Pablo y Silas llegaron a la ciudad de Filipos, una colonia romana, con el gran deseo de compartir el evangelio de Dios. De inmediato, Satanás mostró su oposición de una manera extraña. El enemigo de nuestras almas siempre es sutil en su forma de obrar y trata de desviar al ser humano de las cosas de Dios; pero no siempre actúa como un ogro, sino a veces como un ángel de luz: “el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz” (2 Corintios 11:1414And no marvel; for Satan himself is transformed into an angel of light. (2 Corinthians 11:14)). ¿Estás tratando de convencerte que estás bien en tu vida religiosa? A Satanás no le importa si conocemos a Cristo como nuestro Salvador, o si somos religiosos o no. En esta ocasión, Satanás envió a una muchacha que tenía un demonio. El demonio, a través de la muchacha, dijo: “Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación” (Hechos 16:1717The same followed Paul and us, and cried, saying, These men are the servants of the most high God, which show unto us the way of salvation. (Acts 16:17)). Nota bien que el demonio no honró al Señor Jesucristo, sino que habló de sus siervos en una forma que suena bien. Trató de unirse a la obra del Señor. Mucho de este carácter lo hallamos en el mundo actual; pero una forma religiosa jamás salvará a nadie, ya que asistir a la iglesia u orar vanas repeticiones no salvan. Solo la fe en Jesucristo y su obra consumada salva. Mira cómo Pablo respondió: “se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora” (Hechos 16:1818And this did she many days. But Paul, being grieved, turned and said to the spirit, I command thee in the name of Jesus Christ to come out of her. And he came out the same hour. (Acts 16:18)). No permitió que Satanás se meta a sí mismo en las cosas de Dios.
Después Satanás trató de usar la violencia para impedir la obra de Dios. Pablo y Silas fueron azotados y echados en la cárcel. A veces parece que los creyentes son débiles e inútiles. Tal vez sea la verdad, pero el poder de Dios actuó a través de Pablo y Silas. Dios mandó un terremoto que abrió las puertas de la cárcel. En aquel entonces, un carcelero que perdía un preso perdería su vida en una forma cruel. El carcelero trató de matarse, pero Pablo se lo impidió. Entonces el carcelero hizo la pregunta más importante de su vida: “Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?” (Hechos 16:3030And brought them out, and said, Sirs, what must I do to be saved? (Acts 16:30)). No hay un asunto más urgente para un pecador. ¿Tienes que rezar tres veces al día, asistir a la iglesia, y guardar la ley para tener un poquito de esperanza de ir al cielo? Si esto te suena bien, escucha la respuesta de Pablo y Silas: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:3131And they said, Believe on the Lord Jesus Christ, and thou shalt be saved, and thy house. (Acts 16:31)). La única salvación verdadera la hallamos en la obra consumada de una persona perfecta: el Señor Jesucristo, pues “En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:1212Neither is there salvation in any other: for there is none other name under heaven given among men, whereby we must be saved. (Acts 4:12)).
En ese momento el carcelero de Filipos aceptó al Señor como su Salvador y fue salvo. No fue al templo; no hizo buenas obras; no hizo algo religioso; simplemente creyó que Cristo ya había hecho todo lo necesario para su salvación. Suena demasiado fácil para algunos, pero no fue así para Cristo. Él fue a la cruz y sufrió allí de un Dios justo y verdadero por mis pecados y para quitar el pecado del mundo. Cuando pensamos en los sufrimientos de Cristo, no podemos decir que la salvación que Él nos ofrece gratuitamente es barata, pues tuvo un gran costo para Él; sin embargo, Él sabe que no podemos pagar nada y nos ofrece la salvación sin costo alguno. ¿Le conoces como tu Salvador? Si no es así, por favor acéptale hoy; ya que no sabes si será tu última oportunidad. Él te espera con el deseo de mostrarte amor y gracia.