Oseas 4-13
Luego, después de estos primeros tres capítulos, obtenemos, en el gran cuerpo de la profecía, detalles de los pecados que habían provocado este juicio. “Hay pecado hasta muerte”, como leemos en 1 Juan 5. Israel, como nación, puedo decir, lo cometió. Todos los profetas, también puedo decir, nos dicen esto. “Esta iniquidad no será purgada de vosotros hasta que muráis”, les dice Isaías. Pero el valle de huesos secos de Ezequiel es la escritura principal y más conocida sobre este misterio. Y el divino Profeta mismo habla a los judíos de su día del Señor Dios, destruyéndolos miserablemente como los labradores malvados, y les dice también: “He aquí que vuestra casa os ha quedado desolada”. Y seguramente es una tierra y personas afectadas por la muerte que vemos en ellos y en su país en este momento. Seguramente todo nos dice: “Hay pecado hasta la muerte”. Son como una nación en el valle de Ezequiel o en el cementerio de Oseas.
Pero esta muerte triunfará. La nación de los judíos tendrá una resurrección, como los cuerpos de los santos tendrán una resurrección. Y entonces, como los santos en sus glorias llenarán y adornarán los cielos, así Israel florecerá, y brotará, y llenará la faz del mundo con fruto. “¿Qué será la recepción de ellos sino vida de entre los muertos?” (Romanos 11:15).