Marcos Capítulo 12

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La Ley Como El Principio De Bendición; La Piedra De Toque Del Corazón En El Rechazo De Cristo
Después, el Señor da la sustancia de toda la ley, como el principio de bendición entre la criatura y Dios, y aquello que constituía la piedra de toque para el corazón en el rechazo de Cristo. Digo para el corazón, porque la prueba estaba realmente allí, aunque era en el entendimiento donde parecía estar. Aun cuando hubiese realmente principios ortodoxos (siendo Cristo rechazado), el corazón que no estaba unido a Su Persona no podía seguirle en el camino que conducía a Su rechazo. El sistema de los consejos de Dios que dependían de ese rechazo era una dificultad. Aquellos que estaban unidos a Su Persona le siguieron, y se hallaron en él, sin haberlo comprendido bien de antemano. Así el Señor ofrece lo medular de toda la ley—la totalidad de la ley como enseñanza esencialmente divina—y el punto en que los consejos de Dios son trasplantados a la nueva escena, donde se cumplirán aparte de la impiedad o de la mala voluntad del hombre. Así que en estos pocos versículos (cap. 12:28-37), la ley y el Hijo de David son presentados, y este último tomando Su lugar como Hijo del Hombre—a la diestra de Dios. Éste era el secreto de todo lo que estaba sucediendo. La unión de Su Cuerpo, la asamblea, con Él mismo, era todo lo que quedaba oculto. Solamente en Marcos, el Profeta reconoce la condición moral, bajo la ley, que tiende hacia la entrada en el reino (vers. 34). Este escriba tenía el espíritu de entendimiento.
Devoción Verdadera Y Falsa
El retrato de la condición que introduciría el juicio, el cual hallamos en Mateo 23, (ver el comentario acerca de Mateo 23 de la Sinopsis) no se nos da aquí. Este no era Su asunto. Jesús, aún como el Profeta, advierte moralmente a Sus discípulos; pero el juicio de Israel, por rechazar al Hijo de David, no está aquí ante Sus ojos de la misma manera (es decir, no es el asunto del cual el Espíritu Santo está hablando aquí). Se señala el verdadero carácter de la devoción de los escribas, y los discípulos son advertidos contra ellos. El Señor les hace sentir, también, qué es aquello que, a los ojos de Dios, da verdadero valor a las ofrendas llevadas al templo.