Hebreos 3:1-4:16. Los dos primeros capítulos nos revelan las glorias de la Persona de Cristo, y así nos preparan para entrar en la bienaventuranza de Su servicio como nuestro gran Sumo Sacerdote. En esta nueva división de la epístola aprendemos, primero, la esfera en la que se ejerce el servicio sacerdotal de Cristo: la Casa de Dios (3: 1-6); segundo, las circunstancias del desierto que requieren este servicio sacerdotal (3: 7-19); tercero, se nos habla del descanso al que conduce el desierto (4:1-11); finalmente, aprendemos los medios misericordiosos que Dios ha provisto para preservarnos en el desierto (4:12-16).