Cuatro cosas que se deben buscar

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Pasemos a Génesis 24 para ver cuatro cosas que un hermano debe buscar en una posible esposa. Este capítulo, como ustedes saben, trata de Isaac consiguiendo una esposa. Encontramos que Abraham estaba ejercitado en que su hijo tuviera una esposa, y, naturalmente, quería lo mejor para él. ¿Qué padre no lo querría? Hay ciertos principios útiles aquí que pueden guiar a un hermano en la búsqueda de una esposa.
Abraham tenía un siervo que salió y aseguró a esta joven para Isaac. Él es figura del Espíritu de Dios; y hermanos jóvenes, espero que van a dejar que el Espíritu de Dios encuentre la joven correcta para ustedes. Él no comete errores. Este hombre toma la delantera en todo este ejercicio; es un cuadro del Espíritu de Dios guiando a un joven a encontrar a la que Dios ha elegido para él.
1) Compatibilidad
Leamos, en primer lugar, los versículos 3-4: “Y te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito; sino que irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac.” Menciona “mi tierra” y “mi parentela,” y esto habla de compatibilidad. Eso es lo primero que debes considerar. Abraham quería que él tomase mujer de la misma familia de donde vino. Del mismo modo, debes casarte con alguien que venga de la misma familia de la que tú vienes—la familia de Dios. Pero aún más, debes casarte con alguien que no sólo sea una hija de Dios, sino que también sea compatible contigo.
Tanto como sea posible, debes buscar la compatibilidad en una relación matrimonial; en primer lugar, en cuanto a la cultura, porque los matrimonios interculturales pueden ser difíciles. Podría haber más de la “aflicción de la carne” de la que ya hablamos. O la edad: el Sr. Hayhoe nos dijo que tratáramos de casarnos con alguien más o menos de nuestra edad. O el origen religioso: una persona que viene de un sistema religioso hecho por el hombre en la cristiandad puede venir con un poco de bagaje. Alguien dijo que uno puede sacar a su esposa del “campamento,” ¡pero no siempre puede sacar el “campamento” de su esposa! O podría ser en cuanto a la condición física. Es bueno ser compatibles de esa manera también, ya sea alto/bajo. E incluso socialmente: podría ser un matrimonio difícil si un hombre pobre se casa con una joven de familia rica, que está acostumbrada a tener mucho más de lo que él le puede proporcionar. Tales cosas pueden traer tensión al matrimonio, y eso significa que es bueno buscar compatibilidad en estas áreas tanto como sea posible.
Es muy importante que encuentres a alguien—un “alma gemela” si quieres llamarlo así—una compañera, de entre los que tienen una “fe igualmente preciosa,” como la tuya (2 Pedro 1:1). Siempre me desagrada ver a alguien salir a buscar a una esposa o esposo en otras esferas cristianas, o tal vez incluso en el mundo, porque yo sé que esto va a ser difícil en el ámbito de la compatibilidad.
Pongan cuidado en buscar, por así decirlo, dentro de su propia tribu. Esa es una expresión tomada de Números 36, donde a los hijos de Israel se les dijo que se casaran dentro de su propia tribu. La aplicación a nosotros, como cristianos, sería casarnos dentro de nuestra propia esfera de comunión, en otras palabras, entre los que están reunidos al Nombre del Señor.
En ese capítulo, es interesante ver que cuando se trataba de heredar la tierra, las cinco “hijas de Zelofehad” cada una recibió una parte, lo que era bastante inusual. Normalmente, la herencia en Israel se dividía entre los varones de la familia, y se esperaba que las mujeres se casaran con un hombre que iba a tener su propia porción de parte de su padre. Pero ya que estas jóvenes no tenían hermanos varones, la herencia de su padre vino a ser de ellas. Eso significó que los jóvenes que se casaron con ellas recibieron una doble porción—tendrían la porción de parte de su padre, y estas jóvenes también tendrían su porción. Yo diría que esto las convertía en jóvenes muy casaderas, ¡aunque una de ellas se llamara “Hogla”! No estoy seguro de como lucía, pero el joven que se casó con ella consiguió una doble porción. Pueden leer sobre esto en Josué 17:5-6. Habían “diez porciones” que le tocaron a Manasés a causa de las hijas de Zelofehad.
Hablando a los jóvenes hermanos ahora; si toman a hermanas jóvenes de la reunión, las que son espirituales y están tratando de andar hacia adelante con el Señor, van a obtener una doble porción. Ellas van a traer al matrimonio algo que han aprendido de su experiencia al caminar con el Señor, y eso va a ser valioso. No pierdan esto. Si traen algo de su propia herencia y la joven con la que se casan tiene una parte también, ¡que maravilloso será el matrimonio! Busquen al Señor—Él les guiará en esta importante decisión.
2) Un serio interés en las cosas divinas
En segundo lugar, dice en los versículos 10-11: “Y el criado tomó diez camellos de los camellos de su señor, y se fue, tomando toda clase de regalos escogidos de su señor; y puesto en camino, llegó a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor. E hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad, junto a un pozo de agua, a la hora de la tarde, la hora en que salen las doncellas por agua.” Lo que vemos aquí es que el hombre estaba buscando una doncella que saliera al “pozo” para “sacar agua.” Un “pozo” en la Escritura representa a un lugar de reunión de los santos. Van allí para recibir refrigerio para sus almas del agua de la Palabra (Efesios 5:26). Lo que esto nos enseña, entonces, es que deberíamos estar buscando a una joven que vaya a las reuniones con interés en la Palabra de Dios. Las conferencias bíblicas y ocasiones como esta en Lassen Pines son ejemplos de cuando los santos se reúnen en un “pozo” para sacar agua. Estos son buenos lugares para buscar a una compañera adecuada. Notemos que esta joven fue al pozo con un cántaro; esto muestra que ella tenía la intención de sacar algo para sí misma. Todo esto se suma a una joven que tenía un serio interés en las cosas divinas.
3) Un espíritu sumiso que se dejaba guiar
En tercer lugar, en los versículos 17-18: “Y Entonces el criado corrió hacia ella, y dijo: Te ruego que me des a beber un poco de agua de tu cántaro. Ella respondió: Bebe, señor mío; y se dio prisa a bajar su cántaro sobre su mano, y le dio a beber.” Notemos aquí que fue el hombre que inició las cosas. Ella no corrió hacia él. Fue él que corrió hacia ella. Notemos también que ella le llamó “señor.” Aún más, ella no se adelantó a los acontecimientos y no le invitó en seguida a la casa de su padre; ella dejó que su hermano lo hiciera (verso 31).
Estas cosas indican que Rebeca era una joven que conocía el lugar que Dios le había dado. Tenía un espíritu sumiso que se dejaba guiar, y eso es otra cosa que deben buscar en una joven.
Ahora no estoy sugiriendo que una joven debe llamar a un joven interesado “señor,” sino que ella debería darle ese lugar de señor o guía en la relación. Es cierto que el modelo en el Nuevo Testamento para una mujer cristiana es Sara, que llamó a Abraham “señor” (1 Pedro 3:6), pero ella hizo esto en su corazón; no era a él de forma audible. Indica el respeto que ella sentía por él. Lo que debes preguntarte es: “¿Se dejaría ella guiar?” ¿Cómo vas a guiar a una joven que no es sumisa? Proverbios 7 habla de una mujer que es “rencillosa” o más bien “inmanejable” (traducción J.N. Darby en inglés). Un hermano anciano dijo una vez: “¡Uno puede casarse con su propia disciplina!” Yo no sé si él estaba hablando por experiencia o no, pero es muy cierto. Hemos visto algunos matrimonios dificultosos, por lo que debemos ser cuidadosos en este punto. El mundo enseña que una mujer sea todo lo contrario a esto, pero el pensar mundano en una mujer no es algo deseable.
4) Trabajadora
Ahora, para la cuarta cosa que se debe buscar, como se ve en Rebeca, leamos los versos 19-21: “Y cuando acabó de darle de beber, dijo, sacaré agua para tus camellos también, hasta que acaben de beber. Y se dio prisa, y vació su cántaro en la pila, y corrió otra vez al pozo para sacar agua, y sacó para todos sus camellos. Y el hombre estaba maravillado de ella, callando, para saber si Jehová había prosperado su viaje, o no.” ¡El punto aquí es que la joven estaba dispuesta a sacar agua para los diez camellos del hombre! Leí en alguna parte que ¡los camellos pueden beber cerca de 110 kilogramos de agua en 10 a 15 minutos! Aprendemos de esto que Rebeca era trabajadora, y eso es otra cosa que deben buscar. No era una joven perezosa. No era una “princesa” que quería que hicieran todo para ella. Hay hermanas jóvenes que se caracterizan por el deseo de ser servidas todo el tiempo, pero lo que deben buscar es una joven que está dispuesta a trabajar—una que sepa lo que es ponerle el hombro a la carga. Tito 2:5 dice que las mujeres más jóvenes deben ser “diligentes en el trabajo doméstico” (traducción J.N. Darby en inglés). Esto será especialmente necesario en su servicio para el Señor dando apoyo al testimonio en su asamblea local, como marido y mujer. Tener una familia, con la casa abierta, invitando a personas, requiere esfuerzo. Pero si se promueve el testimonio del Señor y anima a los santos, es una buena obra.
Para resumir, las cosas que se deben buscar es que sea:
1) Compatible,
2) Interesada en las cosas divinas,
3) Sumisa,
4) Trabajadora.
Notemos que él no estaba tratando de encontrar a la joven más bonita, o a la muchacha más inteligente. No, fueron estas cuatro cosas las que él buscó, y son las que ustedes deben buscar también. “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” (Amos 3:33Can two walk together, except they be agreed? (Amos 3:3)).