Las siete fiestas

Leviticus 23
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Antes que consideremos las Fiestas de Jehová por separado, en detalle, considerémoslas todas juntas. Había siete Fiestas, o, si incluimos el Día de Reposo, había ocho Fiestas. El Día de Reposo era diferente de las otras Fiestas de varias maneras.
(Si consideramos el diagrama al final del libro, entenderemos mejor las Fiestas).
El Día de Reposo era diferente de las otras Fiestas de varias maneras.
Se lo describe en una sección separada de Levítico de las otras Fiestas. Notarán que el tema de esta Fiesta comienza, “En cuanto a las fiestas señaladas por Jehová,  ... estas son mis Fiestas señaladas” (Levítico 23:2,2Speak unto the children of Israel, and say unto them, Concerning the feasts of the Lord, which ye shall proclaim to be holy convocations, even these are my feasts. (Leviticus 23:2) JND). Después de hablar del Día de Reposo, tenemos casi las mismas palabras para una introducción a las otras siete Fiestas, “Estas son las Fiestas señaladas por Jehová” (versículo 4, JND). Ninguna otra Fiesta tiene esta introducción especial. Asimismo, el Día de Reposo era observado semanalmente, todas las otras Fiestas eran anuales.
El Día de Reposo nunca se ha cumplido completamente, y no se cumplirá completamente hasta la eternidad, pero las otras siete Fiestas se cumplen dentro de un cierto tiempo.
Las siete Fiestas pueden ser divididas en dos partes, cuatro en la primera parte y tres en la segunda.
La Pascua, la Fiesta de los Panes sin Levadura, la Fiesta de las Primicias y Pentecostés, eran las cuatro primeras. Todas ellas eran cercanas la una de la otra. Luego había un intervalo de unos cuatro meses, durante los cuales no había “Fiesta de Jehová” ni “santa convocación” del pueblo en Jerusalén. Era una larga pausa entre la Fiesta de Pentecostés y la siguiente, la Fiesta al son de Trompetas (Levítico 23:2424Speak unto the children of Israel, saying, In the seventh month, in the first day of the month, shall ye have a sabbath, a memorial of blowing of trumpets, an holy convocation. (Leviticus 23:24)), durante la cual no se oía ningún nuevo llamamiento de Jehová a Su pueblo. Ciertamente Jehová tuvo un propósito en esto, y una lección para que nosotros la aprendamos. El significado es, quizás, que las verdades representadas en las cuatro primeras Fiestas ya se han cumplido, mientras que lo que es representado en las tres últimas Fiestas aún no se ha cumplido. Quizás el largo espacio entre la Fiesta de Pentecostés y la siguiente Fiesta muestra el largo espacio de más de 2000 años desde el día de Pentecostés hasta el día en que vivimos ahora.
Las primeras cuatro Fiestas parecen estar relacionadas con el pueblo celestial del Señor —la Iglesia— mientras que las últimas tres parecen estar especialmente relacionadas con Su pueblo terrenal, Israel, aunque quizás el pueblo celestial también está representado en estas tres Fiestas.
Nosotros veremos que las primeras cuatro Fiestas se han cumplido exactamente, y esto hace que esperemos que las últimas tres Fiestas también se cumplirán exactamente en el propio tiempo de Dios. El fracaso del hombre y toda la iniquidad del hombre no pueden cambiar los propósitos de Dios.
¡De qué manera este capítulo debería fortalecer nuestra fe en toda la verdad de cada palabra de la Biblia! Aquellos que nos dicen que ella es falsa, están demasiado ciegos para ver la maravillosa exactitud, verdad y hermosura en un capítulo como este, o ellos nunca más podrían dudar de la Palabra de Dios. Cuanto más de cerca consideramos las obras del hombre, peor aparecen, pero cuanto más de cerca examinamos las obras de Dios, más hermosas aparecen.
Dios ordenó a todos los varones de Israel que se presentaran ante Él tres veces al año, en la Fiesta de la Pascua, en la Fiesta de Pentecostés y en la Fiesta de los Tabernáculos (Éxodo 23:14-1714Three times thou shalt keep a feast unto me in the year. 15Thou shalt keep the feast of unleavened bread: (thou shalt eat unleavened bread seven days, as I commanded thee, in the time appointed of the month Abib; for in it thou camest out from Egypt: and none shall appear before me empty:) 16And the feast of harvest, the firstfruits of thy labors, which thou hast sown in the field: and the feast of ingathering, which is in the end of the year, when thou hast gathered in thy labors out of the field. 17Three times in the year all thy males shall appear before the Lord God. (Exodus 23:14‑17)). Tenían que venir al lugar que el Señor había escogido para poner allí Su nombre (Deuteronomio 16:1616Three times in a year shall all thy males appear before the Lord thy God in the place which he shall choose; in the feast of unleavened bread, and in the feast of weeks, and in the feast of tabernacles: and they shall not appear before the Lord empty: (Deuteronomy 16:16)). Y no debían venir con “las manos vacías” (Deuteronomio 16:1616Three times in a year shall all thy males appear before the Lord thy God in the place which he shall choose; in the feast of unleavened bread, and in the feast of weeks, and in the feast of tabernacles: and they shall not appear before the Lord empty: (Deuteronomy 16:16); Éxodo 29:2424And thou shalt put all in the hands of Aaron, and in the hands of his sons; and shalt wave them for a wave offering before the Lord. (Exodus 29:24); Levítico 16:1212And he shall take a censer full of burning coals of fire from off the altar before the Lord, and his hands full of sweet incense beaten small, and bring it within the vail: (Leviticus 16:12); Deuteronomio 26:22That thou shalt take of the first of all the fruit of the earth, which thou shalt bring of thy land that the Lord thy God giveth thee, and shalt put it in a basket, and shalt go unto the place which the Lord thy God shall choose to place his name there. (Deuteronomy 26:2)).
¡Qué felices deben haber estado los hombres de Israel al reunirse todos de todas partes del país en el mismo centro, todos con un solo corazón y un solo objetivo, encontrarse con Jehová, y, de la plenitud de la bendición que Él les había dado, devolverle Su porción! “Cada uno dará según lo que esté en su poder dar, conforme a la bendición de Jehová tu Dios que Él te haya dado” (Deuteronomio 16:17,17Every man shall give as he is able, according to the blessing of the Lord thy God which he hath given thee. (Deuteronomy 16:17) JND). Los hombres creen que el pequeño grupo de Salmos (120 a 134) llamado «Cánticos de Ascenso Gradual», era cantado por estas mismas multitudes felices mientras viajaban a la ciudad del Gran Rey, Jerusalén.
Mientras el corazón del pueblo del Señor estuvo en el estado correcto, ellos se regocijaron en estas Fiestas de Jehová, y se alegraron cuando se decían unos a otros: “¡Vamos a la Casa de Jehová!” (Salmo 122:1,1<<A Song of degrees of David.>> I was glad when they said unto me, Let us go into the house of the Lord. (Psalm 122:1) JND).
Pero, lamentablemente, cuando sus corazones se apartaron del Señor, encontraron gravosas Sus Fiestas y pronto las descuidaron de tal modo que, en el último capítulo de Jueces, al relatar el lugar que el Señor había elegido para Sus Fiestas, (Jueces 21:1919Then they said, Behold, there is a feast of the Lord in Shiloh yearly in a place which is on the north side of Beth-el, on the east side of the highway that goeth up from Beth-el to Shechem, and on the south of Lebonah. (Judges 21:19)), fue necesario dar las más cuidadosas instrucciones acerca de cómo encontrarlo. Pero si cada varón iba a ese lugar tres veces al año como Dios había dispuesto, todo varón de Israel conocería el camino perfectamente.
¿Somos nosotros mejores en nuestros días? ¿Cuántas veces abandonamos las cosas del Señor para buscar nuestras propias cosas? Incluso en los días del Apóstol Pablo, él tuvo que escribir, “todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús” (Filipenses 2:2121For all seek their own, not the things which are Jesus Christ's. (Philippians 2:21)). Y, por otra parte, tuvo que decir, “Ya sabes esto, que me abandonaron todos los que están en Asia” (2 Timoteo 1:1515This thou knowest, that all they which are in Asia be turned away from me; of whom are Phygellus and Hermogenes. (2 Timothy 1:15)).
Que el Señor Jesús llene tanto nuestros corazones que todas las demás cosas pierdan su atractivo, y que de verdad digamos,
«Nada de lo que tengo lo llamo propio,
Lo tengo para el Dador,
Mi corazón, Mi fuerza, Mi vida, Mi todo,
son Suyos, y Suyos para siempre».
Nosotros hemos visto que en el Evangelio de Juan las Fiestas de Jehová se habían convertido en “las Fiestas de los judíos”.
Cuando llegamos a las epístolas, encontramos que los cristianos tienen una sola Fiesta, no anual, sino que el primer día de cada semana, y el Señor mismo, como anfitrión, nos llama a Su mesa para comer Su cena, en memoria de Él, y Él mismo está presente con nosotros.
La Pascua miraba hacia el futuro, hacia la muerte de Cristo. La Fiesta de los Panes sin Levadura hablaba de la comunión de los santos en santidad y amor, la Fiesta de las Primicias nos hablaba de la resurrección de Cristo, la Fiesta de Pentecostés esperaba la llegada del Espíritu Santo. En la siega (Levítico 23:2222And when ye reap the harvest of your land, thou shalt not make clean riddance of the corners of thy field when thou reapest, neither shalt thou gather any gleaning of thy harvest: thou shalt leave them unto the poor, and to the stranger: I am the Lord your God. (Leviticus 23:22)), podemos ver el regreso de Cristo.
¿Acaso no están todas ellas incluidas en la Cena del Señor, cuando semana a semana nos reunimos para recordarle?
Cuando miramos hacia atrás, a la muerte de Cristo, nosotros disfrutamos de la comunión de los santos, recordamos que Cristo no está muerto, sino que Él ha resucitado, y que el poder para disfrutar de todo esto, y para adorar, es sólo por medio del Espíritu Santo, y “hacemos esto, “hasta que él venga” (1 Corintios 11:2626For as often as ye eat this bread, and drink this cup, ye do show the Lord's death till he come. (1 Corinthians 11:26)).
Verdaderamente acerca de esa cruz podemos cantar,
«¡Oh, misterio de misterios!
De la vida y de la muerte el madero;
Centro de dos eternidades
Que miran con embelesados y adoradores ojos,
Hacia adelante y hacia atrás a Ti…
Oh cruz de Cristo, donde todo Su dolor
Y muerte es nuestra ganancia eterna».