En Levítico 15 tenemos casos de la maldad de la naturaleza en el aspecto de la debilidad total del hombre como lo es ahora a través del pecado. Si encontramos características tan terribles y verdaderas del hombre, ¡deleitémonos de que Dios y sólo Dios reúna en el mismo libro el contraste con la presentación rica y completa del sacrificio de Cristo en toda su variedad y perfección! Después de tal introducción, bien podemos soportar ver esa imagen sombría del hombre en toda su repugnancia, la lepra en su persona, la lepra en su carácter, la lepra en su conexión, con la impureza antecedente y las impurezas que siguen. Sin embargo, “la misericordia se regocija contra el juicio”.
Sin embargo, encontraremos que no es misericordia desnuda, sino un Dios que actúa con poder y nos tendrá en comunión con Él, mientras estamos en la vieja escena de la locura y el mal, en lugar de tener que esperar hasta que lleguemos al cielo. ¡Qué bendito conocerlo aquí! Espero detenerme un poco en lo que ilustrará este lado de Su gracia, cuando proceda con la porción del libro de Levítico que sigue.