La voluntad de Dios

Veamos en un par de Escrituras algunos prerrequisitos que tienen que ver con la voluntad de Dios. Efesios 5:15-1715See then that ye walk circumspectly, not as fools, but as wise, 16Redeeming the time, because the days are evil. 17Wherefore be ye not unwise, but understanding what the will of the Lord is. (Ephesians 5:15‑17) dice: “Mirad, pues, cómo andéis avisadamente; no como necios, mas como sabios; redimiendo el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis imprudentes, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. Aprendemos de este pasaje un gran punto que tiene que ver con la voluntad de Dios; y es, que ¡Él quiere que la conozcamos! Nunca debemos pensar que Dios no está realmente interesado en mostrarnos Su voluntad. Estos versículos nos dicen claramente que Él está de nuestro lado, y quiere que conozcamos Su voluntad. Algunos de ustedes podrían decir: “¿Cómo podría Dios estar interesado en mí como individuo, cuando hay 7 mil millones de personas en el mundo?”. Amigos, estamos aquí para decirles que Dios está interesado en ustedes. Él es una Persona infinita que está al tanto de la vida de cada persona en este mundo. ¡Y ama a cada una de ellas con un amor especial! El Dios que presentamos esta noche es un Dios muy personal y práctico. El Señor se preocupa por ti y se interesa por todos los detalles de tu vida (1 Pedro 5:77Casting all your care upon him; for he careth for you. (1 Peter 5:7)). Él no quiere que cometas muchos errores para que tu vida resulte un fracaso lleno de tristeza y angustia. Él quiere tomar las decisiones en tu vida por ti, para que tu vida sea una bendición y no un fracaso. Aquel que conoce todas las cosas, que abunda en todo poder y sabiduría, que guía los planetas y las estrellas en perfecto orden, ¡puede fácilmente guiar la vida de un cristiano a través de este mundo! Él sabe qué es lo mejor para ti; y si pones tu vida en Sus manos, probarás por experiencia la bendición de Su voluntad. Y no te arrepentirás de haberlo hecho. Nunca hemos conocido a un cristiano que haya puesto su vida a disposición del Señor, para ser usada en Su servicio, que al final de su vida diga que desearía no haberlo hecho. Por otro lado, aquellos que rehúsan considerar los principios de la guía de Dios, y escogen su propio camino en la vida, usualmente hacen un desastre con ella. Al final se llenan de remordimientos.
Así que queremos dejar este punto perfectamente claro desde el principio: que el Señor está interesado en mostrarnos Su voluntad para nuestras vidas. Podrías decir: “Bueno, si eso es cierto, entonces ¿por qué no me lo dice claramente de una vez?”. Bueno, Él sí quiere hacerlo; y vamos a mostrarte claramente en las Escrituras cuál es Su voluntad para ti. Una de las razones por las que Él no te dice cuáles son los detalles de Su voluntad en tantas palabras “de una vez”, por así decirlo, es que Él quiere que aprendamos a andar por fe. Quiere que aprendamos a confiar en Él. Esto es algo que debe ser desarrollado en nuestras vidas espirituales, y es esencial para nuestro crecimiento espiritual. En cualquier caso, aferrémonos a este gran hecho: que ¡Él quiere que conozcamos Su voluntad!
Ahora vayamos a 1 Pedro 4:1-3: “Pues que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también estad armados del mismo pensamiento: que el que ha padecido en la carne, cesó de pecado; Para que ya el tiempo que queda en carne, viva, no á las concupiscencias de los hombres, sino á la voluntad de Dios. Porque nos debe bastar que el tiempo pasado de nuestra vida hayamos hecho la voluntad de los Gentiles, cuando conversábamos en lascivias, en concupiscencias, en embriagueces, abominables idolatrías”. He aquí otro gran punto sobre la voluntad de Dios. Además de que Él quiere que conozcamos Su voluntad, ¡también quiere que vivamos el tiempo que nos queda haciendo Su voluntad!
Estos versículos que hemos leído en 1 Pedro nos dicen que nuestras vidas están realmente divididas en dos partes. Esto es cierto para todos nosotros, seamos viejos o jóvenes. Las dos partes son “el tiempo pasado” y “el tiempo que queda”. No podemos hacer nada acerca del tiempo pasado; que puede haber sido vivido para complacerse a uno mismo, como dice aquí: “las concupiscencias de los hombres”. Pero podemos hacer algo sobre el resto de nuestro tiempo. Y de eso es de lo que queremos hablar aquí esta noche. Él no quiere que desperdiciemos nuestras vidas viviendo para la carne. Los que viven para la carne son infelices y no están satisfechos con la vida. Se sienten vacíos e incompletos, si tan sólo lo admitieran. Dios quiere que hagamos Su voluntad, y probar la bendición que conlleva.
Veamos otro pasaje introductorio. Vayamos al Salmo 40:7-8: “Entonces dije: He aquí, vengo; En el envoltorio del libro está escrito de Mí: El hacer Tu voluntad, Dios mío, hame agradado; y Tu ley está en medio de Mis entrañas”. El punto que quiero resaltar de este versículo es que ¡es agradable hacer la voluntad de Dios! Queremos que entiendas esto desde el principio de nuestro estudio sobre la voluntad de Dios: que andar en el camino de la voluntad de Dios es algo verdaderamente feliz. Menciono esto porque el diablo tratará de decirles que entregar su vida a la voluntad de Dios será algo seco y aburrido, y que lo lamentarán después. Amigos, ¡este versículo nos dice que eso no es verdad! ¡Es una mentira del diablo! Aquellos que han entregado sus vidas a la voluntad de Dios son las personas verdaderamente felices y realizadas en este mundo.
Así que, de estas tres Escrituras introductorias aprendemos que:
•  Dios quiere que conozcamos Su voluntad.
•  Dios quiere que hagamos Su voluntad.
•  Dios quiere que experimentemos el gozo de andar en Su voluntad.
Tal vez te preguntes: “Bueno, pero ¿cuál es la voluntad de Dios?”. Para eso te apunto a Efesios 1:8-108Wherein he hath abounded toward us in all wisdom and prudence; 9Having made known unto us the mystery of his will, according to his good pleasure which he hath purposed in himself: 10That in the dispensation of the fulness of times he might gather together in one all things in Christ, both which are in heaven, and which are on earth; even in him: (Ephesians 1:8‑10). “Que sobreabundó en nosotros en toda sabiduría é inteligencia; descubriéndonos el misterio de Su voluntad, según Su beneplácito, que se había propuesto en Sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra: En Él”. ¡Esta es la voluntad de Dios! Dios ha ordenado un día (lo llamamos el Milenio) en el cual Él va a exaltar públicamente a Su Hijo en dos esferas: en el cielo, y en la tierra. Y en ese día, el Señor Jesucristo va a tener un complemento a Su lado: la iglesia, Su novia, ¡un vaso de testimonio especialmente formado, a través del cual Dios mostrará o transmitirá la gloria de Cristo ante el mundo! En pocas palabras, ¡LA VOLUNTAD DE DIOS ES GLORIFICAR A SU HIJO!
Lo que Dios está haciendo hoy es llamar a personas tanto de los judíos como de los gentiles por medio del evangelio. Ellos son el material que compondrá ese vaso de testimonio, el cuerpo y la novia de Cristo. Lo que estoy diciendo es que cuando somos salvos, nos convertimos en parte de ese vaso especialmente formado que finalmente será usado para mostrar la gloria de Cristo. Para eso es para lo que Dios nos salvó: ¡para glorificar a Su Hijo! Sin embargo, Él no quiere esperar a ese día venidero de exhibición para que nosotros glorifiquemos a Cristo; Él quiere que lo glorifiquemos ahora mientras estamos aquí en este mundo. ¡Y si vivimos nuestras vidas en la voluntad de Dios, glorificaremos a Cristo!
Muchos cristianos abordan el tema de la voluntad de Dios por el lado equivocado. Buscan en las Escrituras para averiguar lo que Dios tiene que decir acerca de ellos; buscan para ver sus bendiciones, sus privilegios, y cómo las cosas pertenecen a sus vidas, etc. Ciertamente, hay mucho en la Palabra que sirve para ese fin, pero me temo que esa perspectiva es un poco egoísta e inmadura. El mejor y el más bendecido camino es buscar en la Palabra de Dios para ver cuál es la voluntad de Dios respecto a Su Hijo. Queremos buscar a Cristo en la Palabra, encontrar lo que lo glorifica, y ser encontrados haciendo esas cosas. Como mencionamos, Dios quiere que Su Hijo sea glorificado en este mundo ahora, a través de las vidas de aquellos que componen Su cuerpo. Todos los detalles de nuestras vidas deben estar al servicio de ese objetivo. No son más que componentes en el gran cuadro de glorificar a Su Hijo. ¡Esta es la clave para entender la voluntad de Dios en nuestras vidas!
Todo lo que tiene que ver con la voluntad de Dios en nuestras vidas debe apuntar en última instancia a la exaltación y glorificación de Su Hijo. En cada decisión que tomemos queremos tener en cuenta ese gran objetivo de Dios. Su aplicación práctica en nuestras vidas se extenderá a influenciar hasta en el tipo de coche que vamos a comprar, dónde vamos a vivir, con quién nos casaremos, etc. Esas cosas, digo yo, son sólo componentes del objetivo definitivo de la voluntad de Dios de glorificar a Su Hijo. Si comprendemos este gran punto, nos será de gran ayuda para discernir la voluntad de Dios para nuestras vidas.
Así pues, tenemos ante nosotros “la encrucijada”, el lugar de la decisión. Esperamos que tú tomes aquí esta noche la decisión de dejar que el Señor guíe tu vida, para que tengas los efectos positivos de Su bendición en tu vida. La vida cristiana es realmente muy sencilla: ¡es sólo hacer la voluntad de Dios! El Señor tiene un plan para cada una de nuestras vidas; y si vivimos en él, probaremos que “perfecto Su camino” (Salmo 18:3030As for God, his way is perfect: the word of the Lord is tried: he is a buckler to all those that trust in him. (Psalm 18:30)). Ese plan será ligeramente diferente para cada uno de nosotros; porque lo que Él tiene para que tú hagas será algo ligeramente diferente de lo de la siguiente persona, pero los elementos básicos de la voluntad de Dios serán los mismos para todas nuestras vidas. Quiero mirar esas cosas básicas ahora; y entonces mañana por la noche podemos mirar algunas de las maneras específicas en las cuales Él nos dirige.
Ahora veamos algunas Escrituras que tienen que ver con los elementos fundamentales de la voluntad de Dios para nuestras vidas, porque la Palabra de Dios nos dice muy claramente cuáles son estas cosas.