La respuesta divina al clamor del Mesías sufriente
En el Salmo 21 obtenemos la respuesta completa al Salmo 20 y sus deseos, en la exaltación de Cristo, arrojando su luz sobre el verdadero carácter de ese salmo. El rey se regocija en la fuerza de Jehová y se regocija en la liberación a través de ella. Lo que esto es luego se despliega. El anhelo fiel del remanente era que Jehová concediera al Mesías sufriente de acuerdo con Su propio corazón, que cumpliera Sus peticiones. Ahora bien, en la exaltación de Cristo pueden decir, el Espíritu dice por ellos, Tú, Jehová, le has dado el deseo de Su corazón, y no has retenido la petición de Sus labios. No, fue recibido por el amor libre y voluntario de Jehová hacia Él, con la bendición de la bondad, y fue gloriosamente coronado por Él. Pero lo que realmente había pasado y se había hecho se revela más minuciosamente. Le había pedido la vida a Jehová. (Compare Hebreos 5.) Él se lo dio, pero fue una larga cantidad de días por los siglos de los siglos, la vida eterna permanente del hombre glorificado resucitado. Esa fue la respuesta al clamor del Mesías sufriente cuando la muerte estaba delante de Él. Y esto se ve claramente en lo que sigue. Su gloria es grande en esta liberación por el deleite de Jehová. Él fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre. Jehová le ha puesto honor y majestad. Él lo ha hecho bendecido para siempre y contento con el rostro de Jehová. Tal fue la liberación del Mesías sufriente, la respuesta divina a Su clamor, Su ser glorificado como el hombre sufriente. No es la ira de Dios lo que aquí se considera que está sufriendo; por el contrario, se busca ayuda de Jehová cuando Él es abatido. Ya hemos visto el resultado de este juicio sobre Sus enemigos. La enemistad y los dispositivos del hombre se ven. El juicio del hombre sigue. La mano derecha del rey descubre a todos sus enemigos. Jehová se los tragará. No son Sus sufrimientos expiatorios los que se ven aquí, sino los dispositivos traviesos de los hombres. Por lo tanto, Sus sufrimientos no traen paz, sino juicio.
Tenemos aquí, entonces, a Cristo sufriendo y clamando a Jehová; Cristo exaltado como hombre, coronado de gloria y honor; Cristo ejecutando juicio sobre sus enemigos. En los tres salmos tenemos el testimonio de la creación, el testimonio de la ley, y los sufrimientos y la exaltación del Mesías (el testigo verdadero y fiel), el verdadero testimonio final de los caminos justos de Dios. Esta debe ser una revelación de toda importancia para el remanente en el último día para el sufrimiento o para la liberación asegurada. Cristo ha sufrido como hombre de los hombres y por fidelidad; y el juicio sobre los hombres será la consecuencia; mientras tanto, Él es exaltado en lo alto. Pero Él ha sufrido por el pecado de Dios. Los hechos relacionados con este último sufrimiento se nos revelan en el Salmo 22 Con sus resultados también.