Amenazas y promesas
El capítulo 11 tenía como tema principal la misericordia hacia las diez tribus y la introducción del nuevo Israel; el capítulo 12 trata eventualmente a Judá y habla del levantamiento otra vez, en los últimos días, del conjunto del pueblo. El profeta empieza a destacar la condición de Efraim y la de Judá en el momento mismo cuando emita su profecía. “Me rodeó Efraín de mentira, y la casa de Israel de engaño. Judá aún gobierna con Dios, y es fiel con los santos” (capítulo 11:12, versión Reina-Valera 1960). Esta frase es importante para la inteligencia de toda la profecía de Oseas. A menudo ha sido traducido así: “Judá también es aún inconstante con su Dios, y con el Santísimo”. Asunto es, no de gramática, sino de inteligencia espiritual y, por parte nuestra, estamos persuadidos que la Versión Moderna quitaría de este capítulo su verdadero carácter. El pensamiento de que Judá “anda todavía con Dios” corresponde de manera sorprendente a lo que se nos dice en 2 Crónicas 12:1212And when he humbled himself, the wrath of the Lord turned from him, that he would not destroy him altogether: and also in Judah things went well. (2 Chronicles 12:12) y 19:3. Mientras que Efraim, que había sembrado el viento (8:7), se saciaba de ello, albergaba vanas esperanzas, y obraba con engaño, buscando conciliarse con sus dos enemigos irreconciliables, el Asirio y el Egipcio (versículo 1), Judá andaba todavía con su Dios. ¿Cuánto tiempo duró eso? Un poco más de un siglo, hasta el cautiverio de Babilonia, pero Dios todavía hacía tregua con el juicio en los días de Oseas. Todavía había verdaderos santos y el temor de Dios en medio del ocaso harto manifiesto de Judá. Los ojos de Dios descansaban complacidos sobre un Ocías, sobre un Jotán, sobre un Ezequías y, más tarde, sobre Josías, cuyo reino floreció después del traslado de las diez tribus. Pero Judá, ¿iba a persistir? ¿Qué era, aun bajo esos reinados bendecidos, el conjunto del pueblo? El profeta, como también la historia, nos lo enseñan. “Jehová”, se nos dice, “también tiene contienda con Judá, y castigará a Jacob conforme a sus caminos, según sus malas obras les recompensará” (versículo 2).
Pero Jacob, ¿volverá a Dios? Por cierto, pues que si desde el comienzo, por astucia, suplantó a su hermano, llegará el momento cuando se encontrará con Dios y tendrá que luchar con Él. “En el seno materno cogió por el calcañar a su hermano, en su madurez luchó con Dios; sí, luchó con el Ángel, y prevaleció; lloró, y le hizo suplicación” (versículos 3-4). Luchó con Dios con fuerza propia; entonces el ángel tocó la coyuntura de su muslo y tuvo que hacer la experiencia de su debilidad. Sin embargo prevaleció. ¿Cuál pues es el medio para prevalecer en la lucha con Dios? Aquí está: lloró y suplicó. Es preciso que Jacob sea vencedor para poder heredar bendición, y el medio para vencer y para obtenerla, es el arrepentimiento y la oración. Sin embargo, aunque pudo decir: “fue librada mi alma” (Génesis 32:3030And Jacob called the name of the place Peniel: for I have seen God face to face, and my life is preserved. (Genesis 32:30)), Jacob no había recobrado la comunión con Dios. El ángel rehúsa decirle su nombre y el patriarca encuentra a Dios tan sólo en Bet-El: “En Bet-El lo halló” (versículo 4). Una primera vez, al huir de la casa paterna, había encontrado a Jehová en Bet-El, pero en un sueño (Génesis 28:13-2213And, behold, the Lord stood above it, and said, I am the Lord God of Abraham thy father, and the God of Isaac: the land whereon thou liest, to thee will I give it, and to thy seed; 14And thy seed shall be as the dust of the earth, and thou shalt spread abroad to the west, and to the east, and to the north, and to the south: and in thee and in thy seed shall all the families of the earth be blessed. 15And, behold, I am with thee, and will keep thee in all places whither thou goest, and will bring thee again into this land; for I will not leave thee, until I have done that which I have spoken to thee of. 16And Jacob awaked out of his sleep, and he said, Surely the Lord is in this place; and I knew it not. 17And he was afraid, and said, How dreadful is this place! this is none other but the house of God, and this is the gate of heaven. 18And Jacob rose up early in the morning, and took the stone that he had put for his pillows, and set it up for a pillar, and poured oil upon the top of it. 19And he called the name of that place Beth-el: but the name of that city was called Luz at the first. 20And Jacob vowed a vow, saying, If God will be with me, and will keep me in this way that I go, and will give me bread to eat, and raiment to put on, 21So that I come again to my father's house in peace; then shall the Lord be my God: 22And this stone, which I have set for a pillar, shall be God's house: and of all that thou shalt give me I will surely give the tenth unto thee. (Genesis 28:13‑22)). Una segunda vez, en Peni-El (Génesis 32:24-3224And Jacob was left alone; and there wrestled a man with him until the breaking of the day. 25And when he saw that he prevailed not against him, he touched the hollow of his thigh; and the hollow of Jacob's thigh was out of joint, as he wrestled with him. 26And he said, Let me go, for the day breaketh. And he said, I will not let thee go, except thou bless me. 27And he said unto him, What is thy name? And he said, Jacob. 28And he said, Thy name shall be called no more Jacob, but Israel: for as a prince hast thou power with God and with men, and hast prevailed. 29And Jacob asked him, and said, Tell me, I pray thee, thy name. And he said, Wherefore is it that thou dost ask after my name? And he blessed him there. 30And Jacob called the name of the place Peniel: for I have seen God face to face, and my life is preserved. 31And as he passed over Penuel the sun rose upon him, and he halted upon his thigh. 32Therefore the children of Israel eat not of the sinew which shrank, which is upon the hollow of the thigh, unto this day: because he touched the hollow of Jacob's thigh in the sinew that shrank. (Genesis 32:24‑32)), lo encuentra “cara a cara”, pero sin que el ángel le declare su nombre. Una tercera vez, por fin, en Bet-El, lo encuentra realmente, después de ser purificado y de haber enterrado sus ídolos (Génesis 35:1111And God said unto him, I am God Almighty: be fruitful and multiply; a nation and a company of nations shall be of thee, and kings shall come out of thy loins; (Genesis 35:11)). “Allí hablaba éste con nosotros” (versículo 4). Cuando vuelve a encontrar la presencia de Jehová en Su casa de Bet-El, Jacob entra en comunión con Él, oye, comprende y disfruta de Su Palabra. “Y Jehová de los ejércitos, Jehová, es su memorial” (versículo 5). Su memorial es Su mismo nombre de Jehová, tal como lo reveló a Israel (Éxodo 3:1515And God said moreover unto Moses, Thus shalt thou say unto the children of Israel, The Lord God of your fathers, the God of Abraham, the God of Isaac, and the God of Jacob, hath sent me unto you: this is my name for ever, and this is my memorial unto all generations. (Exodus 3:15)). Anteriormente (Éxodo 6:33And I appeared unto Abraham, unto Isaac, and unto Jacob, by the name of God Almighty, but by my name JEHOVAH was I not known to them. (Exodus 6:3)), se había revelado como el Todopoderoso a Abraham, a Isaac y a Jacob, pero cuando se revela a Israel por boca de Moisés, Su nombre Jehová es “su nombre eternamente, y es ese su memorial de siglo en siglo”. Ahora bien, para volver a encontrar esta bendita relación con Dios, es preciso que Israel se convierta, como el patriarca: “¡Por tanto tú, oh Israel, vuélvete a tu Dios!, observa la misericordia y la justicia, y guarda a tu Dios de continuo” (versículo 6).
En resumen, el alcance de todo este pasaje, en apariencia tan enigmático, es este: Israel no puede volver a encontrar sus relaciones con su Dios y la comunión con Él, si no es en el sentimiento de su propia impotencia, por humillación y arrepentimiento, al abandonar sus ídolos para buscar la cara de su Dios. Es por una verdadera conversión que será capaz de “guardar la piedad”, de conservar estas felices relaciones con Dios, “el juicio”, el discernimiento necesario para separarse del mal, en fin “la espera continua de su Dios”, es decir la dependencia.
(Versículos 7-14).— Después de haber tratado del retorno, de la humillación, del arrepentimiento de Judá, y de todo el pueblo, el profeta vuelve a Efraim y ya no lo quita hasta el fin de su profecía. En el mismo estilo abrupto y sin transiciones, como siempre, expresa el pensamiento de Dios con respecto a las diez tribus: “en su mano están las balanzas de engaño; le gusta defraudar” (versículo 7). Pero esta acusación no alcanza la conciencia de Efraim: dice: “¡Lo cierto es que me he enriquecido; he hallado para mí caudales! ¡En todas mis faenas no se hallará en mí iniquidad que sea pecado! ¡Qué satisfacción de sí mismo y de su trabajo! ¡Qué ignorancia de su propio corazón! Involuntariamente se piensa uno en Laodicea, que dice las mismas palabras en vísperas de ser vomitado de la boca del Señor: “Por cuanto tú dices: ¡Rico soy y me he enriquecido, y no tengo necesidad de nada! y no sabes que tú eres un desdichado, y miserable, y pobre, y ciego y desnudo” (Apocalipsis 3:1717Because thou sayest, I am rich, and increased with goods, and have need of nothing; and knowest not that thou art wretched, and miserable, and poor, and blind, and naked: (Revelation 3:17)). Así que el fin de la cristiandad será caracterizado por la misma ceguera que la de Israel. Basta a Efraim que una encuesta humana no haya encontrado en él actos reprensibles que le haga caer bajo la sentencia de la ley. Sin hablar de los ídolos de quienes, cosa estupefactiva, ignora aquí la existencia. Pero el mundo de hoy, ¿acaso conoce sus ídolos? Ahora, como entonces, el pensamiento de un Dios que sondea al hombre y lo conoce, se desconoce por completo. Y, en cuanto a Israel, el fraude acostumbrado de Jacob sigue caracterizándole.
¡En la presencia de semejante endurecimiento de conciencia, Jehová va, sin duda, a volver definidamente la espalda a este triste pueblo! Es porque uno lo espera como inevitable que se queda uno confundido al oír a Jehová expresarse así en el versículo 9: “Y sin embargo, yo soy Jehová tu Dios, desde la tierra de Egipto; te haré habitar otra vez en tiendas, como en los días de la fiesta solemne”. ¡Qué gracia inesperada! Para ti, oh miserable Efraim, habrá un reposo glorioso después de la travesía del desierto por el cual te llevaré una vez más. Habrá para ti una fiesta de los tabernáculos que seguirá la cosecha y la vendimia. Si a mí me has olvidado, yo, por lo contrario, no he olvidado que, desde la redención obrada a favor tuyo cuando te hice salir de Egipto, tenía yo el pensamiento de hacerte celebrar este reposo final.
Inmediatamente Dios reanuda el curso de los amargos reproches (versículos 11-15). ¿Acaso Efraim jamás había escuchado a Aquel que le hablaba por la inspiración de los profetas, por sus visiones y sus similitudes? No, había ofrecido sacrificios que Dios no podía aceptar, ¡por eso también sus altares serían como montones de piedras en los surcos de los campos! Ya el juicio había caído sobre Galaad, las dos tribus y media más allá del Jordán (2 Reyes 15:2929In the days of Pekah king of Israel came Tiglath-pileser king of Assyria, and took Ijon, and Abel-beth-maachah, and Janoah, and Kedesh, and Hazor, and Gilead, and Galilee, all the land of Naphtali, and carried them captive to Assyria. (2 Kings 15:29); 1 Crónicas 5:2626And the God of Israel stirred up the spirit of Pul king of Assyria, and the spirit of Tilgath-pilneser king of Assyria, and he carried them away, even the Reubenites, and the Gadites, and the half tribe of Manasseh, and brought them unto Halah, and Habor, and Hara, and to the river Gozan, unto this day. (1 Chronicles 5:26)), pero ¿cómo sería cuando cayera sobre Efraim? (versículo 11). ¡Ojalá que Efraim meditara en la historia de Jacob, la historia de Israel! ¿No es visión y símil que se dirige a ti? ¿No tuvo Jacob que huir en la llanura de Siria, porque había sobornado a su hermano? ¿No se había guardado a Jacob en esclavitud, y esta esclavitud no se ha prolongado hasta su unión con la mujer que amaba? Sin embargo Israel fue librado de su largo cautiverio: “También por un solo profeta (Moisés) Jehová sacó a Israel de Egipto”; por ese mismo profeta “fue guardado del mal” hasta el fin de los días del desierto. Lo mismo le acontecerá a Israel: La Palabra de Dios (el espíritu de profecía, el testimonio de Jesús; Apocalipsis 19:10; 22:710And I fell at his feet to worship him. And he said unto me, See thou do it not: I am thy fellowservant, and of thy brethren that have the testimony of Jesus: worship God: for the testimony of Jesus is the spirit of prophecy. (Revelation 19:10)
7Behold, I come quickly: blessed is he that keepeth the sayings of the prophecy of this book. (Revelation 22:7)), palabra que despreciaron cuando el Señor multiplicaba para ellos sus profetas, esta palabra les volverá a traer en el fin. Mas, en cuanto a Efraim (versículo 16), de momento la ira de Dios permanece sobre él.
Es así como se entremezclan las amenazas, las súplicas, los juicios, las esperanzas y las promesas, en esta maravillosa profecía. ¡Ah! ¡si hoy la cristiandad quisiera oír! Su suerte será mucho más terrible que la de Israel, pues que Israel será restaurado, y la cristiandad, llegará a ser la gran Babilonia, ¡será destruida para siempre!