same hath not the Father: (but) he that acknowledgeth the Son hath the Father also. 24Let that therefore abide in you, which ye have heard from the beginning. If that which ye have heard from the beginning shall remain in you, ye also shall continue in the Son, and in the Father. 25And this is the promise that he hath promised us, even eternal life. 26These things have I written unto you concerning them that seduce you. 27But the anointing which ye have received of him abideth in you, and ye need not that any man teach you: but as the same anointing teacheth you of all things, and is truth, and is no lie, and even as it hath taught you, ye shall abide in him. (1 John 2:21‑27)).
3) La Palabra de Dios
El aspecto de “salvación” del que Pablo está hablando en este versículo no es la salvación de nuestras almas del castigo por nuestros pecados, como se anuncia en el evangelio, sino más bien, una salvación práctica de los peligros espirituales en el camino. Timoteo fue llamado a vivir en una época oscura y difícil, y había muchas trampas en las que podría haber caído muy fácilmente. Necesitaba ser salvado de manera práctica de los peligros que lo rodeaban prestando atención a los principios rectores de la Palabra de Dios.
Que tremenda provisión nos ha dado Dios en las Escrituras. El salmista dijo: “Lámpara es á mis pies Tu palabra, y lumbrera á mi camino” (Salmo 119:105105NUN. Thy word is a lamp unto my feet, and a light unto my path. (Psalm 119:105)). También dijo: “La exposición de Tus palabras imparte luz” (Salmo 119:130,130The entrance of thy words giveth light; it giveth understanding unto the simple. (Psalm 119:130) LBLA). Sin embargo, el simple hecho de poseer una Biblia no nos dará esta luz para nuestro camino; debemos reunir principios leyéndola y guardándola en nuestros corazones. También dijo: “En mi corazón he guardado Tus dichos, para no pecar contra Ti” (Salmo 119:1111Thy word have I hid in mine heart, that I might not sin against thee. (Psalm 119:11)). ¡Él guardó la MEJOR cosa en el MEJOR lugar por la MEJOR razón! Dios nos ha dado este maravilloso Libro, y nuestra responsabilidad es doble. Debemos ser diligentes para reunir principios de este Libro, y luego debemos obedecer esos principios. Diligencia y obediencia son dos requerimientos necesarios para que la Palabra de Dios nos libre de los peligros en el camino. No debemos ser simplemente oidores y no hacedores de la Palabra (Santiago 1:22-2422But be ye doers of the word, and not hearers only, deceiving your own selves. 23For if any be a hearer of the word, and not a doer, he is like unto a man beholding his natural face in a glass: 24For he beholdeth himself, and goeth his way, and straightway forgetteth what manner of man he was. (James 1:22‑24)); no recibiremos la bendición en ese caso.
Esto significa que tendremos que pasar tiempo en las Escrituras. Isaías dijo: “Inquirid en el libro de Jehová, y leed” (Isaías 34:1616Seek ye out of the book of the Lord, and read: no one of these shall fail, none shall want her mate: for my mouth it hath commanded, and his spirit it hath gathered them. (Isaiah 34:16)). ¡Me gusta ese versículo! Cuando permitimos que los principios de la Palabra guíen nuestro camino, y no nos apoyamos en nuestro propio entendimiento, entonces seremos preservados de los errores que las personas cometen en la vida (Proverbios 3:55Trust in the Lord with all thine heart; and lean not unto thine own understanding. (Proverbs 3:5)). Entre más leamos en oración la Palabra de Dios, Él más nos impartirá Su sabiduría que nos guiará en el camino. Me temo que nuestro problema es que no pasamos suficiente tiempo leyendo las Escrituras. La ignorancia de algún principio ha sido a menudo la causa de nuestra caída. Muchos de los errores que cometemos en la vida son a causa de esto. Proverbios 19:22Also, that the soul be without knowledge, it is not good; and he that hasteth with his feet sinneth. (Proverbs 19:2) dice: “El alma sin ciencia no es buena”. Sin embargo, tenemos la seguridad de ser librados de los peligros del camino si atendemos a los principios Escriturales.
Un incidente en la vida de Eliseo en 2 Reyes 6:8-108Then the king of Syria warred against Israel, and took counsel with his servants, saying, In such and such a place shall be my camp. 9And the man of God sent unto the king of Israel, saying, Beware that thou pass not such a place; for thither the Syrians are come down. 10And the king of Israel sent to the place which the man of God told him and warned him of, and saved himself there, not once nor twice. (2 Kings 6:8‑10) ilustra esto. “Tenía el rey de Siria guerra contra Israel, y consultando con sus siervos, dijo: En tal y tal lugar estará mi campamento. Y el varón de Dios envió á decir al rey de Israel: Mira que no pases por tal lugar, porque los Siros van allí. Entonces el rey de Israel envió á aquel lugar que el varón de Dios había dicho y amonestádole; y guardóse de allí, no una vez ni dos”. El rey de Siria, que es un tipo del diablo, intentó emboscar a los hijos de Israel. Se instaló “en tal y tal lugar”, pero cada vez su propósito era frustrado, porque el profeta entregó al rey de Israel una palabra de Dios para que no fuera allí. Fue la Palabra oral de Dios, salida de la boca del profeta, la que libró al rey de Israel. Esto trae otro versículo a la mente: “Por la Palabra de Tus labios yo me he guardado de las vías del destructor” (Salmo 17:44Concerning the works of men, by the word of thy lips I have kept me from the paths of the destroyer. (Psalm 17:4)).
Tal y como había ciertos lugares a donde el rey de Israel no debía ir porque su enemigo lo atraparía, hay ciertos lugares en este mundo en los que no deberíamos estar porque nuestro enemigo, el diablo, nos tenderá una trampa allí. Ese lugar probablemente sea diferente para ustedes y para mí; depende de cuales sean nuestros intereses. El diablo ha observado tu vida lo suficiente para saber a dónde vas y lo que haces. Él sabe dónde puede que tengas una debilidad, y está esperando en ese lugar para atraerte en algo que te sacará del camino. Intentará encontrar un lugar donde pueda hacerte tropezar; de eso puedes estar seguro. La única manera en que podemos vencer al maligno es manteniendo nuestros pies en el camino que la Palabra de Dios ha señalado. Si nuestros pies se mantienen en ese camino, ¡él no puede tocarnos!
4) El trono de la gracia
Ahora vayamos a Hebreos 4:1616Let us therefore come boldly unto the throne of grace, that we may obtain mercy, and find grace to help in time of need. (Hebrews 4:16). “Lleguémonos pues confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar [recibir] misericordia, y hallar gracia para el oportuno socorro”. Aquí tenemos otra gran provisión para el camino: el trono de la gracia. Llegar confiadamente al trono de la gracia se refiere a nuestro acceso a la presencia de Dios en oración. Tenemos este privilegio cada hora de cada día de nuestras vidas. Es una línea de atención de 24 horas. ¿Necesitamos ayuda en el camino? Indudablemente. Bueno, ¡la oración sigue siendo la mejor conexión inalámbrica! Con ella somos inmediatamente conectados con el cielo.
¡Que maravilloso recurso tenemos en el trono de la gracia! Es el lugar donde podemos ir para dar a conocer nuestras “peticiones delante de Dios” (Filipenses 4:66Be careful for nothing; but in every thing by prayer and supplication with thanksgiving let your requests be made known unto God. (Philippians 4:6)). El Señor se deleita en escuchar nuestras peticiones de oración (Salmo 65:22O thou that hearest prayer, unto thee shall all flesh come. (Psalm 65:2)). Él dijo: “Hasta ahora nada habéis pedido en Mi nombre: pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido” (Juan 16:2424Hitherto have ye asked nothing in my name: ask, and ye shall receive, that your joy may be full. (John 16:24)). La Biblia nos dice: “la oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho” (Santiago 5:1616Confess your faults one to another, and pray one for another, that ye may be healed. The effectual fervent prayer of a righteous man availeth much. (James 5:16)). Esto debería ser un gran aliento para nosotros, para entrar en Su presencia con fe y confianza, y para “derramar” nuestros corazones delante de Él (Salmo 62:88Trust in him at all times; ye people, pour out your heart before him: God is a refuge for us. Selah. (Psalm 62:8)).
Esto nos lleva a nuestra parte en todo esto. Dios ha provisto el trono de la gracia para nosotros, pero nuestra responsabilidad es “llegar ... confiadamente” a él en oración. Si no vamos al Señor con nuestras necesidades y peticiones, difícilmente podemos esperar ver resueltos los problemas que enfrentamos en la vida. El Señor todavía podría hacer cosas por nosotros que no hemos pedido, pero esto manifiesta una falta de fe y confianza en Él, si no llevamos estas cosas delante de Él en oración.
Ahora, en todas las peticiones que hacemos delante del trono de la gracia, Dios tiene el derecho de negar lo que Él en Su sabiduría ve que no es lo mejor para nosotros. No dice que Él automáticamente nos concederá todas nuestras peticiones tal y como las queremos. Ya que el Señor no comete errores, debemos entregar nuestras peticiones delante de Él ante el trono de la gracia para Su aprobación. Siempre deberíamos orar: “Si es Tu voluntad”. Estos versículos, en Hebreos 4, nos dicen que Él responderá nuestras oraciones dándonos “misericordia” o “gracia”, dependiendo de lo que a Él le parezca adecuado. La misericordia nos libra de la prueba; la gracia nos sostiene en medio la prueba de la que Él no considera adecuado sacarnos.
Al recibir “misericordia”, el Señor concede alivio de la prueba quitándola. Él ve que la prueba ha cumplido su propósito en nosotros, y Él la levanta. Estoy seguro de que eso es lo que todos deseamos cuando estamos en una prueba. Sin embargo, puede que en ciertas ocasiones, Él no nos conceda nuestras peticiones de oración como nosotros deseamos. Puede que Él no nos saque de la prueba. En su lugar, Él nos da un suministro especial de “gracia” para atravesar la prueba. En cualquier caso, el Señor hace lo que considera mejor en Su perfecta sabiduría.
Hechos 12 ilustra estas dos maneras en que nuestras oraciones pueden ser respondidas. El apóstol Santiago fue detenido por las autoridades y fue asesinado (versículos 1-2). Dios no lo sacó de la prueba; en su lugar, Él le dio la gracia para morir como un mártir. Las autoridades también detuvieron a Pedro, y también tenían la intención de hacer lo mismo con él. Pero “la iglesia hacía sin cesar oración” por su liberación, y Dios intervino providencialmente y le concedió misericordia. Le fue levantada la prueba por el ángel que abrió la prisión y lo liberó (versículos 3-19). Santiago recibió gracia para pasar la prueba, mientras que Pedro recibió misericordia y fue librado de la prueba por completo.
Finalmente, es Dios quien ordena todas las cosas de acuerdo a Su perfecta sabiduría. Él sabe lo que es mejor para nosotros y responde a nuestras oraciones de acuerdo a Su voluntad divina. Lo que nos corresponde hacer, aunque sea tan difícil, es someternos a lo que el Señor decida. Recuerden, Él jamás comete un error. El Salmo 18:3030As for God, his way is perfect: the word of the Lord is tried: he is a buckler to all those that trust in him. (Psalm 18:30) dice: “Dios, perfecto Su camino”. Si realmente lo creemos, entonces tendremos paz mientras esperamos Su respuesta.
Tu podrías decir: “Yo oro, pero mis oraciones nunca son respondidas como quisiera”. Bueno, hay que entender que hay condiciones bajo las que debemos orar para que nuestras oraciones sean respondidas afirmativamente. Recuerdo haber escuchado a una joven que fue salvada por la gracia de Dios. Se apartó del mundo y de sus locuras sólo para ser arrastrada de nuevo a este por amigos carnales. Para dolor de quienes la observaban, se ausentó de la asamblea y comenzó a frecuentar los salones de placer que son enemistad contra Dios. A cualquiera que intentara razonar con ella, le respondía que detestaba la mentalidad cerrada y el legalismo. Ella les dijo que Dios nos ha dado todas las cosas para gozarlas en abundancia (1 Timoteo 6:1717Charge them that are rich in this world, that they be not highminded, nor trust in uncertain riches, but in the living God, who giveth us richly all things to enjoy; (1 Timothy 6:17)) y que no veía nada malo en lo que hacía.
Después de un tiempo, su amado padre fue golpeado por una enfermedad grave que amenazaba su vida. Cuando su padre fue llevado al hospital ella estaba muy angustiada. Él tenía que someterse a una cirugía especial en un intento de salvar su vida. Acudiendo a la Biblia ella encontró Juan 15:7,7If ye abide in me, and my words abide in you, ye shall ask what ye will, and it shall be done unto you. (John 15:7) que dice: “Si estuviereis en Mí, y Mis palabras estuvieren en vosotros, pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho”. Parecía un mensaje directo de Dios para ella. Fue a su habitación y se adueñó de esa promesa en oración. Ella oraba fervientemente para que su padre se recuperara y fuera restaurado a buena salud. Confió implícitamente en la Palabra; no tenía dudas en su mente y estaba segura de que Dios respondería su oración. Bueno, lo que sucedió es que su padre murió. Su muerte fue un gran impacto para la joven. Estaba devastada. En lugar de que el incidente la hiciera volver al Señor, pareció endurecer su corazón contra Él. Se volvió al mundo de una manera aún más completa que antes. Estaba llena de dudas e incertidumbre respecto a su fe, incluso al punto de cuestionar la existencia de Dios. No oraba ni leía su Biblia. Lo que más le dolía era que había confiado plenamente en la Palabra de Dios y se sentía defraudada. Su fe había recibido un golpe muy fuerte del que muchos creían que nunca se recuperaría.
Un hermano la visitó, y ella le relató la historia. Él le dijo: “Dime ¿cómo llamas a una persona que intenta cobrar un cheque que está a nombre de otra persona endosándolo falsamente?”. Ella dijo: “Un falsificador”. Él la miró y dijo: “Me temo que ese es tu caso. Trataste de cobrar un cheque en el banco del cielo que no era para ti”. Él abrió su Biblia en Juan 15:77If ye abide in me, and my words abide in you, ye shall ask what ye will, and it shall be done unto you. (John 15:7) y se lo leyó. “Si estuviereis en Mí, y Mis palabras estuvieren en vosotros, pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho”. Entonces le preguntó a ella: “¿Esa eres tú? ¿Estabas permaneciendo en Cristo cuando fuiste al salón de baile y flotaste sobre la pista de baile? ¿Sus palabras estaban en ti cuando fuiste al cinema con tus amigos mundanos? ¿Permanecer en Cristo fue lo que te mantuvo alejada de la asamblea?”. Él dijo: “Hermana, me temo que tú no eres esa persona. ¿Qué derecho tienes para cobrar el cheque que no era para ti?”. La verdad es que el trabajo de su padre en la tierra había terminado y era su momento de irse, y el Señor lo llamó. Esto nos muestra que hay ciertas condiciones morales que debemos tener antes de que nuestras oraciones sean respondidas.
Las condiciones morales para recibir respuesta a las oraciones
• Una buena consciencia (Hebreos 13:1818Pray for us: for we trust we have a good conscience, in all things willing to live honestly. (Hebrews 13:18); 1 Juan 3:19-2219And hereby we know that we are of the truth, and shall assure our hearts before him. 20For if our heart condemn us, God is greater than our heart, and knoweth all things. 21Beloved, if our heart condemn us not, then have we confidence toward God. 22And whatsoever we ask, we receive of him, because we keep his commandments, and do those things that are pleasing in his sight. (1 John 3:19‑22)). Mantenemos una buena conciencia a través del juicio propio: confesando y abandonando todo pecado conocido (1 Juan 1:99If we confess our sins, he is faithful and just to forgive us our sins, and to cleanse us from all unrighteousness. (1 John 1:9); Proverbios 28:1313He that covereth his sins shall not prosper: but whoso confesseth and forsaketh them shall have mercy. (Proverbs 28:13)). Dios no considerará nuestras oraciones si persistimos en el pecado (Salmo 66:1818If I regard iniquity in my heart, the Lord will not hear me: (Psalm 66:18)).
• Comunión (Juan 15:77If ye abide in me, and my words abide in you, ye shall ask what ye will, and it shall be done unto you. (John 15:7)). El Señor dijo: “Si estuviereis en Mí ... pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho”. A medida que andamos en comunión con el Señor, discerniremos lo que hay en Su corazón y lo que está por hacer, y en consecuencia, lo pediremos.
• Inteligencia (Juan 15:77If ye abide in me, and my words abide in you, ye shall ask what ye will, and it shall be done unto you. (John 15:7)). El Señor dijo: “Si ... Mis palabras estuvieren en vosotros, pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho”. A medida que leemos la Palabra de Dios, aprendemos los principios de Dios, y así, oraremos de acuerdo a Su voluntad (1 Juan 5:14-1514And this is the confidence that we have in him, that, if we ask any thing according to his will, he heareth us: 15And if we know that he hear us, whatsoever we ask, we know that we have the petitions that we desired of him. (1 John 5:14‑15)).
• Confianza (Fe) (Mateo 21:21-2221Jesus answered and said unto them, Verily I say unto you, If ye have faith, and doubt not, ye shall not only do this which is done to the fig tree, but also if ye shall say unto this mountain, Be thou removed, and be thou cast into the sea; it shall be done. 22And all things, whatsoever ye shall ask in prayer, believing, ye shall receive. (Matthew 21:21‑22)). El Señor dijo: “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”. Muchas veces oramos pero no creemos que recibiremos la respuesta (Santiago 1:6-76But let him ask in faith, nothing wavering. For he that wavereth is like a wave of the sea driven with the wind and tossed. 7For let not that man think that he shall receive any thing of the Lord. (James 1:6‑7); Hechos 12:5,12-175Peter therefore was kept in prison: but prayer was made without ceasing of the church unto God for him. (Acts 12:5)
12And when he had considered the thing, he came to the house of Mary the mother of John, whose surname was Mark; where many were gathered together praying. 13And as Peter knocked at the door of the gate, a damsel came to hearken, named Rhoda. 14And when she knew Peter's voice, she opened not the gate for gladness, but ran in, and told how Peter stood before the gate. 15And they said unto her, Thou art mad. But she constantly affirmed that it was even so. Then said they, It is his angel. 16But Peter continued knocking: and when they had opened the door, and saw him, they were astonished. 17But he, beckoning unto them with the hand to hold their peace, declared unto them how the Lord had brought him out of the prison. And he said, Go show these things unto James, and to the brethren. And he departed, and went into another place. (Acts 12:12‑17)).
• Claridad (Lucas 11:55And he said unto them, Which of you shall have a friend, and shall go unto him at midnight, and say unto him, Friend, lend me three loaves; (Luke 11:5)). Debemos ser específicos. Muchas veces nuestras oraciones son muy ambiguas. El hombre en necesidad fue donde su vecino y le dijo: “Préstame tres panes”.
• Perseverancia (Efesios 6:1818Praying always with all prayer and supplication in the Spirit, and watching thereunto with all perseverance and supplication for all saints; (Ephesians 6:18)). A menudo nos rendimos muy rápido. Debemos “perseverar en oración” (Colosenses 4:22Continue in prayer, and watch in the same with thanksgiving; (Colossians 4:2)). Pablo habla acerca de esforzarse juntos en oración. No parece que sepamos mucho al respecto (Romanos 15:3030Now I beseech you, brethren, for the Lord Jesus Christ's sake, and for the love of the Spirit, that ye strive together with me in your prayers to God for me; (Romans 15:30)). Nehemías perseveró en oración durante 4 meses antes de ver una respuesta (Nehemías 1:1,5; 2:181The words of Nehemiah the son of Hachaliah. And it came to pass in the month Chisleu, in the twentieth year, as I was in Shushan the palace, (Nehemiah 1:1)
5And said, I beseech thee, O Lord God of heaven, the great and terrible God, that keepeth covenant and mercy for them that love him and observe his commandments: (Nehemiah 1:5)
18Then I told them of the hand of my God which was good upon me; as also the king's words that he had spoken unto me. And they said, Let us rise up and build. So they strengthened their hands for this good work. (Nehemiah 2:18)).
El apóstol Pablo sabía lo que era no tener una petición de oración concedida como él deseaba. Le rogó al Señor tres veces sobre su debilidad en la carne, pero el Señor no le concedió misericordia, llevándose el problema. En su lugar, Él le dio gracia para seguir adelante. El Señor le dijo: “Bástate Mi gracia” (2 Corintios 12:99And he said unto me, My grace is sufficient for thee: for my strength is made perfect in weakness. Most gladly therefore will I rather glory in my infirmities, that the power of Christ may rest upon me. (2 Corinthians 12:9)). Entonces Pablo se sometió a su debilidad “de buena gana”, y Dios le dio gracia para la situación. Y él obtuvo una bendición práctica de esto. Esta es la actitud que debemos tener respecto a la voluntad de Dios en nuestras vidas.
5) La intercesión de Cristo como Sumo Sacerdote
Ahora vayamos a Hebreos 7:25-2625Wherefore he is able also to save them to the uttermost that come unto God by him, seeing he ever liveth to make intercession for them. 26For such an high priest became us, who is holy, harmless, undefiled, separate from sinners, and made higher than the heavens; (Hebrews 7:25‑26) (LBLA) para otra gran provisión que está íntimamente relacionada a la anterior. “Por lo cual Él también es poderoso para salvar para siempre [completamente] a los que por medio de Él se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos. Porque convenía que tuviéramos tal Sumo Sacerdote: santo, inocente, inmaculado, apartado de los pecadores y exaltado más allá de los cielos”. Esta es otra gran cosa que Dios nos ha dado para ayudarnos en el camino de la fe: la intercesión de Cristo como Sumo Sacerdote. En Romanos 5 se nos dice que Él murió para salvar nuestras almas del castigo de nuestros pecados (Romanos 5:8-98But God commendeth his love toward us, in that, while we were yet sinners, Christ died for us. 9Much more then, being now justified by his blood, we shall be saved from wrath through him. (Romans 5:8‑9)), y ahora, Él ha entrado en el cielo para llevar a cabo una obra, para “salvar” nuestras vidas en un sentido práctico (Romanos 5:1010For if, when we were enemies, we were reconciled to God by the death of his Son, much more, being reconciled, we shall be saved by his life. (Romans 5:10)).
Podrían preguntar: “¿Salvarnos de qué?”. Él está allí en lo alto para “salvarnos” de caer en pecado. Es una salvación práctica de los peligros espirituales del camino. Esto demuestra que Él se preocupa grandemente por nosotros, y no nos quiere ver caer en pecado y arruinar nuestras vidas y testimonio. No solo eso, sino que Él también se compadece de nuestras dolencias o enfermedades. Todo lo que podamos estar atravesando en cuanto a aflicciones, ya sean emocionales o físicas, Él lo siente y se compadece de nosotros (Hebreos 2:17-18; 4:1517Wherefore in all things it behoved him to be made like unto his brethren, that he might be a merciful and faithful high priest in things pertaining to God, to make reconciliation for the sins of the people. 18For in that he himself hath suffered being tempted, he is able to succor them that are tempted. (Hebrews 2:17‑18)
15For we have not an high priest which cannot be touched with the feeling of our infirmities; but was in all points tempted like as we are, yet without sin. (Hebrews 4:15)). Esto demuestra lo mucho que Él se preocupa por nosotros.
Ahora, como he estado diciendo, en cada una de estas grandes provisiones de Dios, tenemos nuestro lado de responsabilidad. Nuestra parte en esto es que debemos “por Él ... allegarse á Dios”. Esto habla de que expresemos nuestra dependencia del Señor para recibir Su ayuda diariamente. Está estrechamente conectado con la provisión anterior de oración, pero aquí se trata más de expresar nuestra dependencia en Él para cada paso en el camino de la fe, que de hacer peticiones de oración específicas. Podemos sentir que los peligros nos acechan, pero nosotros podemos ir a Él y pedirle que nos preserve, y Él es capaz de “salvarnos” “completamente” en la situación que nos encontramos. Debemos ser como el salmista que oró “Guárdame, oh Dios, porque en Ti he confiado” (Salmo 16:11<<Michtam of David.>> Preserve me, O God: for in thee do I put my trust. (Psalm 16:1)). El salmista también dijo: “Sosténme, y seré salvo” (Salmo 119:117117Hold thou me up, and I shall be safe: and I will have respect unto thy statutes continually. (Psalm 119:117)). Estas son expresiones de dependencia de Dios que deberían estar con nosotros cada día de nuestras vidas.
Esta es una maravillosa provisión, realmente lo es. Si ignoramos algún principio de la Palabra de Dios, que podría guiarnos en el camino, pero aun así miramos al Señor y expresamos nuestra dependencia de Él, Él no nos fallará. Él nos preservará de tomar un mal paso porque Dios siempre honra la fe. Si todos los días le confiamos nuestro camino, Él intervendrá y nos preservará de cometer un error en nuestras vidas. ¡Así de bueno es nuestro Dios! El Señor Jesús está en lo alto intercediendo por nosotros las 24 horas del día. Su gran deseo es que nos comportemos bien en el camino y no fallemos.
Dios quiere que oremos con sinceridad y perseverancia. Recuerdo una vez que mi negocio no iba bien y las ventas estaban bajas; me arrodillaba a orar en mi oficina y suplicaba al Señor con intensidad por Su ayuda. Un día estaba orando con tanta fuerza que, cuando sonó el teléfono, sin pensar lo contesté diciendo: “Nuestro Dios y Padre ... ”. ¡La persona al otro lado debió de haberse preguntado qué estaba ocurriendo! Estaba orando con tanto fervor que había perdido totalmente la noción de lo que pasaba a mi alrededor.
6) La abogacía de Cristo
Vayamos a 1 Juan 2:1-2,1My little children, these things write I unto you, that ye sin not. And if any man sin, we have an advocate with the Father, Jesus Christ the righteous: 2And he is the propitiation for our sins: and not for ours only, but also for the sins of the whole world. (1 John 2:1‑2) y hallaremos otra gran provisión que Dios ha hecho. “Hijitos míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, á Jesucristo el justo; y Él es la propiciación por nuestros pecados”. Aquí tenemos la abogacía de Cristo. Esta es una provisión que Dios ha hecho por si fallamos en el camino. La obra de nuestro Abogado es llevar a cabo la restauración en la vida del creyente. Él quiere restaurarnos a comunión con Él y con Su Padre. ¡Que provisión tan maravillosa! Y cuánto la necesitamos (pues todos fallamos), aunque no hay razón alguna para fallar.
Es desafortunado que esta división de capítulo en 1 Juan 1 ocurra en medio del tema. Los últimos versículos del capítulo 1 Pertenecen a este tema. Si miran el pasaje entero, notarán que una persona acude a Dios y confiesa sus pecados (1 Juan 1:99If we confess our sins, he is faithful and just to forgive us our sins, and to cleanse us from all unrighteousness. (1 John 1:9)) a causa de la obra de Cristo como Abogado (1 Juan 2:1-21My little children, these things write I unto you, that ye sin not. And if any man sin, we have an advocate with the Father, Jesus Christ the righteous: 2And he is the propitiation for our sins: and not for ours only, but also for the sins of the whole world. (1 John 2:1‑2)). El primer versículo del capítulo 2 indica que la abogacía de Cristo entra en acción “si alguno hubiere pecado”. Esto sucede inmediatamente después de que la persona peca, no cuando se vuelve y confiesa su pecado. No dice: “Si alguno acude a Él y confiesa su pecado, Abogado tenemos”. Si el Señor esperara a que acudiéramos a Él, y confesáramos nuestro pecado antes de que Él actúe como nuestro Abogado, nunca seríamos restaurados, porque por nuestra cuenta nunca acudiríamos a Él, porque no podemos restaurarnos a nosotros mismos. Notarán que no existe una exhortación en la Biblia que diga: “Restáurate a ti mismo”. Pero si hay un versículo que dice: “Él restaura mi alma” (Salmo 23:3,3He restoreth my soul: he leadeth me in the paths of righteousness for his name's sake. (Psalm 23:3) LBLA).
El punto aquí es que en un momento de pecado y fracaso, nosotros no acudimos al Señor sin que Él trabaje en nosotros primero. Él comienza la obra de restauración en nuestras almas, haciéndonos consientes de nuestra condición. Esto no significa que no debamos hacer nada. Debemos arrepentirnos y confesar nuestro pecado, pero eso solo sucede cuando el Señor, como nuestro Abogado, trabaja en nosotros por medio del Espíritu para hacernos volver a Él. Por lo tanto, la obra de Cristo como nuestro Abogado, no es como un abogado moderno. El abogado trabaja sólo cuándo su cliente acude a él y contrata sus servicios. Cristo, como nuestro Abogado, trabaja por nuestro bien antes de que acudamos a Él.
Recuerdo a un hermano que regresó a la asamblea después de varios años de haber estado apartado, habiendo retrocedido terriblemente, y dijo: “He vuelto al Señor. ¡He vuelto!”. Pero en realidad, lo que había pasado era que el Señor lo hizo volver. Este hermano estaba tomando el crédito por volver, sin darse cuenta de que si el Señor no hubiera obrado, no habría vuelto a Él. No entendía la condición de impotencia en la que se encontraba, al no tener salida sino en Dios.
También me gustaría señalar que el diminutivo “hijitos” no debe entenderse como si se estuviera refiriendo a niños pequeños, sino que es una expresión de cariño, porque no solo los niños pequeños pecan. Debería leerse, “Hijos míos ... ” (traducción J. N. Darby). Esto demuestra que cualquiera de los hijos de Dios puede pecar y alejarse del Señor. Uno mayor puede fallar tanto como uno joven. De hecho, si uno mayor peca, suele ser más grave porque él o ella pueden influenciar a otros en ese camino. El hermano Dave Whitaker dijo: “Hasta el momento nunca he visto a un joven ocasionar una división entre los santos reunidos al nombre del Señor”, y eso es muy cierto.
También noten que dice: “Si alguno hubiere pecado ... ”. No dice: “Cuando ... ”. “Si” indica la posibilidad de pecar, pero “cuando”, sugeriría que pecar es el orden normal de las cosas en la vida del creyente. Esto, sin embargo, no es verdad. Pecar es algo bastante anormal en el cristianismo. No hay necesidad de pecar para ninguno de nosotros, pero “si” alguno lo hace, hay una provisión para que esa persona pueda ser restaurada. A veces tenemos la idea de que en ciertas situaciones simplemente tenemos que pecar, pero eso no es verdad. No hay ningún momento en el que un hijo de Dios esté justificado para pecar.
Además, dice que nuestro Abogado es “para con el Padre”. Esto indica que si un creyente peca, aún tiene una relación con Dios como su Padre. Esto demuestra que no ha perdido su salvación, como algunos piensan erróneamente. Si así fuera, entonces Dios ya no sería su Padre. Tampoco necesitaría un Abogado; en su lugar, ¡necesitaría un Salvador!
Ahora podríamos preguntarnos que, si el Señor está en lo alto intercediendo por nosotros como nuestro Gran Sumo Sacerdote, y el propósito de esto es que no fallemos, ¿Cómo es que alguien llega a fallar? Seguramente no puede ser que el Señor haya fallado en su intercesión como Sumo Sacerdote. Esta pregunta desconcertó a R. F. Kingscote, el hombre que escribió “Christ as Seen in the Offerings [Cristo visto en las ofrendas]”, y le escribió a J. N. Darby pidiéndole ayuda al respecto. El Sr. Darby le dijo que había momentos en los que el Señor no intercedía en su servicio Sumo Sacerdotal por nosotros, y así, Él nos permite caer para que aprendamos de la caída lo que no estábamos aprendiendo de la Palabra de Dios. Citó a Pedro como ejemplo. El Señor le dijo: “He rogado por ti que tu fe no falte” (Lucas 22:3232But I have prayed for thee, that thy faith fail not: and when thou art converted, strengthen thy brethren. (Luke 22:32)). Darby notó que el Señor no oró por Pedro para que no fracasara, sino que en su fracaso, el cual era inevitable, su fe no fuera quebrantada. Cuando nuestro pecado está tan arraigado dentro de nosotros, que la Palabra de Dios aplicada por el Espíritu de Dios a la conciencia no nos trae al juicio propio, el Señor puede enseñarnos a juzgarnos a nosotros mismos por medio de las penas de una caída. Esto es algo muy solemne, pero así es la manera en que Dios trata con nosotros.
Como se ha señalado, la parte de la que somos responsables se da al final del capítulo 1, donde dice: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad” (1 Juan 1:99If we confess our sins, he is faithful and just to forgive us our sins, and to cleanse us from all unrighteousness. (1 John 1:9)). No confesamos debilidad, confesamos pecados. El Señor se compadece de nuestras flaquezas (Mateo 26:4141Watch and pray, that ye enter not into temptation: the spirit indeed is willing, but the flesh is weak. (Matthew 26:41)), pero Él no se compadece de nuestros pecados. Él no solo nos “perdona” en el sentido de traer restauración, sino que también nos limpia “de toda maldad”. El Señor hace esto porque hay muchas cosas de maldad en nuestras almas que a menudo dan lugar a los actos de pecado. El Señor quiere que lleguemos al fondo de esto y “limpiarnos” de todas estas cosas también, para que haya una restauración completa en nuestras almas. Podría ser una actitud, o algo más que nos lleve a pecar. Si le permitimos a Él ocuparse de estas cosas, Él hará un trabajo profundo y minucioso de limpieza de nuestras almas de “toda maldad” para que no fallemos en ese asunto de nuevo. Una vez más, esto demuestra que somos completamente dependientes de la gracia de Dios durante toda nuestra vida, desde el principio hasta el final. La gracia que salva es la misma gracia que restaura.
Acciones en el ejercicio de la abogacía de Cristo: Cuatro cosas
Ahora podrías preguntar: “¿Como funciona exactamente la obra de abogacía de Cristo?” Bueno, hay por lo menos cuatro cosas que entran en acción en el ejercicio de esta.
1) Cristo intercede por nosotros en lo alto. El Señor Jesús va al Padre y le habla de nuestra triste condición y ora para que seamos llevados a arrepentimiento (Lucas 22:3131And the Lord said, Simon, Simon, behold, Satan hath desired to have you, that he may sift you as wheat: (Luke 22:31)). Al mismo tiempo, Él mantiene nuestra causa en el cielo delante de Dios contra las acusaciones del diablo respecto a nuestro fracaso y pecado (Apocalipsis 12:1010And I heard a loud voice saying in heaven, Now is come salvation, and strength, and the kingdom of our God, and the power of his Christ: for the accuser of our brethren is cast down, which accused them before our God day and night. (Revelation 12:10)). Cuando Satanás levanta acusaciones contra nosotros, el Señor no excusa nuestros fracasos, ni está ahí para simpatizar con ellos. Él, por así decirlo, señala la sangre y dice: “Yo pagué por eso”. Por eso dice: “Y Él es la propiciación por nuestros pecados” (1 Juan 2:22And he is the propitiation for our sins: and not for ours only, but also for the sins of the whole world. (1 John 2:2)).
2) El Espíritu de Dios trae la Palabra de Dios a nuestras conciencias. El Espíritu de Dios confrontará nuestra pobre condición y nos hará ocuparnos de nuestro fracaso hasta que lo reconozcamos y nos arrepintamos (Génesis 42:21-2221And they said one to another, We are verily guilty concerning our brother, in that we saw the anguish of his soul, when he besought us, and we would not hear; therefore is this distress come upon us. 22And Reuben answered them, saying, Spake I not unto you, saying, Do not sin against the child; and ye would not hear? therefore, behold, also his blood is required. (Genesis 42:21‑22)). Él usará la Palabra de Dios para romper nuestros corazones pecaminosos endurecidos. “¿No es Mi palabra como el fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?” (Jeremías 23:2929Is not my word like as a fire? saith the Lord; and like a hammer that breaketh the rock in pieces? (Jeremiah 23:29)). Puede que traiga un versículo a la mente, ya sea escuchándolo, leyéndolo o recordándolo, lo cual hablará a nuestras conciencias sobre nuestro rumbo. La Palabra de Dios restaura almas. “La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma” (Salmo 19:7,7The law of the Lord is perfect, converting the soul: the testimony of the Lord is sure, making wise the simple. (Psalm 19:7) LBLA; Salmo 119:99BETH. Wherewithal shall a young man cleanse his way? by taking heed thereto according to thy word. (Psalm 119:9)). Vemos esto ilustrado en el fracaso de Pedro. Dice que el Señor miró a Pedro, y ¿Qué recordó Pedro? ¿Los buenos momentos que tuvo con el Señor? ¡No! ¿Los milagros que hizo el Señor? ¡No! Recordó “la Palabra del Señor” (Lucas 22:6161And the Lord turned, and looked upon Peter. And Peter remembered the word of the Lord, how he had said unto him, Before the cock crow, thou shalt deny me thrice. (Luke 22:61)). Y esto lo llevó a arrepentirse.
El Espíritu de Dios nos impresionará con el amor y la bondad de Dios, y nos quebrantará y producirá arrepentimiento (Romanos 2:44Or despisest thou the riches of his goodness and forbearance and longsuffering; not knowing that the goodness of God leadeth thee to repentance? (Romans 2:4)). “Gracia” y “amor” tocarán nuestros corazones y nos harán volver al Señor (Jeremías 31:2-32Thus saith the Lord, The people which were left of the sword found grace in the wilderness; even Israel, when I went to cause him to rest. 3The Lord hath appeared of old unto me, saying, Yea, I have loved thee with an everlasting love: therefore with lovingkindness have I drawn thee. (Jeremiah 31:2‑3); Malaquías 1:22I have loved you, saith the Lord. Yet ye say, Wherein hast thou loved us? Was not Esau Jacob's brother? saith the Lord: yet I loved Jacob, (Malachi 1:2); Apocalipsis 3:1919As many as I love, I rebuke and chasten: be zealous therefore, and repent. (Revelation 3:19)). Fue el amor del Señor Jesús lo que llegó al alma de Pedro. El hermano W. T. P. Wolston dijo que fue una mirada de amor tierno, pero desilusionado.
3) El Padre ejercita disciplina divina en nuestras vidas de manera gubernamental. Puede que Dios use el sufrimiento y la tristeza para hablarnos de manera disciplinaria. Él llamará nuestra atención de una forma u otra, incluso si requiere sufrimiento. ¡Así de grande es Su amor por nosotros! Él llamará, y volverá a llamar, hasta tener nuestra atención. “Sin embargo, en una ó en dos maneras habla Dios; mas el hombre no entiende” (Job 33:14-2214For God speaketh once, yea twice, yet man perceiveth it not. 15In a dream, in a vision of the night, when deep sleep falleth upon men, in slumberings upon the bed; 16Then he openeth the ears of men, and sealeth their instruction, 17That he may withdraw man from his purpose, and hide pride from man. 18He keepeth back his soul from the pit, and his life from perishing by the sword. 19He is chastened also with pain upon his bed, and the multitude of his bones with strong pain: 20So that his life abhorreth bread, and his soul dainty meat. 21His flesh is consumed away, that it cannot be seen; and his bones that were not seen stick out. 22Yea, his soul draweth near unto the grave, and his life to the destroyers. (Job 33:14‑22)). Es un versículo que normalmente se piensa que se aplica al evangelio, pero fue dicho a Job, un hijo de Dios, a quien Dios estaba hablando.
Si hay un cristiano hoy aquí que esté retrocediendo, escucha esto: el Señor te traerá de vuelta, tarde o temprano. Él te confrontará. Tal vez tenga que disciplinarte con la vara de corrección para llevar a cabo Su propósito de gracia en tu vida. Su amor no se detendrá ante nada. Si somos rebeldes, Oseas 2:6-96Therefore, behold, I will hedge up thy way with thorns, and make a wall, that she shall not find her paths. 7And she shall follow after her lovers, but she shall not overtake them; and she shall seek them, but shall not find them: then shall she say, I will go and return to my first husband; for then was it better with me than now. 8For she did not know that I gave her corn, and wine, and oil, and multiplied her silver and gold, which they prepared for Baal. 9Therefore will I return, and take away my corn in the time thereof, and my wine in the season thereof, and will recover my wool and my flax given to cover her nakedness. (Hosea 2:6‑9) nos dice como Él obrará. Él actuará providencialmente en nuestras vidas. Él “cercará” nuestro camino, permitiendo que nos pasen todo tipo de cosas negativas para frustrar nuestros propósitos. Él pondrá señales de alerta en el camino, por así decirlo. Si nos saltamos un semáforo en rojo, puede que ponga otro en nuestro camino. Él hablará cada vez más fuerte hasta que entendamos el mensaje.
¿Permitirían un padre y madre amorosos dejar a su hijo sin corregir? No, y tampoco lo hará el Señor (Hebreos 12:5-115And ye have forgotten the exhortation which speaketh unto you as unto children, My son, despise not thou the chastening of the Lord, nor faint when thou art rebuked of him: 6For whom the Lord loveth he chasteneth, and scourgeth every son whom he receiveth. 7If ye endure chastening, God dealeth with you as with sons; for what son is he whom the father chasteneth not? 8But if ye be without chastisement, whereof all are partakers, then are ye bastards, and not sons. 9Furthermore we have had fathers of our flesh which corrected us, and we gave them reverence: shall we not much rather be in subjection unto the Father of spirits, and live? 10For they verily for a few days chastened us after their own pleasure; but he for our profit, that we might be partakers of his holiness. 11Now no chastening for the present seemeth to be joyous, but grievous: nevertheless afterward it yieldeth the peaceable fruit of righteousness unto them which are exercised thereby. (Hebrews 12:5‑11)). Puede que tenga que despojarnos de todo a lo que nuestro corazón se aferra en este mundo, ¡incluso si eso significa ponernos en nuestro lecho de muerte para hacerlo! El propósito de todo esto es traernos de vuelta a Él, y lo hará. El salmista dijo: “Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; mas ahora guardo Tu palabra” (Salmo 119:6767Before I was afflicted I went astray: but now have I kept thy word. (Psalm 119:67)).
Recuerdo que una vez me pasé un letrero por alto, y fue terriblemente vergonzoso. Sucedió cuando mi esposa y yo salimos a cenar. Antes de avanzar en la historia, tienen que entender que cuando tengo que ir al baño, tengo que hacerlo de inmediato. En cualquier caso, estábamos teniendo un rato agradable mientras yo bebía las recargas gratis de Coca-Cola que la camarera nos traía continuamente. De repente, tuve que ir al baño y me fui en esa dirección. No levanté la vista, sino que empujé la puerta y me dirigí directamente a uno de los cubículos que siempre utilizo. Después de uno o dos minutos ahí, escuché lo que me pareció ser un par de niños hablando. Pero mientras escuchaba, me di cuenta de que sonaban más como un par de mujeres en vez de niños. Cuando escuché con más atención, ¡efectivamente eran mujeres! Pensé: “¿Que podrían estar haciendo un par de mujeres aquí?” Entonces, de repente, caí en cuenta que ¡tal vez estaba en el baño de mujeres! Momentos después otra mujer entró al baño, y eso lo confirmó.
No sabía qué hacer. Pensé: “Si se dan cuenta que estoy aquí, van a gritar, y todo el mundo va a pensar que soy algún tipo de pervertido que espía mujeres”. Les puedo asegurar que esta no es una de esas situaciones donde uno puede decir: “¿Qué haría Jesús?”. Él no se habría metido en esa situación en primer lugar. ¿Cómo me metí en esa situación de cualquier manera? Simplemente no presté atención al letrero de la puerta. Bueno, después de esperar hasta pensar que todas estaban en un cubículo, salí disparado hacia la puerta y volví a mi asiento. Más tarde esa misma noche tuve que ir de nuevo, pero había aprendido mi lección. Deberían haber visto cuán cuidadosamente respeté los letreros en las puertas de los baños. Alguien dijo: “Si no aprendemos la lección, nos perdemos la bendición”. Bueno, déjenme decirles que aprendí mi lección, ¡de la manera difícil!
4) Dios ejercita a nuestros hermanos acerca de nuestra condición. Dios también ejercitará a los santos acerca de nuestra triste condición, y ellos harán dos cosas. En primer lugar, orarán por nuestra restauración. ¡Y Dios responde oraciones! Tal vez tengas una madre y un padre que oran. Dios responderá sus oraciones en Su tiempo. “Así ha dicho Jehová: Voz fué oída en Ramá, llanto y lloro amargo: Rachêl que lamenta por sus hijos, no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron. Así ha dicho Jehová: Reprime tu voz del llanto, y tus ojos de las lágrimas; porque salario hay para tu obra, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo” (Jeremías 31:15-1615Thus saith the Lord; A voice was heard in Ramah, lamentation, and bitter weeping; Rahel weeping for her children refused to be comforted for her children, because they were not. 16Thus saith the Lord; Refrain thy voice from weeping, and thine eyes from tears: for thy work shall be rewarded, saith the Lord; and they shall come again from the land of the enemy. (Jeremiah 31:15‑16)).
En segundo lugar, Dios ejercitará a nuestros hermanos para ir tras nosotros para restaurarnos. El apóstol Pablo dijo: “Hermanos, si alguno fuere tomado en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restaurad al tal con el espíritu de mansedumbre” (Gálatas 6:11Brethren, if a man be overtaken in a fault, ye which are spiritual, restore such an one in the spirit of meekness; considering thyself, lest thou also be tempted. (Galatians 6:1); Santiago 5:19-2019Brethren, if any of you do err from the truth, and one convert him; 20Let him know, that he which converteth the sinner from the error of his way shall save a soul from death, and shall hide a multitude of sins. (James 5:19‑20)). Nuestros hermanos vendrán y hablarán con nosotros sobre nuestro curso. El deber de un hermano es advertir a quién está errando y se dirige a un naufragio en su vida. Proverbios 24:11-1211If thou forbear to deliver them that are drawn unto death, and those that are ready to be slain; 12If thou sayest, Behold, we knew it not; doth not he that pondereth the heart consider it? and he that keepeth thy soul, doth not he know it? and shall not he render to every man according to his works? (Proverbs 24:11‑12) dice: “Si dejares de librar los que son tomados para la muerte, y los que son llevados al degolladero; Si dijeres: Ciertamente no lo supimos; ¿No lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, Él lo conocerá, y dará al hombre según sus obras”.
Así que, si el Señor envía a alguien a hablarnos, no matemos al profeta; puede que Dios te esté hablando a través de él o ella. Las Escrituras dicen: “No menospreciéis las profecías” (1 Tesalonicenses 5:2020Despise not prophesyings. (1 Thessalonians 5:20)). No seas como Acab que dijo: “Yo le aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena” (2 Crónicas 18:77And the king of Israel said unto Jehoshaphat, There is yet one man, by whom we may inquire of the Lord: but I hate him; for he never prophesied good unto me, but always evil: the same is Micaiah the son of Imla. And Jehoshaphat said, Let not the king say so. (2 Chronicles 18:7)). Cuando el profeta Natán vino a David y le dijo “Tú eres aquel hombre”, David recibió el mensaje y se juzgó a sí mismo, y fue restaurado al Señor (2 Samuel 12). Tanto así, que ¡nombró a uno de sus siguientes hijos como el profeta! “Fieles son las heridas del amigo” (Proverbios 27:6,6Faithful are the wounds of a friend; but the kisses of an enemy are deceitful. (Proverbs 27:6) LBLA).
Todas las cosas que hemos visto aquí trabajarán en conjunto para producir arrepentimiento y confesión que llevarán a nuestra restauración. Añadiría en el análisis final, que no son las disciplinas del Señor las que nos traen de vuelta; es Su irresistible amor y gracia. Jeremías 31:2-32Thus saith the Lord, The people which were left of the sword found grace in the wilderness; even Israel, when I went to cause him to rest. 3The Lord hath appeared of old unto me, saying, Yea, I have loved thee with an everlasting love: therefore with lovingkindness have I drawn thee. (Jeremiah 31:2‑3) indica esto. “Así dice el Señor: Ha hallado gracia en el desierto el pueblo que escapó de la espada, Israel, cuando iba en busca de su reposo. Desde lejos el Señor se le apareció, diciendo: Con amor eterno te he amado, por eso te he atraído con misericordia”. En conexión con la restauración de Israel, estará la “espada”, que se refiere a los tratos de disciplina del Señor, pero también estará Su “gracia” y “amor” que trabajarán en sus almas para traerlos de vuelta. Lo vemos de nuevo en Oseas 2:1414Therefore, behold, I will allure her, and bring her into the wilderness, and speak comfortably unto her. (Hosea 2:14). Dice: “Hablaré á su corazón”. Si hay alguno aquí que necesite restauración, el Señor quiere hablarte al corazón y atraerte de nuevo a Él.
Todo esto señala la fidelidad de nuestro Dios para restaurar a Su Pueblo descarriado. Él es celoso sobre nuestras afecciones y no nos dejará continuar en los caminos de injusticia por siempre. Sea cual sea el costo, ¡Dios traerá de vuelta al que retrocede!
7) Toda la armadura de Dios
Veamos otra más en Efesios 6:11-1211Put on the whole armor of God, that ye may be able to stand against the wiles of the devil. 12For we wrestle not against flesh and blood, but against principalities, against powers, against the rulers of the darkness of this world, against spiritual wickedness in high places. (Ephesians 6:11‑12). “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires”. Dios nos ha dado otra provisión para el camino: la armadura de Dios. Esta es una armadura espiritual para una guerra espiritual. Si siguen leyendo el capítulo, se darán cuenta de que hay siete piezas en esta panoplia de Dios, si incluimos la oración.
Este pasaje indica que existe una guerra cristiana. No es una batalla literal con bombas y armas: sino más bien, un conflicto espiritual contra Satanás y sus emisarios. Es triste reportar que muchos queridos cristianos han caído en esta batalla, y nosotros fácilmente podríamos ser los siguientes en caer si no somos cuidadosos. En el quinto capítulo de la primera epístola de Pedro, se nos dice que debemos ser “sobrios” y estar “alertas” a causa de los movimientos del diablo para derribar nuestras vidas (1 Pedro 5:8,8Be sober, be vigilant; because your adversary the devil, as a roaring lion, walketh about, seeking whom he may devour: (1 Peter 5:8) LBLA). No vivimos en tiempos de paz, sino en tiempos de guerra: ¡Guerra espiritual! Debemos vivir nuestras vidas cristianas en un estado de gran alerta. Y debemos usar esta armadura en todo momento porque no sabemos cuándo o en dónde habrá un ataque.
En Efesios 6 dice que Satanás usa “asechanzas” en su guerra, lo que significa que él es sumamente engañoso. Es un enemigo astuto. Una asechanza es algo que parece inocente, pero termina engañando al alma. El hecho de que esté en plural, “asechanzas”, nos dice que Satanás tiene muchas líneas de ataque engañosas. Lo que pueda que use contra ti, puede que no lo use contra mí. El hermano Kelly traduce esto así: “Las estratagemas del diablo”. Estratagema viene de la palabra estrategia, y se refiere a la ciencia de la guerra militar. Lo que esto significa es que Satanás planea una estrategia especial para ¡asaltar a cada uno de nosotros! Tiene designios en tu vida y la mía, y no es un ataque fortuito sino algo cuidadosamente planeado. Esto es un pensamiento aleccionador. Él sabe, por observación, las tendencias de cada uno de nosotros y usará una línea de ataque particular, dirigida al lugar donde sabe que somos más débiles.
En este conflicto, la intención de Satanás es estropear nuestro gozo personal de nuestra porción en Cristo. En pocas palabras, él quiere alejarnos de gozar nuestras bendiciones en Cristo para que busquemos otras cosas para satisfacer nuestros corazones. Él trabaja para introducir personas o cosas en nuestras vidas para lograr esto, e intentará traer todo tipo de distracciones con la intención de derribarnos en el camino de la fe.
Las piezas de la armadura son las siguientes:
• EL CINTURÓN DE LA VERDAD.— Todos nuestros movimientos en la vida deben ser gobernados por los principios de la verdad de Dios.
• LA COTA DE JUSTICIA.— Esta es una protección para nuestros corazones. Debemos estar en guardia para que nuestros afectos no sean desviados hacia cosas que no son justas. Seamos cuidadosos de no amar algo, o alguna actividad, al punto que nos distraigamos con esto.
• ZAPATOS (pies calzados).— Debemos andar en tranquila comunión con Dios, en la que nada de lo que Satanás nos arroje pueda angustiarnos ni hacernos perder la paz.
• EL ESCUDO DE LA FE.— No debemos permitir que los dardos de duda den en el blanco de nuestro corazón y nos desanimen. Los dardos de fuego de Satanás pueden ser sus acusaciones condenatorias dirigidas a nuestras conciencias. Estos son los sutiles intentos del enemigo para desviar nuestra mirada de Cristo y que nos enfoquemos en nosotros mismos. Nuestra fe apaga estos ataques y es capaz de decir: “Dios es por mí”.
• EL YELMO DE LA SALVACIÓN.— Esta es una protección para nuestros pensamientos. Cuando otras cosas aparte de Cristo ocupan nuestros pensamientos, el enemigo puede introducir distracciones que trabajarán para alejarnos del Señor. Si ponemos nuestros pensamientos en Cristo y en lo que tenemos en Él, entonces seremos guardados de todo tipo de cosas que Satanás trataría de introducir.
• LA ESPADA DEL ESPÍRITU (la Palabra de Dios).— Debemos permitir al Espíritu de Dios aplicar la Palabra de Dios en nuestro andar y en nuestros caminos, para exponer cualquier motivo malo en nuestras almas, para que así podamos juzgarlo.
Como hemos estado diciendo, tenemos una responsabilidad en cada una de estas cosas que Dios nos ha dado, que pertenecen a la vida y a la piedad. Nuestra responsabilidad aquí es ser hallados vistiendo, o usando, la armadura de Dios. Dios no nos la pone; esto es algo que nosotros debemos hacer. Si estamos usando la armadura, el diablo será frustrado en sus intentos por alejarnos del gozo de nuestra porción de Cristo y desviarnos del camino de la fe.
8) Entidades angelicales
Ahora vayamos a Hebreos 1:13-1413But to which of the angels said he at any time, Sit on my right hand, until I make thine enemies thy footstool? 14Are they not all ministering spirits, sent forth to minister for them who shall be heirs of salvation? (Hebrews 1:13‑14). “Pues, ¿á cuál de los ángeles dijo jamás: Siéntate á Mi diestra, hasta que ponga á tus enemigos por estrado de tus pies? ¿No son todos espíritus administradores, enviados para servicio á favor de los que serán herederos de salud?”. Aquí tenemos otra provisión de gracia del Señor para el camino: el ministerio de ángeles. A mí saber, esta es la única de estas provisiones que no tiene un lado de responsabilidad humano.
Dios usa ángeles para trabajar detrás de escenas en nuestras vidas para protegernos de ciertos peligros temporales en los que podríamos meternos. Los hombres tienen ideas ficticias acerca de la intervención de los ángeles. Tienen imágenes de mujeres con alas volando por ahí y tocando trompetas. A veces los retratan como bebés gorditos en pañales y con arpas. Pero estas son ideas de hombres; no se encuentran en la Biblia. En la Biblia, los ángeles toman forma humana con el propósito de intervenir en los asuntos de la vida en nombre de Dios. Sin embargo, nunca son vistos como mujeres o niños, sino siempre como hombres.
Dios envía estas criaturas para cuidarnos en el camino. Recuerdo haber oído un ejemplo de un ángel ayudando a una hermana una noche. Ella estuvo trabajando hasta tarde y perdió el último bus que cruzaba el puente hacia su casa. Eso significaba que tenía que pasar el puente caminando. Pero cuando llegó al puente, notó que había alguien merodeando por la parte central del tramo. Esperó un rato y luego empezó a caminar. Pasó caminando por el lado de este tipo que daba mala espina y siguió hasta su casa. Al siguiente día estaba en las noticias que alguien había sido asesinado ¡en ese mismo puente esa misma noche! La policía había capturado al asesino y lo habían encerrado. Ella estaba confundida respecto a esto y fue a la estación de policía donde le dejaron hablar con el hombre. Ella le preguntó si se acordaba que ella había pasado por ahí la misma noche poco antes del asesinato. Él le dijo que sí la recordaba. Ella preguntó por qué no intentó algo cuando ella pasó, y él dijo que fue porque ¡había dos tipos grandes que parecían jugadores de fútbol americano, caminando con ella! Estos, por supuesto, tenían que ser ángeles que, sin ella saberlo, la escoltaron a través de ese puente y habían preservado su vida.
9) Comunión de hermanos
Ahora, vayamos al libro de Hechos para ver otra provisión de Dios para nuestro camino. Hechos 2:4242And they continued stedfastly in the apostles' doctrine and fellowship, and in breaking of bread, and in prayers. (Acts 2:42) dice: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, y en la comunión, y en el partimiento del pan, y en las oraciones”. Luego, en el capítulo 4:23: “Y sueltos, vinieron á los suyos”. Esto se refiere a comunión cristiana. Desde el principio de la cristiandad, Dios ha provisto una comunión en la cual Su pueblo puede andar. Es otra gran provisión de Dios, que pienso que nos tomamos muy a la ligera.
Dentro de la comunión de los santos hay cierta inmunidad a la maldad. Este es uno de los grandes beneficios de estar inmersos en la comunión con el pueblo del Señor. Es cierto que puede haber maldad hasta entre el pueblo del Señor (Proverbios 5:1414I was almost in all evil in the midst of the congregation and assembly. (Proverbs 5:14)), pero bajo condiciones normales hay protección contra el enemigo dentro del rebaño de Dios. Vemos esto ilustrado en los hombres de David que son un tipo del pueblo del Señor. Eran como un “muro” de protección alrededor de los sirvientes de Nabal en el momento del esquileo, cuando era probable que los ladrones atacaran y saquearan (1 Samuel 25:1616They were a wall unto us both by night and day, all the while we were with them keeping the sheep. (1 Samuel 25:16)). De igual manera, si nos rodeamos de aquellas personas que andan con el Señor, pueden ser un muro de protección para nosotros en nuestros momentos de debilidad. No hay duda al respecto; los compañeros piadosos definitivamente pueden ayudarnos en nuestra vida espiritual.
En cierto sentido, somos los “guardas” de nuestro “hermano” (Génesis 4:99And the Lord said unto Cain, Where is Abel thy brother? And he said, I know not: Am I my brother's keeper? (Genesis 4:9)). En Levítico 19:1717Thou shalt not hate thy brother in thine heart: thou shalt in any wise rebuke thy neighbor, and not suffer sin upon him. (Leviticus 19:17) dice: “No aborrecerás á tu hermano en tu corazón: ingenuamente reprenderás á tu prójimo, y no consentirás sobre él pecado”. Esto significa que debemos velar por nuestros hermanos y debemos advertirles si vemos que dan un paso en falso. En la buena comunión cristiana no solo hay protección, sino que también hay aliento, instrucción, simpatía, y apoyo en tiempos de prueba.
El problema hoy en día es que puede que no haya muchas personas con quienes sintamos que podamos andar, a causa de la gran ruina en la cristiandad. Vivimos en un tiempo donde cada uno hace lo que le parece bien ante sus ojos (Jueces 21:25,25In those days there was no king in Israel: every man did that which was right in his own eyes. (Judges 21:25) LBLA). Por lo tanto, si queremos andar con todos aquellos que “invocan al Señor de puro corazón”, podría hacerse con relativamente pocas personas (2 Timoteo 2:2222Flee also youthful lusts: but follow righteousness, faith, charity, peace, with them that call on the Lord out of a pure heart. (2 Timothy 2:22)). Vivimos en los tiempos del testimonio remanente, y la escasez en número es una prueba de nuestra fe. No se nos dice que sigamos ciegamente a nuestros hermanos, sino más bien, que “sigamos ... con” ellos. Esto significa que ¡ellos también están siguiendo! Están siguiendo al Señor, o deberían estar haciéndolo, y nosotros debemos seguir al Señor “con” ellos. Nuestra responsabilidad es seguir “las huellas del rebaño” (Cantares 1:88If thou know not, O thou fairest among women, go thy way forth by the footsteps of the flock, and feed thy kids beside the shepherds' tents. (Song of Solomon 1:8)). ¡Es donde el Señor estará!
10) Dones dados por el Cristo ascendido
Ahora, vayamos a una última provisión en Efesios 4:11-1211And he gave some, apostles; and some, prophets; and some, evangelists; and some, pastors and teachers; 12For the perfecting of the saints, for the work of the ministry, for the edifying of the body of Christ: (Ephesians 4:11‑12). “Y Él mismo dió unos, ciertamente apóstoles; y otros, profetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores y doctores; para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo”. Aquí vemos que Dios también ha dado a la iglesia individuos con dones especiales quienes pueden instruir, pastorear, y así, ayudarnos en el camino. Esto puede ser a través de su ministerio oral, mediante ministerio grabado, o por medio de ministerio escrito.
Ahora, déjenme ser claro. Mi posesión de un don para el ministerio de la Palabra no promoverá la piedad en mí personalmente. El don no es piedad. Pero si alguien que tiene este don lo ejercita hacia mí fielmente, y yo soy receptivo a esto, puedo ser ayudado en gran manera en el camino.
Nuestra responsabilidad es aprovechar estos dones dados a la iglesia, si estas personas están andando en la verdad. De nuevo, el problema en la actualidad es que el testimonio de la iglesia está en ruinas y muchos de estos dones no están funcionado bajo el Señorío de Cristo. Muchos tienen un don, pero puede que no estén instruidos en la verdad, ya sea intencionadamente, o por ignorancia, y algunas veces desorientan a las personas. Por lo tanto, es importante que sepamos si estas personas están andando en la verdad, antes de escuchar sus enseñanzas, ya sea en cuestiones doctrinales o prácticas. El apóstol Pablo le dijo a Timoteo: “Empero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido” (2 Timoteo 3:1414But continue thou in the things which thou hast learned and hast been assured of, knowing of whom thou hast learned them; (2 Timothy 3:14)). Debemos ser cuidadosos en este aspecto. Debemos conocer quiénes son estas personas antes de absorber sus enseñanzas.
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Si miramos atrás a cada una de estas provisiones que Dios ha hecho por nosotros en el camino de la fe, debemos estar de acuerdo en que no hay excusa para que alguno de nosotros caiga, aunque a veces lo hacemos. Él nos ha dado realmente “todas las cosas” que pertenecen a la vida y a la piedad. Esta completa provisión para el camino nos permitirá escapar de las contaminaciones del mundo y vivir para la gloria de Dios.
Resumen de las grandes provisiones que Dios ha hecho para el camino de la fe
• El trono de la gracia: Para darnos acceso, por medio de la oración, a la presencia de Dios, a fin de alcanzar misericordia y gracia para el oportuno socorro (Hebreos 4:1616Let us therefore come boldly unto the throne of grace, that we may obtain mercy, and find grace to help in time of need. (Hebrews 4:16)).
• Toda la armadura de Dios: Para que podamos resistir contra las artimañas del diablo (Efesios 6:10-1810Finally, my brethren, be strong in the Lord, and in the power of his might. 11Put on the whole armor of God, that ye may be able to stand against the wiles of the devil. 12For we wrestle not against flesh and blood, but against principalities, against powers, against the rulers of the darkness of this world, against spiritual wickedness in high places. 13Wherefore take unto you the whole armor of God, that ye may be able to withstand in the evil day, and having done all, to stand. 14Stand therefore, having your loins girt about with truth, and having on the breastplate of righteousness; 15And your feet shod with the preparation of the gospel of peace; 16Above all, taking the shield of faith, wherewith ye shall be able to quench all the fiery darts of the wicked. 17And take the helmet of salvation, and the sword of the Spirit, which is the word of God: 18Praying always with all prayer and supplication in the Spirit, and watching thereunto with all perseverance and supplication for all saints; (Ephesians 6:10‑18)).