1) Creer en el Señor Jesucristo

Vayamos a Juan 6:38-40: “Porque he descendido del cielo, no para hacer Mi voluntad, mas la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del que Me envió, del Padre: Que todo lo que Me diere, no pierda de ello, sino que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del que Me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en Él, tenga vida eterna: y Yo le resucitaré en el día postrero”. Tenemos aquí la primera gran cosa que tiene que ver con la voluntad de Dios. En lo que respecta a conocer cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas, aquí es donde comienza. En pocas palabras, es creer en el Señor Jesucristo. Dios lo ha dejado muy claro; Él quiere que creas en Su Hijo, el Señor Jesucristo. Y qué maravilloso que el Señor Jesús dice: “Al que á Mí viene, no le hecho fuera”. Cada persona que ha escuchado el llamado del evangelio, y ha respondido acudiendo al Señor Jesús, ¡nunca ha sido rechazada! No importa qué clase de persona sea, o qué clase de pecados haya cometido, o qué clase de vida haya vivido, nadie ha sido rechazado. Él ha dicho: “Venid á Mí todos los que estáis trabajados y cargados, que Yo os haré descansar. Llevad Mi yugo sobre vosotros, y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. El Señor Jesús está invitando a cada persona a venir a Él en fe, y entrar en una relación con Él mismo, y así, emprender un camino a través de este mundo de hacer la voluntad de Dios.
Aquí, amigos, es donde comienza el conocer y hacer la voluntad de Dios: teniendo una relación con el Señor Jesús. Permítanme preguntarles: “¿Conocen al Señor Jesús como su Salvador? ¿Ha habido alguna vez en sus vidas una transacción personal de fe con Él? ¿Le han pedido alguna vez que lave sus pecados y les salve?” Si nunca has acudido a Él para salvación, no puedes esperar tener la voluntad de Dios en tu vida; esto debe venir primero. Lo que tenemos que decir en el resto de esta predicación tendrá muy poco significado para ti, si no eres salvo, excepto que podrías ver lo que te estás perdiendo en tu vida. No hay mejor momento que ahora para atender el llamado del Señor, y acudir a Él, y ser salvo. Es la voluntad de Dios que lo hagas. Así que, si quieres saber cuál es la voluntad de Dios para tu vida, es, en primer lugar, creer en el Señor Jesucristo.