Y así nosotros, como ayudadores juntamente con él, os exhortamos también á que no recibáis en vano la gracia de Dios,
En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salud te he socorrido: he aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salud:)
No dando á nadie ningún escándalo, porque el ministerio nuestro no sea vituperado:
Antes habiéndonos en todas cosas como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias;
En azotes, en cárceles, en alborotos, en trabajos, en vigilias, en ayunos;
En castidad, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en Espíritu Santo, en amor no fingido;
En palabra de verdad, en potencia de Dios, en armas de justicia á diestro y á siniestro;
Por honra y por deshonra, por infamia y por buena fama; como engañadores, mas hombres de verdad;
Como ignorados, mas conocidos; como muriendo, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos;
Como doloridos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo á muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.
Nuestra boca está abierta á vosotros, oh Corintios: nuestro corazón es ensanchado.
No estáis estrechos en nosotros, mas estáis estrechos en vuestras propias entrañas.
Pues, para corresponder al propio modo (como á hijos hablo), ensanchaos también vosotros.
No os juntéis en yugo con los infieles: porque ¿qué compañía tienes la justicia con la injusticia? ¿y qué comunión la luz con las tinieblas?
¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿ó qué parte el fiel con el infiel?
¿Y qué concierto el templo de Dios con los ídolos? porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré en ellos; y seré el Dios de ellos, y ellos serán mi pueblo.
Por lo cual Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré,
Y seré á vosotros Padre, Y vosotros me seréis á mí hijos é hijas, dice el Señor Todopoderoso.