Alguien podría preguntar: “Si nos reunimos como fue sugerido en el capítulo anterior, ¿quién dirigiría estas reuniones?”
Nos gustaría responder a esto diciendo que si realmente creyéramos que el Señor Jesús está en medio como ha prometido, querríamos dejarle guiar y dirigir por el Espíritu. Cuando Cristo ascendió al cielo, Él envió al Espíritu Santo al mundo para que habitara en la Iglesia con ese mismo propósito (Juan 7:3939(But this spake he of the Spirit, which they that believe on him should receive: for the Holy Ghost was not yet given; because that Jesus was not yet glorified.) (John 7:39); Hechos 2:1-41And when the day of Pentecost was fully come, they were all with one accord in one place. 2And suddenly there came a sound from heaven as of a rushing mighty wind, and it filled all the house where they were sitting. 3And there appeared unto them cloven tongues like as of fire, and it sat upon each of them. 4And they were all filled with the Holy Ghost, and began to speak with other tongues, as the Spirit gave them utterance. (Acts 2:1‑4)). Las obras principales del Espíritu en el cristianismo son: exaltar a Cristo, unir a los miembros del cuerpo de Cristo en la tierra con la Cabeza en el cielo mediante Su morada interior, y guiar a la Iglesia en todas las cosas, ya sea en la adoración (Filipenses 3:33For we are the circumcision, which worship God in the spirit, and rejoice in Christ Jesus, and have no confidence in the flesh. (Philippians 3:3)), la oración (Efesios 6:1818Praying always with all prayer and supplication in the Spirit, and watching thereunto with all perseverance and supplication for all saints; (Ephesians 6:18); Judas 2020But ye, beloved, building up yourselves on your most holy faith, praying in the Holy Ghost, (Jude 20); Hechos 4:3131And when they had prayed, the place was shaken where they were assembled together; and they were all filled with the Holy Ghost, and they spake the word of God with boldness. (Acts 4:31)), el ministerio (Juan 14:26; 16:13-1526But the Comforter, which is the Holy Ghost, whom the Father will send in my name, he shall teach you all things, and bring all things to your remembrance, whatsoever I have said unto you. (John 14:26)
13Howbeit when he, the Spirit of truth, is come, he will guide you into all truth: for he shall not speak of himself; but whatsoever he shall hear, that shall he speak: and he will show you things to come. 14He shall glorify me: for he shall receive of mine, and shall show it unto you. 15All things that the Father hath are mine: therefore said I, that he shall take of mine, and shall show it unto you. (John 16:13‑15); 1 Corintios 12:1111But all these worketh that one and the selfsame Spirit, dividing to every man severally as he will. (1 Corinthians 12:11)) o la evangelización (Hechos 8:29; 13:1-4; 16:6-729Then the Spirit said unto Philip, Go near, and join thyself to this chariot. (Acts 8:29)
1Now there were in the church that was at Antioch certain prophets and teachers; as Barnabas, and Simeon that was called Niger, and Lucius of Cyrene, and Manaen, which had been brought up with Herod the tetrarch, and Saul. 2As they ministered to the Lord, and fasted, the Holy Ghost said, Separate me Barnabas and Saul for the work whereunto I have called them. 3And when they had fasted and prayed, and laid their hands on them, they sent them away. 4So they, being sent forth by the Holy Ghost, departed unto Seleucia; and from thence they sailed to Cyprus. (Acts 13:1‑4)
6Now when they had gone throughout Phrygia and the region of Galatia, and were forbidden of the Holy Ghost to preach the word in Asia, 7After they were come to Mysia, they assayed to go into Bithynia: but the Spirit suffered them not. (Acts 16:6‑7)). Desde el momento en que el Espíritu de Dios fue enviado al mundo en Pentecostés, no se encuentra en ninguna parte del Nuevo Testamento a nadie que preside a la Iglesia a excepción de la guía soberana del Espíritu Santo. Él es quien debe dirigir las reuniones de la Iglesia.
Todos los grupos eclesiásticos dirán que reconocen la presencia del Espíritu, pero se verá si realmente creemos en el poder y la presencia del Espíritu cuando le permitimos dirigir las reuniones de la Iglesia. Lo que las Escrituras demandan de nosotros es que haya fe en el poder del Espíritu, demostrada al darle Su derecho de usar a quien le plazca para hablar en las reuniones. Por tanto, para todos los que desean reunirse según el orden bíblico de Dios, se requerirá fe. Pero esto no debe sorprendernos como cristianos, ya que debemos dar cada paso de nuestro camino en fe. “Y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó á Sí mismo por mí” (Gálatas 2:2020I am crucified with Christ: nevertheless I live; yet not I, but Christ liveth in me: and the life which I now live in the flesh I live by the faith of the Son of God, who loved me, and gave himself for me. (Galatians 2:20)). Y también: “Mas el justo vivirá por la fe” (Romanos 1:1717For therein is the righteousness of God revealed from faith to faith: as it is written, The just shall live by faith. (Romans 1:17); Gálatas 3:1111But that no man is justified by the law in the sight of God, it is evident: for, The just shall live by faith. (Galatians 3:11); Hebreos 10:3838Now the just shall live by faith: but if any man draw back, my soul shall have no pleasure in him. (Hebrews 10:38)).
Si fue por el poder del Espíritu que Dios hizo el mundo y todo lo que hay en él (Job 26:13; 33:413By his spirit he hath garnished the heavens; his hand hath formed the crooked serpent. (Job 26:13)
4The Spirit of God hath made me, and the breath of the Almighty hath given me life. (Job 33:4); Génesis 1:22And the earth was without form, and void; and darkness was upon the face of the deep. And the Spirit of God moved upon the face of the waters. (Genesis 1:2)), ¡seguro que entonces debería ser capaz de guiar a unos cuantos cristianos reunidos para la adoración y el ministerio! Con Alguien tan grande y tan competente como esta Persona divina presente en medio de los santos reunidos, no es necesario que designemos a un hombre para hacer Su obra, sin importar cuán dotada esté esa persona. C. H. Mackintosh dijo: “Si Cristo está en medio de nosotros (Mateo 18:2020For where two or three are gathered together in my name, there am I in the midst of them. (Matthew 18:20)), ¿por qué habríamos de pensar en nombrar a un líder humano? ¿Por qué no darle el lugar que le corresponde y dejar que el Espíritu de Dios dirija y guíe en la adoración y el ministerio? No hay necesidad de autoridad humana”.
No obstante, las denominaciones han establecido a los hombres (un “pastor” o “ministro”) para dirigir el culto. En la Biblia, no encontramos que Dios haya establecido un pastor o ministro para dirigir el culto de la Iglesia. En las palabras de W. T. P. Wolston: “Hay una noción en la cristiandad de que un pastor es un hombre a cargo de una congregación. Esta idea está en las mentes de la gente, ¡pero no está en las Escrituras!” Si no es una orden de Dios, entonces está claro que debe ser una invención humana. Tener un hombre establecido en la asamblea para “administrar” la cena del Señor es verdaderamente un error tremendo, porque no hay tal cosa ni siquiera insinuada en la Palabra de Dios de que un hombre, ni siquiera un apóstol, sea puesto para tal cosa. La Escritura simplemente dice: “Juntos los discípulos á partir el pan” (Hechos 20:77And upon the first day of the week, when the disciples came together to break bread, Paul preached unto them, ready to depart on the morrow; and continued his speech until midnight. (Acts 20:7)).
Sin embargo, este arreglo humano está tan extendido en la cristiandad que puede verse desde la Basílica de San Pedro en Roma hasta la más pequeña capilla evangélica. En lugar de que los creyentes se reúnan para la adoración y el ministerio sólo en el nombre del Señor, y esperen la guía del Espíritu, difícilmente puede uno encontrar alguna reunión de oración sin que haya alguien (un líder de oración) designado para dirigirla. ¿Qué es todo esto, sino el hombre usurpando el lugar del Espíritu Santo? Es el triste fruto de la incredulidad en Su misma presencia en medio de los santos. Poner a un hombre, por muy dotado que esté, a dirigir y conducir las reuniones de la asamblea, es una negación práctica de la presencia y el poder del Espíritu Santo. Es realmente incredulidad en, o ignorancia de, la capacidad del Espíritu Santo para dirigir las reuniones. Qué triste es que tal interferencia humana haya dejado de lado la simplicidad del orden divino. Que el Señor libere a su pueblo de tal sistema de cosas que es tan contrario a Su mente.
El sacerdocio de todos los creyentes
La definición de la raíz de la palabra “sacerdote” es “uno que ofrece”. (Hebreos 5:1; 8:31For every high priest taken from among men is ordained for men in things pertaining to God, that he may offer both gifts and sacrifices for sins: (Hebrews 5:1)
3For every high priest is ordained to offer gifts and sacrifices: wherefore it is of necessity that this man have somewhat also to offer. (Hebrews 8:3); 1 Pedro 2:55Ye also, as lively stones, are built up a spiritual house, an holy priesthood, to offer up spiritual sacrifices, acceptable to God by Jesus Christ. (1 Peter 2:5)). Un sacerdote es aquel que tiene el privilegio de entrar en la presencia de Dios en nombre del pueblo. En el cristianismo, un sacerdote ejerce su sacerdocio ofreciendo los sacrificios de alabanza a Dios y presentando peticiones a Dios en la oración (Hebreos 13:1515By him therefore let us offer the sacrifice of praise to God continually, that is, the fruit of our lips giving thanks to his name. (Hebrews 13:15); 1 Juan 5:14-1514And this is the confidence that we have in him, that, if we ask any thing according to his will, he heareth us: 15And if we know that he hear us, whatsoever we ask, we know that we have the petitions that we desired of him. (1 John 5:14‑15)). Una de las causas de la debilidad y confusión que prevalece en la Iglesia profesante, es que el sacerdocio en muchos casos se ha atribuido como el derecho de una clase privilegiada de personas, ¡algunas de las cuales ni siquiera son salvas!
La realidad es que todos los cristianos son sacerdotes. Eso es lo que enseña la Escritura. El libro del Apocalipsis afirma que son hechos “sacerdotes para Dios” mediante la fe en la obra consumada de Cristo en la cruz (Apocalipsis 1:6; 5:106And hath made us kings and priests unto God and his Father; to him be glory and dominion for ever and ever. Amen. (Revelation 1:6)
10And hast made us unto our God kings and priests: and we shall reign on the earth. (Revelation 5:10)). La epístola de Pedro confirma esto, diciendo: “Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados una casa espiritual, y un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables á Dios por Jesucristo” (1 Pedro 2:5,95Ye also, as lively stones, are built up a spiritual house, an holy priesthood, to offer up spiritual sacrifices, acceptable to God by Jesus Christ. (1 Peter 2:5)
9But ye are a chosen generation, a royal priesthood, an holy nation, a peculiar people; that ye should show forth the praises of him who hath called you out of darkness into his marvellous light: (1 Peter 2:9)). Además, la epístola a los Hebreos exhorta a los cristianos en su conjunto a acercarse a Dios dentro del velo, en el lugar santísimo (Hebreos 10:19-22; 13:15-1619Having therefore, brethren, boldness to enter into the holiest by the blood of Jesus, 20By a new and living way, which he hath consecrated for us, through the veil, that is to say, his flesh; 21And having an high priest over the house of God; 22Let us draw near with a true heart in full assurance of faith, having our hearts sprinkled from an evil conscience, and our bodies washed with pure water. (Hebrews 10:19‑22)
15By him therefore let us offer the sacrifice of praise to God continually, that is, the fruit of our lips giving thanks to his name. 16But to do good and to communicate forget not: for with such sacrifices God is well pleased. (Hebrews 13:15‑16)). El hecho de que se diga que el Señor es el “Gran Sacerdote” implica que hay una compañía de sacerdotes bajo Él. Él no presidiría como el “Gran” sacerdote si no hubiera sacerdotes inferiores en rango. Del mismo modo, una persona no se llamaría líder de alguna compañía o grupo si no existieran aquellos a quienes dirige. La exhortación de Hebreos 10:19-2219Having therefore, brethren, boldness to enter into the holiest by the blood of Jesus, 20By a new and living way, which he hath consecrated for us, through the veil, that is to say, his flesh; 21And having an high priest over the house of God; 22Let us draw near with a true heart in full assurance of faith, having our hearts sprinkled from an evil conscience, and our bodies washed with pure water. (Hebrews 10:19‑22) es para animar a los cristianos a acercarse a Dios y ejercer sus privilegios sacerdotales.
En cada uno de los pasajes de la Escritura en el Nuevo Testamento donde se trata el sacerdocio, no se menciona, ni siquiera se insinúa, que sólo algunos de los santos son sacerdotes. Tampoco hay ningún otro lugar en el Nuevo Testamento donde se enseña tal idea. Cuando el Nuevo Testamento habla del sacerdocio, se refiere a que todos los creyentes son constituidos como sacerdotes. Además, estos versículos no sólo nos dicen que todos los cristianos son sacerdotes, sino también que somos sacerdotes con privilegios que superan los de aquellos en los tiempos del Antiguo Testamento. Un sacerdote en el cristianismo tiene derecho a “llegarse” a la presencia misma de Dios, en el lugar santísimo. Ese es un lugar al que ningún hijo de Aarón podía llegar. Incluso cuando Aarón, el sumo sacerdote en Israel, entraba una vez al año dentro del velo, no lo hacía con la misma valentía que nosotros ahora. En el Día de la Expiación él entraba con el temor de la muerte, pero nosotros podemos “llegarnos” con “plena certidumbre de fe” (Hebreos 10:2222Let us draw near with a true heart in full assurance of faith, having our hearts sprinkled from an evil conscience, and our bodies washed with pure water. (Hebrews 10:22)). Además, los sacerdotes de la descendencia de Aaron tenían un culto no muy racional. No sabían por qué debían hacer las cosas que se les ordenaban. Pero nosotros tenemos un “racional culto” (Romanos 12:11I beseech you therefore, brethren, by the mercies of God, that ye present your bodies a living sacrifice, holy, acceptable unto God, which is your reasonable service. (Romans 12:1)). Podemos llevar a cabo nuestras funciones sacerdotales con un entendimiento de todo lo que hacemos en Su presencia.
Ahora bien, puesto que la Escritura enseña que todos los cristianos son sacerdotes, y que todos tenemos el mismo privilegio de ejercer nuestro sacerdocio en la presencia de Dios, está claro entonces que no hay necesidad de que un clérigo desempeñe estos privilegios en nombre de los demás. En las reuniones de adoración y oración (donde los cristianos ejercen su sacerdocio), sólo necesitamos esperar que el Espíritu de Dios dirija las oraciones y alabanzas de los santos. Si permitimos que Él dirija en la asamblea, en el lugar que le corresponde, Él guiará a uno y otro de los hermanos varones para expresar en voz alta la adoración y la alabanza como portavoces de la asamblea. (Nos damos cuenta, por supuesto, que no sólo ejercemos nuestro sacerdocio en los momentos en que estamos juntos en una asamblea. En cualquier momento, un cristiano puede entrar en la presencia inmediata de Dios en la oración y la adoración, y ejercer como sacerdote. Pero el contexto de este libro tiene que ver con los cristianos que se reúnen en una asamblea para la adoración y el ministerio).
Cuando comprendemos la cercanía de la relación que tienen todos los cristianos por ser parte del cuerpo y la esposa de Cristo, podemos ver cuán incompatible es la idea de que un grupo especial de ministros esté más cerca de Dios que el resto de la congregación (Efesios 2:13; 5:25-3213But now in Christ Jesus ye who sometimes were far off are made nigh by the blood of Christ. (Ephesians 2:13)
25Husbands, love your wives, even as Christ also loved the church, and gave himself for it; 26That he might sanctify and cleanse it with the washing of water by the word, 27That he might present it to himself a glorious church, not having spot, or wrinkle, or any such thing; but that it should be holy and without blemish. 28So ought men to love their wives as their own bodies. He that loveth his wife loveth himself. 29For no man ever yet hated his own flesh; but nourisheth and cherisheth it, even as the Lord the church: 30For we are members of his body, of his flesh, and of his bones. 31For this cause shall a man leave his father and mother, and shall be joined unto his wife, and they two shall be one flesh. 32This is a great mystery: but I speak concerning Christ and the church. (Ephesians 5:25‑32)). Para nosotros como cristianos, afirmar tal cosa es negar que somos capaces de ofrecer sacrificios espirituales a Dios como sacerdotes. Esto borra los privilegios del cristianismo y en cierto sentido, restaura el judaísmo, o al menos, nos devuelve a ese nivel.
Aunque pocas denominaciones irán tan lejos como para tener un clérigo con el título de “Sacerdote” (dando a entender que el resto en esa denominación no lo son), la mayoría de las iglesias evangélicas llaman a sus clérigos “pastor” o “ministro”. No hay mucha diferencia, porque esa posición en la Iglesia no está de acuerdo con las Escrituras; es simplemente un oficio hecho por el hombre.
La diferencia entre sacerdocio y don
Es importante comprender la diferencia entre “sacerdocio” y “don”. Son dos cosas distintas en la casa de Dios. Un sacerdote se dirige a Dios en representación del pueblo; y aquel que ejerce su don se dirige al pueblo en representación de Dios.
Dones
Los dones son lo que el Señor, como Cabeza ascendida de la Iglesia, da a los distintos miembros de Su cuerpo para que puedan ocupar el lugar en el cuerpo que Dios les ha asignado. La Biblia enseña que a cada miembro del cuerpo de Cristo se le ha dado un don (1 Corintios 12:77But the manifestation of the Spirit is given to every man to profit withal. (1 Corinthians 12:7); Efesios 4:77But unto every one of us is given grace according to the measure of the gift of Christ. (Ephesians 4:7); 1 Pedro 4:1010As every man hath received the gift, even so minister the same one to another, as good stewards of the manifold grace of God. (1 Peter 4:10); Romanos 12:6-86Having then gifts differing according to the grace that is given to us, whether prophecy, let us prophesy according to the proportion of faith; 7Or ministry, let us wait on our ministering: or he that teacheth, on teaching; 8Or he that exhorteth, on exhortation: he that giveth, let him do it with simplicity; he that ruleth, with diligence; he that showeth mercy, with cheerfulness. (Romans 12:6‑8)). Sin embargo, no todos los miembros del cuerpo de Cristo tienen un don para ministrar la Palabra. Algunos pueden tener un don claramente reconocible, como el de evangelista, pastor o maestro (Efesios 4:4-164There is one body, and one Spirit, even as ye are called in one hope of your calling; 5One Lord, one faith, one baptism, 6One God and Father of all, who is above all, and through all, and in you all. 7But unto every one of us is given grace according to the measure of the gift of Christ. 8Wherefore he saith, When he ascended up on high, he led captivity captive, and gave gifts unto men. 9(Now that he ascended, what is it but that he also descended first into the lower parts of the earth? 10He that descended is the same also that ascended up far above all heavens, that he might fill all things.) 11And he gave some, apostles; and some, prophets; and some, evangelists; and some, pastors and teachers; 12For the perfecting of the saints, for the work of the ministry, for the edifying of the body of Christ: 13Till we all come in the unity of the faith, and of the knowledge of the Son of God, unto a perfect man, unto the measure of the stature of the fulness of Christ: 14That we henceforth be no more children, tossed to and fro, and carried about with every wind of doctrine, by the sleight of men, and cunning craftiness, whereby they lie in wait to deceive; 15But speaking the truth in love, may grow up into him in all things, which is the head, even Christ: 16From whom the whole body fitly joined together and compacted by that which every joint supplieth, according to the effectual working in the measure of every part, maketh increase of the body unto the edifying of itself in love. (Ephesians 4:4‑16); Romanos 12:4-84For as we have many members in one body, and all members have not the same office: 5So we, being many, are one body in Christ, and every one members one of another. 6Having then gifts differing according to the grace that is given to us, whether prophecy, let us prophesy according to the proportion of faith; 7Or ministry, let us wait on our ministering: or he that teacheth, on teaching; 8Or he that exhorteth, on exhortation: he that giveth, let him do it with simplicity; he that ruleth, with diligence; he that showeth mercy, with cheerfulness. (Romans 12:4‑8); 1 Corintios 12:4-314Now there are diversities of gifts, but the same Spirit. 5And there are differences of administrations, but the same Lord. 6And there are diversities of operations, but it is the same God which worketh all in all. 7But the manifestation of the Spirit is given to every man to profit withal. 8For to one is given by the Spirit the word of wisdom; to another the word of knowledge by the same Spirit; 9To another faith by the same Spirit; to another the gifts of healing by the same Spirit; 10To another the working of miracles; to another prophecy; to another discerning of spirits; to another divers kinds of tongues; to another the interpretation of tongues: 11But all these worketh that one and the selfsame Spirit, dividing to every man severally as he will. 12For as the body is one, and hath many members, and all the members of that one body, being many, are one body: so also is Christ. 13For by one Spirit are we all baptized into one body, whether we be Jews or Gentiles, whether we be bond or free; and have been all made to drink into one Spirit. 14For the body is not one member, but many. 15If the foot shall say, Because I am not the hand, I am not of the body; is it therefore not of the body? 16And if the ear shall say, Because I am not the eye, I am not of the body; is it therefore not of the body? 17If the whole body were an eye, where were the hearing? If the whole were hearing, where were the smelling? 18But now hath God set the members every one of them in the body, as it hath pleased him. 19And if they were all one member, where were the body? 20But now are they many members, yet but one body. 21And the eye cannot say unto the hand, I have no need of thee: nor again the head to the feet, I have no need of you. 22Nay, much more those members of the body, which seem to be more feeble, are necessary: 23And those members of the body, which we think to be less honorable, upon these we bestow more abundant honor; and our uncomely parts have more abundant comeliness. 24For our comely parts have no need: but God hath tempered the body together, having given more abundant honor to that part which lacked: 25That there should be no schism in the body; but that the members should have the same care one for another. 26And whether one member suffer, all the members suffer with it; or one member be honored, all the members rejoice with it. 27Now ye are the body of Christ, and members in particular. 28And God hath set some in the church, first apostles, secondarily prophets, thirdly teachers, after that miracles, then gifts of healings, helps, governments, diversities of tongues. 29Are all apostles? are all prophets? are all teachers? are all workers of miracles? 30Have all the gifts of healing? do all speak with tongues? do all interpret? 31But covet earnestly the best gifts: and yet show I unto you a more excellent way. (1 Corinthians 12:4‑31)). Con otros, puede ser algo menos distintivo, como “hacer misericordia” (Romanos 12:88Or he that exhorteth, on exhortation: he that giveth, let him do it with simplicity; he that ruleth, with diligence; he that showeth mercy, with cheerfulness. (Romans 12:8)). Ya sea la predicación pública o las “ayudas” (1 Corintios 12:2828And God hath set some in the church, first apostles, secondarily prophets, thirdly teachers, after that miracles, then gifts of healings, helps, governments, diversities of tongues. (1 Corinthians 12:28)), una cosa segura es que todos tenemos algo que hacer en el cuerpo de Cristo. El propósito de los dones es “para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos á la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, á un varón perfecto, á la medida de la edad de la plenitud de Cristo: que ya no seamos niños fluctuantes, y llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia los artificios del error: antes siguiendo la verdad en amor” (Efesios 4:12-1512For the perfecting of the saints, for the work of the ministry, for the edifying of the body of Christ: 13Till we all come in the unity of the faith, and of the knowledge of the Son of God, unto a perfect man, unto the measure of the stature of the fulness of Christ: 14That we henceforth be no more children, tossed to and fro, and carried about with every wind of doctrine, by the sleight of men, and cunning craftiness, whereby they lie in wait to deceive; 15But speaking the truth in love, may grow up into him in all things, which is the head, even Christ: (Ephesians 4:12‑15)). Esto nos muestra que los dones son para el beneficio espiritual de la Iglesia.
La diferencia entre facultad y don
En Mateo 25:14-3014For the kingdom of heaven is as a man travelling into a far country, who called his own servants, and delivered unto them his goods. 15And unto one he gave five talents, to another two, and to another one; to every man according to his several ability; and straightway took his journey. 16Then he that had received the five talents went and traded with the same, and made them other five talents. 17And likewise he that had received two, he also gained other two. 18But he that had received one went and digged in the earth, and hid his lord's money. 19After a long time the lord of those servants cometh, and reckoneth with them. 20And so he that had received five talents came and brought other five talents, saying, Lord, thou deliveredst unto me five talents: behold, I have gained beside them five talents more. 21His lord said unto him, Well done, thou good and faithful servant: thou hast been faithful over a few things, I will make thee ruler over many things: enter thou into the joy of thy lord. 22He also that had received two talents came and said, Lord, thou deliveredst unto me two talents: behold, I have gained two other talents beside them. 23His lord said unto him, Well done, good and faithful servant; thou hast been faithful over a few things, I will make thee ruler over many things: enter thou into the joy of thy lord. 24Then he which had received the one talent came and said, Lord, I knew thee that thou art an hard man, reaping where thou hast not sown, and gathering where thou hast not strawed: 25And I was afraid, and went and hid thy talent in the earth: lo, there thou hast that is thine. 26His lord answered and said unto him, Thou wicked and slothful servant, thou knewest that I reap where I sowed not, and gather where I have not strawed: 27Thou oughtest therefore to have put my money to the exchangers, and then at my coming I should have received mine own with usury. 28Take therefore the talent from him, and give it unto him which hath ten talents. 29For unto every one that hath shall be given, and he shall have abundance: but from him that hath not shall be taken away even that which he hath. 30And cast ye the unprofitable servant into outer darkness: there shall be weeping and gnashing of teeth. (Matthew 25:14‑30) el Señor establece una distinción entre “facultad” y “don”. Cuenta la historia de un hombre que emprendió un viaje a un país lejano, y antes de partir repartió talentos (una suma de dinero) entre sus siervos, los cuales debían negociar con ellos hasta que él volviese. Algunos recibieron más, y algunos menos. Ésta es una referencia al Señor dando dones a Su pueblo, quien deben ejercerlos para Él en Su ausencia. Un día Él volverá otra vez, y pedirá cuentas de lo que hemos hecho con lo que nos ha dado como dones. En aquel día se darán recompensas a los que hayan desempeñado fielmente su ministerio (Mateo 25:19-2319After a long time the lord of those servants cometh, and reckoneth with them. 20And so he that had received five talents came and brought other five talents, saying, Lord, thou deliveredst unto me five talents: behold, I have gained beside them five talents more. 21His lord said unto him, Well done, thou good and faithful servant: thou hast been faithful over a few things, I will make thee ruler over many things: enter thou into the joy of thy lord. 22He also that had received two talents came and said, Lord, thou deliveredst unto me two talents: behold, I have gained two other talents beside them. 23His lord said unto him, Well done, good and faithful servant; thou hast been faithful over a few things, I will make thee ruler over many things: enter thou into the joy of thy lord. (Matthew 25:19‑23)).
Es de observar que el hombre de la parábola “dio” talentos (un don) “a cada uno conforme a su facultad” (Mateo 25:1515And unto one he gave five talents, to another two, and to another one; to every man according to his several ability; and straightway took his journey. (Matthew 25:15)). Aquí el Señor distingue entre ambas cosas. Observemos que esos siervos tenían sus varias facultades antes que el amo los llamase para darles los talentos. Facultad es algo que se da a una persona cuando nace en este mundo. En Su providencia, Dios escoge y da forma al vaso de Sus propósitos mucho antes incluso de que el tal sea salvo. En la escuela de Dios, Él da y forma las facultades intelectuales de la persona, incluso antes de su conversión. El don, en cambio, es algo que es dado a la persona por el Espíritu de parte del Señor cuando es salvo. Por tanto, la facultad es natural, y el don es espiritual. El don se da a una persona para que pueda cumplir su ministerio en el cuerpo de Cristo. Aquí se ve la sabiduría del Señor, en cuanto a que da dones según nuestra capacidad. Por ejemplo, no es muy probable que Él diera el don de evangelista a una persona tímida y que no tiene facilidad con la comunicación. La persona que naturalmente gusta de estar con las personas y que tiene facilidad de palabra sería más probable a recibir un don así. Asimismo, el don de enseñanza requiere una cierta medida de capacidad natural en el área del poder intelectual.
Mencionamos esto porque hay una gran confusión sobre este punto en la profesión cristiana hoy en día. A menudo escuchamos a los cristianos hablar de músicos o atletas famosos conversos, diciendo que sus habilidades naturales son “su don”. Sin embargo, el don en las Escrituras es una manifestación espiritual en el cuerpo de Cristo; tiene que ver con cosas espirituales (1 Corintios 12:1; 14:11Now concerning spiritual gifts, brethren, I would not have you ignorant. (1 Corinthians 12:1)
1Follow after charity, and desire spiritual gifts, but rather that ye may prophesy. (1 Corinthians 14:1)). Tampoco vemos en las Escrituras que Dios quiera que la Iglesia tenga reuniones donde tales personas puedan mostrar sus habilidades naturales. A menudo estas personas famosas son usadas para nada más que entretenimiento en las supuestas “reuniones de testimonio”. ¿Pero los creyentes están siendo establecidos en la verdad a través de este tipo de reuniones? Probablemente no. Los dones no son para nuestro entretenimiento, sino para la edificación de los santos en la “santísima fe” (Judas 2020But ye, beloved, building up yourselves on your most holy faith, praying in the Holy Ghost, (Jude 20)).
J. N. Darby dijo: “Es un principio totalmente falso que los dones naturales sean una razón para usarlos. Puedo tener una fuerza asombrosa o una gran velocidad al correr; derribo a un hombre con una, y gano un trofeo con la otra. La música puede ser algo más refinado, pero el principio es el mismo. Creo que este punto es de mucha importancia. Los cristianos han perdido su influencia moral al presentar la naturaleza y el mundo como si fueran inocentes. Todas las cosas son lícitas para mí. Pero, como he dicho, no se pueden mezclar la carne y el Espíritu”.
¿Qué es el ministerio?
En la mente de la mayoría de las personas, “el ministerio” es aquello que hacen los pastores y ministros al realizar su obra de liderar a un determinado grupo de la iglesia. Sin embargo, la Biblia enseña que el ministerio es simplemente cuando una persona desempeña su don (1 Pedro 4:10-1110As every man hath received the gift, even so minister the same one to another, as good stewards of the manifold grace of God. 11If any man speak, let him speak as the oracles of God; if any man minister, let him do it as of the ability which God giveth: that God in all things may be glorified through Jesus Christ, to whom be praise and dominion for ever and ever. Amen. (1 Peter 4:10‑11); 1 Timoteo 4:66If thou put the brethren in remembrance of these things, thou shalt be a good minister of Jesus Christ, nourished up in the words of faith and of good doctrine, whereunto thou hast attained. (1 Timothy 4:6); Efesios 4:11-1211And he gave some, apostles; and some, prophets; and some, evangelists; and some, pastors and teachers; 12For the perfecting of the saints, for the work of the ministry, for the edifying of the body of Christ: (Ephesians 4:11‑12)). Ya que todos los cristianos tienen un don, ¡todos los cristianos deberían estar en “el ministerio”! Como hemos dicho antes, puede que no todos tengan un don para ministrar la Palabra de Dios públicamente, pero todos tienen un ministerio que cumplir. Mucho del ministerio es servir al pueblo del Señor donde no se tiene que hablar en público.
El problema en la Iglesia hoy es que hay muchos como Arquipo que no están cumpliendo su ministerio. El apóstol tuvo que exhortarlo: “Mira que cumplas el ministerio que has recibido del Señor” (Colosenses 4:1717And say to Archippus, Take heed to the ministry which thou hast received in the Lord, that thou fulfil it. (Colossians 4:17)). Esta es una exhortación necesaria para nosotros hoy. Una de las razones por las que muchos no están cumpliendo su ministerio es porque hay un gran sistema clerical hecho por el hombre en las denominaciones eclesiásticas que les está obstaculizando. En el ordenamiento de una iglesia denominacional típica, si el Espíritu de Dios diera palabra (un mensaje) a uno en la congregación que tuviera el don para el ministerio público, sería reprimido y no podría ejercerlo. Si lo hiciera, interrumpiría el servicio en curso.
La idea común en la cristiandad hoy en día es que cuando una persona se siente “llamada al ministerio”, debe ser sometida a un sistema de educación por el cual adquiere el título de “ministro” o “pastor”. Y, aun así, no puede ejercer su don hasta que una congregación lo elija (generalmente a través de una junta de diáconos) para ser su ministro. Muchos que tienen buenas intenciones, pero desconocen el orden de Dios, creen que si van a ministrar la Palabra deben someterse a este proceso y estudiar en un seminario. Como la tradición lo ha establecido, muchos sienten que Dios realmente los envía a un seminario con ese propósito. Les parece bastante lógico ya que es la forma reconocida y convencional de formar “ministros”. Sin culpar al individuo por su sinceridad, tenemos que decir que todo ese orden no se encuentra en las Escrituras.
La Biblia enseña que, si una persona tiene cierto don, la posesión del mismo es la autorización de Dios para usarlo. Dice: “Cada uno según el don que ha recibido, adminístrelo á los otros” (1 Pedro 4:1010As every man hath received the gift, even so minister the same one to another, as good stewards of the manifold grace of God. (1 Peter 4:10)). No dice: “Cada uno según el don que ha recibido, que se capacite en un seminario, y luego adminístrelo”.
Y de nuevo: “De manera que, teniendo diferentes dones según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme á la medida de la fe; si ministerio, en servir; ó el que enseña, en doctrina; el que exhorta, en exhortar” (Romanos 12:6-86Having then gifts differing according to the grace that is given to us, whether prophecy, let us prophesy according to the proportion of faith; 7Or ministry, let us wait on our ministering: or he that teacheth, on teaching; 8Or he that exhorteth, on exhortation: he that giveth, let him do it with simplicity; he that ruleth, with diligence; he that showeth mercy, with cheerfulness. (Romans 12:6‑8)). Nuevamente, no hay ni una sola palabra aquí acerca de que la persona deba ser entrenada por los hombres antes de usar su don.
Además, la Escritura dice: “Cuando os juntáis, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación: hágase todo para edificación” (1 Corintios 14:2626How is it then, brethren? when ye come together, every one of you hath a psalm, hath a doctrine, hath a tongue, hath a revelation, hath an interpretation. Let all things be done unto edifying. (1 Corinthians 14:26)). Aquí tampoco encontramos ninguna insinuación de que una persona deba ser entrenada antes de poder ejercer su don en la asamblea. Simplemente dice que si tenemos una doctrina (una enseñanza), etc., que se haga para la edificación de la Iglesia.
Ahora bien, es cierto que el don de una persona necesita ser desarrollado. Esto requiere de tiempo y uso (Hechos 9:20-2220And straightway he preached Christ in the synagogues, that he is the Son of God. 21But all that heard him were amazed, and said; Is not this he that destroyed them which called on this name in Jerusalem, and came hither for that intent, that he might bring them bound unto the chief priests? 22But Saul increased the more in strength, and confounded the Jews which dwelt at Damascus, proving that this is very Christ. (Acts 9:20‑22); Gálatas 1:1717Neither went I up to Jerusalem to them which were apostles before me; but I went into Arabia, and returned again unto Damascus. (Galatians 1:17); Hechos 9:30; 11:25-26; 13:1-1430Which when the brethren knew, they brought him down to Caesarea, and sent him forth to Tarsus. (Acts 9:30)
25Then departed Barnabas to Tarsus, for to seek Saul: 26And when he had found him, he brought him unto Antioch. And it came to pass, that a whole year they assembled themselves with the church, and taught much people. And the disciples were called Christians first in Antioch. (Acts 11:25‑26)
1Now there were in the church that was at Antioch certain prophets and teachers; as Barnabas, and Simeon that was called Niger, and Lucius of Cyrene, and Manaen, which had been brought up with Herod the tetrarch, and Saul. 2As they ministered to the Lord, and fasted, the Holy Ghost said, Separate me Barnabas and Saul for the work whereunto I have called them. 3And when they had fasted and prayed, and laid their hands on them, they sent them away. 4So they, being sent forth by the Holy Ghost, departed unto Seleucia; and from thence they sailed to Cyprus. 5And when they were at Salamis, they preached the word of God in the synagogues of the Jews: and they had also John to their minister. 6And when they had gone through the isle unto Paphos, they found a certain sorcerer, a false prophet, a Jew, whose name was Bar-jesus: 7Which was with the deputy of the country, Sergius Paulus, a prudent man; who called for Barnabas and Saul, and desired to hear the word of God. 8But Elymas the sorcerer (for so is his name by interpretation) withstood them, seeking to turn away the deputy from the faith. 9Then Saul, (who also is called Paul,) filled with the Holy Ghost, set his eyes on him, 10And said, O full of all subtilty and all mischief, thou child of the devil, thou enemy of all righteousness, wilt thou not cease to pervert the right ways of the Lord? 11And now, behold, the hand of the Lord is upon thee, and thou shalt be blind, not seeing the sun for a season. And immediately there fell on him a mist and a darkness; and he went about seeking some to lead him by the hand. 12Then the deputy, when he saw what was done, believed, being astonished at the doctrine of the Lord. 13Now when Paul and his company loosed from Paphos, they came to Perga in Pamphylia: and John departing from them returned to Jerusalem. 14But when they departed from Perga, they came to Antioch in Pisidia, and went into the synagogue on the sabbath day, and sat down. (Acts 13:1‑14)). Cuanto más madure una persona en las cosas divinas, más útil será en el ministerio (Hechos 18:24-2824And a certain Jew named Apollos, born at Alexandria, an eloquent man, and mighty in the scriptures, came to Ephesus. 25This man was instructed in the way of the Lord; and being fervent in the spirit, he spake and taught diligently the things of the Lord, knowing only the baptism of John. 26And he began to speak boldly in the synagogue: whom when Aquila and Priscilla had heard, they took him unto them, and expounded unto him the way of God more perfectly. 27And when he was disposed to pass into Achaia, the brethren wrote, exhorting the disciples to receive him: who, when he was come, helped them much which had believed through grace: 28For he mightily convinced the Jews, and that publickly, showing by the scriptures that Jesus was Christ. (Acts 18:24‑28); Marcos 4:2020And these are they which are sown on good ground; such as hear the word, and receive it, and bring forth fruit, some thirtyfold, some sixty, and some an hundred. (Mark 4:20)). La manera bíblica de que una persona sea enseñada en las cosas divinas es a través de reuniones como las que mencionamos anteriormente. El Señor utiliza estas reuniones de asamblea, dirigidas por la guía soberana del Espíritu Santo, para enseñarnos la verdad. Él también usa libros de ministerio (o ministerio grabado) de personas dotadas y conocedoras que son capaces de enseñarnos la verdad. Pero buscaremos en vano en las Escrituras para encontrar que una persona vaya a un seminario para ser capacitado para una posición como “ministro” o “pastor” de una iglesia. Como ya hemos dicho, el seminario es hecho por el hombre para capacitar a una persona para una posición en un sistema hecho por el hombre. El cristianismo bíblico simplemente no necesita tales escuelas. Mucho de lo que se aprende en estos seminarios es para entrenar a los futuros pastores a cómo dirigir una iglesia según ese sistema clerical que no se encuentra en la Biblia.
El ministerio en la Iglesia
Volviendo a la Primera epístola a los Corintios (del capítulo 11:17 al capítulo 14:40), vemos cómo deben funcionar los dones cuando los santos se reúnen en diversas localidades. Esta sección de la Escritura comienza con el apóstol diciendo: “Porque primero, cuando os juntáis en asamblea ... ” (1 Corintios 11:18,18For first of all, when ye come together in the church, I hear that there be divisions among you; and I partly believe it. (1 Corinthians 11:18) traducción J. N. Darby). Antes de hablar del ministerio, el apóstol Pablo habla primero del privilegio de la cena del Señor, que quizás sea la reunión más importante de la Iglesia. Esta reunión no es para el ejercicio del don, sino para recordar al Señor en Su muerte. Es un tiempo en el que podemos ejercer nuestro sacerdocio ofreciendo adoración y alabanza al Padre y al Hijo.
Después de poner en orden varias cosas relacionadas con la cena del Señor, Pablo da el orden para el ministerio en la asamblea desde el capítulo 12 al 14.
• El capítulo 12 da los grandes principios del ministerio cristiano.
• El capítulo 13 da el espíritu con el que debe ejercerse ese ministerio: en amor.
• El capítulo 14 da la disposición de los dones en la asamblea para que el ministerio sea para la edificación de todos.
Cristo debe ser exaltado en todo ministerio
Mirando más de cerca 1 Corintios 12, vemos que el primer gran principio de todo ministerio es la exaltación de Jesús como Señor. La evidencia de la guía del Espíritu en el ministerio es que Cristo será siempre exaltado y nunca mencionado de manera despectiva. Dice: “Por tanto os hago saber, que nadie que hable por el Espíritu de Dios, llama anatema á Jesús; y nadie puede llamar á Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo” (1 Corintios 12:1-31Now concerning spiritual gifts, brethren, I would not have you ignorant. 2Ye know that ye were Gentiles, carried away unto these dumb idols, even as ye were led. 3Wherefore I give you to understand, that no man speaking by the Spirit of God calleth Jesus accursed: and that no man can say that Jesus is the Lord, but by the Holy Ghost. (1 Corinthians 12:1‑3)). “Él (el Espíritu) Me glorificará” (Juan 16:1414He shall glorify me: for he shall receive of mine, and shall show it unto you. (John 16:14)).
La asamblea local necesita del uso de todos los dones que tiene presentes
El segundo gran principio de 1 Corintios 12 Sobre el ministerio cristiano es que Cristo ha distribuido dones por el Espíritu a los diversos miembros de Su cuerpo, pero todos estos dones no los tiene un solo hombre. El apóstol dice: “Á éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; á otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro ... ” (1 Corintios 12:4-10,29-304Now there are diversities of gifts, but the same Spirit. 5And there are differences of administrations, but the same Lord. 6And there are diversities of operations, but it is the same God which worketh all in all. 7But the manifestation of the Spirit is given to every man to profit withal. 8For to one is given by the Spirit the word of wisdom; to another the word of knowledge by the same Spirit; 9To another faith by the same Spirit; to another the gifts of healing by the same Spirit; 10To another the working of miracles; to another prophecy; to another discerning of spirits; to another divers kinds of tongues; to another the interpretation of tongues: (1 Corinthians 12:4‑10)
29Are all apostles? are all prophets? are all teachers? are all workers of miracles? 30Have all the gifts of healing? do all speak with tongues? do all interpret? (1 Corinthians 12:29‑30)). Queda perfectamente claro en este pasaje que, puesto que los dones no los tiene un solo hombre, la asamblea necesitará tener más de un hombre ministrando, si es que va a obtener el beneficio de los dones que pueda tener presentes. Pero, de nuevo, el sistema clerical de la actualidad en el cristianismo denominacional obstaculiza esto.
Algunos podrían responder: “Nuestra iglesia no tiene a un hombre como ministro. Tenemos dos o tres pastores”. Sin embargo, eso sería no entender el punto en este pasaje. La intención de Dios es que una asamblea local se edifique a sí misma a través de cada una de las coyunturas de suministro, no sólo a través de dos o tres (Efesios 4:16,16From whom the whole body fitly joined together and compacted by that which every joint supplieth, according to the effectual working in the measure of every part, maketh increase of the body unto the edifying of itself in love. (Ephesians 4:16) traducción J. N. Darby). Es cierto que no todos tienen el don para ministrar la Palabra públicamente, pero como ya hemos mencionado, la Escritura indica que todos los que son capaces deben tener libertad en la asamblea para ministrar, si el Espíritu los guía a hacerlo. Dice: “Porque podéis todos profetizar uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados” (1 Corintios 14:24,3124But if all prophesy, and there come in one that believeth not, or one unlearned, he is convinced of all, he is judged of all: (1 Corinthians 14:24)
31For ye may all prophesy one by one, that all may learn, and all may be comforted. (1 Corinthians 14:31)).
También es cierto que un hombre puede tener más de un don, pero la Escritura es clara en cuanto a que una persona no tiene todos los dones. De hecho, el apóstol advierte del peligro de no apreciar los diversos dones que Dios ha puesto en el cuerpo. Dice: “Ni el ojo puede decir á la mano: No te he menester: ni asimismo la cabeza á los pies: No tengo necesidad de vosotros” (1 Corintios 12:2121And the eye cannot say unto the hand, I have no need of thee: nor again the head to the feet, I have no need of you. (1 Corinthians 12:21)). Esto demuestra que todos los miembros del cuerpo tienen algo que aportar, aunque algunos nos parezcan insignificantes. Sin embargo, el orden clerical en las iglesias es un arreglo donde una o dos personas hacen el ministerio. Es un sistema que impide (tal vez no intencionalmente) que los otros dones operen en la iglesia; y esencialmente dice: “No tengo necesidad de vosotros”.
Los que ocupan esta posición de ministerio en las iglesias se oponen a esto porque animan a la gente en su congregación a ejercer sus dones, pero sólo en un entorno de estudio bíblico en el hogar. Sin embargo, el contexto de estos capítulos es el ejercicio de los dones en las reuniones de la asamblea (1 Corintios 11:17-18,20,33-34; 14:23,2617Now in this that I declare unto you I praise you not, that ye come together not for the better, but for the worse. 18For first of all, when ye come together in the church, I hear that there be divisions among you; and I partly believe it. (1 Corinthians 11:17‑18)
20When ye come together therefore into one place, this is not to eat the Lord's supper. (1 Corinthians 11:20)
33Wherefore, my brethren, when ye come together to eat, tarry one for another. 34And if any man hunger, let him eat at home; that ye come not together unto condemnation. And the rest will I set in order when I come. (1 Corinthians 11:33‑34)
23If therefore the whole church be come together into one place, and all speak with tongues, and there come in those that are unlearned, or unbelievers, will they not say that ye are mad? (1 Corinthians 14:23)
26How is it then, brethren? when ye come together, every one of you hath a psalm, hath a doctrine, hath a tongue, hath a revelation, hath an interpretation. Let all things be done unto edifying. (1 Corinthians 14:26)). La pregunta es: “¿Permiten la libertad de los dones en la iglesia?”. Y la respuesta es que no.
El Espíritu de Dios debe usar a quien le plazca para hablar
El tercer gran principio del ministerio cristiano en el capítulo 12 de Primera de Corintios es que cuando nos reunimos en asamblea, el Espíritu de Dios debe tener Su debido derecho a usar a quien le plazca para hablar. Como hemos mostrado con el sacerdocio, el Espíritu debe ser libre en la asamblea para dirigir a quien Él elija para hablar, ejerciendo su don en el ministerio. El capítulo establece claramente que los dones deben operar en la asamblea por el mismo Espíritu que distribuyó el don al individuo cuando fue salvo. “Mas todas estas cosas [dones] obra uno y el mismo Espíritu, repartiendo particularmente á cada uno como quiere” (1 Corintios 12:7,117But the manifestation of the Spirit is given to every man to profit withal. (1 Corinthians 12:7)
11But all these worketh that one and the selfsame Spirit, dividing to every man severally as he will. (1 Corinthians 12:11)). El Nuevo Testamento no reconoce otro orden para el ministerio que el de la guía soberana del Espíritu Santo. Las Escrituras asumen la fe en nosotros de confiar en la dirección del Espíritu. Si le permitimos dirigir en la asamblea, Él tomará los dones que haya, y los usará para la edificación de los santos en el ministerio.
Entonces el principio es simple. El Espíritu Santo está en la Iglesia, usando los dones como Él quiere para la edificación de todos. Este es el orden de Dios para el ministerio cristiano. Ahora preguntamos: “¿Cómo se espera a que el Espíritu Santo reparta a cada hombre en particular como Él elija, si la Iglesia ha establecido un orden donde un hombre ocupa este lugar de dirigir la asamblea?” ¡La presidencia del Espíritu Santo en la práctica es negada! Él podría desear llamar a alguna persona para el ministerio, pero es estorbado y obstaculizado por el orden humano. En muchas de las iglesias, los servicios son preestablecidos, ¡a veces hasta con días de anticipación! Sin embargo, no encontramos tal idea en las Escrituras. Todo esto puede hacerse con buenas intenciones, pero no es el orden de Dios.
Los dones han de ser regidos con amo y discernimiento
Después de hablar del motivo para el ministerio en el capítulo 13 de Primera de Corintios, el cual es el “amor”, en el capítulo 14 el apóstol da los principios que deben regir el ministerio en la asamblea.
La primera parte del capítulo enfatiza el cuidado que el amor ha de tener en asegurarse de no perder tiempo hablando cosas que los presentes no puedan entender. Esto mismo ocurría en Corinto. Había quienes hablaban con el don de lenguas, sin intérprete. En consecuencia, los que estaban en la asamblea no sabían lo que se decía. Pablo muestra que, si una persona habla sin amor y sin preocuparse por la edificación de todos, en realidad está hablando como una trompeta que emite un sonido incierto. La gente no sabe cómo responder a ello porque no sabe lo que se está diciendo. Los corintios estaban usando mal el don de lenguas, pero independientemente del don que sea, el principio es el mismo, y es una guía para nosotros hoy. Alguien que participa en la reunión de una manera en la que la gente no puede entender, claramente no está hablando “para edificación, y exhortación, y consolación” de todos. Si ese es el caso, entonces sería bueno que no hablara. El amor y la preocupación por el bienestar de los demás regirá esto (1 Corintios 14:1-111Follow after charity, and desire spiritual gifts, but rather that ye may prophesy. 2For he that speaketh in an unknown tongue speaketh not unto men, but unto God: for no man understandeth him; howbeit in the spirit he speaketh mysteries. 3But he that prophesieth speaketh unto men to edification, and exhortation, and comfort. 4He that speaketh in an unknown tongue edifieth himself; but he that prophesieth edifieth the church. 5I would that ye all spake with tongues, but rather that ye prophesied: for greater is he that prophesieth than he that speaketh with tongues, except he interpret, that the church may receive edifying. 6Now, brethren, if I come unto you speaking with tongues, what shall I profit you, except I shall speak to you either by revelation, or by knowledge, or by prophesying, or by doctrine? 7And even things without life giving sound, whether pipe or harp, except they give a distinction in the sounds, how shall it be known what is piped or harped? 8For if the trumpet give an uncertain sound, who shall prepare himself to the battle? 9So likewise ye, except ye utter by the tongue words easy to be understood, how shall it be known what is spoken? for ye shall speak into the air. 10There are, it may be, so many kinds of voices in the world, and none of them is without signification. 11Therefore if I know not the meaning of the voice, I shall be unto him that speaketh a barbarian, and he that speaketh shall be a barbarian unto me. (1 Corinthians 14:1‑11)).
Así, el principio básico que debe regir las reuniones para el ministerio es que lo que se diga debe ser para la edificación de todos. Pablo dice que es mejor hablar poco en la asamblea (“cinco palabras”) y que todos lo entiendan y aprovechen, que hablar mucho (“diez mil palabras”) y que nadie lo entienda (1 Corintios 14:12-1712Even so ye, forasmuch as ye are zealous of spiritual gifts, seek that ye may excel to the edifying of the church. 13Wherefore let him that speaketh in an unknown tongue pray that he may interpret. 14For if I pray in an unknown tongue, my spirit prayeth, but my understanding is unfruitful. 15What is it then? I will pray with the spirit, and I will pray with the understanding also: I will sing with the spirit, and I will sing with the understanding also. 16Else when thou shalt bless with the spirit, how shall he that occupieth the room of the unlearned say Amen at thy giving of thanks, seeing he understandeth not what thou sayest? 17For thou verily givest thanks well, but the other is not edified. (1 Corinthians 14:12‑17)).
Pablo también muestra que, si la Iglesia se reuniera según el orden de Dios para el ministerio, donde el Espíritu de Dios ocupa el lugar que le corresponde en la asamblea de dirigir el ministerio, habría un poderoso testimonio para los que acudieran a esas reuniones (1 Corintios 14:23-2523If therefore the whole church be come together into one place, and all speak with tongues, and there come in those that are unlearned, or unbelievers, will they not say that ye are mad? 24But if all prophesy, and there come in one that believeth not, or one unlearned, he is convinced of all, he is judged of all: 25And thus are the secrets of his heart made manifest; and so falling down on his face he will worship God, and report that God is in you of a truth. (1 Corinthians 14:23‑25)).
Continúa mostrando que cuando los santos se reúnen, “cada uno” que tiene algo que contribuir, debe tener libertad para ministrar en la asamblea para el beneficio de los demás. El problema con los corintios era que sus reuniones se habían convertido en un desorden desenfrenado. Todos querían hablar y no esperaban la guía del Espíritu (1 Corintios 14:2626How is it then, brethren? when ye come together, every one of you hath a psalm, hath a doctrine, hath a tongue, hath a revelation, hath an interpretation. Let all things be done unto edifying. (1 Corinthians 14:26)). Para corregir esto, Pablo les dijo que, aunque todos tuvieran algo que decir, eso no significaba que todos debían hablar. Debían esperar la guía del Espíritu. En diferentes ocasiones, varios pueden hablar según la guía del Espíritu (1 Corintios 14:27-28,30-3127If any man speak in an unknown tongue, let it be by two, or at the most by three, and that by course; and let one interpret. 28But if there be no interpreter, let him keep silence in the church; and let him speak to himself, and to God. (1 Corinthians 14:27‑28)
30If any thing be revealed to another that sitteth by, let the first hold his peace. 31For ye may all prophesy one by one, that all may learn, and all may be comforted. (1 Corinthians 14:30‑31)). “Profetizar” en este capítulo no es la predicción de cosas futuras, sino expresar la mente de Dios para la ocasión.
Puede haber, y a veces hay, alguna persona que se deje llevar por la carne, que se apresure y ocupe el tiempo con un discurso sin provecho que no edifique a los santos. Sin embargo, la asamblea no debe ser una plataforma para la carne. El apóstol dijo: “Y los espíritus de los que profetizaren, sujétense á los profetas” (1 Corintios 14:3232And the spirits of the prophets are subject to the prophets. (1 Corinthians 14:32)). Esto significa que la persona debe saber ejercer dominio propio y abstenerse de hablar en tales ocasiones. A pesar de esta exhortación, a menudo tal persona piensa que lo que está diciendo es provechoso y edificante; y, por lo tanto, insiste en hablar. Cuando esto ocurre, Pablo muestra que la asamblea tiene recursos. Dice: “Los profetas hablen dos ó tres, y los demás juzguen” (1 Corintios 14:2929Let the prophets speak two or three, and let the other judge. (1 Corinthians 14:29)). Una asamblea bíblica es responsable de “juzgar” el ministerio que se lleva a cabo. Y si no es provechoso, la asamblea tiene autoridad para ejercer una disciplina piadosa, ordenando a tal persona a callar en las reuniones (1 Corintios 14:27-3327If any man speak in an unknown tongue, let it be by two, or at the most by three, and that by course; and let one interpret. 28But if there be no interpreter, let him keep silence in the church; and let him speak to himself, and to God. 29Let the prophets speak two or three, and let the other judge. 30If any thing be revealed to another that sitteth by, let the first hold his peace. 31For ye may all prophesy one by one, that all may learn, and all may be comforted. 32And the spirits of the prophets are subject to the prophets. 33For God is not the author of confusion, but of peace, as in all churches of the saints. (1 Corinthians 14:27‑33)).
Estas instrucciones son importantes especialmente para los cristianos que se reúnen de acuerdo con las Escrituras, porque cuando hay libertad en las reuniones de la asamblea, se puede abusar de esa libertad. Estas instrucciones difícilmente tendrían aplicación al sistema denominacional de la actualidad, porque en sus “servicios” no tienen la libertad para tal ministerio. Recordemos que este orden bíblico no es para nuestra libertad (como algunos de los corintios pensaron erróneamente), sino para la libertad del Espíritu para guiar a quien quiera. No debemos hablar a menos que seamos guiados por el Espíritu para hacerlo.
Finalmente, en los versículos 34-40 el apóstol muestra el lugar que deben ocupar las hermanas en las reuniones públicas. En un capítulo posterior se hablará más de ello. Luego concluye el capítulo dando un último principio: “Hágase todo decentemente y con orden” (1 Corintios 14:4040Let all things be done decently and in order. (1 Corinthians 14:40)).
La asamblea local debe sostener la sana doctrina
Por último, en el capítulo 15 de Primera de Corintios, Pablo enfatiza que la sana doctrina debe ser sostenida en la asamblea. Los corintios estaban desviados en cuanto a la doctrina de la resurrección, y él corrigió sus malentendidos. Este es un principio importante para nosotros. Debemos mantener la sana doctrina en la asamblea.
Así, tenemos el orden de Dios para el ministerio en la asamblea. Notemos que no hay nada dicho sobre tener uno o dos hombres (los supuestos “pastores”) encargados de ministrar por los demás. Si Dios quisiera que esa fuera la forma del ministerio en la Iglesia, entonces lo habría mencionado en estos capítulos que tratan el tema, pero no hay ni una palabra aquí sobre tal cosa.
Además, si sólo unos pocos tuvieran el lugar de ministrar en la Iglesia (es decir, el clero), entonces estos capítulos sobre el ministerio habrían sido escritos específicamente para ellos. Sería algo como el sistema Mosaico, donde el Señor dio instrucciones específicas a esa compañía especial de personas (los sacerdotes de la descendencia de Aaron) que fueron apartados del resto del pueblo para realizar los servicios en el tabernáculo. Pero no hay nada de eso aquí en estos capítulos. Las instrucciones se dan a toda la Iglesia.
“¿Esto significa que ustedes no creen en tener un pastor?”
Algunos podrían interpretar que no creemos en la presencia de los pastores en la Iglesia, pero definitivamente sí, porque la Biblia habla de ello (Efesios 4:1111And he gave some, apostles; and some, prophets; and some, evangelists; and some, pastors and teachers; (Ephesians 4:11)). Un pastor es una persona a la que se le ha dado el don de pastorear el rebaño de Dios. Es uno de los muchos dones que Cristo ha dado a la Iglesia. Es lo que las iglesias denominacionales han llamado “pastor” con lo que no estamos de acuerdo. Han convertido ese don en algo que no se encuentra en las Escrituras. Han tomado un término bíblico y lo han dado a la posición de un clérigo, lo cual no se encuentra en la Biblia. Y lo que es tan confuso es que una persona puede ocupar esa posición y ni siquiera tener el don de pastor. Puede tener el don de evangelista o de maestro, etc., ¡y sin embargo llevar el título de “pastor”! Que lamentable confusión ha traído esto a la casa de Dios.
Títulos lisonjeros
Las organizaciones eclesiásticas de la cristiandad no sólo han creado un cargo que no existe en la Palabra de Dios, sino que también han asignado varios títulos a ese cargo que tampoco existen en la Palabra de Dios. Títulos como: “ministro”, “pastor”, o “doctor en Divinidad”, etc., son frecuentes en la mayoría de las denominaciones.
Es cierto que las palabras “ministro” y “pastor” se mencionan en la Biblia, pero nunca se usan como título. Como ya hemos dicho, un pastor es la descripción de un don, no un título de clérigo. De hecho, la Palabra de Dios dice: “No haré ahora acepción de personas, ni usaré con hombre de lisonjeros títulos. Porque no sé hablar lisonjas: De otra manera en breve mi Hacedor me consuma” (Job 32:21-2221Let me not, I pray you, accept any man's person, neither let me give flattering titles unto man. 22For I know not to give flattering titles; in so doing my maker would soon take me away. (Job 32:21‑22)).
El Señor Jesús dijo: “Mas vosotros, no queráis ser llamados Rabbí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo; y todos vosotros sois hermanos. Y vuestro padre no llaméis á nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el cual está en los cielos. Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se ensalzare, será humillado; y el que se humillare, será ensalzado” (Mateo 23:8-128But be not ye called Rabbi: for one is your Master, even Christ; and all ye are brethren. 9And call no man your father upon the earth: for one is your Father, which is in heaven. 10Neither be ye called masters: for one is your Master, even Christ. 11But he that is greatest among you shall be your servant. 12And whosoever shall exalt himself shall be abased; and he that shall humble himself shall be exalted. (Matthew 23:8‑12)). Sin embargo, a pesar de esa Escritura tan clara, algunas denominaciones han llamado a su clérigo “Padre”. Como se mencionó, algunas organizaciones eclesiásticas usan el título de “Doctor”. La palabra “doctor” viene del latín “docere”, que significa enseñar. Por lo tanto, un doctor es un maestro. ¡Pero esto es algo que el Señor dijo que no debemos llamar a los demás! Cuando se presenta a un hombre como “Doctor tal y cual” ante un público, se da a entender que sus palabras tienen una autoridad debido a su título. Esto, por supuesto, no tiene ningún fundamento en las Escrituras. No estamos diciendo que sea incorrecto tener el título de “Doctor” en campos seculares, sino que no tiene ningún lugar en las cosas de Dios.
Otras denominaciones han llegado a usar el título de “Reverendo”. Sin embargo, la Biblia dice que “reverendo” es el nombre del Señor. “Santo y reverendo es Su nombre” (Salmo 111:9,9He sent redemption unto his people: he hath commanded his covenant for ever: holy and reverend is his name. (Psalm 111:9) traducción King James). ¿Deben los hombres tomar lo que se le atribuye al Señor y adjuntarlo a sus nombres? Claro que no. Cuando los de Licaonia intentaron dar a Bernabé y a Pablo nombres exaltados, ellos los rechazaron, diciendo: “Varones ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes á vosotros” (Hechos 14:1515And saying, Sirs, why do ye these things? We also are men of like passions with you, and preach unto you that ye should turn from these vanities unto the living God, which made heaven, and earth, and the sea, and all things that are therein: (Acts 14:15)). Los siervos del Señor en la actualidad también deberían rechazar estos títulos lisonjeros.
La Palabra de Dios enseña que los pastores son sólo uno de los muchos dones que Cristo ha dado. ¿Por qué establecer este don en la iglesia con un título oficial como teniendo preeminencia sobre los otros dones? No hay una sola mención en la Escritura de que la Iglesia deba hacer tal cosa.
La elección de un “pastor”
La práctica de la Iglesia hoy en día en la elección de un dicho “pastor” es también algo que es contrario a las Escrituras. Nos referimos al proceso de cómo un clérigo llega a encabezar a una iglesia local. El procedimiento habitual es que el candidato a “pastor” o “ministro” es invitado a una supuesta iglesia donde se le dará la oportunidad de demostrar su capacidad dando un par de sermones. Si su predicación es aceptable para la gente en la organización eclesiástica, ellos votarán para que él sea su “pastor”. Esto, de nuevo, no es el orden de Dios.
En primer lugar, la Palabra de Dios, que siempre debe ser nuestra guía, no da ninguna dirección para tal cosa. De hecho, ¡no hay una sola asamblea local en la Biblia que haya elegido a un pastor! Ni una sola. Tampoco un apóstol, en ningún momento, nombró a un pastor para una iglesia local. La Escritura de hecho advierte en contra de que la iglesia escoja a sus maestros, diciendo: “Porque vendrá tiempo cuando ni sufrirán la sana doctrina; antes, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme á sus concupiscencias” (2 Timoteo 4:33For the time will come when they will not endure sound doctrine; but after their own lusts shall they heap to themselves teachers, having itching ears; (2 Timothy 4:3)).
En segundo lugar, la idea de nombrar a un “pastor” es un principio mundano de democracia. La iglesia no es una democracia. Es un peligro poner el poder de un voto en las manos de los jóvenes y los nuevos conversos. Ellos simplemente no están establecidos en la verdad, ni tienen la experiencia suficiente en las cosas divinas para poder tener un juicio espiritual de tal magnitud.
Además, pone al hombre en una posición muy incómoda. Si él realmente desea tener esa posición en la organización, él puede ser tentado a decirle a la gente lo que ellos quieren oír. Usualmente son temas como, “Amor y Matrimonio” o “Profecía”. Cualquier tipo de ministerio dirigido a la conciencia de los oyentes estará probablemente muy abajo en su lista. Incluso después de obtener la posición que desea en la iglesia, la persona se ve constantemente enfrentada a ceder en la doctrina por causa de la gente, porque sabe que si la asistencia baja, su posición y trabajo serán revaluados. Debe mantener a todos contentos. Como resultado, la gente puede (y a menudo lo hace) controlar a la persona y el tipo de ministerio que quieren escuchar. Viviendo bajo este tipo de obligación, se convierte realmente en su “pastor”. Compárese con Jueces 17:7-13: “mi sacerdote”.
El Señor de la mies dirige los dones
Cuando la Escritura se refiere a la autoridad de Cristo como la Cabeza, es en relación con los asuntos corporativos de la Iglesia (Efesios 5:2323For the husband is the head of the wife, even as Christ is the head of the church: and he is the saviour of the body. (Ephesians 5:23)); cuando habla de Su señorío, es en conexión con Su guía soberana de los creyentes como individuos (Lucas 6:4646And why call ye me, Lord, Lord, and do not the things which I say? (Luke 6:46)). Por lo tanto, no leemos que Cristo sea el Señor de la Iglesia. Sin embargo, la Escritura dice que Él es el “Señor de la Mies” (Mateo 9:3838Pray ye therefore the Lord of the harvest, that he will send forth laborers into his harvest. (Matthew 9:38)). Él, y no la Iglesia, envía a Sus obreros individuales a donde Él quiere que sirvan. Cuando Cristo da dones, ellos son directamente responsables ante Él en su ministerio. Como ya hemos mostrado, los dones fluyen desde Cristo en el cielo, y son para el beneficio espiritual de Su cuerpo. Una persona con un don específico debe tratar de ministrar a toda la Iglesia de Dios, cuando pueda hacerlo sin ceder en los principios bíblicos. Nunca debe limitarse a una secta que los hombres han hecho en la Iglesia. Su don es para la edificación de todo el cuerpo.
No sólo es Cristo la fuente de estos dones, sino que también es el Director de ellos (1 Corintios 12:55And there are differences of administrations, but the same Lord. (1 Corinthians 12:5)). A medida que los diversos siervos están en comunión con el Señor, Él los dirigirá en el área de su servicio. Dado que la fuente y la guía de los dones es Cristo en el cielo, los dones están por encima de ser controlados por cualquier organización religiosa terrenal (hecha por el hombre), como ocurre tan a menudo en las iglesias de la cristiandad. A menudo oímos a la gente decir que el pastor “fulano de tal” fue enviado por una organización particular para llevar a cabo un ministerio en cierto lugar. Pero no hay tal cosa en la Escritura de que la Iglesia, o una organización dentro de la Iglesia, envíe una persona dotada a un cierto lugar para servir al Señor. No leemos que los dones estén bajo el cargo de un comité de misioneros, ni que sean dirigidos por ese comité en su servicio para el Señor. Esto, también, es algo hecho por el hombre. La Escritura dice: “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros á Su mies” (Mateo 9:3838Pray ye therefore the Lord of the harvest, that he will send forth laborers into his harvest. (Matthew 9:38)). Y también: “Ministrando pues éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme á Bernabé y á Saulo para la obra para la cual los he llamado. Entonces habiendo ayunado y orado, y puesto las manos encima de ellos, despidiéronlos. Y ellos, enviados así por el Espíritu Santo, descendieron á Seleucia: y de allí navegaron á Cipro” (Hechos 13:2-42As they ministered to the Lord, and fasted, the Holy Ghost said, Separate me Barnabas and Saul for the work whereunto I have called them. 3And when they had fasted and prayed, and laid their hands on them, they sent them away. 4So they, being sent forth by the Holy Ghost, departed unto Seleucia; and from thence they sailed to Cyprus. (Acts 13:2‑4)).
De estos versículos se entiende claramente que el Señor, por el Espíritu, es quien envía a Sus siervos. La Iglesia debe reconocer un don enviado del Señor y debe dar a la persona “las diestras de compañía” (Gálatas 2:99And when James, Cephas, and John, who seemed to be pillars, perceived the grace that was given unto me, they gave to me and Barnabas the right hands of fellowship; that we should go unto the heathen, and they unto the circumcision. (Galatians 2:9)), lo que podría incluir una dádiva práctica como la ayuda financiera; pero no es la Iglesia la que los envía. Los de Antioquía animaron a Bernabé y a Saulo a ir, pero no tenían el poder para enviarlos. Simplemente los “despidieron”, porque reconocieron que el Señor, por el Espíritu, los enviaba.
J. A. Trench dijo: “Podemos detenernos aquí por un momento para examinar la obra que se lleva a cabo [en el libro de los Hechos]. En un breve resumen: Samaria es evangelizada, los gentiles son admitidos en el reino en Cesarea, los griegos son convertidos en Antioquía. Con la excepción de la obra en Judea y en Jerusalén, todo se llevó a cabo sin la dirección apostólica ni autoridad humana. El Espíritu Santo abrió, como hemos dicho, campos para obrar independientemente de la dirección humana. Lo que hizo en ese entonces, podemos contar con que lo hará hoy en día. Es de sabios dejar al Espíritu obrar como le place, y luego, como los apóstoles, reconocer con gozo lo que Él ha hecho. El ministerio de la Palabra nunca estuvo sujeto a la dirección apostólica en los primeros días. Nos preguntamos: ¿Acaso debe sujetarse ahora el ministerio a los hombres, por muy piadosos y sinceros que sean? El lector seguramente puede responder a esto”.
Si el Señor envía a una persona con el don de pastor entre nosotros, debemos reconocer ese don, y dejar que ministre como tal. No debemos establecer una votación para elegir si lo queremos como nuestro “pastor” o no; ni, si nos agrada, ponerle en un “oficio” en la Iglesia que no existe en la Palabra de Dios. Él no es nuestro siervo; él es el siervo del Señor. J. N. Darby dijo: “Si Cristo ha considerado apropiado darme un don, debo negociar con mi talento como Su siervo, y la asamblea no tiene nada que ver con ello; de ninguna manera soy siervo de la Iglesia ... Me niego rotundamente a ser su siervo. Si yo, como individuo, hago o digo algo que requiere de disciplina, eso es otro asunto; pero al negociar con mi talento, no actúo ni en, ni para, una asamblea. Cuando voy a enseñar, voy individualmente a ejercer mi don. ... El Señorío de Cristo es negado por aquellos que sostienen estas ideas; quieren hacer de la asamblea, o de ellos mismos, señores. Si soy siervo de Cristo, que yo le sirva en la libertad del Espíritu. Quieren convertir a los siervos de Cristo en siervos de la asamblea y negar el servicio individual como responsable ante Cristo. ... Soy libre de actuar sin consultarles en mi servicio a Cristo; ellos no son los amos de los siervos del Señor”.
Está claro que un siervo del Señor, que tiene los pensamientos de Dios acerca de la Iglesia, no puede ser ministro de una secta sin ceder la verdad. Puede ministrar a los que están conectados con las sectas, si se encuentra con ellos, porque son miembros del cuerpo de Cristo. Pero si desea ser dirigido por el Señor, no puede limitarse a una secta, porque entonces, sólo podría ministrar dentro de su círculo autorizado de iglesias. El terreno sería demasiado estrecho. A. H. Rule dijo: “El Señor tiene a toda la Iglesia ante Él, y si el siervo es responsable ante Él, ¿cómo puede someterse a una secta, y ser fiel tanto a ella como al Señor? Es imposible. Si un hombre es un ministro presbiteriano, es evidente que no es un ministro bautista. Si es un ministro de cualquier secta, eso lo excluye de todas las demás, y su ministerio está confinado a la secta en la que está, o a los intereses de ella”.
El siervo del Señor no se debe permitir ser atado y encadenado por una organización denominacional hecha por el hombre. El apóstol Pablo no se permitió estar bajo el poder de ninguna clase de autoridad humana hecha por el hombre. Él dijo: “¿Busco de agradar á hombres? Cierto, que si todavía agradara á los hombres, no sería siervo de Cristo” (Gálatas 1:1010For do I now persuade men, or God? or do I seek to please men? for if I yet pleased men, I should not be the servant of Christ. (Galatians 1:10)). También dijo: “Porque el que en el Señor es llamado siendo siervo, liberto es del Señor: asimismo también el que es llamado siendo libre, siervo es de Cristo. Por precio sois comprados; no os hagáis siervos de los hombres” (1 Corintios 7:22-2322For he that is called in the Lord, being a servant, is the Lord's freeman: likewise also he that is called, being free, is Christ's servant. 23Ye are bought with a price; be not ye the servants of men. (1 Corinthians 7:22‑23)).
No es correcto contratar a los siervos de Dios
En conexión con la práctica errónea de escoger un “pastor” está la de asalariar a dicho hombre. La Biblia en ninguna parte indica tal cosa. El hombre (o una organización de hombres) no debe contratar a un siervo de Dios, porque está al servicio de un Amo superior. Como ya hemos dicho, puede ser peligroso; porque cuando uno recibe su salario de una organización particular, tiende a convertirse en el siervo de esa organización.
Por supuesto, las organizaciones eclesiásticas no ven a sus clérigos asalariados como si estuvieran contratados, pero podríamos citar muchas cosas para demostrar que, en la práctica, el acuerdo no va más allá de un contrato. Un ejemplo es una carta que recibimos recientemente de un hombre que incluía su tarjeta de presentación en la que se identificaba como ministro “jubilado” de una denominación bien conocida. Si llegó un momento en que se jubiló de esa posición, implica necesariamente que hubo un momento en que fue contratado. Pero ¿hablan las Escrituras de que Dios contrata y retira a sus siervos? Suena como un trato de negocios. No queremos cuestionar sus motivos, pero, aun así, deja una impresión equivocada ante el mundo. La gente puede concluir que es el empleo de una persona. Nos damos cuenta de que hay muchos que llenan esa posición con un servicio celoso para el Señor, y lo hacen lo mejor que pueden. Tampoco descartamos el hecho de que los que ocupan ese puesto serán recompensados por sus motivos en un día venidero, en los casos en que el Señor considera oportuno dar una recompensa (1 Corintios 3:9-14; 4:4-59For we are laborers together with God: ye are God's husbandry, ye are God's building. 10According to the grace of God which is given unto me, as a wise masterbuilder, I have laid the foundation, and another buildeth thereon. But let every man take heed how he buildeth thereupon. 11For other foundation can no man lay than that is laid, which is Jesus Christ. 12Now if any man build upon this foundation gold, silver, precious stones, wood, hay, stubble; 13Every man's work shall be made manifest: for the day shall declare it, because it shall be revealed by fire; and the fire shall try every man's work of what sort it is. 14If any man's work abide which he hath built thereupon, he shall receive a reward. (1 Corinthians 3:9‑14)
4For I know nothing by myself; yet am I not hereby justified: but he that judgeth me is the Lord. 5Therefore judge nothing before the time, until the Lord come, who both will bring to light the hidden things of darkness, and will make manifest the counsels of the hearts: and then shall every man have praise of God. (1 Corinthians 4:4‑5)). Nuestro punto aquí es simplemente señalar que la posición de un clérigo asalariado no puede ser apoyada por la Palabra de Dios.
¿Cómo Se debería mantener económicamente a los siervos del Señor?
Se podría preguntar: “¿Cómo, pues, deben ser apoyados económicamente los siervos del Señor? Si no han de recibir un salario, entonces ¿cómo serán sostenidos?”. Debemos acudir de nuevo a la Palabra de Dios para encontrar la respuesta. Allí encontramos que el apóstol Pablo y otros que sirvieron con él son un ejemplo de cómo los siervos del Señor deben llevar a cabo su servicio para Él (1 Timoteo 1:1616Howbeit for this cause I obtained mercy, that in me first Jesus Christ might show forth all longsuffering, for a pattern to them which should hereafter believe on him to life everlasting. (1 Timothy 1:16); Filipenses 3:1717Brethren, be followers together of me, and mark them which walk so as ye have us for an ensample. (Philippians 3:17)). Eran “siervos de Jesucristo”, no siervos de una secta o división en la Iglesia (Romanos 1:11Paul, a servant of Jesus Christ, called to be an apostle, separated unto the gospel of God, (Romans 1:1); Filipenses 1:11Paul and Timotheus, the servants of Jesus Christ, to all the saints in Christ Jesus which are at Philippi, with the bishops and deacons: (Philippians 1:1); 2 Pedro 1:11Simon Peter, a servant and an apostle of Jesus Christ, to them that have obtained like precious faith with us through the righteousness of God and our Saviour Jesus Christ: (2 Peter 1:1); Judas 1,1Jude, the servant of Jesus Christ, and brother of James, to them that are sanctified by God the Father, and preserved in Jesus Christ, and called: (Jude 1) etc.). Ellos creían que el Señor los había enviado, y si realmente los había enviado, Él también proveería para sus necesidades prácticas. Pablo dijo: “¿Quién jamás peleó á sus expensas?” (1 Corintios 9:77Who goeth a warfare any time at his own charges? who planteth a vineyard, and eateth not of the fruit thereof? or who feedeth a flock, and eateth not of the milk of the flock? (1 Corinthians 9:7)). Salieron “no tomando nada de los Gentiles [las naciones]” porque confiaban en que Dios supliría todas sus necesidades (3 Juan 77Because that for his name's sake they went forth, taking nothing of the Gentiles. (3 John 7); Filipenses 4:1919But my God shall supply all your need according to his riches in glory by Christ Jesus. (Philippians 4:19)). Hacer esto requiere de fe por parte del siervo. Hudson Taylor dijo: “A la obra de Dios, hecha a la manera de Dios, nunca le faltará el suministro de Dios”.
En aquellos primeros días de la Iglesia había dos formas de sostener económicamente a los siervos del Señor:
En primer lugar, se mantenían trabajando con sus manos. El apóstol Pablo es un ejemplo de ello. Trabajaba como fabricante de tiendas mientras servía al Señor (Hechos 18:33And because he was of the same craft, he abode with them, and wrought: for by their occupation they were tentmakers. (Acts 18:3)). Dijo a los ancianos de Éfeso: “Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario, y á los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado que, trabajando así, es necesario sobrellevar á los enfermos, y tener presente las palabras del Señor Jesús, el cual dijo: Más bienaventurada cosa es dar que recibir” (Hechos 20:34-3534Yea, ye yourselves know, that these hands have ministered unto my necessities, and to them that were with me. 35I have showed you all things, how that so laboring ye ought to support the weak, and to remember the words of the Lord Jesus, how he said, It is more blessed to give than to receive. (Acts 20:34‑35)). A los tesalonicenses, Pablo también les dijo: “Ni comimos el pan de ninguno de balde; antes, obrando con trabajo y fatiga de noche y de día, por no ser gravosos á ninguno de vosotros; no porque no tuviésemos potestad, sino por daros en nosotros un dechado, para que nos imitaseis” (2 Tesalonicenses 3:8-98Neither did we eat any man's bread for nought; but wrought with labor and travail night and day, that we might not be chargeable to any of you: 9Not because we have not power, but to make ourselves an ensample unto you to follow us. (2 Thessalonians 3:8‑9)).
En segundo lugar, los siervos del Señor eran apoyados económicamente por los santos que deseaban expresar su comunión con la obra que estaban haciendo. Esta comunión monetaria provenía de dos fuentes: de las asambleas locales, como dijo Pablo a los filipenses: “Sin embargo, bien hicisteis que comunicasteis juntamente á mi tribulación” (Filipenses 4:14-1714Notwithstanding ye have well done, that ye did communicate with my affliction. 15Now ye Philippians know also, that in the beginning of the gospel, when I departed from Macedonia, no church communicated with me as concerning giving and receiving, but ye only. 16For even in Thessalonica ye sent once and again unto my necessity. 17Not because I desire a gift: but I desire fruit that may abound to your account. (Philippians 4:14‑17)); y de parte de los individuos, como dijo a los gálatas: “Y el que es enseñado en la palabra, comunique en todos los bienes al que lo instruye” (Gálatas 6:66Let him that is taught in the word communicate unto him that teacheth in all good things. (Galatians 6:6); Hebreos 13:1616But to do good and to communicate forget not: for with such sacrifices God is well pleased. (Hebrews 13:16); 1 Timoteo 6:17-1917Charge them that are rich in this world, that they be not highminded, nor trust in uncertain riches, but in the living God, who giveth us richly all things to enjoy; 18That they do good, that they be rich in good works, ready to distribute, willing to communicate; 19Laying up in store for themselves a good foundation against the time to come, that they may lay hold on eternal life. (1 Timothy 6:17‑19)).
Sin embargo, los siervos del Señor tuvieron cuidado de no tomar “nada de los gentiles [las naciones]” entre los que iban predicando la Palabra de Dios (3 Juan 77Because that for his name's sake they went forth, taking nothing of the Gentiles. (3 John 7)). Los gentiles de los que Juan habla aquí no eran creyentes, sino el mundo incrédulo entre el que iban predicando. Esto evitaba dar una impresión equivocada al mundo de que las bendiciones del evangelio eran algo que una persona podía merecer o comprar. Creemos que éste sigue siendo el modelo para los siervos de Dios hoy en día.
Las organizaciones paraeclesiásticas: ¿Son de ayuda o un obstáculo para el evangelio?
William MacDonald dijo: “En los últimos años ha habido un gran incremento organizativo en la cristiandad de tales proporciones que te marea. Cada vez que un creyente tiene una nueva idea para promover la causa de Cristo, forma un nuevo comité, corporación o institución. Uno de los resultados es que maestros y predicadores dotados han sido llamados a dejar sus ministerios principales para convertirse en administradores. Si todos los administradores de los comités misioneros estuvieran sirviendo en el campo misionero, se reduciría en gran medida la necesidad de personal en esos lugares. Otro resultado del incremento de tales organizaciones es que se necesitan grandes sumas de dinero para gastos generales, y por lo tanto ese dinero ya no es aplicado directamente a la obra de alcanzar a la gente con el evangelio. La mayor parte de cada dólar que se da a muchas organizaciones cristianas se usa para los gastos de mantenimiento de la organización en lugar de usarse para el propósito principal para el que fue fundada”.
¡Qué cierto es esto! Hablamos con una persona que ocupaba un puesto bastante alto en una de las mayores organizaciones del mundo que recaudaba fondos de las iglesias para enviarlos a los campos misioneros extranjeros. Cuando dejó la organización, dijo: “La mayoría de la gente no lo sabe, ¡pero sólo el 9% del dinero llega realmente al campo misionero! El resto se emplea en salarios administrativos y gastos generales”.
Resumen de los principales errores del sistema clerical
En las páginas anteriores hemos demostrado de manera concluyente que el concepto del sistema clerical —es decir, el sistema de tener un supuesto “pastor” o “ministro” establecido sobre una congregación de cristianos para dirigirlos en la adoración y el ministerio— no está respaldado por las Escrituras. No solamente le falta base escritural, sino que es contrario a la enseñanza del Nuevo Testamento.
Los siguientes puntos son un breve resumen de los principios que hemos visto en las páginas anteriores que muestran por qué el sistema del clero no está de acuerdo con la Palabra de Dios.
3) Otro resultado de que al Espíritu no se le dé Su lugar para dirigir en la asamblea es que se prohíbe el libre ejercicio de los dones en la asamblea al limitar arbitrariamente el ministerio a una persona (al supuesto pastor) quien tiene el derecho oficial (1 Corintios 14:27-3327If any man speak in an unknown tongue, let it be by two, or at the most by three, and that by course; and let one interpret. 28But if there be no interpreter, let him keep silence in the church; and let him speak to himself, and to God. 29Let the prophets speak two or three, and let the other judge. 30If any thing be revealed to another that sitteth by, let the first hold his peace. 31For ye may all prophesy one by one, that all may learn, and all may be comforted. 32And the spirits of the prophets are subject to the prophets. 33For God is not the author of confusion, but of peace, as in all churches of the saints. (1 Corinthians 14:27‑33)).
4) Hay muy pocos (o ningún) recursos para controlar y equilibrar la enseñanza. Cuando hay uno o dos hombres responsables de la enseñanza en una asamblea local, como es en el caso del tal “pastor’ o “ministro”, existe el peligro de interpretaciones parciales, y hasta de doctrina errónea. Por otro lado, cuando el Espíritu Santo tiene libertad para hablar a través de los diversos dones en la asamblea, se sacan a la luz más facetas de la enseñanza, y también hay una mayor inmunidad al error cuando todos los santos están comparando detalladamente la Escritura con la Escritura (1 Corintios 14:27-3227If any man speak in an unknown tongue, let it be by two, or at the most by three, and that by course; and let one interpret. 28But if there be no interpreter, let him keep silence in the church; and let him speak to himself, and to God. 29Let the prophets speak two or three, and let the other judge. 30If any thing be revealed to another that sitteth by, let the first hold his peace. 31For ye may all prophesy one by one, that all may learn, and all may be comforted. 32And the spirits of the prophets are subject to the prophets. (1 Corinthians 14:27‑32)).
5) El sistema clerical tiende a promover una apatía entre los miembros de la congregación. Como no permite la libertad del pueblo para contribuir en el ministerio, a menudo se desarrolla una falta de ejercicio en las cosas divinas. Muchos tienen la idea de que no necesitan preocuparse por el ministerio ya que la organización eclesiástica a la que pertenecen paga a alguien (el clérigo) para que lleve a cabo este servicio por ellos. En consecuencia, el desarrollo del ejercicio y el crecimiento espiritual de los santos se ve obstaculizado por este sistema (1 Corintios 3:1-41And I, brethren, could not speak unto you as unto spiritual, but as unto carnal, even as unto babes in Christ. 2I have fed you with milk, and not with meat: for hitherto ye were not able to bear it, neither yet now are ye able. 3For ye are yet carnal: for whereas there is among you envying, and strife, and divisions, are ye not carnal, and walk as men? 4For while one saith, I am of Paul; and another, I am of Apollos; are ye not carnal? (1 Corinthians 3:1‑4); Hebreos 5:11-1411Of whom we have many things to say, and hard to be uttered, seeing ye are dull of hearing. 12For when for the time ye ought to be teachers, ye have need that one teach you again which be the first principles of the oracles of God; and are become such as have need of milk, and not of strong meat. 13For every one that useth milk is unskilful in the word of righteousness: for he is a babe. 14But strong meat belongeth to them that are of full age, even those who by reason of use have their senses exercised to discern both good and evil. (Hebrews 5:11‑14)).
6) El sistema se adapta a que la gente se reúna en torno a un predicador dotado, y por lo tanto viola los principios de Dios de que los cristianos sean reunidos por el Espíritu sólo al nombre del Señor Jesucristo (1 Corintios 1:12-13; 3:3-412Now this I say, that every one of you saith, I am of Paul; and I of Apollos; and I of Cephas; and I of Christ. 13Is Christ divided? was Paul crucified for you? or were ye baptized in the name of Paul? (1 Corinthians 1:12‑13)
3For ye are yet carnal: for whereas there is among you envying, and strife, and divisions, are ye not carnal, and walk as men? 4For while one saith, I am of Paul; and another, I am of Apollos; are ye not carnal? (1 Corinthians 3:3‑4); Mateo 18:2020For where two or three are gathered together in my name, there am I in the midst of them. (Matthew 18:20)).
7) El sistema interfiere con la responsabilidad directa entre el siervo y el Señor en el ejercicio de su don. El clérigo pasa a ser responsable ante la organización creada por el hombre que está por encima de él y que cuida de él en cuestiones prácticas como su salario. Él es responsable de mantener sus normas y métodos de ministerio, y de alcanzar los objetivos que la organización le ha fijado; y así, tiende a ser controlado por la organización en lugar de servir directamente bajo el señorío de Cristo (1 Corintios 7:22-2322For he that is called in the Lord, being a servant, is the Lord's freeman: likewise also he that is called, being free, is Christ's servant. 23Ye are bought with a price; be not ye the servants of men. (1 Corinthians 7:22‑23); Gálatas 1:1010For do I now persuade men, or God? or do I seek to please men? for if I yet pleased men, I should not be the servant of Christ. (Galatians 1:10)).
¿Qué piensan los “pastores” y “ministros” acerca de estas cosas?
Tal vez algunos preguntarán al “pastor” de su denominación sobre estas cosas, y les dirá que estas cosas son poco ortodoxas y equivocadas. Esto es bastante comprensible. Lo más probable es que el pastor no acepte estas enseñanzas porque condenan la misma posición en la que se encuentra. Si estas cosas son verdaderas, entonces ¿dónde pone a un hombre que ocupa la posición de “pastor”? Ya que ejerce “el ministerio” como una profesión, para él, los resultados prácticos de aceptar la verdad, significa que él perderá su ingreso regular. Es poco probable que una persona en esa posición acepte estas cosas, a no ser que Dios trabaje por gracia en su corazón.
No estamos insinuando que estos “pastores” y “ministros” están en “el ministerio” sólo por tener un trabajo. Puede que hagan su trabajo en buena conciencia, pero dejar ese puesto le costará mucho a esa persona. Si un cristiano cualquiera quiere dejar el sistema hecho por el hombre en las iglesias para practicar el cristianismo bíblico, no tiene tanto que perder como alguien que es clérigo. Sin embargo, si un clérigo es fiel a la Palabra de Dios, y actúa en obediencia al Señor, Dios cuidará de él, porque Él ha dicho: “Yo honraré á los que Me honran” (1 Samuel 2:3030Wherefore the Lord God of Israel saith, I said indeed that thy house, and the house of thy father, should walk before me for ever: but now the Lord saith, Be it far from me; for them that honor me I will honor, and they that despise me shall be lightly esteemed. (1 Samuel 2:30); 2 Crónicas 25:99And Amaziah said to the man of God, But what shall we do for the hundred talents which I have given to the army of Israel? And the man of God answered, The Lord is able to give thee much more than this. (2 Chronicles 25:9)).