El contenido moral de los diez mandamientos: Aplicación para los cristianos

From: Número 33
C.H. Brown
[El siguiente artículo es una transcripción de un mensaje que un hermano dio hace algunos años; sin embargo, el contenido sigue siendo relevante hoy en día].
Amados hermanos, hoy tengo el deseo de considerar el tema de los diez mandamientos y su aplicación moral al cristiano. Pero primero, permítanme leer las siguientes escrituras: “Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo ... ” (Gálatas 2:1616Knowing that a man is not justified by the works of the law, but by the faith of Jesus Christ, even we have believed in Jesus Christ, that we might be justified by the faith of Christ, and not by the works of the law: for by the works of the law shall no flesh be justified. (Galatians 2:16)). “Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas” (Gálatas 3:10- 1210For as many as are of the works of the law are under the curse: for it is written, Cursed is every one that continueth not in all things which are written in the book of the law to do them. 11But that no man is justified by the law in the sight of God, it is evident: for, The just shall live by faith. 12And the law is not of faith: but, The man that doeth them shall live in them. (Galatians 3:10‑12)). “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:1414For sin shall not have dominion over you: for ye are not under the law, but under grace. (Romans 6:14)).
La razón por la que he leído estos versículos es esta: Al abordar el tema de los diez mandamientos, puede haber la inclinación de algunos a pensar que estoy tomándolos en una forma legalista, como si nosotros los creyentes en la actualidad estuviésemos bajo la ley. ¡No! Estamos bajo la gracia: gracia pura y soberana, no hay nada de legalismo en esto.
Vayamos en nuestras biblias al capítulo 20 de Éxodo donde los israelitas se encontraron a sí mismos en la presencia de la reverente ley de Dios, las “diez palabras” (Éxodo 34:28,28And he was there with the Lord forty days and forty nights; he did neither eat bread, nor drink water. And he wrote upon the tables the words of the covenant, the ten commandments. (Exodus 34:28) Reina-Valera 1909) que les dio Moisés en el Monte Sinaí.
Nuestra idea es determinar estas “diez palabras” mientras encontramos su corolario en el Nuevo Testamento. De los diez mandamientos, ocho son negativos y dos son positivos; nueve morales y uno ceremonial.
La naturaleza de Dios no está sujeta a cambio; por tanto encontraremos que los nueve mandamientos que son esencialmente de índole moral tienen su réplica en el cristianismo. Vamos a examinarlos. El primer mandamiento está ubicado en el tercer versículo de Éxodo 20: “No tendrás dioses ajenos delante de mí”. Este está a la cabeza de la lista. Es fundamental. Es una parte esencial de la dispensación judía. Así también la revelación cristiana preserva esta verdad inviolable. Vamos a 1 Corintios 8:4: “ ... no hay más que un Dios”. Cuán clara e inequívoca es esta afirmación. Ahora leamos el sexto versículo: “para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él”. Así que cuando un Testigo de Jehová venga a su puerta para desafiar su confesión de Cristo como Dios, léale 1 Corintios 8:4-64As concerning therefore the eating of those things that are offered in sacrifice unto idols, we know that an idol is nothing in the world, and that there is none other God but one. 5For though there be that are called gods, whether in heaven or in earth, (as there be gods many, and lords many,) 6But to us there is but one God, the Father, of whom are all things, and we in him; and one Lord Jesus Christ, by whom are all things, and we by him. (1 Corinthians 8:4‑6). Tenemos un solo Dios, pero Dios se ha complacido en revelarse a Sí mismo en tres Personas. Recuerdas cuando Felipe pidió al Señor Jesús: “Señor, muéstranos el Padre, y nos basta”. Qué maravillosa fue la respuesta de nuestro Señor: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre ... yo soy en el Padre, y el Padre en mí” (Juan 14:9,119Jesus saith unto him, Have I been so long time with you, and yet hast thou not known me, Philip? he that hath seen me hath seen the Father; and how sayest thou then, Show us the Father? (John 14:9)
11Believe me that I am in the Father, and the Father in me: or else believe me for the very works' sake. (John 14:11)
). Ahora vamos a 1 Juan 5:20: “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna”. ¡Oh, qué tan clara definición! Estas declaraciones son tal claras como un cristal: Jesús es Dios. Sí, en el cristianismo conocemos a un solo Dios. A veces se manifiesta como el Padre, a veces como el Hijo, y a veces como el Espíritu. (Compare Hechos 5:3-43But Peter said, Ananias, why hath Satan filled thine heart to lie to the Holy Ghost, and to keep back part of the price of the land? 4Whiles it remained, was it not thine own? and after it was sold, was it not in thine own power? why hast thou conceived this thing in thine heart? thou hast not lied unto men, but unto God. (Acts 5:3‑4)). Así que en el cristianismo estamos completamente de acuerdo con el primer mandamiento dado a Moisés: “No tendrás dioses ajenos delante de mí”.
Volviendo ahora al capítulo 20 de Éxodo, tomemos el segundo mandamiento. Vamos a leer desde el versículo 4 hasta el versículo 6: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”. “No te harás imagen”. Ahora vamos a 1 Corintios 10:14: “Por tanto, amados míos, huid de la idolatría”. Véase también el versículo 7: “Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar”. Estamos viviendo en un período que se está preparando para “ ... el hombre de pecado” (2 Tesalonicenses 2:33Let no man deceive you by any means: for that day shall not come, except there come a falling away first, and that man of sin be revealed, the son of perdition; (2 Thessalonians 2:3)). El mundo se va a hundir en la peor idolatría que alguna vez se haya conocido. Los judíos mismos van a estar siete veces más involucrados en la idolatría que jamás antes en su historia. “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación” (Mateo 12:43-4543When the unclean spirit is gone out of a man, he walketh through dry places, seeking rest, and findeth none. 44Then he saith, I will return into my house from whence I came out; and when he is come, he findeth it empty, swept, and garnished. 45Then goeth he, and taketh with himself seven other spirits more wicked than himself, and they enter in and dwell there: and the last state of that man is worse than the first. Even so shall it be also unto this wicked generation. (Matthew 12:43‑45)). El resto del mundo seguirá por lo mismo. Esta tendencia es evidente en la actualidad. ¿Ha notado el rápido aumento en el stock de figurillas y estatuillas a la venta en muchos diferentes tipos de tiendas? Entre ellas podrás ver réplicas exactas de ídolos paganos. Uno siente que todo esto está encaminado para tener todos los materiales listos para la adoración de ídolos y la adoración de la imagen de la bestia (Apocalipsis 13). Cuando el hombre abandona el verdadero conocimiento de Dios cual está revelado en la Palabra de Dios, fácilmente cae en la idolatría. Así ha sido su historia. Tras el aparentemente inocente ídolo de arcilla o madera, está el poder siniestro y la presencia de un demonio: “¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos? Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios” (1 Corintios 10:19-2019What say I then? that the idol is any thing, or that which is offered in sacrifice to idols is any thing? 20But I say, that the things which the Gentiles sacrifice, they sacrifice to devils, and not to God: and I would not that ye should have fellowship with devils. (1 Corinthians 10:19‑20)). “Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar” (Apocalipsis 9:2020And the rest of the men which were not killed by these plagues yet repented not of the works of their hands, that they should not worship devils, and idols of gold, and silver, and brass, and stone, and of wood: which neither can see, nor hear, nor walk: (Revelation 9:20)). Por tanto, en 1 Corintios capítulo 10 hallamos una advertencia solemne dirigida a nosotros los cristianos para que huyamos de todo aquello que está vinculado con la idolatría. Arrodillarse ante cualquier imagen no tiene cabida en el cristianismo. Y esto está completamente de acuerdo con el segundo mandamiento.
Una vez más volvamos a Éxodo 20; esta vez para leer el versículo 7: “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano”. Ahora vamos a Santiago 5:12: “Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación”. ¡Qué tal forma de corroborar completamente la esencia del tercer mandamiento mosaico! Vayamos un poco más en detalle aquí. No creo que ahora haya alguien presente en este lugar que deliberadamente tome el nombre del Señor en vano. Pero déjanos notar que Santiago toma el asunto más allá de esta prohibición mínima: “ ... sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación”. Me pregunto cuántos de nosotros podemos alegar inocencia cuando escuchamos esa exhortación. En español utilizamos expresiones inadecuadas para expresar susto, asombro, asegurar la veracidad de algo o solicitar un favor: ¡Por Dios! ¡Jesús! ¡Jesucristo! ¡Te juro por Dios! ¡Por Dios! Hay que evitar totalmente el uso de estas palabras y expresiones. Para obtener una victoria completa en este asunto de obediencia a la Palabra de Dios necesitamos hacer la oración de David nuestra petición diaria: “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío” (Salmo 19:1414Let the words of my mouth, and the meditation of my heart, be acceptable in thy sight, O Lord, my strength, and my redeemer. (Psalm 19:14)). Pienso en ustedes, los jóvenes, especialmente, respecto al asunto de formar sus hábitos al hablar. No permita que tales expresiones tengan cabida en su forma de expresarse. Hagamos caso a esta advertencia de la Palabra. Cuidemos nuestro lenguaje en el hogar, en la escuela, en la fábrica, en la oficina; deja que sea casto y puro. Que sea tal que pueda permanecer ante el escrutinio del Señor en el tribunal de Cristo.
De nuevo en Éxodo 20, versículos 8-11. Aquí tenemos el cuarto mandamiento: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”. Ahora tengo que confesar que no puedo absolutamente hallar algo que responda a ese mandamiento en el cristianismo. ¡No se va a encontrar! Recuerda que la palabra “sábado” que significa “descanso” se usa por primera vez en Éxodo 16:2323And he said unto them, This is that which the Lord hath said, To morrow is the rest of the holy sabbath unto the Lord: bake that which ye will bake to day, and seethe that ye will seethe; and that which remaineth over lay up for you to be kept until the morning. (Exodus 16:23) en conexión con los hijos de Israel al recoger el maná; pues no se lo debía recoger el sábado, el séptimo día; este fue declarado de manera distintiva para ser un día de descanso. Pero cuando entramos en la dispensación de la gracia, la dispensación cristiana, o administración si prefiere, no encontramos directrices para que guardemos tal día. Solamente hay una mención del día de reposo en alguna de las epístolas del Nuevo Testamento; es decir, en Colosenses 2:16: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo”. Pero notemos la aclaración en el versículo siguiente: “todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo”. Evidentemente la única razón para mencionar el día de reposo aquí es para mostrar que no forma parte de la revelación cristiana. Por el contrario, no era más que una sombra de lo que iba a seguir. En relación a nuestro día de reposo, podemos aprender de Hebreos 4:99There remaineth therefore a rest to the people of God. (Hebrews 4:9) que: “Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios”. No podemos decir que el sábado, el día de reposo, ha sido cambiado al domingo. El sábado siempre fue el séptimo día de la semana; el domingo es el primer día de la semana, por lo que es imposible que sea el sábado. Así que esperamos nuestro día de reposo cuando el Señor nos llevará a la Casa de Su Padre, para que podamos descansar en su amor. El reposo está al final de la jornada.
Algunos pueden hacer la pregunta: “Qué hay acerca del día del Señor, el primer día de la semana; ¿no es este nuestro día de descanso?”. A esto tenemos que responder: “No”. Entonces qué lugar tiene en nuestras vidas. ¿Acaso no está la respuesta en la misma expresión para contestar nuestra pregunta sobre “el día del Señor”? El día le pertenece al Señor. Es para que lo usemos para él. Es el día en que nos reunimos para partir el pan. El término día del Señor se encuentra solamente una vez; esto es, en Apocalipsis 1:10: “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor”. La palabra en griego se puede traducir dominical. Entonces podemos traducir este verso en Apocalipsis 1: “Yo estaba en el Espíritu en el día dominical”. Ahora, si regresamos a 1 Corintios capítulo 11, encontraremos esta misma palabra griega usada en conexión con la Cena del Señor. O bien, podría llamarse la cena dominical. Ahora bien, ¿no es significativo que el único uso de esta palabra griega dominical en el Nuevo Testamento esté en conexión con la cena y el día del Señor? Así que la cena del Señor se celebra en el día del Señor.
El día del Señor se distingue definitivamente de otros días por algunas escrituras significativas. Nuestro Señor Jesucristo se levantó de entre los muertos el primer día de la semana; Él apareció a Sus discípulos ese día; Él apreció a ellos de nuevo el segundo día del Señor después de Su resurrección. Observamos que el Espíritu Santo descendió el día de Pentecostés, que también fue el primer día de la semana; los discípulos estuvieron congregados el primer día de la semana para partir pan; el apóstol Pablo mandó a los corintios que pongan aparte algo el primer día de la semana como contribución para la colecta de los santos pobres. Todas estas escrituras nos muestran que en el cristianismo el primer día de la semana desplaza completamente el día de reposo de los judíos. Cuán inconsistente sería para la Iglesia de Dios que lo celebre como su día, aquel durante el cual su Señor y Salvador estaba bajo el poder de la muerte y en la tumba. Pero cuán glorioso es estar juntos el primer día de la semana, el día de Su victoria sobre la tumba. Cuán dulce y precioso es darle este primer día de la semana, Su día.
Deseo decir algo a ustedes los jóvenes que están aquí hoy. Me da pena mientras voy a diferentes lugares ver tantos jóvenes usando el día del Señor para sus quehaceres normales Usted dice que hay cosas que no va a hacer el día del Señor. Pero ahora, veamos algo más puntual. Dice que está estudiando. Esto es bueno, y una cosa correcta y legítima en la vida. Espero que le vaya bien en sus estudios. Pero está dejando las tareas para hacerlas el día del Señor o diciendo que si no se prepara para los exámenes los días del Señor que no va a sacar las mejoras notas. Busquemos, por la gracia de Dios, darle al Señor Su día.
Tal vez algún joven está diciendo: “Bueno, ¿entonces cómo voy a pasar el día del Señor?” Yo sé de muchas formas que nuestros amados hermanos y hermanas jóvenes pueden usar su tiempo libre durante los días del Señor. Ellos buscan varias formas de compartir el evangelio. Tal vez sea visitar instituciones para repartir folletos y hablar con personas individualmente acerca del Señor. Tal vez sea ir a los parques o calles para predicar. Para otros es visitar a los enfermos y a los presos. Otros ocupan parte del día para escribir cartas que sean de ayuda a amigos cristianos, o tal vez a parientes o amigos inconversos. Otros aprovechan su tiempo para enviar literatura a aquellos que consideran que puedan recibir ayuda para sus almas mediante algún folleto o librito. No, no hay “sábado”, no hay un día de reposo en el cristianismo; pero hay un día cuando podemos estar libres para servir el Señor. Que el Señor no dé una consciencia sensible (no cauterizada) para que de veras pueda ser Su día.
Regresemos a Éxodo 20, leeremos el versículo 12. Aquí tenemos el quinto mandamiento: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”. Si vamos a Efesios 6:22Honor thy father and mother; (which is the first commandment with promise;) (Ephesians 6:2) encontraremos que este mandamiento está citado palabra por palabra. El cristianismo no pediría menos de sus hijos que lo que pide la ley. Qué bendición es cuando vemos a los hijos de padres cristianos que buscan cumplir fielmente la petición de la Palabra tal cual está en la epístola a los Efesios. De esta manera nunca tendrán que lamentarse porque no buscaron dar a sus padres este lugar de honra. Dios no va a ser su deudor. Y van a cosechar la bendición de esto en sus propias vidas.
En el versículo 13 de Éxodo 20 tenemos el sexto mandamiento: “No matarás”. Si vamos a 1 Pedro 4:1515But let none of you suffer as a murderer, or as a thief, or as an evildoer, or as a busybody in other men's matters. (1 Peter 4:15) leemos: “Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida”. El estándar de Dios en este asunto de tomar la vida humana no es menos estricto bajo la revelación cristiana que lo que fue bajo el judaísmo. El asesinato no puede ser tolerado en la dispensación cristiana.
El próximo en orden es el bien conocido séptimo mandato: “No cometerás adulterio”. Aquí déjanos ir a Hebreos 13:4: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios”. Vamos a 1 Corintios 6:9: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios”. Algunos de los santos de Corinto a quien Pablo estaba escribiendo habían sido culpables de estas violaciones del código moral de Dios. Pero ¿no es maravilloso que Dios ha encontrado un camino a través del sacrificio de Su Hijo amado en el Calvario, para limpiar al más vil de toda huella de pecado, y hacer de él un hijo de Dios? Somos santificados, separados (puestos aparte) para Dios, justificados: considerados como si nunca hubiésemos sido culpables. Yo he disfrutado tanto la definición de justificación de la pequeña niña, la cual respondió a su profesor que le había preguntado acerca del significado de la palabra justificado: “Significa como si yo nunca hubiese pecado”. Estaba en lo correcto. Así Dios nos considera. Ten en cuenta que la trinidad completa está ocupada en este asunto. Pero nunca debemos minimizar la gravedad de la inmoralidad ante los ojos de Dios. Él no ha cambiado Su actitud una pizca desde el pronunciamiento solemne hecho en el Sinaí. Escucha Su advertencia hoy: “a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios”.
Estamos viviendo en los últimos días, justo cerca del fin de la presente dispensación de la gracia. Hay una degradación general en los estándares en toda la línea. Algunos de nosotros que somos mayores hemos visto un tremendo cambio durante toda nuestra vida. Algunas de ustedes que son más jóvenes pueden tener la idea de que la debilidad moral presente siempre ha sido tan desenfrenada como lo es ahora. Pero ese no el caso. No estoy diciendo que estas cosas no se dieron anteriormente; sí ocurrieron, pero antes hubo un cierto nivel de opinión pública en contra de ellas. A los culpables de tal maldad se les consideraba como en desgracia. Pero ahora, si aceptamos el mundo del entretenimiento (Hollywood) en películas como nuestra regla de oro, tales violaciones del código moral están consideradas como insignias de honor. Estos mismos “héroes” o “heroínas” no pierden su aceptación en círculos sociales por su conducta. Pero, amados jóvenes, recuerden que mientras estén vivos, los estándares de Dios no varían en lo más mínimo. Él es un Dios tres veces santo, que en ninguna manera pasa por alto el pecado. Hermanos, no bajemos las barreras en estos asuntos. Mantén el estándar donde Dios lo ha puesto y nunca nos vamos a equivocar. Cuanto más tiempo nos toque estar en este escenario, tanto más difícil va a ser poder adherirse al juicio de Dios en este asunto transcendental. Dios todavía habla con la dignidad y autoridad del Dios que conoce el fin desde el principio. Su palabra es “huye de estas cosas” (1 Timoteo 6:1111But thou, O man of God, flee these things; and follow after righteousness, godliness, faith, love, patience, meekness. (1 Timothy 6:11)).
Éxodo 20 de nuevo y el versículo 15 para el octavo mandamiento: “No hurtarás”. Ahora vamos a Efesios 4:28: “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad”. Robar es tan condenado en la dispensación cristiana como en la judía. La iglesia en Efesio recibió la verdad superior que Dios dio para cualquier asamblea. Debe haber sido una condición que había lo que les calificó para convertirse en el depositario de una verdad tan maravillosa. Y después de haberles sentado en lugares celestiales en Cristo Jesús, Dios tiene que bajar hasta el humillante nivel de la carne en ellos, y hablar con ellos sobre el hurto. ¡Tal es el ser humano! La ley se detuvo con la prohibición contundente: “No hurtarás”; pero el cristianismo va más allá de esto y dice que debemos trabajar, haciendo lo que es bueno, para dar a los que tienen necesidad. ¡Qué encantador! Pero notemos que es trabajar en lo que es bueno. El hecho que esté trabajando y haciendo una vida honesta no le libera. ¿Está trabajando en lo que es bueno: lo que tiene la aprobación de Dios? Conocimos a un hermano en Cristo hace años. Ahora está con el Señor. Cuando se convirtió era un camarero en una cantina. Él estaba haciendo una vida honesta, pero sintió que no estaba haciendo lo que era bueno, así que buscó otro trabajo y lo encontró. No hurtamos; eso es negativo; trabajamos en lo que es bueno, ¿pero para qué? Es para que tengamos qué dar. Esto es el cristianismo. Sabes que la Palabra de Dios habla de los “santos pobres”. Tampoco hay alguna inconsistencia bíblica en esas dos palabras: “pobre” y “santos”. Guardemos estas cosas en la mente y así cumplamos la voluntad de Dios.
Ahora para el noveno mandamiento, leamos Éxodo 20:16: “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”. El equivalente de esto encontramos en Efesios 4:25: “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros”.
También considera Romanos 13:9-10: “ ... no dirás falso testimonio ... El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor”. La demanda para el cristiano en este asunto es lo mismo que en la ley, pero va mucho más allá de las demandas de la ley, y mucho más allá en el amor al prójimo.
El último mandamiento se encuentra en Éxodo 20:17: “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”. Ahora vamos a Hebreos 13:5: “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré”. Esto es uno de los diez mandamientos que afectó al apóstol Pablo. Parece que pudo hacer frente a los otros nueve, pero en Romanos 7:7-87What shall we say then? Is the law sin? God forbid. Nay, I had not known sin, but by the law: for I had not known lust, except the law had said, Thou shalt not covet. 8But sin, taking occasion by the commandment, wrought in me all manner of concupiscence. For without the law sin was dead. (Romans 7:7‑8) admitió: “¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto”. Pablo encontró lo que todos hemos descubierto, que codiciar es tan natural como respirar. Pero, sin embargo, la verdad revelada del cristianismo condena la codicia y no es menos severa que la ley de Moisés. Oh, las tristes tragedias que hemos visto de santos de Dios que han sacrificado todo para avanzar en el mundo. La codicia es egoísmo.
“Contentos con lo que tenéis”. Esto no quiere decir que si ahora estás viviendo en pobreza, siempre tendrás que vivir en pobreza. No, no es eso; el significado de esta exhortación es que debemos aceptar nuestras circunstancias y estar contentos en ellas hasta el momento en que Dios considere adecuado cambiarlas. Así que no esté gimiendo y quejándose porque las cosas no son como las quiere: esté contento. Si a Dios le place mejorar sus circunstancias presentes, dele gracias por eso: “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre” (1 Timoteo 6:6-116But godliness with contentment is great gain. 7For we brought nothing into this world, and it is certain we can carry nothing out. 8And having food and raiment let us be therewith content. 9But they that will be rich fall into temptation and a snare, and into many foolish and hurtful lusts, which drown men in destruction and perdition. 10For the love of money is the root of all evil: which while some coveted after, they have erred from the faith, and pierced themselves through with many sorrows. 11But thou, O man of God, flee these things; and follow after righteousness, godliness, faith, love, patience, meekness. (1 Timothy 6:6‑11)). ¡Qué verídica es la Palabra de Dios! ¿No hemos visto todas estas declaraciones de la Escritura verificadas en las vidas de los santos? A veces nuestros jóvenes sienten que necesitan mantener el estándar de vida que ven en las vidas de otros. Y así codician una cosa tras otra. El hecho que vivimos en una época comparativamente próspera en el mundo puede contribuir para aumentar este deseo de tener más. Cuanto más tenemos tanto más queremos tener. No hay lugar para detenerse. Pero, oh, ¡cuán diferente es el Espíritu de Cristo! Fue un espíritu de dar, no de recibir. Así que nos enseñó que: “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:3535I have showed you all things, how that so laboring ye ought to support the weak, and to remember the words of the Lord Jesus, how he said, It is more blessed to give than to receive. (Acts 20:35)). No estoy diciendo que debemos regalar todo lo que tenemos. Solo hay un hombre en la Biblia a quien el Señor le dio este consejo: al joven rico de Lucas 18. Pero el Señor le dijo esto para que el joven pueda llegar a reconocer el cáncer que estaba consumiendo su propia alma: la codicia. No, hermano, las posesiones materiales no son el secreto para la felicidad. La felicidad es un estado de nuestra alma. El disfrutar de Cristo, Su Persona y Su obra es lo que mantiene al corazón reposado y en paz.
Ahora, para resumir: En el cristianismo no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia. No estamos bajo la letra de los diez mandamientos. Estamos bajo el equivalente moral de ellos como se presenta en las epístolas, salvo en el caso del mandamiento que fue ceremonial; esto es, el día de reposo. Este no tiene una contraparte ritual en el cristianismo. Los otros nueve mandamientos, como una cuestión de su contenido moral, los tenemos, pero no como un asunto de “haz esto” y “no hagas aquello”. Más bien, lo tenemos como la expresión de la nueva naturaleza que hemos recibido al haber nacido de Dios. Si los respetamos de esta manera, amados, nunca lo vamos a lamentar. Será bueno para nuestro tiempo y para la eternidad. Los requerimientos justos de la ley se van a cumplir en nosotros (Ve Romanos 8:44That the righteousness of the law might be fulfilled in us, who walk not after the flesh, but after the Spirit. (Romans 8:4)) y así el fruto del Espíritu va a promulgar el amor hacia Dios, y a todos los que son nacidos de Dios: “El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor” (Romanos 13:1010Love worketh no ill to his neighbor: therefore love is the fulfilling of the law. (Romans 13:10)).