Libro 1. Salmos 1-41.

 
Salmos 1. 2. Proponer el tema principal del primer libro (1-41.), de hecho de toda la colección, aunque hay otros, y, puede ser, una gama más amplia de temas. Pero los principios y circunstancias en vista se exponen claramente desde el principio. En cuanto a los Nombres divinos empleados, es notable que Jah' no aparece en este libro, aunque se encuentra en los otros cuatro, y Jehová se menciona considerablemente más de tres veces más a menudo que los otros Nombres. Esta es una proporción mucho mayor que en los otros libros. De hecho, en los libros 2, 3. 'Elohim' predomina en gran medida. En el Libro 1., Salmo 8. es el único en el que se invoca 'Adonim', y 'Elion' no aparece después del Salmo 21. Shadday ' no se encuentra, sino dos veces a lo largo de los ciento cincuenta salmos. De esto parecería evidente que el primer libro se ocupa de aquellos que están en un lugar de relación conocida y reconocida, pero en medio de dificultades, y antes de que el poder haya intervenido para establecer la bendición destruyendo al enemigo y al adversario. La primera parte del libro, digamos el Salmo 21, trata principalmente del conflicto con los malvados, Salmos 9, 10, detallando la historia real de los últimos días. La segunda mitad, del Salmo 23, presenta más preguntas y ejercicios morales. La doxología es la misma que al final del cuarto libro, excepto que allí todas las personas están llamadas a decir: “Amén”. El primer libro tiene más que ver con Cristo personalmente en la tierra, y el Remanente de ese tiempo, y también tiene claramente en vista al Remanente de los últimos días que se encuentran en Jerusalén en la primera mitad de la septuagésima semana de Daniel.
1.—El hombre bendito, porque justo, es visto entre los impíos. Su carácter, el del Resto piadoso, se distingue, en la separación de corazón y camino, y de profesión deliberada. En cuanto al bien positivo, su predilección está en la ley de Jehová, de la que se alimenta. El resultado, el crecimiento, la fruta y la estabilidad son el resultado. Los impíos no lo son, y no estarán en el juicio.
Jehová, 2.
NOTA.—El tema es el camino de los justos y el camino de los impíos.
2.—Entonces se revela la escena:— las naciones tumultuosas, los pueblos meditando vanidad; los reyes de la tierra de pie, y los príncipes tomando consejo juntos contra el Señor y contra Su Ungido. Adonay, en el trono de Jehová, se burla de ellos y los confundirá. Proféticamente, Jehová pone al Mesías sobre Su monte de Sión, quien allí declara el decreto hecho en el día de la humillación. En el día de la exaltación, se advierte a los reyes y jueces que se sometan. Los bienaventurados son, aquí, los que confían en Él.
Jehová, 3; Adonay, 1.
NOTA.—Las circunstancias son humillación, gloria, exaltación. El Hijo de Dios nacido en humillación, el Cristo rechazado, es Adonay en los cielos; el Hijo a quien se debe todo homenaje, y que debe ser servido con temor, identificándose así con Jehová. Él es, además, el Rey de Jehová puesto sobre Sión.
Salmos 3.-7. exponer los principios que mueven a los justos del Salmo 1 en medio de las circunstancias del Salmo
3.—Rodeados de perturbadores, la fe confía en Jehová según Su soberanía en gracia, aunque la masa del pueblo sea rebelde. La salvación es de Él, y Su bendición está sobre Su pueblo.
Jehová, 6; Elohim, 2.
NOTA.—La fe se identifica con el pueblo de Jehová y su bendición, y cuenta con Su respuesta en gracia para la tierra. Por Su Espíritu en el Resto en el día venidero, Cristo hace esto.
4.—El Espíritu de Cristo en el Resto ora, como uno apartado para Jehová, y, en rectitud consciente, testificando al pueblo apóstata de piedad y fe. El día del testimonio terminó, descansa en paz bajo el cuidado de Jehová, calmado de corazón a pesar de la justa indignación (v.4).
Jehová, 5; Elohim, 1.
NOTA.—El salmo anterior distingue la fe. Este, justicia y testimonio.
5.—Por la mañana se prepara para el servicio de Dios, como alguien moralmente separado del mal, y entra en el Templo. Allí reconoce la maldad del pueblo como tal (comparar Romanos 3:9-19), e impreca juicio sobre ellos, pero declara bendición sobre los justos en la justicia de Dios.
Jehová, 5; Elohim, 2; El, 1.
NOTA.—Es testimonio en la primera media semana, y la adoración formal llevada a cabo en medio de una misa apóstata. (Ver Marcos 11:12-17.) La santidad en la supremacía sobre el mal distingue a El.' (v. 4).
'El' en sí mismo significa El Poderoso. Su uso en los Salmos es muy marcado y de la mayor importancia. Esto se notará a medida que avancemos. Es suficiente decir aquí que el Espíritu de profecía lo pone en gran parte en los labios del bendito Salvador, indicando así que es un término expresivo de las relaciones personales. (Ver Salmos 16:1, 18:30, 47, 22:1, 10, 102:24.) Es el nombre usado, en contraste con el hombre, para un Dios poseído personalmente, ya sea verdadero o falso. (Isaías 43, 44; Lam. 3:4141Let us lift up our heart with our hands unto God in the heavens. (Lamentations 3:41); Ez. 28.; Dan. 11:3636And the king shall do according to his will; and he shall exalt himself, and magnify himself above every god, and shall speak marvellous things against the God of gods, and shall prosper till the indignation be accomplished: for that that is determined shall be done. (Daniel 11:36); Os. 11:9.) Él es, por lo tanto, el 'El' que se revela (Génesis 16:13, 35:1, 46:3; Job 33:14-18, 2914For God speaketh once, yea twice, yet man perceiveth it not. 15In a dream, in a vision of the night, when deep sleep falleth upon men, in slumberings upon the bed; 16Then he openeth the ears of men, and sealeth their instruction, 17That he may withdraw man from his purpose, and hide pride from man. 18He keepeth back his soul from the pit, and his life from perishing by the sword. (Job 33:14‑18)
29Lo, all these things worketh God oftentimes with man, (Job 33:29)
.), Emanuel, El ' con nosotros (Isa. 8:1111For the Lord spake thus to me with a strong hand, and instructed me that I should not walk in the way of this people, saying, (Isaiah 8:11)), conocido en ciertos caracteres morales. Él está celoso (Éxodo 34:14; Deu. 4:24, 5:9, 6:15; José 24:19; Nahúm 1:2), misericordioso (Éxodo 34:6; Deuteronomio 4:31; Neh. 9:3131Nevertheless for thy great mercies' sake thou didst not utterly consume them, nor forsake them; for thou art a gracious and merciful God. (Nehemiah 9:31); Jonás 4:2), misericordioso (Jonás 4:2), perdonador (Salmo 99:8; Miq. 7:18), fiel (Deuteronomio 7:9, 32:4), justo (Job 34:10, 12, 17-28, 36:3-7; Isaías 45:21), santo (Isaías 5:16), poderoso (Isaías 10:21; Jer. 32:1818Thou showest lovingkindness unto thousands, and recompensest the iniquity of the fathers into the bosom of their children after them: the Great, the Mighty God, the Lord of hosts, is his name, (Jeremiah 32:18)), grande y terrible (Deuteronomio 7:21, 10:17; Dan. 9:44And I prayed unto the Lord my God, and made my confession, and said, O Lord, the great and dreadful God, keeping the covenant and mercy to them that love him, and to them that keep his commandments; (Daniel 9:4); Neh. 9:3232Now therefore, our God, the great, the mighty, and the terrible God, who keepest covenant and mercy, let not all the trouble seem little before thee, that hath come upon us, on our kings, on our princes, and on our priests, and on our prophets, and on our fathers, and on all thy people, since the time of the kings of Assyria unto this day. (Nehemiah 9:32)); el 'El' del conocimiento (1 Sam. 2:33Talk no more so exceeding proudly; let not arrogancy come out of your mouth: for the Lord is a God of knowledge, and by him actions are weighed. (1 Samuel 2:3)), de las recompensas (Jer. 51:5656Because the spoiler is come upon her, even upon Babylon, and her mighty men are taken, every one of their bows is broken: for the Lord God of recompences shall surely requite. (Jeremiah 51:56)), el vivo (Jos. 3:1010And Joshua said, Hereby ye shall know that the living God is among you, and that he will without fail drive out from before you the Canaanites, and the Hittites, and the Hivites, and the Perizzites, and the Girgashites, and the Amorites, and the Jebusites. (Joshua 3:10); Os. 1:11), el eterno 'El' (Génesis 21:33)—El Shadday, El Elion (Génesis 14, 17. etc.). En fin, Él es quien gobierna a los hombres en la fuerza de la santidad (Jer. 32:18, 51:56), porque Él es supremo sobre el mal en santidad y gracia. Esto está completamente establecido en el Libro de Job, donde este Nombre se emplea característicamente, y también por Balaam como el portavoz de esto. (Núm. 23, 24.)
6—La noche se cierra con un sentimiento de la ira de Jehová. La muerte la teme y desprecia. Sin embargo, cuenta con la misericordia y la intervención de Jehová, y rechaza la compañía de los impíos.
Jehová, 8.
NOTA.—Esta es una enfermedad piadosa en el hombre, y misericordia de parte de Jehová. Los enemigos son suyos aquí: en el Salmo 5. eran de Jehová: el Anticristo y su compañía. La separación es el pensamiento principal.
7.—Esto introduce la persecución, y de inmediato, de una manera especial, el Espíritu de Cristo identifica a Mm con el pueblo, alegando gracia personal de su parte como motivo de juicio contra sus enemigos. El juicio buscado es el futuro de la crisis. Mientras tanto, Elohim protege a los rectos y prepara el castigo para los malvados, cuyo carácter, así como la forma de su destrucción, se establece.
Jehová, 7; Elohim, 5; El, 1; Elion, 1.
NOTA.—El Altísimo está aquí por primera vez introducido en los Salmos. Es el Nombre milenario de Dios, como supremo en gobierno y bendición. Jehová está en la asamblea de los pueblos y ministra juicio. Él es, pues, el Ungido del Salmo ü. Además, es en Él que el hombre justo, como en el Salmo 1, está establecido (vv. 6-9). Por lo tanto, en las Escrituras, Cristo como Hombre nunca es visto aparte de lo que Él es como divino. La indignación con respecto a los malvados se atribuye a El”.
8.—En el día del éxito de los adversarios, la gloria de Jehová está sobre los cielos, y Su poder en testimonio está en boca de bebés y lactantes en la tierra. En comparación con la poderosa hechura de los cielos y sus luminarias, ¿qué es el hombre para que se le considere así? Hecha un poco más baja que los ángeles, la gloria es verificada y mostrada en Mm (hasta ahora solo a la fe, porque el día de gloria aún no ha amanecido), y Él debe ejercer la supremacía universal.
Jehová, 2; Adonim, 2.
NOTA.—Este, que es presentado como Enosh y Ben Adam, es el tema del testimonio de Dios en la tierra, aunque en boca de bebés (v.2), y es el glorificado sobre los cielos. (Hechos 7:54-59.) Este salmo cierra la serie e introduce lo que sigue, exponiendo las circunstancias de los últimos días. Los opositores dentro y fuera se notan en el versículo 2. (Cf. 1 Corintios 15:24-26; Heb. 2:88Thou hast put all things in subjection under his feet. For in that he put all in subjection under him, he left nothing that is not put under him. But now we see not yet all things put under him. (Hebrews 2:8); Efesios 1:21, 22.)
Salmos 9, 10. presentar la escena en la tierra en los últimos días lo que Dios ve, y lo que hace el hombre malvado. Los cuatro ejercicios siguientes proporcionan los ejercicios correspondientes.
9.—Se celebra al Altísimo —Jehová en poder milenario—. Él se sienta en Su trono terrenal. Las naciones son reprendidas, los impíos son destruidos, pero Jehová es entronizado para siempre. Pero este es Cristo, porque es Él quien juzgará al mundo en justicia. (vv. 7, 8; Hechos 17:31.) Él es Jehová, y el Hombre por quien Jehová juzga con justicia; sin embargo, es Su derecho y causa (v. 4) lo que se mantiene, el Remanente se identifica con Mm. Él es un refugio para los oprimidos, y no abandona a los que lo buscan. Él se sienta en Sión, y el testimonio ha de salir a los pueblos, porque en el juicio se ha acordado de la misericordia. El juicio entonces cae sobre las naciones y los impíos, que están atrapados en su propia trampa de acuerdo con los caminos de Dios en el gobierno. Jehová, no el hombre, debe tener la sartén por el mango, y las naciones deben ser puestas bajo Su temor.
Jehová, 9; Elion, 1; Elohim, 1.
NOTA.— Cristo, verdaderamente Hombre, es Jehová en la mente del Espíritu. Las naciones son reprendidas, los impíos destruidos, los pueblos son evangelizados (v.11), se hace justicia por ellos y los pobres son liberados.
10.—En el salmo anterior se declaró una inquisición judicial, pero esto es una apelación a Jehová, que es Rey, en nombre de su tierra, y de los afligidos en ella, contra los impíos. Persigue a los pobres, se glorifica en sus propios pensamientos, alienta a los codiciosos y desprecia a Dios y a su gobierno. Desprecia a sus enemigos, asesina a los inocentes e indefensos, y endurece su conciencia contra Dios. El Espíritu de Cristo en intercesión pregunta: ¿Por qué, porque ha dicho en su corazón: No lo requerirás? Jehová ve, oye y se compromete por los afligidos, los miserables y los huérfanos. Él rompe el brazo de los malvados. Él es Rey, las naciones perecen de Su tierra. El hombre de la tierra ya no aterroriza.
Jehová, 5; Elohim, 2; El, 2.
NOTA.— El carácter de El con respecto al mal es ignorado por los malvados y apelado por los justos. Elohim y El son prominentes en este salmo a causa del hombre malvado que desprecia a Jehová o a cualquier Dios. (Ver 2 Tes. II. 4.)
Los ejercicios correspondientes siguen en los siguientes cinco salmos.
11.—Aquí se nos da la respuesta de la fe a las dudas inspiradas por los engañadores—dudas con respecto al mantenimiento del testimonio de Dios. Es una tentación que se encuentra especialmente en la primera media semana, a saber, renunciar a los privilegios religiosos establecidos por Jehová. La fe que lo frustra es la fe de Ezequías (Isaías 36:16, 17), en contraste con la de Jeremías. (Véase Jer. 21:9, 24.). Se arroja sobre la justicia de Jehová (cf. 2 Tesalonicenses 1:5, 6), y se refugia en Él a pesar del poder de los malvados y la perversión de todo bien, poseyendo Su lugar de santidad y Su sede de poder en el cielo. Desde allí Jehová considera y discrimina, odiando y juzgando a los violentos, pero mostrando favor a los rectos.
Jehová, 5.
NOTA. —Este salmo es todo Jehová', ya que es fe que reconoce una relación establecida, aunque al borde de la ruina, y el juicio de los impíos.
12.—El estado de cosas entre el pueblo profeso de Jehová empeora continuamente. La falsedad y el orgullo, la autoafirmación y la autoexaltación, lo distinguen. Pero Jehová promete Su palabra en favor de los afligidos y los pobres, esa palabra preciosa y confiable de Jehová que es su seguridad a pesar de la prevalencia de los malvados.
Jehová, 5.
NOTA.—Es el testimonio de Jesús, el Espíritu de profecía, juzgando por la Palabra el carácter de los impíos (vv. 2-4), testificando de Jehová y Sus palabras (vv. 5, 6), y dando a los piadosos la confianza de Su intervención. La fe era la nota clave del salmo anterior; de esto, la Palabra.
13.— El mal alcanza su apogeo, ¿y qué le queda al santo? La fe sólo puede clamar a Jehová como un paria. Su palabra, y el título para contar con ella, parecería haber fallado. Tomar consejo en su propia alma con tristeza de corazón, mientras que el enemigo obtiene la ventaja, es su triste suerte. Queda una cosa, la bondad amorosa de Jehová. Esto es efectivo para la liberación.
Jehová, 3; Elohim, 1.
NOTA.— La liberación es para el alma que toma el terreno de necesitar misericordia. Aquí el punto especial es la oración.
14.— En el salmo anterior hemos visto el poder del mal dentro del lugar del testimonio. Aquí es una gran impiedad diciendo: No Dios, confesando no el nombre de Jehová y oprimiendo a Su pueblo. El Espíritu de Cristo toma nota de su carácter, e intercede por Su pueblo contra ellos, mientras anhela la salvación de Israel de Sión.
Jehová, 4; Elohim, 3.
NOTA.— El enemigo externo parece estar a la vista aquí. Por lo tanto, se introduce Elohim, que no es un nombre de relación especial, sin embargo, un Remanente es propiedad pública de Él (ver vers. 5, 6, que no están en Sal. 53.), y la misa es rechazada.
15.— Mientras cierra apropiadamente la serie, este salmo abre una pregunta completamente nueva antes del Salmo. 1. No es simplemente la bienaventuranza del hombre justo, sino el lugar en el que habitará. Este punto es un elemento principal en la próxima serie. (15-24) El Espíritu de Cristo dirige la pregunta a Jehová y recibe la respuesta oracular, que Él comunica, con la seguridad de que tal hombre nunca será movido.
Jehová, 2.
NOTA.— El tabernáculo era el lugar del sacerdote y del culto público (en Gabaón, en los días de David). Sión era el lugar del arca cuando David la colocó allí, el lugar de gracia y comunión. Aquí se contempla la recepción pública de los justos sobre la base de la gracia, en una relación reconocida y establecida. Por lo tanto, sólo se dirige a Jehová.
Podemos observar que el círculo de temas propio del primer libro de Salmos se completa en el Salmo 28. Desde allí hasta el Salmo 24 hay relacionados con él grandes testimonios y hechos divinos. Y es interesante notar que el Salmo 15 concuerda en carácter con el Salmo 24, y el Salmo 16 con el Salmo 23. El orden de estos salmos se invierte respectivamente, porque lo que es primero como tema viene último como un hecho; y la caminata por el desierto, que fue realmente la primera en el tiempo, toma un segundo lugar cuando se propone como un tema de fe judía. Compare el Salmo 15 con el Salmo 65:4, para la porción del santo judío; y el Salmo 24 con el Salmo 118:19, 20, para lo que es especial para Cristo.
16.— Este maravilloso salmo nos presenta al Hombre perfecto, que es una Persona divina, ocupando su lugar como Hombre plena y verdaderamente en la humillación. Tan completamente se identifica a sí mismo, en gracia, con los santos, que el caviler puede aprovecharlo para decir: ¿Dónde hay algo especial para una Persona divina aquí? Pero tales olvidan que sólo Uno, que es Dios, podría ser competente para asumir en santidad un lugar de humillación, y dar testimonio de que lo ha hecho. Porque aquí, en Su propia competencia, Él forma el lugar que toma. Niega una bondad propia de 'El', suprema en santidad, aunque ciertamente esto fue siempre suyo; así como, en Filipenses 2, Él considera que no es un robo ser igual a Dios. Siendo Dios, Él no necesitaba aspirar a la igualdad con Él. Así que aquí Él no reclama una bondad que alcance a Mm, porque era suya sin reclamarla. Por el contrario, Él tiene Sus delicias con los santos en la tierra, los excelentes. Con ellos reclama la asociación del corazón, habiéndose despojado de sí mismo y tomado la forma de un esclavo. Fue gracia y humildad en Cristo. Dios había salido a la luz, se había hecho hombre en gracia entre los hombres, y por lo tanto divinamente perfecto en hombría ante Dios.
No busca, como Adán, el conocimiento del bien y del mal; Lo tiene en el amor absoluto y divino del bien. Sin embargo, esto, en la virilidad, Él lo niega, para depender de Dios y Su palabra para elegir el bien y rechazar el mal. La perfección de Cristo al tomar la edad adulta muestra la deidad que lo hace. Él testifica a Jehová que Él es Adonay; en cuanto a los santos, que su deleite está en ellos; de idólatras, que los rechaza totalmente. Esta es Su posición en la tierra: el Testigo Perfecto. Cristo entró realmente en estas circunstancias, y mucho más, para tener las experiencias de la vida divina en un mundo pecaminoso, y así formar un camino piadoso para los santos que pasan a través de él, dándoles un ejemplo perfecto en Su Persona, y simpatizando con ellos en ella. Pero que no se diga que Él tomó parte en la vida del primer Adán. Tomó parte en carne y sangre porque los hijos de Dios eran participantes de carne y sangre. Su vida no estaba conectada con el pecado, excepto cuando fue hecho en la cruz. En realidad y moralmente, el pecado siempre fue externo a Él, opuesto y antagónico a Él. Fue lo que Él vino a desechar por el sacrificio de sí mismo. Él era el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo; y, habiendo hecho la obra, murió a toda la cuestión, excepto para juzgar, y ahora vive para Dios. Él entra en gracia en las consecuencias sin pecado del pecado, para manifestar en él más perfectamente el amor del Padre. Estaba cansado y se sentó junto al pozo; pero lo necesario era encontrarse con la mujer allí y, buscando un trago de agua en su mano, terminar la obra de su Padre. La obediencia y la dependencia fueron la ocasión de la exhibición del corazón del Padre en el Hijo en la edad adulta, una exhibición que tomó el carácter de tristeza, dolor, cansancio, aflicción y sufrimiento, debido a la escena en la que tuvo lugar la exhibición, nunca del pecado; Los pensamientos eran blasfemia. Él tenía que ver con el pecado en nosotros, como aquello que estaba totalmente separado de Él, hasta la cruz, y allí Él fue hecho para nosotros. Él no tomó parte en la vida del primer hombre, porque Cristo era santo, y el primer hombre, si no inocente, fue Este salmo presenta el camino de la gracia y la fe en Israel, y especialmente tiene en vista los últimos días cuando la idolatría prevalece en la tierra (v.4); sin embargo, dado que Jehová es considerado como la fuente de bendición, no hay repetición, sino satisfacción perfecta, cualesquiera que sean las circunstancias. (vv. 5, 6.) En Sus motivos internos gobierna Jehová. Él vive a causa de Aquel que es la fuente de todo Su poder. Por lo tanto, su confianza nunca sería decepcionada, incluso si Él fuera a la tumba misma. Desde allí Jehová le mostrará el camino de la vida. Porque por muy bendecido que sea tenerlo a mi diestra, la plenitud del gozo está a su diestra. ¡Qué instrucción profunda para nosotros en todo momento! pero especialmente para cualquiera que en ese día tenga que enfrentar la muerte, y así perder esa suerte terrenal en medio de la cual se formaron sus esperanzas y su fe. Ya lo ha enfrentado y ha sido superior a él. Sin despreciar Su porción terrenal, Él ha estado en la muerte, y se ha levantado de ella a una bendición más alta y celestial.
Jehová, 4; El, 1; Adonay, 1.
NOTA.—'El', expresivo del carácter de santidad de Dios en supremacía sobre el mal, es usado por el Señor al declarar Su confianza personal. (Ver también Salmo 22:1-10.) Aquí también se dirige a Él como Adonay, el Libertador de Su pueblo, ejecutando juicio sobre los malvados. (Véase también Salmo 22:30.) Esto es notable cuando el Salmo 2:4, se compara con el Salmo 110:1-5, donde Jesús mismo es Adonay.
17.— En este salmo tenemos el camino de la rectitud y del sufrimiento que termina en gloria manifestada; así como, en el anterior, fue el camino de la gracia y de la fe, que terminó en alegría con Dios. El Espíritu de Cristo en intercesión por, y en simpatía identificándose con, el Resto aboga por Su causa justa (vv. 1, 2), y Su justicia personal en caminar, como aquí para Dios, dependiendo de Su Palabra. (vv. 3-5.) Luego, más inmediatamente, Él asocia a otros con Él mismo suplicando misericordia, que, para aquellos que confían en Él, Dios es un Salvador del orgullo y la violencia de los malvados. (vv. 6-12.) ¡Qué gracia para el pobre Resto probado de ese día para encontrar que Uno, divinamente perfecto, ha estado en el mismo camino en el que están, y, sobre la base de Su propia perfección, los ha identificado consigo mismo en la intercesión prevaleciente ante Jehová! Esto era posible sólo para una Persona divina.
Él tiene Su propia porción en justicia y exhibición gloriosa, en contraste con la de los malvados aquí.
Jehová, 3; El, 1.
NOTA.— La obediencia y la dependencia caracterizan marcadamente estos dos salmos; pero la primera es más la gracia que, en obediencia y fe, desciende hasta la muerte, aunque mirando a Dios más allá de ella, mientras que la segunda presenta esa energía que presiona hacia la gloria desplegada en el poder del cual juzga al mundo y a sus votantes. Cristo personalmente no está tan inmediatamente a la vista como en el Salmo 16, sino que es más bien Su asociación con el Resto piadoso. 'El' es el único supremo sobre el mal. (vv. 6-9.)
18.— Un principio importante, necesario para la comprensión correcta de muchos salmos, se nos presenta ahora claramente. El Espíritu de Cristo lo identifica con su pueblo a lo largo de su historia hasta la posesión del reino y la herencia terrenal. La nota clave es: “Te amaré, oh Jehová mi fuerza” (v. 1), una expresión que no se encuentra en 2 Sam. 22. Él alaba a los santos, como identificados y en simpatía con ellos, como pueblo, en todas sus aflicciones. (vv. 1-3.) Él les cuenta Su historia, su propia historia, pero cuando Su corazón entró en sus circunstancias, sintiéndolas en una medida infinitamente grande, y dándoles expresión tan divinamente como se sentían. No es el cumplimiento de la promesa al peregrino de la fe; ni siquiera el poder interviniendo para la liberación del pueblo especialmente. (De los títulos divinos, ni Shadday ni Adonay se encuentran en este salmo). Es un gobierno establecido en bendición en y para el Rey, para que Su amor a Jehová pueda encontrar su eco en los corazones de Su pueblo. La historia no es de narración, sino que es característica. Primero describe la llegada de Jehová, como consecuencia de Su clamor, para destruir el poder del mal. (vv. 4-19.) Esto se verificó en el Mar Rojo, al que el salmo alude claramente, así como en la liberación de David de sus enemigos, que proporcionó la ocasión para ello, y sobre todo en la resurrección de Cristo, la base y el ejemplo perfecto de toda liberación. Sin embargo, se cumplirá circunstancialmente en el establecimiento de Su reino en los últimos días. Además, como profético de aquel tiempo, este salmo tiene la tierra especialmente a la vista. 'Los montes' son, por lo tanto, sustituidos, en el versículo 7, por el cielo' en 2 Sam. 22. Es la intervención de Jehová en el poder celestial para vindicar a Su Rey en la tierra. Los querubines no se ven estacionarios y en reposo, como en el Templo, sino que son Su carro de guerra. Los lechos de las aguas y los cimientos del mundo están expuestos. Es la intervención divina contra las inundaciones de paganos y los poderes del mundo, anticipada en el Mar Rojo, y en la resurrección de Cristo de entre los muertos. (Cf. vv. 4, 5.) Porque la voz es la voz de Elión. (v. 13.) Hasta el versículo 15, donde el discurso directo a Jehová marca el cambio de escena, el principio de intervención está, como en Egipto, sobre el clamor del siervo. (Comp. v. 6 con Éxodo 2:23-25, 3:7, y para el día futuro, Joel 2:30-3230And I will show wonders in the heavens and in the earth, blood, and fire, and pillars of smoke. 31The sun shall be turned into darkness, and the moon into blood, before the great and the terrible day of the Lord come. 32And it shall come to pass, that whosoever shall call on the name of the Lord shall be delivered: for in mount Zion and in Jerusalem shall be deliverance, as the Lord hath said, and in the remnant whom the Lord shall call. (Joel 2:30‑32).) Entonces comienza la liberación, porque esto es un paso más allá de la destrucción del mal. El Mar Rojo es un tipo y una imagen de esto. (vv. 16-18.) Además, el carácter moral de los enemigos se ve en los días de David. (v. 17.) El principio de liberación se pone claramente de manifiesto en esta porción. (vv. 16-18.) Es el día de la calamidad, y poderosos enemigos están allí; el momento de peligro, y no hay escapatoria. (Ver Éxodo 14:9-18.) Entonces, en la extremidad del hombre, viene la liberación de Dios. (Cf. Rom. 7:7-257What shall we say then? Is the law sin? God forbid. Nay, I had not known sin, but by the law: for I had not known lust, except the law had said, Thou shalt not covet. 8But sin, taking occasion by the commandment, wrought in me all manner of concupiscence. For without the law sin was dead. 9For I was alive without the law once: but when the commandment came, sin revived, and I died. 10And the commandment, which was ordained to life, I found to be unto death. 11For sin, taking occasion by the commandment, deceived me, and by it slew me. 12Wherefore the law is holy, and the commandment holy, and just, and good. 13Was then that which is good made death unto me? God forbid. But sin, that it might appear sin, working death in me by that which is good; that sin by the commandment might become exceeding sinful. 14For we know that the law is spiritual: but I am carnal, sold under sin. 15For that which I do I allow not: for what I would, that do I not; but what I hate, that do I. 16If then I do that which I would not, I consent unto the law that it is good. 17Now then it is no more I that do it, but sin that dwelleth in me. 18For I know that in me (that is, in my flesh,) dwelleth no good thing: for to will is present with me; but how to perform that which is good I find not. 19For the good that I would I do not: but the evil which I would not, that I do. 20Now if I do that I would not, it is no more I that do it, but sin that dwelleth in me. 21I find then a law, that, when I would do good, evil is present with me. 22For I delight in the law of God after the inward man: 23But I see another law in my members, warring against the law of my mind, and bringing me into captivity to the law of sin which is in my members. 24O wretched man that I am! who shall deliver me from the body of this death? 25I thank God through Jesus Christ our Lord. So then with the mind I myself serve the law of God; but with the flesh the law of sin. (Romans 7:7‑25).) En el versículo 19, vemos bendición sobre la liberación. En los versículos 20-24, la liberación se basa en la justicia en el hombre. Por lo tanto, es gubernamental. Sólo Cristo podría tomar este terreno plenamente: pero a través de la expiación está en el orden de los caminos de Dios con nosotros en bendición. Luego siga los principios de Su gobierno (vv. 25-29), la expresión de Su propio carácter personal, que se aplican así al hombre, sin plantearse la cuestión de la expiación. Se expresó en medida en la historia de David, perfectamente en la exaltación de Cristo, y finalmente se cumplirá en su pueblo como asociado con él. El Espíritu de Cristo en el Resto reconoce los principios del gobierno de Dios en la tierra como entre los humildes y los altivos; pero sólo a través de Él puede ser verificado a ellos. El salmista ahora instruirá al Resto proféticamente en cuanto a los principios del camino a la posesión y el poder para ello (vv. 30-34), a saber, primero, la perfección del camino de El en la gracia de la segunda, la confiabilidad de la Palabra de Jehová; tercero, la fe en Aquel que es Eloah, el único supremo, Elohim el Creador; cuarto, la dependencia del poder de El. Luego, hablando como la Cabeza de la Realeza, el Espíritu de Cristo en David declara lo que Dios es para Su Rey contra Sus enemigos, Sus enemigos, el pueblo y las naciones. (vv. 35-45.) Un resumen general se encuentra en los versículos 46-49. Él es vengado, los pueblos sometidos, y Él es liberado de Sus enemigos y del hombre de violencia. La celebración del nombre de Jehová entre las naciones es el resultado final. Todo el tema es la salvación en la bondad amorosa en nombre del Rey de Jehová, Su Ungido, y eso en relación con la tierra, cualesquiera que sean las circunstancias.
Jehová, 16; Elohim, 6; Eloah, 1; El, 4; Elion, 1.
NOTA.—Ambas formas del nombre Elohim aparecen en este salmo. El Espíritu de Cristo lo identifica plenamente con su pueblo (ver vers. 27, 30, 31), pero en ningún sentido es visto personalmente aparte de lo que Él es como divino. Si fuera de otra manera, ¿cómo podría Él apropiarse de la descripción dada en los versículos 4-19, que se aplica a la liberación del Mar Rojo y, proféticamente, al tiempo de angustia de Jacob? Es sólo porque Él es divino, y reconocido por el Espíritu como tal, que Él podría entrar en estas circunstancias de Su pueblo, sí, ser afligido en todas sus aflicciones, y salvarlos por el ángel de Su presencia. Perfecto en santa supremacía sobre el mal es el camino de El, y el camino de Su Rey Él lo hace igualmente perfecto, vengándolo, sometiéndolo a los pueblos y liberándolo del hombre de violencia. Esta es la forma de gobierno.
Los temas y principios conectados del primer libro llegan a su conclusión apropiada con este salmo. Lo siguiente (19.-24.) nos da esos grandes hechos y testimonios que forman la base de todos.
19.— La gloria de El—La fuerza de la santidad en la supremacía sobre el mal aquí en gracia hacia todos es, en los primeros seis versículos, presentada por el testimonio de la Creación. De esto el Sol, expresivo, en figura, de gracia soberana, es el principal ejemplo. Las perfecciones morales de Jehová en Sus comunicaciones formales al hombre se exponen en los siguientes cinco versículos. Bienaventurado es que el hombre esté así iluminado, pero esto no toca la cuestión de la fragilidad humana. El salmista desea ser preservado del pecado y ser aceptable a Dios. ¿No es este el deseo de todo santo?
Jehová, 7; El, 1.
Los siguientes dos salmos dejan constancia de los grandes hechos del día de angustia y el día de gozo, el Rey se ve allí sucesivamente, como introducción de la expiación en el Salmo 22. proporcionando, como lo hace, la clave de uno y la base del otro. Observe que el orden del testimonio es el mismo que en Romanos 1:18-3., a saber, Creación, Ley, Gracia en expiación.
20.— Identificando a los fieles en Israel con el Rey en el día de angustia, el Espíritu de Cristo les ruega ayuda, fortaleza y aceptación. Aquí el Santuario y Sión están asociados, una condición más íntima, pero, al parecer, no tan establecida de las cosas como la Tienda y la Colina del Salmo 15. En el versículo 5 la fe se regocija en anticipación. Cristo personalmente pasó por ese día de angustia, y también hizo expiación, para poder estar en poder salvador con su pueblo cuando su tiempo comiera. Las peticiones en los versículos 1-4 son tales como el Espíritu daría a los discípulos en Lucas 19:37-40, que fueron respondidas, sin embargo, de acuerdo con la perfección de esos deseos en el corazón de Cristo mismo. El Resto mismo pasará por este problema en el día venidero, y el Espíritu les ha provisto con estos versículos para expresar la oración producida en ellos por el Espíritu de Cristo por el Rey que ahora está por venir. Entonces se verificará el versículo 6. Él vendrá con nubes, verán al traspasado, y cada uno sabrá por sí mismo que Jehová salva a Su Ungido. Así se demuestra la nada del poder humano, pero la suficiencia del nombre de Jehová (vv. 7, 8), y se invoca al Rey como la fuente de ayuda divina. (v. 9.)
Jehová, 5; Elohim, 3.
NOTA.—El Rey es presentado como en problemas y necesitado de ayuda, sin embargo, es invocado como una Persona divina, y la fuente de salvación para otros.
21.— Los primeros siete versículos son una dirección directa a Jehová en celebración del Rey. Los versículos que siguen, hasta el final, presentan al Rey como un objeto de adoración, y, como se identifica con Jehová, se anuncia Su triunfo. Es la respuesta completa al Salmo xx. El Espíritu de Cristo en el Resto reconoce la respuesta celestial a su oración en la gloria de la persona del Rey. (vv. 1-7.) El deseo de Su corazón (Sal. 20:4) es concedido (v.2), incluso las bendiciones de la bondad y una corona de oro, la última en ser tomada figurativamente, sin duda, la gloriosa exhibición de la justicia divina. Él recibe también Su petición, la petición de Sus labios (vv. 2-4), la duración del horno de los días por los siglos de los siglos. Además, a través de la salvación de Jehová, la majestad y el esplendor son puestos sobre Él; Él es hecho bendiciones para siempre, y lleno de gozo por Su rostro, establecido según Elión, supremo en gobierno y bendición. Así vemos que la gloria y la bendición dadas al Rey regresan en alabanza a Jehová desde los corazones de aquellos que lo rodean, el Espíritu de Cristo hablando en ellos, y por ellos, antes del día del poder mostrado. Pero más aún, el conocimiento de Su exaltación da la seguridad, por medio del Espíritu, en los justos de que el Rey, que es Jehová, destruirá a Sus enemigos. Lo celebran con anticipación.
Jehová, 4; Elion, 1.
NOTA. —En el Salmo 20. encontramos al Rey una persona invocada, por lo tanto divina, aunque en un día de angustia. Esto incluiría toda Su humillación. En el Salmo 21. lo vemos todavía divino, pero ahora escuchado, respondido, regocijándose e identificado como Jehová en la destrucción de Sus enemigos. Así, en estos tres salmos tenemos los testimonios de la Creación, la Ley y el Espíritu de Profecía.
El Salmo 22 está bastante solo; sin embargo, es la clave de lo que precede, mostrando que en el día del poder del adversario, el Amado fue abandonado por Dios; y lo que eso era para Su corazón. También es especialmente la base de lo que sigue en los Salmos 23, 24, a saber, la tara del desierto y la bendición en gloria.
22.— El solemne hecho del abandono se expone en los dos primeros versículos, y se plantea la pregunta: ¿Por qué? Sólo Él en justicia podía desafiar la investigación, como, en respuesta, sólo Él podía vindicar a Dios que lo había abandonado. Esto procede hasta el final del versículo 11, terminando con una apelación a El, con la que también comienza el salmo. Tal es peculiarmente la prueba espiritual y el dolor, y es de una manera especial hacia Dios. Del versículo 12 al versículo 21, la presión de las circunstancias está más a la vista, una porción que también concluye con apelación, pero ahora a Jehová. (v. 19.) Toros rodeándolo como un león; la muerte, en su carácter más profundo, conocida en Su alma como la mano de Dios; perros crueles, desvergonzados y codiciosos; la espada, su poder en la autoridad gubernamental; La boca del león: estos dan carácter a la escena hombre-ward. La respuesta en la liberación parece comenzar desde la mitad de v. 21; y es notable que esta parte está totalmente ocupada con la bendición de otros, formando un contraste perfecto con la primera porción del salmo, en la que Él habla de Sus propios dolores. Cada nueva esfera en el círculo cada vez más amplio de bendición comienza con una dirección a Aquel que es el libertador. Los hermanos (v.22), la congregación de los que temen a Jehová, la simiente de Jacob e Israel (v.23); luego la gran congregación, los mansos, los que lo buscan (vv. 25, 26); finalmente, todos los confines de la tierra son abrazados en la bendición del Reino de Jehová (vv. 27, 28). Además, una semilla especial servirá a Adonay como testigos. Observe el orden:— el Nombre declarado; satisfacción y vida disfrutada para siempre; luego adorar y, finalmente, testificar.
Jehová, 6; Elohim, 1; El, 3; Adonay, 1.
NOTA.— Aquí hay un Hombre más bajo que cualquier otro que haya sido o podría ser, abandonado de El, y bebiendo la muerte de El, en Su espíritu. Allí, donde nadie más que una Persona divina podría existir en bondad, Él mantiene la santidad de Dios, vindica y confía plenamente en Él; y cuando es liberado, debido a Su piedad, Él comunica a todos a su alrededor, para alabanza de Jehová, la bendición a la que es traído, y de la cual Él es el dispensador divino. Abandonado de 'El' en santidad, Él todavía apela a El' para la liberación como supremo sobre el mal. (vv. 1-10.)
23.— Luego viene el camino del desierto, basado para nosotros en la expiación. En los primeros tres versículos, el salmista habla de misericordias transitantes, descanso, refrigerio y guía por el camino. En los dos siguientes, está ocupado con Jehová mismo, quien lo acoge, provee y honra. En cuanto a este último, compare, a modo de contraste, Lucas 15:20-23, con 7:37-50. El versículo 6 es un resumen del todo.
Jehová, 2.
NOTA.— Aquí el Espíritu de Cristo proporciona la expresión de un corazón perfecto, y por lo tanto, hasta ahora, del de Cristo; pero no es directamente aplicable a Él como el Salmo 16. Allí da testimonio del lugar que ocupa en referencia a Jehová, a los santos y a los impíos. Aquí se presentan los enemigos, simplemente como testigos de la bendición de los santos.
24.— Este salmo distingue especialmente a Cristo, porque se plantea la cuestión de la justicia personal. (Cf. Salmo 15.) Antes de introducir el salmo de expiación, tenemos en el Salmo 15. la pregunta propuso morar con Jehová, pero no se ve a nadie respondiendo a los requisitos. (Cf. Salmo 1) Luego, inmediatamente, el siguiente salmo (16) presenta a Cristo en su camino hacia el gozo eterno, en la presencia de Jehová. Aquí, en el Salmo 23, por el contrario, la expiación se cumple (Salmo 22), el santo se encuentra en el camino a la casa de Jehová en la tierra “por la duración de los días”. Entonces, siendo la tierra establecida para la bendición (Salmo 24), los Bates y las puertas eternas del lugar santo de Jehová se abren en respuesta a las excelencias de un hombre cuya presencia honra el lugar. Pero, ¿quién es Él? Es Jehová mismo, el poderoso vencedor, el Rey de gloria.
Jehová, 6; Elohim, 1.
NOTA.— Los temas aquí son la tierra, el lugar santo y el Hombre que permanecerá allí en bendición y justicia. La respuesta se encuentra en Jehová. el Rey, que entra, no sólo como cumpliendo las condiciones propuestas, como si fuera sólo Hombre, sino, como Aquel cuya recepción honra el lugar en el que entra. Cuán bellamente se plantea la pregunta de asombro y admiración: “¿Quién es este? (Comp. en contraste Apocalipsis 13:3-7, también cf. Prov. 30:44Who hath ascended up into heaven, or descended? who hath gathered the wind in his fists? who hath bound the waters in a garment? who hath established all the ends of the earth? what is his name, and what is his son's name, if thou canst tell? (Proverbs 30:4), Hechos 9:5.)
Con este fin, los grandes testimonios fundacionales y los hechos encarnados en este importante grupo central de salmos. Se puede decir que aquellos que siguen y concluyen el primer libro (25-41) forman un todo y, hablando en general, no presentan las circunstancias de Cristo personalmente en las que su pueblo podría o no estar asociado con él, sino los ejercicios del pueblo en sus circunstancias, aunque entró en ellas en gracia y simpatía. Pero esto, por supuesto, implicaba expiación y se basaba en ella. Salmo 40. tiene un lugar especial como personal para Cristo. Un punto sobresaliente en los siguientes cinco salmos (25-29) es Su identificación con Su pueblo en las penas de su camino.
25.— Los salmos acrósticos, de los cuales éste es uno, parecen referirse especialmente a la posesión de la tierra y a la instrucción de aquellos que la heredarán. Aquí el Espíritu de Cristo en los santos aboga por fe y dependencia, como contra enemigos crueles, en nombre de todos los que esperan en Él; y busca instrucción para ellos en los caminos de Jehová. Al tomar el caso de Israel, Él apela a las tiernas misericordias de Jehová y confiesa sus pecados. La súplica se basa en la misericordia: se responde de acuerdo con la rectitud de Jehová en favor de los pecadores. Sin embargo, son los mansos, y los que le temen, a quienes Él instruye, y quienes heredarán la tierra. (vv. 8-15.) Entonces, con rectitud de corazón, el santo puede presentar todo su caso ante Jehová: su aflicción y tribulación, sus pecados, sus enemigos; de modo que al esperar en Dios busca ser preservado en rectitud. El último versículo prueba que Israel está a la vista y la herencia terrenal; aunque, ciertamente, el Señor intercede en y por ellos.
Jehová, 10; Elohim, 3.
NOTA.— La confesión del pecado en su plenitud se encuentra aquí por primera vez, y el terreno puesto, en la misericordia de Jehová, para heredar la tierra.
26.— Estos dos salmos se repiten un poco al tema del Salmo 1., a saber, el camino de los justos, en vista de la prosperidad en la tierra (Sal. 25:13), y su conducta en medio de los impíos. (Sal. 26:4, 5.) Pero, además, el primero nos da confesión de pecado y clama por liberación; este último, el deseo de ser juzgado en su causa y probado, y así entrar en la morada de Jehová. Un estado de cosas plenamente establecido está aquí a la vista: el altar, la habitación de la casa de Jehová, el lugar donde mora Su gloria. La integridad, la confianza en Jehová y la verdad caracterizan el caminar del santo. Él no posee ninguna asociación con personas vanidosas, disimuladores, malhechores o malvados, Su asociación es con el altar de Jehová en pureza práctica, deleitándose en Su casa, la morada de Su gloria. Ser preservado en integridad y redimido sigue siendo su oración, y él anticipa con confianza la adoración de Jehová. La separación del mal es prominente.
Jehová, 6.
NOTA.— Del Salmo 15. como se señaló anteriormente, la morada de Jehová en la tierra está mucho antes de la mente del Espíritu. Las riendas, el corazón, los ojos, el caminar, la compañía, las manos, la voz, todos están comprometidos en la santidad para Jehová. Todo es Jehová' aquí. Ambos salmos dan la intercesión del Espíritu de Cristo en su pueblo, de acuerdo con la perfección que se encuentra en Cristo mismo.
27.— En algunos puntos este salmo se eleva a lo que era personal de Cristo, especialmente los versículos 7, 8, y es más simplemente la expresión de la naturaleza divina en el santo. Jehová es su luz, la salvación y la fortaleza de su vida; su único deseo es contemplar la belleza de Jehová en Su Templo y alabarlo con gritos de gozo. Los enemigos sólo son vistos como el fondo oscuro que sirve para exponer su disfrute de Jehová. La fe (vv. 1-3), la esperanza (vv. 4-6) y el amor (vv. 7-13) son prominentes, este último encuentra expresión al dirigirse directamente a Jehová mismo. El último versículo muestra que la paciencia y la dependencia es la lección moral impuesta.
Jehová, 13 Elohim, 1.
NOTA.— La fe descansa sobre lo que Jehová es, y Sus liberaciones en el pasado. (vv. 1, 2.) La esperanza está conectada con la casa de Jehová, Su templo, Su pabellón, Su tienda, Su tabernáculo. El amor se disfruta en la bendita espontaneidad de la comunión (v. 8), aunque el día de la prueba y los enemigos estén allí. En Cristo, esta comunión era de un carácter muy especial, como divinamente una con el Padre (ver Juan 11:41, 42; 12:28); de modo que, al convertirse en Hombre, Él nunca es visto aparte de lo que Él es como divino.
28.— Aquí encontramos al Ungido de Jehová asociado con su pueblo (vv. 8, 9); y así los ejercicios de este salmo conducen en resultado a aquello con lo que el Salmo 27. comienza, a saber, la confianza y la victoria de la fe. La primera parte (vv. 1-5) expresa la intercesión del Espíritu de Cristo en su pueblo, según su deseo de no identificarse con los impíos y su sentido del mal que Él juzgará. La porción final (vv. 6-9), especialmente el último versículo, es una súplica más directa en su nombre.\tEl versículo 9 identifica a Jesús con Jehová. (Véase Salmo 21, Mateo 1:21.)
Jehová, 5.
NOTA.— Sólo se invoca el Nombre de Jehová, siendo Sus relaciones con Su pueblo de acuerdo con Su salvación de Su Ungido, quien además es apelado como el Salvador y Pastor de Su pueblo, y Bendeciente de Su herencia.
29.— La gloriosa asociación entre Jehová y su pueblo, en y por el Rey, se ve ahora en su poderoso logro. Es adoración y gloria basadas en el poder en el ejercicio, con las cuales Su pueblo está asociado en bendición.
Jehová, 18; El, 1.
NOTA.— El Nombre de Jehová se celebra plenamente en el poder de Su voz (vv. 3-9), como El ' supremo, en la fuerza de la santidad, sobre todo poder opuesto. La gloria es, por lo tanto, la única nota clave universal de alabanza en Su Templo.
Los dos salmos siguientes (30., 31.) son importantes para abrir un tema nuevo, a saber, la historia del hombre perdonado, además de dar la clave moral a todos los ejercicios y circunstancias en medio de las cuales se encontró al santo en la parte anterior del libro. Salmo 30. exhibe el principio del establecimiento, incluso gozo tras dolor: la liberación de Jehová después del fracaso de la prosperidad en el poder humano. Salmo 31. da las circunstancias que conducen a esa liberación: que el sufrimiento precede a la gloria, la fe y la dependencia en ejercicio. (Cf. v. 5, y Lucas 23:46.) Esta es la fe de Jeremías. (Cf. vv. 10, 11, y Jer. 20:7-97O Lord, thou hast deceived me, and I was deceived: thou art stronger than I, and hast prevailed: I am in derision daily, every one mocketh me. 8For since I spake, I cried out, I cried violence and spoil; because the word of the Lord was made a reproach unto me, and a derision, daily. 9Then I said, I will not make mention of him, nor speak any more in his name. But his word was in mine heart as a burning fire shut up in my bones, and I was weary with forbearing, and I could not stay. (Jeremiah 20:7‑9); vv. 13-21, y Jer. 20:3, 10-133And it came to pass on the morrow, that Pashur brought forth Jeremiah out of the stocks. Then said Jeremiah unto him, The Lord hath not called thy name Pashur, but Magor-missabib. (Jeremiah 20:3)
10For I heard the defaming of many, fear on every side. Report, say they, and we will report it. All my familiars watched for my halting, saying, Peradventure he will be enticed, and we shall prevail against him, and we shall take our revenge on him. 11But the Lord is with me as a mighty terrible one: therefore my persecutors shall stumble, and they shall not prevail: they shall be greatly ashamed; for they shall not prosper: their everlasting confusion shall never be forgotten. 12But, O Lord of hosts, that triest the righteous, and seest the reins and the heart, let me see thy vengeance on them: for unto thee have I opened my cause. 13Sing unto the Lord, praise ye the Lord: for he hath delivered the soul of the poor from the hand of evildoers. (Jeremiah 20:10‑13)
.) Salmo 30. se caracteriza por la fe de Ezequías. (Cf. v. 3, e Isaías 38:17; vv. 4, 5, e Isaías 38:14-16; vv. 8, 9, e Isaías 38:18, 19; vv. 10-12, e Isaías 38:10-15, 20.)
30.— Este es un salmo de liberación de la muerte, no de ella; aunque vemos aquí la ira gubernamental de Dios que anula toda importancia en el primer hombre, a pesar de que el favor de Dios lo había establecido. Pero establecido sobre la base de la gracia soberana, no es la prosperidad humana, sino Jehová mismo quien se convierte en una fuente incesante e inagotable de gozo. Al igual que la recuperación milagrosa de Ezequías y la canción de alabanza (2 Reyes 19:30, 31), en sí misma una figura e ilustración de la liberación del remanente judío, este salmo se refiere proféticamente a los últimos días: liberación de la gran tribulación y del enemigo externo.
Jehová, 9; Elohim, 2; Adonay, 1.
NOTA.— La noche de llanto precede a la mañana de alegría. (Cf. Juan 16:20-22.)
31.— En el salmo anterior vemos la fe para la liberación del poder de la muerte en la mano del enemigo como la vara de la ira de Dios, realmente el asirio, para Israel, el enemigo externo. Salmo 31. presenta, por otro lado, esa fe que podría pasar por todo, la muerte misma, para el testimonio y la gloria de Jehová, y podría expresar confianza en Él. Así pudo decir el bendito Salvador en la cruz: En tu mano encomiendo mi espíritu”. (v. 5.) Es la fe para la muerte ejemplificada en Jeremías, que pasó por todos los horrores del asedio babilónico de Jerusalén, testificando, mientras tanto, en medio de un pueblo apóstata y malvado, e incluso en dispersión y exilio. Salmo 30. es más bien la fe de la resurrección, de la cual Isaías es más bien el exponente (cf. Isaías 25:8; 1 Corintios 15:54; Isaías 26:19; 22:13; 1 Corintios 15:32, etc.), y el sufrimiento del asirio está principalmente en cuestión. En el Salmo 31. el sufrimiento bajo el Anticristo y los judíos apóstatas es prominente. Salmo 30. parece tomar más el carácter de Getsemaní en la vida del bendito Señor (ver vers. 8, 9; Heb. 5:77Who in the days of his flesh, when he had offered up prayers and supplications with strong crying and tears unto him that was able to save him from death, and was heard in that he feared; (Hebrews 5:7)), y el Salmo 31., la cruz. (v. 5.) Es notable que David debería haber sido usado para expresar ambos, ya que Isaías (Ezequías) y Jeremías dan expresión a ejercicios y lenguaje similares. En el Salmo 31. El ' de la verdad se dirige —El que es la fuerza de la santidad en supremacía sobre el mal— porque el salmista está en medio de un pueblo idólatra. (v. 6.) Debido a su testimonio es calumniado, odiado y perseguido, pero apela a Jehová y alaba en nombre de aquellos que confían en Él. En su prisa había dicho: “Estoy cortado ante tus ojos”, pero sin embargo fue escuchado. Cristo, habiendo sido realmente cortado, es capaz, en simpatía, de proporcionar a los santos pensamientos y expresiones correctas y piadosas cuando pensaban que habían sido cortados. Este salmo nos da, por lo tanto, el ministerio y la intercesión del Espíritu de Cristo en y por los santos en su extremo de sufrimiento por causa de Jehová.
Jehová, 10; El, 1; Elohim, 1.
NOTA.— La fe de Ezequías se aferró a la ciudad y al lugar del testimonio de Jehová, porque aún no la había abandonado. Jeremías, en obediencia, habría renunciado a todo y se habría presentado a los caldeos, cuando Dios lo había rechazado. El versículo 8 habla del enemigo externo, y el versículo 11 de los opresores internos.
Salmos 32.-37. danos la historia del hombre perdonado y justificado, y desarrolla plenamente los temas propuestos en el Salmo 25:11-13, a saber, el perdón, la instrucción en el camino, la prosperidad del alma y la herencia de la tierra. Cabe señalar que los Salmos 25., 34., 37., así como 111., 112., 119., 145., son todos acrósticos en disposición, y tratan especialmente de la prosperidad y posesión de la tierra, Salmo 119. dando el camino de lo perfecto en el camino hacia él.
32.— Este salmo proporciona instrucción en cuanto al camino y la bienaventuranza del perdón, teniendo en cuenta los ejercicios de un alma piadosa. (Ver vers. 6.) No es, como en el Salmo 51, la confesión de la culpabilidad de sangre, sino que es el perdón buscado por los piadosos. Allí se trata de pecadores y transgresores, de nacer en pecado, y de la necesidad de limpiarse del pecado y de los pecados. La diferencia está marcada por el hecho de que, en el Salmo 32, Jehová se dirige exclusivamente: el alma descansa en una relación conocida. En el Salmo 51., es invariablemente ' Elohim Adonay ' una vez. La bienaventuranza del perdón, y sus resultados disfrutados por el alma, se describe aquí. El silencio producía miseria: confesar era ser perdonado.
La confianza en Dios, consecuente a ello, da la conciencia de perfecta seguridad con Él, cualquiera que sea el problema, por profundo y amplio que sea. Entonces, Jehová habla para dar instrucción, pero es al alma inteligente y obediente. La alegría abundante es el resultado completo.
Jehová, 4.
33.— Este salmo parece estar basado en lo anterior, y continúa la bendición a toda la nación, sobre la base del consejo y la elección en gracia de Jehová. Salmo 32. despeja el terreno para el Nuevo Cantar» (v. 3), por el conocimiento del perdón. Salmo 33. Comienza la canción y da el tema de la misma. Los primeros tres versículos se conectan con el último versículo del Salmo 32, y establecen lo que inspira la canción, el cumplimiento de la palabra de Jehová en justicia y juicio, para que la tierra esté llena de Su bondad amorosa. La canción misma celebra la Creación (vv. 6-9); entonces se declara el consejo de Jehová (vv. 10, 11), en contraste con la futilidad de la de las naciones y los pueblos. La explosión completa de la canción sigue; Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová”. (v. 12.) Esto introduce una meditación sobre el estado de los hijos de los hombres visto por Jehová (vv. 13-15), no como en los Salmos 14., 53., con respecto a sus corrupciones, sino de acuerdo con Su propia bondad amorosa. (vv. 18, 19.) Esto se basa en Su gracia perdonadora. (Véase Salmo 32:10.) Se ha demostrado que el poder de la criatura es completamente vano; pero el coro de todos los que esperan en Jehová responde exultante al llamado con el que comienza el salmo. (vv. 20-22.)
Jehová, 13; Elohim, 1.
NOTA. — Por primera vez en los Salmos tenemos aquí el Nuevo Cantar. La 'palabra' de Jehová en el versículo 6 es ךבך 'logos' (como en 2 Pedro 3:5), pero en Hebreos 11:3 es, rema', siendo uno la voluntad expresada, y el otro la expresión que lo expresó. (Compare 1 Pedro 1:23, 25, con el hebreo de Isaías xl. 8, donde se usa; también Nota sobre lo mismo en el Salmo 119. en J. N. D. N. T.) Observe el contraste entre naciones y ' pueblos ' en el versículo 10, con nación ' y pueblo ' en el versículo 12.
34.— Una vez más, en este salmo acróstico, tenemos, por el Espíritu de Cristo, instrucción por parte de uno entregado; primero a los mansos, para que se regocijen con él en todo tiempo (vv. 2, 3); luego a los santos de Jehová, para que ellos hagan prueba de Su suficiencia. (vv. 9, 10.) Después de esto, los hijos son instruidos en el temor de Jehová (vv. 11-14); los justos son alentados, y la redención está garantizada a Sus siervos. (vv. 15-22.)
Jehová, 16.
NOTA.— Aunque uno es el portavoz, su experiencia no se limita a sí mismo, ya que está asociado con una empresa entregada. Esto explica el “yo” y ellos de los versículos 2-10. Aclara la experiencia del Remanente judío reunido en la Iglesia, y el caso de Pedro ofrece una expresión mayúscula de ello. (Comp. vv. 4-7 con Hechos 12:1-19.) Pedro también cita en gran medida este salmo en su primera epístola. (v. 8, 1 Pedro 2:3; vv. 11-16, y 1 Pedro 3:10-12.) El tema del salmo, como de la epístola, es el gobierno de Dios en nombre de sus santos afligidos, que el salmo continúa cortando a los malhechores de la tierra.
35.— Que Cristo sea visto personalmente en estos dos salmos es dudoso; sin embargo, Él ha pasado por estas circunstancias, y, en ciertos puntos, ha habido en Él un cumplimiento literal. (Ver Salmo 34:20, 35:10-14, 19.) Como en la segunda epístola de Pedro, el salmo que tenemos ante nosotros habla del gobierno de Dios contra los impíos. El Espíritu de Cristo, en el remanente perseguido de los últimos días, suplica juicio sobre los inicuos. Esto es, sin embargo, lo opuesto a su expresión en sí mismo, personalmente en la tierra, y del cristianismo. Observe, Pedro no cita la última parte del Salmo 34:16. Sin embargo, habiendo estado en estas circunstancias, Cristo es capaz de expresar el clamor adecuado para la gloria del Señor y la liberación de su pueblo en ese día, para que pueda ser alabado en la gran congregación.
Jehová, 8; Adonay, 3; Elohim, 2.
NOTA.— Desde el salmo de Chis hasta el final del primer libro, 'Adonay' se invoca en gran medida, anteriormente solo en los salmos que son personales para Cristo, a saber, Salmos 2., 16., 22. Adonay ' es el divino Libertador de Su pueblo, ejecutando juicio sobre los impíos. Por lo tanto, este nombre se usa apropiadamente aquí.
36.— La bendición del santo en su principio vital, la prosperidad de su alma, establecida como está en la misericordia de Jehová, ahora se expone en contraste con la autoexaltación y la perversidad deliberada de los impíos. Es un salmo notable, que conecta lo terrenal con las bendiciones espirituales (ver vers. 6, 7, 8, 9), en vista del juicio final y la eliminación de los impíos. (v. 12.)\tLa sombra de Tus alas, la gordura de Tu casa, el río de Tus placeres, la fuente de la vida, 'Tu luz', son descriptivos de alegrías peculiarmente divinas, e indican la bendición de la fe en principio eternamente. Sin duda, el río de Tus placeres es precisamente aplicable al río de bendición, en contraste con el río que fluyó del Edén (comp. v. 8, y Génesis 2:8), que en el día venidero procederá del Santuario y fertilizará la tierra.
Jehová, 2; Elohim, 2.
37.— Del mismo modo con el Salmo 25., también acróstico, se plantea aquí la cuestión de la posesión de la tierra. Pero el perdón de los pecados no es el punto como en el Salmo 25, es más bien el contraste entre los justos, que confían en Jehová, y los malvados, quienes, a pesar de un éxito transitorio, perecerán en su traición y violencia. Inculca reposo de corazón en Jehová, y un espíritu inquebrantable con respecto a la maldad del hombre, mientras espera el tiempo de Jehová para dar la herencia, de la cual los títulos de propiedad están aquí. (Ver vers. 9, 11, 18, 22, 29, 34.) Compárese con los versículos 22, 26 y Génesis 12:1-7. Todo depende de la fidelidad de Jehová.
Jehová, 15; Adonay, 1; Elohim, 1.
NOTA.—'Adonay' se ríe. Compare Salmo 2:4.
Los tres salmos que siguen están evidentemente conectados, aunque cada uno es de un carácter especial y distinto; El cuarto, que concluye el libro, es una especie de resumen de su enseñanza, o una aplicación moral del todo. Salmos 38.-40. podrían llamarse salmos de aflicción, siendo respectivamente sufriendo bajo el pecado, bajo disciplina y haciendo la voluntad de Dios.
38.— En los primeros ocho versículos, sus aflicciones son vistas únicamente como el resultado de que Jehová trató con él a causa del pecado, tratos que él desprecia. Entonces, volviendo sus ojos hacia el hombre, se encuentra privado de fuerza, de luz, de todos los que deberían haber sido una ayuda para él, y perseguido por los perseguidores. Pero su conducta se rige por la confianza en Jehová, a quien ha orado. (vv. 13-16.) Su debilidad, su plena confesión de pecado, el odio feroz e implacable de sus enemigos, por inexcusable que sea, forman la base de su apelación a Adonay (vv. 9, 15, 21), a Aquel que libera a Su pueblo mientras ejecuta juicio sobre los malvados.
Jehová, 3; Adonay, 3; Elohim, 2.
NOTA.— Este es el clamor del Espíritu de Cristo en los santos judíos de la crisis cuando se les lleva a un sentido de su culpa nacional, y el temor de la indignación de Jehová. Aquí se encuentran en circunstancias algo análogas a las de Cristo mismo desde Getsemaní hasta la cruz (ver vers. 9-15), cuando estaba a punto de beber la copa que había tomado de la mano de su Padre. (Comp. vv. 21, 22, y Salmo 22:11, 19.) Él nunca fue el culpable, ellos lo eran; pero Él puede y simpatizará con ellos no con sus pecados, sino con su temor del juicio de Dios sobre ellos, porque Él lo llevó y lo temió. Hijo de Dios, e Hijo del hombre, se convirtió en Él, divinamente perfecto como era, para hacerlo. Fue abandonado para que nunca lo fueran.
39.—Aquí hay un hombre que aprende como siervo de Jehová, bajo su disciplina, el carácter de testimonio que tiene que dar a la fragilidad y vanidad del hombre. La separación del mal silencia su testimonio externo (vv. 1, 2), pero con ello aprende profundamente su propia nada. (vv. 4, 5.) Enseñado así que los más altos honores del hombre y las reservas más ricas no son más que un aliento, su silencio procede de otra causa (v.9), a saber, la sumisión a la voluntad de Dios y la confianza en Mm. ¡Cuán benditamente ha pasado el Salvador a través de esta sumisión a la voluntad de Dios!
Jehová, 2; Adonay, 1.
NOTA.— Él llama a Adonay para su liberación. Las experiencias de estos dos salmos se ilustran en Jer. 14.-20., donde se citan varias expresiones, o al menos se alude. (Véase Salmo 38:20 y Jer. 18:2020Shall evil be recompensed for good? for they have digged a pit for my soul. Remember that I stood before thee to speak good for them, and to turn away thy wrath from them. (Jeremiah 18:20); Salmo 38:7, y Jer. 15:1818Why is my pain perpetual, and my wound incurable, which refuseth to be healed? wilt thou be altogether unto me as a liar, and as waters that fail? (Jeremiah 15:18); Salmo 38:12, y Jer. 18:1818Then said they, Come, and let us devise devices against Jeremiah; for the law shall not perish from the priest, nor counsel from the wise, nor the word from the prophet. Come, and let us smite him with the tongue, and let us not give heed to any of his words. (Jeremiah 18:18); Salmo 39:2, 3 y Jer. 20:99Then I said, I will not make mention of him, nor speak any more in his name. But his word was in mine heart as a burning fire shut up in my bones, and I was weary with forbearing, and I could not stay. (Jeremiah 20:9); Salmo 39:9, y Jer. 15:1717I sat not in the assembly of the mockers, nor rejoiced; I sat alone because of thy hand: for thou hast filled me with indignation. (Jeremiah 15:17).) En el Salmo 38. vemos sufrimientos como el de Jeremías, involucrado como él. Todas las consecuencias del pecado del pueblo, sin embargo, moralmente y en el corazón separadas de los malvados, y por lo tanto buscando la liberación. Salmo 39. es más el siervo de Jehová aprendiendo Su mente, y la lección necesaria de la vanidad de las cosas humanas (vv. 4-6), que el sufrimiento fue diseñado para enseñar. Fue esto lo que Jeremías tuvo que aprender con tanta profundidad y amargo detalle, viendo y pasando por la ruina total de toda esperanza que Israel en la carne podría haber apreciado como el pueblo de Jehová. Así, de todos los profetas, se acerca más a la gracia de Jesús, que lloró por la ciudad apóstata, mientras declaraba su juicio; porque si no es un modelo del Resto sacrificado, él es uno que aprendió prácticamente la ruina y la muerte de todo lo establecido en el primer hombre.
40.— El salmo anterior cierra la historia moral del Resto con Jehová. Aquí, por lo tanto, no tenemos sus ejercicios como bajo la ley, sino la expresión de lo que es personal para Cristo. Sin embargo, Él identifica a Israel consigo mismo, en su nueva canción. (vv. 3-5.) En el Salmo 33. el 'Cántico Nuevo' celebra la bienaventuranza de la nación cuyo Dios es Jehová, en relación con la bienaventuranza del hombre perdonado. Ahora, la bienaventuranza descansa sobre Cristo mismo, 'el hombre que ha hecho de Jehová su confianza' (v.4), y el Cantar invita a una confianza similar a aquellos que ven Su liberación. (vv. 1-3.) Él fue el necesitado a quien Adonay liberó; y el salmo final (41.) pronuncia la bendición sobre el que lo entiende. Salmo 39. Exhibe uno en lugar de testimonio ante los inicuos, aunque mudo debido a la fragilidad, la nada y la vanidad. Este no era Cristo. Salmo 40. presenta al Siervo perfecto. Él no mantiene Su lugar alejado del bien, sino que, en identificación con Su pueblo, ofrece alabanzas aceptables en reconocimiento de las obras y pensamientos de Jehová hacia ellos. (v. 5.) Entrando plenamente en las necesidades profundas de la gloria divina, Él viene a ser un siervo de acuerdo con la competencia que le era propia, una Persona divina y eterna. (vv. 6-8.) Él no retuvo Sus labios ni ocultó la justicia de Jehová, sino que de la manera más completa y pública declaró Su fidelidad y Su salvación, Su bondad amorosa y Su verdad.
Fiel en Su servicio, aun para encargarse de iniquidades para la gloria de Jehová, se entregó para preservación y liberación sobre las misericordias de Aquel de quien testificó. Es el siervo perfecto de Jehová sustituyéndose divinamente por la Ley, que era ineficaz para la bendición; por lo tanto, las cláusulas de denuncia del Salmo 69. no se encuentran aquí. Desde el versículo 13 hasta el final, tenemos en cambio el Salmo 70. con variaciones características, a saber, Cristo en humillación, el objeto de la consideración de Adonay, y la condición de todos establecidos, de acuerdo con sus relaciones con Él.
Jehová, 9; Elohim, 4; Adonay, 1.
NOTA.— La verdadera humanidad de Cristo está aquí claramente marcada, e inmediatamente con ella, Su competencia divina como Persona eterna. (vv. 6, 7.) Sin embargo, Él dice Dios mío”. (v. 8.) La Escritura nunca lo ve aparte de lo que Él es como divino, aunque esté asociado con otros.
41.— Pero si Cristo, con perfección divina, ha formado el camino de los afligidos y necesitados, bienaventurado el que comprende a los pobres que caminan en él. Será preservado del enemigo exterior, y será feliz en la tierra. Los enemigos externos están ahí (vv. 2, 5, 11), pero la prueba más profunda es la del amigo familiar interior. Cuán cierto fue esto en la experiencia del Salvador Este salmo, así como la mayoría de los salmos, se refiere al Remanente de los últimos días, especialmente a los de Jerusalén y la tierra, y entra en gran medida en la experiencia personal de cualquier santo, descansando principalmente en dos puntos; a saber, la confesión del pecado (v.4), y el poder de Jehová para mantener en integridad. (v. 12.)
Jehová, 6; Elohim, 1.