Notas sobre Lucas 13: Parte 2

Luke 13
 
A lo que el Señor responde: “Habrá un gran abandono en medio de la tierra, pero en él habrá un décimo, y la santa simiente será la sustancia por lo tanto”. La savia todavía está allí, aunque no hay hojas. Así que en Sal. 118, “Él me ha castigado dolorido, pero no me ha entregado hasta la muerte”. De la misma manera, el Señor no dice: “Tu casa te ha quedado desolada, y por lo tanto no me volverás a ver”. No; pero Él dice: “No me veréis hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor”. Él puede dar, como Jehová, la respuesta en gracia, y cuando Él da arrepentimiento a Israel, entonces Él enviará a Jesús, a quien hasta ese día los cielos han recibido. Mientras tanto, nuestra conexión con Él entra. El profeta habló sólo de cosas terrenales, aunque divinas; pero para la Iglesia es: “Santos hermanos, participantes del llamamiento celestial”, y “nos ha vivificado juntos en lugares celestiales en Cristo Jesús”: lo que da seguridad. ¿Cómo llegué allí? En virtud de Cristo. Él es mi título. Mi deseo es estar familiarizado con esto, que soy uno con Cristo en el cielo, una porción eterna, que el Espíritu Santo sella sobre mi alma y me haga disfrutar más y más.
Cuando Israel sea llevado al arrepentimiento, “la piedra que los constructores rechazaron”, será “la cabeza de la esquina”, y será propiedad de ellos, dirán: “Da gracias al Señor, porque su misericordia permanece para siempre”. ¡Ay! recibirán otro primero; pero cuando sus corazones se vuelvan y la gracia obre, usarán el lenguaje de Sal. 119 y encontrarán la expresión de la ley dentro de sus corazones; y cuando la fe se ejerce así, y sus corazones están quebrantados y abiertos para recibirlo, entonces Él mismo vendrá a ellos. Si no hay un profeta que diga: “¿Hasta cuándo?” Jehová dará la respuesta. Él nunca cambia: y aunque ejecuta el juicio y la justicia, la gracia todavía se encuentra en Él. “Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” Bueno, si no hay fe que encontrar, o un profeta que diga: “¿Hasta cuándo?”, hay UNO que pondrá, en Sus tesoros, algo para que la fe se aferre, en la soberanía de Su propia gracia.
Así vemos a Jehová en ese Humilde, y cómo Él es capaz de elevarse por encima de toda iniquidad. ¡Qué precioso hace todo esto a Jesús para nosotros! y somos uno con Él. Ruego que lo aprendamos, y así lo sigamos, recordando que todo lo que queda fuera del camino angosto es la carne y el mal.