Dios de Israel con el remanente salvado; El resultado
El remanente, ahora que el Mesías ha aparecido en gloria, puede celebrar lo que Dios es a favor de su pueblo, y con el conocimiento especial adquirido a través de lo que Él ha sido para ellos en problemas. Puede haber todavía un asalto: de hecho, según la profecía, creo que habrá. Pero así como todo el efecto de la venida del Mesías en bendición fue celebrado en el Salmo 45, así aquí el gran resultado en el gobierno divino. El remanente salvado tiene a Jehová con ellos como el Dios de Israel (vs. 7). Porque aquí Jehová es introducido de nuevo como una cosa presente. Aquí está especialmente (y convenientemente, después de lo que hemos estado estudiando, no necesita ser dicho) como refugio y liberación. La tierra, las montañas y las aguas pueden temblar, o hincharse y rugir: Su pueblo no debe temer. Dios está con ellos. Y esto no es todo. Él tiene Su ciudad en la tierra, donde mora Aquel que es el Altísimo, y tiene Sus tabernáculos regocijados por ese río que es en todas partes en estas descripciones la señal de bendición; como en la Jerusalén celestial, y en la terrenal en Ezequiel-nay, en el paraíso, y en las figuras, en el creyente y en la asamblea, que llama al agua de la vida al que tiene sed. Pero incluso entonces el río está allí. Dios está allí, la mejor y segura de las respuestas a la demanda burlona: “¿Dónde está tu Dios?” Ella no será movida, sino ayudada desde el principio.
El versículo 6 da en magnífica brusquedad el gran resultado. Todo está decidido. Luego dicen: “Jehová Sabaoth está con nosotros”. El Dios de todo el pueblo es el refugio de este débil remanente (vss. 8-9), convocan a la tierra para ver cuáles son las obras de Jehová, qué ha venido de la ira impotente y la violencia de los hombres; porque será exaltado entre los paganos y exaltado en la tierra. El lugar de la fe es estar quieto y esperar en Él y saber que Él es Dios, como el remanente de Jacob lo hará con gozo: que Jehová de los ejércitos, el Dios de Jacob, está con ellos.