Efesios 2:14-1614For he is our peace, who hath made both one, and hath broken down the middle wall of partition between us; 15Having abolished in his flesh the enmity, even the law of commandments contained in ordinances; for to make in himself of twain one new man, so making peace; 16And that he might reconcile both unto God in one body by the cross, having slain the enmity thereby: (Ephesians 2:14‑16) nos dice que Cristo murió para que seamos uno. Si Cristo murió para la unidad del pueblo de Dios, si le costó a Él dolor, aflicción, pena, pasión, y agonías, cuando Él fue clavado en la cruz, ¡cuanto debemos estimar esa unidad! Traducido en una manera literal, el siguiente texto dice: “Siendo muy diligentes en guardar la unidad del Espíritu, en el lazo vinculador de la paz” (Efesios 4:33Endeavoring to keep the unity of the Spirit in the bond of peace. (Ephesians 4:3)). Hay tres características de la unidad del Espíritu:
1. Es el Espíritu de VIDA (Romanos 8:22For the law of the Spirit of life in Christ Jesus hath made me free from the law of sin and death. (Romans 8:2)). Para mantener esta unidad, uno debe poseer la vida. Debemos ser nacidos de nuevo. Entonces el Espíritu que mora en nosotros capacita al creyente para ser diligente en mantener esta unidad. (Esta es una unidad que puede ser rota; no se trata aquí de la unidad del cuerpo).
Cualquiera cosa que se tolere que cede en la vida, santidad o verdad, aunque tenga apariencia de unidad, no puede ser la unidad del Espíritu.