By:
Ralph Erisman, L. Douglas Nicolet, R. Ruga y T. Roach
Duration:
3min
Cuando tú estás de pie con el sol a tu espalda, ves una sombra tuya en el suelo. La sombra no es verdaderamente tú, pero nos da a conocer que tú estás ahí. Los mandamientos y los sacrificios de la ley eran sombras para mostrarnos que Jesucristo es el verdadero Salvador de los pecadores.
Las personas que guardaban la ley tenían que ofrecer sacrificios cada año a causa de su pecado. La sangre de los animales en los sacrificios no puede quitar los pecados. Ellos eran una sombra de Jesucristo, quien, con el único sacrificio de Sí mismo, podía quitar el pecado para siempre. Es la sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios, la que nos limpia de todo pecado. Nuestro pecado ha desaparecido. Nuestra conciencia está limpia. Nuestra culpa ha sido quitada, así que podemos venir con libertad a la presencia del Dios vivo, el Señor Jesucristo.
La obra para la salvación ha sido consumada, así que Jesús se ha sentado para siempre porque nunca más padecerá por el pecado. Si tú has oído acerca del camino de salvación a través de Jesucristo y te niegas a aceptar a Jesús como tu Salvador, te esperará un temible castigo en el infierno.
Nosotros los creyentes, que hemos sido hechos justos, viviremos por la fe de la segura esperanza de la venida de Jesús. Muy pronto, el Señor volverá para llevarnos a los creyentes al cielo.
1. ¿Es posible que una persona sea salva cumpliendo la ley, que exige ofrecer la sangre de toros y machos cabríos? ____________ Hebreos 10:___
2. ¿Qué ofreció Jesús como sacrificio por los pecados para santificar y salvar a los pecadores? ____________________ Hebreos 10:___
3. ¿Qué hizo Jesús después que Él ofreció un solo sacrificio por los pecados? ___________________________________ Hebreos 10:___
4. ¿Qué le da al creyente libertad para entrar a la presencia más santa de Dios? _________________ Hebreos 10:___
5. ¿Cuánto tiempo pasará antes de que Jesús venga? ________________ Hebreos 10:___