Oficios en la Iglesia primitiva

1 Timothy 3:1‑13; Titus 1:5‑9; 1 Peter 5:1‑4
Había dos oficios locales en la Iglesia primitiva: los de obispos y diáconos. Las principales Escrituras que nos dan instrucciones referentes a éstos (1 Timoteo 3:1-131This is a true saying, If a man desire the office of a bishop, he desireth a good work. 2A bishop then must be blameless, the husband of one wife, vigilant, sober, of good behavior, given to hospitality, apt to teach; 3Not given to wine, no striker, not greedy of filthy lucre; but patient, not a brawler, not covetous; 4One that ruleth well his own house, having his children in subjection with all gravity; 5(For if a man know not how to rule his own house, how shall he take care of the church of God?) 6Not a novice, lest being lifted up with pride he fall into the condemnation of the devil. 7Moreover he must have a good report of them which are without; lest he fall into reproach and the snare of the devil. 8Likewise must the deacons be grave, not doubletongued, not given to much wine, not greedy of filthy lucre; 9Holding the mystery of the faith in a pure conscience. 10And let these also first be proved; then let them use the office of a deacon, being found blameless. 11Even so must their wives be grave, not slanderers, sober, faithful in all things. 12Let the deacons be the husbands of one wife, ruling their children and their own houses well. 13For they that have used the office of a deacon well purchase to themselves a good degree, and great boldness in the faith which is in Christ Jesus. (1 Timothy 3:1‑13); Tito 1:5-95For this cause left I thee in Crete, that thou shouldest set in order the things that are wanting, and ordain elders in every city, as I had appointed thee: 6If any be blameless, the husband of one wife, having faithful children not accused of riot or unruly. 7For a bishop must be blameless, as the steward of God; not selfwilled, not soon angry, not given to wine, no striker, not given to filthy lucre; 8But a lover of hospitality, a lover of good men, sober, just, holy, temperate; 9Holding fast the faithful word as he hath been taught, that he may be able by sound doctrine both to exhort and to convince the gainsayers. (Titus 1:5‑9); 1 Pedro 5:1-41The elders which are among you I exhort, who am also an elder, and a witness of the sufferings of Christ, and also a partaker of the glory that shall be revealed: 2Feed the flock of God which is among you, taking the oversight thereof, not by constraint, but willingly; not for filthy lucre, but of a ready mind; 3Neither as being lords over God's heritage, but being ensamples to the flock. 4And when the chief Shepherd shall appear, ye shall receive a crown of glory that fadeth not away. (1 Peter 5:1‑4)) deberían ser leídas cuidadosamente.
Obispos
La palabra griega para obispo es epískopos: epi, sobre, skopos, veedor. Puesto que la palabra indica a alguien que está supervisando (es decir: mirando atentamente las acciones de los demás); es alguien que observa con interés y deseos de ayudar. A partir de esta palabra hermosamente simple y escritural se ha formado una gran organización estatal pretenciosa: EL EPISCOPADO, un sistema remotamente sacado de la enseñanza de la Escritura en cuanto al orden de la Iglesia y su gobierno.
Una autoridad tal como Dean Alford, erudito en griego, declara que los obispos del Nuevo Testamento son totalmente diferentes de los obispos actuales y sugiere que los obispos del Nuevo Testamento deberían ser llamados sobreveedores para evitar la confusión. Nosotros nos proponemos adoptar su sugerencia en este libro1.
Los sobreveedores de la Biblia son una cosa; entre tanto que los obispos actuales con su dignidad de obispos, capotillo, casulla, alba, cuerpo pastoral, a menudo adornados con piedras preciosas, con su jurisdicción sacerdotal, sus palacios majestuosos, sus asientos en el cuerpo diplomático, son absolutamente otra cosa. Toda su mundanal pompa y ritual ni siquiera es remotamente sacado de la simplicidad y límites no mundanos de las Escrituras.
En realidad, todo el sistema es una copia del judaísmo y paganismo en muchas de sus características. En las Escrituras leemos de los sobreveedores, los ancianos, los diáconos, un sacerdocio santo; pero ¿en dónde encontramos al Papa, al Cardenal, al Arzobispo, a los Archidiáconos, al Canónigo, al Reverendo? La palabra reverendo se aplica únicamente a Dios en las Escrituras, y aun así el hombre se atreve a adoptarlo como un título de su propiedad.
El oficio del sobreveedor era local
En Hechos 14:2323And when they had ordained them elders in every church, and had prayed with fasting, they commended them to the Lord, on whom they believed. (Acts 14:23) leemos: “constituyeron ancianos en cada iglesia”; en Tito 1:5: “para que (tú)... establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé”; mientras que el apóstol Pablo, escribiendo a la asamblea de los filipenses dice: “a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los ancianos y diáconos” (Filipenses 1:11Paul and Timotheus, the servants of Jesus Christ, to all the saints in Christ Jesus which are at Philippi, with the bishops and deacons: (Philippians 1:1)).
De estas Escrituras deducimos que el oficio era local; es decir, un sobreveedor en Éfeso no sería un sobreveedor en Corinto. Además, había un número de sobreveedores en cada asamblea; su número probablemente era regulado por el tamaño de la asamblea. La idea de jurisdicción sobre una diócesis no se encuentra en la Escritura. En vez de un obispo sobre mucho clero, había varios sobreveedores en una asamblea.
Los presbiterianos2, quienes colocan varios ancianos para cada iglesia, tienen una idea más escritural que los episcopales, quienes nombran un obispo sobre cientos de clérigos y cubriendo en su jurisdicción un gran territorio. Pero los ancianos en el presbiterianismo están bajo el ministro, quien es considerado como un anciano principal que preside, acerca de lo cual no hay rasgo en la Escritura.
El oficio de sobreveedor se ejercía sin sueldo
No hay instrucción en la Escritura para el pago de los sobreveedores, sino más bien una insinuación precisamente diferente. El apóstol Pedro al dirigirse a los ancianos, escribió: “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; NO POR GANANCIA DESHONESTA, sino con ánimo pronto”.
Es como si la Escritura, previendo las pretensiones de aquellos que adulterarían el bendito y simple oficio de un sobreveedor en uno de una dignidad sacerdotal mundana en la Iglesia del Estado con el título de “el obispo de mi Señor”, añade: “No como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey” (1 Pedro 5:2-32Feed the flock of God which is among you, taking the oversight thereof, not by constraint, but willingly; not for filthy lucre, but of a ready mind; 3Neither as being lords over God's heritage, but being ensamples to the flock. (1 Peter 5:2‑3)).
La palabra griega para “los que están a vuestro cuidado” en el texto antes citado es kleros, a partir de la cual se deriva la palabra española clero. El clero de la Biblia está formado por TODOS los cristianos; y, el estado seglar o laicismo (griego, laos, la gente o el pueblo) eran los paganos, fuera del círculo cristiano. El clero ha robado una palabra que es común para toda la gente que le pertenece a Dios, demandándola como la descripción de una clase, no autorizada por las Escrituras, y dándoles al resto de la gente de Dios un título: estado seglar, el cual se aplicaba al mundo pagano de afuera.
Sobreveedores y ancianos
Las Sagradas Escrituras claramente indican que el sobreveedor (epíscopos) era un anciano (presbúteros), pero no continúa con que cada anciano era un sobreveedor. Si el anciano carecía de los requisitos dados en las Sagradas Escrituras como para ser un sobreveedor, claramente, él no sería designado.
Las siguientes Escrituras aclaran, de cualquier modo, que en una forma general un hermano anciano sería un sobreveedor. En Hechos 20:17,17And from Miletus he sent to Ephesus, and called the elders of the church. (Acts 20:17) leemos que Pablo llamó a los ancianos de la asamblea de Éfeso para que le vean en Mileto. Al dirigirse a ellos dijo: “Mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos (Hechos 20:2828Take heed therefore unto yourselves, and to all the flock, over the which the Holy Ghost hath made you overseers, to feed the church of God, which he hath purchased with his own blood. (Acts 20:28)). Asimismo, Pablo instruyó a Tito cuando le dijo para que “establecieses ancianos en cada ciudad”, y dando los requisitos, él continúa diciendo: “porque es necesario que el obispo sea irreprensible” (Tito 1:77For a bishop must be blameless, as the steward of God; not selfwilled, not soon angry, not given to wine, no striker, not given to filthy lucre; (Titus 1:7)). Además, el apóstol Pedro al dirigirse a los ancianos escribió: “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella” (1 Pedro 5:22Feed the flock of God which is among you, taking the oversight thereof, not by constraint, but willingly; not for filthy lucre, but of a ready mind; (1 Peter 5:2)).
Finalmente, Pablo instruye que la designación de obispo no debía ser dado a “un neófito” (1 Timoteo 3:66Not a novice, lest being lifted up with pride he fall into the condemnation of the devil. (1 Timothy 3:6)), es decir, no a uno que recientemente vino a la fe.
Es bueno inclinarse a la sabiduría de la Palabra de Dios. La experiencia no se obtiene en un día y está bien para los jóvenes que tengan esta restricción, todavía animándolos con la influencia de la edad, la madurez y la experiencia. Es el orden de Dios y debería ser respetado.
En Hechos 15, cuando surgió un asunto difícil, una persona nada menos que Pablo, con Bernabé y otros fueron a Jerusalén para consultar a los apóstoles y ancianos. Seguramente, hay una lección para nosotros, todo tal como es el orden de Dios.
Designar a los sobreveedores
Los apóstoles guiados por el Espíritu Santo fueron los encargados de establecer a los sobreveedores. Los apóstoles y profetas formaron los fundamentos de la Iglesia. Todo era tan nuevo que Dios no solo levantó apóstoles y profetas, sino que localmente Él levantó ancianos —hombres serios y piadosos— para que cuidasen de las iglesias locales. La idoneidad de esto es muy manifiesta.
Es notable cuán poco se dice del nombramiento3 actual de los sobreveedores; sin embargo, nosotros encontramos que se habla de ellos repetidamente y asociados con los apóstoles en asuntos de dirección. Leemos de Pablo y Bernabé (asociado a Pablo): “constituyeron ancianos en cada ciudad...” (Hechos 14:2323And when they had ordained them elders in every church, and had prayed with fasting, they commended them to the Lord, on whom they believed. (Acts 14:23)); en consecuencia, nos dan la información de que la designación era apostólica.
Además, tenemos el caso de Pablo autorizando a Tito cuando le dice que “establecieses ancianos en cada ciudad”, dándolo como por su autoridad, “así como yo te mandé” (Tito 1:55For this cause left I thee in Crete, that thou shouldest set in order the things that are wanting, and ordain elders in every city, as I had appointed thee: (Titus 1:5)).
Es evidente que el apóstol no hubiese podido dar esta autorización si designarlos no era reservado a los apóstoles. Pero se registra cuidadosamente en el caso de Tito, ésta era únicamente una comisión temporal, limitada a las asambleas en la isla de Creta. Y evidentemente de 1 Timoteo 3 notamos que Timoteo tenía conferido el mismo poder así como a Tito. En resumen, Timoteo y Tito fueron delegados apostólicos en este asunto con comisiones temporales.
Requisitos de los sobreveedores
Estos requisitos se dan en extensión en 1 Timoteo 3 y Tito 1. Leyendo la lista se verá que el dominio propio y la moderación deberían marcarlos. Si ellos no podían gobernarse a sí mismos, no podían dirigir en la iglesia de Dios.
El sobreveedor tenía que ser irreprensible, “marido de una sola mujer. En una tierra polígama, como prevaleció en los tiempos apostólicos, se ordenó que cualquiera que tenía un oficio en la iglesia de Dios debería tener una sola mujer. Evidentemente, no significa que si un hombre perdió a su mujer y que en su viudez se casó nuevamente resulte impropio para el oficio. El griego que nosotros entendemos es claro y la traducción correcta en español es: “marido de una sola mujer”.
Es evidente que un inconverso que se convirtió después de que contrajo matrimonio con varias mujeres podía hacer parte de la iglesia, pero no era eligible para el oficio en la iglesia; sin embargo, es bien fundado como evidente que los inconversos solteros convertidos a Dios serían instruidos que la poligamia estaba mal. Pero en el inicio las cosas serían sostenidas y dejadas a la fe de los individuos. Sin lugar a duda, estas instrucciones son de inmenso valor para nuestros hermanos misioneros en tierras donde la gente todavía tiene esta práctica.
Es importante también observar que un hombre que no podía gobernar su propia casa y tener a sus hijos en obediencia no encajaba para dirigir en la Iglesia de Dios. En este caso había, evidentemente, alguna necesidad en su carácter, alguna debilidad, o podía ser inhabilidad para gobernarse a sí mismo, lo que hacía evidente que él no era capaz de dirigir en la Iglesia de Dios. Debemos tener temor que esta clara instrucción sea a menudo puesta a un lado.
Hemos visto a hombres prominentes en la obra de sobreveedores, cuyos miembros de la familia estaban completamente fuera de su control y eran un escándalo en el mundo. De la inobservancia de las Sagradas Escrituras solo puede resultar un desastre.
Además, el sobreveedor no era un neófito, es decir, uno que recientemente vino a la fe. El tal podía ser fácilmente envanecido, llegar a ser orgulloso espiritualmente, y el orgullo fue la condenación del diablo. La habilidad y el conocimiento en un hombre joven no sustituye a la experiencia de un anciano. El conocimiento no es sabiduría. Las Sagradas Escrituras nos dicen que “el conocimiento envanece” (1 Corintios 8:11Now as touching things offered unto idols, we know that we all have knowledge. Knowledge puffeth up, but charity edifieth. (1 Corinthians 8:1)), es decir, la mera adquisición de términos de la verdad; pero nos anima a que estemos “creciendo en el conocimiento de Dios” (Colosenses 1:1010That ye might walk worthy of the Lord unto all pleasing, being fruitful in every good work, and increasing in the knowledge of God; (Colossians 1:10)), es decir, no conocimiento acerca de Dios, sino un conocimiento personal de Él, pero de corazón; y esto viene tan extensamente como el resultado de la madurez espiritual: “...los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (Hebreos 5:1414But strong meat belongeth to them that are of full age, even those who by reason of use have their senses exercised to discern both good and evil. (Hebrews 5:14)).
Finalmente, el sobreveedor debe tener un buen testimonio de los que están afuera. Esto dice mucho, ya que es únicamente en la medida en que un hombre es justo y bondadoso, recto y benévolo, alguien que manifiesta el carácter de una verdadera profesión cristiana que asegurará un buen testimonio. Las cualidades que hacen que un sobreveedor goce de una buena reputación ante los ojos del mundo son cualidades que proporcionan paz y buen gobierno en el círculo del hogar y en la Iglesia de Dios.
Requisitos adicionales del sobreveedor
En 1 Timoteo 5:1717Let the elders that rule well be counted worthy of double honor, especially they who labor in the word and doctrine. (1 Timothy 5:17) leemos: “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar”. Que un sobreveedor debe tener un buen conocimiento de la Palabra y que debe ser capaz de usarlo efectivamente en su labor de cuidado es manifiesto de Tito 1:9: “retenedor de la palabra fiel tal como ha sida enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen”. Pero 1 Timoteo va más allá y supone que algunos sobreveedores no solo tienen oficio, sino don, y que ellos mismos se ponen a trabajar (una palabra enérgica) en predicar y enseñar, mientras que Hechos 20:2828Take heed therefore unto yourselves, and to all the flock, over the which the Holy Ghost hath made you overseers, to feed the church of God, which he hath purchased with his own blood. (Acts 20:28) habla de ellos apacentando a la iglesia de Dios. Qué significan “doble honor” y “mayormente” es difícil de decir. El siguiente versículo señala la recepción de cosas materiales como un reconocimiento de su “servicio” en las cosas espirituales: “Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y, Digno es el obrero de su salario” (1 Timoteo 5:1818For the scripture saith, Thou shalt not muzzle the ox that treadeth out the corn. And, The laborer is worthy of his reward. (1 Timothy 5:18)). Pero, indudablemente, no indica un sueldo convenido, sino más bien en amor, un agradecimiento que reconoce los beneficios recibidos espiritualmente en la provisión de cosas materiales, además de una actitud de sumisión y obediencia a los sobreveedores.
Ninguna acusación debe recibirse contra un anciano, a excepción de ser con la presencia de dos o tres testigos (1 Timoteo 5:1919Against an elder receive not an accusation, but before two or three witnesses. (1 Timothy 5:19)).
El oficio de sobreveedor no fue perpetuado
El silencio de las Escrituras debe ser cuidadosamente notado. Si el oficio de un sobreveedor iba a ser perpetuado, seguramente la inspirada Palabra de Dios no podía pasar por alto instrucciones explícitas en un asunto tan importante. Hemos visto que el establecer a los sobreveedores se pone en las manos de los apóstoles, y en el caso de Tito y Timoteo como delegados, tuvieron solo una comisión temporal para un propósito especial, cuyo trabajo como delegados apostólicos cesó cuando se llevó a cabo dicho propósito.
Es tan claro que las Escrituras no hacen provisión para la perpetuación del carácter público de los sobreveedores, y cualquier cuerpo de creyentes que se atribuyan a sí mismos tal nombramiento, ya sean llamados obispos o ancianos, es sin aprobación o autoridad de las Escrituras.
En primer lugar, el oficio de apóstol no se perpetuó. Los apóstoles y profetas formaron los fundamentos de la iglesia de Dios, “siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2:2020And are built upon the foundation of the apostles and prophets, Jesus Christ himself being the chief corner stone; (Ephesians 2:20)). “La sucesión apostólica” es una invención de la mente mundana eclesiástica y es tan razonable como que un constructor hable de continuar los cimientos desde el suelo hasta el techo. Los apóstoles y profetas terminaron su trabajo cuando ellos colocaron los fundamentos, lo cual se ve en su trabajo de fundar asambleas y en su contribución al canon de las Escrituras.
Sin los escritos de los apóstoles, especialmente las Epístolas Paulinas, no tendríamos un conocimiento claro de la iglesia, ya sea como el cuerpo de Cristo, la asamblea de Dios o la casa de Dios. Si aquellos a quienes se les invistió para que establecieran a los sobreveedores ya pasaron, evidentemente el carácter público del oficio también pasó. Si los apóstoles no tienen sucesores, evidentemente los sobreveedores tampoco.
La labor del sobreveedor continúa
Así, Dios levanta localmente a hombres para que realicen el oficio de sobreveedor, quienes no pueden ser llamados sobreveedores en un sentido público definitivo.
La razón para esto es digna de reflexión. Al inicio lo público y lo moral iban de la mano; en otras palabras, el sobreveedor públicamente mantenía tanto el carácter cristiano como su vigor espiritual para su trabajo.
Pero con la declinación en la iglesia lo moral quedó atrás de lo público. Cuando esto tuvo lugar el carácter público avanzó al frente y como lo moral menguaba, el ritualismo se afirmaba a sí mismo y se refugió en formas y ceremonias que son tan inertes y secas como el polvo. ¿Qué hubiese pensado el apóstol Pablo de una fotografía de un obispo con su atavío completo de vestimentas extraordinarias tal como vemos de vez en cuando en las calles? Él notaría cómo la forma y ceremonia han estrangulado el carácter amable que es propio del sobreveedor en la casa de Dios. Un soldado que recién había regresado del servicio estuvo presente en un servicio ritual. Al retornar, se le preguntó su experiencia. “Primero”, dijo, “el clero tuvo una ruta de marcha”, describiendo así su procesión, “y luego ellos trataron de envenenarnos con gas”, refiriéndose al incienso. La descripción fue al grano.
Dios previó que lo moral no mantendría el paso con lo público y así no proveyó para la perpetuación del lado público de las cosas en la iglesia de Dios. El carácter público de las cosas terminó completamente.
Y además, si ha sido perpetuado, ¿qué fragmento de la iglesia se ha adjudicado a sí misma el derecho exclusivo de realizar nombramientos? Como están las cosas, sabemos cómo la iglesia de Roma realiza esto y cómo la iglesia estatal lo desprecian en oposición, cuando en verdad todos sus nombramientos son inválidos.
Pero ¿no va a continuar el trabajo? Esto es la razón porque nosotros creemos que mientras que se dice muy poco con respecto a aquellos que tienen el poder de nombrar, se dice mucho con respecto a los requisitos de aquellos que ejerciten el oficio o trabajo. Dios enfatiza lo moral, y donde estos requisitos existen, los santos naturalmente los reconocerán y darán al hermano el lugar que merece y lo buscarán para la guía y ayuda, y estarán dispuestos a recibir su ministración de cuidado y amor que Dios ha puesto en su corazón.
Tal hombre no tendrá que buscar un lugar; el lugar le buscará a él. Sí, con seguridad, el trabajo de supervisión va a continuar, pero insistimos en que Dios enfatiza el lado moral de las cosas, como en verdad se enfatiza en todos los sentidos en las Escrituras.
Diáconos
La palabra griega para diácono, diakonos, es la palabra ordinaria para un siervo, uno que hace un trabajo servil; ésta viene de la preposición día (a través de) y konis (polvo), y describe a un mensajero que permanecía polvoriento mientras realizaba los mandados de su amo; o alguien que durmió en el polvo y la ceniza en la casa, dispuesto a cualquier servicio de baja categoría. En torno a esta palabra muy humilde con ningún significado religioso definido, ha crecido una idea eclesiástica ritualista. Nosotros deberíamos desechar esto de nuestras mentes y buscar deducir el significado escritural.
Obtenemos alguna luz del nombramiento de los diáconos en Hechos 6, aunque la palabra diácono no es usada en cuanto a aquellos escogidos “para servir a las mesas”; sin embargo, es evidente que ellos fueron nombrados para servir como diáconos. En este caso fueron designados para hacer frente a una dificultad especial: la distribución de fondos para las viudas en Jerusalén. Los griegos (es decir, judíos nacidos o que moraban en Grecia u otras tierras paganas) murmuraron contra los hebreos (es decir, judíos nacidos o que moraban en Palestina), por la forma en cómo se llevaba a cabo la administración de los fondos y esta designación de diáconos era para hacer frente al caso.
Ya que los apóstoles no ocuparían su tiempo con cosas terrenales, sino que se entregarían a sí mismos para persistir “en la oración y en el ministerio de la palabra”, entonces, la asamblea escogió hombres con requisitos espirituales; por lo menos dos de ellos en su celo y don irían más allá de su mero trabajo de diáconos. Nos referimos a “Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo”, y Felipe, el único hombre descrito como evangelista en las Escrituras. Ellos ciertamente ganaron “para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús” (1 Timoteo 3:1313For they that have used the office of a deacon well purchase to themselves a good degree, and great boldness in the faith which is in Christ Jesus. (1 Timothy 3:13)).
No necesitamos decir mucho con respecto a los diáconos, puesto que sus requisitos eran muy similares a los de los sobreveedores, así que no tenemos que repetirlos.
Pero había una característica especial que tenía que señalarlos a ellos y a sus esposas. No se da instrucciones en cuanto a la conducta de las esposas de los sobreveedores, puesto que su trabajo era en términos puramente espirituales. Sin embargo, los diáconos, al tener que tratar con cosas terrenales, tales como la administración de fondos, era necesario que sus esposas, quienes podían ayudarles en su buena función, deberían ser mujeres cuyo carácter llevaría respeto. Los diáconos no debían tener doblez, diciendo primero una cosa a uno y luego otra cosa a otro: sus esposas tenían que ser “honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo”. Uno puede entender cuánto perjuicio y rencor resultaría de la falta de cuidado o del insincero uso de la lengua del diácono o de su esposa.
Únicamente necesitamos añadir que como en el oficio del sobreveedor, no se hizo provisión para la continuación del oficio de diácono, y creemos que por la misma razón.
Una última palabra: El término diácono a menudo se traduce ministro. Había diáconos o ministros en Filipos, siempre en plural; sin embargo, el pensamiento de un ministro o el ministro encargado de una iglesia está completamente en contra de la Escritura; y es el causante y responsable de mucha de la infantilidad espiritual de muchos creyentes.
Es extraño que entre la disensión4 tengamos los términos de ministros y diáconos para designar diferentes oficios, cuando en las Escrituras ellos describen el mismo oficio, entre tanto que en la Iglesia Establecida tenemos obispos, sacerdotes, diáconos, una mezcla de términos, ignorando su verdadero significado. Todos los creyentes son sacerdotes y no una clase privilegiada. Esto podría ser admitido; pero ¿qué hay de bueno en admitir esto si no se practica? El admitirlo sin practicarlo priva al creyente de su sacerdocio, tanto como si no se lo admitiese y en realidad resulta ser hipocresía.
 
1. Nota del traductor: En el presente material se ha utilizado el término sobreveedor en vez de supervisor, en primera instancia debido a su raíz. Pedro insta a que su trato sea “no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey” (1 Pedro 5:2-32Feed the flock of God which is among you, taking the oversight thereof, not by constraint, but willingly; not for filthy lucre, but of a ready mind; 3Neither as being lords over God's heritage, but being ensamples to the flock. (1 Peter 5:2‑3)). El texto antes citado nos muestra de manera clara que el término conforme al contexto bíblico es una persona que está velando por las almas de los demás y cuya vida refleja la obra de Cristo en ella, siendo así ejemplo de ellos al tener frente a sí mismo al Maestro como modelo. Este concepto ciertamente dista mucho de la idea actual que denota la palabra supervisor, ya sea por su uso en lo relacionado con el trabajo, así como en sus diferentes campos de acción.
Vale indicar que el término obispo (epískopos) está relacionado con la actividad o la función: lo que hace. Mientras que el término anciano (presbítero) lo está en relación con la autoridad y experiencia en su andar con el Señor.
2. Tal como la palabra “episcopado” se deriva de la palabra griega “epískopos”(sobreveedor), la palabra presbiterianismo se deriva de la palabra griega “presbúteros” (anciano, hombre de edad).
3. Nota del traductor: El término “nombramiento” es sencillamente la acción y efecto de nombrar; sin embargo, también tiene otra acepción que es cédula o despacho en que se designa a alguien para un cargo u oficio. Vale aclarar que la última acepción no corresponde a la Biblia, pues no había ninguna oficina o entidad encargada de designar a los ancianos y diáconos conforme se desprende de las Escrituras y tampoco les entregaban un nombramiento, refiriéndose al documento que actualmente se expide como una formalidad en las instituciones públicas y privadas.
4. La Iglesia Establecida (Establishment) se refiere a las iglesias estatales tales como la Iglesia de Inglaterra, mientras que la disensión se refiere a aquellas denominaciones, tales como los Bautistas, que rechazan aquel tipo de orden superior.