Huellas orientadoras para peregrinos

Table of Contents

1. Huellas orientadoras para peregrinos
2. Capítulo 1: Para el día de la adversidad
3. Capítulo 2 El dueño e el servidor
4. Capítulo 3 Adhesión a Cristo
5. Capítulo 4 Agradando a Dios sobre todas las cosas
6. Capítulo 5 Aliento divino
7. Capítulo 6 Rayos de luz y bendición
8. Capítulo 7 Palabras en sazón

Huellas orientadoras para peregrinos

Meditaciones para las vigilias del «Día del Señor»
Seleccionadas de artículos, himnos y cartas personales de varios autores.
El sábado judío empezaba al atardecer del viernes. A menudo he pensado que tendríamos mucha ventaja si nosotros empezáramos el día del Señor los sábados al atardecer. Si así lo hiciésemos entraríamos en el «Día de los días» con un espíritu mucho mejor dispuesto.
Ediciones ALTURAS Marquesa Caldas Montbuy, 46
BARCELONA-16
Bible Truth Publishers
239 Harrison Street Oak Park, Illinois 60304
Título original de la obra: FOOTPRINTS FOR PILGRIMS
Traducido por: SAMUEL VILA
Primera edición española publicada con permiso de
Wilson Foundation
5555 West Jewell Avenue
Denver, Colorado 80226, U.S.A.
Literatura Ev. A.C. N.° 120 Depósito legal: B. 25301-1972

Capítulo 1: Para el día de la adversidad

En el día de la adversidad
Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros.
(Isaías 65:13)
El más dulce de los cantos
Que pueda el fiel repetir;
El mayor de los tesoros
Que en Cristo pueda adquirir:
Es gracia más abundante
Para esta vida vivir.
Vida de amor tan excelso
Que nos permita gozar
De su intimidad preciosa;
En nuestro diario andar.
Disipa todas las penas;
Los cuidados del mañana,
Este cántico glorioso;
Quien me salvó es quien me guarda.
(Trad. de Spita.)
Yo sé que el seno del Señor está presto para recibir todos los conflictos y ansiedades mías.
Debemos ser pacientes, porque Dios es el Hacedor de todas las cosas, y cuando nos impacientamos lo que hacemos es realmente hallar faltas en Él.
Él es el gran Dador, y si retiene su mano de darnos hoy, es porque nos quiere dar doble mañana.
Él es suficiente para nosotros, aun cuando nuestro camino fuera diez mil veces más triste y difícil.
El que todo lo hizo y todo lo sostiene, es igualmente poderoso para hacer frente a toda contingencia que pueda ocurrir entre el calvario del dolor y la nube de gloria.
Con un corazón quebrantado y una voluntad sometida he dado gracias por aquellas aflicciones más agudas de mi vida, y digo, no de un modo ligero, sino como delante de Dios: «Tú sabes que yo no podía haber pasado por esto si no me hubieses dado la gracia de recibirlo como de tu mano, y encontrar que «del comedor salió comida» y del fuerte salió dulzura».
Muchas veces hemos cantado: «Jesús las cosas todas hizo bien» y así debe ser, sea lo que sea que nos ocurra; pues si el Padre del amado Hijo Unigénito es el que dispone todas las cosas a gloria de su Hijo, todo lo que ocurra está bien.
Él te ama a ti y quiere que su voluntad sea toda tu satisfacción; quiere que halles tu todo en Él y en su Hijo.... Él piensa que si Él mismo halla en su Hijo todo su contentamiento, puede hacer que el Hijo de su amor te baste cuando todo haya desaparecido. Él te ama de tal modo en Él, que está haciendo que todos tus afectos y todos tus pensamientos tengan al Señor Jesús como su centro.
Su amor quebrantó mi corazón para dar entrada a Cristo, y sé que su amor es quien lo hizo. Hasta entonces nunca comprendí, ni la necesidad que la criatura tiene de Cristo, ni la suficiencia de Cristo para un corazón quebrantado.
¿No es digno Él de tener a sus santos consigo?.... Las palabras «si me amaseis ciertamente os gozaríais porque yo voy al Padre» pueden también ser citadas aquí y ser verdad en tu caso. Amamos a los que se van. ¿Es que solamente les amamos por razón de nosotros mismos?.... Esto es un malvado egoísmo, que olvida el gozo ele Dios y de Cristo al recibir en su presencia a un ser amado para nosotros, y que nos impide también pensar que para ellos ha sido una gran ganancia.
Yo rehúso decir o escribir «desconsolados» cuando el Señor se ha llevado a otra persona a su presencia; ni siquiera deberíamos decir «afligidos» cuando seres amados han ido a estar con ÉL. Ciertamente si yo le amo a Él más que todas las cosas, debo ser lo bastante generoso para darle todo lo que yo amo.
G. V. W.
Palabras de consuelo
Él hiere, y sus manos curan.
(Job 5:18)
Beso la mano, Señor
Que me azota con ternura,
Permíteme que en tu seno
Deposite mi amargura.
Es amarga sí la copa
De mi suerte terrenal
Mas tú eres para mí
Más que todo lo que aquí
Puede turbar mi alegría.
Tú eres para el alma mía,
La razón de mi existir.
(Anónimo)
Yo solamente puedo decirte lo que me digo a mí mismo: «Pon tus ojos en Aquel que está arriba».... «Esteban, lleno del Espíritu Santo, levantó los ojos al cielo, y vio la gloria de Dios y a Jesús».... Cuando nos demos cuenta de lo deleznable y corrupto de todas las cosas que nos rodean, volvamos nuestros ojos arriba; todo el poder y consuelo debe venir ahora de arriba. En la medida que tu ojo sea educado en ver la exaltación de Cristo, tu corazón será vigorizado para soportar todas las cosas por amor a Él, como fue con el primer mártir, aunque no haya apenas lugar para la comparación.
Ciertamente comparto tu sufrimiento y estoy gozoso de saber que sólo hay una simpatía mayor que la que yo puedo expresarte y es la de Aquel que no solamente te sostiene en medio del sufrimiento, sino que levanta al dolorido para sufrir a su lado en su propia compañía. Esto es para mí lo que significa la declaración de que nuestro Sumo Pontífice ha sido hecho más alto que los cielos.
Así Él me levanta. Su brazo se extiende hasta mí, pero me levanta hasta Él.
La muerte amenaza todos los lazos cuando con rudeza quebranta el más querido; pero es el momento para ti de encontrar luz en las tinieblas y conocer mejor el compañerismo del «Hombre de dolores».
Tú ocultas tu cabeza en el dolor, y el cielo todo parece oscuro....; sin embargo, este es el momento para que tu corazón encuentre en Jesús un recurso y satisfacción como nunca antes habías conocido.... Nadie más puede venir bastante cerca de ti. La dignidad del dolor prohíbe la intrusión de cualquiera que no sea Aquel que puede simpatizar de verdad.
El horror de la mayor oscuridad es la puerta a los más benditos descubrimientos de su amor.
El Señor te lleva a ver cuánto Él aprecia tu corazón. «Dame, hijo mío, tu corazón»; y el corazón lleno de Cristo trae toda bendición de parte de Dios, como dice: «Por cuanto vosotros me amasteis.»
No es siempre el largo discurso lo que hace eficaz el ministerio. A menudo una migaja de la mesa del Señor vale más que un largo mensaje.
Debes procurar no vivir de tu propio gozo en las cosas divinas.... Me temo que juzgas tu propio estado por la cantidad de tu gozo. Yo creo que esto es insensato. Yo me juzgo a mí mismo por lo que Cristo es para mí y no me preocupo de ningún modo acerca de mi gozo; pero hallo que cuando Él es bastante para mí, mi gozo es completo. Me regocijo en el Señor, porque Él llena mi copa.
Acércate a los santos tanto como puedas ya que Cristo les ama y cuando ellos se mantienen en su amor, tú tendrás una compañía práctica para continuar en el feliz sentimiento de que Su amor es el todo. No necesitas turbar tu alma acerca de tu propia obediencia, pues si te mantienes en su amor deberás obedecer y cuanto más continúes en este amor, mejor será tu obediencia.
J. B. S.
Aflicción leve
Lo leve y momentáneo de nuestra aflicción, nos obra un sobremanera alto y eterno peso de gloria.
(2.a Corintios 4:17)
Si es largo, y aun oscuro, tu camino terrenal,
Renovará como el águila, tu fuerza y vigor vital
Recordar cómo te trajo en el pasado Su mano;
Saber que no te ha olvidado su eterno amor, soberano.
J. N. D.
¡Ah, qué bendición es estar a los pies de Jesús en nuestras tristezas, pues allí la luz divina las alumbra, y aunque suframos y nos sintamos oprimidos por nuestras pruebas, no dudaremos de su amor, mientras estemos allí!
«JESÚS LLORO». Todos sabemos que los versículos de la Biblia fueron puestos por los hombres. Sin embargo, ¿quién puede dudar que el Espíritu de Dios controló el que estas dos únicas palabras formasen un versículo? Ciertamente, debían estar separadas, ya que nos proporcionan una visión interna del mismo corazón del Señor. Han sido consuelo para muchos afligidos en todos los tiempos, y continuarán trayendo consuelo a su pueblo hasta el día que Dios enjuagará las lágrimas de todos los rostros.
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os hará descansar. Tristezas indecibles caracterizan a la raza humana y esta invitación no está limitada a los cargados del pecado. Jesús se dirige a cualquiera que se halla bajo el peso de alguna posible tristeza o disgusto; cualquiera que sea tu carga, el Señor te habla a ti.
Toda tu responsabilidad en el presente momento es descansar en el Señor y «esperar pacientemente en Él». ¡Qué bendición es que seas invitado a descansar en el regazo del Señor fuera cual fuere tu aflicción!
Es ciertamente una cosa inefable estar en comunión con su mente y objeto cuando nos hallamos afligidos.
Dios escoge mis circunstancias, mi enfermedad, mis tristezas en vista a lo que Él está cumpliendo en mí. Sabemos que «a los que a Dios aman todas las cosas les ayudan a bien...., porque a los que conoció también predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo» (Romanos 8:27-29). Así Él escoge para nosotros las circunstancias que mejor pueden cumplir su propósito de hacernos conforme a la imagen de su Hijo. La consecuencia de esto es que si yo estoy dentro de su plan nunca trataré de cambiar mis circunstancias. En comunión con el corazón de Dios dejaré esto a Él con plena confianza y gratitud.
¡Cuán misericordioso es que, en los caminos de nuestra vida, dirigidos por Dios, nos acercamos gradualmente a nuestras tristezas y encontramos que cuando llegan, están «adornadas con su amor»!
Solamente Él, que ha hecho el vacío en tu vida, puede llenarlo y lo hará. Cuando todos los vacíos de la tierra sean llenados con su presencia, nosotros ganaremos infinitamente más que lo que hemos perdido.
Cuando el Señor vuelva, perderemos todos en un instante nuestros cuerpos de flaqueza. Me parece que nos tomará algún tiempo antes de que nos acomodemos a nuestras nuevas circunstancias. ¡Cuánto nos alegraremos, empero, en aquella situación de perfección absoluta de cuerpo y alma! Todavía tenemos que esperar para esta liberación, pero esta bendita esperanza nos alienta en medio de esta peregrinación.
Los sufrimientos de este «poco más»
Sin embargo, un poco más, y el que ha de venir vendrá y no tardará.
(Hebreos 10:37)
Un poco más y habrá pasado.
¿Renunciarás a su cruz?
Teniendo a Cristo a tu lado
Y andando en su plena luz?
Ten tus pérdidas por nada,
Esta vida pasa aprisa;
Darás por bien empleado
Todo el dolor del pasado
Cuando seas aprobado
Con su celestial sonrisa.
Las aguas amargas de Marah deben ser gustadas cuando mediante el paso de las aguas saladas del Mar Rojo somos librados de Egipto para siempre. Pon en ellas el árbol de la cruz de Cristo, en las aguas amargas de tu cruz, y te serán endulzadas totalmente.
«Crucificado» es un hecho terrible, pero estar crucificado con Cristo, significa gozo y veneración. El vituperio es cruel, pero el vituperio de Cristo es mayor tesoro que los tesoros de Egipto.
Si hemos gustado realmente la bondad de Dios, sentiremos que nunca es tan dulce como cuando no tenemos nada más de que gozar.
Todos tenemos que aprender de Dios...., en medio de sus bendiciones....; quizás al principio o quizá más tarde, algún tiempo u otro, debemos tener nuestros corazones tan bien arraigados en Él, que podamos apoyarnos en Él y nada más, siendo traídos a una posición en la que nada más se necesite para hacernos felices y donde podamos encontrar tan sólo en Él nuestro todo.
En Lucas 9:28-43 aprendemos que Jesús estaba con sus discípulos tanto cuando bajaron al valle como cuando estaban en el monte, y esto es nuestro consuelo. Nunca supongamos que hemos perdido a Cristo.... El Señor nos da a conocer, mientras pasamos por este mundo, que Cristo está limpiando nuestros corazones de las circunstancias que nos contaminan, de modo que podamos gustar la gloria mientras todavía nos hallamos entre las multitudes de este mundo. Él puede ser el todo para nosotros, como es ya el todo por nosotros.
Es extraordinariamente dulce sentir que nos acercamos al hogar (a menudo en medio de trabajos difíciles y penosos, que son un privilegio realizar), para después gozar del eterno reposo con el Señor.
Mientras la gracia de Cristo sea una realidad, si hubiese tan sólo un creyente sobre la tierra y todo hubiese fallado a su entorno, encontraría, sin embargo, que el poder de Cristo se ejerce a su favor.
Por oscura que sea la dispensación, tenemos exactamente la gracia que necesitamos para nuestras circunstancias.
Nunca temáis la persecución, pues ella suele hacer brillar la faz de los perseguidos como la faz de un ángel.
El propio sacrificio es siempre un motivo de gozo cuando la gracia lo sostiene. No hay mayor gozo que el de la abnegación.
Nuestra alma es probada mediante aflicciones para ver hasta dónde va nuestra voluntad propia. Dios nos escudriña, y así aprendemos en qué mano estamos, y además, lo que Dios es por nosotros, en su fiel cuidado diario.
Somos cegados acerca del mundo para que nuestros ojos sean más hábiles para discernir y apreciar lo celestial.
Todo lo que hace el cielo agradable para Cristo, lo hace agradable para mí. ¡Ven, pues, Señor Jesús!
La perfección de Cristo consistió no tanto en obrar como en sufrir; en el sufrimiento tuvo lugar la más entera consagración de sí mismo.
Cuando estemos en su eterna presencia ¡cómo sentiremos que todas nuestras pequeñas tristezas y separaciones eran tan sólo como pequeñas gotas para hacernos sentir, mientras andábamos por el camino, que no estábamos todavía con Él; y cuando estábamos con Él por fe, darnos cuenta de lo grata que sería nuestra felicidad eterna.
J. N. D.
La mirada arriba
A Él miraron y fueron alumbrados.
(Salmo 45)
Señor, eres mi deleite;
De tu cuidado dependo.
A Ti acudo en la aflicción,
En Ti halla mi corazón
Amigo seguro y tierno.
Cuando las cisternas rotas
De humana amistad se secan
Tú permaneces el mismo;
Pues que tu amor me deleite
Y sólo a Ti glorifique.
(Rylan)
¿Qué preferiríais?: ¿Tener un camino llano y suave, o una senda tan dura que el Señor fuese obligado a mostraros su rostro a cada paso del camino?
Cristo lloró; pero lloró como a la vista de Dios....; veamos si las penas que nos afligen proceden de Él y refluyen por medio de Él a Dios. En tal caso, pueden ser todo lo profundas que se quiera, pero lo que es de Dios y para Dios, es sostenido por Dios, y así podemos darle gracias siempre por todas las cosas.
«Lo que te agrada a ti, Señor, me agrada a mí», es un gran lema para obtener paz y tranquilidad, y para detener todo resentimiento por lo que no hemos obtenido.
Es magnífico para cada uno de nosotros el saber estar listos para actuar bajo su responsabilidad, pero sin ir nunca más allá de lo que Él ve que es nuestro deber. Nunca obremos bajo la luz que los otros tienen.... Preferiría obrar bajo la medida de la luz que Dios me ha dado a mí, o pararme porque no la tengo, que actuar según el criterio de otra persona, sin estar seguro de que su pensamiento es el pensamiento de Dios para mí. Cada vez veo más claro que la frase bíblica Te enseñaré el camino por donde debes andar, sobre ti fijaré mis ojos, es la única guía propia y segura.
¿Hasta dónde Cristo ha sido formado de un modo tan práctico en nuestras mentes y corazones que sus pensamientos sean los nuestros, sus cuidados nuestros cuidados, sus intereses los nuestros, y nada más?
No seríais fácilmente preocupados por los sucesos, si vierais todo lo que tenéis en Cristo para capacitaros a sobrellevar con calma todas las cosas.
¿El poder restaurador de la Venida del Señor ha tomado posesión de vuestros corazones?
Ningún pecado es traído a Dios sino cuando viene para ser exterminado y limpiado por la sangre.
Dios querría que consideráramos como un privilegio especial ser totalmente ganados por el Hijo de su amor.
Recordad que no hay para vosotros camino más llano ni más ancho que el que anduvo el Hijo del Hombre mientras estaba en el mundo.
Puedes haber pasado por aguas profundas; y muchas penas pueden haber dejado huella en tu frente. Pero cuando pasaste por la tribulación, ¿qué sentiste más, la prueba o la comunión de Jesucristo contigo?
Juzgo que la cosa más grande es pertenecer a Dios y saber estar tranquilo. «Callé, porque tú lo hiciste» —dijo David—. Hay reposo en dar a Dios su propio lugar.
Estoy seguro de que lo mejor para nosotros es dejar que la sabiduría y el amor divino tomen su lugar en el timón de nuestras vidas y decidan por nosotros lo que nosotros tendríamos que decidir.
En cuanto al cielo todo está bien. Está preparado para nosotros, y son más felices los que se encuentran allí que los que estamos aquí. Nuestro buen Señor nos ha fijado el tiempo de nuestra partida y nos mantiene listos y dispuestos a deslizamos allí a cualquier momento.
G. V. W.
Consejo y aliento
El que piensa estar firme mire no caiga.... Fiel es Dios que no os dejará ser tentados más de lo que podéis llevar.
(1.a Corintios 10:12-13)
Maravilloso es tu Amor
Y jamás olvidará,
A sus hijos bien amados;
Objeto de su cariño,
Que en tu gracia han confiado.
Aunque tal vez los castigues
Por librarles del pecado,
Tu mano les alimenta
Y cariñoso les alienta
Con gran ternura y cuidado.
J. N. D.
Lo que tenemos que hacer, ora como cristianos, ora como apóstatas o como pecadores, es reconocer la actitud de Dios hacia cada una de estas clases de personas. Él nunca abandona a uno de los suyos, ni les retira su amor, aunque cambie sus maneras. Como alguien ha dicho, nosotros no cesamos de amar a un hijo travieso, pero no le acariciamos.
La perfección de la vida cristiana es la absoluta confianza en Dios. Todos los caminos llevan a esto, y aquél que alcanza esta virtud en alguna medida, jamás será confundido.
Esperar en la presencia del Señor es el medio más seguro de ser calificado para obedecer sus mandatos.
El temor del Señor puede levantar al más flaco y humilde por encima del temor del hombre.
La simpatía es el más raro de todos los ministerios, a la vez que es el más dulce. No se muestra al mundo pero deja su marca.
Orando por los enfermos, oí una vez de un hermano esta expresión: «Señor, que los que son demasiado flacos para orar, sean capaces de apoyarse en Ti.»
Hasta que el alma no está en paz y libertad, las cosas divinas no pueden serle comunicadas.
Obtenemos reposo por una revelación del amor del Padre por medio de Cristo.
El único consuelo que se presenta a mi mente en casos de demencia es que aun cuando la razón haya sido destronada, el espíritu puede estar en comunión consciente e inteligente con Dios. Yo formé este juicio hace muchos años.
No hay en el mundo almohada más suave que el amor, y nosotros tenemos el amor perfecto del Señor para apoyar en ella nuestras cabezas.
«El Señor es mi Pastor, nada me faltará» (Salmo 23:1). «Nada me faltará.» Esta conclusión fluye, no de lo que nosotros somos para Él, sino de lo que Él es para nosotros.
Desear bendición es fácil, pero el camino para la bendición es a través de nubes y tempestades, esto es, a través de los más duros ejercicios.
El secreto de muchas de nuestras flaquezas y tristezas es que nuestros corazones no han sido leales al Señor.... Cuando estamos enfermos damos siempre por supuesto que todo está bien en nuestras vidas espirituales, y nos olvidamos de que la mano del Señor puede estar en la enfermedad para recobrar los afectos de su pueblo.
Lo que es verdad acerca de nosotros, no siempre es verdad en nosotros. Es verdad acerca de cada creyente que está en Cristo, pero para ser leal a Él, debe llegar a esta posición de un modo experimental.
El que va a la guerra, ¿lo hace a sus expensas? No, el que le llama le equipa y le mantiene, y el servidor tiene que aprender solamente a valerse de lo que le es provisto. El Señor no espera nada más de nosotros, sino que miremos a Él, y aun para esto nos dará el poder.
Permitidme una pregunta: ¿Cuántos de vosotros habéis dicho hoy en vuestros corazones: «El Señor Jesús podría venir antes de que este día termine?»
Siempre estamos dispuestos a esperar liberación de las pruebas; pero me temo que olvidamos que el objeto de Dios para nosotros es que aprendamos a esperar una nueva revelación de Cristo aceptando su mente en la prueba.
E. D.
Apoyándose en Cristo
¿Quién es ésta que viene del desierto apoyándose sobre su amado?
(Cantar de los Cantares 8:5)
¡Ay de mí! Siempre tropiezo;
Mas si en mi Amado me apoyo
Me saca atento del hoyo,
Me calma, y me da sosiego.
Cruces y pruebas son buenas;
Y el dolor siempre es ligero,
Cuando a mi Cristo me allego
Y mi corazón Él llena.
(Anónimo)
Dios envía lluvia y tiempos fructíferos, pero aun cuando cada año llegan nunca llegan exactamente del mismo modo sino con días de sol y de lluvia diferentes del año pasado. Así es en el terreno espiritual. Cuando necesito algo, suele venir de donde menos lo espero y no de donde yo esperaba que viniera. Así Dios mantiene mi vista fija en sí mismo y no en los instrumentos humanos.
Existe la tendencia a perder nuestra dependencia de Dios, cuando estamos gozando los resultados de la misma dependencia.
Considero que la defensa propia es indigna de cualquiera que está por el Señor y por su verdad; y nunca he visto un caso en el cual aquel que tenía la razón no fuera perjudicado al tratar de defenderse.
Debemos empezar nuestros días con la confianza de que Cristo nos basta para hacer frente a cualquier dificultad con que podamos tropezar durante el mismo.
Yo tengo a uno que me ama diez mil veces mejor de lo que yo me amo a mí mismo, y sé que estoy en su esfera; pertenezco a su casa, y Él cuida de mí.
¡Cuán poco comprendemos la magnitud del hecho de que Dios es nuestro Padre! Si un hombre tuviera como padre ai emperador, no iría a pedir ayuda a cualquiera. Nosotros no sabemos soportar la espera a que con frecuencia nos vemos sometidos cuando nos volvemos a Dios, pero la espera es simplemente la prueba de nuestra fe. «El que creyere no se apresure.»
El alma que se ha acostumbrado a esperar en Dios, comprende de tal modo su valor, que nunca más puede prescindir de ello.
Cada hora es una dificultad mientras estamos aquí y si no mantenemos nuestros ojos fijos en Él en las pequeñas dificultades, no sabremos encontrarle en las grandes.
Yo no creo que su timidez es un impedimento real; antes considero que este defecto natural puede ayudarle a depender más de Él, haciéndole sentir su necesidad del Señor.
Estoy muy interesado en observar que no es cosa mía, sino de Dios, el capacitarme para ser Su testigo.
No es pecado el ser turbado por malos pensamientos, si los resistes. El esfuerzo de Satanás consiste en conseguir que los adoptes y así te hundas en el pecado. Encontrarás que, si te mantienes cerca del Señor, te sentirás más establecido después de un asalto de esta clase; y el único camino para combatir los ataques de Satanás es combatir con la Palabra. Si Satanás puede llevarte a quedar indiferente a sus ataques, éstos te harán mucho daño; pero si por el contrario te impulsan a apoyarte más en el Señor y en su Palabra, cesarán pronto, y tú quedarás «fortalecido».... «Después que hayáis por un poco de tiempo padecido, Él mismo os perfeccione, fortifique y establezca.»
Hay una profundidad de amor que no podemos fácilmente comprender, en el propósito que el Señor tiene de que conozcamos su ayuda. Alabado sea su nombre. A Él le gusta hacerse indispensable a nosotros.... Es una cosa maravillosa cuando uno no tiene nada en que apoyarse o confiar, sino en la poderosa mano que desciende del «alto Cielo».
J. B. S.
El corazón sumiso
¿No nos someteremos más bien al Padre de los espíritus y viviremos?
(Hebreos 12:9)
Cruces y penas ¿qué importan?
Me hallo libre de cuidado:
Dios, no sólo está a mi lado,
Sino también en el Trono.
La fe es una planta divina que sólo crece en el terreno de una voluntad quebrantada.
He aprendido dos lecciones: La primera, no esperar nada sino del Señor; y la segunda, no tomar nada de aquello que deseamos, aun cuando se halle a nuestro alcance, por nosotros mismos, sino esperar que el Señor lo ponga en nuestras manos. Si el fruto está maduro (y uso la expresión «fruto maduro» figuradamente), déjalo en la rama cerca de ti, no te esfuerces en arrancarlo tú mismo; deja que el Señor lo ponga en tus labios y así lo gozarás mejor.
No somos útiles para Dios hasta que nuestra voluntad es quebrantada.
Es indecible la tranquilidad del alma que reposa solamente en la voluntad de Dios.
Cuando hayas aprendido que tu único lugar seguro es la presencia de Dios, y que tu única felicidad es hacer la voluntad suya, no tendrá que enseñarte nada más.
Cuantos más sujetos estamos a la voluntad de Dios, más creceremos en santidad.
(Lucas 22:42 y siguientes). No puedes esperar una respuesta de Dios a menos que tu voluntad propia haya desaparecido. Impides las respuestas a la oración, cuando tienes voluntad propia acerca de la cosa por la cual estás orando.
Madame Guyon solía decir que la única diferencia que había sentido, acerca de los lugares en que le tocó estar, era que en ellos había sentido más o menos cerca la presencia de Dios. Así será con nosotros, cuando no tengamos voluntad propia ni otro hogar que la presencia divina.
Si conociéramos el pensamiento de Dios nunca nos preocuparíamos acerca de sus procederes para con nos» otros; ni desearíamos que su mano fuera levantada hasta haber aprendido lo que Él quiere enseñarnos.
El apóstol Pablo dijo: «En buena y en mala fama.» No se detuvo en explicarnos el significado de esta frase, y es que un verdadero servidor de Dios no tiene tiempo para ello, pues el defenderse solamente conduce a que se levanten más acusaciones.
Nunca debemos tratar de justificarnos a nosotros mismos cuando se trata de un asunto personal; pero cuando el nombre del Señor es deshonrado, debemos hablar por amor a su gloria.
Nunca hallamos al Señor defendiéndose a sí mismo.
Puede que tu carácter no sea vindicado acá abajo; Jesús murió bajo una nube de acusaciones y malos entendidos. Él nunca se defendió, mientras estuvo en este mundo, utilizando el poder que tenía, de las falsas acusaciones de que fue objeto.
La voluntad de Dios era la única regla de conducta de la vida de Cristo. Él nunca se guio por consideraciones o afectos humanos. ¿Estamos nosotros decididos a hacer que la voluntad de Dios sea asimismo nuestra única regla de conducta?
Un corazón que está en el secreto de la mente divina, debe estar contento de ser menospreciado, y de andar solo; si tal es la voluntad de Dios.
Si no estamos en el camino de la voluntad de Dios, no estamos en el camino de poder.
Nuestra verdadera sabiduría es la sujeción a la voluntad de nuestro Señor. A la vista humana, ningún otro plan estratégico para la toma de Jericó podía ser más insensato que el que adoptó Josué; pero era el plan de Dios, y de ahí su completo éxito.
E. D.

Capítulo 2 El dueño e el servidor

El dueño y el servidor
Si alguno me sirve, sígame, y allí donde yo estuviere, allí estará también mi servidor.
(Juan 12:26)
Toma nuestros corazones
Y llénalos de tu gracia
Tennos más cerca de Ti,
Y como siervos de amor
Ponnos tu sello, Señor,
Para sólo a Ti servir.
Ensancha nuestra visión
Para ver tu gran bondad;
Y desata nuestros labios.
Danos Tú, lengua de sabios
Para ensalzar tu piedad;
Tu amor inmenso, insondable.
(Deszler)
Estoy aprendiendo que ningún siervo puede ir más allá de la medida de la gracia que le es dada.... El Espíritu Santo honra la palabra hablada, cuando ésta ha sido hecha efectiva, primeramente, en el predicador.
Seguramente si yo propongo cosas graves y no estoy profundamente afectado yo mismo, no puedo esperar que mi palabra produzca en mis oyentes mayor efecto que el que ha producido en mí.
Yo creo que en la conversión es una gran cosa tener un buen principio; y un buen principio siempre se halla señalado por un profundo arrepentimiento. Si el arrepentimiento no marca el principio, no hay profundidad en la conversión.
Está al alcance del más débil y humilde tomar tal interés el uno por el otro hasta tener el mismo sentimiento del amor de Cristo...., pero entonces, para servirnos uno a otro verdaderamente, tenemos que despedir a nuestro yo.
Si en el mundo la habilidad humana no se rinde a causa de las dificultades que encuentra —pongamos por ejemplo el caso del abogado o del estratega—, mucho menos el hombre de Dios debe rendirse por causa de las dificultades. Las dificultades son, para la fe, las oportunidades de Dios.
Satanás está tanto más opuesto, a todo lo que Dios, tanto más quiere.
Yo creo que cada uno debería ayudar hasta donde le sea posible a rescatar almas, y pienso que cuanto más nos hallemos en concierto con el corazón de Cristo, más nos esforzaremos en este sentido. A menudo me digo: Si yo estuviera muy cerca de Él, no podría pasar al lado de un pecador sin hablarle del Salvador; ni al lado de un creyente, sin hablarle de Cristo, que es su vida en los cielos.
Sé muy bien que un siervo tiene que pasar por muchas cosas hasta que llega a ser plenamente apto para el uso de su señor. Ningún siervo de verdad se gradúa fácilmente.
Descubrimos que fue más fácil para Israel salir de Egipto que entrar en Canaán. Cada paso adelante trae más oposición que el paso anterior; pero Dios está más y más con nosotros cuanto más adelantamos, y ello es el todo para el corazón devoto.
«Cuando soy flaco, entonces soy poderoso.» Debo estar siempre perdiendo desde el lado humano, para estar ganando siempre por el lado de Cristo.
Yo deseo que el Señor pueda darte una más alta esfera de servicio y así puedas ser asegurado por Él, de que Él quiere que tú seas- su «amigo». No son los mayores actos los que traen la seguridad del más grande amor; el más grande amor de todos puede decir: «Aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.» Cuanto más minuciosa es la atención, mayor es el verdadero amor e interés del que ama.
J. B.S.
Desamparo
Mi flaqueza en la potencia se perfecciona.
(2.a Corintios 12:9)
Mi fe se eleva a Ti, Padre amoroso,
Pidiéndote que me hagas bondadoso.
Apoyarme en Ti, en el quebranto;
Sólo esto cambiará en gozo mi llanto.
Hazme como has pensado hacerme ser,
Apto para tu Obra, a mi pesar;
No lo que soy, sino lo que he de ser,
Para poderte así glorificar.
El camino de la fortaleza es ser hechos conscientes de nuestra propia flaqueza de tal modo que la fortaleza divina, que nunca será un suplemento de la fortaleza humana, pueda obrar plenamente en nosotros.
Que el «yo» se sienta nadie.... es el mayor efecto de la divina gracia.
¿Dónde encontraremos fortaleza para la consagración o separación práctica para Dios, sino en Dios mismo?
La nulidad e incompetencia de la carne debe ser sentida, doquiera haya una disposición a pensar de nosotros mismos como competentes. Debemos detener nuestras pretensiones y ponerlas de lado cuando existen....; debemos encontrarnos conscientemente flacos, para poder esperar ser fuertes o capaces de algo. Todo aquello sobre lo cual el propio yo pueda apoyarse debe considerarse como un impedimento carnal, aun cuando pretenda sernos ayuda.... Debemos ser humillados cuando no somos humildes, o estamos en peligro de no serlo.
Nuestro desamparo es nuestro recurso. Entonces nos damos cuenta de que Dios mismo tiene que acudir, porque nosotros no podemos hacer nada.
Necesitamos el poder de Dios para lograr sentirnos poca cosa.
Él reanima el espíritu, nos levanta sobre el dolor y la flaqueza.... Pensar mucho en Jesús no significa pensar mucho en nuestro estado de flaqueza, sino mirar a Él y apoyarnos en Él como un niño enfermo se reclina sobre los brazos de su madre porque no tiene fuerza.
Es una gran cosa obtener el conocimiento de la propia falta de fortaleza. Conozco bastante de mi «yo» para alegrarme de poderme librar de él. Este es el proceso de Romanos 7. Paz por el progreso...., de modo que resulta imposible hallarse contento de uno mismo.... En el próximo capítulo se descubre, empero, el camino de la liberación. Allí sólo el libertador es nombrado y es descubierta la verdad de que la liberación es completa e inmediata y sólo quedan las acciones de gracias.... «Gracias doy a Dios», es un cambio de sentimiento de parte del apóstol, maravilloso y profundo.... Revela el alma ocupada con Dios, en vez de en sí misma; y ocupada en darle gracias.
Cuan duro es aceptar que el triunfo de Dios en nosotros mediante Cristo está siempre basado en nuestra flaqueza. Los miembros del Sanedrín vieron en Pedro y Juan hombres indoctos e ignorantes; la espina en la carne hizo que Pablo fuera despreciado hasta llegarle a hacer pensar que sería mucho mejor si Dios se la quitara.... Es una regla de conducta de parte de Dios, si así podemos llamarlo, el escoger las cosas débiles. Todo debe descansar sobre el poder de Dios; de otro modo la obra de Dios no puede ser hecha conforme a su mente.... Para la obra de Dios nosotros debemos ser flacos, a fin de que la fortaleza pueda ser de Dios; y esta obra de Dios permanecerá cuando la tierra sea removida.
Yo soy acusado de dejar demasiado que las cosas sigan su curso; pero yo creo que esto es indispensable si he de confiar a Él su propia obra. Si yo puedo ayudar algunas veces, es un favor que Él me confiere; pero cuando quiero yo guiar y gobernar demasiado, es falta de fe.
J. N. D.
Palabra y obra
Y el mismo Señor nuestro Jesucristo, y Dios y Padre nuestro.... consuele vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.
(2.a Tesalonicenses 16:17)
Haznos apoyar en Ti
Pues grande es nuestra flaqueza,
Pero inmensa es tu grandeza
Y tú eres la fortaleza
De nuestra debilidad.
Haz que humanos pensamientos
Jamás nos hagan errar,
Que cual niños atendamos
Tu Palabra y te sigamos
Con toda docilidad.
¿Quién ha despreciado el día de las cosas pequeñas? Somos lentos en aprender que la importancia de cualquier servicio depende de la estima en que Dios lo tiene.... Que el menor servicio es digno de todo nuestro celo y abnegación, si la mente y el corazón de Dios están en aquello, y Dios lo ha puesto en nuestras manos.
No podemos ser poderosos cerca de los hombres si no somos poderosos con Dios. La mayor equivocación que cualquiera de nosotros puede hacer es la de pretender tener poder delante de los hombres sin haber estado en la presencia de Dios.
Somos tan dependientes de Dios cuando hablamos a una sola alma como cuando predicamos a un millar. Yo he aprendido esto por experiencia: He ido a ver a una persona enferma, con una gran confianza en mí mismo, y me he encontrado sin tener nada que decir. Entonces el Señor me ha enseñado que debo esperar en Él para un mensaje a una simple persona igual como cuando voy a predicar. ¡Que podamos recordar esto siempre, a fin de que no se encuentre ninguna traza de confianza propia en nuestro corazón!
Es maravilloso que el Señor condescienda a usar lo que nosotros podemos decir, en vista de que tan a menudo lo adulteramos confundiéndolo con nuestros propios pensamientos.
Es una gran misericordia Suya el darnos ánimo en nuestro servicio; pero estoy convencido de que al final, el fruto de nuestras labores que nos hemos visto sobre la tierra será mucho más abundante que el que Él nos ha permitido conocer aquí; de ahí que tenemos que esparcir la semilla con toda confianza.
Estoy seguro de que nosotros debemos dejar los resultados de nuestros trabajos al juicio del tribunal de Cristo. Entretanto nuestro único deseo debe ser ganar su aprobación y contentarnos con ello. Nada más es digno de ser buscado.
Sospecho que nosotros veremos en el futuro que aquellas reuniones que consideramos como menos importantes fueron las mejores. Por tanto debemos cobrar ánimo e ir adelante con el conocimiento de que Aquel que tiene que valorarlas, a su debido tiempo nos alabará más por haberlo hecho por Él que por cualquier otra cosa.
Estoy llegando a esta conclusión: que cuanto más uno ministra a Cristo más puede contar con su divina ayuda Exaltar a Cristo es estar en comunión con la mente de Dios. Esta será nuestra única ocupación en el Cielo.
Una lección que estoy aprendiendo al final de mi vida es nuestra absoluta dependencia en el poder de Dios. Cada vez que hablamos no es nuestra facilidad de expresión ni nuestras hermosas palabras, lo que afecta a las almas a quienes hablamos, sino el poder de Dios.
El predicador debe estar tan seguro de que solamente el poder divino puede tocar las almas, que puede confiar enteramente en Dios acerca de ello.
E. D.
Apto para el servicio del Maestro
Sirviendo al Señor con toda humildad.
(Hechos 20:19)
¡Oh si pudiera vaciarme de mí mismo;
Ser humillado como debo ser,
Vivir en Cristo; y de Él sólo aprender
Librado totalmente de egoísmo!
Un vaso santo para fiel servicio
Que pudiera su gracia contener;
Apto para el honor o el sacrificio,
y a Cristo reflejar todo mi ser.
Sin nada que ocultar a aquella gloria
Que caracterizó a mi Salvador;
Y así contar con éxito la historia
De su insondable e infinito amor.
Cada uno de nosotros que ha sido llamado por Dios encuentra más o menos que es una persona separada para aquel que la llamó.... Cristo fue separado para Dios.
Seguramente en la casa de nuestro Padre no serán los que se lo han pasado bien en este mundo (como puede ser nuestro propio caso), sino los que han sido llamados al servicio los que tendrán mayor gozo al mirar atrás.
Si uno pudiera ser nada, podría ser usado más y mejor. El carpintero puede usar su sierra, cepillo o martillo sin temor de que éstos se alaben de su obra, porque son sus instrumentos inertes; pero tratándose de seres humanos conscientes, ocurre que si Dios usara a sus hijos sin una buena porción de disciplina, éstos echarían a perder su obra, envaneciéndose de ella como si fuera suya. Él nos ama demasiado para permitirnos tal desacierto.
El ojo más ungido no será el primero para ver las faltas de otros, y el alma que conoce mejor lo que es andar bajo el yugo del Maestro, no será el primero en tratar de enmendar la plana a otros, según su propia mente.
La oración es la obra más segura, y el presagio de toda bendición.... A menudo el mismo deseo de oración son las primeras gotas de una rica lluvia de gracia.
Pablo tuvo que pasar por buena y por mala fama; por tanto, con tal que acerca de cualquier acusación que se levante contra mí esté yo seguro de que no es verdad...., no tengo ninguna necesidad de afligirme por ello...., pues sé que hay una recompensa por las falsas acusaciones (Mateo 5:11-12).
Nosotros no somos sino como tuberías para traer las aguas de los depósitos superiores, secos hasta que el agua fluye, o si deja de manar en ellos. Es bueno recordar esto en todo tiempo y andar humildemente en esta verdad.... Yo he encontrado que me ha sido muy útil, acordándome de este ejemplo, orar siempre antes de hablar. A menudo parecía no habérseme dado ninguna palabra y al ponerme delante del Señor considerando la dignidad de su Hijo y su deseo de que Él sea predicado, ha sido seguido por un nuevo raudal de palabras de vida.
Creedme, sólo podéis luchar con Dios en oración cuando conozcáis profundamente a Cristo. Es el único canal por el cual puede obtenerse la bendición. El poder de la intercesión es el gran secreto para el verdadero siervo de Dios.
Ennoblece inmensamente al cristiano saber y sentir que es un canal por el cual fluye la vida de Cristo.
Feliz la persona que tiene un vaso vacío, ya que Dios está siempre pronto a llenarlo. Desdichado el que no tiene, o siente, semejante vacío.... Dudo de cuantos cristianos conocen la dulzura de ir a la presencia de Dios como un canal o tubería para ser llenados, a fin de traer lo que falta a otros, diciéndose: He obtenido audiencia en el corazón de Cristo.
¿Qué es más digno de ocupar nuestros pensamientos: la pobreza de nuestro amor o la plenitud de aquel amor que sobrepuja todo entendimiento?
G. V. W.
Poder de lo alto
Recibiréis poder después que el Espíritu Santo vendrá sobre vosotros.
(Hechos 1:8)
Haznos Tú, ¡oh Dios de paz!
Del todo santificados;
Limpios y purificados;
Llenos de tu gran poder,
Que nos lleve a obedecer
Tus mandatos con agrado.
Y al Tentador a vencer.
Que espíritu, alma y cuerpo,
Sean tuyos de verdad.
Que puedan contigo andar
Practicando todo bien;
En espera del gran día
De tu gloriosa Venida;
Cristo mi Señor. Amén.
Es un error suponer que podemos ser dotados, por decirlo así, de poder espiritual. Dios nunca da un fondo de poder a ninguno de sus siervos para que puedan utilizarlo tan sólo de vez en cuando, hasta que se termina. El poder está siempre en Él mismo y no en ellos, y sólo es concedido, momento tras momento, a aquellos que andan en dependencia con ÉL.
Tened presente que no debemos esperar consciencia de tal poder. Este es el punto en que muchos tropiezan: Quieren sentir poder, y al fallarles tal sentimiento sacan en conclusión que están en malas condiciones espirituales para ejercitar tal poder. No puede haber mayor equivocación. Por otro lado, el Señor tiene que quebrantar a sus siervos a fin de reducirlos al sentimiento de su absoluta impotencia propia, a fin de que puedan aprender la lección de que su potencia en la flaqueza se perfecciona.
Los arreglos humanos se interfieren muchas veces con el poder divino.
En las Conferencias de Avivamiento la gente, a veces, siente más placer en encontrarse los unos con los otros que en esperar en Dios y entonces no es extraño que falte el poder. Por muchos años he observado que cuando Dios está a punto de obrar, produce una quietud santa, una solemne expectativa y cuando esto ocurre, Satanás trata de contrarrestarlo distrayendo la atención de los creyentes. No debemos ignorar sus tretas.
La incredulidad es una barrera que cierra el influjo del poder divino.
Una señora vino a mi encuentro y me dijo: «Quisiera que me diera el secreto del poder.» Yo le contesté: «Es ser quebrantado totalmente, y tener consciencia de ello.»
J. N. D. dijo alguna vez que cuando estamos ocupados con manifestaciones pasadas del poder del Espíritu Santo, rara vez estamos obrando bajo tal poder.
Es tan sólo por el poder del Señor que el más pequeño de sus preceptos puede ser puesto en práctica; es igualmente cierto que las mayores empresas para el Señor son tan fáciles de realizar como las más pequeñas, ya que el poder adecuado está siempre al servicio de la fe.
El testimonio inconsciente es siempre el más poderoso. A veces pienso que ante el tribunal de Cristo encontraremos que una palabra que hablamos casualmente, una frase que salió espontáneamente de nuestros labios, ha sido más útil que grandes sermones y conferencias.
El creyente más humilde que anda en la obediencia y dependencia del Señor es el que está desplegando el mayor poder espiritual. El poder es la entrada de Cristo en nuestra vida diaria.
Ser llenos del Espíritu Santo es el estado normal del creyente, y si no es así con nosotros, deberíamos humillarnos delante de Dios.
No hay poder sino en el Espíritu de Dios, y sin embargo ¡cuán a menudo dependemos de poderes humanos!: la elocuencia, la cultura, etc. Es muy fácil recurrir a recursos humanos cuando no estamos en el debido estado espiritual.
E. D.
Colaboradores de Dios
Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento.
(1.a Corintios 3:6)
Tú me dirás en la gloria
Por qué me llevaste así,
De acá para allá; la historia
De este mi humano vivir,
Que tanto me ha perturbado
Me será allí revelada;
Y el porqué de mi gemir.
Vendrán todos tus salvados
Redimidos del dolor,
Olvidada toda pena
Ante tamaño esplendor,
Cantando himnos de gloria,
Como cosecha preciosa
De tu soberano amor.
T. P. .
No trates de hacer mucho; que sea la calidad y no la cantidad, el deseo de tu corazón con respecto a tu servicio.
El gran secreto de toda bendición es que venga del Señor.... Que el Señor acerque de tal modo tu corazón a Sí mismo que salgas realmente de Su presencia cuando te dispongas a llevar a cabo cualquier servicio.
Puedes encontrar cristianos que piensan prácticamente más en sí mismos que en el Señor, buscando amor y consideración de los hombres, en vez de conferir al Señor el trabajo que realizan en su nombre. Siempre que un alma se hace a sí misma el objeto primordial de atenciones y afectos, el Señor se separa de ella.
Todo siervo conoce el pasado de nuestro Señor Jesucristo y muchos se interesan por el futuro, pero lo que importa realmente es conocerle en el presente.
Agradar a Dios es el servicio más alto. Este fue el servicio de Enoch, pues «sin fe es imposible agradar a Dios», ya que «el que a Dios se allega debe creer que lo hay y que es galardonador de los que diligentemente le buscan». Algunos parecen opinar que Dios es galardonador de los que diligentes trabajan por Él....; es, ciertamente, una señal agradable cuando los santos son celosos de buenas obras, pero yo creo que no hay nada tan a propósito para minar el alma como la satisfacción que viene del sentimiento de la propia utilidad.... Cuando habéis estado muy ocupados en el sentido activo, necesitáis ir al desierto a reposar un poco «con el Señor». El alma que no busca esto, ni lo encuentra en falta, es la que más lo necesita.
Todo servidor requiere, y lo recibe si lo espera, preparación para todo servicio futuro.... Cada servicio, grande o pequeño, se realiza con más o menos poder, según ha sido más o menos preparado por Dios.
Si yo pienso más acerca del asunto (de mis sermones) que en el poder de Cristo y no obtengo la unción que sólo puede ser adquirida en su presencia, la palabra no será efectiva, por más que sea la más grande verdad expresada del modo más perfecto.
Si no podemos vencer donde nosotros nos hallamos, no podríamos vencer en ningún lugar.
Que ninguno de nosotros esté satisfecho con cualquier cosa, sino con el Salvador triunfante. Entonces nuestro testimonio será más perfecto.
¿Qué fue lo que llamó la atención del hermano mayor del hijo pródigo cuando se aproximó a la casa del padre? Fue el sonido de la música que acompañaba las danzas. Y nosotros despertaríamos muchas almas si diéramos más la impresión de que hemos encontrado la más grande cosa que Dios puede dar, y lo expresáramos con verdadero gozo.
Un cristiano debería poder sacar todos los tesoros del Cielo mediante Aquel que le llena con toda la enseñanza divina: Si no está sacando riquezas de este modo del tesoro celestial no está viviendo a la altura de su posición.
J. B. S.
La obra de la fe
Maestro, a Tu palabra echaré la red.
(Lucas 5:5)
Utilízame, Señor, úsame a mí
Como, donde y cuando quieras,
Para Ti
Hasta que contemplar pueda tu faz,
Y gozar con los salvados
De tu paz.
«Y ellos se maravillaron del gran poder de Dios» (Lucas 9:43). Es humillante ver a los discípulos maravillados de este poder. No dice que se maravillarán del poder del mal, pero debían haber contado tanto en el poder de Jesús, que lo que debiera maravillarles es si tal poder no se ejerciera.
La fe del obrero es el medio de bendición para las almas.
(Lucas 10:38-42). Aunque Marta estaba haciendo preparativos para el Señor, lo que sin duda estaba bien, muestra, sin embargo, cuan apegada a sí misma se hallaba en este trabajo suyo, pues no quería llevar ella toda la carga.
¡Cuánta perseverancia hay de parte de Dios!, y nosotros somos llamados a andar con el mismo espíritu. Cuesta mucho actuar a pesar de todo y de todos, pero para nosotros el hacerlo así marca la presencia del poder divino en nuestras vidas, pues la gracia de Dios es invariable.
Cuando ninguna circunstancia te permita tener esperanza, ¿está tu esperanza en Él? Mi servicio será recompensado según haya sido producido por el Espíritu Santo respondiendo al deseo de Cristo de obrar en mí, pues es un servicio del cual no podría yo realizar un átomo sin Su poder.
Es nuestro deber afrontar cualquier clase de servicio con la paciencia y poder de Cristo.
Lo que más temo siempre, es que mi obra no sea sólida.
Deberíamos orar más por la obra del Espíritu Santo en nosotros, y desear ser llenos del Espíritu. Aunque tengamos corazones pequeños y pobres, lo importante es que puedan estar llenos de Él.
(Lucas 14:10). Cuando Dios da un cargo, siempre será lleno de poder y comunión con Él; pero cuando el hombre toma un cargo por sí mismo, será siempre con flaqueza y separación de Dios, porque el primordial objetivo será el propio egoísmo.
«Id vuestro camino: he aquí yo os envío como ovejas en medio de lobos.» Nosotros no podemos cambiar un cordero en lobo para que se defienda a sí mismo. Mi testimonio es mucho más brillante cuando yo tomo las cosas con calma y sumisión, no deseando ser un lobo entre lobos. Es extremadamente difícil para el propio corazón inclinarse y decir: «Pase lo que pase, yo no seré más que un cordero», pero este es nuestro lugar, pues el Señor dice: «Mía es la venganza.»
Juan declaró: «Nosotros se lo prohibimos, porque no nos sigue.» Esto revela toda la historia. Ellos estaban pensando en sí mismos, no en Cristo; en su propia importancia; y no en el honor de Él. Si hubiesen pensado más bien en Cristo y en su causa se hubieran alegrado de que su nombre fuera motivo de bendición en cualquier lugar y mediante cualquier persona.... pero no; ellos estaban mirándose a sí mismos, así como al asombroso crecimiento del partido mesiánico que atribuían a Cristo.... ¿Y no es también así con nosotros? Hallamos satisfacción en nuestro propio engrandecimiento, a la vez que en la causa de Cristo; en vez de buscar tan sólo el honor de Cristo.
J. N. D.
Los enviados
Como mi padre me envió, así yo os envío.
(Juan 20:21)
De la gloria, paz y gozo
Que encuentro en mi Salvador
Cuando busco aquí su rostro
Con amor,
El Hijo de Dios me envía
A proclamar su favor
En la noche oscura y triste
Del dolor;
A un mundo que necesita
Su gran amor conocer,
Y de su Santa palabra
Aprender.
Me envía a sitios oscuros,
Y me ordena embajador
Con las manos horadadas
Por su amor.
Debéis sentir una presente dependencia al predicar la Palabra del Señor. No hay poder en la Palabra a menos que la recibamos mientras estamos hablando. Lo que necesitáis es una conexión viva con el corazón de Dios, y entonces, lo que fluye del corazón de Dios a vuestro propio corazón, irá con poder a los corazones a los cuales habláis.
Mantenernos a nosotros mismos a disposición del Señor nos asegura puertas abiertas, pues Él siempre tiene trabajo para nosotros.
Somos dejados aquí para reflejar a Cristo. Si no hacemos esto no somos de ninguna utilidad para Él ni para el mundo.
La calificación para el servicio consiste en un conocimiento más profundo del corazón de Cristo.
Cuanto más honráis a Dios, manteniendo a vuestro yo humano en la sombra, más bendición tendréis en la obra.
El Espíritu Santo siempre está listo para obrar cuando nosotros exaltamos a Cristo, pues se nos dice: «Él me glorificará.»
El mayor peligro es la presentación de cualquier verdad aparte de Cristo.
¿Qué ocurre mañana con las flores que cortamos hoy? Se mustiarán. Así la verdad separada de Cristo se mustia y estropea.
Nada puede justificar una falta de ternura en la presentación de la verdad.
Tenemos que trabajar con fe; y en proporción a nuestra confianza en Dios será nuestra expectación de su bendición divina.
Yo supongo que nunca conoceremos de lleno el resultado de nuestro servicio hasta que aparezcamos ante el tribunal de Cristo, y entonces puede ser que lo que nosotros estimamos como de menor importancia, se mostrará como lo más rico en resultados.
Si vosotros sentís «yo puedo hacer esto o aquel servicio», no sois el vaso que Dios puede utilizar.
El Señor buscó siempre profundizar los ejercicios del alma, como en el caso de la mujer sirofenicia a la que rehusó su petición hasta que estuvo en estado de recibirla. Nosotros, en cambio, buscamos acortar la obra de profundización, como, por ejemplo, cuando intimamos a las almas a una inmediata decisión por Cristo, sin considerar si han sido traídas o no a este punto por la obra del Espíritu Santo.
Cuando hay pocas personas en una reunión, recordad que puede haber allí en realidad tanta bendición como con una gran multitud. Dios reunirá a aquellos a quienes se propone bendecir, y si recordamos esto mantendremos nuestros ojos fijos sobre Él, y esto es una condición de la bendición.
Si alguno de nosotros procura poder, o aceptación humana por medio de la cultura, el fervor o la elocuencia...., corremos enseguida el riesgo de salimos del terreno de la dependencia en el poder del Espíritu Santo, porque estamos llamando en nuestra ayuda lo que procede del hombre y sus habilidades naturales.
Un predicador nunca debería estar ansioso por los resultados, pues esto es asunto de Dios. El obrero sólo tiene que preocuparse de tres cosas: Primera, del estado de su propia alma; segunda, de estar en plena comunión con la mente divina y con la de las personas con quienes está hablando, y tercera, fidelidad a las verdades reveladas al dar su mensaje.
E. D.

Capítulo 3 Adhesión a Cristo

El Amado del alma
Aquel a quien ama mi alma.
(Cantar de los Cantares 3:4)
Es el Cristo de la gloria
Quien mi corazón ganó;
Y lo iluminó radiante
Cual esplendoroso sol.
Aunque el mundo en que yo ando
Oscuro y frío aún está,
Excepto la estrecha senda
En que Él me ordena andar;
Yo he visto la faz de Cristo;
No me habléis de nada más.
Su dulce voz he oído
Y no le quiero dejar.
P. P.
Siento que no leemos la Escritura con suficiente intimidad de corazón con su autor. Leemos como si tuviéramos que familiarizarnos con palabras y sentencias. Si yo no obtengo que la Escritura me acerque a Dios, de corazón y de conciencia, no he aprendido la lección que Él querría enseñarme.
Cristo es nuestra lección, así como nuestro Maestro.... ¿Hay algún libro tan digno de ser leído como aquel que podemos llamar Jesús mismo?
(Lucas 19:12-27). Yo no estoy realmente en el espíritu de servicio si no recuerdo que Cristo es un señor ausente y rechazado por el mundo. Yo soy un siervo que tiene que reconocer con tristeza el hecho de que su Señor ha sido rechazado e insultado aquí. ¿No es un pensamiento conmovedor el considerar que los mismos insultos que fueron acumulados sobre Él, constituyen, en gran parte, las muchas y nuevas tentaciones que reclaman nuestros afectos? ¿Lo que en su caso eran viles calumnias serán realidad en nosotros?
El corazón, no la cabeza, es el padre de la elocuencia.
Queremos hacer mucho de Cristo; mucho de Él mismo y de sus gloriosas realizaciones para los pobres pecadores. Queremos más que todo los alientos de un alma plenamente satisfecha en Él, y la paz de una conciencia permanentemente en reposo a causa de Su incomparable suficiencia.
«Y cuando Él se levantó de la oración y vino a sus discípulos los halló durmiendo» (Lucas 22:45). ¡Ellos estaban en el pensamiento de Él! ¡No Él en el de ellos! Ellos no podían velar con Él ni una hora. Así es actualmente. Él vive para interceder por nosotros. «¿Vivimos nosotros siempre para amarle y servirle? Él vive siempre para Ti. ¿Vives tú siempre para Él?
Nuestro poder para atraer a otros al Señor radica principalmente en nuestro propio gozo y comunión con Él.
¿No hay el peligro de que la familiaridad con las cosas de Cristo sea mucho mayor que el verdadero conocimiento y relación con Él mismo?.... Yo puedo estar leyendo libros que hablen de Él, puedo hablar y escribir acerca de Él, mientras que otras personas estén privadas de este privilegio. Sin embargo, puede que ellas crezcan en el conocimiento y comprensión divina, avanzándome a mí a tal respecto.
Una cosa es rendir a Jesús nuestro tributo de admiración, aun con lágrimas, y otra cosa es unirse uno mismo con Él para mejor o peor, en el bien o en el mal. Una cosa es hablar bien de Él y otra abandonarlo todo por Él.
Oh necios y tardos de corazón para creer. ¿Creer que? «Todo lo que los profetas han dicho.» ¡Oh, que mi corazón y el vuestro sea constreñido por cada jota y cada sílaba de la Palabra de Dios!
Ciertamente vale el mundo entero tener una eternidad en íntima relación con Cristo.
¡Oh, cuan poco ha aprendido el corazón la lección viva y práctica de un Jesús rechazado y escarnecido.... Aunque la mente y la pluma pueden describir un elocuente cuadro de todo ello!
Señor, danos el honor de saber testificar de tu rechazamiento en este mundo orgulloso.
J. G. B.
Ocupados con Cristo
Una cosa he demandado.... contemplar la hermosura de Jehová e inquirir en su templo.
(Salmo 27:4)
Jesús, tú eres suficiente
A mi pobre corazón;
Tu paz y tu amor ardiente
Pueden calmar mi temor.
Fija nuestra torpe vista
Tan enteramente en Ti,
Que nada turbarnos pueda;
Aun hallándonos aquí.
La perfección de la vida cristiana es perderse de vista a uno mismo y hacer a Cristo el todo en todas las cosas.
La señal de un buen estado de alma es gozar de la presencia de Cristo. Cualquier cosa que aparta tu ojo de Cristo es una trampa del diablo.
El único objeto de la vida cristiana es aprender más de Él, pues Satanás no puede hallar entrada en un corazón que está lleno de Cristo.
No tenemos que regocijarnos tanto en las liberaciones del Señor, como en Aquel que nos libra.
Cuanto más profundo es el sentimiento de la situación de aquel que ha sido librado, más intenso será su afecto para el libertador.
La convicción intelectual está siempre falta de poder cuando se ocupa en la verdad, pero no trae a Cristo consigo.
Los israelitas tenían que recoger el maná, cada uno según lo que podía comer (Éxodo 16:16). El apetito tenía que gobernar la cantidad. ¡Cuán verdad es esto en el creyente ! Nosotros tenemos de Cristo tanto como deseamos; ni más ni menos. Si nuestros deseos son grandes, si abrimos plenamente nuestra boca espiritual, Él la llenará; pero si somos poco conscientes de nuestra necesidad solamente recibiremos un poco de Cristo.
Hay ocasiones cuando muchos creyentes sienten como si no pudieran llegar hasta la presencia de Dios para ser oídos.... Seguramente demostraría ser un antídoto a las tentaciones de Satanás si en tales ocasiones recordáramos que, si no oramos nosotros mismos, Cristo nunca deja de llevarnos ante el trono de Dios en su intercesión siempre prevaleciente.... Pronto disiparía nuestra pesadumbre y frialdad de corazón, porque ello nos llevaría a mirar fuera de nosotros mismos y esperarlo todo de Él, y de su continuo ministerio por nosotros en la presencia de Dios.
Un corazón poseído de Cristo es fortificado contra las más seductoras tentaciones del mundo.
El estado de nuestras almas puede ser discernido por el efecto que produce en nosotros el nombre de Jesús.
Cristo mismo ha de ser nuestro gran ejemplo de fe, y de una vida dependiente de Dios. Si el más santo de los hombres que jamás ha vivido sobre la tierra llenara nuestra visión, nos sería tan sólo un impedimento y no una ayuda.
Siempre que hablamos el uno al otro de Cristo Él estará en nuestra compañía (véase Malaquías 3:16). ¿Anhelan nuestros corazones su presencia? Entonces hablemos de Él a otras personas.
Nos alimentamos de Cristo, apropiándonoslo en cada uno de los caracteres con que nos es presentado.
Toda la vida de nuestro bendito Señor como hombre está comprendida en las palabras «Se humilló a sí mismo».
«Este es mi hijo amado en el cual me he complacido, a Él oíd.» Cristo es la única autoridad en el Reino de Dios.
E. D.
Jesús mismo
Declarábales en todas las Escrituras lo que de Él decían.
(Lucas 24:27)
Jesús, tu dulce nombre
Recrea el alma mía
Y suena en mis oídos
Cual célica armonía
Con tal vigor quisiera
Poderlo proclamar
Que todo el universo
Lo oyera resonar.
Jesús, tu dulce nombre
Me trae bendición;
Vida, paz y reposo
Eterna redención.
Jesús, tú eres el mismo;
Y pronto te veré.
Por siempre tú eres mío,
Y tuyo yo seré.
El Señor Jesús nació en un pesebre y murió en la cruz y durante toda su vida no tuvo donde reclinar su cabeza. Un Jesús muriendo en la cruz por el más vil, responde a las necesidades y cargas del más vil.... Si los pecados del tal le son una carga, puede ver a Cristo llevándolos para que él pueda sentirse libre y tener paz.
Cuanto más comprendamos el valor de la cruz, más precioso será Cristo para nosotros.
Si Jesús ve perfección en nosotros, nosotros ya no necesitamos nada más.
El Espíritu Santo es un poder que nos separa de todas las cosas y nos une a Aquel que es invisible, a Cristo en el cielo, y al amor del Padre.
(Lucas 7:36-50). «Sus pecados le son perdonados porque amó mucho.» El Señor sabe hacer patente este perdón: lo revela a la pobre mujer; pero fue lo que ella había visto en Jesús mismo lo que por la gracia de Dios derritió su corazón y produjo aquel amor que ella le manifestó. El ver lo que Él era para pecadoras como ella. Por esto piensa solamente en Él, y Él ha tomado posesión de su corazón de tal modo, que se halla cerrado a otras influencias.... Por esto se dirige a la casa de este orgulloso fariseo sin pensar otra cosa sino que Jesús se encuentra allá. Así pudo ver lo que Él era para un alma pecadora, y que el más desgraciado y desechado podía encontrar en Él recurso.... Allí se encontraba un Salvador divino. ¿Qué importancia tenían Simón, los de su casa y todos los demás huéspedes? Jesús le hizo olvidar todo lo demás. Acordémonos de esto.
Cualquier cosa que debilita nuestra adhesión a Cristo, destruye nuestro poder. No es ningún grande pecado (aunque, por supuesto, éste produciría tal separación tendría también que ser juzgado), sino las cosas pequeñas de la vida diaria, las que más fácilmente pueden ser elegidas por nosotros, con la consecuencia que nos separen de Cristo.
Si yo tengo en mí y a mi alrededor cosas que afligen el alma, tengo a Él que es mi consuelo y gozo infaltable. ¿A dónde se dirigiría el corazón por reposo si no tuviera a Jesús? Con Él pueden el cielo y la tierra ser trastornados de arriba a abajo y todavía tengo paz.
Hay poder para atraernos fuera de toda la corrupción que nos rodea, y elevar nuestra alma a Dios y a sus caminos, en la revelación de Cristo mismo.
«Los que son sembrados en buena tierra son los que, con un corazón honesto y bueno, habiendo oído la Palabra, la guardan y traen fruto con paciencia.» Si la gente no obtiene a Cristo se seca. No hay cristianismo permanente a menos que Cristo tome posesión del alma, pero si Él lo hace habrá un motivo para permanecer, continuar y traer fruto con paciencia.... Pueden venir dificultades en la iglesia, desalientos y desengaños de parte de otros hermanos; pero el creyente irá adelante, porque tiene a Cristo delante de sí, pues la palabra que ha oído le mantiene unido a Cristo, y Él es para el tal, más que cualquier otra cosa.
Por más que yo amo a los hermanos, mi felicidad ha venido siempre de Dios, no de ellos.
J. N. D.
De todo corazón
Consolida mi corazón para que tema tu nombre. Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón.
(Salmo 86:11-12)
Como el girasol se vuelve
Al astro que le acaricia
Con sus rayos luminosos;
Así, Señor, yo querría
Mirarte a Ti tan sólo
Seguirte de día en día
Imitarte y vivir
En tu dulce compañía.
J. Teuler
Muchos poseen la gracia de Dios, pero ¡cuán pocos comparativamente son los que vemos rendir su posición y sus propósitos para seguir a Cristo plenamente.
Hay una gran necesidad de hombres valientes como aquellos valientes de David en nuestros días, hombres consagrados a David. La nación se aprovecha de sus servicios, pero ellos piensan y sirven sólo a David.
Cuanto más los creyentes están por él, tanto más ganarán para sí en todos los sentidos.
Yo veo muchas almas convertidas, pero no veo muchos testigos.... Yo siento que una persona plenamente consagrada a Cristo, como Ana la profetisa, sería un testimonio mayor que muchas conversiones.
Yo no creo que una persona que adelante en este mundo y no se halle consagrada, puede estar buscando las cosas de arriba.
Me temo que los cristianos están más bien adelantando en el mundo que retirándose de él. Ciertamente nunca ha habido tanto adelanto verdadero como cuando ha habido renuncia, y yo creo que el «sobre mucho te pondré» es con referencia más bien a la consagración que a la cantidad de trabajo.
Los más cercanos y queridos a nosotros son los que pueden hacernos los mayores daños espirituales, porque nos consideran demasiado a nosotros y demasiado poco al Señor.
Es una buena señal en todos los sentidos cuando los hijos prefieren el hogar que cualquier otro sitio. Qué bien si esto fuera cierto de cada uno de nosotros con respecto a nuestro hogar en la casa del Padre. La razón de no hacerlo así es que no conocemos suficientemente el gozo de tal lugar.
Yo admiro mucho (a María de Bethania) en su posición aislada, ya que su afecto por Él la separó de todos los demás que no podían comprenderla. Por esta razón, según me parece, el Señor dijo: «Doquiera que este Evangelio fuere predicado en todo el mundo, también será dicho para memoria de ella lo que ésta ha hecho.» La memoria es de que nuestro bendito Señor, no tan sólo amó a una pecadora, sino que pudo hacer que ella le amara tanto a Él.
Es notable la forma con que el corazón es desarraigado de cualquier lugar cuando el objeto que ama ha sido quitado de allí, pero es mucho más desarraigado cuando sigue al objeto amado al lugar donde aquel se encuentra. La ausencia corporal de nuestro Señor nos separa de este mundo pero su presencia en el cielo nos une al cielo, porque Él se encuentra allí.
No te des por satisfecho con un cristianismo suficiente para tranquilizar tu conciencia.
No es al que más trabaja ni al que más lee que el Señor confía sus secretos, sino al que más le ama (como en el caso de María). Es solamente cerca de Él que la mente humana se halla en tal expectativa que se encuentra en actitud ascendiente.
¡Cuántas cosas nos turban y enojan todo el día cuando no nos hallamos realmente al lado de Cristo!
J. B. S.
La exaltación de Cristo
Para que Él sea el primero en todas las cosas.
(Colosenses 1:18)
Del universo glorioso
Del inmenso amor de Dios
Tú eres el sol radiante
De singular esplendor.
Por esto los redimidos
Alaban sólo al Cordero.
¡Toda rodilla se doble
A quien sufrió en el madero!
E. Conder
Cristo es todo para el corazón de Dios, y Él desea ser el todo a los corazones de su pueblo. El que sea así contigo, es la más alta bendición que puedo desearte.
No hay ninguna dificultad en cuanto a la guía cuando nuestros ojos están en Cristo, pero si vienen otras consideraciones puedes perder Su dirección.
«Según mi mira y esperanza de que en nada seré avergonzado, antes bien con toda confianza como siempre ahora será magnificado Cristo en mi cuerpo.» ¿Es nuestro deseo adoptar el lenguaje de Pablo? ¿Consideramos nuestros cuerpos como vasos para demostrar a Cristo? ¿Cuándo nos levantamos por la mañana pensamos en el día que tenemos delante como una nueva oportunidad de engrandecer a Cristo?
Quiera el Señor enseñarnos esta lección: Que Él es la única cosa indispensable para nosotros. Siempre hay un resultado en servir a Cristo.
Cristo es siempre en algún aspecto suficiente para la necesidad de cada alma.
El único objeto del predicador es exaltar y enaltecer a Cristo. El testimonio del Espíritu, es Cristo y su obra, glorificar a Cristo. Y yo deseo estar en la línea del Espíritu Santo, de otra manera no podría contar con Él para bendición.
La mitad de las predicaciones que se realizan en el mundo podrían ser suprimidas con gran ventaja sin que se perdiera gran cosa. Nada puede llenar la necesidad de la gente sino Cristo. Nada hay digno de predicar, sino Cristo.
La verdad no es Cristo, sino que Cristo es la verdad. Podéis tener la verdad sin tener a Cristo, pero si tenéis a Cristo tendréis la verdad. Todas las influencias fluyen de la verdad, porque Él es la verdad.
Cuanto más tenemos los pensamientos de Cristo, mayor es nuestra comunión con Dios.... La gloria de Cristo es el asunto que llena el corazón de Dios, y si llena su corazón también puede llenar los nuestros.
Un verdadero despertamiento en nuestros corazones, es siempre despertar para poner a Cristo en el lugar que en ellos le pertenece.
La más pequeña sombra del propio yo, oscurece la presentación de Cristo.
Siempre me llama la atención que la última visión que los discípulos tuvieron de nuestro bendito Señor, fue verle ir al cielo con sus manos extendidas para bendecirles. Esto es ciertamente su perpetua actitud hacia nosotros. No menos de admirar es su respuesta a lo que habían visto. Su vida fue una perpetua adoración. ¡Ah, si nosotros adoráramos más! Tendríamos más altos conceptos de lo que Él es y de lo que Él ha hecho por nosotros.
E. D.
Lecciones de la vida y de la muerte de Cristo
He aquí mi siervo a quien he escogido, mi amado en quien se agrada mi alma.
(Mateo 12:18)
En pobre pesebre yace reclinado
Al hombre ofreciendo eternal salvación;
El santo Mesías, el Verbo humanado.
¡Vengamos, adoremos a Cristo el Señor!
Extraño principio, de singular vida
Es la que a los hombres Él vino a ofrecer,
A fin de que todos aprender de Él pudieran
Y así consiguieran a Dios conocer.
J. N. D. (Adaptado)
Todo el mundo encontró lugar en la posada excepto Él, pero todo aquel que quiera encontrar a Aquel a quien los ángeles celebran, debe ir al pesebre.
(Lucas 4:4). El usa siempre la palabra escrita y Satanás es impotente ante ella. ¡Cuan gran importancia Jesús da a las Escrituras....! No despidió al diablo con un acto de autoridad divina, sino que probó al enemigo que estaba en desobediencia a la Palabra de Dios.... Jesús no razona con Satanás. Un simple texto enmudece cuando es usado con el poder del Espíritu. Todo el secreto de nuestra fortaleza espiritual, cuando nos hallamos en conflicto, es usar la Palabra de Dios del modo debido.
(Lucas 4:16). «Y vino a Nazaret, donde había sido criado.» El lugar despreciado y humilde, pero el lugar donde se encuentra el poder espiritual. ¿No fue siempre así? ¿Cuándo encontramos a Jesús aliado con los grandes de este mundo?
Dios no despreció a Nazaret, pero los hombres despreciaron a Jesús porque vino de Nazaret.... Los hombres desprecian la humildad a la cual le trajo su misericordiosa gracia. ¡Hasta aquí llega la maldad humana!
Cristo no obró jamás milagros a su favor, sino a favor de otros.
(Lucas 8:37). Las gentes piden a Jesús partir para hallarse más a su gusto. Se hallaban mejor con una legión de demonios que con la presencia y el poder de Dios.
(Lucas 9:30-31). «Moisés y Elias, que aparecieron en gloria y hablaban de su muerte.» Se ocupaban de «su muerte» al hablar con Él. Un tema que ocupaba las mentes del cielo y de la tierra. Él iba a ser crucificado allí donde debía haber sido rey. Bajo tales circunstancias no hay nada más de que hablar sino de su muerte. Y así es para nosotros. La cosa más grande del Mesías es que murió.... Jamás dejaremos nosotros de sentir interés por este asunto cuando estaremos con el Padre en la gloria, será el tema absorbente Él dijo de sí mismo: Por esto me ama el Padre, porque yo pongo mi vida.» ¡Cuánto más no le amaremos por la misma causa!
(Juan 12:1). Betania recibe a Jesús por última vez. He aquí el retiro momentáneo de Aquel que nos dio, en sus relaciones con esta amada familia, el ejemplo de un perfecto amor humano, en el cual halló consuelo por ser una respuesta a su insondable amor.
(Lucas 23:39-43). Jesús crucificado fue más que Rey —fue el Salvador—. El malhechor arrepentido es un testimonio de ello, a la vez que un motivo de gozo y consuelo para el corazón del Señor, quien halló en su compañero de suplicio las primicias del amor que los puso el uno al lado del otro. Si el pobre ladrón padecía el fruto de sus pecados, el Señor de la gloria estaba recibiendo el fruto de su sacrificio.... Aunque era un secreto para aquel primer creyente salvado por fe, sus pecados fueron quitados, dejaron de existir, y su recuerdo era sólo de la gracia que los había hecho desaparecer; que había limpiado su alma, y hecho lo apto para entrar en el Paraíso acompañado de Cristo mismo.
J. N. D.
Intimidad con Cristo
Os he llamado amigos.
(Juan 15:15)
¡Oh Señor, tú ves, tú sabes,
Que yo no puedo expresar
Todo lo que ha encontrado
Mi alma, en tu amor veraz!
Pero a Ti puedo decirlo;
Tan sólo, Señor, a Ti,
Porque comprenderme puedes,
Ya que moriste por mí.
El mundo entender no puede
Lo que yo entiendo de Ti.
Pues amarte sólo quiero:
Revélate más a mí.
H. Suso
«Vosotros sois mis amigos si hiciereis las cosas que os mando.» Si tratamos de meditar estas palabras nunca alcanzaremos su sentido más profundo, ni aun en la eternidad, pues ¿quién podrá decir lo que implica la amistad con Cristo, que podemos empezar a disfrutar ahora, y la que nos aguarda a un paso de nuestra terrenal existencia.
Deberíamos cultivar diligentemente, y gozar el amor de Cristo, a fin de que moldeados por Él, podamos expresarlo más a nuestros allegados y ser rodeados por la santa atmósfera que Él crea.
Todo lo que hace a Cristo más precioso a nuestras almas, es de Dios. Lo que se interpone entre nosotros y Cristo, es del diablo.
«Yo soy, no tengáis miedo.» La realización de la presencia de Cristo es el antídoto a todo posible temor, y el medio para confortar a su pueblo es ministrar a Cristo en el poder del Espíritu Santo; presentarle de tal modo que la gente sienta Su presencia.
Cuanto más cerca estamos de Dios, mas nos perdemos de vista a nosotros mismos ,y más capaces somos de sentir su presencia y comunicar con Él.
No conozco una ocupación más feliz que sentarme en quietud delante del Señor y dejar que Él impresione mi corazón. Permitámosle hacernos sentir su presencia y producir en nosotros los sentimientos que Él quiera.
Sentándonos a los pies de Jesús haremos dos cosas: Darle gozo a Él y encontrarnos a nosotros mismos, en el lugar de indecible e insondable bendición.
Sin embargo, mucha gente piensa que la comunión con Dios es tener sentimientos felices, pero en realidad es otra cosa: es tener la mente de Dios. La comunión con Dios es hacer las cosas justas en el justo momento y de la manera justa. Fuera de su comunión es muy difícil obrar y juzgar rectamente.
¿Estamos satisfechos de tener la luz de Cristo, en vez de cultivar su amor? Cuanta más luz tengamos, tanto mejor, si el amor la acompaña; pero si se mantiene la luz por otros motivos que no sean los de la verdadera comunión con Dios, de nada nos beneficiará. El capítulo 20 de San Juan nos ilustra esta verdad. Juan tenía más luz acerca de la resurrección que María, sin embargo cuando vino al sepulcro y lo halló vacío, regresó a Jerusalén. María no tenía tanta luz acerca de la resurrección, pero se quedó allí llorando, y Jesús se reveló a ella. Es al corazón, no a la cabeza, que Cristo se revela. Así que cuanto más tengáis vuestro corazón para Él, tendréis más de sus manifestaciones.
Estar cerca de Cristo es el gran gozo de la vida espiritual. ¿Pueden los que están de bodas ayunar mientras el esposo está con ellos? Ciertamente que no, ni aun en el cielo estaríamos satisfechos si no estuviéramos en contacto con Cristo. ¿Has venido en contacto con Él, en este tiempo?
E. D.
Comunión divina
Verdaderamente, nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.
(1.a Juan 1:3)
Dame, Señor, tu humildad,
Y tener siempre tu mente;
Hallar en Ti mi delicia,
Y obedecerte siempre.
Algunos cristianos están inclinados a confundir estas dos cosas, el gozo especial del Señor y la permanente comunión con Él; y suponen que, porque lo primero no es permanente, tampoco puede serlo lo segundo. Esto es un gran error. Pueden alcanzarse especiales momentos de gozo en la comunión con Dios; pero la constante comunión con Dios el Padre, y con su Hijo Jesucristo, es el único estado reconocido en la Sagrada Escritura. Tenemos que gozarnos en el Señor siempre.
Sin embargo, el cristiano fortalecido por comunicaciones del amor divino a su alma, tiene que andar por fe sin estar siempre bajo estos sentimientos de gloria.
La clase de oración superior es la que no dimana del sentimiento de necesidad, sino de aquellos deseos que la revelación de Dios produce en las almas.
El objeto del amor de Cristo es llevarnos a gozar de todo lo que a Él le da gozo.
Si nuestras almas anduvieran en la paz y comunión del Señor aprenderíamos que no hay ningún bien en nosotros, sino en aprender a conocerle en la perfección de su amor.
Dios quiere, como una cosa presente y constante, que nuestros corazones estén sintonizados con el suyo en cada deber cotidiano de la vida.
Creo que deberíamos mirar a los frutos como una señal de que Dios está obrando con nosotros; pero no esperar que éstos estén al principio de semejante obra, sino tener tal relación con Él, que tengamos su mente.
Sí; todo nuestro interés debe ser el estar con Él, que nuestra vida sea suya. Entonces las fuentes de vida en el alma son profundas, tan profundas como Dios mismo.
El Señor debe ser conocido con intimidad a fin de poder andar con Él de una manera digna. El camino es muy simple, si el corazón es simple. Seremos pacíficos, si el corazón goza de comunión con Dios. Felices entonces, discerniremos pacíficamente lo que es mejor para su gloria.
Nuestro propio corazón sufre de estar constantemente ocupado con el mal, aunque sea combatiéndolo. No es este el lugar de comunión.
Si gozáis de Cristo vosotros mismos, los santos lo descubrirán y será vuestro testimonio para ellos.
Estoy contento de que estáis experimentando el valor de esta vida interior que es desarrollada en comunión con el Señor. La vida externa, aunque sea bendecida, nunca puede darnos lo que aquí nos es comunicado. Este es el conocimiento de Cristo que madura las almas.
Yo no conozco qué más tenemos que hacer acá abajo, si no es conocer mejor a Dios, y servirle mejor.
Poco nos imaginamos las cosas altas y bendecidas a que somos llamados. ¡Oh, si los cristianos lo conocieran mejor! ¡Estar con Él y tener gozo con Él y comunión con Dios!
J. N. D.

Capítulo 4 Agradando a Dios sobre todas las cosas

Agrandando a Dios ante todo
Sin fe es imposible agradar a Dios.
(Hebreos 11:6)
De los afanes del mundo,
Por imperiosos que sean,
Me retiro, pues tengo uno
Que supera todos ellos.
Es agradarte tan solo;
Vivir siempre para Ti.
Pues que este mundo se pasa,
Y contigo he de vivir.
La gracia de Cristo es suficiente para nosotros. Su fortaleza es perfeccionada en la flaqueza y Dios es fiel para no dejarnos sufrir la tentación más allá de lo que podemos soportar, a fin de que no tengamos excusa cuando fallamos.
El Espíritu Santo es el poder operativo de Dios para producir en el hombre todo lo que a Él le agrada.
«Para que de aquí en adelante no sirvamos más al pecado.» No hay necesidad de tener ni siquiera un mal pensamiento.
A fin de ser verdaderamente librados debemos aprender por experiencia que cada uno es cautivo del poder del pecado, y que no tiene poder para librarse a sí mismo, aun deseándolo.... «¿Quién me librará?» Es la declaración de que no podemos hacerlo nosotros mismos. Esto es lo que tenemos que aprender: Nuestra completa incapacidad, nuestra dependencia de Dios.
La vida de la carne ya no es más nuestra posición, porque Cristo, por su muerte, ha venido a ser nuestra vida. El pecado es condenado en la carne por la muerte de Cristo en la cruz.... Ciertamente, por fe, la misma carne es quitada, puesto que somos muertos a la carne.
Poder del Espíritu, es el requisito para vivir delante de los hombres. Un poder superior a la regeneración. Y distinto de la mera comprensión espiritual.
La mejor cosa para un cristiano es servir a Dios de tal manera que Dios pueda alabarle, y dejar que la gente diga lo que quiera.
Yo puedo hacer todas las cosas por Aquel que me fortalece, este es el verdadero estado del cristiano; ser, por un lado, un niño en la malicia, y por el otro, un padre en Cristo. Aunque ambas cosas sean diferentes, y diferentes también sus tentaciones, ambas tienen un mismo propósito.
La Palabra de Dios es viva y eficaz y más penetrante que una espada de dos filos. Corta lo que es de la carne sin misericordia, y gracias a Dios por ello quita así el impedimento a nuestra bendición.... Todo lo que no es un pensamiento que viene de Dios, o un propósito para Dios, la Palabra de Dios lo juzga. Ella no es para la carne sino la espada que juzga, descubre y condena.
¡Oh, amados amigos, si solamente permitís a la pura Palabra de Dios habitar en vuestros corazones, encontraréis que ella ahuyentará todas las impurezas de la carne!
La salvaguardia del creyente en el terreno moral, es tener el ojo sencillo. Si yo busco sólo la gloria de Dios, todo aquello que se presente sin otro motivo que mi propia honra o gratificación.... no tendrá poder sobre mí, pues lo veré a la luz de la Palabra, que guía el ojo sencillo, como contrario a la mente de Dios.... Si el corazón busca tan sólo a Dios, descubrirá la trampa más sutil del adversario.
Todo lo que nosotros podemos hacer es andar cautelosa pero pacíficamente, pensando en los intereses del Señor Jesucristo; sin nada para nosotros mismos. Nada que ganar y nada que perder. El camino de la paz, y el lugar de testimonio, es buscar y agradar a Dios.
J. N. D.
Consagración
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios.
(Romanos 12:1)
¡Tuyo, Jesús!
Tan solo tuyo quiero ser.
Crucificado al mundo estoy
Contigo sólo voy.
De Ti, no de él, he de aprender.
¡Tuyo, Jesús!
Tan sólo en Ti hallo solaz;
El mundo es falso y falaz,
Porque eres Tú fiel y veraz
Tan sólo tuyo quiero ser.
Podemos señalar brevemente las características del cristiano consagrado. Primero, y sobre todo, no tiene voluntad propia. Como el apóstol, sabe decir: «No yo, mas Cristo vive en mí.» Crucificado con Cristo, la voluntad ligada al viejo hombre, ha desaparecido delante de Dios.... La voluntad de Cristo es nuestra única ley, y somos suyos para su servicio exclusivo y absoluto. Además, también, el creyente consagrado busca sólo la exaltación de Cristo. Desaparece de su vista el yo egoísta y la gloria de Cristo llena su alma.
La consagración consiste en que Cristo tenga pleno control sobre los cuerpos de su pueblo, de modo que éstos puedan ser órganos de expresión tan sólo en Sí mismo.
Nunca estaremos bien hasta que estemos poseídos por el Espíritu Santo y a la disposición de Aquel a quien amamos.
«La casa fue llena con el olor del ungüento» (Juan 12: 3). Esto fue un hecho real, pero detrás del hecho está la enseñanza de que nada hay tan fragante al corazón de Dios como los corazones de los santos cuando están en comunión con Él en un acto de absoluta devoción a Cristo.
Este es el secreto de toda bendición. Dar al Señor el supremo lugar, pensando, primero, lo que le debemos, y perdiendo de vista todo lo demás hasta que se lo hayamos pagado. Y como ello es imposible, resultará una consagración completa y eterna.
¿Cuál es el significado de aquella frase de los Cantares: «Cruel como la tumba es el celo»? Os lo diré según yo lo entiendo: Cuando un cuerpo es entregado a la tierra, ésta le cubre y le separa de cualquier otro objeto; la tierra posee aquel cuerpo de un modo absoluto. El celo del Señor es algo semejante. ¿Podemos suponer que el Señor pueda ver con indiferencia que nuestros corazones van detrás de una a otra de las cosas contrarias a Él? No, si nos ama —y sabemos que Él nos ama —quiere todo nuestro corazón. Nada menos que la totalidad de nuestros corazones puede satisfacerle.
Cristo mismo es nuestra única y verdadera bendición y nosotros nunca viviremos enteramente para Dios hasta que Cristo sea el todo para nosotros. «Comprados sois por precio; no os hagáis siervos de los hombres», quiere decir que siendo redimidos, debemos desatender y rechazar cualquier autoridad que se oponga a la de Cristo.
«Para que en todas las cosas tenga la preeminencia» (Colosenses 1:18). Si yo no estoy dando a Cristo el primer lugar en mi corazón, no estoy de acuerdo con la mente de Dios.
El hombre más miserable de la tierra es el cristiano que trata de gozar de ambos mundos.
Se nos dice que Salomón estuvo siete años edificando el templo y trece años edificando su propia casa. No puedo dudar de que estos datos nos fueron dados para indicarnos que, a pesar de todas sus cualidades, Salomón tuvo más interés para su propia casa que para la casa de Dios. La misma lección tenemos en Aggeo, y es esta una lección necesaria que todos debemos aprender. ¡Ved cuánto dinero los cristianos emplean en edificar y amueblar sus propias casas, comparado con lo que dan para el adelanto del Reino de Dios!
E. D.
Progreso
Vayamos adelante, a la perfección.
(Hebreos 6:1)
Guárdanos en Tu amor;
Hasta que con vestidos blancos
Podamos ver todos tus santos
Tu faz gloriosa, ¡oh Salvador!
J. G. Deck
Yo creo que uno de los mayores impedimentos para nuestro progreso es la medida limitada de nuestros deseos y preparación. A menudo pensamos que estamos deseando más del Señor, y que nos hallamos preparados mucho más de lo que estamos. Siempre alcanzamos aquello en lo que tenemos verdadero interés.
Es de gran ayuda ver, en Efesios 4, que si fuéramos maduros no seríamos llevados de un lado a otro. Cuanto más arriba vamos, más seguros estamos. De aquí que Satanás quiera siempre impedirnos de llegar a la cumbre.
Pienso que muchos no tienen la costumbre de sentarse delante del Señor. Puede parecer que esto es no hacer nada; sin embargo, es el tiempo en que un cristiano adquiere las líneas peculiares de mente y conducta que agradan al Señor.
Yo creo que la dificultad práctica para nosotros es que, aun cuando decimos «Cristo vive en mí», no somos capaces de decir: No el Adán, en cualquier forma ni sentido, sino tan sólo Cristo vive en mí.... Cada creyente quisiera adelantar espiritualmente, pero a ninguno le gusta cambiar su propio yo por otro.
Aprender es un gran trabajo, sin embargo, no hay madurez sin ello, y yo no creo que nadie adquiera buena madurez sin aprenderlo con sufrimiento. Lo adquirido fácilmente, fácilmente se va. Esto no sólo es verdad en cuanto al dinero, sino también de los bienes más altos.
Estoy seguro de que si tuviéramos quebrantamiento de corazón para conocer más al Señor, obtendríamos maravillosas revelaciones.
La mayor cosa que necesitamos para el progreso espiritual es reposo de corazón. Yo no creo que exista verdadero reposo de corazón hasta que se conoce la unión con Cristo; no meramente como doctrina, sino como un inalterable lazo de afecto. Cuando estamos seguros, no solamente de que su gracia nos salva, sino de que le hemos hallado tan necesario que no podemos vivir sin Él. Entonces encontramos que estamos unidos con Él en absoluto solaz y reposo divino.
Yo pienso que todo lo que nosotros necesitamos es un mayor gusto o anhelo del cielo. Yo no creo que nadie busque el cielo hasta que conoce los goces del mismo; y no podemos conocer, sobre la tierra, los goces del cielo, sino gozando de la compañía del Señor.
Cuanto más yo crezco en la gracia divina, más necesito a Cristo y hallo a Cristo ser mi todo. Cuanto más crezco, más le busco, porque le necesito más; y cuanto más lo encuentro más lo busco. De ahí que el buscarle es la verdadera marca y secreto del crecimiento.
Para un santo la soledad con el Señor es de la mayor importancia; porque entonces es cuando su corazón renueva su conocimiento de Él: cuando tan solamente Él tiene entrada en nuestro retiro solitario. Cuando estamos enteramente solos y aparte, es cuando a Él le gusta ser nuestro visitante.
J. B. S.
No sois del mundo
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
(Colosenses 3:2)
No puede el mundo ofrecerme
Algo que sea de comparar
Con lo que tengo arriba.
Tan sólo quiero allá mirar;
A Cristo anhelo contemplar
Cerca de Dios el Padre.
Para nosotros, el mundo no es nada más ahora que la tumba vacía de Jesús.
¡Qué diferencia entre abandonar el mundo o que el mundo nos abandone a nosotros! Podemos hacer lo primero con relativa facilidad, pero cuando sentimos que el mundo nos desprecia, como Cristo fue despreciado, descubriremos, a menos que Cristo llene y satisfaga completamente nuestro corazón, que nosotros teníamos un aprecio y estima del mundo del que no nos dábamos cuenta.
Cualquiera que anda de acuerdo con el mundo, no anda con Dios; pues Dios no os seguirá por tal camino.
Dais oídos a Satanás cada día de vuestra vida en que buscáis un poquito del mundo.
Cuando el mundo logra apoderarse de nosotros, se demuestra que el Cristo que fue rechazado del mundo tiene poca importancia en nuestros ojos.
Si el velo de este mundo ha sido extendido sobre nuestra visión espiritual ocultándonos a Cristo, sólo Él puede quitarlo.
(Lucas 6:20-26). «Bienaventurados sois cuando los hombres os aborrecen». Si podéis sentiros felices y confortables en un mundo que ha rechazado a Jesús, no contéis con su bendición.
Cuando hay un sentimiento profundo de lo que es ser perdido y salvado, el mundo importa poco; pero cuando se embota la conciencia a este respecto, la naturaleza a menudo vuelve por sus fueros, y entonces Cristo no es ya el todo para el creyente.
No se trata de si una cosa es buena o mala, sino de qué sabor tienen las cosas de Cristo en ella. Puede ser una cosa muy pequeña. Si encontramos que la lectura de un libro nos hace la manifestación de Cristo menos preciosa, es que nos hemos apartado algún paso de Dios, y no podemos decir a dónde nos llevará el próximo paso. Satanás a menudo nos engaña de este modo. Por tanto, si viene alguna cosa que arrebata el sabor de Cristo en vuestra alma, tened cuidado.
(Lucas 12:45). Una de las mayores apostasías de la cristiandad es apartar del corazón de las gentes la Venida del Señor. Entonces se pierde la mente celestial y la peculiar esperanza de nuestro llamamiento. Esperar al Señor nos eleva del mundo.
La naturaleza diría a Moisés: ¿Por qué no estar en la corte de Faraón para que la gente pueda aprender del Dios que tú conoces y sea convertida, en vez de abandonarla? La carne no puede entender a donde la fe conduce.
Mirad y guardaos de la codicia. Si el amor al mundo o la codicia se desliza en el corazón, impide el poder de Cristo sobre el alma y la conciencia, y suprime la vida práctica del cristiano, su alma se seca, lentamente.... La codicia de las cosas terrenas es tan sutil que mientras permanece en nuestro corazón nos inutiliza. El poder práctico de la vida cristiana desaparece.
La religión mundana, y el mundanismo religioso son la peste de nuestros días; y no permanecerá, el día cuando todas las cosas serán probadas.
J. N. D.
Liberación
Pues la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús, me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
(Romanos 8:2)
Sólo en tu gracia ocultos
Nos sentimos seguros;
Tan sólo en Ti habitando,
(Adentro de tus muros)
Nos hallamos librados del conflicto.
Tu brazo es victorioso,
Y nuestro anhelo calma bondadoso.
«Tengo el querer; mas efectuar el bien no lo alcanzo, pues no hago el bien que quiero; antes el mal que no quiero esto hago» (Romanos 7:18-19). Si las personas fuesen honestas, muchas confesarían que ésta ha sido su condición por años, una condición que no trae gloria a Dios ni felicidad a ellos mismos. ¿Cuál es la causa? Simplemente el error de pensar que todo depende de sus propios esfuerzos, en vez de aceptar la verdad de que ellos están totalmente sin fuerzas, y que por lo tanto, todo depende de Dios.
Habéis peleado con vuestras fuerzas una y otra vez, con indudable coraje; pero no habéis obtenido la victoria. Deteneos un momento y haceos esta sencilla pregunta: ¿Qué tengo que aprender de esta dolorosa experiencia....? Que el enemigo es más fuerte que tú, que no puedes con su poder.... Si continúas bajo la presente línea de esfuerzo, significa esperar la derrota en el futuro como la has tenido en el pasado. Tu caso, en lo que se refiere a tu propia fuerza, es un caso perdido; pero si por el otro lado llegas al fin de tu propia fuerza, ello traerá reposo a tu alma porque comprenderás que tu ayuda, socorro y fortaleza, viene de Cristo y no de ti mismo. Es indecible la bendición de tal descubrimiento; cesar, de aquí en adelante, de luchar para reposar en Otro. Poder adoptar el cántico de David El Señor es mi luz y mi salvación.
«Miserable hombre de mí, ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte? Gracias doy a Dios por Jesucristo nuestro Señor.» La liberación se encuentra exactamente igual que la salvación; no en uno mismo, ni en los propios esfuerzos del yo, sino en Cristo.
«Hijitos, estas cosas os escribo para que no pequéis» (1.a Juan 2:1). El creyente jamás debiera aceptar el pensamiento de que el pecado no puede ser evitado. Si por una sola vez admite que el pecado es una parte necesaria de su vida, pronto el pecado perderá su verdadero carácter de una cosa aborrecida de Dios.... y finalmente vendrá a ser presa y diversión del maligno, mientras andamos por el mundo.
«Dios es poderoso para guardaros sin caída» (Judas 24). Dudar esta verdad sería, no tan sólo dejar de creer Su palabra, sino también olvidar que Él es Dios.
El Espíritu Santo es nuestro único poder para andar en santidad. De nosotros mismos no podemos dar ni un solo paso en esta senda. Los mejores esfuerzos humanos, las más firmes resoluciones, no son capaces, ni para guardarnos a nosotros mismos del mal, ni para hacernos seguir a Cristo.
Si olvidas la verdad de la venida del Señor Jesucristo, descuidas el poder para la santidad que Dios nos ha dado (véase 1.a Juan 3:3).
E. D.
Siguiendo a Cristo
Cristo también sufrió por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigamos sus pisadas.
(1.a Pedro 2:21)
Padre, el desierto del mundo
Muy grande es y tentador es;
Guarda, pues, tú mis pasos
Y dirige mis pies
Tras las pisadas marcadas
Por Cristo mi guía fiel.
Si decidís seguir a Cristo, tenéis que contar el coste.... Puede que tengáis que dejar amigos por amor a Él, podéis tener que dejarlo todo, pero la cuestión es: ¿Voy yo a dejar a Dios....? No podéis tener dos corazones, un corazón para el mundo y un corazón para mí, podría Cristo decir. Yo tiemblo cuando veo gente que no ha contado el coste al hacer profesión de seguir a Cristo. Muchas veces Dios mismo pone una barrera al principio para ver si sois capaces de saltarla, y entonces todo irá bien.
El afirmó su rostro para ir a Jerusalén. Cristo conoce la voluntad de su Padre y está resuelto a cumplirla. Afirma su rostro en dirección a la voluntad de su Padre, no mirando a un lado u a otro, sino allí, a Jerusálén. Así también nosotros, y en nuestras circunstancias, si tenemos un ojo sencillo, seguiremos la misma línea de conducta, yendo a la cruz de la prueba con firmeza, con un solo propósito; y en la proporción en que haremos esto, aquellos que no quieren afirmar su rostro en tal dirección se nos opondrán, pero el Señor dice: «Si alguno me sirva, sígame.» El verdadero servicio no consiste en hacer mucho, sino en seguir al Maestro, y a los cristianos mundanos y de corazón dividido, no les gusta esto. Sin duda hay mucho que hacer en el mundo pero «si alguno me sirve, sígame».
«Si alguno viene tras de mí, niéguese a sí mismo y tome cada día su cruz.» Cada día. He ahí la prueba. Una persona puede hacer esto heroicamente una vez. Mucha gente le honrará por tal motivo y hasta quizás escribirán libros contando su hazaña. Pero es terriblemente difícil ir cada día negándose a sí mismo, y que nadie lo sepa.
A la gente no le gusta hacer las cosas que Jesús hizo cuando estaba aquí. ¿Por qué hay tanta discusión acerca del versículo «No resistáis al mal»? ¿Por qué nos gusta resistir al mal cuando alguien nos ataca? Lo consideramos una exhortación bíblica que no nos atrevemos a negar, pero que no nos gusta cumplir, y procuramos evadirla tanto como podemos.
A cualquier coste para tu propio yo, practica el amor como Cristo lo hizo.... «Amad a vuestros enemigos....» es un precepto que puede costamos bastante. Bien: a Cristo le costó la vida. Su amor fue un río que si encontró obstáculos en su camino, sólo los remontó, y dejándolos atrás, llegó hasta la cruz.
Si tu ojo fuere simple, todo tu cuerpo será luminoso. Si así es contigo, puedes estar seguro de que habrá luz en tu camino. Luz no por diez años, pero sí para el paso que tienes delante, y para el próximo, constantemente.
J. N. D.
La senda del peregrino
Todos estos confesaron que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.
(Hebreos 11:13)
Ya que hablamos del cielo,
Haznos cual peregrinos aquí andar,
Humildes y benignos;
Cual corresponde a los que más allá
Tienen una Patria que les espera.
Morada de perfecta santidad.
Si conoces a Cristo, debes seguirle; Él nos señala una senda que no tiene retroceso posible.
Cristo nunca tuvo un hogar aquí abajo, el mundo fue un desierto para Él, pero Él llevaba la imagen de su Padre en su corazón.
No puede haber, para mí, ningún lugar más difícil que aquel en que mi Señor fue crucificado. ¿Por qué me quejaré de cualquier dificultad?
La oración silenciosa, el levantar los ojos y sentir la mirada de Dios continuamente sobre nosotros, es el gran secreto de la espiritualidad en medio del intercurso social. El hombre profundamente espiritual no puede ser un gran charlatán, porque está vigilando y apreciando las visitas del Espíritu al ascender, a intervalos, en actos secretos de amor y alabanza.
Ahora es el tiempo de darnos a Cristo. La presencia de Cristo ocupará el lugar del propio yo» cuando éste sea despedido.
¿Podemos decir de alguien cuando vamos de visita: Esta persona me traerá a Cristo? Si alguien visitaba al apóstol Pablo, ¿no saldría de aquella visita con un nuevo sabor de Cristo en su alma? Yo he salido a veces de hogares muy pobres, o de personas afligidas y dolientes, y he estado diciéndome al salir: ¡Cómo desearía que mi alma fuera como la de este santo o santa mujer de Dios!
¡Oh, que el olor de Cristo fluyera por todas partes de este nuestro cuerpo mortal! ¡Cuánto deseo que así fuera con todos los que son suyos!
Los cristianos primitivos presentaron de un modo admirable el carácter del Nazareno, anduvieron como personas cuyos corazones Cristo había tomado con ellos al cielo.
Nuestras vidas como cristianos nominales están tan por debajo de la verdadera marca del cristianismo, que no tenemos idea de la distancia en que andamos de Dios, y cuando nos paramos a buscarle, a Él tan solo, descubrimos cuántos falsos propósitos hemos mantenido, y cuan a menudo nos hemos apoyado en el amor y aprobación de otras personas y no sobre el amor del Padre tan solo.
Yo comprendo más y más el valor de las palabras «caminó Enoch con Dios». Me atrevería a decir que Él tuvo también sus dificultades para ello; pero lo hizo.
Lo que más deseo para vosotros es comunión con Jesús de tal modo, que lo que a Él lo distinguió primordialmente os distinguiera también a vosotros. A saber, tranquilidad de carácter. ¡Cuan bendita y celestial, no terrena, fue la calma, seguridad y paz que reveló en todo el curso de su vida! No había en Él apresuramientos, ni titubeos, porque aunque estaba sobre la tierra, vivía en el cielo. Su mente, su corazón, se hallaba todavía en el seno del amor de su Padre. ¿Y no debemos nosotros habitar así en Cristo, y Cristo en nosotros?
¿Estamos andando a la luz de los afectos de Aquel Señor Jesús que nos amó y limpió de nuestros pecados con su propia sangre? ¿El nombre de Jesús no causa una feliz sensación en nuestros corazones, mientras andamos por el desierto de la vida?
G. V. W.
¿Que impide?
Dejando todo el peso del pecado que nos rodea.
(Hebreos 12:1)
¿Hay algo que te impide?
¿Algo que te cautiva aun del mundo;
Que atrae tu pasión o tus cuidados,
Y te impide gozar de aquel profundo
Amor que excede a todo lo creado,
Y de la plena bendición que Dios te ha dado?
¿Será algún corazón amante y tierno
Del cuál tú no te puedes separar,
Y que no puede compartir tu anhelo
De vivir para Dios y nada más?
¡Ahí ¡Cuan poco comprendes lo que pierdes
Anteponiéndolo a tu Salvador!
Rompe, pues, todo lazo que te ate,
Y emprende el vuelo a la región mejor.
Los cuidados de la vida son muy sutiles porque entran como deberes necesarios, y no hay ningún pecado en cumplir el propio deber; pero si estos deberes chocan con la Palabra de Dios y el hombre pierde su alma a causa de ello, ¿de qué le servirá?
«¿Qué mal hay en ser rico?», alguien me preguntó en cierta ocasión.
—Si ello le cierra las puertas del cielo, ¿no es de verdad un gran mal?, le contesté.
¡Oh, yo no pensaba así.... El mal no está en las mismas cosas, sino en el amor del corazón para ellas.
Es una cosa terrible si nosotros como cristianos no tenemos este anhelo, esta hambre y sed de tener más gozo en Dios, pues cuando ello no ocurre es que ha sobrevenido la muerte y apatía del alma.
No hay tal cosa en la Escritura como de que un cristiano dude de si es salvo. Tal pensamiento es totalmente una falsa pretensión de humildad. Si mi padre me perdona y yo dudo de su perdón, no estoy confiando en él.... Que una persona tema la tentación, dudando de su propio corazón, es otra cosa, pero no hay que dudar de Dios ni temer a Dios.
Puede haber mil y una cosas que me humillen, pero no habrá tal humillación si el propio «yo» no es humillado. ¡Qué chascos recibimos cuando no andamos con Dios y pensamos sólo en nosotros mismos! No hay otra liberación mejor que la de librarse de darse importancia a uno mismo.
Cuando la mirada está puesta en Dios, el propio yo es olvidado; de otra manera siempre estoy pensando en los desaires que recibo y no hay fe ni gracia en tal ejercicio.
Los deberes comunes no nos separan de Dios, sino que el corazón vuelve de ellos con nuevo deleite a su propio centro, como quien cansado de los deberes del día vuelve al hogar. Es cuando el corazón se apoya en la vanidad, que se destruye nuestro gozo, cuando sobreviene alguna cosa que nos ensalza a nosotros y disminuye a Cristo. Quizás un simple pensamiento vano si le permitimos una estancia privilegiada en nuestro corazón.
Si alguna cosa es un peligro para mí, debo abandonarla enteramente. «Todo lo que no es de fe es pecado.» Hay peligros muy diferentes para diferentes clases de personas. Es un asunto personal de cada uno con Dios. Yo no puedo juzgar lo que puede ser un peligro para ti. Si algo lo es, abandónalo.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. La pureza de corazón es la ausencia de todo aquello que cerraría la puerta a Dios.
¡Ay!, cuán débil es aquel que, aun inconscientemente, se apoya sobre el hombre.
Nosotros tenemos que velar, porque el enemigo vela siempre; y si no estamos mirando activamente al Señor perdemos nuestra salvaguarda. Tan pronto como nos distraemos de Él, el enemigo penetra en nosotros; a veces de un modo totalmente inconsciente, y de ahí toda la debilidad en el andar que tiene lugar en el corazón de aquel que no siente a Cristo como motivo de su poder, que no anda a la luz de su presencia delante de Él.
J. N. D.

Capítulo 5 Aliento divino

Contra el desaliento
El Dios de todo aliento.
(2.a Corintios 1:3)
(Traducción literal)
Aunque se hallen distantes del Señor
Aquellas almas por las cuales oras;
No necesitas, no desalentarte
Prosigue intercediendo a todas horas.
Y experimentarás la realidad,
Que Dios es poderoso, que es amor;
Y aunque tarde alguna vez en contestarte
Es un Dios que responde a la oración.
Sir E. Denny
Tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes. No son los éxitos ni el velar ni los servicios o deberes lo que da entrada al alma a la riqueza del favor divino: «Por la fe tenemos entrada a esta gracia, en la cual estamos firmes.»
Si hallamos que nuestras almas se encuentran bajo alguna opresión de espíritu, temor o inseguridad, podemos estar seguros de que han soltado la cariñosa mano de la fe. Esto debe evitarse. Debemos saber que siempre tenemos nosotros algo que hacer con el amor.
La palabra «Padre» es un nombre que puede darnos calma permanente, fortaleza y libertad de espíritu.
El tentador querría llevarnos a juzgar a Dios por las sombras oscuras de muchos de los pasos de nuestra historia aquí, pero el Espíritu de Dios quiere, más bien, familiarizarnos con Él, mediante la beatífica luz de los Evangelios que resplandece en la faz de Jesucristo.
Cuando David salió a combatir al gigante podía decir: «Hoy el Señor te entregará en mi mano», pero poco después dijo en su corazón: «Un día pereceré por la mano de Saúl....» La mano de Saúl, que David temía, no era tan grande como la de Goliat, que David desafió, pero entonces Dios no era tan grande en su concepto, ni confiaba en Él tan plenamente, como aquel día que descendió al valle de Ela con su mirada de fe puesta en el Todopoderoso.
Caminó Enoch con Dios y desapareció porque lo llevó Dios. No ocurrió nada extraordinario en aquella hora gloriosa, fue el proceso natural de su andar con Dios hacia el cielo lo que le llevó, de un modo inevitable, al final del viaje.
La fe nunca es demasiado atrevida para no agradarle. Jesucristo, en los días de su carne, a menudo reprendió los recelos de la poca fe de sus discípulos y nunca la fortaleza y decisión de éstos terminó sin una bendición.
Ojalá que conociéramos a nuestro Dios como Él debe ser conocido, para que le alabemos y nos. sintamos confortados. El amor se deleita en ser utilizado y se fastidia del ceremonialismo. La intimidad de la fe nos procura su gracia, y el ceremonialismo solamente le cansa.
La mano de Dios pudo obrar aun solamente con una piedra, o una honda, o la quijada de un asno, o cántaros y antorchas. Del mismo modo hoy día el mismo Espíritu de Dios puede hacer su obra en las almas por medio de una sola palabra, una mirada o un suspiro.
Cuanto más simples somos y más semejantes a los niños que aprenden su lección sin discutirla, más seguridad tendremos de encontrar a Dios y alcanzarle y conocerle.
Es muy difícil creer que Dios está obrando por ti en este mundo; es mucho más fácil para nosotros hacer la obra de Cristo, que creer que Él puede hacerla por nosotros»
J. G. B.
Amor que constriñe
El amor de Cristo nos constriñe.
(2.a Corintios 5:14)
Cordero Salvador: crueles heridas,
Son las cuerdas de tu divino amor
Que atan nuestra vida con tu vida,
Tu corazón, con nuestro corazón.
Sir E. Denny
¿Cuál fue el poder que movió a Leví para dejarlo todo y seguir a Cristo? No fue el mandato. El poder de atracción, no consistía en la palabra, sino en la presencia de Cristo ante Leví. No podréis conseguir que la gente abandone el mundo a menos de presentar a la persona de Cristo. Esta es la razón del fracaso en persuadir a muchas almas. La separación del mundo debe empezar en el corazón. ¿Cómo recogeríamos una cantidad de clavos de acero de un montón de escombros? ¿Cogiéndolos uno a uno? No, con ello no haríamos sino ensuciar nuestras manos; pero acercándoles un poderoso imán todo serán atraídos inmediatamente y sacados del polvo. Cristo revelado a nosotros es lo que nos separa de este mundo.
Hay muchos cristianos que no han alcanzado a Cristo, y ello es la causa de su flaqueza. Hay una bendición mayor que el perdón que de Él obtenemos y es Él mismo. Nada satisfará más a Cristo que el revelaros su corazón y vosotros nunca creceréis espiritualmente hasta que le conozcáis, es imposible crecer a menos de hallaros bajo el poder de su amor.
Tengo contra ti que has dejado tu primer amor (Apocalipsis 2:4). Nada puede compensar a Cristo la falta de nuestro amor.
Y los discípulos se juntaron con Jesús y le dijeron todas las cosas que habían hecho y que habían enseñado (Marcos 6:30). Con toda seguridad nosotros no podemos hacer nada mejor que seguir el ejemplo de los apóstoles. ¡Cuánto aprenderíamos si así lo hiciéramos! ¡Y cuan dulcemente Él nos recordaría más de un defecto al presentar su verdad, o si la hemos presentado correctamente, como hemos fracasado predicándola sin el poder del Espíritu. Nosotros tenemos que tratar con Uno que nos ama y esto nos da confianza para decírselo todo. Cuando estamos seguros del amor de otra persona no titubeamos en contárselo todo, mucho más debería ser así cuando hablamos al Señor.
Si tenemos que lavar bien los pies de otro, nuestro motivo tiene que ser como en Jesús, procedente del amor. (Véase Juan 13:1.)
La medida de nuestro amor indica la de nuestra utilidad. Como nos lo indica el apóstol, podemos gastar todos nuestros bienes en obras filantrópicas, y, sin embargo, sin amor, de «nada nos sirve».
La ciencia hincha, pero el amor edifica (1.a Corintios 8:1). He observado en muchas reuniones pequeñas que cuando el amor es fuerte entre los cristianos, éstos crecen, aunque no tengan entre ellos ningún maestro muy bien dotado.
Y todo lo que de más gastares, yo cuando vuelva te lo pagaré (Lucas 10:35). Gasta todo lo que quieras en un hijo de Dios, y el Padre te lo pagará.
En la medida en que la muerte de la carne se realice en nosotros, se revela la naturaleza divina, y Dios es amor.
El amor de Cristo es la base de la santidad.
E. D.
Las dificultades del camino
Considerad a Aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, a fin de que no os fatiguéis en vuestros ánimos desmayando.
(Hebreos 12:3)
Tribulación envías
Señor en nuestro andar
De pobres peregrinos
Por el mundo mortal.
Nos acechan las pruebas,
Peligros y dolores,
Y nos vemos rodeados
De incesantes temores.
Mas tú también quisiste
Probar nuestro dolor
Cuando mortal te hiciste
Por ser el Redentor.
Por esto es hoy tan tierno
Tu corazón divino,
Y simpatizar puedes
Con estos peregrinos.
Por ello te alabamos
En medio del dolor,
Hasta que allá podamos
Rendirte todo honor.
J. G. D.
¿Tenemos la fe que experimenta la presencia de Cristo hasta el punto de mantenernos con calma y tranquilidad en el mar proceloso como en el tranquilo? No fue el mar agitado o llano lo que causó el hundimiento de Pedro, pues sin Cristo se hubiera hundido tanto de una como de otra manera; el secreto fue que su ojo se apartó de Jesús para mirar las olas, y esto es lo que le hizo hundir.
Sin andamos con Cristo pasaremos por toda clase de dificultades, pues estando Él con nosotros su seguridad es la nuestra.
Si se levanta una tempestad y Cristo parece dormido e insensible al peligro, recordemos que «no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel». Como los discípulos, estamos con Él en el mismo bote. ¡Que el Señor nos conceda descansar en esta seguridad. Que Cristo esté en nuestro bote tanto como pueda estarlo el agua.
Cuanto más cerca estamos de Dios, más fortaleza necesitamos para andar a su paso.
«En el Señor he puesto mi confianza. ¿Cómo decís a mí alma huye al monte cual ave?» (Salmo 11:1). El temor y la incredulidad nos incitarían a huir de nuestro lugar de actividad y testimonio a algún lugar de refugio y seguridad.
Y cuando Pedro bajó del barco andaba sobre las aguas para ir a Jesús (Mateo 11:29). Este paseo no tenía otro fundamento que la Palabra «si eres tú»; esto es, la misma persona de Jesús. No hay sostén ni posibilidad de andar si perdemos de vista a Cristo. Todo depende de Él.
Resuelve toda duda en nuestro andar cristiano, no el preguntar qué mal hay en hacer esto o aquello, sino el inquirir: lo que estoy haciendo, ¿es para Dios o para mí mismo?
Dios es poderoso para hacer abundantemente según el poder que obra en nosotros. Esto es lo que tenemos que mirar ahora. ¿Lo sentiremos en nuestro corazón? ¡Qué fe tan pequeña tenemos en el poder de Dios!.... Yo no puedo imaginarme ningún poder maligno que no esté sometido a Su poder.
El cristiano no puede estar en ninguna dificultad para la cual Cristo no sea suficiente, ni andar por un camino largo y oscuro donde no pueda encontrarle a Él.
Podemos pasar por lugares angostos y difíciles, pero Él no es menos fiel, con tal que miremos a Él; y Él está allí, aun cuando parezca olvidarnos a fin de poner nuestra fe a prueba y revelarse a nosotros.
Hay un Dios por encima de todas las circunstancias adversas, de las más desagradables influencias. Recordemos que nuestro tránsito por ellas es para que la paciencia haga perfecta su obra.... Confía en Él, Él tiene poder para obrar donde menos lo esperas.
Si esperamos en Dios, no hay peligro, si nos apresuramos, Él puede permitirnos ver las consecuencias de ello.
J. N.D.
Ayudas para andar mas cerca de Dios
Mi alma tiene sed de Dios.
(Salmo 42:2)
No te apartes de mí,
Divino Redentor,
¡Pues temo tanto tropezar
En esta noche de dolor!
Sé Tú divina luz
Que ilumine mi andar
Hasta que libre del temor
Te pueda contemplar.
J. N. D.
El hombre busca reposo en lo que le rodea; Dios da reposo interno. ¿Por qué tanto temor y preocupación? Bien lo sabes, es falta de sumisión a Dios; de sumisión a su voluntad. Ello es la fuente de todas nuestras preocupaciones y desazones.
Cuanto más tu alma se apropia la gloria de la persona de Cristo, más serás librado de todo lo demás; y así, sin darte cuenta, vendrás a estar por encima de todo lo presente.
«Que caiga yo en las manos del Señor; pues grandes son sus misericordias.» Una persona débil puede tropezar. Si esto te ocurre, que caigas en las manos de Cristo, aquellas benditas manos que fueron clavadas en la cruz, y ellas te darán reposo.
Algunos de nosotros tendemos a apresurarnos, pero cuando aprendemos de Él, el apresuramiento retrocede, la impetuosidad se detiene y tomamos lo que viene de Él: «Mansedumbre y humildad.»
Nosotros hemos obtenido una inmensa e inconmensurable fortuna para vivir de ella: es la gracia de Dios.
Debemos recordar que la presencia de Dios siempre está abierta a nosotros y que en su presencia hay plenitud de gozo.... Nunca nos cansamos, nunca llegamos al fin de la bendición divina hasta que empezamos a apartarnos de la presencia de Dios. Allí, como resultado de la luz divina que brilla, aprendemos lo que no podemos aprender en ninguna otra parte; la verdad acerca de nosotros mismos. La primera cosa que aprendemos como cristianos es que no hay lugar para nuestro propio yo de ninguna manera, cuando andamos con Dios.
Sólo hay un lugar para la carne. El único receptáculo que le pertenece es la tumba de Cristo.
Yo tengo que ponerme al lado de Dios en contra de mí mismo; y rehusar a mí mismo, de una vez para siempre, en la presencia de Dios.
La presencia de Dios soluciona todas las cosas cada día de nuestra vida. ¿Tenemos cuidados? Traigámoslos a Dios y serán cambiados en un momento.... Nunca salimos de la presencia de Dios como entramos; allí vemos las cosas en su verdadero carácter.
Nunca profundizaremos en las cosas divinas a menos que nos conformemos con suprimir el «yo». Cualquier motivo o propósito referente a nosotros mismos es sólo una barrera a la bendición divina.
Es una barrera positiva a la bendición el confiar en la sagacidad que puede habernos producido nuestra experiencia del pasado.
Cristo nos ha sido hecho sabiduría.... Tenemos que peregrinar por este mundo.... Para ello necesitamos sabiduría; gracias a Dios que nunca nos faltará. Cristo es nuestra sabiduría.... Sea cualquiera el caso, hay una sabiduría infalible para nosotros en Cristo, que está a la diestra de Dios.
Si tú no eres un misionero de la bendición divina, es que debe haber algo entre tu alma y Dios.
Yo creo que alegra el corazón de Cristo cuando nos ve compelidos a volvernos a EL Nos ama tanto, que está celoso de que nos volvamos a ninguna otra parte. Cuando estáis cerca de Cristo, no podéis hablar de vuestro servicio, cuanto más estamos en Cristo el propio «yo» se retirará y Cristo tomará su justo lugar. Él tiene su lugar en el cielo. ¡Oh, que pueda tenerlo también en nuestros corazones !
E. P. C.
Dios nuestro padre
El mismo Padre os ama.
(Juan 16:27)
Tú nos has hecho conocer al Padre
Y ello es nuestra delicia y gran solaz,
Pero quisiéramos más y más conocerle
Hasta que en luz podámosle adorar.
J. N. D.
Cada creyente deme mantener la preciosa verdad de que la familia de Dios es una, y que los corazones de los hijos de Dios nunca deben moverse en un círculo más estrecho que el mismo corazón del Padre. A la vez que recordamos con gozo que todo lo que es querido al Padre debe también serlo a nosotros, no debemos olvidar que el Padre mismo debe tener el primer lugar en nuestros afectos y que el verdadero amor a sus hijos sólo puede fluir cuando estamos en obediencia a su Palabra.
Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en Él. El Padre no puede manifestar su amor a un amante del mundo, pues hay absoluta incompatibilidad entre el mundo y el Padre.
La mundanalidad, de cualquier clase o forma que sea, halla fácil entrada entre los hijos de Dios. Por tanto, necesitamos estar siempre en vela y recordar que el amor del mundo excluye absolutamente del corazón el amor del Padre.
La voluntad del Padre será mi única ley, el honor de Dios está envuelto en ello, y mi propia felicidad y la felicidad de todos los hijos de Dios depende de ello.... Todos sus hijos están unidos de tal modo que todos son afectados consciente e inconscientemente por la conducta de otro.
Cuan a menudo los cuidados de este mundo se interponen entre nuestras almas y Él y esto impide todo posible gozo del amor del Padre.
Por nada estéis afanosos; sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Él quiere tenernos en la intimidad de su amor y sin reserva delante de Él. Que se lo digamos todo sin guardarnos nada. El peligro nunca consiste en decirle demasiado, sino todo lo contrario.... El desea oír el clamor de sus hijos, pues sabe bien que es la expresión de su confianza hacia Él. A veces puede parecer un clamor insensato, y sin embargo, es el clamor de sus propios hijos, y Él nunca se cansa de oírlo.
Dios nunca escatima su vara si con ello puede bendecir a sus hijos. Pero
Él levanta la vara
Con piedad en su tierno corazón
A fin de que cada golpe deparado
Pueda traerles paz y bendición.
El comprender esto, producirá un cambio inmenso en nuestra experiencia. Tan pronto como nos encontremos en pruebas y dificultades, nos diremos: ¿qué tiene que enseñarme el Padre mediante estas cosas? De este modo no recibiremos más que bendición mediante las más adversas circunstancias.
Como los sarmientos, nuestros pobres corazones extienden tiernos zarcillos por todas partes, asiéndose a éste y al otro objeto, y entonces es cuando el Padre permite las pruebas para cortar estos lazos que nos unen a otras cosas que no sea Cristo, y a fin que descubriéndole a Él y a su amor en tales castigos, nos libremos de todo aquello que puede impedir nuestro progreso, y seamos atraídos más plenamente a sí mismo.
E. D.
Palabras de gracia, fe y amor
Pero la gracia de Nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.
(1.a Timoteo 1:14)
¡Apresúrate!, no mires nunca atrás
Lo que pudieras haber sido, no;
Lo que perdiste es bien poco al comparar
Lo que tienes al lado del Señor.
¡Adelante! que aún puedes alcanzar
Mucho más en la prueba del dolor,
Si prosigues con un firme andar
Cerca, muy cerca de tu Salvador.
Entra, pues, con audacia y con valor
Por las puertas que te abre hoy su amor.
¿Dónde ha habido jamás una bendición sino en las manos de Cristo? ¿Puedes desear algo mejor que lo que Él te da?
No estés satisfecho con un cristianismo ordinario, antes di: Si nadie más tiene una mente celestial, ¿por qué no he de tenerla yo? ¿Si otros no están llenos del Espíritu Santo, ¿por qué no he de serlo yo?
Habiendo amado a los suyos, amólos hasta el fin.... ¡Oh, cuan dulce es esta experiencia del amor de Cristo en este frío mundo! Cuando el corazón está frío y deseando un poco de calor, ¡cuán dulce es volverse al Señor Jesús y sentir el cálido aliento de su amor! ¡Ah, mirando a Él, el corazón siempre se siente confortado!
Si veis alguna belleza en Cristo y decís: «Yo quisiera tenerla», Dios la realizará en vosotros. ¿No tenéis ninguna necesidad de presentar a Cristo, el gran dador y el gran sanador? Hay creyentes que entristecen al Espíritu Santo, no haciendo uso de Cristo, y entonces Dios tiene que obligarles a hacerlo.
Yo creo que, si pudiera usted resignarse a quedar como muerto en las manos de Dios y mirar, más entera y simplemente, al Señor que está en el cielo, obtendría mayor firmeza de paz y gozo, y quizá su cuerpo mejoraría. Yo sé que el doctor piensa con pesimismo respecto a este cuerpo, pero los doctores saben poco de cómo el Señor puede hacer fuerte lo débil, y cómo Él puede hacer que su fortaleza sea perfeccionada en la flaqueza.
Restaurar a quienes han traspasado los umbrales de la tumba es fácil para Él. Cambiar el curso de las cosas es un placer para aquel que es la Resurrección y la Vida.
Yo encuentro francamente difícil conocer su voluntad acerca de los remedios, pero estoy seguro que aquellos que lo confían todo al Señor, y nunca tocan ayudas materiales son los más felices; por lo menos, su conducta les eleva más en el sentido espiritual.... Lo que más temo es que yo venga a estar más bajo el poder de las cosas materiales en mi cuerpo y en mi mente.
Yo temo que pueda estar usted trabajando más allá de su fortaleza física; pero esto es mejor, quizá, que caer en el peligro de nuestros días, de procurar, sobre todas las cosas, la seguridad propia, dejando de confiar en Dios.
Dios es poderoso para librarnos, no sólo del mundo y de Satanás de un modo práctico, sino de nosotros mismos, De otro modo, ¿qué y dónde estaría su gran salvación?
Satisfecho con Dios, regocijándose con Cristo, lleno del Espíritu Santo, el más débil creyente puede ser una maravilla, para que los hombres de la tierra sientan una inevitable ansiedad por algo que desconocen.
La muerte es una trágica tempestad que sobrevino al ser humano como consecuencia de la entrada del pecado en el mundo, pero cuando llegue esta enemiga a alcanzarme, yo seré llevado sobre la cresta de las olas a la presencia del Señor, y daré un salto en los brazos de Cristo.
Yo no puedo dar ninguna razón del por qué mi corazón fue unido a Cristo, excepto que la gracia de Dios me atrajo a Él y me ha guardado durante estos cuarenta años, porque me amó y me amará hasta el fin.
G. V. W.
La misericordia del Señor
¡Cuán preciosa es, oh Dios, tu misericordia!
(Salmo 36:7)
Padre, tu eterno poder
Gracia, gloria y majestad
Mi alma puede percibir
En esta hora de ansiedad.
Y mucho más de lo que puede alcanzar
Mi flaca y débil mente, oh Señor,
Es lo que has preparado con amor
Y que muy pronto habré de admirar.
J. N. D.
El hijo pródigo que se alejó de su padre, pide ser hecho uno de sus jornaleros, pero cuando llega a la presencia del padre no tiene ocasión de expresar tales palabras. Es que antes pensaba sólo en lo que él era para su padre, no en lo que su padre era para él.
(Éxodo 33:34). Observad aquí una cosa muy hermosa. Dios, después de amenazar de consumir a su pueblo, dijo: «No iré en medio de ti, pues eres pueblo de dura cerviz.» Sin embargo, Moisés exclama en el capítulo 34:9: «Si he hallado gracia en tus ojos, ¡oh Señor! que vaya mi Señor, te ruego, en medio de nosotros; pues éste es un pueblo de dura cerviz.» La gracia había dado lugar a la justicia y esto lo había cambiado todo, y la misma razón que antes era justo motivo para que Dios rehusara acompañar a su pueblo, es la que Moisés usa para conseguir lo contrario, pues reconoce: «Nada puedo hacer sin el Señor.» La gracia se introduce y lo cambia todo; así nosotros sentimos que nuestra misma pecaminosidad es una razón para que no podamos pasarnos sin la presencia de Dios.
La gente piensa que es humildad el dudar de la gracia de Dios. No hay tal cosa. Es, ni más ni menos, que pensar según vuestros propios pensamientos en lugar de prestar atención a la palabra que Dios ha hablado.... La verdadera humildad es aceptar el pensamiento divino. Nosotros no tenemos nada que pensar, ni razonar. Cuando Dios ha hablado, nuestro deber tan sólo es creer.
El Señor intercede por nosotros aun cuando no se lo estemos pidiendo siempre. No conseguimos su intercesión por nosotros a causa de nuestro arrepentimiento u oraciones. Jesús no intercedió por Pedro cuando se arrepintió, sino antes de haber pecado. Intercedió por Pedro porque lo necesitaba. «Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre....» Es el ejercicio de la gracia de su propio corazón hacia nosotros lo que restaura nuestras almas.
(Lucas 19:34). «Entonces vino una nube que les cubrió.» Esto era la divina presencia. Entrar en la nube era venir a la presencia del Padre, lo cual es nuestro privilegio y nuestro «lugar de habitación», a causa de su gracia.
Entonces se oyó la voz del Padre: Este es mi hijo amado.... Jesús trajo a los tres apóstoles, al Padre, el privilegiado lugar al cual nos trae a nosotros la redención, Hasta que una persona no es traída a su presencia, no puede conocer el amor del Padre; pero cuando está allí, no puede conocer el fin de tal amor. Es la clase de amor que el hijo pródigo nunca conoció hasta que estuvo en los brazos de su padre.
El corazón cristiano se encuentra infinitamente y eternamente deudor a la fuente continua de toda gracia.
Si Él me usa, es un gran honor, si me deja aparte a causa del levantamiento de mi propio «yo», es una gran misericordia: Es como si me dijera: Sé satisfecho solamente conmigo; sé contento de saber que yo te amo. ¿Estás tú satisfecho con Su amor? El secreto de todo buen servicio es el debido aprecio de la gracia del dueño.
J. N. D.
Posibilidades divinas
Y conocer el amor de Cristo que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
(Efesios 3:19)
Tan rica es, ¡oh Señor! tu fiel bondad;
Tan abundante a los tuyos Salvador
Que lengua humana no puede declarar
Las inmensas riquezas de tu amor.
Danos, pues, que podamos hoy vivir
Cual dignos herederos de Tu gracia;
Y que podamos totalmente rendir
Nuestro ser al servicio de Tu Causa.
Gerhardt
Verdaderamente nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Comunión con el Padre es ser lleno de sus pensamientos, sus deseos, sus objetivos y sus afectos, así es también la comunión con el Hijo. Es nuestro privilegio ser elevados de nosotros mismos y perdernos en los afectos y deseos del Padre y del Hijo.... El propio «yo» desaparece ante tan bendita posibilidad. ¿Me aferraré a mis propios pensamientos y propósitos, cuando puedo estar ocupado con los del Padre y del Hijo? ¿Retendré mis propios afectos, cuando puedo estar poseído con aquellos que llenan el corazón del Padre y de su Hijo Jesucristo? Lejos sea de mí tal cosa, antes que se pierda mi «yo» en este ilimitado mar de bendición, abierto ante mí por la maravillosa gracia de Dios.
Está escrito: «Todas las cosas son posibles al que cree.» Nosotros leemos estas palabras, no las ponemos en duda; sin embargo, rara vez pensamos en la posibilidad de verlas verificadas en nuestra propia experiencia.
Las circunstancias pueden ser la forma de la expresión de la voluntad divina para nosotros, pero lo normal para el cristiano debería ser la interna aprehensión de la mente de su Señor Te guiaré, mi ojo pondré sobre ti. Si esto es verdad, tenemos que esperar hasta que oigamos su voz, y si esta actitud es mantenida, estoy seguro de que nunca seremos confundidos.
Debemos recordar siempre que la guía divina es asunto de fe, no de vida.
El cristiano debe ser la persona más dignificada del mundo, pues nosotros no podemos imaginarnos ni la mitad de lo que somos delante de Dios (Gálatas 6:1).
Si la cruz es aplicada a nosotros mismos y al mundo, tenemos dos cosas crucificadas, y, por consiguiente, no puede haber ninguna atracción entre las dos. Esto es, por lo tanto, el verdadero camino de vencer los atractivos del mundo.
Cuando el corazón está libre de sí mismo, hallándose satisfecho con Cristo, el Espíritu Santo es libre para conducirle en todos los círculos que interesan a Dios, ya sea la Iglesia, su antiguo pueblo Israel, o el mundo, considerado como objetivo de la misericordia divina.
Una puerta abierta para servicio es siempre del Señor, no del hombre. Nosotros podemos, por tanto, ser independientes del hombre, y así será si mantenemos nuestra vista fija en el Señor, recordando que Él siempre nos abre una puerta si guardamos su Palabra y no negamos su nombre (véase Apocalipsis 3:8).
«Como tus días será tu fortaleza» (Deuteronomio 33: 25).
El significado de esta escritura depende de su relación. Las últimas palabras del versículo 4 son: «Y moje en aceite su pie.» Según la interpretación cristiana, esto significa andar en el poder del Espíritu Santo. Entonces es cuando los zapatos son de hierro y bronce, lo que significa un andar firme y consistente, y su fuerza espiritual, nunca decaerá, sino que «Como tus días será tu fortaleza» (Deuteronomio 33:25).
E. D.

Capítulo 6 Rayos de luz y bendición

Rayos de luz
En tu luz veremos la luz.
(Salmo 36:9)
Aunque pruebas y aflicciones nos rodean
Tu amor envía un rayo de luz
A los que aquí soportan hoy la cruz,
A fin que en su dolor no desesperen.
Tú les abres solícito, un camino
De acuerdo con tu plan, fiel y divino.
Y les llevas por sendas tenebrosas
A moradas de paz y bien gozosas.
A. W.
«El camino que debemos tomar es aquel que Satanás intenta impedirnos.»
J. B. S.
Mantente en el peldaño más alto de la escalera. Satanás o tus amigos pueden darte un golpe en las piernas, pero mantente firme.
J. B. S.
Todas aquellas cosas difíciles por las cuales pasamos son para que podamos tener una nueva visión de Cristo, o una profundización de la antigua; pero a menudo estamos tan ocupados con las circunstancias o tan metidos en ellas, que dejamos de aprender la lección que Dios quiere enseñarnos.
C. T.
La ternura exagerada de David sólo sirvió para preparar el camino a la rebelión de Absalón. ¡Terrible advertencia! Proceded suavemente con el mal y con toda seguridad éste levantará cabeza y al fin os aplastará. En cambio, haced, frente al mal con un rostro firme y vuestra victoria es segura. No juguéis con la serpiente, sino aplastadla enseguida bajo vuestros pies. Evidentemente, una decisión inquebrantable es el camino más seguro y más feliz. Puede ser costoso al principio, pero su final trae paz.
C. H. M.
Él no te ha permitido deslizarte suavemente por la corriente de la vida, sino que mediante olas encrespadas te ha inducido a asirte a sus promesas.
V. P.
Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y que acabe su obra. Su voluntad y su obra. No hay muchas alternativas para un siervo de Cristo. Aquí tenemos solamente la voluntad del Padre y la obra del Padre.
E. P. C.
Tú dices «dais mucha importancia a los cultos». Mi respuesta es: «Yo no puedo dar demasiada importancia al hecho de estar en la presencia del Hijo de Dios.»
E. P. C.
Un joven de mi oficina que emigró al extranjero, dijo: «Voy por dinero», etc. Yo creo que los cristianos deben tener algo para lo cual van. «Yo voy para ser lleno de toda la plenitud de Dios.» Nada menos que esto. Y esto es precisamente lo que más desea Dios que sea el motivo de nuestras vidas.
E. P. C.
A menudo he pensado que la mejor manera de predicar, sería estar tan consciente de la presencia del Señor, que no tuviésemos ojos para el público que se halla presente. Así debería ser en todos los casos y entonces sólo buscaríamos encomendarnos al Señor. Pero ¡ay!, cuán raramente sucede esto. Sin embargo, el apóstol decía de su predicación: «Como de Dios, y delante de Dios, hablamos de Cristo.» He aquí la predicación ideal.
E. D.
Simeón bendijo a Dios: (Lucas 2:28) y «Simeón les bendijo» (ver. 34). Cuando bendigáis a Dios de corazón seréis aptos para bendecir a otras personas, pues todo el servicio divino debe ser realizado con espíritu de adoración. Ningún servicio es efectivo si no rebosa del corazón.
E. D.
Nosotros nos sentimos halagados con los buenos pensamientos de la gente y menospreciamos los juicios duros, por más razonables que sean.
J. G. B.
La promesa del Padre
Él me glorificará, pues tomará de lo mío y os lo hará saber.
(Juan 18:14)
Que el toque de tu Espíritu, Señor,
A las cuerdas de nuestro corazón,
Nos despierte, para cantar gozosos
Las dulces armonías de tu amor.
Que nos traiga, bendito Salvador,
De toda tu hermosura la visión,
Y eclipse con sin igual fulgor
De estas mundanas glorias la ilusión.
Ya sea nuestro diario andar conflictos, testimonio o adoración, nuestro único y todo suficiente poder es en el Espíritu Santo.
El mantenimiento de una dependencia constante, es condición necesaria para un continuado poder espiritual.
Hay muchos, entre el pueblo del Señor, que han aprendido en parte a medir su flaqueza, pero nada saben de la fuente de poder que existe en el Espíritu Santo; hay otros que creen en esta provisión, pero que apenas han hecho el más mínimo uso de ella; y hay finalmente otros que obran, aun en la vida cristiana, como si todo dependiera de ellos mismos.
No debe ser olvidado que el poder de Dios no obra independientemente de nuestra condición espiritual. El Espíritu Santo mora en nosotros de modo que nuestros cuerpos son sus templos. Si somos descuidados o negligentes, si buscamos nuestro propio placer en el mundo más que en Cristo, no supongamos ni por un momento que Él condescenderá a usarnos como instrumentos de Su poder, pero por el otro lado, si nuestro ojo es sencillo (y un ojo sencillo no ve nada más que a Cristo), si Él es el objeto de nuestras vidas, el Espíritu Santo, en vez de estar contristado, nos sostendrá en cualquier posición en que seamos puestos, y nos sacará victoriosos de cualquier conflicto por el cual tengamos que pasar.
No nos demos descanso hasta que conozcamos prácticamente cómo ser canales para la manifestación del poder divino en este mundo.
Si sufrimos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos también glorificados. No podemos ser hijos de Dios sin sufrir con Cristo, pero la medida de nuestro sufrimiento con Él, dependerá enteramente del grado en que estemos bajo el gobierno y poder del Espíritu Santo. Un hijo de Dios que anda fielmente delante del Señor, sin contristar el Espíritu, sufrirá con Cristo más que el que está andando descuidadamente, pero no debe ser olvidado que, tanto el sufrimiento como la gloria es con Cristo. Esta bendita compañía nunca nos faltará.
(1.a Juan 2:27). Juan enseña a los «hijitos» que puestos que han sido ungidos por el Espíritu Santo, están en la fuente de todo conocimiento, que poseyendo tal ungimiento tienen todas las posibilidades para distinguir entre el error y la verdad. En las cosas divinas es necesario tener en mente que el Espíritu Santo es el único poder de aprehensión. La mente, la humana razón y el intelecto no tienen parte en esto.
¿Qué podrá extraviarnos si el ungimiento del Espíritu Santo obra poderosamente en nuestras almas?
No puede haber semejanza a Cristo, sino como resultado de la obra del Espíritu Santo.
Nada puede agradar a Dios, ni tampoco a nosotros, que no haya sido obrado por el Espíritu Santo para la gloria de Cristo.
E. D.
La verdad
Santifícalos en Tu verdad, Tu Palabra es la verdad.
(Juan 17:17)
Que el Espíritu guiador
A toda luz y verdad,
Encamine nuestros pasos
Hasta el celestial hogar.
El hijo de Dios de corazón sencillo, recibe la palabra con tanta seguridad como Cristo la da. La confianza en la Palabra de Dios es el fundamento más seguro. ¿Cómo puedes estar cierto? Dios lo ha dicho. Si la Palabra de Dios requiere pruebas, entonces es que necesito algo más seguro y más verdadero que Dios.... Si Dios no puede hablar con autoridad sin que otro acredite lo que dice, no hay tal fe.
Si esperamos en Dios, las doctrinas erróneas se convierten en celosías para aclarar la verdad.
A una mente espiritualmente inteligente, la Palabra de Dios trae una autoridad más allá de todo cálculo.
Cuanto más alimentáis vuestra alma de la Palabra de Dios, más probabilidades hay de que Él os utilice.
La visión natural, constantemente tiende a disminuir el aprecio de la fe, y si la fe no está alimentada por la Palabra de Dios, se hunde y desaparece. Si no me alimento de la Palabra, la fe no es alimentada, pues no puede ser alimentada por la vista de las cosas que nos rodean.
La única cosa que permanece para siempre es «la Palabra del Señor». La sabiduría de este mundo está contra ella, la razón humana la combate; pero es la única cosa digna de esperar con diligencia; y si los cristianos razonan acerca de las cosas de Dios en vez de apelar a la Palabra están seguros de hundirse.
Cuando el Espíritu de Dios nos trae la verdad con poder, no hay incertidumbre acerca de ella.
Cuidad de cómo oís; pues a cualquiera que tiene le será dado. Si por oír vengo a poseer aquello que oigo, esa verdad viene a formar parte de mi ser, como el alimento fortalece mi cuerpo, y tendré más, pues cuando la verdad ha alimentado bien mi alma tengo capacidad para recibir más.
Si la verdad es mantenida en comunión con Dios, produce separación para Él. La verdad tiene por objeto producir fruto, y si no tenéis la verdad no llevaréis fruto.... Cristo viene a ser precioso por la verdad que yo aprendo, y si no tiene ese poder caerá, vendrá a nada y me será quitada.
Cuanto más cerca estamos de Dios, más preciosa es toda la verdad de Dios y todo lo que está cerca de Su corazón. Todo error es pecado, pues somos santificados por la verdad.
La incredulidad puede divertir y engañar la mente, mientras fluye la fuente de la vida, pero cuando ésta empieza a escasear y secarse, ¿a dónde va a recurrir?
La verdad de Dios es siempre preciosa; fortalece y alimenta el alma, pues permanece para siempre; y porque revela a Jesús, y nos une a Él, es la fuente y el poder para todo lo bueno.
J. N. D.
Mensajes de bendición
La plenitud de la bendición de Cristo.
(Romanos 15:29)
Desolados corazones
Que habéis visto perecer
Anheladas ilusiones
En los lutos del ayer.
Os diré dónde encontrar
Refugio en vuestro dolor,
Dónde curar las heridas
De este mundo engañador.
En el corazón de Cristo
Quien sufrió por ti y por mí,
Y nos prepara un hogar Sin desengaños, allí.
Sir E. Denny
Estar a solas con Jesús es la primera posición del pecador, el principio de su gozo y nadie tiene derecho a interponerse. El pecado nos arroja sobre Dios solo. No debemos ceder a nadie el derecho de Dios a conferenciar a solas con nosotros acerca de nuestros pecados.
Y ellos recordaron sus palabras (Lucas 14.24-8). ¡Cuánto daño nos hacemos cuando no llegamos a recordar las palabras de Dios! Cuando el Señor Jesús fue tentado tenía la Palabra de Dios a punto, y por esta simple palabra pudo obtener victoria en la batalla.
Si no os convirtiereis y fuereis como niños, no entraréis en el Reino de los cielos. Cuan tercamente la cristiandad ha rehusado aprender esta lección. Se ha permitido olvidar que fue un pobre y despreciado galileo, el hijo de un carpintero, quien sufrió la muerte de cruz. Él no fue al Calvario desde alguna corte real o entre aclamaciones del mundo; sino que fue «el desechado» «gusano y no hombre; escarnio de los hombres, y despreciado del pueblo».... La cristiandad puede envanecerse del Calvario, y del Cordero de Dios en ciertas formas externas, pero ha perdido enteramente de vista a Nazaret y al hijo del carpintero. Trata de unir el palacio con la cruz, la grandeza del mundo, la riqueza y el bienestar, con la confesión de Jesús y del Evangelio.
Probablemente nada ha sido mayor fuente de caídas que el mantener opiniones religiosas favoritas, o dar un valor indebido y exagerado a ciertas doctrinas o puntos de verdad.
Si tan sólo fuésemos felices en Él, trabajaríamos mucho mejor para Él. El gozo de Cristo es quien gana la victoria sobre el mundo. ¿Por qué estamos sujetos al mundo? Precisamente porque no hemos hallado en Cristo todo el gozo que debiéramos encontrar.
Él fue un visitante divino a este mundo, un forastero celestial entre los hombres, no tenía donde reclinar su cabeza, mientras estaba proveyendo a las necesidades de los demás con todos los recursos de Dios. Esto es lo ideal de un santo de Dios: ser independiente de todo lo que este mundo puede dar, y abrir el corazón y la mano liberal-mente para compartir con otros todos los beneficios y bendiciones de Dios.
Una cosa es ser un abogado del cristianismo y otra ser su discípulo, y aun cuando pueda parecer extraño a primera vista, es mucho más fácil enseñar sus lecciones que aprenderlas.
La mundanidad y el egoísmo no pueden respirar la atmósfera del reino de Dios.
¿Están nuestros corazones participando de aquellos goces que Dios puede aprobar y Jesús compartir con nosotros?
No debemos codiciar tanto el conocimiento acerca de Él, como poder para usar divinamente lo que ya conocemos.
J. G. B.
Humildad
Humillaos vosotros delante del Señor y Él os ensalzará.
(Santiago 4:10)
Señor, a tus plantas vengo
Humillado y con dolor,
Este es el lugar que tengo
Como refugio, Señor.
Vengo a darte muchas gracias
Por mi nueva libertad,
Porque has roto las cadenas
De mi torpe vanidad.
Me has librado de mí mismo;
De ese tirano interior;
Con los duros desengaños
De este mundo engañador.
Gracias, Señor, aunque llore
Gracias, pues me haces sentir,
Que sólo vale el servirte;
Vivir sólo para Ti.
Dios pide una completa sumisión a Su voluntad revelada, reclama que el mundo entero se someta a Jesús.
Todos los que no quieran hacerlo, serán obligados a ello cuando venga el juicio y entonces será para su propia confusión y tristeza sin fin. Dios presenta a su Hijo con humillación para salvar al mundo, pero sin sumisión a Jesús todo es en vano, porque esto es lo que Dios requiere y valora. Dios quiere corazones rendidos a Jesús como Salvador y Señor.
(Mateo 11:20-30). En medio de un mundo de maldad, Jesús fue el único revelador del Padre, la fuente de todo bien, Él llama a todos los que están trabajados y cargados,... Si es el peso del pecado lo que les abruma, tanto mejor. Todos los caminos del mundo ya no satisfacían sus corazones, eran miserables y por esto mismo eran el objeto predilecto del corazón de Jesús.... El amor del Padre que en la persona del Hijo buscó a los desolados, dará reposo a todos los que van a Jesús. Él fue la perfecta revelación del Padre a los corazones que la necesitaban; y por el Hijo obtuvieron paz con Dios. No tuvieron sino que venir a Cristo, Él lo sobrellevó todo y les dio descanso.
Pero hay un segundo elemento en este descanso, hay más que paz por el conocimiento del Padre, pues aun cuando el corazón esté en perfecta paz con Dios, este mundo presenta muchos motivos de turbación al corazón humano. En tales casos es cuestión de la propia voluntad. Cristo, consciente de su rechazo, con el profundo dolor causado por la incredulidad de aquellas ciudades donde había obrado tantos milagros, no hizo más que manifestar su entera sumisión al Padre, dándole gracias por haber escondido a unas pocas personas humildes, y halló así perfecto reposo. A esta actitud llama a todos los que le oyen, a todos los que sienten necesidad de reposo en sus propias almas. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de Mi... Es decir, el yugo de una entera sumisión a la voluntad de su Padre, aprendiendo de Él cómo hacer frente a las pruebas de la vida. Porque Él era «manso y humilde de corazón» se sentía contento de estar en el más bajo lugar, y no de alcanzar deslumbrantes éxitos durante su ministerio, si ésta era la voluntad de su Padre. Nadie puede turbar al que allí se encuentra, pues es el lugar de perfecto reposo para el corazón.
Nunca alcanzaremos las más plenas bendiciones de Dios, hasta que sepamos humillar y destruir la carne con sus naturales sentimientos.... No podemos obtener el sencillo gozo y poder de Dios hasta que aceptemos el lugar de humildad y humillación, es decir, hasta que el corazón sea vaciado de lo que es contrario a la humildad de Cristo.
El verdadero cristiano es humilde, porque ha desistido de buscar el bien de sí mismo, para adorar a Aquel que es el todo.
J. N. D.
Amonestaciones y advertencias
Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.... tu siervo es además amonestado con ellos.
(Salmo 19:9-11)
Nunca más amar queremos
¡Oh, querido Salvador!
Lo que aborrecer debemos.
Pues que ello te costó
El morir crucificado
Sufriendo cual malhechor
Haz que siempre repudiemos
El pecado engañador.
Haz que nuestros corazones
Sólo te amen a Ti;
Que los ídolos del mundo
No tengan lugar en mí.
Hacedlo todo sin murmuraciones ni contiendas. Nosotros murmuramos por mil cosas en nuestra vida, como los israelitas hicieron en el desierto y con ello ponemos en tela de juicio el cuidado, el amor y la sabiduría de Aquel que ordena todos nuestros pasos, y perdemos el bendito sentimiento de su presencia con nosotros. Cuando las personas se hacen esclavas de un capricho, pronto se vuelven tiranos.
Cuando el conocimiento entra en la cabeza, exalta; cuando entra en el corazón, humilla.
Nada ha corrompido tanto el cristianismo como la aceptación de ayuda mundana para la promoción de sus objetivos.
Que nunca pasemos el puente sobre el abismo que se abre entre el mundo y nosotros, y nunca trataremos de hacerlo si adoptamos el lenguaje del apóstol: «Lejos sea de mí el gloriarme sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo es crucificado a mí y yo al mundo.»
Todo error tiene una partícula de verdad y esto es lo que le hace más peligroso.
La sabiduría y el poder suyos son (Daniel 2:20). Una sencilla sentencia, pero ¡cuán profunda!, pues si la sabiduría y el poder son de Dios no se pueden encontrar en ningún otro lugar y es en vano dirigirse a nadie más que a Dios.
La filosofía tiene al hombre por objetivo, la religión tiene a Dios.
Donde se pretende gran espiritualidad, hay un gran peligro.
Una reunión debe terminar cuando ha terminado. A menudo, el Señor deja ciertos lugares de culto antes que la gente salga a la calle.
Si haces de la salud un objetivo, nunca la alcanzarás.
Nada perjudica tanto al alma como la controversia.
En este tiempo de gracia, Dios quiere que todos los hombres sean salvos y de ahí que nosotros tenemos que rogar (2.a Corintios 5:20), no acusar a todos los hombres. No podéis alimentar las almas con acusaciones, aun cuando las cosas denunciadas sean errores.
Un poeta alemán dijo: «Refutad el error afirmando la verdad.» Así que la presentación de de Cristo denunciará el mal y edificará a los oyentes.
Cuan fácilmente nos extraviamos cuando vamos por la corriente de lo más fácil. El Señor debe tener el primer lugar, o pronto naufragaremos contra las rocas.
Necesitamos aprender dos lecciones: Primera, terminar con nosotros mismos y con los hombres, y luego, no esperar nada de uno mismo ni de los demás, sino de Dios.
Si nuestros corazones están ocupados en una sola cosa en lo cual no esté ocupado el corazón de Dios, estaremos lejos de Su comunión.
Hay sólo dos medios de testimonio, los labios y la vida y los labios deben ser la expresión délo que ha sido antes producido en la vida. Todos deberíamos desear intensamente estar poseídos y controlados por la verdad que profesamos, y así evitar el uso de frases y sentencias que no hemos recibido, digerido y hallado ciertas en nuestras propias almas.
E. D.
Alimento para el hambriento
A los hambrientos llenó de bienes; y a los ricos envió vacíos.
(Lucas 1:53)
Hambrientas almas, recibid
El maná celestial.
Día tras día, acudid
Su Palabra a buscar.
Pues cada cual ha de vivir por fe
Cual se alimentará,
Si gozo y paz queréis tener
En vuestro diario andar.
Nunca olvidéis la nutrición
De vuestra alma inmortal.
C. T. S.
Nuestro incesante clamor a Dios debería ser por poder, poder espiritual, pues sin esto todo es vano.
C. H. M.
Nosotros estamos siempre, o recogiendo para Cristo o esparciendo. Si no estamos ocupados en los intereses de Cristo, estamos en contra de ellos, no hacer nada por Cristo es hacer algo para Satanás.
C. H. M.
La fe debe pasar por el horno de prueba. No sirve decir confiamos en el Señor. Debemos probar que es así, y debemos probarlo aun cuando todo esté contra nosotros.
C. H. M.
En todas nuestras dificultades honramos al Señor tra-yéndolas a Él. Su poder puede alcanzar a las mayores. Su amor detendrá las menores.
C. H. M.
Que la fe se dirija al trono de misericordia y seguirán los más asombrosos resultados. Si algo pidiereis en Mi nombre, yo lo haré. ¡Oh, tenemos una idea muy pequeña de lo que Dios haría por nosotros si tan sólo le honrásemos del modo debido!
C. H. M.
Si no predicáis la venida del Señor, predicáis solamente medio Evangelio.
E. D.
Aplica tu corazón a mi sabiduría. Porque es cosa deliciosa si la guardares dentro de ti; si juntamente se afirmare sobre tus labios (Proverbios 22:17-18). El Espíritu Santo nunca traerá una escritura a nuestros labios si no la poseemos antes en nuestros corazones.
Nada justifica en nosotros la dureza de espíritu. Tenemos que ser fieles a Dios y tiernos con el que yerra.
E. D.
Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas os serán añadidas. Dios nunca será deudor de nadie, pongamos toda nuestra alma en su obra y al final se demostrará cuan sabiamente hemos procedido.
C. H. M.
El encanto del pecado desaparece tan pronto como es llevado a cabo.
J. G. B.
(Lucas 9:5-9). Cristo nos habla aquí de un hombre que va a su amigo de noche pidiéndole tres panes: «Y el de dentro le responde», etc. El estar dentro es una condición peligrosa en este mundo. Quiero decir perder las simpatías y servicios que podemos prestar a los de afuera por hallarnos encerrados en nuestros propios goces o tristezas.
J. G. B.
El alma que abandona a Dios debe estar segura de poder encontrar otros señores y otros recursos mejores.
J. G. B.
La mente de un santo está llena de luz porque es la mente de Cristo (1.a Corintios 2). La naturaleza angélica está llena de vida. La torpeza y el ofuscamiento no está en ellos. La expresión «vientos y llamas de fuego» revelan la naturaleza celestial. Esto es, actividad y constante fervor. Del mismo modo, la mente de Cristo, que es la naturaleza divina del creyente, está llena de afecto e inteligencia.
J. G. B.
Los lazos naturales y los espirituales
Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera y te quieren hablar, y extendiendo su mano hacia sus discípulos dijo.... He aquí mi madre y mis hermanos, porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre éste es mi hermano y hermana y madre.
(Mateo 12:47, 49, 50)
Que pueda yo pertenecer
Al grupo sin igual
De los que hacen la voluntad
Del Padre celestial.
De los que cerca de Ti están,
Querido Salvador,
Y del Consolador
Que nos habla de Ti,
El cual habita en mí.
Y cuando todo pasará;
En un mundo mejor,
Te pueda en gloria admirar,
Y tu grandeza contemplar
Cantando tu loor.
Siempre que existe la obra de gracia en las almas, éstas son juntadas con los lazos del amor divino.
¡Cuántos de nosotros fallan por tratar de unir las demandas de Dios y de su pueblo con las de los lazos familiares! Ser sin afecto natural es una señal que se nos da de los últimos tiempos peligrosos; pero si uno es absorbido o pone los lazos de afecto natural por encima de los motivos supremos que deben gobernar nuestra vida cristiana, no mantenemos la actitud y el espíritu de nuestro bendito Salvador y Señor.
Los lazos espirituales, si bien algunas veces son heridos, nunca son rotos del todo.
Yo siento cada vez más fuertemente, que el lazo que une nuestros corazones es indestructible, porque es Cristo mismo. Los afectos humanos son hermosos en su lugar; y el corazón a veces se siente ansioso por ellos, pero solamente Cristo puede satisfacer.
La felicidad doméstica es a veces una gran barrera para esperar en el Señor. Puede interponerse entre el alma y Cristo; y así el Señor los destruye en algunos hijos suyos y nos hace esperar, en una penosa y solitaria espera, porque no puede confiar en nosotros cuando sentimos demasiado afecto por las cosas de este mundo. Nos ama tanto, que es celoso de nosotros y nos quiere para sí mismo.
Es extraordinariamente peligroso escuchar los consejos de un pariente en las cosas de Dios. Los parientes juzgan las cosas según sus intereses y afectos naturales, y de ahí que el ojo queda empañado para no ver y juzgar rectamente en la presencia de Dios.
Hace mucho tiempo que he aprendido de Mateo 12:46-50 que los lazos espirituales son más importantes que los más íntimos lazos naturales, y que el penoso estado de la iglesia, hoy día, proviene, en gran parte, de la falta en reconocer esta verdad.
El amor es de Dios. ¿Hay algún creyente que te ama mucho? Dirige este afecto al corazón de Dios.
Necesariamente los cristianos que están más cerca de Cristo estarán más cerca unos de otros.
Solamente cuando los afectos divinos para el pueblo de Dios existen en el corazón (como tenemos el ejemplo en Moisés y en el apóstol Pablo, así como en Daniel y Es-dras), puede haber poder de intercesión. ¿Y no es verdad que la más urgente necesidad hoy día es de intercesores? Necesitamos hombres y mujeres santos que, divinamente enseñados y llenos del Espíritu, sean capacitados, como
Epafras, a trabajar fervorosamente por los santos que están orando.
«La multitud de los que creyeron eran de un corazón y un alma.» La raíz de todas las discordias en la Iglesia de Dios es la falta de poder del Espíritu Santo. Donde Él obra sin impedimento, porque no es contristado, debe haber unidad.... La falta de una unidad gozosa, en cualquier grupo de cristianos, es debida a la ausencia de poder del Espíritu Santo.
E. D.

Capítulo 7 Palabras en sazón

La palabra a tiempo
El Señor Dios me ha dado lengua de sabios para saber hablar palabra en sazón al cansado.
(Isaías 1:4)
La palabra a su tiempo ¡cuán buena es!
(Proverbios 15:23)
Señor, háblame a mí,
A fin que pueda hablar
Cual eco de tu voz,
A los que lejos están
De tu divino amor.
Cual me buscaste, busque yo
Al que perdido va;
Y al solitario en caminar
A aquel feliz hogar.
Si Dios hubiese pasado por alto el pecado de Adán y Eva en el Edén, yo habría podido decir: El pecado no importa; pero cuando miro a la cruz no puedo decir esto.
Quitad la expiación y la Escritura se hace incomprensible; introducidla y todo es claro y sencillo.
Si los que creemos en Él no fuésemos justificados y hechos semejantes a Él, Cristo no vería del fruto del trabajo de su alma. Un Redentor sin redimidos habría perdido el objetivo de su obra y de sus sufrimientos. Nosotros formamos parte de la gloria de Cristo, y es una fuente de profundo gozo a nuestros corazones saber que nuestra semejanza a Él será, en la eternidad, la prueba del valor de la obra de Cristo.
El Señor viene, el tiempo del mundo está terminando. Que Dios pueda hallarnos velando y pensando sólo una cosa: En aquel en quien Dios piensa —Jesús—, nuestro precioso Salvador.
Juzgarse a uno mismo es a menudo necesario y útil, pero si esto produce desconfianza esto es un mal. El espíritu de legalismo puede manifestarse en ello; el corazón de Dios es entonces juzgado según lo que nosotros hallamos en nuestros propio corazón, y esto es equivocado si de veras queremos conocerle.
Ten por seguro que Dios sabe cómo llevar sus asuntos. Lo ha demostrado mil veces.
El Señor Jesús era, en este mundo, «varón de dolores y experimentado en quebranto». Un mundo de pecado, en contraste con su santidad, un mundo de tristeza y sufrimiento en contraste con su amor, no podía ser para Él sino una fuente de pena y tristeza.
Ningún grado de conocimiento, aun cuando sea dado por Dios, es en sí mismo poder espiritual para nuestras almas.
La verdadera adoración es el honor que se rinde a Dios por razón de lo que Él es en sí mismo, y lo que Él es para aquellos que a Él se rinden.
Dios debe ser adorado en «Espíritu y en verdad», pues Él es espíritu, pero es como «Padre» que él «busca tales adoradores».... El amor busca adoradores, pero los busca bajo el dulce nombre de Padre.
Yo no creo que apresurarse sea el camino de Dios. Cristo como hombre fue nacido del Espíritu Santo. Su vida fue la expresión del Espíritu Santo. Echó fuera demonios, por el Espíritu Santo. Sus palabras eran Espíritu y Vida.... Por el Espíritu Santo se ofreció a sí mismo sin mácula a Dios.... Finalmente, el poder del Espíritu Santo, fue mostrado de la forma más grande y perfecta, en su resurrección. Muerto en la carne, fue vivificado por el Espíritu.
«Alegraos en el Señor siempre» y «Por nada estéis afanosos». Estas categóricas sentencias nos dejan sin excusa para no ser felices. La expresión «por nada» lo abarca todo; y la palabra «siempre», no deja ningún minuto para entregarnos a la tristeza o desconfianza. Pero todo ello debe ser «en el Señor».
Su fidelidad para su Iglesia y para el pueblo que confía en Él, es infalible, y por tanto no puede sino prestar su ayuda en todo aquello para lo cual miremos a Él.
J. N. D.
Tened fe en Dios
Su corazón está firme, confiado en Jehová.
(Salmo 112-7)
Si mi pobre fe se abate
Él me sostendrá.
Y del mal que me combate
Él me guardará.
Nunca podré yo ser firme
Por mi voluntad,
Mas Él puede dirigirme,
Y Él me sostendrá.
(Anónimo)
Todo lo que te induce a arrojarte en los brazos de Dios es un inmenso beneficio para tu alma.
Es muy bueno para nosotros cuando estamos basados en lo que se ha llamado la inexpugnable roca de la Escritura. Descansando sobre este fundamento pueden ir y venir opiniones diversas, pero nunca podrán perturbar la divina seguridad del alma que puede decir: «Así está escrito.»
Podemos siempre confiar en la bondad del Señor, y fracasar cuando tenemos que ponerlo a prueba.
El Espíritu Santo trajo a mi memoria el otro día con gran poder un texto de la Sagrada Escritura: «Y amaba Jesús a Marta a su hermana y a Lázaro» (Juan 11). En este mismo capítulo Marta no hace más que desbarrar presentando objeciones a Jesús y mostrando su ceguera a la gloria de su Señor. Sin embargo, el capítulo empieza con la declaración de que Jesús la amaba. Esto me tocó profundamente el corazón, enseñándome que el amor del Señor nos levanta por encima de todos nuestros fallos, y que por tanto podemos contar con Él y reposar en Él en todo tiempo.
Sin la presente operación de la fe no hay demostración de poder para el siervo de Dios, sea lo que sea su celo o ardor. Sin embargo, cuando se ejerce el más pequeño grado de fe, el divino poder puede quitar obstáculos tan grandes como montañas.
Su camino es siempre perfecto y sólo es necesario que con el conocimiento de su amor descansemos en Él con inquebrantable confianza, en todas las circunstancias.
Es siempre una equivocación fatal cuando medimos las dificultades del trabajo en el cual nos encontramos. La cuestión es solamente de que es Dios capaz; las dificultades que parecían montañas a través de la niebla de nuestra incredulidad, no son otra cosa sino la ocasión para el despliegue de su omnipotente poder.
La fe trata con las cosas que no se ven y de ahí que rara vez esté de acuerdo con las conclusiones que sacamos de las circunstancias.
Es comparativamente fácil comprometerse en el servicio de Dios cuando Él interviene con poder para sostener a sus siervos y asegurar los resultados, pero solamente el hombre de fe puede trabajar en medio de desengaños de todas clases y continuar confiando en un poder invisible para sostenerle y prosperarle, teniendo la seguridad de que el Espíritu, aunque invisible al ojo natural en su obrar, es todavía más poderoso que el poder que ha manifestado hasta entonces. Hay muchos Elias que prefieren el viento fuerte y el terremoto a la voz suave y eficaz del Espíritu de Dios.
Nada hay tan destructivo para la confianza en Dios como una mente preguntona.
E. D.
El maligno
Sobre todo tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
(Efesios 6:7)
No me puedo salvar
Por mi propio poder,
Ni me puedo guardar
Y podría caer.
Mas fuerza Tú eres para mí,
Y Tú me sostendrás.
Tus ojos que velando están,
De todo mal me librarán,
Y por tu senda me guiarán
Según tu voluntad.
(Efesios 4:26-27). Airaos y no pequéis. La ira justa es comunión con Dios en su indignación contra el mal (véase Marcos 3:5), pero si la ira producida en nosotros por el Espíritu Santo es alimentada por la carne, pronto se convertirá en aquel sentimiento natural, del cual se nos dice: No se ponga el sol sobre vuestro enojo. Y sigue la declaración: Ni deis lugar al diablo. Alimentar un sentimiento contra alguien es dar lugar al diablo.
Tan pronto como entramos en el gozo de alguna bendición, Satanás tratará de quitárnoslo.
Un corazón insatisfecho es un gran peligro, y un corazón dividido es continua causa de inconsistencia en el andar. Por el contrario, cuando Cristo posee y alimenta los afectos, somos superiores a cualquier tentación del enemigo.
Nunca entraremos bien dispuestos en ningún servicio, a menos que esperemos encontrar la oposición de Satanás.
El predicador tiene que aprender que la libertad de palabra no es poder. La tentación consiste en quedar satisfechos, después de haber hablado con facilidad y libertad. Cuando esto ocurre, puede ser la oportunidad de Satanás para vanagloriarnos, y así debemos estar en guardia.
No hay nada como el atrevimiento frente al adversario. «Resistid al diablo y de vosotros huirá.»
Satanás no puede tocar al creyente obediente. Mientras se mantenga en dependencia y obediencia al Señor, todos los asaltos de Satanás fracasarán.
Es más fácil mantener al enemigo fuera que expulsarle después que ha efectuado su entrada.
No hay ninguna operación del Espíritu, ni ninguna forma de trabajo espiritual, que Satanás no trate de imitar.
El Espíritu y la Palabra de Dios son suficientes para preservarnos de las más peligrosas imitaciones de la verdad que Satanás puede presentar a nuestras almas.
Nosotros podemos reposar confiadamente cualquiera que sea el aparente éxito del mal, pues «El Dios de paz quebrantará presto a Satanás».
Satanás nunca es tan completamente derrotado como en sus aparentes victorias.
Nosotros no reconocemos suficientemente la actividad del adversario y poniendo nuestra atención tan sólo en sus instrumentos olvidamos la mano que los mueve.
Feliz es aquel que habiendo aprendido a mirar más allá de las acciones de los hombres al poder que los controla, recibe todas las cosas, beneficios y persecuciones, ayudas o impedimentos, corno del Señor. Esta alma habrá adquirido el secreto de la paz perfecta en medio de la confusión y turbación del mundo, aun en presencia del poder de Satanás.
Si los creyentes ponen su mira en el mundo y piensan cosas terrenas, vienen a ser «habitantes de la tierra» (Apocalipsis 3:10) usando esta frase en su sentido moral.
Entonces Satanás los dejará, pero tan pronto como obren bajo el Espíritu de Dios, siendo sus testigos vivientes, el adversario tratará de apartarles de ello por cualquier arte o engaño que le parezca bueno para tal propósito.
E. D.
La Palabra de Dios y la oración
María, sentada a los pies de Jesús, oía su palabra.
(Lucas 10:39)
Señor, enséñanos a orar.
(Lucas 11:1)
Padre Dios, somos tus hijos;
Haznos oír con humildad
Tu palabra sacrosanta
Y vivir en santidad.
Que tu Espíritu halle eco
Siempre en nuestro corazón,
Y que sus cuerdas respondan
Al llamado de tu voz.
El principio de la intercesión que prevalece, consiste en que nuestra alma entre en los pensamientos de Dios y los convierta en oraciones.
«Orad por los que os calumnian» (Lucas 6:28). Si un hermano te trata con frialdad, si una hermana habla contra ti, ¿tienes por costumbre orar por ellos? ¡Oh, cuan diferente sería si supiéramos llevarnos uno a otro a la presencia del Señor!
Lutero dijo: «Bien orado es la mitad estudiado», y nosotros podemos añadir: y bien predicado.
Todo lo que está fuera de la Biblia, todo lo que viene a oponérsele en filosofía o teología, no es sino una masa informe de opiniones y razonamientos. ¡Cuán bueno es, por tanto, al alma cansada de tales cuestiones fundadas sobre inseguras hipótesis, tener, en vista de la enfermedad y muerte que se nos aproxima el inmutable fundamento de la fe en las infalibles Escrituras.
Si queremos estar guardados de los peligros del misticismo y de la imaginación, la Palabra de Dios debe ser la base de nuestros pensamientos.
Descansar en la Palabra, solamente de este modo estamos sobre una roca segura contra todas las olas del error que se deshacen en contra de ella.
El Dios invariable imparte su propio carácter a la verdad que nos ha revelado; y así ésta permanece por todos los tiempos invariable en su perfección, como Aquel de quien procede.
(Ezequiel 3 y Apocalipsis 10). Tanto a Ezequiel como a Juan les fue ordenado comer el libro que contenía los temas de sus futuros testimonios.... Por comer, podemos comprender que significa apropiarse la palabra. Estos profetas tenían que identificarse con los mensajes que eran enviados a llevar.... Pero aun comer, o apropiarse el mensaje no es suficiente: es necesario digerir lo que uno se ha apropiado.
La mayoría de nosotros conoce por experiencia que el proceso de digerir la verdad que hemos recibido, es a menudo una operación lenta; y también que la verdad nunca es efectiva en nosotros, o por nosotros, hasta que la hemos bien digerido. Hay una gran diferencia entre ambas cosas. Ezequiel, después de comer el rollo y de gustar su dulzura, sintió sus entrañas llenas de él....
En el caso de Juan, lo que fue dulce en su boca, fue amargo en su vientre. Esto puede ser fácilmente entendido por cada creyente espiritual. El descubrimiento de cualquier verdad nueva para el alma, la percepción de su carácter y belleza es siempre una experiencia deliciosa, pero cuando la misma verdad es aceptada en el poder del Espíritu, gradualmente trae muerte a lo que somos, y entonces resulta «amarga», ya que nos descubre la verdadera naturaleza de muchas cosas que antes habíamos acariciado, pero el separarnos de ellas nos produce crecimiento conforme a la semejanza de Cristo.
E. D.