Teología del Pacto: ¿Es Bíblico Este Método de Interpretación?
Stanley Bruce Anstey
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Teología del Pacto
Gráfico 1
La Teología del Pacto es un método de interpretación de la Biblia que considera que las promesas y profecías del Antiguo Testamento sobre Israel se cumplen hoy en la Iglesia. Dado que no se puede demostrar que estas cosas hayan sucedido literalmente, los teólogos del Pacto han inventado un falso principio de interpretación conocido como “espiritualización”. Por consiguiente, toman ciertas declaraciones de esas promesas y profecías del Antiguo Testamento y afirman que se están cumpliendo hoy, de manera espiritual o alegórica, en lugar de literalmente.
A este método de interpretación se le llama teología del “Pacto” porque supuestamente se basa en los pactos que Dios hizo con Adán, Abraham, Moisés, David, etc. Sus orígenes se remontan a los primeros siglos de la historia de la Iglesia, cuando los hombres (como Agustín) comenzaron a enseñar estas cosas. Más tarde fueron formulados en un sistema de doctrina y popularizados por los reformadores en el siglo XVI. Por lo tanto, a veces se le llama “Teología reformada”, aunque sus orígenes fueron mucho antes de la Reforma. Este método de interpretación erróneo ha llevado a muchos queridos cristianos a creer una serie de cosas que son contrarias a la Escritura. Si bien es difícil establecer de manera precisa la doctrina que sostienen todos los teólogos del Pacto, dado que hay diferencias entre ellos, la siguiente es una declaración general de lo que creen:
Dicen que los santos del Antiguo Testamento, los cristianos y los santos del milenio son un solo pueblo de Dios los cuales son igualmente bendecidos en un mismo terreno sin distinción, y todos son la novia y esposa de Cristo. Los teólogos del pacto no creen que habrá una compañía celestial de santos bendecidos y glorificados que son diferentes de los bendecidos por Dios en la tierra en el reino de Cristo. En cambio, todos los que tienen fe de todas las edades son fusionados en un solo pueblo que heredará la tierra, los cuales vivirán juntos en ella. Dicen que todos estos son la Iglesia. De hecho, ellos dicen que la Iglesia es Israel en el Antiguo Testamento y que Israel es la Iglesia en el Nuevo Testamento.
Los teólogos del pacto no creen que la venida del Señor es inminente, sino más bien, algo que solo ocurrirá después de que concluya el reino de Cristo, y esto no sucederá hasta que los cristianos hayan suficientemente evangelizado y convertido grandes porciones del mundo. Por lo tanto, creen que el mundo será arreglado por la influencia del evangelio, en vez de por el juicio, como dice la Escritura (Isaías 26:9). Además, creen que la Iglesia ya pasó por la Gran Tribulación en el momento de la destrucción de Jerusalén por Tito y los romanos (en el 70 d.C.). Por tanto, no es algo futuro. También dicen que ahora estamos en el reino de Cristo, es decir, el Milenio, pero de una manera espiritual. No será un reino literal con bendiciones materiales como esperaban los judíos. Esto se llama “amilenialismo”, que es un principio de la Teología del Pacto.
Enseñan que cuando el Señor venga, tanto el Arrebatamiento como la Aparición ocurrirán al mismo tiempo. El Señor resucitará a los muertos, a los justos y a los malvados juntos, y se llevará a los justos (con los santos vivos) a las nubes para recibirlo en el aire. Luego los traerá directamente de regreso a la tierra, y estarán con Él mientras esté juzgando a los malvados que habrán resucitado. A partir de entonces los justos vivirán con Cristo en la tierra; no irán al cielo.
En lo que respecta al presente llamamiento del evangelio, la Teología del Pacto confunde el evangelio de la gracia de Dios con el evangelio del reino. De ahí surge el error de igualar el reino a la Iglesia. La Iglesia y el reino son vistos como una misma cosa, y dicen que Cristo es el Rey de la Iglesia y que Él reina sobre ella. Por tanto, los cristianos son hijos del Rey. Como piensan que Israel era la Iglesia en el Antiguo Testamento y que la Iglesia es Israel en el Nuevo Testamento, creen que los cristianos deben guardar la Ley. Ellos convierten falsamente el día de reposo en el día del Señor e insisten en que los cristianos deben “observar” y “guardar” el día del Señor como si fuera el día de reposo. En consecuencia, tampoco piensan que es incorrecto adoptar los métodos judaicos de adoración que Israel utilizaba en los tiempos del Antiguo Testamento.
La Teología del Pacto también enseña que “las promesas” a Abraham son cumplidas hoy en la Iglesia. Y también, que el “nuevo pacto” que el Señor prometió hacer con Israel (Jeremías 31:31-34) ha sido hecho con la Iglesia, porque la Iglesia (en la mente de ellos) es el Israel espiritual.
Esta interpretación, sin embargo, está llena de errores y es muy problemática cuando se desarrolla hasta su conclusión lógica.
Gráfico 2
La gráfica indica que la mayor parte de la cristiandad sostiene una interpretación de la Escritura basada en la teología del Pacto.
Primero, DEGRADA el carácter de Dios
Primero, DEGRADA el carácter de Dios. Lo presenta como si Él hubiera engañado a los hijos de Israel al dejarles creer que habría un reino literal por venir, en el que ellos tendrían una parte, cuando en realidad nunca tuvo la intención de que hubiera tal cosa. A lo largo de los muchos siglos de la época del Antiguo Testamento, Él no hizo ningún intento de corregir la falsa expectativa de ellos. Por lo tanto, Dios es convertido en un Dios que hace promesas falsas y engañosas.
Sin embargo, Dios dijo lo que quiso decir, y quiso decir lo que dijo, literalmente (Números 23:19). Cuando el Señor apareció a Sus discípulos en la resurrección, y ellos le preguntaron: “Señor, ¿restituirás el reino á Israel en este tiempo?” Él no negó que se establecería de esa manera literal. Simplemente dijo: “No toca á vosotros saber los tiempos ó las sazones que el Padre puso en Su sola potestad” (Hechos 1:6-7). El Padre tenía Su tiempo previsto para traer el reino con sus bendiciones prometidas de una manera literal, pero sería más tarde. Si no hubiera sido así, el Señor habría corregido sus expectativas equivocadas en ese momento, pero no hizo ningún intento de aclararles esto porque tenían razón.
Segundo, PRIVA al Señor Jesús de exhibir la gloria
Segundo, PRIVA al Señor Jesús de exhibir la gloria de Su reino en este mundo (Habacuc 2:14; 2 Tesalonicenses 1:10; Apocalipsis 1:7), y también la satisfacción de Dios el Padre de ver a Su Hijo honrado públicamente en el lugar donde fue deshonrado (Juan 5:23).
Tercero, NIEGA que las Escrituras
Tercero, NIEGA que las Escrituras establecen claramente que los santos del Antiguo Testamento desconocían el llamado actual de Dios a la Iglesia por el evangelio, revelado en el Misterio (Romanos 16:25-26; Efesios 3:3-10; Colosenses 1:25-27). Los teólogos del Pacto dicen que esto era conocido por los profetas del Antiguo Testamento quienes profetizaron acerca de este nuevo apartamiento de Dios. Pero es una negación absoluta de las claras declaraciones de la Escritura que dice que ellos no lo sabían. Era un “secreto” que estaba “oculto” en esas edades pasadas, y solo fue revelado cuando el Espíritu de Dios vino a morar en la tierra en la Iglesia.
Además, enseñar que la Iglesia existía en los tiempos del Antiguo Testamento (como lo hacen los teólogos del Pacto) es una negación de la declaración del Señor en Mateo 16:18 cuando dijo: “edificaré Mi Iglesia”. Al afirmar que Él iba a edificar Su Iglesia muestra que esta no existía en el momento en que Él estaba en la tierra enseñando y predicando. Ella no comenzó hasta Pentecostés, cuando el Espíritu de Dios fue enviado para formar la Iglesia, el cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:13; Hechos 2:1-4, 47; 5:11). A esta acción del Espíritu se le refiere como a un “principio”, no a una continuación (Hechos 11:15).
Cuarto, APLAZA la venida del Señor
Cuarto, APLAZA la venida del Señor, y esto abre la puerta a todo tipo de cosas negativas que impactan la vida de un creyente de manera práctica (Mateo 24:48).
Quinto, DEGRADA a la Iglesia de su posición celestial
Quinto, DEGRADA a la Iglesia de su posición celestial con bendiciones distintivas que le pertenecen únicamente (Efesios 1:3) y la lleva a la posición de un santo milenario en la tierra. La Escritura enseña que la Iglesia es de hecho una entidad distinta entre las compañías de hombres bendecidos en el esquema de la gracia. Se le llama la “congregación de los primogénitos” o la “iglesia de los primogénitos” (Hebreos 12:22-23 — Traducción W. Kelly en inglés). Primogénito, es un término que se refiere a lo que es primero en rango y preeminencia; de ahí que la Iglesia tenga un lugar preeminente entre los demás santos de Dios. Los que componen la Iglesia son vistos como “hijos” en la casa de Dios, mientras que un santo del Antiguo Testamento es visto como un “niño” y un “siervo” en la casa (Gálatas 4:1-7). La costumbre de hogares judíos de hacer un bar mitzvah [en el que un niño en la familia es elevado al lugar de hijo] ilustra esta diferencia. Una vez más, Apocalipsis 19 ve a la “esposa” del Cordero como distinta de los otros santos celestiales que son “llamados a la cena [de las bodas] del Cordero” (es decir, los amigos del Esposo — Juan 3:29). Como la esposa, ella tiene un lugar especial en relación con el Cordero que los demás no tienen. Las Escrituras declaran que Dios tendrá muchas familias de seres bendecidos en el cielo y en la tierra con diferentes relaciones con Él; no son una misma compañía (Efesios 3:15). Pero no hay otro que tenga el lugar de favor y cercanía a Cristo como lo tienen los cristianos los cuales son miembros de Su cuerpo (Efesios 5:23-32).
Sexto, PRIVA al remanente de Israel de su herencia en su patria
Sexto, PRIVA al remanente de Israel de su herencia en su patria. La Escritura dice que no les ha sido quitada a pesar de su fracaso (Romanos 11:29).
Séptimo, ABANDONA los principios sólidos de la exégesis bíblica
Séptimo, ABANDONA los principios sólidos de la exégesis bíblica, y supone que por cuanto hay cosas en el Antiguo Testamento que son citadas por el Espíritu Santo en el Nuevo Testamento, esto significa que ellas se cumplen hoy en la Iglesia. Pero esto es asumir algo que el Espíritu de Dios no tiene la intención necesariamente.
De hecho, como regla general, cuando un pasaje del Antiguo Testamento es citado en el Nuevo Testamento como que se cumple, declarará que lo es. Pero cuando el Espíritu de Dios cita un pasaje del Antiguo Testamento en el Nuevo, pero no dice que éste se “cumple”, es sólo para mostrar el carácter de una cosa, o para indicar que el principio involucrado coincide con los caminos morales de Dios. Favor de comparar Juan 19:36 con 19:37; Hechos 1:16, 20 con Hechos 2:16-21; Hechos 13:27 con 47, etc. La Teología del Pacto no observa este principio cuando interpreta las Escrituras e infiere cosas en varios pasajes que no están intencionados. Y así, extraen conclusiones erróneas.
Los teólogos del Pacto también son a menudo inconsistentes en su método de “espiritualizar” las Escrituras. Enseñan que las profecías del Antiguo Testamento se cumplen hoy en día en la Iglesia de manera alegórica. Sin embargo, muchos pasajes del Antiguo Testamento se han cumplido literalmente. Esto no se puede negar. Tomemos, por ejemplo, las maldiciones y los juicios pronunciados sobre Israel. Si ellos no cumplían con sus responsabilidades en relación al Pacto, se les advertía que serían destruidos por sus enemigos y llevados como cautivos lejos de su tierra. Esto sucedió en realidad; las diez tribus fueron llevadas a Asiria y las dos tribus a Babilonia. Además, las profecías concernientes a la primera venida del Mesías: Su nacimiento virginal, Su vida y ministerio, Su rechazo, Su muerte y resurrección, etc. Estas son cosas que han sucedido literalmente.
Dado el caso, los teólogos del Pacto se ven obligados a admitir que sólo algunas de las profecías del Antiguo Testamento se han cumplido alegóricamente. Pero esto deja al estudiante serio de la Biblia en un dilema. ¿Qué partes debe tomar literalmente, y cuales debe tomar alegóricamente? Y, ¿qué autoridad tiene para escoger y elegir cuál es cuál? Los teólogos del pacto dirán que las bendiciones deben tomarse alegóricamente, pero que los juicios son literales. Pero, ¿qué autoridad bíblica tienen para hacer esta distinción calificativa? Si esto es cierto, ¿por qué Dios no nos lo ha dicho en Su Palabra?
Cuando examinamos esta idea (que las bendiciones del Antiguo Testamento se cumplen alegóricamente, pero los juicios son literales), encontramos que muchas veces no es consistente. Muchas de las bendiciones prometidas a Israel se cumplieron literalmente. Por ejemplo, las bendiciones en Deuteronomio 27-31 fueron realizadas en los días de Josué, y de nuevo en el tiempo de David y Salomón. Además, las bendiciones prometidas para restaurar a los hijos de Israel del cautiverio, si se humillaban, también se cumplieron literalmente en Esdras y Nehemías. Por tanto, no hay coherencia con este método de interpretación. ¿Y por qué deberíamos pensar que algunas partes del Antiguo Testamento se cumplen espiritual o alegóricamente cuando Dios ya nos ha mostrado la manera en que se propone cumplir esas cosas al haber hecho que muchas de ellas se cumplan literalmente? Lógicamente, uno esperaría que, si ha comenzado de esa manera, continuará cumpliendo las profecías restantes de esa manera literal.
La interpretación bíblica ortodoxa cree en un cumplimiento literal de las Escrituras. Esto no significa que cada palabra o frase que se encuentra en la Biblia sea literal, sino que el cumplimiento de esas cosas es literal. El Espíritu de Dios usa muchas figuras y símbolos en la Palabra de Dios; estas no son cosas literales, pero lo que simbolizan son siempre literales. Por ejemplo, las Escrituras hablan de que “el sol” no brilla y “las estrellas” caen del cielo (Mateo 24:29). Esto no puede tomarse literalmente. Muchas de las estrellas son miles de veces el tamaño de la Tierra; si una de ellas cayera a la tierra, esta sería destruida inmediatamente. Estas cosas son obviamente simbólicas. Estás significan que la gran apostasía, la cual el Anticristo traerá, quitará de los hombres la luz divina y la verdad (el sol), y que muchos líderes (las estrellas) sucumbirán a la oscuridad espiritual y renunciarán a su reconocimiento de Dios. Estas cosas sucederán literalmente.
Los teólogos del pacto no tienen ningún problema en inferir cosas en las Escrituras para que se ajusten a sus ideas. A esto lo llamamos “el factor inventado”. Un ejemplo de esto es la invención del “Pacto de Obras” y el “Pacto de Gracia” de los cuales la Escritura no hace mención alguna. También dicen que el “nuevo pacto” (Jeremías 31:31-34) ha sido hecho ahora con la Iglesia, pero no hay ninguna Escritura que lo afirme. Cada vez que se menciona el nuevo pacto, declara claramente que es para con “la casa de Israel y para con la casa de Judá”, nunca con la Iglesia (Hebreos 8:8-10). El apóstol Pablo lo confirma, afirmando que “los pactos” y “las promesas” pertenecen a sus compatriotas. Él califica exactamente quiénes son, para no dejar ninguna duda en la mente de nadie, diciendo: “Mis hermanos, los que son mis parientes según la carne; Que son israelitas” (Romanos 9:3-4). Esto no puede interpretarse hoy como una compañía de creyentes de entre los gentiles, como enseñan los teólogos reformados. Como regla, las bendiciones cristianas se consideran una posesión presente de los creyentes (Efesios 1:3-14), mientras que las bendiciones de Israel en la profecía son futuras.
Otro ejemplo en el que la teología del Pacto se aparta de los principios sólidos de la exégesis bíblica es en la inversión del significado de “Israel” del Antiguo Testamento al Nuevo. Esto interrumpe la revelación progresiva de la verdad en las Escrituras. Un gran principio de interpretación de la Biblia, que los estudiantes de la Biblia harían bien en observar, es que las nuevas revelaciones nunca contradicen las revelaciones dadas anteriormente. Un concepto en el Antiguo Testamento no puede tomarse como opuesto en el Nuevo Testamento, de lo contrario la Biblia estaría llena de contradicciones. A medida que se escribieron las Escrituras, Dios dio más luz sobre ciertos temas, pero esas nuevas revelaciones no contradicen las anteriores. La Escritura revela la verdad como un edificio en construcción; se pone una base, luego se agrega un marco, etc. Se construye una cosa sobre otra; y, cualquier cosa nueva agregada no derriba una cosa anterior. Por lo tanto, no puede ser que la nación de Israel, que es una cosa literal en el Antiguo Testamento, haya perdido su literalidad cuando es mencionada en el Nuevo Testamento. Romanos 9-11 Confirma esto. El término “Israel” se usa varias veces en estos capítulos para los descendientes naturales de Abraham (los parientes de Pablo según la carne), no los descendientes espirituales de Abraham. Por tanto, la palabra “Israel” no ha cambiado de significado en el Nuevo Testamento.
El apóstol Pablo demuestra la forma correcta y apropiada de manejar las Escrituras. Él “disputó [razonó] con ellos de las Escrituras” (Hechos 17:2). No puso su razonamiento en las Escrituras con nociones preconcebidas, sino que tomó sus pensamientos de las Escrituras.
Octavo, la teología del pacto DESAFÍA la lógica
Octavo, la teología del pacto DESAFÍA la lógica en muchas de sus interpretaciones. Cuando se desarrollan hasta su conclusión lógica, muchas de sus “espiritualizaciones” no tienen sentido. Por ejemplo, se nos dice que ahora estamos en el reino (milenial) de Cristo. Pero las descripciones en las Escrituras de Su reino en poder indican que Cristo gobernará con vara de hierro (Apocalipsis 2:27), y la justicia cubrirá el mundo entero (Isaías 32:1-19). Además, Satanás y sus ángeles caídos serán atados en el abismo y no podrán salir para engañar a las naciones (Isaías 24:21-22; Apocalipsis 20: 1-3). Además, el juicio se ejecutará todas las mañanas sobre los infractores (Salmo 101:8; Sofonías 3:5). Y el lobo y el cordero se alimentarán juntos, y el desierto florecerá como una rosa (Isaías 11:6; 35:1-7; 65:25). Cualquiera que sea la forma en que una persona elija interpretar estas cosas, alegórica o espiritualmente, sería muy difícil convencer a alguien de que esto está sucediendo hoy.
¿Debemos creer que la justicia está reinando ahora en este mundo? ¿Está Satanás realmente atado hoy? ¿Cómo podemos pensar honestamente esto cuando su obra maligna se puede ver en todas las naciones y caminos de la vida? ¿Realmente cae el juicio sobre los ofensores cada mañana, como dice la Escritura? Ellos podrían “espiritualizar” estas cosas, pero esto sería retroceder en su propia enseñanza de que los juicios en las Escrituras son literales. Y, ¿el reino animal está en paz? Si dicen que el leopardo y el cabrito están acostados espiritualmente juntos hoy, ¿qué podría significar esto?
Noveno, la teología del pacto DESTRUYE los tipos y figuras de las Escrituras
Noveno, la teología del pacto DESTRUYE los tipos y figuras de las Escrituras. Las hermosas imágenes dispensacionales tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, que muestran la separación temporal de Israel y el presente llamamiento celestial interpuesto de la Iglesia, antes de que Dios reanude sus tratos con un remanente de Israel, deben entonces descartarse como mera ficción. Sin embargo, ¡estas imágenes figurativas cubren unos 50 o 60 capítulos de nuestras Biblias!
Décimo, la teología del pacto ALTERA el orden de los eventos proféticos
Décimo, la teología del pacto ALTERA el orden de los eventos proféticos. Exceptuando quizás la venida del Señor y el lanzamiento final de los impíos al lago de fuego, ¡se nos dice que la profecía tanto en el Antiguo Testamento como en el libro de Apocalipsis ya se ha cumplido! ¡Por lo tanto, no vendrá la Tribulación de siete años, no vendrá el Anticristo, no habrá Armagedón, etc.!
Otro ejemplo de esta confusión es la idea de que cuando el Señor venga, el Arrebatamiento y la Aparición se dice que ocurrirán al mismo tiempo. Sin embargo, las Escrituras indican que hay demasiadas cosas que tienen que suceder entre el Arrebatamiento y la Aparición para que esto sea posible. El Señor primero debe llevarnos a la casa del Padre (Juan 14:2-3) y sentarnos a su mesa y servirnos la felicidad celestial (Lucas 12:37). Luego tomará Su posición en el tribunal y revisará cada una de nuestras vidas (2 Corintios 5:10, etc.). Después de esto, habrá un tiempo de adoración alrededor del trono en el cielo, y echaremos nuestras coronas a Sus pies (Apocalipsis 4-5). Después de esto, se llevarán a cabo las bodas del Cordero (Apocalipsis 19:7-8), y luego la cena que le seguirá (Apocalipsis 19:9). Estas cosas no pueden suceder en el momento de tiempo que mantiene la interpretación del pacto.
Además, si la venida del Señor para juzgar a “los vivos y los muertos” (2 Timoteo 4:1; 1 Pedro 4:5) ocurre al final del reinado del reino de Cristo, cuando la Iglesia supuestamente ha convertido al mundo a Dios, ¿quién de los vivos sería juzgado en ese momento?
Gráfico 3