By:
Ralph Erisman, L. Douglas Nicolet, R. Ruga y T. Roach
Duration:
3min
¿Cuál debe ser la norma de vida para el creyente? No la ley dada en Sinaí, sino el resucitado Cristo el Señor. Cuando un creyente es justificado por la fe, ¿necesita la ley para agradar a Dios? Estas preguntas son respondidas en este capítulo. Es evidente que la ley de nuestra nación sólo se aplica a los que están vivos. Una vez que nosotros morimos, estamos fuera del alcance de la ley. Una persona no convertida sólo puede agradarse a sí misma, no a Dios, a quien ella no conoce. Las Escrituras nos dicen que mientras estábamos en la carne (es decir, sin Cristo), nuestros miembros sólo daban fruto para muerte, no fruto para Dios. Debido a que el hombre es un pecador por naturaleza y por práctica y no podía guardar el mandamiento de Dios, ello no significa que el mandamiento no fuera santo, justo y bueno. Lo era, pero mostraba que el hombre no era santo, justo o bueno. La lección que aprendemos en esto es que en nuestra carne no mora el bien. Por lo tanto, la única manera en que podemos agradar a Dios es recibiendo una nueva naturaleza recibiendo a Jesús como Salvador, y entonces será nuestro deleite guardar la ley de Dios. No podemos trabajar para nuestra salvación (que sólo puede ser obtenida creyendo en el Señor Jesús), pero después de la salvación, podemos hacer las “buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:1010For we are his workmanship, created in Christ Jesus unto good works, which God hath before ordained that we should walk in them. (Ephesians 2:10)).
1. ¿Cuánto tiempo la ley se enseñorea del hombre? ________________________ Romanos 7:___
2. Cuando estábamos en la carne, ¿cuáles eran los resultados de las pasiones pecaminosas que obraban en nuestros miembros? __________________ Romanos 7:___
3. Aunque la gracia es aún mejor, ¿qué tres palabras describen la ley y el mandamiento? ___________________ Romanos 7:___
4. En mi carne (la vieja naturaleza) no mora __________. Romanos 7:___
5. ¿Qué parte del creyente se deleita en la ley de Dios? __________ Romanos 7:___