8) Fracaso en comprender la naturaleza y el uso de los dones en la asamblea: Capítulos 12-14

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Habiendo abordado los desórdenes en relación con la Cena del Señor en la que se ejerce el sacerdocio del creyente, el apóstol aborda ahora algunos desórdenes en la esfera del don. Como ya se ha dicho, el sacerdocio y el don son dos esferas diferentes en la asamblea. La oración, la alabanza y la adoración son a Dios y pertenecen a la esfera del sacerdocio, pero el ministerio de la Palabra es a los hombres y pertenece a la esfera del don. Nuestros privilegios en ambas esferas no se limitan a cuando los santos están reunidos “en asamblea”. Una persona debería ejercer su don dondequiera y cuandoquiera que sea guiada por el Espíritu a hacerlo, sin comprometer los principios. Pero ese no es el tema aquí; en estos capítulos el apóstol está abordando la naturaleza y el uso de los dones en la asamblea.
Hay algunas diferencias entre estas dos esferas en la asamblea. Por ejemplo, todos los hermanos deben ejercitarse en ser guiados públicamente por el Espíritu en la esfera del sacerdocio. Sin embargo, cuando se trata de la esfera del don en la asamblea, en condiciones normales, sólo aquellos (hermanos) que tienen el don de ministrar la Palabra deben funcionar en la esfera del ministerio. Mientras que todos los hermanos tienen una función pública en la asamblea en la esfera del sacerdocio (porque todos somos sacerdotes), no todos pueden tener un don para el ministerio público de la Palabra. Por lo tanto, no debemos insistir en que cada hermano en la reunión comparta sus comentarios en la esfera del ministerio. Las Escrituras no apoyan la idea de que todos sean ministros en este sentido. Es un malentendido de muchos de los que han sido introducidos a la enseñanza del sacerdocio de todos los creyentes. Erróneamente piensan que como cada hermano debe ejercer su sacerdocio en la asamblea,
cada hermano también debe ministrar la Palabra públicamente en la asamblea. Sin embargo, esto es confundir estas dos esferas.
En los capítulos 12–14, vemos cómo deben funcionar los dones cuando la Iglesia está reunida en asamblea. El capítulo 12 habla de la entrega de dones a la asamblea. El capítulo 14 habla del ejercicio de los dones en la asamblea. Pero en medio, en el capítulo 13, tenemos un paréntesis que nos da el motivo para ejercer los dones, que es el amor. El capítulo 12 nos da la maquinaria, el capítulo 13 el aceite que hará que la maquinaria funcione sin problemas, y en el capítulo 14 tenemos la maquinaria en acción produciendo edificación para todos. Este es el cristianismo normal. Es triste decirlo, pero el orden de las cosas presentado en estos capítulos ha sido en gran parte abandonado en el cristianismo moderno.
Los grandes principios de las manifestaciones del Espíritu en el ministerio en la Asamblea
Capítulo 12:1-11.— El tema del capítulo 12 no es exactamente el cuerpo de Cristo; son las “manifestaciones” del Espíritu en la esfera del don en la asamblea. Se introduce el cuerpo de Cristo porque es el instrumento que el Espíritu utiliza para Sus manifestaciones. ¿Y qué es lo que el Espíritu busca manifestar? ¡Es a Cristo! El cuerpo es el vaso del Espíritu para expresar a Cristo. Dios en Su bondad ha concedido a la Iglesia una variedad de dones con el singular propósito de glorificar a Cristo.
Versículo 1.— Dado que los corintios fueron hechos salvos desde la idolatría, la cual está llena de expresiones extáticas y balbuceos, tenían algunos malentendidos en cuanto a cómo el Espíritu conduce en Sus manifestaciones en la asamblea. El apóstol, por lo tanto, procede a aclarar esto en los versículos iniciales del capítulo, estableciendo algunos principios generales. Un idólatra que practica sus devociones frente a sus “ídolos mudos” es “llevado” de una manera completamente diferente a ser guiado por el Espíritu de Dios en el ministerio cristiano. La adoración a los ídolos en el paganismo se caracteriza por muchas expresiones extáticas y confusión (Hechos 19:3434But when they knew that he was a Jew, all with one voice about the space of two hours cried out, Great is Diana of the Ephesians. (Acts 19:34)). Los corintios definitivamente necesitaban entender la verdadera naturaleza de las “manifestaciones espirituales” (versículo 1, traducción J. N. Darby) en la asamblea.
1) Las verdaderas “manifestaciones espirituales” exaltan a Cristo
Versículos 2-3.— El primer gran principio del ministerio que el apóstol establece es que todas las “manifestaciones” del Espíritu exaltarán a Jesús como Señor. Dice: “Por tanto os hago saber, que nadie que hable por Espíritu de Dios, llama anatema á Jesús; y nadie puede llamar á Jesús Señor, sino por Espíritu Santo” (versículo 3). El Señor también dijo: “Él [el Espíritu] Me glorificará” (Juan 16:1414He shall glorify me: for he shall receive of mine, and shall show it unto you. (John 16:14)). Por lo tanto, la evidencia de la dirección del Espíritu en el ministerio en la asamblea es que Cristo siempre será exaltado y nunca se hablará de Él peyorativamente. Él siempre conduce a la confesión de Jesús como Señor.
Con este gran principio en la mano, somos capaces de probar el espíritu con el que los hombres hablan en la asamblea. No se trata de distinguir si uno es creyente o no, sino de probar el espíritu con el que los hombres hablan. La gran pregunta es: “¿Lo que dicen en el ministerio exalta a Cristo como Señor?”. Esto era importante en aquel tiempo porque el Nuevo Testamento todavía no existía, y los santos dependían del ministerio oral. El diablo trató de corromper este medio en la Iglesia primitiva introduciendo falsas doctrinas en la asamblea. De ahí la necesidad de juzgar lo que se decía, y todavía hoy. En pocas palabras, cuando alguien ministra la Palabra en la asamblea, y Cristo es honrado en los comentarios que se hacen, es de Dios. Si Él no lo es, no es de Dios.
2) Las verdaderas “manifestaciones espirituales” emanan de Dios
Versículos 4-6.— El segundo gran principio que tiene que ver con las “manifestaciones espirituales” en la asamblea es que no hay nada del hombre (o del diablo) en ella, aunque a Dios le agrada usar a los hombres como Su vehículo. Todo lo que tiene que ver con el hombre en la carne está totalmente excluido en el verdadero ministerio cristiano.
Vemos a toda la Divinidad activa en las manifestaciones de principio a fin. Aunque hay diversidad de “dones”, “ministerios” y “operaciones”, todos proceden de Dios con una unidad de propósito: glorificar a Cristo. Ya sea que se trate de la entrega del don, o de la conducción del don, o del resultado de su operación en las almas, todo es de Dios (versículos 4-6).
Versículo 4.— El Espíritu da los “dones”.
Versículo 5.— El Señor dirige los dones en varios “ministerios”.
Versículo 6.— Dios produce los resultados en las almas por Sus “operaciones”.
Nótese que no hay mención del requisito de entrenamiento teológico (seminario) y la designación de una persona antes de que pueda ejercer su don y funcionar en el ministerio en la asamblea. Todas esas ideas son creadas por el hombre y se entrometen en el orden de Dios para el ministerio. El orden de Dios en el ministerio cristiano es que aquellos que poseen un don espiritual para ministrar la Palabra deben tener libertad para ejercerlo en la asamblea según sean guiados por el Espíritu para hacerlo. La posesión de un don espiritual es la autorización de Dios para usarlo (1 Pedro 4:10-1110As every man hath received the gift, even so minister the same one to another, as good stewards of the manifold grace of God. 11If any man speak, let him speak as the oracles of God; if any man minister, let him do it as of the ability which God giveth: that God in all things may be glorified through Jesus Christ, to whom be praise and dominion for ever and ever. Amen. (1 Peter 4:10‑11)).
3) Las verdaderas “manifestaciones espirituales” no estarán concentradas en un solo hombre
Versículos 7-10.— El tercer gran principio del ministerio en la asamblea es que Cristo ha distribuido dones por el Espíritu a los varios miembros de Su cuerpo, y estos dones no los tiene todos un solo hombre. El apóstol dice: Á éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; á otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; á otro...”. Queda perfectamente claro que un solo hombre no posee todos los dones. Esto significa que la asamblea necesita más de un hombre para ministrar si quiere obtener el beneficio de los dones en medio suyo. La asamblea necesita la participación en el ministerio de la Palabra de todos los que tienen un don para ello.
El versículo 7 dice: “Á cada uno le es dada manifestación del Espíritu para provecho”. Esto podría traducirse, “...para provecho de todos”. Dios quiere que cada hermano que tiene un don para ministrar la Palabra ejerza su don en la asamblea para que todos puedan beneficiarse de ello. La naturaleza misma del cristianismo es tal que el don espiritual de una persona no es para sí mismo, sino para el beneficio de los otros miembros del cuerpo.
Un hombre puede tener más de un don, pero está claro en este pasaje que no tiene todos los dones. El capítulo 14:31 dice: “Porque podéis todos profetizar uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados”. Esto indica que todos los que puedan deben tener libertad en la asamblea para ministrar la Palabra.
Hay una diferencia entre los dones aquí mencionados y los de Efesios 4:1111And he gave some, apostles; and some, prophets; and some, evangelists; and some, pastors and teachers; (Ephesians 4:11). Aquí se refiere al don espiritual en sí que el Espíritu de Dios transmite o deposita en el creyente cuando es hecho salvo, que lo habilita para ministrar en cierta capacidad. Los dones en Efesios 4 son personas que han sido dadas a la Iglesia para la obra del ministerio, y para la edificación de los santos en la santísima fe. La persona misma es considerada como el don a la Iglesia. Los mencionados en Efesios 4 poseerán una o más manifestaciones espirituales como se menciona aquí. Por ejemplo, “la palabra de sabiduría” es el don espiritual que tendría un pastor (versículo 8). La “palabra” aquí no es la Palabra de Dios, sino la capacidad de comunicar pensamientos espirituales. Todos los santos deben tener sabiduría (1 Corintios 1:3030But of him are ye in Christ Jesus, who of God is made unto us wisdom, and righteousness, and sanctification, and redemption: (1 Corinthians 1:30); Santiago 1:55If any of you lack wisdom, let him ask of God, that giveth to all men liberally, and upbraideth not; and it shall be given him. (James 1:5)), pero no todos los santos tienen la “palabra” de sabiduría, que es un don para expresar la sabiduría de Dios en términos claros. Del mismo modo, “la palabra de ciencia” es el don espiritual que tendría un maestro. Tiene la capacidad de expresar la verdad de Dios de forma ordenada y comprensible. Una vez más, todos los santos deben conocer la verdad (Efesios 1:17-2317That the God of our Lord Jesus Christ, the Father of glory, may give unto you the spirit of wisdom and revelation in the knowledge of him: 18The eyes of your understanding being enlightened; that ye may know what is the hope of his calling, and what the riches of the glory of his inheritance in the saints, 19And what is the exceeding greatness of his power to us-ward who believe, according to the working of his mighty power, 20Which he wrought in Christ, when he raised him from the dead, and set him at his own right hand in the heavenly places, 21Far above all principality, and power, and might, and dominion, and every name that is named, not only in this world, but also in that which is to come: 22And hath put all things under his feet, and gave him to be the head over all things to the church, 23Which is his body, the fulness of him that filleth all in all. (Ephesians 1:17‑23); Judas 3,203Beloved, when I gave all diligence to write unto you of the common salvation, it was needful for me to write unto you, and exhort you that ye should earnestly contend for the faith which was once delivered unto the saints. (Jude 3)
20But ye, beloved, building up yourselves on your most holy faith, praying in the Holy Ghost, (Jude 20)
), pero no todos tendrán la “palabra” de ciencia para expresarla verbalmente en beneficio de todos.
En los versículos 9-10 el apóstol nombra algunos de los dones de “señales” (1 Corintios 14:2222Wherefore tongues are for a sign, not to them that believe, but to them that believe not: but prophesying serveth not for them that believe not, but for them which believe. (1 Corinthians 14:22)) que el Espíritu manifestó en la Iglesia primitiva antes de que se completara la revelación de la Palabra de Dios escrita. Estos dones eran para la inauguración del testimonio cristiano, mientras que los pastores, maestros y evangelistas, como se encuentran en Efesios 4, son para la edificación espiritual. Se nos dice que los dones de señales “cesarían” (1 Corintios 13:88Charity never faileth: but whether there be prophecies, they shall fail; whether there be tongues, they shall cease; whether there be knowledge, it shall vanish away. (1 Corinthians 13:8)), pero no se menciona que los dones para la edificación cesarían. Ellos están presentes en la Iglesia hoy.
Aquellos que hoy afirman tener tales dones como “lenguas” y “dones de sanidad”, etc., son impostores. Pablo nos dice que en los últimos días habría tales impostores en el testimonio cristiano. Ellos, como Janes y Jambres, realizarán señales y prodigios de imitación y engañarán los corazones de los ingenuos (2 Tesalonicenses 2:99Even him, whose coming is after the working of Satan with all power and signs and lying wonders, (2 Thessalonians 2:9); 2 Timoteo 3:88Now as Jannes and Jambres withstood Moses, so do these also resist the truth: men of corrupt minds, reprobate concerning the faith. (2 Timothy 3:8)). El don de “lenguas” es el poder de hablar en una lengua extranjera comprensible (Hechos 2:6-86Now when this was noised abroad, the multitude came together, and were confounded, because that every man heard them speak in his own language. 7And they were all amazed and marvelled, saying one to another, Behold, are not all these which speak Galileans? 8And how hear we every man in our own tongue, wherein we were born? (Acts 2:6‑8); 1 Corintios 14:1010There are, it may be, so many kinds of voices in the world, and none of them is without signification. (1 Corinthians 14:10)). Las personas hoy en día que afirman hablar en lenguas no hablan en ningún idioma conocido. Algunos de ellos incluso afirman ser apóstoles, pero en realidad son “falsos apóstoles” (2 Corintios 11:1313For such are false apostles, deceitful workers, transforming themselves into the apostles of Christ. (2 Corinthians 11:13); Apocalipsis 2:22I know thy works, and thy labor, and thy patience, and how thou canst not bear them which are evil: and thou hast tried them which say they are apostles, and are not, and hast found them liars: (Revelation 2:2)). El apostolado (Efesios 4:1111And he gave some, apostles; and some, prophets; and some, evangelists; and some, pastors and teachers; (Ephesians 4:11)) no es un don que exista hoy en la Iglesia. Fue dado para construir el fundamento de la Iglesia, y eso ya ha sido puesto (Efesios 2:2020And are built upon the foundation of the apostles and prophets, Jesus Christ himself being the chief corner stone; (Ephesians 2:20)). Sin embargo, el ministerio de los apóstoles todavía está con nosotros en lo que el Espíritu de Dios les dio para escribir en el Nuevo Testamento.
4) El Espíritu de Dios debe tener libertad en la asamblea de emplear a quien le plazca para producir “manifestaciones espirituales”
Versículo 11.— El cuarto gran principio del ministerio cristiano es que cuando los santos se reúnen en asamblea, el Espíritu de Dios debe tener su debido derecho de emplear a quien le plazca para hablar. Los dones deben operar en la asamblea por el “mismo” Espíritu que distribuyó el don al individuo cuando fue salvo. Pablo dice: “Todas estas cosas [dones] obra uno y el mismo Espíritu, repartiendo particularmente á cada uno como quiere”. El Nuevo Testamento no conoce otro orden para el ministerio que el de la dirección soberana del Espíritu Santo en la asamblea. Las Escrituras asumen que los santos tienen la fe necesaria para confiar en la dirección del Espíritu en el ministerio. Si permitimos que Él dirija en la asamblea, tomará los dones que haya en una reunión de cristianos y los usará para la edificación de todos.
El principio es simple. El Espíritu Santo está en la asamblea buscando usar los dones como Él elija para la edificación de todos. Este es el orden de Dios para el ministerio cristiano. Desafortunadamente, el sistema clerical/laico hecho por el hombre en la Iglesia de hoy impide esta acción libre del Espíritu. Él no puede repartir particularmente a cada uno como quiere, porque el denominacional-ismo ha establecido un orden de cosas donde un hombre ocupa ese lugar de dirigir la asamblea. Los hombres hablan de “dirigir” la adoración o “conducir” un servicio. La presidencia del Espíritu Santo es negada en tal práctica. Él podría desear llamar a una persona en la reunión para el ministerio, pero es bloqueado y obstaculizado por el orden humano. Hoy en día, en muchas denominaciones eclesiásticas, los servicios se organizan de antemano, a veces con días de antelación. Puede que se haga con buenas intenciones, pero no es el orden de Dios para el ministerio en la asamblea.
El vehículo por el cual el Espíritu hace sus manifestaciones: el cuerpo de Cristo
Capítulo 12:12-31.— El apóstol continúa hablando del instrumento a través del cual el Espíritu haría Sus “manifestaciones”: el cuerpo de Cristo con sus muchos miembros. Se remonta al principio y habla de cómo surgió el cuerpo en primer lugar.
La formación del cuerpo de Cristo
Versículos 12-13.— Utiliza la figura del cuerpo humano y concluye diciendo: “...así también es el Cristo” (traducción J. N. Darby). “El Cristo” es un término utilizado por el apóstol en sus epístolas para denotar la unión mística de Cristo y Su Iglesia: la Cabeza en unión con el cuerpo. Es “mística” en el sentido de que no puede verse con el ojo humano. Es bueno observar que, aunque la palabra “cuerpo” se utiliza muchas veces en el capítulo, ¡el cuerpo de Cristo sólo se menciona dos veces! En el versículo 13 se menciona en su aspecto universal, y en el versículo 27 en su aspecto local. Todas las demás menciones de un “cuerpo” en el capítulo se refieren a un cuerpo humano como figura.
Habla de cómo el cuerpo de Cristo llegó a existir por primera vez, diciendo: “Porque por un Espíritu somos todos [todos hemos sido] bautizados en un cuerpo”. Fue una acción corporativa del Espíritu que tuvo lugar históricamente en el día de Pentecostés (Hechos 2) y se amplió para incluir a los gentiles en Hechos 10. El Espíritu de Dios tomó a los creyentes individuales que se encontraban en el aposento alto y los unió en una unidad mediante Su presencia al habitarlos. Así fueron llevados a una unión con Cristo, la Cabeza ascendida en el cielo. Esto fue una cosa de una vez para siempre. J. N. Darby señala que la acción de bautizar del Espíritu en este versículo está en el tiempo aoristo en el griego, lo que significa que fue un acto de una vez para siempre. El Espíritu de Dios ya no está actuando en la capacidad de bautizar hoy porque Su obra de bautizar se efectuó para formar el cuerpo de Cristo. Eso se ha hecho una vez y para siempre. Si Él siguiera bautizando hoy, estaría formando más y más cuerpos, lo cual, por supuesto, no es cierto, pues hay solo un cuerpo” (Efesios 4:44There is one body, and one Spirit, even as ye are called in one hope of your calling; (Ephesians 4:4)).
El hecho de que el bautismo del Espíritu fue una acción histórica para formar el un cuerpo de Cristo, y no una acción presente, puede verse mirando las siete referencias al bautismo del Espíritu en las Escrituras. Cinco de estas referencias miran hacia adelante, desde el momento en que fueron pronunciadas, hacia alguna acción futura del Espíritu, sin especificar cuándo (Mateo 3:1111I indeed baptize you with water unto repentance: but he that cometh after me is mightier than I, whose shoes I am not worthy to bear: he shall baptize you with the Holy Ghost, and with fire: (Matthew 3:11); Marcos 1:88I indeed have baptized you with water: but he shall baptize you with the Holy Ghost. (Mark 1:8); Lucas 3:1616John answered, saying unto them all, I indeed baptize you with water; but one mightier than I cometh, the latchet of whose shoes I am not worthy to unloose: he shall baptize you with the Holy Ghost and with fire: (Luke 3:16); Juan 1:3333And I knew him not: but he that sent me to baptize with water, the same said unto me, Upon whom thou shalt see the Spirit descending, and remaining on him, the same is he which baptizeth with the Holy Ghost. (John 1:33); Hechos 1:55For John truly baptized with water; but ye shall be baptized with the Holy Ghost not many days hence. (Acts 1:5)). Las referencias sexta y séptima (Hechos 11:1616Then remembered I the word of the Lord, how that he said, John indeed baptized with water; but ye shall be baptized with the Holy Ghost. (Acts 11:16); 1 Corintios 12:1313For by one Spirit are we all baptized into one body, whether we be Jews or Gentiles, whether we be bond or free; and have been all made to drink into one Spirit. (1 Corinthians 12:13)) apuntan hacia atrás en el tiempo a alguna acción del Espíritu. La única acción significativa del Espíritu que ocurrió entre estos dos grupos de versículos es lo que sucedió en Pentecostés, cuando el Espíritu de Dios vino a formar y residir en la Iglesia.
Contrariamente al pensamiento popular, el bautismo del Espíritu no es una experiencia posterior a la salvación ni una acción del Espíritu para poner a un creyente en el un cuerpo cuando es hecho salvo. En las Escrituras, ser bautizado con el Espíritu no es visto como una experiencia individual. No hay una sola referencia en las Escrituras a un individuo siendo bautizado con el Espíritu. “Os” en la versión Reina Valera es colectivo y se refiere a una compañía de creyentes (Mateo 3:1111I indeed baptize you with water unto repentance: but he that cometh after me is mightier than I, whose shoes I am not worthy to bear: he shall baptize you with the Holy Ghost, and with fire: (Matthew 3:11)). El versículo 13 no dice, como algunos imaginan, “Hemos sido todos bautizados en el un cuerpo” (añadiendo el artículo “el”, que no está en el texto). Añadir el artículo “el” cambia considerablemente el significado y supone que el cuerpo ya existía antes de que tuviera lugar el bautismo. Si ese fuera el caso, entonces indicaría que hoy los individuos son añadidos al cuerpo a través del bautismo del Espíritu. Sin embargo, el versículo dice que fueron “bautizados en un cuerpo”, lo que significa que el bautismo es lo que formó el cuerpo único. Los cristianos de hoy son parte del “un cuerpo”, pero no llegaron allí por el bautismo del Espíritu. Fueron colocados en el cuerpo cuando creyeron en el evangelio y fueron “sellados con el Espíritu Santo de la promesa” (Efesios 1:1313In whom ye also trusted, after that ye heard the word of truth, the gospel of your salvation: in whom also after that ye believed, ye were sealed with that holy Spirit of promise, (Ephesians 1:13)). Por lo tanto, fueron añadidos a un cuerpo ya bautizado.
Algunos podrían preguntarse que si esto fuera así, por qué Pablo habló de “judíos” y “gentiles” siendo bautizados en un cuerpo cuando no había gentiles en Pentecostés. Esto es porque Pablo estaba hablando representativamente. Dijo: “[Nosotros]”—la compañía cristiana en su conjunto— “todos hemos sido bautizados en un cuerpo”. No todos estaban allí en ese día inaugural, pero todos son parte del cuerpo de Cristo que fue bautizado entonces.
Es algo como la constitución de una empresa. Se constituye una vez, y puede que fuera hace cien años. Y ahora que la empresa se ha constituido, cada vez que contrata a un nuevo empleado no necesita constituirse de nuevo. Tampoco existe cosa tal como que cada nuevo empleado de la empresa sea constituido. El nuevo empleado simplemente se añade a una empresa ya constituida. Para llevar la ilustración un poco más allá, supongamos que escuchamos una de las reuniones del consejo de administración de esa empresa y oímos a uno de los directores decir: “Nos constituimos hace 125 años”. No tendríamos ningún problema en entender lo que quiere decir. Pero alguien que no entendiera muy bien el idioma castellano podría decir: “¿Qué quiere decir esa persona? Ninguna de estas personas en esta reunión tiene más de 60 años. ¿Cómo puede hablar de lo que hicieron hace 125 años?”. Bueno, por supuesto, es porque el director estaba hablando representativamente de la empresa en su conjunto. Del mismo modo, en 1 Corintios 12:13,13For by one Spirit are we all baptized into one body, whether we be Jews or Gentiles, whether we be bond or free; and have been all made to drink into one Spirit. (1 Corinthians 12:13) Pablo estaba hablando de lo que es cierto del cuerpo de Cristo, del que él y los corintios formaban parte. Al formar parte de la compañía cristiana, Pablo y los corintios (y nosotros también) estamos todos incluidos en el bautismo que tuvo lugar en Pentecostés, cuando fuimos hechos salvos y traídos dentro del un cuerpo por el sello del Espíritu.
Dos enemigos de la unidad en el cuerpo de Cristo
En los versículos 14-24, el apóstol utiliza la figura del cuerpo humano para enseñarnos algunas lecciones prácticas relacionadas con las manifestaciones del Espíritu en el cuerpo de Cristo. Advierte de dos enemigos en específico que perturban la unidad y, por tanto, impiden las manifestaciones del Espíritu en la asamblea.
Descontentamiento
Versículos 14-19.— El primer enemigo de la unidad es el descontentamiento. El apóstol utiliza la figura de un cuerpo humano para abordar este problema. Muestra que en un cuerpo humano sería ridículo que “el pie” dijera que ya que no podía tener la función de “la mano” iba a dejar de ser parte del cuerpo. Pero, lamentablemente, en el cuerpo de Cristo existe el peligro de que algunos de sus miembros se sientan descontentos con el lugar que ocupan. Cuando este tipo de descontento está presente en un miembro del cuerpo de Cristo, llevará a la persona a buscar una función en el cuerpo que no le ha sido dada. Por ejemplo, un evangelista podría buscar la función de maestro.
El apóstol responde a este problema mostrando que Dios quiere que haya diversidad en la unidad del cuerpo, diciendo: “Pues ni tampoco el cuerpo es un miembro, sino muchos” (versículo 14). En otras palabras, el cuerpo humano no consiste en que todos sus miembros sean manos o pies; del mismo modo, los miembros del cuerpo de Cristo no son todos maestros o evangelistas. Si así fuera, se perdería la diversidad en el cuerpo.
El remedio para esto es reconocer la acción soberana de Dios. Él, y no el hombre, ha designado el lugar de los miembros en el cuerpo humano “como quiso”. Y lo mismo sucede en el cuerpo de Cristo. La cura para esto es llegar a la presencia de Dios en oración y aprender de Él cuál es nuestro lugar en el cuerpo de Cristo y estar contentos con ello. No seremos felices hasta que aceptemos el lugar y la función que Dios nos ha dado. Hasta el momento en que nos sometamos a la soberanía de Dios en esto, probablemente seremos una molestia para nuestros hermanos en el ministerio, y, por lo tanto, perturbaremos la unidad.
Desdén
Versículos 20-24.— El segundo enemigo es el desdén. El apóstol otra vez usa la figura del cuerpo humano para enfrentar esto, diciendo: “Mas ahora muchos miembros son á la verdad, empero un cuerpo” (versículo 20). Esto muestra que debe haber unidad en la diversidad de los miembros de un cuerpo. En un cuerpo humano nunca hay un momento en que los miembros más prominentes miran con desdén a los menos prominentes, y dicen: “No tengo necesidad de vosotros” (versículo 21). Pero lamentablemente, existe este peligro en el cuerpo de Cristo. Esta actitud destruye la unidad.
El apóstol advierte contra este peligro señalando el hecho de que en la creación de nuestros cuerpos Dios ha concedido a propósito “más abundante honor” (traducción King James) a los miembros invisibles que a los que se ven a los ojos del público (versículos 22-23). Los miembros menos prominentes del cuerpo humano son más importantes que los prominentes. Una persona podría arreglárselas sin una mano o un pie, pero no puede vivir sin un corazón o un hígado, etc. El apóstol utiliza esto como ilustración de cómo no debemos menospreciar a los miembros menos prominentes del cuerpo de Cristo.
El remedio para este problema, de nuevo, es someterse a la soberanía de Dios. “Dios ordenó el cuerpo [humano] (versículo 24). Lo ha construido de tal manera que cada miembro es valioso y tiene algo que aportar al conjunto de la persona. Del mismo modo, en el cuerpo de Cristo, Dios lo ha formado de tal manera que la contribución de cada miembro es necesaria para el bienestar conjunto (Efesios 4:1616From whom the whole body fitly joined together and compacted by that which every joint supplieth, according to the effectual working in the measure of every part, maketh increase of the body unto the edifying of itself in love. (Ephesians 4:16)). Nosotros, por lo tanto, necesitamos reconocer esto, y permitir que cada miembro funcione en el papel que Dios le ha dado.
Desafortunadamente, el orden clerical artificial en la Iglesia de hoy trata a los miembros del cuerpo de Cristo que podrían ministrar la Palabra públicamente como si no fueran importantes. (Nos referimos al sistema clerical/laico, donde una persona —un supuesto “Pastor” o “Ministro”— maneja el ministerio público en nombre de la congregación). Es involuntario, pero este es el resultado neto de ese orden de cosas. Al impedir que tales miembros funcionen en el ministerio público en la asamblea, ese sistema está diciendo esencialmente: “No tengo necesidad de vosotros”. Como se mencionó, no se hace con malas intenciones hacia los otros miembros del cuerpo de Cristo; sin embargo, obstaculiza a aquellos miembros que puedan tener un don para ministrar la Palabra en la asamblea al limitar el ministerio a una sola persona que tiene el derecho oficial para ello.
Ya que no hay “división [cisma]” (traducción J. N. Darby) en el cuerpo humano y todos los miembros actúan conjuntamente en concertación con el mismo “interés los unos por los otros”, los miembros en el cuerpo de Cristo también deben trabajar juntos en armonía (versículo 25). Así como en el cuerpo humano hay simpatía y apoyo —“si un miembro padece, todos los miembros á una se duelen”— también debe haber esa misma simpatía y apoyo entre los miembros del cuerpo de Cristo (versículo 26). Podríamos preguntarnos cómo es posible sentir compasión por un miembro del cuerpo de Cristo cuando nunca hemos oído hablar de esa persona. Tal vez un miembro que sufre vive en otro continente y pertenece a alguna comunión divergente de creyentes. Creemos que la respuesta está en el versículo siguiente. El apóstol matiza sus observaciones hablando del cuerpo de Cristo en su aspecto local (versículo 27). Si todos en una ciudad o pueblo estuvieran juntos en la misma comunión (como lo estaban en aquel tiempo, y deberían estarlo hoy), sabrían de cualquier miembro que estuviera sufriendo, y todos sufrirían con esa persona.
El versículo 27 dice: “Vosotros sois cuerpo de Cristo” (traducción J. N. Darby). Nótese que no dice “nosotros”, sino “vosotros”, refiriéndose a los corintios. El versículo, tal como se traduce en la Reina Valera Antigua, que dice: “Vosotros sois el cuerpo de Cristo”, es incorrecto. El artículo el debe omitirse, porque significaría todo el cuerpo de Cristo, que los corintios no eran. Ninguna congregación local de cristianos puede proclamar ser el cuerpo de Cristo; el cuerpo consiste en todos aquellos en la tierra que creen en el Señor Jesucristo y son sellados con el Espíritu Santo.
Hamilton Smith ilustra la exhortación del apóstol aquí pidiéndonos que imaginemos que vemos a un general de una compañía local de soldados exhortando a sus hombres. Él podría decir: “Recuerden, hombres, ustedes son Guardias de Coldstream”. Él no diría, “Ustedes son los Guardias de Coldstream” porque ellos son sólo una compañía local en ese vasto regimiento. En este versículo Pablo simplemente está afirmando que la asamblea local en Corinto era la representante de todo el cuerpo de Cristo. Y, en lo que se refiere a una compañía local, ellos debían saber de los miembros del cuerpo en esa localidad que estaban sufriendo, y así sufrir con ellos.
Por lo tanto, el primer enemigo destruye la diversidad, y el segundo rompe la unidad. En verdad, ningún miembro es preeminente, y todos los miembros son indispensables.
Este pasaje no debe aplicarse a las asambleas, sino a los miembros individuales del cuerpo. Es importante ver esto, porque podríamos tener la idea de que cada asamblea local debe consultar con las otras asambleas locales antes de actuar administrativamente, por ejemplo, en asuntos de disciplina. Una asamblea local reunida según las Escrituras es la representante de todas las asambleas reunidas de manera similar sobre el terreno de todo el cuerpo de Cristo y actúa en nombre del cuerpo en general.
El orden de la importancia de los dones en el Cuerpo de Cristo
Versículos 28-31.— Los corintios tenían ideas distorsionadas de la importancia de ciertos dones en la asamblea. Se inclinaban por los dones milagrosos porque eran vistosos y ponían a la persona en el centro de atención. Para aclararlos, el apóstol establece el orden de importancia de los dones según Dios. No es una lista completa. Dios ha puesto los dones no milagrosos, fundacionales, en primer lugar en importancia. Les siguen los dones de edificación y, por último, los dones de señales milagrosas. Los Corintios lo tenían al revés. Todos los dones son importantes, pero es significativo que cada vez que el apóstol enumera los dones, “lenguas” —el don del que los corintios estaban enamorados— está al final de la lista (capítulo 12:6-10,28; 13:8; 14:26).
Concluye diciendo: “Procurad los mejores dones”. El verbo en este versículo en el idioma original está en plural, y, por lo tanto, la exhortación se refiere a la asamblea como un todo, no a individuos procurando los mejores dones. Si fuera una exhortación a los individuos, entonces nos estaría animando a procurar el don de otra persona, lo que contradiría lo que enseñó anteriormente en el capítulo, es decir, que debemos estar contentos con el don que se nos ha dado. Pablo les está exhortando a que colectivamente “procuren” y oren para que Dios suscite una buena provisión de dones de edificación (“los mejores dones”) en medio de ellos, tales como enseñar y profetizar. Entonces la asamblea sería edificada y construida sobre la “santísima fe” (Judas 2020But ye, beloved, building up yourselves on your most holy faith, praying in the Holy Ghost, (Jude 20)).
Continúa diciendo que hay algo aún más importante en una asamblea que la presencia de “los mejores dones”: es la “caridad [amor]”. Servirse unos a otros en amor es verdaderamente el “camino más excelente”.
El motivo para el uso de los dones: Amor
Capítulo 13:1-13.— Procede a explicar el “camino más excelente” en el capítulo 13 dando un hermoso tratado sobre el amor. La gente tiende a divorciar este capítulo de su contexto y aplicarlo a todo tipo de situaciones en la vida, como las relaciones matrimoniales y la vida familiar. No queremos restar nada de esas aplicaciones, porque tienen su lugar, pero el contexto es el amor en el ejercicio de nuestro don de ministrar la Palabra en la asamblea. Los dones deben ejercerse en amor, que es el verdadero espíritu de servicio. Como se mencionó, este capítulo nos da el “aceite” que hará que la maquinaria del capítulo 12 (los dones) funcione bien en la asamblea.
La preeminencia del amor
Versículos 1-3.— El apóstol comienza afirmando que todo lo que naturalmente podríamos pensar que es necesario para que una asamblea local funcione provechosamente no es tan importante como el amor. Aunque hubiera una gran elocuencia (versículo 1), un gran don (versículo 2a), un gran conocimiento y comprensión de la verdad (versículo 2b), una fe heroica (versículo 2c), y una tremenda abnegación por los demás (versículo 3a) —incluso una convicción que llevara al martirio (versículo 3b)— todo eso no nos serviría de nada si no se hiciera en amor. El apóstol menciona esto aquí porque eran cosas de las que los corintios se gloriaban. Pero aun con todo lo que tenían en dones y conocimiento no eran una asamblea espiritualmente saludable. Esto muestra que las manifestaciones externas de poder y conocimiento no son lo que constituye una asamblea saludable.
Pablo continúa y muestra que hay algo más grande que todas estas cosas: el amor. Los corintios estaban usando sus dones para exhibirse, que en realidad es la carne actuando en las cosas de Dios. Si todo lo anterior se hace para atraer la atención hacia uno mismo, tal exhibición vana no tendría valor. El amor no haría eso.
Las cualidades del amor
En los versículos 4-8a, Pablo habla de 16 características del amor. Las primeras siete cualidades apuntan a la necesidad de la renuncia completa de uno mismo: el guardarse a uno mismo en una posición baja cuando se ministra la Palabra. Las últimas nueve cualidades se refieren a cómo debemos comportarnos en presencia de la carne si ésta se manifiesta en el ministerio.
1) “Sufrido [paciente]”: Esto reprende a un espíritu impaciente al ministrar la Palabra. La carne no puede esperar para hablar, pero el amor es “paciente” y esperará la dirección del Espíritu para traer una palabra “á tiempo” (Mateo 24:4545Who then is a faithful and wise servant, whom his lord hath made ruler over his household, to give them meat in due season? (Matthew 24:45)). El que carece de esta cualidad del amor manifestará una falta de dominio propio para mantener su espíritu “sujeto” (capítulo 14:32). Nos recuerda al sacerdote del Antiguo Testamento que tenía “sarna” (Levítico 21:2020Or crookbackt, or a dwarf, or that hath a blemish in his eye, or be scurvy, or scabbed, or hath his stones broken; (Leviticus 21:20)); no debía actuar en el santuario. Una persona con sarna, o comezón, como todos sabemos, no puede quedarse quieta. Otro ejemplo de la falta de control del propio espíritu en el ministerio es el joven “Ahimaas”, que estaba ansioso por correr con un mensaje, e insistía en hacerlo. Pero cuando llegó ante su auditorio no tenía nada que decir (compárese 2 Samuel 18:19-3219Then said Ahimaaz the son of Zadok, Let me now run, and bear the king tidings, how that the Lord hath avenged him of his enemies. 20And Joab said unto him, Thou shalt not bear tidings this day, but thou shalt bear tidings another day: but this day thou shalt bear no tidings, because the king's son is dead. 21Then said Joab to Cushi, Go tell the king what thou hast seen. And Cushi bowed himself unto Joab, and ran. 22Then said Ahimaaz the son of Zadok yet again to Joab, But howsoever, let me, I pray thee, also run after Cushi. And Joab said, Wherefore wilt thou run, my son, seeing that thou hast no tidings ready? 23But howsoever, said he, let me run. And he said unto him, Run. Then Ahimaaz ran by the way of the plain, and overran Cushi. 24And David sat between the two gates: and the watchman went up to the roof over the gate unto the wall, and lifted up his eyes, and looked, and behold a man running alone. 25And the watchman cried, and told the king. And the king said, If he be alone, there is tidings in his mouth. And he came apace, and drew near. 26And the watchman saw another man running: and the watchman called unto the porter, and said, Behold another man running alone. And the king said, He also bringeth tidings. 27And the watchman said, Me thinketh the running of the foremost is like the running of Ahimaaz the son of Zadok. And the king said, He is a good man, and cometh with good tidings. 28And Ahimaaz called, and said unto the king, All is well. And he fell down to the earth upon his face before the king, and said, Blessed be the Lord thy God, which hath delivered up the men that lifted up their hand against my lord the king. 29And the king said, Is the young man Absalom safe? And Ahimaaz answered, When Joab sent the king's servant, and me thy servant, I saw a great tumult, but I knew not what it was. 30And the king said unto him, Turn aside, and stand here. And he turned aside, and stood still. 31And, behold, Cushi came; and Cushi said, Tidings, my lord the king: for the Lord hath avenged thee this day of all them that rose up against thee. 32And the king said unto Cushi, Is the young man Absalom safe? And Cushi answered, The enemies of my lord the king, and all that rise against thee to do thee hurt, be as that young man is. (2 Samuel 18:19‑32)). El rey Salomón dijo: “¿Ves a un hombre que se precipita en sus palabras? Hay más esperanza en un necio que en él” (Proverbios 29:2020Seest thou a man that is hasty in his words? there is more hope of a fool than of him. (Proverbs 29:20)). El verdadero amor puede y esperará el tiempo de Dios para hablar, y cuando sea el tiempo de Dios, la persona gobernada por tal amor traerá algo que será provechoso para la asamblea.
2) “Benigno”: Esto reprende la tendencia a ministrar sin considerar debidamente la situación de los santos. El amor divino tendrá en cuenta dónde se encuentran los santos, considerando por lo que están pasando (sus problemas, penas y sentimientos, etc.), y hará observaciones en el ministerio con la debida consideración. Tal bondad tocará sus corazones y recibirán el ministerio. Puede haber necesidad de reprender, pero nunca de regañar a los santos; hacer así podría causar perder su atención. Ezequiel se sentó “donde ellos estaban sentados” antes de abrir la boca para hablar a su auditorio (Ezequiel 3:1515Then I came to them of the captivity at Tel-abib, that dwelt by the river of Chebar, and I sat where they sat, and remained there astonished among them seven days. (Ezekiel 3:15)). Si aquellos a quienes ministramos ven que lo que decimos viene de amor genuino y preocupación por ellos, ganaremos su oído, y ellos recibirán lo que tenemos que decir. Si sale de nuestro corazón, llegará a sus corazones (Rut 2:1313Then she said, Let me find favor in thy sight, my lord; for that thou hast comforted me, and for that thou hast spoken friendly unto thine handmaid, though I be not like unto one of thine handmaidens. (Ruth 2:13); 2 Samuel 19:1414And he bowed the heart of all the men of Judah, even as the heart of one man; so that they sent this word unto the king, Return thou, and all thy servants. (2 Samuel 19:14)). El Señor Jesús es nuestro gran ejemplo. Él ministraba en la sinagoga con “palabras de gracia” (Lucas 4:2222And all bare him witness, and wondered at the gracious words which proceeded out of his mouth. And they said, Is not this Joseph's son? (Luke 4:22)).
3) “No tiene envidia”: Esto reprende el deseo de igualar o sobresalir a alguien más en el ministerio. A la carne le gustaría superar a otros en un ministerio público; sin embargo, la asamblea no es una arena de competición. El amor no haría eso. Los dones deben complementarse unos a otros en su ejercicio para edificar a los santos; no deben rivalizar unos con otros. Todo ese tipo de competencia demuestra que el amor por los santos no está en acción (Filipenses 1:15-1615Some indeed preach Christ even of envy and strife; and some also of good will: 16The one preach Christ of contention, not sincerely, supposing to add affliction to my bonds: (Philippians 1:15‑16)).
4) “No hace sinrazón”: Esto reprende la tendencia a hacer comentarios ofensivos en el ministerio. “Hacer sinrazón” implica ser grosero e insultante. Esto no tiene lugar en el ministerio. Hacer “sinrazón” es apresurarse a decir algo de manera contenciosa. Puede que tengamos que hablar a la conciencia, pero no tenemos que ser ofensivos. Si el Espíritu de Dios nos está moviendo en el ministerio, Él tocará las conciencias de aquellos en la audiencia y los traerá bajo convicción. Algunos ministran como si fuera su responsabilidad convencer a otros, y como resultado, se ponen agresivos. Pero no es nuestro trabajo convencer a las personas. A veces pensamos que, porque es necesario llegar a la conciencia, tenemos la libertad de ofender en nuestros comentarios, y lo hacemos pasar como si estuviéramos siendo fieles. Esto no es de Dios. No hay razón para machacar a los santos. Se nos recuerda al “buey” que “corneaba” a un hombre o a una mujer; debía ser “apedreado” hasta la muerte bajo la ley del Antiguo Testamento (Éxodo 21:28-3228If an ox gore a man or a woman, that they die: then the ox shall be surely stoned, and his flesh shall not be eaten; but the owner of the ox shall be quit. 29But if the ox were wont to push with his horn in time past, and it hath been testified to his owner, and he hath not kept him in, but that he hath killed a man or a woman; the ox shall be stoned, and his owner also shall be put to death. 30If there be laid on him a sum of money, then he shall give for the ransom of his life whatsoever is laid upon him. 31Whether he have gored a son, or have gored a daughter, according to this judgment shall it be done unto him. 32If the ox shall push a manservant or a maidservant; he shall give unto their master thirty shekels of silver, and the ox shall be stoned. (Exodus 21:28‑32)). Un “buey” es una figura del siervo del Señor que trilla el grano para su amo (1 Corintios 9:99For it is written in the law of Moses, Thou shalt not muzzle the mouth of the ox that treadeth out the corn. Doth God take care for oxen? (1 Corinthians 9:9)). La lapidación es una figura del juicio (corporativo) de la asamblea. Somos responsables ante nuestra asamblea local por nuestras acciones en el ministerio. Si nos comportamos de manera ofensiva en el ministerio público, podríamos caer bajo el juicio corporativo de la asamblea.
5) “No se ensancha”: Esto reprende la prepotencia en el ministerio, que no es más que orgullo. Diótrefes amaba tener la preeminencia entre sus hermanos (3 Juan 99I wrote unto the church: but Diotrephes, who loveth to have the preeminence among them, receiveth us not. (3 John 9)). Podemos tener nuestro ministerio en gran estima, pero ponernos por delante no es amor. En Romanos 12:3,3For I say, through the grace given unto me, to every man that is among you, not to think of himself more highly than he ought to think; but to think soberly, according as God hath dealt to every man the measure of faith. (Romans 12:3) el apóstol advierte que no debemos tener un alto concepto de nosotros mismos, ni de nuestro don. El deseo de ser vistos y oídos es de la carne. El amor, en cambio, se contenta con el lugar inferior.
6) “No es injurioso [indecoroso]” (traducción King James): Esto reprende la conducta indecorosa en las reuniones. Una persona puede tener buenas intenciones, pero si su comportamiento es impropio de quien es, no será una buena señal a los ojos de los santos. Es probable que no le tomen en serio. Tal vez un ejemplo de comportamiento indecoroso sería el de un hermano menor que intenta actuar (y ministrar) en el papel de un hermano mayor. Él puede decir todo correctamente, pero hay algo indecoroso en ello. O tal vez podría ser un evangelista tratando de ministrar en el papel de un profeta o maestro cuando no tiene el don para ello. No estamos diciendo que un evangelista no deba ministrar la Palabra en la asamblea, sino que no debe asumir el papel de maestro o profeta. Todo comportamiento de este tipo es indecoroso.
7) “No busca lo suyo”: Esto reprende el egoísmo. La carne piensa primero en sí misma y busca sus propios intereses. Será evidente en uno que hace uso de una cantidad desmesurada de tiempo en las reuniones en el ministerio, y así deja poco o ningún espacio para que otros hablen. Seguir sin parar en el ministerio, o tener alguna agenda personal en el ministerio, es egoísmo. El amor no haría eso. El amor por oír a uno mismo hablar no es amor por los santos.
En resumen, estas características morales del amor son realmente una descripción de la vida y ministerio del Señor Jesús.
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Como se ha mencionado, las siguientes nueve cualidades parecen estar más relacionadas con cómo debemos comportarnos en presencia de la carnalidad que se ejerce en el ministerio. Estas cualidades tienen una aplicación especial para aquellos en la asamblea que están bajo el son del ministerio. Cuando ciertas personas son impacientes, no amables, celosas y competitivas, ofensivas y pendencieras, orgullosas, sin modales y egoístas (que son realmente lo opuesto a las primeras siete cualidades), el amor encontrará una manera de tratar con ello. Esto es necesario para que evitemos enfrentamientos que deshonran a Dios en las reuniones de la asamblea. De forma similar, en Efesios 4:2 Se nos dice que seamos humildes y mansos, pero cuando nos encontramos con los que no lo son, continúa y dice que debemos ser pacientes y tolerantes en presencia de tales.
8) “No se irrita”: Si vienen ataques maliciosos de alguna persona confrontadora en su ministerio, el amor no buscará represalias. Salomón dijo: “La cordura del hombre detiene su furor; y su honra es disimular la ofensa” (Proverbios 19:1111The discretion of a man deferreth his anger; and it is his glory to pass over a transgression. (Proverbs 19:11)). En presencia de una persona contenciosa, el amor no se dejará arrastrar a una pelea de palabras en una reunión (o después de una reunión), porque todo ese tipo de actividad es obra de la carne.
9) “No piensa [imputa] el mal”: Si en el ministerio se hacen comentarios que son cuestionables, el amor no sacará conclusiones precipitadas y asumirá que la persona tiene malas intenciones. La carne puede soportar muy poco sin resentimiento. Se apresura a imaginar malos motivos, pero el amor no juzgará los motivos de otros en su ministerio.
10) “No se huelga [regocija] de la injusticia”: A la carne le encanta ocuparse del mal. En cada uno de nosotros, hay aquello que quiere prestar oídos para enterarse de los males de otros. Pero no hay lugar para esto en la asamblea; nunca producirá una comunión feliz.
11) “Se huelga [regocija] de la verdad”: El amor se regocija al oír la verdad pregonada, y no se ofende si el Señor se vale de otra persona para exponerla.
12) “Todo lo sufre”: La palabra “sufre” puede traducirse como “cubre”. Algunas versiones traducen esta palabra como “protege”. Sufrir las cosas, en este sentido, es ocultar las faltas de los demás y no hacerlas públicas innecesariamente. El apóstol Pedro confirma esto, diciendo: “La caridad [el amor] cubrirá multitud de pecados” (1 Pedro 4:88And above all things have fervent charity among yourselves: for charity shall cover the multitude of sins. (1 Peter 4:8)). El punto aquí es que el ministerio en la asamblea nunca debe exponer las fallas personales de alguien.
13) “Todo lo cree”: Esto no significa que el amor sea ciego, sino que no es suspicaz. El apóstol, en otra parte, advierte del pecado de “malas sospechas” (1 Timoteo 6:44He is proud, knowing nothing, but doting about questions and strifes of words, whereof cometh envy, strife, railings, evil surmisings, (1 Timothy 6:4)). En condiciones normales, el amor creerá y recibirá la verdad cuando se exponga en el ministerio en la asamblea sin discutir ni disputar. Lamentablemente, algunas personas no pueden recibir nada sin antes tener una lucha sobre ello. El amor no hace eso. Los bereanos son un ejemplo de la manera en que debemos recibir la verdad, especialmente cuando conocemos a la persona de quien viene. Ellos “recibieron la palabra con toda solicitud” y luego fueron a casa y la confirmaron en las Escrituras (Hechos 17:1111These were more noble than those in Thessalonica, in that they received the word with all readiness of mind, and searched the scriptures daily, whether those things were so. (Acts 17:11)).
14) “Todo lo espera”: Esto significa que el amor es positivo y motivador. Si alguien ministra en la asamblea sin mucha sustancia, el amor encontrará algo positivo en ello que pueda ser usado para edificación.
15) “Todo lo soporta”: Si la Palabra de Dios es ministrada a la conciencia en el poder del Espíritu, probablemente habrá oposición a ella. La carne resiente el ministerio que golpea la conciencia y tal vez perseguirá al que lo entrega. En ese caso, el amor soportará los ataques en quietud ante el Señor (1 Pedro 2:2323Who, when he was reviled, reviled not again; when he suffered, he threatened not; but committed himself to him that judgeth righteously: (1 Peter 2:23)).
16) “Nunca deja de ser”: Si hay oposición o falta de interés en la enseñanza que entregamos al pueblo del Señor en el ministerio, el amor nunca dejará de buscar la bendición de los que se oponen o son indiferentes a ella. La carne lo tomará como algo personal y se amargará por ello, pero el amor nunca dejará de buscar el bien de aquellos con los que es difícil llevarse bien en la asamblea.
Así, el apóstol muestra que el amor es superior a todo don y conocimiento y es verdaderamente el “camino más excelente” para la vida y el ministerio en la asamblea.
La permanencia del amor
Versículos 8-13.— El apóstol concluye su tratado sobre el amor hablando de su carácter permanente. Todos los dones pasarán, ya sean los dones de señales como las “lenguas”, o los dones de edificación como las “profecías” o la palabra de “ciencia”. Esto sucederá cuando “lo que es perfecto” haya venido. Esto se refiere a la perfección de la gloria venidera. No necesitaremos los dones para ministrarnos entonces; tendremos a Cristo delante de nosotros en nuestro estado glorificado.
Aunque “en parte conocemos” y “en parte profetizamos”, toda la verdad ha sido revelada hoy en la Palabra escrita de Dios. Las revelaciones dadas al apóstol Pablo fueron “para completar la Palabra de Dios” con respecto al gran misterio de Cristo y la Iglesia (Colosenses 1:25-26,25Whereof I am made a minister, according to the dispensation of God which is given to me for you, to fulfil the word of God; 26Even the mystery which hath been hid from ages and from generations, but now is made manifest to his saints: (Colossians 1:25‑26) traducción J. N. Darby). Otros fueron inspirados a escribir epístolas después de la muerte de Pablo, pero no añadieron nada a aquellas revelaciones.
El apóstol continúa diciendo que al igual que un niño madura y desecha las cosas de niño, lo mismo ocurriría con la Iglesia (versículo 1). Una vez que el fundamento fue puesto a través del ministerio de los apóstoles y profetas (Efesios 2:2020And are built upon the foundation of the apostles and prophets, Jesus Christ himself being the chief corner stone; (Ephesians 2:20)) y la escritura de la Palabra de Dios fue completada, habría el despojo de los dones de señales. Menciona esto para ejercitar a los corintios. Se jactaban de poseer dones que afirmarían a los santos (1 Corintios 1:4-74I thank my God always on your behalf, for the grace of God which is given you by Jesus Christ; 5That in every thing ye are enriched by him, in all utterance, and in all knowledge; 6Even as the testimony of Christ was confirmed in you: 7So that ye come behind in no gift; waiting for the coming of our Lord Jesus Christ: (1 Corinthians 1:4‑7)), pero no habían madurado. Todavía estaban enamorados de los dones que marcan la infancia. ¿Por qué no dejaban de lado esas cosas y se centraban en el ejercicio de los dones que establecerían y edificarían a los santos? Si en verdad estuvieran establecidos en la fe y tan bien enseñados en la verdad como ellos imaginaban, entonces no habrían estado ocupados con los dones de lenguas, etc.
Tres razones para el cese de los dones de “señales”
1) Los dones de “señales” fueron dados por Dios para dar testimonio a Israel de que Dios estaba a punto de traer el reino como lo prometieron los profetas del Antiguo Testamento. Hebreos 2:44God also bearing them witness, both with signs and wonders, and with divers miracles, and gifts of the Holy Ghost, according to his own will? (Hebrews 2:4) dice: “Testificando juntamente con ellos (los judíos) Dios, con señales y milagros, y diversas maravillas, y repartimientos del Espíritu Santo”. También 1 Corintios 14:21-2221In the law it is written, With men of other tongues and other lips will I speak unto this people; and yet for all that will they not hear me, saith the Lord. 22Wherefore tongues are for a sign, not to them that believe, but to them that believe not: but prophesying serveth not for them that believe not, but for them which believe. (1 Corinthians 14:21‑22) dice: “En otras lenguas y en otros labios hablaré á este pueblo; y ni aun así Me oirán, dice el Señor. Así que, las lenguas por señal son, no á los fieles, sino á los infieles”. Véase también Hechos 2:2222Ye men of Israel, hear these words; Jesus of Nazareth, a man approved of God among you by miracles and wonders and signs, which God did by him in the midst of you, as ye yourselves also know: (Acts 2:22). La sanidad, las lenguas y los milagros eran una demostración de “las virtudes del siglo venidero”: el Milenio (Hebreos 6:55And have tasted the good word of God, and the powers of the world to come, (Hebrews 6:5)). Si los judíos hubieran recibido al Mesías (Cristo) tal como se presentaba en el evangelio, Él habría establecido el reino con todas sus bendiciones externas.
El tiempo de la “visita” de Jehová a la nación había llegado con la venida del Señor Jesús (Lucas 1:78, 19:44), pero aun con todas esas señales y prodigios que rodearon Su ministerio (Lucas 7:2222Then Jesus answering said unto them, Go your way, and tell John what things ye have seen and heard; how that the blind see, the lame walk, the lepers are cleansed, the deaf hear, the dead are raised, to the poor the gospel is preached. (Luke 7:22)), la nación no lo reconocería. Los judíos rechazaron todo tal testimonio de Dios, tanto en el ministerio del Señor Jesús como se registra en los cuatro evangelios, y en el ministerio de los apóstoles en los primeros capítulos de los Hechos. Por lo tanto, han sido apartados nacionalmente por un tiempo en los tratos de Dios. Mientras tanto, Él visitaría a los gentiles “para tomar de ellos pueblo para Su nombre”, y ellos compondrían la Iglesia (Hechos 15:1414Simeon hath declared how God at the first did visit the Gentiles, to take out of them a people for his name. (Acts 15:14)). Véase también Romanos 11:1111I say then, Have they stumbled that they should fall? God forbid: but rather through their fall salvation is come unto the Gentiles, for to provoke them to jealousy. (Romans 11:11). Puesto que Dios ya no está presentando el reino a Israel, esas señales ya no son necesarias para ese propósito.
2) Puesto que Israel ha sido puesto a un lado en los tratos dispensacionales de Dios, y Él está llegando a los gentiles con el evangelio, los dones de señales también fueron usados para dar testimonio al mundo de que Dios había establecido una cosa nueva en la tierra: el testimonio cristiano. Eran un complemento de la Palabra de Dios predicada, usada para autenticar el ministerio de los apóstoles como enviados de Dios. Romanos 15:18-1918For I will not dare to speak of any of those things which Christ hath not wrought by me, to make the Gentiles obedient, by word and deed, 19Through mighty signs and wonders, by the power of the Spirit of God; so that from Jerusalem, and round about unto Illyricum, I have fully preached the gospel of Christ. (Romans 15:18‑19) dice: “Porque no osaría hablar alguna cosa que Cristo no haya hecho por mí para la obediencia de los Gentiles, con la palabra y con las obras, con potencia de milagros y prodigios, en virtud del Espíritu de Dios”. Marcos 16:16-2016He that believeth and is baptized shall be saved; but he that believeth not shall be damned. 17And these signs shall follow them that believe; In my name shall they cast out devils; they shall speak with new tongues; 18They shall take up serpents; and if they drink any deadly thing, it shall not hurt them; they shall lay hands on the sick, and they shall recover. 19So then after the Lord had spoken unto them, he was received up into heaven, and sat on the right hand of God. 20And they went forth, and preached every where, the Lord working with them, and confirming the word with signs following. Amen. (Mark 16:16‑20) confirma que estas cosas seguirían a los siervos del Señor cuando fueran a predicar a las naciones.
Ahora que el testimonio cristiano ha sido establecido en la tierra y el fundamento de la Iglesia ha sido puesto (Efesios 2:2020And are built upon the foundation of the apostles and prophets, Jesus Christ himself being the chief corner stone; (Ephesians 2:20)), esas cosas ya no se usan. Una mirada rápida a la historia de la Iglesia da testimonio de este hecho. No hay constancia del uso de dones milagrosos después del primer siglo, excepto por algún raro renegado o impostor (2 Timoteo 3:88Now as Jannes and Jambres withstood Moses, so do these also resist the truth: men of corrupt minds, reprobate concerning the faith. (2 Timothy 3:8)). La Escritura no promete que los dones milagrosos de “señales” continuarían, pero sí dice que los dones para edificación continuarán hasta que la Iglesia alcance la perfección, que es cuando venga el Señor (Efesios 4:11-1311And he gave some, apostles; and some, prophets; and some, evangelists; and some, pastors and teachers; 12For the perfecting of the saints, for the work of the ministry, for the edifying of the body of Christ: 13Till we all come in the unity of the faith, and of the knowledge of the Son of God, unto a perfect man, unto the measure of the stature of the fulness of Christ: (Ephesians 4:11‑13)).
3) Otra razón para el cese de los dones de “señales” es la ruina del testimonio de la Iglesia. Al principio, la Iglesia era una compañía separada, desposada con el Señor como una virgen casta que esperaba la venida de su Señor. Entonces estaba en un buen estado. El deleite del Señor fue prodigar sobre ella muchas muestras de Su poder y gloria en aquellos primeros días (Hechos 4:3333And with great power gave the apostles witness of the resurrection of the Lord Jesus: and great grace was upon them all. (Acts 4:33); 1 Corintios 1:77So that ye come behind in no gift; waiting for the coming of our Lord Jesus Christ: (1 Corinthians 1:7)). Sin embargo, con el paso del tiempo, la Iglesia comenzó a desviarse, y aparecieron la disensión, el pecado y el fracaso. Esto comenzó ya en el primer siglo. Esto naturalmente entristeció al Señor, y hubo cierta reserva de Su parte para otorgar a la Iglesia las muestras de Su poder como una vez lo hizo. La Iglesia de hoy se ha alejado mucho de las intenciones originales de Dios con mucha ruina, fracaso e infidelidad. De hecho, hay tanta indiferencia a las demandas de Cristo, y tanto orden hecho por el hombre construido en la Iglesia de hoy, que una persona no sabría que es la misma Iglesia de la que leemos en la Palabra de Dios (Mateo 13:31-3231Another parable put he forth unto them, saying, The kingdom of heaven is like to a grain of mustard seed, which a man took, and sowed in his field: 32Which indeed is the least of all seeds: but when it is grown, it is the greatest among herbs, and becometh a tree, so that the birds of the air come and lodge in the branches thereof. (Matthew 13:31‑32)). Por lo tanto, no podemos esperar ver los dones milagrosos de los días de Pentecostés hoy. Al hacerlo, el Señor estaría consintiendo con el bajo estado de la Iglesia. En el mejor de los casos, la Iglesia de hoy sólo puede jactarse de tener “un poco de potencia” (Apocalipsis 3:88I know thy works: behold, I have set before thee an open door, and no man can shut it: for thou hast a little strength, and hast kept my word, and hast not denied my name. (Revelation 3:8)).
Versículo 13.— La “fe” y la “esperanza” son buenas compañeras de viaje mientras estamos aquí en el desierto, pero nos separamos de ellas a la puerta del cielo. Sólo el “amor” puede recorrer la distancia de la eternidad. Es superior a todo don.
Cuatro cosas que deben regir el ejercicio de los dones en la asamblea
Capítulo 14:1-33.— El apóstol continúa dando algunos principios simples que deben gobernar el ministerio oral en la asamblea. Usando el “aceite” del capítulo 13, los dones deben ser regulados por el amor y el discernimiento. Da cuatro principios que han de regir.
1) Profetizar (ministrar) con amor
Versículo 1.— Él exhorta a los Corintios a “seguir la caridad [amor]” como se esboza en el capítulo 13. Él ha declarado las características del amor, pero ahora les exhorta a aplicarlas a sus reuniones para el ministerio. Es lo primero que debe regir el ejercicio del don en la asamblea.
Todo movimiento hacia los santos en el ministerio debe provenir del amor por ellos. Por lo tanto, no es el amor de oírse hablar a uno mismo, sino el amor por el bienestar de los santos. Cuando lo que tenemos que decir sale de nuestro corazón, llegará al corazón de nuestros hermanos. Por lo tanto, debían “procurar” y orar por “manifestaciones espirituales” en medio de ellos en forma de “profecía”, en lugar de la exhibición externa de dones de “señales”. La profecía en aquel tiempo era la presentación de la verdad cristiana que aún no había sido escrita en el Nuevo Testamento. También es la manifestación de la mente de Dios en el momento presente sobre el lado práctico de las cosas. Este último es el carácter de la profecía que todavía se ejerce hoy en el ministerio, ya que las Escrituras del Nuevo Testamento se han completado. Tal don fortalece y anima a los santos y los edifica en la santísima fe (Judas 2020But ye, beloved, building up yourselves on your most holy faith, praying in the Holy Ghost, (Jude 20)). El ejercicio de los dones de señales, por otro lado, no establece a una persona en la fe, sino más bien, tiende a llamar la atención a la persona que ejerce ese don, lo que podría conducir al orgullo y la vanagloria.
2) Profetizando (ministrando) con sustancia
Versículos 2-4.— La siguiente cosa que debe gobernar el ejercicio de los dones en la asamblea es que los que escuchan deben ser edificados a través de lo que se ministra. Una persona puede estar llena de amor por sus hermanos, deseando su bien y bendición, pero lo que tiene que decir carece de sustancia, y, por lo tanto, no es provechoso. Desafortunadamente, esto mismo estaba sucediendo en Corinto. Había quienes hablaban en la asamblea con el don de “lenguas” (el poder de comunicarse en una lengua extranjera comprensible: versículo 11; Hechos 2:6-86Now when this was noised abroad, the multitude came together, and were confounded, because that every man heard them speak in his own language. 7And they were all amazed and marvelled, saying one to another, Behold, are not all these which speak Galileans? 8And how hear we every man in our own tongue, wherein we were born? (Acts 2:6‑8)), pero no tenían intérprete. Consecuentemente, nadie sabía lo que se estaba diciendo: “nadie le entiende” (versículo 2). El resultado neto fue que no fue de provecho para la asamblea.
Una persona que habla en la asamblea con otra “lengua” y sin intérprete está hablando sólo “para Dios”, porque sólo Dios entiende esa lengua extranjera. Por ejemplo, si alguien en una asamblea de lengua inglesa se levantara y hablara en lengua letona, pero no hubiera nadie en esa asamblea que supiera letón para traducir lo que se dijo, sólo Dios sabría lo que la persona estaba diciendo. Podría estar comunicando una enseñanza valiosa, tal vez algo de los “misterios” de Dios —enseñanzas cristianas que estaban “escondidas en Dios” antes de que se completara el Nuevo Testamento (Romanos 16:25-2625Now to him that is of power to stablish you according to my gospel, and the preaching of Jesus Christ, according to the revelation of the mystery, which was kept secret since the world began, 26But now is made manifest, and by the scriptures of the prophets, according to the commandment of the everlasting God, made known to all nations for the obedience of faith: (Romans 16:25‑26); 1 Corintios 4:11Let a man so account of us, as of the ministers of Christ, and stewards of the mysteries of God. (1 Corinthians 4:1); Efesios 3:4-64Whereby, when ye read, ye may understand my knowledge in the mystery of Christ) 5Which in other ages was not made known unto the sons of men, as it is now revealed unto his holy apostles and prophets by the Spirit; 6That the Gentiles should be fellowheirs, and of the same body, and partakers of his promise in Christ by the gospel: (Ephesians 3:4‑6); Colosenses 1:25-2725Whereof I am made a minister, according to the dispensation of God which is given to me for you, to fulfil the word of God; 26Even the mystery which hath been hid from ages and from generations, but now is made manifest to his saints: 27To whom God would make known what is the riches of the glory of this mystery among the Gentiles; which is Christ in you, the hope of glory: (Colossians 1:25‑27); 1 Timoteo 3:99Holding the mystery of the faith in a pure conscience. (1 Timothy 3:9)) —, pero nadie en la asamblea sacaría provecho de ello.
En este capítulo, Pablo no condena el uso de “lenguas”, sino más bien, el abuso de “lenguas” (versículos 5,18-19,39). Su punto es que este don solo debe ser usado en la asamblea en las reuniones cuando pueda ser para edificación. Esto requeriría un intérprete. El principio en el que el apóstol insiste aquí es monumental. Debemos asegurarnos de no ocupar el tiempo en las reuniones de la asamblea con cosas que tienen poca o ninguna sustancia espiritual. Esto requerirá discernimiento por parte de quienes se sientan impulsados a hablar, porque a todo el mundo le gusta pensar que tiene algo provechoso que comunicar. En el caso de los Corintios, fue el mal uso del don de “lenguas”, pero sin importar que don pueda ser, el principio que el apóstol da aquí es lo suficientemente amplio para aplicarse a todos los dones. Cada don espiritual puede ser mal usado. Pablo sigue hablando del triple propósito de la profecía en el versículo 4:
•  “Edificación” es la instrucción de los santos en la santísima fe mediante la sana enseñanza (Judas 2020But ye, beloved, building up yourselves on your most holy faith, praying in the Holy Ghost, (Jude 20)). Si los santos son deficientes en algún punto de doctrina en la fe cristiana, este tipo de ministerio cubrirá esa necesidad. Sirve para nuestro entendimiento.
• “Consuelo” consiste en animar a los santos. Es el ministerio que anima a los santos a seguir adelante en el camino de la fe. Sirve para nuestros corazones (Rut 2:1313Then she said, Let me find favor in thy sight, my lord; for that thou hast comforted me, and for that thou hast spoken friendly unto thine handmaid, though I be not like unto one of thine handmaidens. (Ruth 2:13)).
Estas tres cosas se ven en Hechos 14:2222Confirming the souls of the disciples, and exhorting them to continue in the faith, and that we must through much tribulation enter into the kingdom of God. (Acts 14:22). Dice: “Confirmando [estableciendo] los ánimos de los discípulos, exhortándoles á que permaneciesen en la fe, y que es menester que por muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”. Establecerlos es el efecto de la “edificación”. Exhortarlos es, por supuesto, “exhortación”. Y alentarlos con respecto a las tribulaciones por las que estaban pasando es “consuelo”. Podemos ver de esto que profetizar tiene una amplia aplicación con respecto a las necesidades espirituales de los santos.
Los versículos 2 y 4a no están hablando de alguien usando el don de lenguas para mejorar su relación espiritual con Dios. Los dones espirituales no han sido dados a los santos para su edificación personal (propósitos devocionales). Su uso siempre tiene en vista el beneficio de los otros miembros del cuerpo. Los dones son para “provecho de todos”, es decir, de todos los demás miembros del cuerpo (1 Corintios 12:77But the manifestation of the Spirit is given to every man to profit withal. (1 Corinthians 12:7)). El apóstol usa la palabra “edifica” en sentido negativo en el versículo 4a, cuando dice: “Él que habla lengua extraña, á sí mismo se edifica”. Edificar, como hemos dicho, significa construir. Pero en este caso, era usar el don meramente para edificarse a sí mismos en un espectáculo carnal, en lugar de ministrar para el bien y la bendición de la asamblea.
3) Profetizando (ministrando) con inteligibilidad
Versículos 5-25.— El apóstol toca otro punto. Una persona puede tener amor genuino por los santos y sentir que lo que tiene que decir tiene sustancia espiritual real, pero puede carecer de la habilidad de expresar sus pensamientos claramente (de una manera ordenada), y, por lo tanto, su hablar no sería de provecho para los santos. La persona puede estar llena de amor, pero ser bastante ignorante de la enseñanza, o carecer de discernimiento en cuanto a la forma en que la debe transmitir; todo ese hablar no será de provecho. De ahí la necesidad de hablar con caridad, pero también con claridad.
En esta parte del capítulo, Pablo muestra que, si una persona no habla con claridad o inteligibilidad, en realidad está dando “sonido incierto” en la asamblea. Utiliza tres instrumentos musicales para ilustrar la necesidad de claridad en el ministerio: una “flauta”, una “vihuela” y una “trompeta”. Su punto es que, si la verdad no se expone claramente, la gente no sabrá cómo responder a ella porque no sabrán lo que se está diciendo.
Versículos 10-11.— El punto que él está haciendo aquí es que si no hay un intérprete en la asamblea cuando una persona usa su don de hablar en lenguas, entonces será como dos extranjeros tratando de hablar el uno con el otro. Ninguno de ellos conoce el idioma de la otra persona, y por lo tanto no se entenderán. Pablo dice: “Tantos géneros de voces ... hay en el mundo, y nada hay mudo [que sea indistinguible]. Mas si yo ignorare el valor de la voz, seré bárbaro [extranjero] para el que habla, y el que habla será bárbaro [extranjero] para mí” (con aportes de la traducción J. N. Darby). Insiste en que ninguna lengua es “indistinguible”. Esto prueba que el don de lenguas es el poder de hablar en una lengua extranjera comprensible. En las Escrituras, los idiomas usados cuando uno ejercitaba el don de lenguas eran idiomas inteligibles. Hechos 2:6-86Now when this was noised abroad, the multitude came together, and were confounded, because that every man heard them speak in his own language. 7And they were all amazed and marvelled, saying one to another, Behold, are not all these which speak Galileans? 8And how hear we every man in our own tongue, wherein we were born? (Acts 2:6‑8) apoya esto. Los versículos 10-11 destruyen las falsas nociones de los llamados cristianos pentecostales y carismáticos que piensan que sus balbuceos ininteligibles (que ellos llaman el don de lenguas) son idiomas que ningún otro humano conoce.
Siendo gentiles convertidos, los corintios estaban en peligro de pensar que el don de lenguas era algo con lo que ellos estaban familiarizados en sus días de inconversos cuando cantaban y hacían sus devociones ante sus ídolos (1 Corintios 12:22Ye know that ye were Gentiles, carried away unto these dumb idols, even as ye were led. (1 Corinthians 12:2)). Sin embargo, el habla extática e ininteligible usada por los idólatras no es el don de lenguas.
En los versículos 13-17, Pablo amplía el tema y aplica el principio de la necesidad de claridad en el ejercicio público de nuestro sacerdocio, aunque no sea el tema del capítulo. Habla de cantar y orar y muestra que la claridad también es necesaria en ese ámbito en la asamblea. Cuando alguien ora audiblemente en la asamblea, debería estar hablando como portavoz de la asamblea. Pero si la asamblea no le entiende, no puede dar su “amén” a lo que se dice.
En los versículos 18-22, el apóstol muestra que el lugar apropiado para el don de lenguas es el campo misionero. Él dice: “Hablo lenguas más que todos vosotros: Pero en la iglesia más quiero hablar cinco palabras con mi sentido...”. Aquí, él nos dice que él usaba lenguas más que todos los Corintios; sin embargo, lo hacía cuando él estaba fuera de la asamblea en el campo misionero. Cuando entraba en la asamblea, prefería hablar “cinco palabras” en una lengua que todos pudieran entender que usar “diez mil palabras” en una lengua (un idioma extranjero) que nadie entendía. No estaba menospreciando el don de lenguas; simplemente les estaba recordando el lugar adecuado para su uso. Concluye diciéndoles que el don de lenguas debía usarse principalmente fuera de la asamblea como “señal” para los que no creen. Debían seguir su ejemplo en esto.
Los resultados del ministerio dirigido por el Espíritu en la asamblea
Versículos 23-25.— Si la Iglesia se reuniera de acuerdo con el orden de Dios para el ministerio, donde al Espíritu de Dios se le da Su lugar legítimo en la asamblea para dirigir en todas las cosas, habría un testimonio poderoso para aquellos que vinieran a tales reuniones.
El mensaje en la palabra profética presentada en el ministerio debe ser tan claro que aun el creyente más simple lo entienda. Aun si alguien ministra “lo profundo de Dios” (capítulo 2:10), debe ser presentado claramente. La falta de claridad marca un ministerio pobre. El buen ministerio, por otro lado, se caracteriza por exponer la verdad “evidentemente”. Este fue el caso del ministerio del apóstol Pablo (Gálatas 3:1,1O foolish Galatians, who hath bewitched you, that ye should not obey the truth, before whose eyes Jesus Christ hath been evidently set forth, crucified among you? (Galatians 3:1) traducción King James). Cuando esto es así, un visitante (un incrédulo o un creyente “indocto”) que viene a la asamblea será:
1) “Convencido”: Su conciencia es tocada.
2) “Juzgado”: Será llevado a juicio propio.
3) “Lo oculto de su corazón se hace manifiesto”: Los motivos ocultos de su corazón son expuestos y escudriñados en la presencia de Dios.
4) “Se postrará”: Reconocerá humildemente que todo lo que procede de allí viene de Dios.
5) “Adorará á Dios”: Reconocerá que la presencia de Dios está allí.
6) “Declarará que verdaderamente Dios está en vosotros”: Se convertirá en testigo, llevando un informe de sus hallazgos a otros lugares.
Los resultados poco provechosos de hablar en lenguas en la Asamblea sin un intérprete
•  Versículos 13-15.— Desde el punto de vista del que habla: infructuoso.
•  Versículos 16-20.— Desde el punto de vista de la asamblea: no edificada.
•  Versículos 23-25.— Desde el punto de vista del visitante: no convencido.
Seis restricciones impuestas al uso de lenguas en la Asamblea
1) Lo que se dice debe ser para la edificación de todos (versículos 26,31).
2) Sólo dos o tres a lo sumo (versículo 27).
3) Sólo por turno: de uno en uno (versículo 27).
4) Sólo con la presencia de un intérprete (versículo 28).
5) Sólo bajo completo dominio propio (versículo 32).
6) Sólo los hermanos hablan en lenguas (versículos 29,34).
4) Profetizando (ministrando) bajo el control del Espíritu
Versículos 26-33.— Cuando los santos están juntos para el ministerio en la asamblea, debe haber libertad para que varios tomen parte como guiados por el Espíritu (capítulo 12:7-11). Pero existe el peligro de abusar de esta libertad; esto es precisamente lo que los corintios estaban haciendo. Cuando se reunían para el ministerio, uno tenía “salmo”, otro tenía “doctrina”, otro tenía “lengua”, etc. Todos querían demostrar lo que tenían y clamaban por una oportunidad para hablar. En el afán de una persona por hablar, cortaba la palabra al que ya estaba hablando (versículo 30). Esto convirtió sus reuniones en un barullo. Era una confusión. Lo que Pablo estaba diciendo en el versículo 26 podría ser parafraseado como: “¿Cómo es, pues, hermanos, que vuestras reuniones son un barullo?”. Este versículo no es un modelo para que las asambleas sigan al permitir a los santos la libertad de ministrar como guiados por el Espíritu. Debe haber esa libertad en la asamblea, como Pablo ha enseñado en el capítulo 12:7-11, pero este versículo 26 es una exposición del clamor carnal de los corintios por una oportunidad para hablar.
Este abuso de la libertad cristiana en el ministerio no podría ser acusado a la mayoría de las denominaciones cristianas y a las congregaciones no denominacionales de hoy donde un hombre (el pastor o ministro) preside en el ministerio. Ellos no tienen un orden de cosas en sus iglesias que permita a los miembros del cuerpo ministrar la Palabra como guiados por el Espíritu, y, por lo tanto, no podrían ser acusados de abusar de este orden Escritural. Las iglesias de la cristiandad no han abusado del orden de Dios, ¡lo han dejado de lado por completo!
Para corregir el problema en Corinto, Pablo les dijo que, aunque todos tuvieran algo que decir, eso no significaba que todos tuvieran que hablar necesariamente. Debían esperar la dirección del Espíritu de Dios. Los santos deben quitarse del camino, por así decirlo, y permitir que el Espíritu de Dios dirija la nueva vida en ellos en la dirección que Él elija.
Algunos piensan que la libertad del Espíritu en el ministerio es libertad para que los santos hablen en las reuniones, en contraposición con tener un ministerio unipersonal. Sin embargo, la dirección del Espíritu no es la libertad de los santos para hablar como les plazca en la asamblea, sino ¡la libertad del Espíritu para dirigir a quien a ÉL le plazca! Por lo tanto, no debemos hablar a menos que seamos guiados por el Espíritu a hacerlo. El problema en la asamblea de Corinto es que habían convertido la libertad cristiana en el ministerio, dada por Dios, en libertad para la carne.
Algunos piensan que si cada hermano presente en la asamblea habla en un estudio bíblico, que el Espíritu de Dios ha tenido verdadera libertad. Esto también es un malentendido. Proviene de confundir dos esferas distintas de actividad en la asamblea: el sacerdocio y el don. En el cristianismo, todo el mundo es sacerdote, y cada hermano debe tener la libertad de orar y alabar a Dios en la asamblea, guiado por el Espíritu. Sin embargo, en la esfera del don donde se ministra la Palabra de Dios, no todos son capaces de ministrar edificación a los santos. Insistir en que cada hermano tome parte en esta esfera llevará a confusión. Esta noción errónea ha sido llamada, “ministerio de todo hombre”. En realidad, niega que el Señor ha dado una variedad de dones —algunos para ministrar la Palabra públicamente y otros no—. La Escritura indica que no todos los dones son para el ministerio público de la Palabra. Algunos de ellos son para enseñar, predicar, exhortar y profetizar, pero otros como pastorear, ayudar, dar, gobernar y mostrar misericordia, etc., son más de naturaleza privada (Efesios 4:1111And he gave some, apostles; and some, prophets; and some, evangelists; and some, pastors and teachers; (Ephesians 4:11); 1 Corintios 12:2828And God hath set some in the church, first apostles, secondarily prophets, thirdly teachers, after that miracles, then gifts of healings, helps, governments, diversities of tongues. (1 Corinthians 12:28); Romanos 12:88Or he that exhorteth, on exhortation: he that giveth, let him do it with simplicity; he that ruleth, with diligence; he that showeth mercy, with cheerfulness. (Romans 12:8)). Insistir en que todos los santos deben ministrar la Palabra públicamente en las reuniones es poner a aquellos que tal vez no tengan un don para ello en un lugar donde podrían avergonzarse a sí mismos, y no edificar a la asamblea. Estos versículos ciertamente no enseñan el “ministerio de un solo hombre” en la asamblea, pero tampoco animan el “ministerio de todos los hombres” en la asamblea.
Como se mencionó, la libertad del Espíritu estaba siendo abusada en Corinto en su mal uso de las lenguas. La respuesta de Pablo es esperar en la dirección del Espíritu, que se evidenciaría en hermanos hablando “por turno [separadamente]”, es decir, uno a la vez (versículo 27). El amor y el cuidado por el bien de la asamblea, como se menciona en el capítulo 13, haría que los que hablan tengan un intérprete; de lo contrario, deben “callar” (versículo 28). Esta corrección condena la práctica del llamado “movimiento de lenguas” de hoy en día, donde la mayoría de la congregación habla simultáneamente en un balbuceo ininteligible, que ellos imaginan que es el don de lenguas. Ellos hacen su balbuceo todos al mismo tiempo, lo cual este pasaje claramente denuncia (versículo 27). Además, un gran porcentaje de estos balbuceadores son mujeres, lo que este pasaje también denuncia (versículos 29,34).
Cuando se trata de profetizar, necesitamos ser guiados por el Espíritu. El orden según Dios en la asamblea es tal que, si el Señor da algo a “otro que estuviere sentado ... calle el primero” (versículo 30). Esto evitaría que los hermanos se atropellaran unos a otros. Además, el apóstol dice que la profecía debe limitarse a “dos o tres” a lo sumo, porque los santos sólo pueden recibir este tanto a la vez.
Si una persona es impulsada por la carne, y se apresura y toma el tiempo con discursos sin provecho que no edifican a los santos, debía ser detenida por “los demás” que están juzgando (versículo 29). Si una persona piensa que lo que tiene que decir es provechoso y edificante, e insiste en hablar, pero en realidad tiene poca o ninguna sustancia y claridad, la asamblea debe intervenir y ejercer este tipo de disciplina piadosa, llamándole a guardar silencio en las reuniones. Una asamblea bíblica es responsable de “juzgar” el ministerio en medio suyo.
Así pues, la asamblea no es una plataforma para la carne. Pablo añade en el versículo 32 que “los espíritus de los que profetizaren, sujétense á los profetas”. Esto significa que una persona debe saber ejercer el autocontrol y debe abstenerse de hablar en tales ocasiones. A veces oiremos a un hermano decir: “No pude evitarlo; tuve que decir tal y tal...”. Lo que realmente está diciendo es que no es capaz de controlar su propio espíritu (Proverbios 25:2828He that hath no rule over his own spirit is like a city that is broken down, and without walls. (Proverbs 25:28)).
Tres cosas que frenarían el ministerio carnal en la asamblea
•  Versículos 26-30.— Dar lugar a la dirección del Espíritu (modo verbal imperativo).
•  Versículo 32.— Los profetas ejerciendo dominio propio sobre sus espíritus.
•  Versículo 29.— La asamblea ejerciendo disciplina administrativa sobre los que no se someten a la dirección del Espíritu y no controlan sus propios espíritus.
Se debe dar libertad para que “todos profeticen” en la asamblea, pero se debe hacerse “uno por uno”, que es uno a la vez. Bajo condiciones normales, el Espíritu de Dios usará a aquellos que tienen un don para ministrar la Palabra. Pero si no hay nadie con el don de profetizar en la asamblea, o los que pueden ministrar la Palabra están en un estado espiritual bajo, el Espíritu de Dios usará a quien pueda.
Aunque estos versículos se refieren principalmente a una reunión abierta, los principios que aquí expone son lo suficientemente amplios como para aplicarse también a los estudios bíblicos (1 Timoteo 4:1313Till I come, give attendance to reading, to exhortation, to doctrine. (1 Timothy 4:13)). El resultado neto de reuniones ordenadas dirigidas por el Espíritu es la “edificación” (versículo 26) y la “paz” (versículo 33) en la asamblea.
Resumen de los cuatro grandes principios que el apóstol ha dado para el ministerio en la asamblea
1) Debe hacerse en amor. Esto requiere un genuino cuidado y preocupación por los santos.
2) Debe tener alguna sustancia espiritual que edifique a los santos. Esto requiere tener algún conocimiento de la verdad.
3) Debe ser comprensible. Esto requiere algún don para comunicar la verdad.
4) Debe estar bajo el control del Espíritu de Dios. Esto requiere una buena condición de alma para discernir la dirección del Espíritu.
En un ministerio centrado en Cristo y lleno del Espíritu en la asamblea, el Espíritu Santo preside, el amor prevalece, la edificación procede, y la claridad se difunde; y las manifestaciones espirituales son atestiguadas para beneficio de los presentes.
La esfera de las hermanas en las reuniones públicas
Versículos 34-35.— En la asamblea de Corinto, las hermanas hablaban en las reuniones para el ministerio. Puede ser que estuvieran haciendo preguntas. El apóstol aprovecha esta oportunidad para mostrar la esfera que Dios quiere que las hermanas ocupen en las reuniones públicas. No debían “hablar”, sino que estar “sujetas, como también la ley dice”. Cuando una hermana ejerce su don de ministrar la Palabra, se la llama “profetisa” (véase 2 Reyes 22:1414So Hilkiah the priest, and Ahikam, and Achbor, and Shaphan, and Asahiah, went unto Huldah the prophetess, the wife of Shallum the son of Tikvah, the son of Harhas, keeper of the wardrobe; (now she dwelt in Jerusalem in the college;) and they communed with her. (2 Kings 22:14)). Es significativo que en el versículo 29, Pablo diga: “los profetas hablen”. No dijo: “los profetas y las profetisas”.
Algunos piensan de forma errónea que Pablo no estaba prohibiendo a las hermanas que ministraran la Palabra en la asamblea, sino simplemente restringiendo su tendencia a charlar entre ellas durante las reuniones, y ser así disruptivas. Sin embargo, la palabra “hablar” aquí es la misma palabra que se utiliza en el versículo 29, que se refiere a los hermanos (profetas) hablando de las Escrituras. Por lo tanto, si significaba charlar en el versículo 34, entonces significa charlar en el versículo 29. Cuesta creer que el apóstol estuviera animando a los “profetas” a charlar en la reunión, en lugar de ministrar la Palabra. Es un sinsentido. Las hermanas estaban hablando de temas espirituales, tal vez haciendo preguntas en las reuniones.
El remedio de Pablo para las preguntas que las hermanas podrían haber tenido era preguntar a los varones en el hogar, en lugar de en las reuniones. Dijo: “Pregunten en casa á sus maridos”. Algunos se preguntan qué debían hacer las hermanas si no tenían marido. La respuesta está en que “maridos” no se refiere exclusivamente a los hombres casados, sino más bien a los varones. La palabra “maridos” también puede traducirse como “varones”, y quizás debería traducirse así aquí (véase Hechos 1:16; 13:3816Men and brethren, this scripture must needs have been fulfilled, which the Holy Ghost by the mouth of David spake before concerning Judas, which was guide to them that took Jesus. (Acts 1:16)
38Be it known unto you therefore, men and brethren, that through this man is preached unto you the forgiveness of sins: (Acts 13:38)
). Por lo tanto, si una hermana no tenía marido, podía pedírselo a uno de los hermanos. Pablo no estaba prohibiendo del todo que las hermanas oraran o profetizaran. 1 Corintios 11:55But every woman that prayeth or prophesieth with her head uncovered dishonoreth her head: for that is even all one as if she were shaven. (1 Corinthians 11:5) permite tal actividad (véase también Hechos 21:99And the same man had four daughters, virgins, which did prophesy. (Acts 21:9)). Sin embargo, este capítulo establece claramente que tal ministerio de las mujeres no está permitido “en las asambleas”. La esfera de profetizar de las hermanas está en el ámbito doméstico, fuera de las reuniones públicas de la asamblea.
Muchos cristianos estarán de acuerdo en que Dios tiene roles distintivos para el hombre y la mujer, y creen que deben ser observados, pero sólo en nuestras relaciones familiares en el hogar. Cuando se trata de la asamblea, piensan que tales distinciones de hombre y mujer no deben tenerse en cuenta porque la Palabra de Dios dice: “No hay Judío, ni Griego; no hay siervo, ni libre; no hay varón, ni hembra: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:2828There is neither Jew nor Greek, there is neither bond nor free, there is neither male nor female: for ye are all one in Christ Jesus. (Galatians 3:28)). Muchos teólogos creen que esta afirmación universal prevalece sobre los dictados más estrictos de las otras afirmaciones de Pablo en 1 Corintios 14:34-3534Let your women keep silence in the churches: for it is not permitted unto them to speak; but they are commanded to be under obedience, as also saith the law. 35And if they will learn any thing, let them ask their husbands at home: for it is a shame for women to speak in the church. (1 Corinthians 14:34‑35) y 1 Timoteo 2:11-1211Let the woman learn in silence with all subjection. 12But I suffer not a woman to teach, nor to usurp authority over the man, but to be in silence. (1 Timothy 2:11‑12).
Este malentendido se debe a que no se distingue entre posición y práctica. La clave que desentraña esta aparente contradicción reside en comprender lo que significa el término “en Cristo Jesús”. Se refiere al lugar de aceptación del creyente ante Dios en la misma posición que Cristo ocupa ahora como Hombre en gloria. En pocas palabras: “En Cristo” significa estar en el lugar de Cristo ante Dios. Es nuestra posición ante Dios en la nueva creación y está inseparablemente ligada a la morada del Espíritu Santo. Pablo lo utiliza muchas veces en sus epístolas (Romanos 8:11There is therefore now no condemnation to them which are in Christ Jesus, who walk not after the flesh, but after the Spirit. (Romans 8:1); Efesios 1:33Blessed be the God and Father of our Lord Jesus Christ, who hath blessed us with all spiritual blessings in heavenly places in Christ: (Ephesians 1:3); 2 Corintios 5:1717Therefore if any man be in Christ, he is a new creature: old things are passed away; behold, all things are become new. (2 Corinthians 5:17); Gálatas 6:1515For in Christ Jesus neither circumcision availeth any thing, nor uncircumcision, but a new creature. (Galatians 6:15); Efesios 2:13,13But now in Christ Jesus ye who sometimes were far off are made nigh by the blood of Christ. (Ephesians 2:13) etc.). El punto en Gálatas 3:2828There is neither Jew nor Greek, there is neither bond nor free, there is neither male nor female: for ye are all one in Christ Jesus. (Galatians 3:28) es que todos los creyentes, independientemente de su nacionalidad, origen social o sexo, son igualmente bendecidos en ese lugar de aceptación ante Dios. Es un término posicional. Sin embargo, 1 Corintios 14:34-4034Let your women keep silence in the churches: for it is not permitted unto them to speak; but they are commanded to be under obedience, as also saith the law. 35And if they will learn any thing, let them ask their husbands at home: for it is a shame for women to speak in the church. 36What? came the word of God out from you? or came it unto you only? 37If any man think himself to be a prophet, or spiritual, let him acknowledge that the things that I write unto you are the commandments of the Lord. 38But if any man be ignorant, let him be ignorant. 39Wherefore, brethren, covet to prophesy, and forbid not to speak with tongues. 40Let all things be done decently and in order. (1 Corinthians 14:34‑40) y 1 Timoteo 2:11-1511Let the woman learn in silence with all subjection. 12But I suffer not a woman to teach, nor to usurp authority over the man, but to be in silence. 13For Adam was first formed, then Eve. 14And Adam was not deceived, but the woman being deceived was in the transgression. 15Notwithstanding she shall be saved in childbearing, if they continue in faith and charity and holiness with sobriety. (1 Timothy 2:11‑15) se refieren al orden práctico de las cosas entre los cristianos en la tierra. Gálatas 3 está hablando de lo que somos “en Cristo”, pero 1 Corintios 14 habla de lo que debemos hacer “en las asambleas”. Una es ante Dios en el cielo; la otra es entre los hombres en la tierra. Cuando entendamos la diferencia entre las dos cosas, veremos que los lugares y servicios de hermanos y hermanas en la asamblea son muy distintos.
Algunos piensan que esta prohibición de que las mujeres hablaran en la asamblea se aplicaba sólo a Corinto en aquel tiempo, que era una ciudad que se destacaba particularmente por tener mujeres ruidosas y descaradas. Se nos dice que estas mujeres corintias continuaban con sus viejos hábitos después de haber sido salvas, y por lo tanto, provocaban altercados en las reuniones. La respuesta de Pablo a este problema local fue hacerlas callar hasta que supieran comportarse mejor. Por lo tanto, se concluye que este mandato del apóstol no tiene aplicación a las mujeres en la Iglesia de hoy.
Nuevamente, es pura suposición decir que las mujeres actuaban de esta manera. La Escritura no dice que este fuera el problema. Además, simplemente no es cierta la idea de que estas instrucciones eran sólo para Corinto. El comienzo de esta epístola muestra que los principios dados en la epístola son para más que aquellos en esa asamblea, sino á todos los que invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo en cualquier lugar (capítulo 1:2). Este mismo pasaje en cuestión, 1 Corintios 14, nos dice claramente que este mandato era para todas las iglesias de los santos”, no sólo para los de Corinto (versículos 33-34).
Versículos 36-38.— Pablo parece anticipar objeciones a las instrucciones que ha dado en este capítulo, y por lo tanto, se apresura a recordar a los corintios que las cosas que él enseñaba eran “mandamientos del Señor”. No eran sus sentimientos o creencias personales. Añade que la prueba de la espiritualidad de una persona se verá en su reconocimiento de que estas cosas venían del Señor.
Luego concluye el tema con un último principio rector: “Hágase todo decentemente y con orden” (1 Corintios 14:4040Let all things be done decently and in order. (1 Corinthians 14:40)).