Este es el privilegio de todos los cristianos. Una de las mayores causas de la debilidad que predomina en la iglesia profesante de Dios, se debe a que esta gran verdad ha sido puesta a un lado. El sacerdocio ha sido presuntuosamente otorgado como el derecho de una clase privilegiada; lastimosamente hay muchos quienes son inconversos y otros muchos que, aunque son cristianos, claramente les falta la ordenación del cielo.
El significado de la raíz de la palabra sacerdote es: alguien que ofrece un sacrificio. Esto se ve claramente en el sacerdocio típico, quien ofrecía los sacrificios en el altar. En Hebreos 8:33For every high priest is ordained to offer gifts and sacrifices: wherefore it is of necessity that this man have somewhat also to offer. (Hebrews 8:3) leemos: “Porque todo sumo sacerdote está constituido pare presentar ofrendas y sacrificios”, practicando el mismo principio. Asimismo: “vosotros... sacerdocio santo, pan ofrecer sacrificios espirituales” (1 Pedro 2:55Ye also, as lively stones, are built up a spiritual house, an holy priesthood, to offer up spiritual sacrifices, acceptable to God by Jesus Christ. (1 Peter 2:5)).
Es interesante notar que la palabra hebrea para sacerdote es cohén, y todos los judíos con este nombre y sus variaciones son descendientes de Aarón y serán autorizados para el oficio sacerdotal cuando se restituya en el día del milenio (ver Ezequiel 46).
El equivalente en latín para sacerdote es sacerdos, a partir del cual se ha originado la palabra sacerdotal; entre tanto que el equivalente griego es hierens, a partir de cual se ha originado la palabra jerarquía, mostrando de esta forma cuán remotamente se han removido los pensamientos del hombre mundano y carnal cuando ellos se dedican a asuntos religiosos. Sacerdotal y jerárquico son palabras que hablan del orgullo religioso y pompa que culmina en “un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA” (Apocalipsis 17:55And upon her forehead was a name written, MYSTERY, BABYLON THE GREAT, THE MOTHER OF HARLOTS AND ABOMINATIONS OF THE EARTH. (Revelation 17:5)).
Cada creyente es un sacerdote
Dos escrituras prueban esto. Pedro al dirigirse a los creyentes dice: “vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo... vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio” (1 Pedro 2:5-95Ye also, as lively stones, are built up a spiritual house, an holy priesthood, to offer up spiritual sacrifices, acceptable to God by Jesus Christ. 6Wherefore also it is contained in the scripture, Behold, I lay in Sion a chief corner stone, elect, precious: and he that believeth on him shall not be confounded. 7Unto you therefore which believe he is precious: but unto them which be disobedient, the stone which the builders disallowed, the same is made the head of the corner, 8And a stone of stumbling, and a rock of offence, even to them which stumble at the word, being disobedient: whereunto also they were appointed. 9But ye are a chosen generation, a royal priesthood, an holy nation, a peculiar people; that ye should show forth the praises of him who hath called you out of darkness into his marvellous light: (1 Peter 2:5‑9)). Además: “Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con Su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, Su Padre...” (Apocalipsis 1:5-65And from Jesus Christ, who is the faithful witness, and the first begotten of the dead, and the prince of the kings of the earth. Unto him that loved us, and washed us from our sins in his own blood, 6And hath made us kings and priests unto God and his Father; to him be glory and dominion for ever and ever. Amen. (Revelation 1:5‑6)). La Nueva Traducción (en Inglés) de J. N. Darby da una mejor traducción de este pasaje: “Al que nos ama y nos ha librado de nuestros pecados en Su sangre, y ha hecho de nosotros un reino, y sacerdotes al servicio de Su Dios y Padre...”.
De esto aprendemos que todos los creyentes son sacerdotes en esta dispensación. Y si todos los creyentes no ejercitan su sacerdocio, no son solo ellos los perdedores, sino que Dios también pierde. A Él se le roba la adoración que busca de Sus redimidos. Es un asunto serio sostener la doctrina del sacerdocio de todos los creyentes y no practicarla, puesto que sostenerla y no practicarla es condenarnos a nosotros mismos en una forma muy seria. Se ve cuan profundamente se perjudica la gloria de Dios en esto cuando nuestro Señor dijo: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” (Juan 4:2323But the hour cometh, and now is, when the true worshippers shall worship the Father in spirit and in truth: for the Father seeketh such to worship him. (John 4:23)). Que pueda este librito ser un medio en la mano de Dios para avivar a Su amado pueblo para que le den a Él la satisfacción de Su corazón en una medida más completa.
¿Qué ofrece el sacerdote?
Se nos dice claramente en 1 Pedro 2:5: “Para ofrecer sacrificios espirituales”; mientras que en Hebreos 13:1515By him therefore let us offer the sacrifice of praise to God continually, that is, the fruit of our lips giving thanks to his name. (Hebrews 13:15) se confirma que “ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan Su nombre”. Cuán alejado está esto del sacrificio sin sangre que la misa del Catolicismo Romano ofrece de una forma blasfema sobre sus miles de altares; o lo que se ofrece en los elevados altares anglicanos, que también lo alejan en la misma dirección.
Cuán dulce y simple es cuando los santos de Dios se reúnen únicamente al nombre del Señor y en el poder del Espíritu Santo ofrecen su sincera adoración y alabanza. Esto es superior al servicio para el Señor, superior al ministerio para el hombre; es ministerio para Dios, el mayor privilegio de todos y que el cielo no ofrecerá ninguno mayor.
¿Estamos en condición sacerdotal?
Lastimosamente hay decenas de miles del pueblo de Dios que nunca han ejercido su sacerdocio, porque no están en condición sacerdotal. Ellos están satisfechos con que una clase especial les robe su privilegio; pues continúan en organizaciones diseñadas para poner todo en las manos de un solo hombre. O están en un sitio donde se reconoce el lugar del Espíritu de Dios, pero hay apatía espiritual o se permite una mente y modos carnales; o podría inclusive ser malas prácticas, dándoles una mala conciencia. Así, ellos no están en condición de ejercer su sacerdocio.
La ley levítica pone el canon, en que un sacerdote que tenía un defecto, ya sea ciego, cojo, mutilado, sobrado o que tenga quebradura de pie o rotura de mano, no debía entrar hasta el velo o venir cerca del altar, aunque podía comer del pan de su Dios, de lo muy santo y de las cosas santísimas (ver Levítico 21:16-2316And the Lord spake unto Moses, saying, 17Speak unto Aaron, saying, Whosoever he be of thy seed in their generations that hath any blemish, let him not approach to offer the bread of his God. 18For whatsoever man he be that hath a blemish, he shall not approach: a blind man, or a lame, or he that hath a flat nose, or any thing superfluous, 19Or a man that is brokenfooted, or brokenhanded, 20Or crookbackt, or a dwarf, or that hath a blemish in his eye, or be scurvy, or scabbed, or hath his stones broken; 21No man that hath a blemish of the seed of Aaron the priest shall come nigh to offer the offerings of the Lord made by fire: he hath a blemish; he shall not come nigh to offer the bread of his God. 22He shall eat the bread of his God, both of the most holy, and of the holy. 23Only he shall not go in unto the vail, nor come nigh unto the altar, because he hath a blemish; that he profane not my sanctuaries: for I the Lord do sanctify them. (Leviticus 21:16‑23)). Esto sostiene lo que decimos.
¿No deberíamos nosotros, como creyentes, ambicionar estar en una condición en la cual con plenitud de corazón, agradecidamente derramemos nuestra adoración y alabanzas a Dios el Padre y a nuestro Señor Jesucristo?
Por supuesto, las hermanas son tan sacerdotes como los hermanos, aunque en los caminos de Dios (todo sabio) se ordena que únicamente los hermanos tengan parte audible en la asamblea. Si una hermana, puesto que no se le permite que tenga parte audible en la asamblea, entra en la Asamblea sin estar ejercitada, sería una traba en la reunión. Pero si ella viene y es ejercitada, será una gran ayuda y podría ser usada por Dios en animar a ponerse en pie a hermanos tímidos.
¿Adoramos al Padre?
En el Antiguo Testamento el Padre no se reveló y la adoración siempre era a Dios. El pueblo únicamente podía entrar al patio exterior; tan solo los sacerdotes en el lugar santo, pues “aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo” (Hebreos 9:88The Holy Ghost this signifying, that the way into the holiest of all was not yet made manifest, while as the first tabernacle was yet standing: (Hebrews 9:8)).
Pero ahora el velo está rasgado a consecuencia de la obra consumada de Cristo, y todos los creyentes tienen “libertad pala entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que Él nos abrió a través del velo, esto es, de Su carne” (Hebreos 10:19-2019Having therefore, brethren, boldness to enter into the holiest by the blood of Jesus, 20By a new and living way, which he hath consecrated for us, through the veil, that is to say, his flesh; (Hebrews 10:19‑20)).
No solo eso, sino que en el Nuevo Testamento se revela al Padre. Los creyentes ahora son llevados a una relación y dignidad de hijos, y como hijos, es su santo y mayor privilegio adorar al Padre. Nuestro Señor dijo en Juan 4 que el Padre estaba buscando adoradores que le adoren en espíritu y en verdad: “en espíritu”, en oposición a formas y ceremonias; “en verdad”, formado por la revelación de Dios como el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Nosotros también tenemos la asociación de los creyentes con el Señor, tal como le dijo a María Magdalena: “Ve a Mis hermanos, y diles: Subo a Mi Padre y a vuestro Padre, a Mi Dios y a vuestro Dios” (Juan 20:1717Jesus saith unto her, Touch me not; for I am not yet ascended to my Father: but go to my brethren, and say unto them, I ascend unto my Father, and your Father; and to my God, and your God. (John 20:17)). Cuán maravilloso que Él “no se avergüenza de llamarlos hermanos” (Hebreos 2:1111For both he that sanctifieth and they who are sanctified are all of one: for which cause he is not ashamed to call them brethren, (Hebrews 2:11)). En Apocalipsis 1:66And hath made us kings and priests unto God and his Father; to him be glory and dominion for ever and ever. Amen. (Revelation 1:6) se dice que los creyentes son un reino de sacerdotes para Su Dios y Padre.
Adoración: El servicio del cielo
La palabra griega para adoración, proskuneo, significa besar (la mano) hacia. Tal como un fiel vasallo se inclina humilde ante su soberano y besa su mano en señal de lealtad y reverencia, así es como debe ser, inclinarnos humildes al bendito Dios, conocido también como Padre, y expresar en tonos débiles y temblorosos, el aprecio de todo lo que Él es en su misma bendita Persona. También, tenemos el privilegio de inclinarnos humildes de corazón ante el Hijo, nuestro bendito Señor Jesucristo, quien ha llevado a la naturaleza humana al trono eterno, en quien todo lo de la cristiandad se revela y por quien toda bendición se manifiesta y vierte nuestro corazón en adoración.
Esta es la mayor bienaventuranza del ser viviente, y esto será el servicio eterno del cielo, empezado aquí en debilidad y flaqueza, para continuar allá en plenitud y por la eternidad.
Se empieza aquí el canto eternal;
Pronto ha de resonar
Por todo el orbe celestial,
Extasiado allí el cantar.
Cómo agradecemos a Dios por las arras o garantía del Espíritu, enviado a nuestros corazones para que pudiésemos gustar estas cosas y así ser atraídos con pasos vivificados a aquellas escenas de gloria y bienaventuranza inefable, donde conoceremos como somos conocidos.