Introducción

Mark
 
DIOS, en su bondad, habiéndonos dado la historia de nuestro Señor Jesucristo, en su viaje por este mundo, tenemos un relato confiable, porque inspirado, de eventos en los que está involucrado el destino eterno de cada uno. Además, a través de este relato, Dios quiere que nuestros corazones se sientan atraídos por el Cristo viviente a medida que las variadas glorias de Su vida, muerte y resurrección pasen ante nosotros.
Para apreciar estas glorias, Dios quiere que discernamos las diferentes relaciones en las que se puede ver a Cristo, así como los variados caracteres en los que se le presenta. Con este fin tenemos cuatro Evangelios, cada uno dando una presentación distinta de la gloria de Cristo. El estudio del evangelio de Mateo muestra claramente que los detalles especiales que se dan en relación con los incidentes, así como la enseñanza, tienen en vista la presentación del Señor Jesús como el Mesías prometido desde hace mucho tiempo, el Hijo de David, en relación con Israel.
En el evangelio de Lucas es igualmente claro que el Señor Jesús es presentado como el Hijo del Hombre, dando a conocer la gracia de Dios a un mundo de pecadores necesitados.
En el evangelio de Juan tenemos la presentación de Su gloria divina como el Hijo de Dios.
En el evangelio de Marcos, todo el registro es consistente con la presentación del Señor Jesús como el Siervo de Jehová, sirviendo a los demás en amor. Siglos antes de la venida de Cristo, Isaías había predicho que el Señor Jesús vendría al mundo como el Siervo de Jehová, porque la palabra del Señor vino al profeta diciendo: “He aquí mi siervo, a quien sostengo; mis elegidos, en quienes mi alma se deleita; Pondré mi espíritu sobre Él; Él dará juicio a los gentiles” (Isaías 52:1). Todos los detalles de este evangelio tienen en vista la presentación de Su servicio perfecto para el hombre necesitado, como el Siervo de Jehová llevando a cabo Su voluntad.