La gloria de Salomón
El capítulo 4 contiene una enumeración de los oficiales que sirvieron a Salomón y defendieron la gloria de su trono; y luego, la manera en que todo el país proveyó para el mantenimiento de su casa, Judá e Israel se multiplicaron y llenaron de alegría. La autoridad del rey se extiende hasta el Éufrates. La paz reina por todas partes. La sabiduría y el entendimiento que Dios le había dado sobrepasaban todo lo que se conocía en el mundo; de modo que desde los confines de la tierra llegaron a oír la sabiduría de sus labios.
Sus proverbios, sus canciones y su conocimiento daban testimonio del excelente espíritu con el que Dios había dotado al rey. Su trono está establecido, y abunda la gloria del hijo de David. Los gentiles ahora, el rey de Tiro, emblemático del mundo y sus cosas deseables, están a disposición de Salomón, y se aplican gozosamente al cumplimiento de los proyectos del rey de Israel, y a su servicio en la construcción de la casa de Jehová.