El prólogo: Capítulo 1:1-4

1 John 1:1‑4
Las epístolas de Juan son diferentes de las otras epístolas en el Nuevo Testamento en que no mencionan al autor, y la primera epístola no tiene saludos introductorios para aquellos a quienes escribe. Hebreos es la única otra epístola así. Aunque el escritor no se identifica, al comparar la epístola con el evangelio de Juan, vemos que las expresiones utilizadas y el estilo de escritura son idénticos. Además, los mismos temas son prominentes en ambos. Estas observaciones nos muestran más allá de toda duda que fue Juan el escritor de la epístola. Los Padres de la Iglesia primitiva (los primeros expositores cristianos en los tres primeros siglos d. C.) están de acuerdo con esto.
Capítulo 1:1-4.— Los primeros cuatro versículos del capítulo 1 forman la Introducción de la Epístola. Es una declaración de que la vida eterna* se manifestó en este mundo en la Persona del Hijo de Dios, y que personas competentes y dignas de confianza (los apóstoles) dieron testimonio de ello. Ellos declararon este hecho maravilloso para que pudiéramos participar de esa vida con ellos y, así, tener comunión con el Padre y el Hijo y también con todos aquellos en quienes Dios ha obrado.
Juan dice: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos mirado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida; (Porque la vida fué manifestada, y vimos, y testificamos, y os anunciamos aquella vida eterna, la cual estaba con el Padre, y nos ha aparecido)”. Juan dice Lo que era desde el principio ... ”. Podríamos haber pensado que habría dicho: “Él que era desde el principio”, pero Juan no se refiere al Señor Jesús personalmente, sino a la manifestación de la vida eterna* que fue presentada en Él, y, por lo tanto, el uso de “lo que” es apropiado.
El “principio” del cual Juan habla aquí se refiere a cuando la vida eterna* se manifestó por primera vez en este mundo. Esto nos lleva de regreso a la encarnación de Cristo cuando el carácter completo de esa vida se hizo visible en Él (Juan 1:1414And the Word was made flesh, and dwelt among us, (and we beheld his glory, the glory as of the only begotten of the Father,) full of grace and truth. (John 1:14)). “Desde el principio”, con este significado, es una expresión que aparece ocho veces en las epístolas de Juan (1 Juan 1:1; 2:13-14,241That which was from the beginning, which we have heard, which we have seen with our eyes, which we have looked upon, and our hands have handled, of the Word of life; (1 John 1:1)
13I write unto you, fathers, because ye have known him that is from the beginning. I write unto you, young men, because ye have overcome the wicked one. I write unto you, little children, because ye have known the Father. 14I have written unto you, fathers, because ye have known him that is from the beginning. I have written unto you, young men, because ye are strong, and the word of God abideth in you, and ye have overcome the wicked one. (1 John 2:13‑14)
24Let that therefore abide in you, which ye have heard from the beginning. If that which ye have heard from the beginning shall remain in you, ye also shall continue in the Son, and in the Father. (1 John 2:24)
[dos veces]; 3:11; 2 Juan 5-65And now I beseech thee, lady, not as though I wrote a new commandment unto thee, but that which we had from the beginning, that we love one another. 6And this is love, that we walk after his commandments. This is the commandment, That, as ye have heard from the beginning, ye should walk in it. (2 John 5‑6)). Como se ha mencionado, esta frase se refiere al principio del despliegue moral del cristianismo en la Persona de Cristo. No debe confundirse con el “principio” en Génesis 1:1,1In the beginning God created the heaven and the earth. (Genesis 1:1) que marca el principio de todas las cosas creadas, visibles e invisibles. Tampoco es el mismo “principio” que en Juan 1:1,1In the beginning was the Word, and the Word was with God, and the Word was God. (John 1:1) que nos lleva antes de Génesis 1:11In the beginning God created the heaven and the earth. (Genesis 1:1) a una eternidad pasada sin tiempo. Tampoco es el “principio” mencionado en Apocalipsis 3:14,14And unto the angel of the church of the Laodiceans write; These things saith the Amen, the faithful and true witness, the beginning of the creation of God; (Revelation 3:14) que es el principio de la raza de la nueva creación de los hombres bajo Cristo cuando Él resucitó de entre los muertos (2 Corintios 5:1717Therefore if any man be in Christ, he is a new creature: old things are passed away; behold, all things are become new. (2 Corinthians 5:17); Colosenses 1:1818And he is the head of the body, the church: who is the beginning, the firstborn from the dead; that in all things he might have the preeminence. (Colossians 1:18)).
El énfasis de Juan desde el inicio es insistir en el hecho de que Cristo se hizo un Hombre real y, como tal, manifestó plenamente la vida eterna* en este mundo. Al declarar lo que los apóstoles habían experimentado al decir “hemos oído”, “hemos visto”, “hemos mirado” y “palparon nuestras manos”, Juan muestra que la vida eterna* no es un concepto místico (como enseñaban los gnósticos), sino lo que ha sido expresado vívidamente en un Hombre real. Los apóstoles lo conocían como tal y tenían comunión íntima y personal con Él. Juan menciona esto para refutar las nociones de los gnósticos que, blasfemando, enseñaban que Cristo era un fantasma y no un hombre real.
Juan identifica a Cristo como “el Verbo de vida”, y esto se sincroniza con Juan 1:1,1In the beginning was the Word, and the Word was with God, and the Word was God. (John 1:1) que establece que Él es una Persona divina y eterna en la Deidad, que tiene todos los atributos de la divinidad. Se le llama el Verbo de vida porque expresa plenamente la vida y la naturaleza de Dios. Todas las características benditas de Dios fueron presentadas en Él a la perfección. “El Verbo” (Juan 1:1,141In the beginning was the Word, and the Word was with God, and the Word was God. (John 1:1)
14And the Word was made flesh, and dwelt among us, (and we beheld his glory, the glory as of the only begotten of the Father,) full of grace and truth. (John 1:14)
; Apocalipsis 19:1313And he was clothed with a vesture dipped in blood: and his name is called The Word of God. (Revelation 19:13)) es un nombre apropiado para el Señor Jesús. Los verbos (las palabras) son los vehículos por los cuales transmitimos nuestros pensamientos a los demás. Podemos tener ciertos conceptos, ideas y emociones en nuestra mente, y la forma en que los damos a conocer a los demás es a través de las palabras. Por lo tanto, el Señor Jesús es el Verbo de Dios en el sentido de que Él es el Revelador de todo lo que Dios es para con el hombre. Él dio a conocer a Dios plenamente, como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Juan 1:18; 14:9; 17:6-818No man hath seen God at any time; the only begotten Son, which is in the bosom of the Father, he hath declared him. (John 1:18)
9Jesus saith unto him, Have I been so long time with you, and yet hast thou not known me, Philip? he that hath seen me hath seen the Father; and how sayest thou then, Show us the Father? (John 14:9)
6I have manifested thy name unto the men which thou gavest me out of the world: thine they were, and thou gavest them me; and they have kept thy word. 7Now they have known that all things whatsoever thou hast given me are of thee. 8For I have given unto them the words which thou gavest me; and they have received them, and have known surely that I came out from thee, and they have believed that thou didst send me. (John 17:6‑8)
).
Versículo 2.— Entre paréntesis, Juan declara que los apóstoles no solo vieron la vida eterna* expresada en Cristo, sino que también dieron testimonio de ella y lo anunciaron a los santos (“os anunciamos”). El relato de los apóstoles es una declaración de que Cristo, quien es la personificación de esta vida y debidamente llamado “aquella Vida Eterna”, existió eternamente “con el Padre” en el cielo antes de manifestarse en este mundo. Esto significa que la vida eterna* es algo que los hombres no conocían antes de la venida de Cristo. Como se ha mencionado en la Introducción, la vida eterna* es conocer a Dios como nuestro Padre y a Jesucristo como Su Hijo (Juan 17:33And this is life eternal, that they might know thee the only true God, and Jesus Christ, whom thou hast sent. (John 17:3)). Para que una persona pudiese tener este carácter de vida divina, Cristo tuvo que venir y revelar la relación eterna del Padre y el Hijo (Juan 1:14-1814And the Word was made flesh, and dwelt among us, (and we beheld his glory, the glory as of the only begotten of the Father,) full of grace and truth. 15John bare witness of him, and cried, saying, This was he of whom I spake, He that cometh after me is preferred before me: for he was before me. 16And of his fulness have all we received, and grace for grace. 17For the law was given by Moses, but grace and truth came by Jesus Christ. 18No man hath seen God at any time; the only begotten Son, which is in the bosom of the Father, he hath declared him. (John 1:14‑18)), y hacer expiación por el pecado (Juan 3:14-1514And as Moses lifted up the serpent in the wilderness, even so must the Son of man be lifted up: 15That whosoever believeth in him should not perish, but have eternal life. (John 3:14‑15)), y también, enviar al Espíritu Santo para que morase en los creyentes (Juan 4:1414But whosoever drinketh of the water that I shall give him shall never thirst; but the water that I shall give him shall be in him a well of water springing up into everlasting life. (John 4:14)). Los santos del Antiguo Testamento, por lo tanto, no podían tener vida eterna*. Nacieron de Dios y, por lo tanto, tenían vida divina y ahora están a salvo en el cielo, pero no conocían este carácter de la vida divina que la Escritura llama “vida eterna*”.
En los versículos 3-4, Juan explica por qué Dios se propuso manifestar la vida eterna* y dársela a los creyentes: es para llevarnos a la bendición de la comunión con Personas divinas, algo que los santos del pasado nunca habían conocido. En pocas palabras, Él quiere que disfrutemos de lo que Él ha disfrutado eternamente. Juan dice: “Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros: y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con Su Hijo Jesucristo. Y estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido”. Por lo tanto, el Padre y el Hijo han habitado eternamente juntos en dulce comunión con el Espíritu Santo, y ahora que se ha consumado la redención, se ha abierto un camino en gracia para traer a otros a esa comunión.
Los apóstoles fueron los primeros en gustar de esta dulce comunión y la declararon en la predicación del evangelio, para que todos los que crean también conozcan y disfruten de su bienaventuranza. Cristo, el Hijo de Dios, es el centro de esta comunión divina y, como tal, es la fuente de gran deleite para Dios el Padre. Él pudo decir: “Con Él estaba Yo ordenándolo todo; y fuí Su delicia todos los días” (Proverbios 8:3030Then I was by him, as one brought up with him: and I was daily his delight, rejoicing always before him; (Proverbs 8:30)). El Padre se deleita en Su Hijo (Mateo 3:17; 17:517And lo a voice from heaven, saying, This is my beloved Son, in whom I am well pleased. (Matthew 3:17)
5While he yet spake, behold, a bright cloud overshadowed them: and behold a voice out of the cloud, which said, This is my beloved Son, in whom I am well pleased; hear ye him. (Matthew 17:5)
; Juan 3:35; 5:2035The Father loveth the Son, and hath given all things into his hand. (John 3:35)
20For the Father loveth the Son, and showeth him all things that himself doeth: and he will show him greater works than these, that ye may marvel. (John 5:20)
) y quiere compartir ese deleite con nosotros para que también podamos conocer su bienaventuranza. (Comparar con Salmo 36:88They shall be abundantly satisfied with the fatness of thy house; and thou shalt make them drink of the river of thy pleasures. (Psalm 36:8)). Beber de la copa del deleite del Padre y disfrutar de una dulce comunión con Él y Su Hijo es la esencia de la vida eterna*. De hecho, es una verdad asombrosa que Dios en gracia (y a un gran costo para Sí mismo) alcanzara y trajera a pecadores que se habían alejado de Él, a una comunión íntima y personal con Él ¡y eso es lo que Él ha hecho!
Juan concluye sus comentarios introductorios agregando que no es solo el deseo de Dios que experimentemos este gozo, sino que también es el deseo de los apóstoles, y es una de las razones por las que Juan escribió la epístola.