El amor del hijo (#251)

 
Señor Jesús, me amaste a mí
De tal manera que en la cruz
Vertiste en raudal carmesí
Tu sangre: el precio de “salud.”
Mi buen Pastor, me amaste cual
Ninguno osara, en tu ardor :
Tu vida diste, y de mi mal
Salvásteme, un pecador.
Coro:
¡Jesús, Señor!, me amaste a mí;
Me cuidas hoy cual Pastor;
Me llevarás do junto a Ti
Tendré morada de amor.
La Ley, ¡tremenda en su rigor!,
Cual “ayo”, al hombre aleccionó
Que “muerte” es “paga” al pecador,
Que al santo Dios él ofendió.
“No había un hombre” — no le halló —
Capaz de ser el Fiador;
“Tan gran salud”Dios mismo obró
Por su Hijo, el gran Redentor.
Pues, fue el eterno plan sin par
Que Tú vinieses a morir;
Y, cual “Isaac” hasta el “altar”,
Fuiste a la cruz sin resistir:
“El fuego y leña”  — ¡el juicio en cruz! —
“¿Dónde  … el cordero?”  — ”heme aquí” —
De Dios Cordero, fiel Jesús,
La culpa expiaste, a un por mí.
Pues fue el designio sin variar
Que el Padre en gloria concibió,
Que Tú llevases a su hogar
A todos los que Dios Te dio;
Por ellos Te diste a Ti mismo,
Y “aptos” ya, hijos son;
Tu inmenso obrar, que has consumado
Cabal logró su adopción.
¡Oh! ¿cómo Te agradeceré
Tu excelsa muestra de amor?;
Y ¿con qué responder podré
A lo que has hecho en mi favor?
¡Gran Salvador!, Te alabaré:
¡Cuán digno Tú eres de honor!
Con gratitud, bien cantaré
Por siglos sin fin tu loor.
Traducción © Messages of God's Love Multilingual. Todos derechos reservados. Usado con permiso.