Job 42: El cambio para Job

Job 42
Es posible que cada uno de nosotros haya experimentado alguna prueba en un momento determinado de la vida. Tal vez alguno ha perdido a todos sus hijos en un solo instante, otro quizá tuvo una desgracia en el trabajo y puede ser que alguien recibió la triste noticia de que sus amigos o compañeros fueron asesinados. Mas al recorrer las páginas de las Escrituras, encontramos a un hombre que le aconteció todas estas cosas en un solo día: Job. En verdad, no sé cuál hubiese sido la reacción de la mayoría de nosotros; pero Job dijo: “Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:2121And said, Naked came I out of my mother's womb, and naked shall I return thither: the Lord gave, and the Lord hath taken away; blessed be the name of the Lord. (Job 1:21)). Esta respuesta nos muestra su carácter fiel y bueno. Luego, Job perdió su salud y su esposa le aconsejó: “Maldice a Dios, y muérete” (Job 2:99Then said his wife unto him, Dost thou still retain thine integrity? curse God, and die. (Job 2:9)). Es difícil imaginarnos una situación peor para un ser humano.
En ocasiones, no entendemos el porqué de las dificultades que Dios permite, mas Él siempre quiere cumplir un buen propósito con cada una de ellas. Y en este pasaje de las Escrituras Él quiso revelarse más a Job, pues al final del libro hallamos algo muy interesante: Dios habló con Job y le mostró Sus maravillas en la creación. Job se había estado justificando a sí mismo y no a Dios; pero cuando le preguntó: “¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?” (Job 38:44Where wast thou when I laid the foundations of the earth? declare, if thou hast understanding. (Job 38:4)). Job no tuvo sino que reconocer que Su sabiduría y gloria van mucho más allá de lo que puede nuestra imaginación; pues Él es desde la eternidad y Quien hizo todo el universo y nosotros ni siquiera existíamos cuando mostró Su poder en la creación. Es muy saludable hacer una pausa en nuestras vidas y dejar que nuestras conciencias y corazones sean hablados al contemplar Su poder y sabiduría en la creación. Job no tuvo siquiera un libro de las Escrituras, pues vivió antes que Moisés, el primer escritor utilizado por Dios. Sin embargo, escuchó la voz de Dios hablarle mediante Su grandeza en la creación y convencerle que Él tiene el derecho para actuar en las vidas de Sus criaturas. En los capítulos 38 al 41, Dios le hace muchas preguntas a Job para hacerle reflexionar. Así, por ejemplo, nos humilla al considerar estas preguntas: “¿Invalidarás tú también mi juicio? ¿Me condenarás a mí, para justificarte tú? ¿Tienes tú brazo como el de Dios? ¿Y truenas con voz como la suya?” (Job 40:8-98Wilt thou also disannul my judgment? wilt thou condemn me, that thou mayest be righteous? 9Hast thou an arm like God? or canst thou thunder with a voice like him? (Job 40:8‑9)). Si nos ubicamos frente a Dios, tan solo podemos reconocer que nada somos para juzgarle.
Aun en medio de una aflicción tan aguda como la de Job, la respuesta correcta es humillarnos y esperar al final algo bueno de parte de Dios, y así lo hizo Job. Su rapidez en aprender la lección dada por Dios es impresionante y vemos su cambio de actitud en estas palabras: “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza” (Job 42:5-65I have heard of thee by the hearing of the ear: but now mine eye seeth thee. 6Wherefore I abhor myself, and repent in dust and ashes. (Job 42:5‑6)). Cuando la magnífica gloria de Dios está delante de nuestros corazones, cuando Le vemos espiritualmente; entonces podemos tener un juicio correcto acerca de nosotros mismos por primera vez. Job confesó que en el pasado solo había oído de Dios pero en ese momento le vio espiritualmente por lo que se arrepintió de inmediato y mostró señales de un verdadero arrepentimiento. No llegamos a entender cuán viles somos por mirar nuestras fallas, sino cuando contemplamos la gloria de Dios que es el estándar para nosotros: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:2323For all have sinned, and come short of the glory of God; (Romans 3:23)). No hay cómo justificarnos a nosotros mismos cuando estamos en la presencia del Dios justo y todopoderoso. Juan cayó como muerto a Sus pies (Apocalipsis 1:1717And when I saw him, I fell at his feet as dead. And he laid his right hand upon me, saying unto me, Fear not; I am the first and the last: (Revelation 1:17)). Pedro cayó de rodillas ante Jesús (Lucas 5:88When Simon Peter saw it, he fell down at Jesus' knees, saying, Depart from me; for I am a sinful man, O Lord. (Luke 5:8)). Isaías al ver un poco de la gloria de Dios dijo: “soy muerto” (Isaías 6:55Then said I, Woe is me! for I am undone; because I am a man of unclean lips, and I dwell in the midst of a people of unclean lips: for mine eyes have seen the King, the Lord of hosts. (Isaiah 6:5)). El resultado en cada caso fue una bendición espiritual especial. El cambio en Job lo vemos en su oración por sus amigos quienes pecaron contra él y en la bendición que Dios derramó sobre él. Sería bueno para cada uno de nosotros entrar en Su presencia y contemplar Su gloria.