Mantenimiento del orden en la asamblea local
En la asamblea de Corinto existían graves desórdenes que fueron el motivo por el que la epístola fue escrita. El apóstol Pablo había estado con los corintios durante 18 meses y sin lugar a duda no habría permitido que tales cosas continuaran mientras él estaba allí. Es de suponer, por tanto, que las cosas en la asamblea de Corinto se habían deteriorado considerablemente.
Pablo optó por escribir a los corintios respecto a los problemas que había entre ellos, en vez de visitarlos en persona. De haber ido a Corinto, habría tenido que usar su autoridad apostólica como vara de corrección y juzgar a muchos de ellos que eran culpables (1 Corintios 4:2121What will ye? shall I come unto you with a rod, or in love, and in the spirit of meekness? (1 Corinthians 4:21)). Por ello, en misericordia, se mantuvo alejado y les escribió esperando que Dios produjera en ellos el arrepentimiento por el que arreglarían las cosas que estaban en desorden (2 Corintios 1:2323Moreover I call God for a record upon my soul, that to spare you I came not as yet unto Corinth. (2 Corinthians 1:23)). Así pues, la epístola trata varios asuntos concernientes al orden interno de la asamblea local, así como su responsabilidad pública. Considera la asamblea de Dios en sus privilegios y responsabilidades en la tierra y presenta el orden establecido por Dios para su funcionamiento normal. De este modo, se nos brinda intuición divina para el mantenimiento del orden en una asamblea cristiana local.
Introducción de la epístola
Capítulo 1:1-9.— Pablo establece su condición de apóstol al comienzo para que los santos de Corinto entendiesen claramente que las cosas que iba a escribir respecto a los desórdenes que había entre ellos no eran prejuicios personales suyos, sino mandatos apostólicos del Señor (1 Corintios 14:3737If any man think himself to be a prophet, or spiritual, let him acknowledge that the things that I write unto you are the commandments of the Lord. (1 Corinthians 14:37)).
Las instrucciones que da no sólo se aplican a la asamblea de Corinto, sino también a “todos los que invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo en cualquier lugar”. Esto significa que la epístola es aplicable a todas las asambleas cristianas, tanto entonces como ahora. Al estar escrita de manera correctiva, se nos instruye en cuanto a cómo debemos lidiar con tales problemas si surgieran en la Iglesia de hoy.
Diez desórdenes abordados y corregidos
Pablo procede a corregir al menos diez desórdenes en la asamblea de Corinto. De este modo, en sus observaciones se nos brinda una exposición compuesta de lo que debe caracterizar a una asamblea local de cristianos. Son:
• Fracaso en mantener la unidad en la asamblea.
• Fracaso en juzgar el mal moral.
• Fracaso en resolver disputas personales.
• Fracaso en entender la libertad cristiana en relación con la moralidad.
• Fracaso en entender la libertad cristiana en relación a la idolatría.
• Fracaso en entender el liderazgo y su señal.
• Fracaso en tener sobriedad en la Cena del Señor.
• Fracaso en relación a la naturaleza y el uso de dones.
• Fracaso en el mantenimiento de la sana doctrina.
• Fracaso en relación a las ofrendas.
Versículos 3-9.— Antes de lanzarse a las cosas que necesitaban corrección, el apóstol alaba a los corintios por todo aquello que provenía de Dios en ellos. Esto haría que los corintios estuviesen más dispuestos a recibir sus próximas exhortaciones. Este es un principio que deberíamos tener en cuenta. El amor cristiano elogiará, si es posible, antes de corregir.