La Biblia de los (así llamados) Testigos de Jehová

Un hermano en Cristo nos ha preguntado con respecto a la traducción de la Biblia hecha por los así llamados Testigos de Jehová. Según el prefacio de la traducción inglesa, se terminó de traducir la versión original, que se titula, Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, en el año 1961, revisada en 1970, y publicada también en holandés, italiano, portugués y español.
La piedra de toque de cualquier traducción de los textos originales del hebreo, arameo y griego es la forma en que presentan los versículos claves que afirman la Deidad de Cristo, el Hijo de Dios. No es necesario saber nada de los idiomas originales, tampoco de los modernos, para poder discernir la diferencia enorme entre una traducción fiel y una que es falsa. Daremos algunos ejemplos:
1. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios ... . Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros ... ” (Juan 1:1,141In the beginning was the Word, and the Word was with God, and the Word was God. (John 1:1)
14And the Word was made flesh, and dwelt among us, (and we beheld his glory, the glory as of the only begotten of the Father,) full of grace and truth. (John 1:14)
traducción de Cipriano de Valera [C.V.], de la Versión Moderna [V.M.] y de la versión Reina-Valera [R.V.]). Pero en la versión de los Testigos de Jehová la última frase es así: “y la Palabra era un dios”. Esta es una perversión grave del texto. El artículo “un” no existe en el idioma griego. Los griegos no tenían el artículo indefinido, “un”, sino solamente el artículo definido, “el”. ¿Por qué, entonces, intercalaron los traductores de la versión de los Testigos de Jehová un artículo indefinido en el texto, un artículo que no existe en el griego, modificando la palabra “dios”? Porque dichos Testigos de Jehová niegan rotundamente la Deidad de Cristo. Son “anticristos” en sumo grado. Su mayor punto de ataque contra la verdad es negar la Deidad del Hijo de Dios.
2. “Cuyos son los padres, y de los cuales es Cristo según la carne, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén” (Romanos 9:5,5Whose are the fathers, and of whom as concerning the flesh Christ came, who is over all, God blessed for ever. Amen. (Romans 9:5) C.V. La V.M. y la R.V. concuerdan también con ésta). Pero en la versión de los Testigos de Jehová, se traduce así: “A ellos les pertenecen los patriarcas y de ellos descendió el Cristo. Que Dios, que está por encima de todo, sea alabado para siempre. Amén”. ¿Quién era Cristo antes de que fuese hecho carne: el Dios Creador, o una criatura? ¡El Dios Creador! Pero vemos la perversión del texto hecha por los Testigos de Jehová y por los Modernistas hoy en día: ellos separan la cláusula que identifica a Cristo con el Dios quien es sobre todas las cosas, usando un punto (.), y cambiando una cláusula de sentido afirmativo y conjuntivo en otra de sentido independiente y subjuntivo. El motivo es obvio: negar la Deidad de Cristo, el Hijo de Dios.
3. “Porque en Él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente” (Colosenses 2:9,9For in him dwelleth all the fulness of the Godhead bodily. (Colossians 2:9) C.V.). “Porque en Él reside toda la plenitud de la Deidad corporalmente” (V.M.). “Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (R.V.). ¿Puede haber algo más que “toda la plenitud de la Deidad”? ¡Imposible! Pero ¿en quién mora esa plenitud? ¡En Cristo, Dios y hombre en una sola persona! ¿Qué dice la versión de los Testigos de Jehová? “Porque en él reside corporalmente toda la plenitud de la naturaleza divina”. ¿Con qué propósito cambiar el sustantivo “Deidad” en “naturaleza divina”?
4. “Esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo” (Tito 2:13,13Looking for that blessed hope, and the glorious appearing of the great God and our Saviour Jesus Christ; (Titus 2:13) C.V.). “Aguardando aquella esperanza bienaventurada, y el aparecimiento en gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo” (V.M.). “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (R.V.). Es tan claro como el sol de mediodía que las dos palabras, Dios y Salvador, se refieren a la misma persona, Jesucristo. ¿Qué dice la versión de los Testigos de Jehová? “Mientras esperamos la feliz esperanza y la gloriosa manifestación del gran Dios y de nuestro Salvador, Jesucristo”. La introducción de las palabras “de nuestro” entre Dios y Salvador rompe la conexión íntima entre “Dios” y “Salvador”, dando cabida a la idea de que el gran Dios es una persona y que nuestro Salvador es otra. ¿Para qué debilitar la fuerza gramatical de la verdad?
5. “Mas al Hijo [dice]: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo” (Hebreos 1:8,8But unto the Son he saith, Thy throne, O God, is for ever and ever: a sceptre of righteousness is the sceptre of thy kingdom. (Hebrews 1:8) C.V.). “Del Hijo empero se dice así: ¡Tu trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos!” (V. M.). “Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo” (R.V.). Otra vez, es tan claro como la luz de mediodía que el Hijo y Dios son la misma persona. Pero ¿qué dicen los Testigos de Jehová? “Pero del Hijo dice: ‘Dios es tu trono para siempre jamás, y el cetro de tu Reino es el cetro de rectitud’”. La corrupción del texto inspirado es obvia.
Jesús dijo a los líderes incrédulos de los judíos —los Testigos de Jehová de Su día—: “Yo y el Padre una cosa somos” (Juan 10:3030I and my Father are one. (John 10:30)). Para concluir, leamos Juan 17:5: “Ahora pues, Padre, glorifícame Tú cerca de Ti mismo con aquella gloria que tuve cerca de Ti antes que el mundo fuese”.
Otra verdad bien sentada que los Testigos de Jehová combaten airadamente es que hay infierno. Negar al Hijo de Dios y llegar al infierno se afirma en un solo dicho de Jesús: “el que es incrédulo al Hijo, no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:3636He that believeth on the Son hath everlasting life: and he that believeth not the Son shall not see life; but the wrath of God abideth on him. (John 3:36)). Ellos no creen en el Hijo como siendo Dios, y, por lo tanto, al infierno irán.