La apelación de Jehová a Israel, Miqueas 6
Luego viene la conclusión de la profecía. La primera parte (Miqueas 6) es en parte una súplica muy solemne de Jehová. “Oíd ahora lo que dice Jehová; Levántate, contiende delante de las montañas, y deja que las colinas escuchen tu voz. Escuchad, oh montañas, la controversia de Jehová, y vuestros sólidos cimientos de la tierra, porque Jehová tiene controversia con su pueblo, y suplicará a Israel. Oh pueblo mío, ¿qué te he hecho?” Jehová apela a sus propios sentimientos de lo que es correcto. “Oh pueblo mío, ¿qué te he hecho? ¿En qué te he cansado? Testifiquen contra Mí. Porque te he sacado de la tierra de Egipto y te he redimido de la casa de los siervos; y envié delante de ti a Moisés, Aarón y Miriam” (vss. 1-4). ¿Había sido alguna vez el mismo Dios?
Y entonces llega la respuesta. “Oh pueblo mío, recuerda ahora lo que Balac rey de Moab consultó, y lo que Balaam, hijo de Beor, le respondió desde Shittim hasta Gilgal; para que conozcáis la justicia de Jehová. ¿Con qué vendré ante Jehová y me inclinaré ante el Dios supremo? ¿Vendré delante de Él con holocaustos, con terneros de un año? ¿Se complacerá Jehová con miles de carneros o con diez mil ríos de petróleo? ¿Daré a mi primogénito por mi transgresión, el fruto de mi cuerpo por el pecado de mi alma? Él te ha mostrado, oh hombre, lo que es bueno; y ¿qué requiere Jehová de ti, sino que hagas justicia, y ames la misericordia, y andes humildemente con tu Dios?” (vss. 5-8). Muy lejos de esto estaba el caminar de Israel.