La celebración de la misericordia y la bondad de Dios mostradas en las cosas temporales
El Salmo 107 es una especie de título o introducción a todo esto. Celebra la perseverancia de la misericordia de Dios para siempre, esa bendita fórmula de fe en la bondad inmutable de Jehová en todas las épocas desde la exhibición de la gracia en el tiempo de David. Es restaurado la parte de Israel especialmente para cantarlo. El salmo celebra las dos partes de esa liberación en las que se ha mostrado la misericordia. Son redimidos de la mano del enemigo; Se reúnen de vuelta desde el este, oeste, norte y sur. Este es el doble carácter de la restauración de Israel: la liberación en la tierra, y la reunión de entre los paganos de todos lados. Pero el tema apropiado del salmo es la bondad de Jehová. Las diversas circunstancias de liberación de todo tipo (y eso como respuesta al grito de angustia del hombre que se ha abatido por su locura) se atraviesan, con el deseo de que los hombres alaben a Jehová por Su bondad, Sus maravillosas obras por los hijos de los hombres. Israel es aquel en quien se puede aprender plenamente. Continúa con su castigo en la tierra después de su regreso, pero agrega la ruina completa del orgullo de los hombres como resultado. Él derrama desprecio sobre los príncipes, y pone a los pobres en lo alto de la aflicción, dándole familias como un rebaño. Entonces se muestra el gran resultado del gobierno de Dios: los justos se regocijan; Toda iniquidad tiene su boca tapada. Quien sea sabio y considere estos caminos de Dios, entenderá la bondad amorosa de Jehová. Cabe señalar cuán enteramente la bondad de Dios, aquí ensayada, se muestra en las cosas temporales. No deja de ser Su bondad y de tener su dulzura, sino que da muy claramente el carácter del terreno sobre el cual van estas enseñanzas.