El ministerio de Elías se reanudó en Israel
Si Dios ha demostrado que se dio cuenta de la falta de su siervo, y no la pasó por alto a la ligera, no falló hacia él ni en ternura ni en fidelidad. Actuó hacia él como hacia un siervo amado y fiel, incluso en el momento en que lo hizo consciente de su fracaso en la energía de la fe; porque Él no hizo que otros lo supieran, aunque nos lo ha comunicado para nuestra instrucción.
Dije fracaso en la energía de la fe; porque, con respecto a la masa del pueblo, el juicio de Elías fue justo. Dios le revela Sus pensamientos y Sus intenciones, e incluso le señala los agentes que empleará; y, aunque definitivamente reemplaza al profeta por Eliseo, Dios, sin embargo, lo hace reingresar públicamente a su servicio, al ordenarle que llame a Eliseo para que lo acompañe en su trabajo. Así Elías reanuda su ministerio en medio de Israel.
El pecado de Ocozías y su reprensión en el poder
Ahora Ocozías caminó en el camino de su padre, y confesó abiertamente que Baal era su dios al enviar a consultar a Baal-cebú en Ecrón. Enviado a encontrarse con los mensajeros del rey, Elías pronuncia su sentencia del Señor. Indignada por oponerse a su iniquidad, Ocozías envía hombres de su ejército para llevárselo.
Encontramos de nuevo aquí el mismo carácter judicial en los milagros de Elías del que se habló antes, un carácter señalado por Jehová mismo. Él llama fuego del cielo para consumir a estos hombres. El último de los enviados por el rey, dueño de la autoridad y el poder de Elías, tiene su vida perdonada. Elías desciende con él al rey, para declararle de nuevo en persona el juicio de Jehová que le esperaba.