Lucas 15:3-63And he spake this parable unto them, saying, 4What man of you, having an hundred sheep, if he lose one of them, doth not leave the ninety and nine in the wilderness, and go after that which is lost, until he find it? 5And when he hath found it, he layeth it on his shoulders, rejoicing. 6And when he cometh home, he calleth together his friends and neighbors, saying unto them, Rejoice with me; for I have found my sheep which was lost. (Luke 15:3‑6)
“Y él les propuso esta parábola, diciendo: ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si perdiere una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va á la que se perdió, hasta que la halle? Y hallada, la pone sobre sus hombros gozoso; Y viniendo á casa, junta á los amigos y á los vecinos, diciéndoles: Dadme el parabién, porque he hallado mi oveja que se había perdido”. Esta parábola del pastor que encontró a su oveja perdida es una figura del Señor Jesús en Su obra de buscar y salvar almas (Lucas 19:1010For the Son of man is come to seek and to save that which was lost. (Luke 19:10)). Los “hombros” en las Escrituras hablan de fuerza.
¡Qué hermoso es ver que allí es donde se colocan las ovejas perdidas después de ser encontradas! Isaías 9:6 nos dice que, en el Milenio, el gobierno de todo el mundo estará sobre el “hombro” del Señor (singular), pero aquí se ve al creyente descansando seguro sobre Sus “hombros” (plural). Esto habla de la doble seguridad que tenemos en Cristo. Estamos a salvo y seguros en Su salvación.
Note: el pastor en esta parábola no dejó a la oveja recién encontrada a la mitad de camino y dijo: “Ahora debes hacer tu parte y caminar correctamente por todo el resto del camino a casa. Y si no lo haces, no te dejaré entrar”. No, él llevó a la oveja todo el camino hasta llegar a casa. ¡Esto nos dice que tenemos un Salvador que nos lleva hasta el final del camino! Aquellos a quienes Él salva, los lleva seguros por todo el camino hasta llegar al cielo.
“Todo lo que el Padre me da, vendrá á mí; y al que á mí viene, no le echo fuera” (o “de ninguna manera le echaré fuera” según la traducción King James en inglés; es una doble negación en el griego, lo que da más fuerza a la expresión). Aquí el Señor dijo que de ninguna manera echará fuera a alguien que viniere a Él para ser salvo. Esta es una clara declaración de las Escrituras que no se puede interpretar de ninguna otra manera lógica. Esto implica lo que dice. Simplemente no hay nada que el creyente pueda hacer o decir para provocar al Señor a que lo eche fuera después de haber venido a Él para salvación. Él ha prometido con Su Palabra que no lo echará fuera; hacerlo sería faltar a Su promesa (Números 23:1919God is not a man, that he should lie; neither the son of man, that he should repent: hath he said, and shall he not do it? or hath he spoken, and shall he not make it good? (Numbers 23:19)).
“Y esta es la voluntad del que me envió, del Padre: Que todo lo que me diere, no pierda de ello, sino que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero”. Estos versículos declaran que el Señor no perderá a ninguno de los que el Padre le dio. Esto significa que toda persona que el Señor salva y encamina al cielo, llegará allí al final. ¡Ninguno de ellos se perderá en el camino! Compárese también con Juan 17:1212While I was with them in the world, I kept them in thy name: those that thou gavest me I have kept, and none of them is lost, but the son of perdition; that the scripture might be fulfilled. (John 17:12).
“Yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dió, mayor que todos es y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre”. El Señor mismo dice claramente: “y no perecerán para siempre”. Si confiamos en Dios y en Su Palabra, no necesitamos agregar nada más. Todo creyente puede estar seguro de lo que el Señor dijo aquí: “y no perecerán para siempre”. Realmente no hay otra forma de interpretar estos versículos que el de simplemente tomarlos al pie de la letra. Ningún cristiano sobrio podría entender alguna otra cosa de este pasaje, excepto lo que dice tan claramente. Sin embargo, algunos asumen que cuando Dios dice “no perecerán para siempre”, Él realmente no lo dice en serio—que hay condiciones relacionadas con esa afirmación. Pero eso no es lo que el Señor dice aquí.
Estos versículos no solo muestran que el creyente está seguro en la “mano” del Señor, ¡sino también que está a salvo y seguro en la “mano” de Dios el Padre! Una vez más, esto muestra que el creyente está doblemente seguro. El Señor dice que “nadie las arrebatará” de esa seguridad. Sin embargo, frente a estas explícitas declaraciones, hay quienes nos dirán que, aunque nadie pueda arrebatar a un creyente de la mano del Señor, el creyente puede arrancarse a sí mismo. Eso no es más que una clara negación de lo que dice la Escritura. Ésta dice “nadie”. ¿No es el creyente alguien? La versión King James en inglés dice “ningún hombre las arrebatará de Mi mano”. Pero la palabra “hombre” realmente no debería estar en el texto ya que abarca más que solo a los hombres. El pensamiento aquí es que ninguna criatura—hombre o demonio—puede separar a ninguna de las ovejas del Señor de su seguridad eterna. El decir que alguna podría ser arrebatada de la mano del Padre, ¡es considerar que alguna criatura es más fuerte que Dios mismo!
Una figura maravillosa de esta doble seguridad se encuentra en Éxodo 26:15-1715And thou shalt make boards for the tabernacle of shittim wood standing up. 16Ten cubits shall be the length of a board, and a cubit and a half shall be the breadth of one board. 17Two tenons shall there be in one board, set in order one against another: thus shalt thou make for all the boards of the tabernacle. (Exodus 26:15‑17). El tabernáculo se puede tomar hoy como una ilustración de la casa de Dios, que está compuesta de creyentes (Efesios 2:20-2120And are built upon the foundation of the apostles and prophets, Jesus Christ himself being the chief corner stone; 21In whom all the building fitly framed together groweth unto an holy temple in the Lord: (Ephesians 2:20‑21); Hebreos 3:6; 1 Pedro 2:55Ye also, as lively stones, are built up a spiritual house, an holy priesthood, to offer up spiritual sacrifices, acceptable to God by Jesus Christ. (1 Peter 2:5)). Las “tablas” del tabernáculo son figuras de creyentes individuales. Éstas permanecían derechas en su lugar, sujetadas por “dos quicios” (extensiones) que sobresalían de la parte de abajo de las tablas las cuales estaban colocadas en basas de plata. La plata, sabemos, es un símbolo de redención en las Escrituras. Por lo tanto, esto indica la posición del creyente sostenido por la redención de Cristo. Es interesante considerar que la palabra “quicios” podría traducirse “manos” (margen de la versión King James; nota al pie de la traducción de J. N. Darby), y, por lo tanto, sugiere que las dos manos del Padre y del Hijo de las que habla Juan 10:28-2928And I give unto them eternal life; and they shall never perish, neither shall any man pluck them out of my hand. 29My Father, which gave them me, is greater than all; and no man is able to pluck them out of my Father's hand. (John 10:28‑29) sostienen al creyente con seguridad en la redención del Señor Jesucristo.
“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre”. Cuando el Espíritu de Dios viene a morar en el creyente una vez que haya recibido a Cristo como su Salvador, la Escritura dice que el Señor estará con él “para siempre”. Si pudiera perder su salvación, el Espíritu tendría que apartarse de él, pero eso nunca sucederá, porque el Señor dijo que estará “con vosotros para siempre”.
Romanos 8:30-3930Moreover whom he did predestinate, them he also called: and whom he called, them he also justified: and whom he justified, them he also glorified. 31What shall we then say to these things? If God be for us, who can be against us? 32He that spared not his own Son, but delivered him up for us all, how shall he not with him also freely give us all things? 33Who shall lay any thing to the charge of God's elect? It is God that justifieth. 34Who is he that condemneth? It is Christ that died, yea rather, that is risen again, who is even at the right hand of God, who also maketh intercession for us. 35Who shall separate us from the love of Christ? shall tribulation, or distress, or persecution, or famine, or nakedness, or peril, or sword? 36As it is written, For thy sake we are killed all the day long; we are accounted as sheep for the slaughter. 37Nay, in all these things we are more than conquerors through him that loved us. 38For I am persuaded, that neither death, nor life, nor angels, nor principalities, nor powers, nor things present, nor things to come, 39Nor height, nor depth, nor any other creature, shall be able to separate us from the love of God, which is in Christ Jesus our Lord. (Romans 8:30‑39)
“Y á los que predestinó, á éstos también llamó; y á los que llamó, á éstos también justificó; y á los que justificó, á éstos también glorificó. ¿Pues qué diremos á esto? Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que aun á su propio Hijo no perdonó, antes le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará á los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, quien además está á la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? tribulación? ó angustia? ó persecución? ó hambre? ó desnudez? ó peligro? ó cuchillo? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo: Somos estimados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas hacemos más que vencer por medio de Aquel que nos amó. Por lo cual estoy cierto que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”.
El apóstol habla del propósito de Dios de salvar a los escogidos. Ellos son los que Dios “antes conoció” (versículo 29), los “predestinó” a un lugar de bendición con Cristo, los “llamó” por el evangelio, y los “justificó” cuando creyeron en el evangelio. Luego agrega que aquellos que justificó, también “glorificó”. ¡Ellos alcanzarán la gloria con Cristo al final! Estos son cinco grandes vínculos del propósito divino que no se pueden romper. Él no permite la posibilidad de que algunos de los que ya han sido justificados, no lleguen a ser glorificados. Todos los escogidos alcanzarán la gloria al final.
Luego, en los versículos 31-35, el apóstol hace siete preguntas que enfatizan la imposibilidad de que cualquier criatura –ya sea el hombre o el diablo– pueda frustrar a Dios en su propósito de bendecir a aquellos a quienes Él ha predestinado. Habla de siete cosas externas en el versículo 35 y de diez cosas invisibles en los versículos 38-39– de las cuales ninguna puede apartar a una persona que Dios ha predestinado para su bendición en Cristo. Nos preguntamos cómo es que alguien que lee este pasaje de la Escritura podría pensar que un cristiano puede perderse después de que Cristo lo haya salvado.
“Esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo: El cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis sin falta en el día de nuestro Señor Jesucristo”. Esto establece que los creyentes en el Señor Jesús serán confirmados “hasta el fin” por ningún otro más que por Él mismo. Él los mantiene a salvo hasta el final. Es sorprendente considerar a quiénes les está escribiendo el apóstol—¡a los Corintios! Estos cristianos eran culpables de todo tipo de pecados y fracasos. Si hubiesen existido cristianos que hayan estado en peligro de perder su salvación, pensaríamos que serían éstos.
“La obra de cada uno será manifestada: porque el día la declarará; porque por el fuego será manifestada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego hará la prueba. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno fuere quemada, será perdida: él empero será salvo, mas así como por fuego. ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal: porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”.
El apóstol habla de tres clases de obreros en la casa de Dios, distinguiéndolos con la palabra, “alguno...”. El primero es un cristiano que sirve bien y edifica según la voluntad de Dios. Dice: “recibirá recompensa”. El segundo obrero es un cristiano que no se ejerce según la voluntad de Dios. Dice que “la obra ... será perdida”—pero no dice que perderá su salvación; dice que él mismo “será salvo; mas, así como por fuego”. Esto muestra claramente que un verdadero creyente que no se conduce bien pierde su recompensa, pero no pierde su salvación.
El tercer obrero es uno que simplemente profesa ser cristiano y continúa en el lugar de un siervo cristiano, pero él no es un verdadero creyente. Dice, “Dios destruirá al tal” —el cual vendrá bajo el juicio de Dios.
“El tal sea entregado á Satanás para muerte de la carne, para que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús”. Este versículo muestra que si un creyente peca, cae bajo la disciplina punitiva de Dios, pero su “espíritu” todavía será “salvo en el día del Señor Jesús”. Si él goza de las “comodidades temporales de pecado” (Hebreos 11:2525Choosing rather to suffer affliction with the people of God, than to enjoy the pleasures of sin for a season; (Hebrews 11:25)), terminará con un alma salvada, pero una vida perdida.
Las personas que sostienen la falsa doctrina de una seguridad condicional de la salvación hablan sobre el grado de pecado que una persona debe cometer para llegar a perder su salvación. Bueno, ¿acaso alguien se puede hundir más en pecado que la persona que se menciona en el versículo 5? Aún así, dice que su “espíritu” sería “salvo en el día del Señor Jesús”.
“En el cual también después de que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”. Esto nos dice que cuando somos salvos, somos sellados con la presencia del Espíritu de Dios que mora en nosotros (Hechos 5:3232And we are his witnesses of these things; and so is also the Holy Ghost, whom God hath given to them that obey him. (Acts 5:32); Romanos 5:55And hope maketh not ashamed; because the love of God is shed abroad in our hearts by the Holy Ghost which is given unto us. (Romans 5:5); 1 Tesalonicenses 4:88He therefore that despiseth, despiseth not man, but God, who hath also given unto us his holy Spirit. (1 Thessalonians 4:8)). Efesios 4:3030And grieve not the holy Spirit of God, whereby ye are sealed unto the day of redemption. (Ephesians 4:30) agrega que estamos “sellados para el día de la redención”. El aspecto de la redención en este versículo es el de nuestros cuerpos cuando el Señor venga por nosotros—el Arrebatamiento (Romanos 8:2323And not only they, but ourselves also, which have the firstfruits of the Spirit, even we ourselves groan within ourselves, waiting for the adoption, to wit, the redemption of our body. (Romans 8:23)). Redención significa no solo ser “comprado”, sino también ser “liberado”. Nuestras almas están actualmente redimidas (Romanos 3:2424Being justified freely by his grace through the redemption that is in Christ Jesus: (Romans 3:24); Efesios 1:77In whom we have redemption through his blood, the forgiveness of sins, according to the riches of his grace; (Ephesians 1:7)), pero en ese día todo nuestro ser será liberado de los efectos del pecado, y seremos glorificados como Cristo (Romanos 8:3030Moreover whom he did predestinate, them he also called: and whom he called, them he also justified: and whom he justified, them he also glorified. (Romans 8:30); 1 Juan 3:22Beloved, now are we the sons of God, and it doth not yet appear what we shall be: but we know that, when he shall appear, we shall be like him; for we shall see him as he is. (1 John 3:2); Filipenses 3:2121Who shall change our vile body, that it may be fashioned like unto his glorious body, according to the working whereby he is able even to subdue all things unto himself. (Philippians 3:21)). Esto significa que el Espíritu de Dios, que nos sella al creer, nunca se aparta durante toda nuestra vida. Él está con nosotros desde el momento en que somos salvos hasta el momento en que somos glorificados y llevados al cielo.
“Estando confiado de esto, que El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará [terminará]”. Aquí aprendemos que cuando Dios comienza una obra en una persona y la salva, Él la “perfeccionará [terminará]”. Ninguna de las obras que Dios se compromete a realizar quedará incompleta; esto incluye la salvación. Si Él comienza una obra en alguien, la terminará, y llevará a esa persona a salvo a su hogar en el cielo.
“Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre á los santificados”. Aquí los “santificados” son aquellos a quienes Dios ha apartado para Sí mismo mediante el nuevo nacimiento (1 Corintios 6:1111And such were some of you: but ye are washed, but ye are sanctified, but ye are justified in the name of the Lord Jesus, and by the Spirit of our God. (1 Corinthians 6:11); 2 Tesalonicenses 2:1313But we are bound to give thanks alway to God for you, brethren beloved of the Lord, because God hath from the beginning chosen you to salvation through sanctification of the Spirit and belief of the truth: (2 Thessalonians 2:13); 1 Pedro 1:22Elect according to the foreknowledge of God the Father, through sanctification of the Spirit, unto obedience and sprinkling of the blood of Jesus Christ: Grace unto you, and peace, be multiplied. (1 Peter 1:2)). Por su fe en la obra consumada de Cristo, estos, en quienes Dios ha comenzado la obra (Filipenses 1:66Being confident of this very thing, that he which hath begun a good work in you will perform it until the day of Jesus Christ: (Philippians 1:6)), son perfeccionados en cuanto a su “conciencia de pecado” (Hebreos 9:9; 10:1-29Which was a figure for the time then present, in which were offered both gifts and sacrifices, that could not make him that did the service perfect, as pertaining to the conscience; (Hebrews 9:9)
1For the law having a shadow of good things to come, and not the very image of the things, can never with those sacrifices which they offered year by year continually make the comers thereunto perfect. 2For then would they not have ceased to be offered? because that the worshippers once purged should have had no more conscience of sins. (Hebrews 10:1‑2)). Por lo tanto, a ellos se les da paz y la seguridad de su salvación. Note: ¡esta obra de perfeccionar la conciencia del creyente es “para siempre”! No dice: “Perfeccionados [...] hasta que fracasen en el camino de la fe”, sino “hizo perfectos para siempre”.
“Nunca te dejaré, ni te desampararé” (traducción King James en inglés). Está claro que esta promesa del Señor no tiene ninguna condición. Él nos mantendrá consigo, y como eso será en el cielo, ¡también estaremos allí!
“Guardados por el poder de Dios mediante la fe para salvación, que está preparada para ser revelada en el último tiempo” (traducción J. N. Darby). Este pasaje habla de cómo Dios ha reservado una herencia en el cielo para el creyente, y que él está siendo “guardado” en la tierra “por el poder de Dios”. El aspecto de la salvación al que se refiere aquí no es la salvación del alma cuando uno cree en el evangelio, sino la salvación que el creyente obtiene al final del camino. Cuando el Señor venga (el Arrebatamiento), Él nos salvará de este mundo de corrupción, llevándonos al cielo (Romanos 13:1111And that, knowing the time, that now it is high time to awake out of sleep: for now is our salvation nearer than when we believed. (Romans 13:11); 1 Tesalonicenses 5:99For God hath not appointed us to wrath, but to obtain salvation by our Lord Jesus Christ, (1 Thessalonians 5:9); Hebreos 9:2828So Christ was once offered to bear the sins of many; and unto them that look for him shall he appear the second time without sin unto salvation. (Hebrews 9:28)). Es una misericordia que todo cristiano sobrio busca (Judas 2121Keep yourselves in the love of God, looking for the mercy of our Lord Jesus Christ unto eternal life. (Jude 21)). Este versículo en Primera de Pedro establece claramente que somos guardados por el poder de Dios hasta ese momento.
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis. Y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, á Jesucristo el Justo”. Este versículo nos dice que, si un creyente peca y falla en el camino de alguna forma, el Señor Jesús trabaja como su Abogado para traerlo de vuelta a la comunión con Dios el Padre. Un abogado es aquel que maneja todos los asuntos de su cliente. Como nuestro Abogado, el Señor lleva nuestra causa ante Dios el Padre para restaurarnos. Primero señala la sangre, y por así decirlo, dice: “He pagado por ese pecado” – tal es la fuerza de la “propiciación” (versículo 2). Luego se pone a trabajar en nuestra conciencia para producir en nosotros arrepentimiento que nos lleve a la confesión de que hemos hecho mal, por lo que seremos restaurados a la comunión (1 Juan 1:99If we confess our sins, he is faithful and just to forgive us our sins, and to cleanse us from all unrighteousness. (1 John 1:9)). Sin Su obra como Abogado, ningún creyente regresaría ni sería restaurado. ¡Tenemos mucho que agradecer al Señor!
Note que Su defensa es “con el Padre”. Esto implica que, aunque el vínculo de comunión se haya roto, el vínculo de relación que el creyente tiene con Dios como su Padre sigue en pie. ¡Dios sigue siendo su Padre! Cuando un niño de nuestra familia no se porta bien, no deja de ser parte de la familia, y es lo mismo en la familia de Dios. El que yerra será castigado para su corrección si continúa en su camino de pecado, pero todavía es parte de la familia. Si la falsa doctrina que estamos refutando fuera correcta, y si fuera posible que un creyente pudiera perder su salvación, no sería un Abogado lo que necesitaría, ¡sería un Salvador! Pero la Escritura no dice eso. Cuando un hijo de Dios falla, las Escrituras presentan la Abogacía de Cristo, no la necesidad de ser salvo de nuevo. Esta falsa doctrina elimina la Abogacía de Cristo. Si tal doctrina fuera verdad, nunca habría oportunidad para que Él ejerciera Su defensa como Abogado.