Josué 13

Joshua 9
 
En Josué 13 Jehová le dice a Josué: “Eres viejo y herido en años, y aún queda mucha tierra para poseer”. Estaba celoso de su siervo, y lo despierta al cumplimiento de su comisión. Porque los israelitas habían sido perezosos; tardaron en actuar de acuerdo con la plena concesión de Jehová. Habrían descansado cuando hubieran adquirido lo suficiente para sostenerse; pero no tal es la mente de Dios para nosotros más que para ellos. Él hará que nos preocupemos por las cosas de los demás, sí, por las cosas que son de Jesucristo; porque ciertamente todas las cosas son nuestras, y cuanto más las hacemos nuestras en el poder de la fe, más glorificado Él y bendecida la iglesia. Porque no hay mejor manera de ayudar a otro santo que ganar a Satanás y progresar nosotros mismos.
Por lo tanto, la tierra que quedó se establece en detalle: “Todas las fronteras de los filisteos, y todos los Geshuri, desde Sihor, que está antes de Egipto, hasta las fronteras de Ecrón hacia el norte, que se cuenta a los cananeos: cinco señores de los filisteos; los gazatitas, y los asddotitas, los eshkalonitas, los gititas y los ekronitas; también los avitas: desde el sur, toda la tierra de los cananeos, y Mearah que está al lado de los sidonios, hasta Aphek, hasta las fronteras de los amorreos; y la tierra de los giblitas, y todo el Líbano, hacia la salida del sol, desde Baal-gad bajo el monte Hermón hasta la entrada en Hamat. A todos los habitantes de la región montañosa desde el Líbano hasta Misrephoth-maim, y a todos los sidonios, los expulsaré de delante de los hijos de Israel: solo divídelo por suerte a los israelitas por una herencia, como te he mandado. Ahora, por lo tanto, divida esta tierra para una herencia a las nueve tribus, y la media tribu de Manasés.Así, a Josué se le ordena dividir por sorteo incluso lo que aún no había sido arrebatado de las manos de los habitantes. ¡Qué estímulo para avanzar sin miedo! ¿No es Jehová digno de confianza? Sin embargo, Él tendrá a Su pueblo para luchar por Canaán; no por la redención de Egipto, sino por su herencia en la tierra prometida, para luchar como aquellos que están muertos y resucitados con Cristo, bendecidos con toda bendición espiritual en lugares celestiales en Él. Y muy minuciosamente señala Jehová las fronteras de lo que les estaba dando, y los enemigos que deben ser desposeídos de su dominio actual, así como Él se digna a señalar precisamente lo que las dos tribus y media ya habían adquirido bajo Moisés, aunque no era la herencia apropiada de Su pueblo.
Podemos notar también cuán repetidamente, incluso en este capítulo, se llama la atención a la tribu de Leví como sin tal porción por la voluntad de Dios (Josué 13:14-33). A los levitas no se les dio ninguna herencia en la tierra. Los sacrificios de Jehová Dios de Israel hechos por fuego, sí, Jehová mismo, fue su herencia, como Él les dijo. Los obreros del Señor estaban en un pie diferente del resto de Su pueblo, y fueron llamados a una confianza especial en Su provisión para ellos y Su Palabra acerca de ellos. Si fallaron en esto, ¿podrían preguntarse si sus palabras tenían poco poder?