Hay tres grandes capítulos que hablan de los dones: Romanos 12, 1 Corintios 12 y Efesios 4.
Romanos 12
Dios es el gran Encargado en este capítulo. Ya que es “conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno” (Romanos 12:33For I say, through the grace given unto me, to every man that is among you, not to think of himself more highly than he ought to think; but to think soberly, according as God hath dealt to every man the measure of faith. (Romans 12:3)). La Casa de Dios es la esfera que incluye a la Asamblea. El don se da a los individuos y difiere de acuerdo con la soberanía del Dador.
1 Corintios 12
El Espíritu es el gran Encargado en este capítulo. Pues “todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como Él quiere” (1 Corintios 12:1111But all these worketh that one and the selfsame Spirit, dividing to every man severally as he will. (1 Corinthians 12:11)). La esfera es la Asamblea principalmente, aunque sale a la esfera más amplia: La Casa de Dios.
Efesios 4
El Señor ascendido es el gran Encargado en este capítulo. “Subiendo (Cristo) a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres” (Efesios 4:88Wherefore he saith, When he ascended up on high, he led captivity captive, and gave gifts unto men. (Ephesians 4:8)). En Romanos 12 y 1 Corintios 12, los dones se dan a los individuos. Aquí los individuos mismos son los dones.
Efesios 4:1-161I therefore, the prisoner of the Lord, beseech you that ye walk worthy of the vocation wherewith ye are called, 2With all lowliness and meekness, with longsuffering, forbearing one another in love; 3Endeavoring to keep the unity of the Spirit in the bond of peace. 4There is one body, and one Spirit, even as ye are called in one hope of your calling; 5One Lord, one faith, one baptism, 6One God and Father of all, who is above all, and through all, and in you all. 7But unto every one of us is given grace according to the measure of the gift of Christ. 8Wherefore he saith, When he ascended up on high, he led captivity captive, and gave gifts unto men. 9(Now that he ascended, what is it but that he also descended first into the lower parts of the earth? 10He that descended is the same also that ascended up far above all heavens, that he might fill all things.) 11And he gave some, apostles; and some, prophets; and some, evangelists; and some, pastors and teachers; 12For the perfecting of the saints, for the work of the ministry, for the edifying of the body of Christ: 13Till we all come in the unity of the faith, and of the knowledge of the Son of God, unto a perfect man, unto the measure of the stature of the fulness of Christ: 14That we henceforth be no more children, tossed to and fro, and carried about with every wind of doctrine, by the sleight of men, and cunning craftiness, whereby they lie in wait to deceive; 15But speaking the truth in love, may grow up into him in all things, which is the head, even Christ: 16From whom the whole body fitly joined together and compacted by that which every joint supplieth, according to the effectual working in the measure of every part, maketh increase of the body unto the edifying of itself in love. (Ephesians 4:1‑16)
Aquí el tema se mira desde el aspecto más amplio posible.
1.- Desde el punto de vista de los propósitos eternos de Dios en la eternidad pasada.
2.- Con la completa obra de Dios en y a través de toda la iglesia de Dios en vista.
3.- En su relación con el mundo.
4.- En perspectiva de todo el cumplimiento de la obra de Dios y la completa aptitud de la iglesia para la gloria.
En Salmo 68:1818Thou hast ascended on high, thou hast led captivity captive: thou hast received gifts for men; yea, for the rebellious also, that the Lord God might dwell among them. (Psalm 68:18) leemos: “Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, tomaste dones para los hombres, y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios”. Sin lugar a duda, esto se refiere a las bendiciones a las que el hombre generalmente ingresará como consecuencia del triunfo expiatorio y ascensión del bendito Señor; y en particular se verá en el cumplimiento en el Milenio.
Pero en Efesios 4:88Wherefore he saith, When he ascended up on high, he led captivity captive, and gave gifts unto men. (Ephesians 4:8) donde esta escritura es citada, una palabra ha sido cambiada: “Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres”. Cuando el Espíritu Santo cita la Escritura en el Nuevo Testamento, la cita es tan escritural en el lugar del Nuevo Testamento como lo es en el Antiguo, y cualquier alteración en la cita que realiza el Espíritu Santo hace de la alteración Escritura.
Aquí encontramos que los dones son dados, no en alusión a Israel sino a la iglesia y teniendo en perspectiva la bendición del mundo, por eso dice: “dio dones a los hombres”. Si comprendiéramos esto mejor, cuánto nos ayudaría en nuestra relación cristiana. No somos del mundo, pero estamos para la bendición del mundo a través de Cristo. No estamos aquí para establecer un mundo justo, sino para permitir que nuestra luz brille para Su gloria y que Él pueda usarnos.
En la época del Milenio, “las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella (la ciudad celestial: la Iglesia en relación con la tierra del Milenio); y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella” (Apocalipsis 21:2424And the nations of them which are saved shall walk in the light of it: and the kings of the earth do bring their glory and honor into it. (Revelation 21:24)). Por supuesto, la iglesia no tiene luz en sí misma; es la luz de Cristo. Es luz transmitida. ¡Ay! Cuánto se la obstruye actualmente, por la carnalidad, disposiciones mundanas y una concepción equivocada de que el cristiano está aquí para establecer un mundo justo, pero en aquel día el instrumento —la iglesia— no tendrá obstrucción de elemento alguno que sea obstáculo y la luz de Cristo brillará a través de la Iglesia hacia adelante en toda su bienaventuranza y utilidad.
Los dones eran cinco: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Estos dos últimos son puestos juntos, puesto que sus ministraciones estaban más o menos combinadas.
¿Qué es don?
¿Qué es don? Aquí el individuo es el don, pero él es un don en virtud de que posee un don. ¿Qué es el don en este último sentido? Es habilidad divina ministrada en la gracia soberana por el Señor ascendido, por medio de lo cual Él designa para continuar Su trabajo de bendición espiritual en el mundo. Alguien lo ha descrito como “la expresión de una impresión”.
En el caso de los apóstoles, debe haber sido una impresión maravillosa de todo el esquema que Dios tenía en vista, así que, yo supongo que los apóstoles tenían todos los dones. El evangelista debía tener una profunda impresión de lo que es el evangelio en toda su bienaventuranza, un sentimiento vívido de la gracia de Dios, un profundo sentido del juicio que aguarda a los perdidos, y así él da ferviente expresión a todo esto. Un maestro debe tener una profunda impresión de la verdad en todas sus partes y da expresión a eso.
La ordenación
Esta es distintamente la prerrogativa del Señor. Yo recuerdo que cuando daba un discurso hace algunos meses, un extraño se me apareció y dijo: “¡Qué lástima que usted no es ordenado!” Yo repliqué: “Soy ordenado con la ÚNICA ordenación válida”, y continué para explicar. Permítanme ser claro respecto a esto: la ordenación es de lo alto, y únicamente de allí. Déjenme rehusar cualquier otra ordenación. Podría haber expresiones dichosas de compañerismo en el servicio de alguien ordenado así, pero la ordenación en sí misma está en las manos del Señor únicamente, y es un acto soberano de Dios.
Apóstoles y profetas
Estos están vinculados juntamente para formar el fundamento de la iglesia. Esto prueba que el trabajo de estos dones está completo y que no continúan hoy en la iglesia cristiana. El fundamento está puesto y luego tiene su lugar la superestructura.
Los apóstoles (excepto Matías y Pablo) fueron escogidos personalmente por el Señor cuando estaba en la tierra y en esta forma ellos tuvieron un lugar único y nadie puede cuestionar su posición. Matías fue escogido por medio de la suerte para suceder a Judas. Los apóstoles de este modo reconocían que el Señor tuvo esta selección. Pablo fue ordenado directamente desde la gloria sin la intervención de hombre en cualquier forma o sentido, como él lo señala en Gálatas 1.
Hebreos 3:11Wherefore, holy brethren, partakers of the heavenly calling, consider the Apostle and High Priest of our profession, Christ Jesus; (Hebrews 3:1) atrae la atención hacia Cristo como el “Apóstol... de nuestra profesión [confesión, creencia]”. Por Apóstol se quiere decir Alguien que revela a Dios, introduciendo la luz y conocimiento de Dios; en resumen, alguien que lleva a Dios al hombre, como el Cristo, la misma bendita Persona, como nuestro gran Sumo Sacerdote, lleva al hombre a Dios: los lleva a Su presencia como adoradores en el santuario.
Los apóstoles escogidos por el Señor fueron hombres llamados divinamente para continuar la obra que empezó el Señor, y fueron los que introdujeron en el mundo el sistema divino que llamamos cristiandad, no como un sistema que pertenece al mundo, sino como uno que atrae al hombre fuera del mundo.
Por un lado, ellos realizaron su obra al fundar las asambleas primitivas, y por el otro lado, por su ministerio oral y en escribir las epístolas inspiradas y el Apocalipsis. Así, la Escritura habla de “la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros” (Hechos 2:4242And they continued stedfastly in the apostles' doctrine and fellowship, and in breaking of bread, and in prayers. (Acts 2:42)).
Ellos tenían dones milagrosos porque el propósito era acreditarles ante los ojos de aquellos entre quienes ellos testificaban. Pero la cosa fundamental no era estos dones milagrosos, sino el depósito espiritual que Dios colocó en los corazones de hombres mediante su instrumentación. Los dones milagrosos estaban en relación con la parte espiritual de su trabajo —evangelización, pastoreo, enseñanza— así como el andamio está relacionado al edificio: el andamio se quita una vez que el edificio está completo.
En Apocalipsis 21:14,14And the wall of the city had twelve foundations, and in them the names of the twelve apostles of the Lamb. (Revelation 21:14) Juan nos dice que la ciudad santa, figura de la Iglesia en su aparición en el milenio, tenía “doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero”. Juan en Apocalipsis responde a Pablo, quien en Efesios nos da la obra de los apóstoles y profetas como que están formando el FUNDAMENTO, “siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”. Aquí en la visión de Juan, el fundamento se ve en su manifestación final en una iglesia glorificada.
Los profetas también tuvieron una posición única en la iglesia primitiva. 1 Corintios 14 nos informa del carácter de su don. Evidentemente, en aquellos días, cuando las Escrituras no estaban completas, los profetas fueron escogidos por Dios e inspirados por Él para hacer revelaciones de la verdad: estas revelaciones se encuentran actualmente dentro de las tapas de la Palabra de Dios. Cualquiera que hoy en día pretenda tener una revelación extra escritural, algo adicional que va más allá de las Escrituras, podría ser desenmascarado de una vez, y se lo debe rechazar con severidad.
La idea popular de un profeta es de alguien que predice acontecimientos futuros. Esta es la parte del ministerio que recurre a la curiosidad y al intelecto, y de ahí está el peligro de así manipular la Escritura profética. La profecía siempre se propone tener un efecto presente y dominante en las mentes de quienes lo reciben.
Pero una breve reflexión muestra que esto es solo una parte de su ministerio. Una gran parte del ministerio de los profetas del Antiguo Testamento se dio para traer la mente de Dios en relación con el estado de la gente y llamándolos para su arrepentimiento. No era solo decir, sino también predecir al futuro. Así fue con los profetas del Nuevo Testamento. Pero separadamente de la revelación especial, la cual ha finalizado completamente con ellos, tenemos el carácter profético de su ministerio, y “el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación” (1 Corintios 14:33But he that prophesieth speaketh unto men to edification, and exhortation, and comfort. (1 Corinthians 14:3)). Cuánto de esto podría ser buscado, hoy en día, para sincero provecho.
Evangelistas
El significado de la palabra evangelista es el portador de buenas noticias. Aquellas noticias son el evangelio de la gracia de Dios. Dondequiera que vaya se caracteriza por proclamar el evangelio de Dios. Efesios 4 es la única Escritura donde el evangelista se menciona entre los dones. Donde el punto de vista es el ejercicio del don en la asamblea o en la esfera más amplia de la casa de Dios, como en 1 Corintios 12 y Romanos 12, los evangelistas como tales no tienen lugar. Pero donde está en vista los completos consejos de Dios por un lado, y por el otro, el cumplimiento total de la obra, el evangelista tiene su lugar. Qué privilegio tan santo y elevado es cuando se da este don.
Pero nótese que el fundamento de los apóstoles y profetas se coloca antes del evangelista como un don por separado que se presenta ante nosotros. Es decir que la asamblea debe ser su hogar: él sale de la asamblea y regresa a la asamblea. Él debe su ordenación únicamente al Señor ascendido y a Él solamente pide ayuda espiritual y dirección. La asamblea no debería controlar o dirigir sus pasos.
Aunque si es claro que él ha recibido ordenación celestial, los santos de Dios no se demorarán en imponerle sus manos (es decir, para expresar comunión con él en su trabajo, y ayudarlo en ello, en cualquier forma que él tenga necesidad).
El evangelista en su trabajo bien ha sido comparado a un compás para dibujar círculos. Hay la pata fija en el centro y la pata floja, siempre ligada a la pata fija, haciendo su alcance a igual distancia del centro, describiendo el mayor círculo que puede.
En una forma simbólica similar, el evangelista tiene una pierna fija, en la asamblea. Y como un santo de Dios, él tiene sus responsabilidades así como los otros santos de Dios las tienen. Él es un miembro del cuerpo de Cristo tanto como lo son sus hermanos compañeros.
Como evangelista, él sale en una comisión itinerante, llevando las buenas nuevas del evangelio tan lejos y ampliamente como le es posible. Pero su deseo es que sus convertidos encuentren el mismo hogar como él mismo, inclusive la asamblea de Dios. Allá ellos son llevados bajo maravillosas influencias, reunidos al nombre del Señor, disfrutando de la única comunión que la Escritura reconoce: “la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor” (1 Corintios 1:99God is faithful, by whom ye were called unto the fellowship of his Son Jesus Christ our Lord. (1 Corinthians 1:9)). Allí ellos expresan su comunión con la muerte de Cristo en la Cena del Señor, llegando bajo el ejercicio de los dones de los pastores y maestros, aprendiendo lo que es la doctrina y la comunión de los apóstoles, y estando donde “todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor” (Efesios 4:1616From whom the whole body fitly joined together and compacted by that which every joint supplieth, according to the effectual working in the measure of every part, maketh increase of the body unto the edifying of itself in love. (Ephesians 4:16)).
Ya hemos indicado que el evangelista no está bajo la dirección de la asamblea para llevar a cabo su trabajo. Sin embargo, si en su trabajo claramente transgrede los principios de la verdad o utiliza métodos y formas que no son espirituales, y esto resulta en un descrédito en la obra del Señor, evidentemente es un servicio de hermanos piadosos el señalar amablemente dónde ha ultrapasado los límites escriturales. Si el evangelista es sabio, pondrá atención y estará agradecido por la amonestación. Lo mismo se podría decir del pastor y maestro. Se necesita gran humildad y gracia para ofrecer amonestaciones piadosas. Asimismo, se requiere de grande gracia para recibirlas.
Pastores y maestros
A diferencia de los evangelistas, cuya esfera de labor está fuera de la asamblea, la esfera de los pastores y maestros está dentro de la asamblea. La idea de la palabra “pastor” es aquella de pastor de ganado. Así como el pastor escoge el pasto para su rebaño, de igual manera el pastor apacienta a los santos de Dios. La exhortación de Pedro a los ancianos es: “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros” (1 Pedro 5:22Feed the flock of God which is among you, taking the oversight thereof, not by constraint, but willingly; not for filthy lucre, but of a ready mind; (1 Peter 5:2)). El significado de la palabra “maestro” es obvio, sugiriendo el pensamiento de un instructor de alumnos o aprendices.
Es significativo que el pastor se menciona antes del maestro, aunque conjuntamente. El pastor apacienta; el maestro enseña. El primero tiene ante él las necesidades de los santos en la forma de alimento espiritual y él está en contacto con su condición y conoce cómo usar la Palabra de Dios hábilmente, de tal forma que él apacienta las almas de los santos. El maestro está más ocupado con la verdad; él lo lleva a cabo en una manera sistemática y es muy útil para aquellos que están interesados en la verdad.
Algunos tienen la idea de que un pastor principalmente o enteramente visita a los santos en sus casas y realiza lo que popularmente se llama “visitas pastorales”. Esto podría o no ser parte de su trabajo: dichoso si es así; pero su don de pastor ciertamente encuentra su expresión principal y más elevada en el ministerio, adaptado a las condiciones y necesidades de aquellos a quienes les habla.
El evangelista sale con el evangelio y trae a sus conversos, el pastor los apacienta y el maestro los instruye en la verdad.
No debería haber rivalidad entre el evangelista y el pastor y maestro porque su trabajo está bajo la dirección del mismo Señor; son complementarios el uno para el otro. Todos están trabajando hacia una gran consumación gloriosa, aun para la manifestación de la Iglesia como el resultado de la sabiduría y poder de Dios para Su gloria únicamente a través de los siglos de los siglos.
El apóstol Pablo tuvo el ministerio del evangelio y el ministerio de la iglesia encomendado a él y él fue el príncipe de los evangelistas, el mayor guardián de los pastores y el más sabio de los maestros, mostrando de este modo cómo estos dones son complementarios el uno con el otro.
Los dones perpetuados
El Señor es fiel a Su asamblea, pues en la medida en que los santos estén aquí sujetos a la gran Cabeza de la iglesia, la cual es Su cuerpo. Él cuidará de Sí mismo. Su bendito ministerio de esta forma continuará hasta que termine la historia de la iglesia en la tierra y que nosotros seamos como el Señor y estemos con Él.
Cuando entremos en el ministerio del Espíritu, así como se nos ha dado, estaremos creciendo hacia la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, y no seremos llevados de todo viento de doctrina, lo cual caracteriza a los santos de Dios actualmente. Deberíamos ser ejercitados en cuanto a esto.
Que el Señor nos conceda por Su gracia ser instrumentos útiles en Sus manos.
Que, motivados por Su amor, utilicemos aquellos dones que nos ha concedido.
Y que todo lo que digamos y hagamos sea para Su gloria y honor.