Joacaz - 2 Reyes 23:31-35

2 Kings 23:31‑35
 
Todo el favor de Dios bajo el reinado de Josías, la bendición y el gozo con que el Señor había llenado los corazones del pueblo, no dan resultados en los sucesores de este rey. Joacaz, escogido y proclamado rey por el pueblo en lugar de su padre, “hizo lo malo a los ojos de Jehová, según todo esto habían hecho sus padres” (2 Reyes 23:32). Él está vinculado no a Josías, sino a sus padres incrédulos e idólatras y no está contado en la línea de la fe. No es posible tener a Josías o Abraham como padre sin producir frutos para el arrepentimiento. Aquí el hacha estaba siendo colocada en la raíz del árbol y la realeza de Judá estaba a punto de pasar por sus últimas convulsiones antes de ser finalmente cortada. Las madres que salen de entre el pueblo de Dios están de ahora en adelante sin influencia, ya sea porque no hay más oído para escucharlas, o porque ellas mismas participan en la ruina. Hamutal, la esposa de Josías y madre de Joacaz, era hija de Jeremías de Libna y aparentemente de raza sacerdotal (cf. Josué 21:13). Su hijo reina sólo tres meses, y sin embargo encuentra tiempo para hacer el mal y por su conducta hacia Dios para contradecir lo que Josías había establecido.
Faraón-nechoh se venga de él por la oposición de Josías, quien había apoyado tontamente al asirio al tratar de impedir la marcha del ejército egipcio. Atado con cadenas, Joacaz es llevado a Egipto y muere allí. Faraón no tiene en cuenta esta realeza establecida por el pueblo. Jeremías profetiza acerca de él: “No llores por los muertos, ni te lamentes; pero llora por el que se va, porque no volverá más, ni verá su país natal. Porque así dijo Jehová acerca de Salum hijo de Josías, el rey de Judá, que reinó en lugar de Josías su padre, que salió de este lugar: No volverá más allí; porque morirá en el lugar donde lo han llevado cautivo, y no verá más esta tierra” (Jer. 22:10-1210Weep ye not for the dead, neither bemoan him: but weep sore for him that goeth away: for he shall return no more, nor see his native country. 11For thus saith the Lord touching Shallum the son of Josiah king of Judah, which reigned instead of Josiah his father, which went forth out of this place; He shall not return thither any more: 12But he shall die in the place whither they have led him captive, and shall see this land no more. (Jeremiah 22:10‑12)). Nejoh toma a Eliaquim, el hijo de Josías, y lo establece rey “en lugar de Josías su padre”, cambiando su nombre a Joacim. Este último se convierte en sirviente y tributario del rey de Egipto y le da al Faraón el oro y la plata que reúne a través de los impuestos.