Jueces 6-7: Claves para la victoria de Gedeón

Judges 6‑7
Los enemigos del pueblo de Dios, los madianitas, llegaron para afligir a los israelitas, pues subían muchísimos y les atacaban y robaban su comida. En Jueces 6:66And Israel was greatly impoverished because of the Midianites; and the children of Israel cried unto the Lord. (Judges 6:6) leemos: “De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de Israel clamaron a Jehová”. Te puedes imaginar cuán difícil debió haber sido ver que llega un enemigo poderoso para quitarte la comida de tu boca y de la de tus hijos. Así es hoy en día para nosotros los creyentes, pues Satanás, uno de nuestros enemigos, nos está atacando y empobreciendo; es más, quiere quitar de nuestros corazones la comida espiritual que es Cristo y Su palabra. Pero si has leído los capítulos 6 y 7 de Jueces (si no lo has hecho todavía, por favor hazlo) habrás notado que Dios levantó un libertador para su pueblo: Gedeón. Ahora veamos lo que usó Dios para la victoria.
La primera cosa que Dios dijo fue: “El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado” (Jueces 7:22And the Lord said unto Gideon, The people that are with thee are too many for me to give the Midianites into their hands, lest Israel vaunt themselves against me, saying, Mine own hand hath saved me. (Judges 7:2)). Es esencial reconocer que la victoria le pertenece por completo a Dios. En realidad, nuestra tendencia es otorgarnos el crédito por algún bien espiritual; así, por ejemplo, si el Señor nos usa para llevar el mensaje del evangelio y la persona que escucha acepta al Señor Jesucristo como su Salvador, a veces pensamos que merecemos alabanza. Pero Dios obra de tal forma que deja bien claro que a Él le pertenece la victoria; así, cuando escogió a los que irían a la batalla dijo lo siguiente: “Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro” (Jueces 7:55So he brought down the people unto the water: and the Lord said unto Gideon, Every one that lappeth of the water with his tongue, as a dog lappeth, him shalt thou set by himself; likewise every one that boweth down upon his knees to drink. (Judges 7:5)). Los siervos humildes del Señor se sitúan en un lugar bajo, cual un perro; en realidad no necesitan ser reconocidos por los demás y por eso son útiles para el Señor.
Después de mandarles a sus casas a la gran mayoría, quedaron apenas 300 varones para ir con Gedeón a la batalla contra los madianitas (Jueces 7:1616And he divided the three hundred men into three companies, and he put a trumpet in every man's hand, with empty pitchers, and lamps within the pitchers. (Judges 7:16)). Los israelitas usaban las trompetas para cuatro cosas: juntar al pueblo, llamar a la marcha, anunciar la batalla y para convocar a las fiestas de adoración. Estos usos nos hacen pensar en la Palabra de Dios, pues su propósito es reunir al pueblo de Dios. Si se la lee bien y se anhela obedecer a Dios, entonces esto nos acerca a Cristo y como consecuencia podremos estar unidos el uno al otro; ella busca que los creyentes estemos unidos, no divididos. También las Escrituras nos ponen a trabajar en los proyectos del Señor y de esta manera marchamos hacia la meta que es Cristo, mientras trabajamos para Él. Además, siempre que el pueblo de Dios honra al Señor Jesucristo, Satanás interviene y trata de oponerse al progreso, así que entramos en conflicto con “huestes espirituales” llevando “la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Efesios 6:1717And take the helmet of salvation, and the sword of the Spirit, which is the word of God: (Ephesians 6:17)).
También leemos que las tropas de Gedeón llevaron: “cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros” (Jueces 7:1616And he divided the three hundred men into three companies, and he put a trumpet in every man's hand, with empty pitchers, and lamps within the pitchers. (Judges 7:16)). Y luego leemos que quebraron los cántaros. Esto nos hace pensar en 2 Corintios 4:7: “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”. Nuestros cuerpos son débiles, para que el poder de Dios pueda ser visto por los demás: Él desea que vayamos a Él para otorgarnos la victoria. Las teas o antorchas son símbolos de la vida de Jesús: “Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal” (2 Corintios 4:1111For we which live are alway delivered unto death for Jesus' sake, that the life also of Jesus might be made manifest in our mortal flesh. (2 Corinthians 4:11)). La vida de Jesús es la luz del mundo y un ingrediente esencial para la victoria. Con el poder de Dios, la humildad que Él produce, la Palabra de Dios y la vida de Jesús manifestada en nuestros cuerpos siempre tendremos la victoria en las batallas espirituales.