El Dios de Israel en Sión, alabanza de toda la tierra
El Salmo 48 completa esta serie. Jehová está plenamente establecido como el Dios de Israel en Sión, ahora la alabanza de toda la tierra, la ciudad del Gran Rey, y en cuyos palacios Dios es bien conocido como un refugio. Los reyes fueron reunidos; Encontraron allí otro tipo de poder del que pensaban, se maravillaron, se preocuparon y se alejaron apresuradamente. El poder del mar fue quebrantado por el viento del este, y la mano de Jehová se manifestó allí también. El salmo se refiere bellamente al comienzo del Salmo 44, donde habían dicho en su angustia: Hemos oído con nuestros oídos ... las poderosas obras de los días de los padres. Ahora dicen: Como hemos oído, así hemos visto en la ciudad de Jehová Sabaoth, la ciudad de nuestro Dios. Ahora no dicen, como en el Salmo 42: “Yo había ido con la multitud”, sino que ahora claman a Ti desde el Jordán; pero en dulce y sin peligro de paz, “Hemos pensado en tu bondad amorosa, oh Dios, en medio de tu templo”. Habían confiado en el nombre de Dios, pero ahora Su alabanza estaba de acuerdo con él. Había llegado al poder. Fue así hasta los confines de la tierra. Él llama al monte Sión a regocijarse a causa de estos juicios, con la gozosa seguridad de que este Dios es su Dios por los siglos de los siglos; su vida los guiará y bendecirá. Es una bendición terrenal, y la muerte, el último enemigo, no es destruida (vss. 11-14).