Capítulo 4: La vocación de la Iglesia y su gloria

Nosotros pasamos al Salmo 2 y leemos, “¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová y contra su ungido (o, Cristo), diciendo: Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas”.
Encontramos aquí una confederación entre gentiles y el pueblo de Israel, los reyes y gobernantes, para rechazar la autoridad del Señor y Su Cristo. Pasamos ahora a Hechos 4:24-26,24And when they heard that, they lifted up their voice to God with one accord, and said, Lord, thou art God, which hast made heaven, and earth, and the sea, and all that in them is: 25Who by the mouth of thy servant David hast said, Why did the heathen rage, and the people imagine vain things? 26The kings of the earth stood up, and the rulers were gathered together against the Lord, and against his Christ. (Acts 4:24‑26) donde encontramos este Salmo citado por el Espíritu Santo hasta donde hemos leído, y el comentario añadido entonces, “Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra Tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto Tu mano y Tu consejo habían antes determinado que sucediera”.
Él fue presentado a judíos y gentiles, gobernantes y reyes y al pueblo, como Rey en Sion, y fue rechazado. El Señor es representado en este Salmo como riéndose de la impotente ira de ellos. “El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos”. Pero con toda su ira y rechazo de Cristo, Dios dice, “Pero Yo he puesto Mi rey Sobre Sion, Mi santo monte”. Ellos no pudieron anular Su propósito.
Ahora bien, si bien se nos asegura que el total rechazo de Cristo, como Mesías de ellos por parte del pueblo de Israel, fue en la cruz, cuando ellos dicen, “No tenemos más rey que César” (Juan 19:1515But they cried out, Away with him, away with him, crucify him. Pilate saith unto them, Shall I crucify your King? The chief priests answered, We have no king but Caesar. (John 19:15)), no obstante, cuando nosotros examinamos las narraciones de los evangelios encontramos que el espíritu que se mostró a sí mismo en total hostilidad en la cruz, había sido exhibido de varias maneras, especialmente entre los gobernantes y principales de la nación, durante el ministerio del Señor entre ellos. Esto causó que Él, después de declarar la nueva época que este rechazo introduciría, desee que Sus discípulos no digan más que Él era “el Cristo”; (no se iba a obtener ningún bien adicional mediante este testimonio al pueblo, es decir, para Sus derechos como Mesías). Él añade inmediatamente, “Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día”.
Al considerar el Salmo 8 en relación con otros asuntos, nosotros vimos que hubo un “Hijo del Hombre” a quien se le otorgó dominio en toda la tierra, dominio que Adán había perdido por haber pecado. Nosotros vimos que este Hijo del Hombre era el propio Señor Jesús, tal como Hebreos 2 nos informa, aunque Su herencia será disfrutada en una época venidera. El Señor toma este título para Sí mismo según ese Salmo, después de Su rechazo como Rey en Sion según el Salmo 2, tomándolo en resurrección. Él toma la primacía y la herencia, con su carga de pecado y culpa sobre ello; y la hereda no solamente por su derecho, sino también por redención. Él la toma como Heredero-Redentor. Hebreos 2 dice, “pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas. Pero vemos [  ... ] a Jesús, coronado de gloria y de honra”. Los hombres dijeron, “No queremos que éste reine sobre nosotros” (Lucas 19:1414But his citizens hated him, and sent a message after him, saying, We will not have this man to reign over us. (Luke 19:14)); Dios dijo, “Siéntate a Mi diestra, hasta tanto que Yo ponga a Tus enemigos debajo de Tus pies” (Mateo 22:44,44The Lord said unto my Lord, Sit thou on my right hand, till I make thine enemies thy footstool? (Matthew 22:44) VM).
Pasamos a Efesios 1, y encontramos allí que el Dios de nuestro Señor Jesucristo (considerado aquí como el Hombre exaltado y glorificado), había resucitado a Cristo de entre los muertos, “sentándole a Su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo Sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la Iglesia, la cual es Su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”.
Lo encontramos aquí resucitado y sentado en los lugares celestiales, como el Hombre glorificado, todas las cosas no puestas aún de manera visible bajo Él, pero Su derecho es declarado; y mientras, como Heredero expectante, Él está sentado allí, nosotros nos enteramos de que está teniendo lugar una obra de dar vida, de resucitar, y de sentar juntos en Él, el segundo Adán, en los lugares celestiales, a los coherederos de toda Su gloria (Efesios 2).
Se trata de una obra que, mientras más indagamos y meditamos en profundidad y magnificencia, nos humilla hasta el polvo ante “las abundantes riquezas” de la gracia de Dios. Las palabras humanas pueden comunicarnos sólo débilmente pensamientos de una obra que acoja a las Magdalenas, y a los parias, y a los viles, perdidos y contaminados por medio del pecado, y los coloca en ¡la misma gloria del Hijo de Dios! No solamente bendiciéndolos por medio de Él y Su bienaventurada obra en la cruz, sino ¡con Él! Confiriéndoles toda dignidad, toda gloria, y toda honra, conferida a Cristo mismo como el ¡Hijo del Hombre, resucitado y exaltado! Y aun así es una obra en la que Dios es glorificado, y en la cual Él mostrará, en los siglos venideros a las huestes celestiales, las ¡abundantes riquezas de Su gracia!
Esto sirve verdaderamente para demoler toda pretensión del hombre a pensar acerca de estas cosas. Nosotros mismos nos consideramos, y nos vemos inclinados a hacer la pregunta, “¿Cómo pueden ser estas cosas?”. Pero consideramos a Dios y Su propósito, para la gloria de Su Hijo; y que nosotros servimos ahora para manifestar a los principados y potestades en los lugares celestiales y para enseñarles ¡el significado de “Gracia”! Que podamos nosotros aprender a permanecer en silencio, y someternos a Él, ¡el cual lleva a efecto todas las cosas!
La Epístola a los Efesios es esa Escritura que saca a la luz tan plenamente estas cosas. Nosotros encontramos allí el propósito de Dios y la ejecución de ese propósito: Sus propios consejos y el puro afecto de Su voluntad revelados; ¡siendo Él mismo la fuente de las bendiciones; Su Hijo Jesucristo la medida de ellos; y nosotros mismos, muertos por naturaleza en delitos y pecados, los objetos de ellos!
Pero volvamos. Nosotros hemos visto por un momento la obra que se está llevando a cabo mientras la Cabeza está sentada en el cielo —dando vida y uniendo los coherederos a Él—. Esta es la obra del Espíritu Santo desde Su descenso en Pentecostés. Se admite ahora libremente que la regeneración ha sido la misma en todas las épocas y dispensaciones. Desde la caída del hombre, pecadores han sido vivificados por el Espíritu Santo y conducidos a tener confianza en las promesas de Dios para salvación mediante un Redentor venidero, débilmente visto en los tipos y sombras de antaño. No obstante, los santos fueron vivificados; ellos confiaron, y murieron en la fe, y fueron salvados. Pero la salvación individual no es la Iglesia de Dios. Todo individuo de esa iglesia, sin duda, es un salvado; no obstante, colectivamente, ellos ocupan un lugar, como veremos, que trasciende todo lo sucedido anteriormente, y que es peculiar a esta época en que vivimos. Ello estuvo reservado para el día cuando el Señor Jesús, rechazado, crucificado, muerto, sepultado, resucitado, ascendió, y se sentó a la diestra de Dios: no solamente como el Hijo eterno de Dios, sino como un Hombre glorificado, el cual consumó la redención plenamente en Su propia persona, quitó el pecado mediante el sacrificio de Él mismo, glorificó a Dios hasta lo sumo en cuanto al pecado, Él mismo sustituyó a Su pueblo en la cruz, y ha estado sentado así encima de todos los cielos —estuvo reservado para un momento tal, sacar a la luz este misterio, el cual por los siglos ha estado oculto en Dios: el misterio de “Cristo y de la Iglesia”.
La primera mención de esta obra la encontramos en Mateo 16, donde el Señor declara que Él mismo es el fundamento, como Hijo del Dios viviente. Él habla de la Iglesia como aquello que había de venir. Cuando Pedro confesó que Él era “el Cristo, el Hijo del Dios viviente”, Él dice, “sobre esta roca edificaré mi iglesia” (Mateo 16:13-1813When Jesus came into the coasts of Caesarea Philippi, he asked his disciples, saying, Whom do men say that I the Son of man am? 14And they said, Some say that thou art John the Baptist: some, Elias; and others, Jeremias, or one of the prophets. 15He saith unto them, But whom say ye that I am? 16And Simon Peter answered and said, Thou art the Christ, the Son of the living God. 17And Jesus answered and said unto him, Blessed art thou, Simon Bar-jona: for flesh and blood hath not revealed it unto thee, but my Father which is in heaven. 18And I say also unto thee, That thou art Peter, and upon this rock I will build my church; and the gates of hell shall not prevail against it. (Matthew 16:13‑18)). El Apóstol aprendió después el significado verdadero del fundamento declarado aquí, cuando él dice por el Espíritu, “viniendo a Él como a una piedra viva [  ... ] también vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual”, etc. (1 Pedro 2:4-5,4To whom coming, as unto a living stone, disallowed indeed of men, but chosen of God, and precious, 5Ye also, as lively stones, are built up a spiritual house, an holy priesthood, to offer up spiritual sacrifices, acceptable to God by Jesus Christ. (1 Peter 2:4‑5) LBLA). Esto, sin embargo, es por cierto en cuanto al ministerio de Pablo, y a él solo es confiada la revelación del misterio de Cristo y de Su cuerpo. El propio Señor no lo revela. Él tuvo discípulos aquí durante Su ministerio, pero no discípulos reunidos en un cuerpo y unidos por el Espíritu Santo a un Hombre glorificado en el cielo.
En los días del judaísmo era una cosa abominable para un hombre que era judío tener cualquier trato con los de cualquier otra nación. Él estaba separado de entre las demás naciones en la tierra para Dios. “A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra”, dice Dios, por medio de Su profeta, a ese pueblo (Amós 3:22You only have I known of all the families of the earth: therefore I will punish you for all your iniquities. (Amos 3:2)).
Cuando nosotros nos acercamos a contemplar la vida y el ministerio del Señor aquí en la tierra, encontramos que Él rebasó constantemente la pared intermedia de separación que rodeaba el enclave judío, en el flujo de Su bendita gracia a los que no tenían relación alguna con Dios, incluso de una manera exterior. Vean la mujer de Canaán en Mateo 15, y la mujer de Samaria en Juan 4. Él “vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres, y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia” (Romanos 15:8-98Now I say that Jesus Christ was a minister of the circumcision for the truth of God, to confirm the promises made unto the fathers: 9And that the Gentiles might glorify God for his mercy; as it is written, For this cause I will confess to thee among the Gentiles, and sing unto thy name. (Romans 15:8‑9)).
No obstante, la pared intermedia de separación no fue destruida realmente hasta la cruz, con independencia de lo que las acciones de nuestro Señor puedan haber mostrado lo que estaba por suceder. Nosotros encontramos la posición de judíos y gentiles contrastada de manera contundente en las Escrituras siguientes: “que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén” (Romanos 9:4-54Who are Israelites; to whom pertaineth the adoption, and the glory, and the covenants, and the giving of the law, and the service of God, and the promises; 5Whose are the fathers, and of whom as concerning the flesh Christ came, who is over all, God blessed for ever. Amen. (Romans 9:4‑5)).
Y, además, “Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo” (Efesios 2:11-1211Wherefore remember, that ye being in time past Gentiles in the flesh, who are called Uncircumcision by that which is called the Circumcision in the flesh made by hands; 12That at that time ye were without Christ, being aliens from the commonwealth of Israel, and strangers from the covenants of promise, having no hope, and without God in the world: (Ephesians 2:11‑12)).
Nosotros encontramos en esta epístola que el Apóstol habla en el primer capítulo del propósito y consejos de Dios y la redención de Su pueblo, siendo esto último una cosa consumada; añadiendo Su propósito adicional que va a ser ejecutado en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, cuando todas las cosas, tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra, habrán sido reunidas bajo Su primacía; y cuando los que creen han obtenido una herencia con Él y en Él en estas cosas. Él continúa para mostrar que la Cabeza, la cual había estado en la muerte (él Le ve así solamente) está viva nuevamente, resucitada y glorificada, Cabeza de todo principado, etc., establecido en aquel entonces como Cabeza “sobre todas las cosas, con respecto a su iglesia” (Efesios 1:22,22And hath put all things under his feet, and gave him to be the head over all things to the church, (Ephesians 1:22) VM), la cual es Su cuerpo.
En el segundo capítulo él ve tanto a judíos como a gentiles muertos en delitos y pecados, como hijos del primer Adán. En Efesios 2:1-2,1And you hath he quickened, who were dead in trespasses and sins; 2Wherein in time past ye walked according to the course of this world, according to the prince of the power of the air, the spirit that now worketh in the children of disobedience: (Ephesians 2:1‑2) él afirma lo que los gentiles eran, y después él se vuelve a los favorecidos judíos y escribe, “entre los cuales también todos nosotros [  ... ] éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás” (Efesios 2:33Among whom also we all had our conversation in times past in the lusts of our flesh, fulfilling the desires of the flesh and of the mind; and were by nature the children of wrath, even as others. (Ephesians 2:3)). Esta era la posición tanto de los judíos como de los gentiles por naturaleza. Seguimos adelante y encontramos que Cristo “de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en Sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades” (Efesios 2:14-1614For he is our peace, who hath made both one, and hath broken down the middle wall of partition between us; 15Having abolished in his flesh the enmity, even the law of commandments contained in ordinances; for to make in himself of twain one new man, so making peace; 16And that he might reconcile both unto God in one body by the cross, having slain the enmity thereby: (Ephesians 2:14‑16)).
Pudo haber, y la hubo, salvación para individuos, como hemos visto, antes de la cruz, y por la virtud de lo que Cristo llevaría a cabo allí; pero la cruz es el fundamento de esta unidad de judíos y gentiles en un cuerpo. “Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de Él los unos y los otros (judíos y gentiles) tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre” (Efesios 2:17-1817And came and preached peace to you which were afar off, and to them that were nigh. 18For through him we both have access by one Spirit unto the Father. (Ephesians 2:17‑18)). Nosotros nos enteramos aquí del poder de esta unidad, de la cual la cruz fue la base. El Espíritu Santo es, entonces, el poder mediante el cual esta unidad está formada.
Ahora bien, se admite libremente que todo lo bueno, y de Dios, que alguna vez ha sido hecho en este mundo, fue por medio del Espíritu Santo. Pero, queridos amigos, fue reservado para ese día cuando el pueblo de Dios, por la virtud de una redención consumada, tuvieron sus conciencias tan perfectamente purificadas que Dios pudo venir y habitar por el Espíritu Santo el cuerpo del creyente; y que el Espíritu Santo pudo ser dado de esta manera, como en esta época, desde el día de Pentecostés.
Nosotros no encontramos, incluso en la experiencia de un David, la posesión de una conciencia purificada. Fue mostrada y disfrutada la más bienaventurada y perfecta confianza en Dios. Pero jamás una conciencia purificada. Eso estuvo reservado hasta que la cruz hizo posible que se disfrutara de ello.
Leemos en Juan 14 acerca del Señor, antes que Él se marchase, prometiendo a Sus discípulos el Espíritu Santo, como Consolador. Él dice, “Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador (Él había sido eso cuando estuvo con ellos), para que esté con vosotros para siempre [  ... ] [Él] estará en vosotros”. “En aquel día (cuando Él venga), vosotros conoceréis que Yo estoy en Mi Padre, y vosotros en Mí, y Yo en vosotros”. Esto era el conocimiento y la experiencia que la presencia personal del Espíritu Santo comunicaría.
En Juan 7:37-39,37In the last day, that great day of the feast, Jesus stood and cried, saying, If any man thirst, let him come unto me, and drink. 38He that believeth on me, as the scripture hath said, out of his belly shall flow rivers of living water. 39(But this spake he of the Spirit, which they that believe on him should receive: for the Holy Ghost was not yet given; because that Jesus was not yet glorified.) (John 7:37‑39) nos enteramos de que Su presencia de esta forma fue una cosa nueva, y que si bien hubo creyentes antes de Su descenso; sin embargo, fue a creyentes, como tales, los cuales habían sido constituidos creyentes por medio de Su poder vivificador, que el Espíritu Santo iba a ser concedido. “En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba. El que cree en Mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en Él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado”.
Nosotros encontramos un ejemplo de esto en Hechos 19. Mucho tiempo después de la dación del Espíritu Santo en Pentecostés, hallamos a Pablo encontrando ciertos discípulos en Éfeso. Él pregunta, “¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?”.
Ellos responden, “Ni siquiera hemos oído si hay1 Espíritu Santo” (Compárese con Juan 7:39,39(But this spake he of the Spirit, which they that believe on him should receive: for the Holy Ghost was not yet given; because that Jesus was not yet glorified.) (John 7:39) donde la palabra “dado” no tiene por qué estar allí).
Él pregunta nuevamente,
“¿En qué, pues, fuisteis bautizados?”
Ellos contestan,
“En el bautismo de Juan”.
Pablo dijo entonces, “Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo”.
Él encontró aquí una compañía de discípulos, creyentes en la medida de lo que habían oído, pero que no habían recibido aún el Espíritu Santo. Lejos del centro de la dación del Espíritu en Pentecostés, ellos no habían oído aún si Él había venido, ni siquiera habían “oído si hay Espíritu Santo”. Nuestra Biblia inglesa es defectuosa aquí y podría conducir a conclusiones erróneas. Tan pronto “oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo” (Hechos 19:66And when Paul had laid his hands upon them, the Holy Ghost came on them; and they spake with tongues, and prophesied. (Acts 19:6)).
Lo que se pretende es mostrar que el gran rasgo diferenciador entre el estado del creyente individual en la época de la presencia del Espíritu Santo, y el santo en la dispensación pasada, es que él recibe ahora el Espíritu Santo para morar en Él; que, “en el Espíritu” es el estado adecuado de esta existencia como cristiano, y el eslabón que lo une con Cristo resucitado. Las bendiciones corporativas las veremos de nuevo.
En la instancia citada en Hechos 19 hubo la imposición de las manos del Apóstol; pero, indudablemente, Dios nos estaba mostrando que hay una cosa doble —dar vida y la morada del Espíritu—, lo último perteneciendo especialmente a la época actual.
El hecho de no entender esto es en gran parte la razón para el bajo estado de un gran número de hijos de Dios. Ellos piensan que el cristianismo es una especie de judaísmo espiritualizado, y que los santos son lo mismo ahora que antes del descenso del Espíritu Santo, en cuanto al estado de ellos.
Por consiguiente, usted tiene en labios de muchos de ellos la oración de David: “no quites de mí tu santo Espíritu” (Salmo 51:1111Cast me not away from thy presence; and take not thy holy spirit from me. (Psalm 51:11)); mientras otros están orando siempre para que el Espíritu Santo sea derramado sobre ellos. Ahora bien, el santo con menos entendimiento que ha sido enseñado en el cristianismo, como tal, no podría usar semejantes oraciones. Él sabe que él recibe el Espíritu ahora, tal como él recibe vida eterna, por fe, y como consecuencia de la redención (Efesios 1:1313In whom ye also trusted, after that ye heard the word of truth, the gospel of your salvation: in whom also after that ye believed, ye were sealed with that holy Spirit of promise, (Ephesians 1:13)). Tal como el Apóstol pregunta a los Gálatas, los cuales se estaban colocando bajo la ley, “¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?” Y, por otra parte, “a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu” (Gálatas 3). Un cristiano puede, indudablemente, y es triste decirlo, por su infidelidad, contristar realmente mucho (entristecer) al Espíritu Santo, tanto como para casi pensar que él nunca tuvo el Espíritu Santo en absoluto; pero él no podría, con el mínimo conocimiento del cristianismo, decir, “no quites de mí tu santo Espíritu”. En Romanos 8 el Espíritu es el principio de nuestra relación con Dios; Él constituye el vínculo entre el creyente y Cristo; y la vida cristiana es esto solamente (vida en el Espíritu), la cual depende de que la redención fue consumada.
Este es un hecho que se asume que es el caso en toda la enseñanza apostólica a la Iglesia. En Efesios 1:14,14Which is the earnest of our inheritance until the redemption of the purchased possession, unto the praise of his glory. (Ephesians 1:14) Él es dado como el sello de redención y las arras (garantía) de la herencia que está aún por ser disfrutada, hasta su redención de la mano del enemigo, habiendo sido pagado ya el precio de su adquisición.
En ninguna epístola las glorias oficiales del Espíritu Santo son traídas ante nosotros más plenamente que en esta, lo cual revela la vocación (llamamiento) celestial de la Iglesia de Dios. En Efesios 1:14,14Which is the earnest of our inheritance until the redemption of the purchased possession, unto the praise of his glory. (Ephesians 1:14) Él es el sello de la redención. En Efesios 2:18,18For through him we both have access by one Spirit unto the Father. (Ephesians 2:18) Él es el medio de entrada de judíos y gentiles, constituidos en un cuerpo, al Padre por medio de Jesucristo. En Efesios 2:22,22In whom ye also are builded together for an habitation of God through the Spirit. (Ephesians 2:22) Dios mora en la asamblea en la tierra por medio de Su Espíritu. En Efesios 3:16,16That he would grant you, according to the riches of his glory, to be strengthened with might by his Spirit in the inner man; (Ephesians 3:16) el Espíritu Santo fortalece a los santos en el hombre interior, habilitándolos para echar mano y disfrutar de su posición y rango. En Efesios 4, los preceptos se fundamentan sobre doctrinas; al santo se le dice que no entristezca (contriste) al Espíritu Santo de Dios, con el cual él fue sellado para el día de la redención. En Efesios 5, se le dice que sea lleno del Espíritu. En Efesios 6, el Espíritu Santo es el poder de la contienda en las regiones celestiales, y su oración ha de ser “en el Espíritu”. Multiplicar ejemplos sería innecesario.
Habiendo sido establecido esto, vamos a indagar ahora esas Escrituras que hablan del cuerpo y de la unidad del Espíritu. Nosotros vimos que el Señor habla de la Iglesia como una cosa futura durante Su ministerio aquí. Él tuvo discípulos aquí, pero no discípulos reunidos en un cuerpo, constituyendo la “plenitud” de un Hombre glorificado en el cielo, por el poder del Espíritu, uniéndolos en uno. Eso, y sólo eso, es la Iglesia de Dios. Fue reservado para el ministerio del Apóstol Pablo sacar a luz esta verdad central de la Iglesia.
Él nos dice que recibió esta verdad “por revelación”, y, por lo tanto, no de otros.
Tras el rechazo del Señor y el descenso del Espíritu Santo en Pentecostés, nosotros encontramos a la Iglesia reunida en Jerusalén, y compuesta principalmente de judíos, ofreciendo un maravilloso espectáculo al mundo alrededor, unidos en un corazón y alma, una morada de Dios por el Espíritu Santo. El Señor persistió en Su amor paciente, sobre Su pueblo amado, aunque marginado ahora, para ver si siquiera el testimonio del Espíritu Santo rendido a un Cristo resucitado y glorificado tocaría sus corazones. La enemistad de los judíos y los líderes religiosos de la nación aumentaba a cada hora, hasta que llegó a su apogeo, cuando el Sanedrín (el gran consejo de la nación) crujió los dientes contra el testimonio del Espíritu Santo rendido a un Cristo resucitado y exaltado, en la persona de Esteban, el cual, lleno del Espíritu Santo, ve los cielos abiertos, y, apedreado por sus asesinos, es recibido por el “Hijo del hombre, puesto en pie, a la diestra de Dios” (Hechos 7:56,56And said, Behold, I see the heavens opened, and the Son of man standing on the right hand of God. (Acts 7:56) VM). La iglesia en Jerusalén se divide en cuanto a su manifestación exterior, y se dispersa. Saulo de Tarso, el joven a cuyos pies las ropas de los homicidas fueron depositadas (véase Hechos 22:2020And when the blood of thy martyr Stephen was shed, I also was standing by, and consenting unto his death, and kept the raiment of them that slew him. (Acts 22:20)), durante su viaje a Damasco con la comisión del sumo sacerdote en su túnica y el propósito en su corazón de barrer de la tierra, por así decirlo, si ello era posible, el nombre mismo de Jesús es derribado al medio día con la visión de Jesús glorificado y exaltado. Él oye la maravillosa verdad, proclamada ahora por primera vez, de que los pobres cristianos perseguidos en la tierra eran miembros del cuerpo de Cristo. “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? [  ... ] Yo soy Jesús, a quien tú persigues” (Hechos 9:4-54And he fell to the earth, and heard a voice saying unto him, Saul, Saul, why persecutest thou me? 5And he said, Who art thou, Lord? And the Lord said, I am Jesus whom thou persecutest: it is hard for thee to kick against the pricks. (Acts 9:4‑5)). Él se levanta y en seguida predica acerca de Jesús de que Él es “el Hijo de Dios” (Hechos 9:2020And straightway he preached Christ in the synagogues, that he is the Son of God. (Acts 9:20)).
Habiendo transcurrido el corto período de su manifestación terrenal en Jerusalén, la Iglesia asume plenamente, a partir de ese momento, su posición celestial en la mente del Espíritu. Mientras está en la tierra, dondequiera esté representada localmente por santos reunidos al nombre de Jesús, por el poder del Espíritu Santo (Mateo 18:2020For where two or three are gathered together in my name, there am I in the midst of them. (Matthew 18:20)). Ella es el tabernáculo (la morada) de Dios en el Espíritu (Efesios 2:2222In whom ye also are builded together for an habitation of God through the Spirit. (Ephesians 2:22)).
Al Apóstol Pablo le es encomendado el testimonio del misterio, oculto desde la eternidad en Dios, pero que es revelado ahora. Él nos dice que lo recibió por revelación (Efesios 3:33How that by revelation he made known unto me the mystery; (as I wrote afore in few words, (Ephesians 3:3)). Mencionaremos brevemente algo del testimonio dado por él en cuanto a esto. Estando la Epístola a los romanos limitada principalmente a la revelación del cristianismo, y a la relación individual del santo con Dios y Su sabiduría dispensacional en Sus tratos con los judíos, se hace una muy breve referencia al asunto en Romanos 12:4-54For as we have many members in one body, and all members have not the same office: 5So we, being many, are one body in Christ, and every one members one of another. (Romans 12:4‑5). Él escribe, “Pues así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de los otros” (Romanos 12:4-5,4For as we have many members in one body, and all members have not the same office: 5So we, being many, are one body in Christ, and every one members one of another. (Romans 12:4‑5) LBLA).
En 1 Corintios 12:12-27,12For as the body is one, and hath many members, and all the members of that one body, being many, are one body: so also is Christ. 13For by one Spirit are we all baptized into one body, whether we be Jews or Gentiles, whether we be bond or free; and have been all made to drink into one Spirit. 14For the body is not one member, but many. 15If the foot shall say, Because I am not the hand, I am not of the body; is it therefore not of the body? 16And if the ear shall say, Because I am not the eye, I am not of the body; is it therefore not of the body? 17If the whole body were an eye, where were the hearing? If the whole were hearing, where were the smelling? 18But now hath God set the members every one of them in the body, as it hath pleased him. 19And if they were all one member, where were the body? 20But now are they many members, yet but one body. 21And the eye cannot say unto the hand, I have no need of thee: nor again the head to the feet, I have no need of you. 22Nay, much more those members of the body, which seem to be more feeble, are necessary: 23And those members of the body, which we think to be less honorable, upon these we bestow more abundant honor; and our uncomely parts have more abundant comeliness. 24For our comely parts have no need: but God hath tempered the body together, having given more abundant honor to that part which lacked: 25That there should be no schism in the body; but that the members should have the same care one for another. 26And whether one member suffer, all the members suffer with it; or one member be honored, all the members rejoice with it. 27Now ye are the body of Christ, and members in particular. (1 Corinthians 12:12‑27) este asunto es sacado a relucir más plenamente. La mera lectura del pasaje debería ser suficiente: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu”, etc.
Nada puede ser más evidente para la mente sujeta a la Escritura. El Espíritu Santo es el centro y el poder vivo de la unidad del cuerpo. Los cristianos son “miembros de Cristo” (1 Corintios 6:1515Know ye not that your bodies are the members of Christ? shall I then take the members of Christ, and make them the members of an harlot? God forbid. (1 Corinthians 6:15)), “e individualmente miembros los unos de los otros” (Romanos 12:5,5So we, being many, are one body in Christ, and every one members one of another. (Romans 12:5) LBLA).
¡De qué manera esto invalida las ideas de los hombres, los cuales hablan acerca de ser miembros de tal o cual (así llamada) iglesia o asociación religiosa! Esta es la única unidad que el cristiano está obligado a reconocer y admitir, y a esforzarse con todo su corazón a observar, y a testimoniar la unidad que ha sido hecha por el Espíritu Santo, constituyendo a cada cristiano como un miembro del “un cuerpo”, y reuniéndolos para estar sometidos a Cristo como Señor. El Espíritu Santo es, podemos decirlo así, la vida que anima el todo, morando no solamente en el creyente individual, sino en el cuerpo colectivamente. Y cuando los santos son reunidos así, admitiendo esta unidad, y sólo esta, ellos forman la esfera para la manifestación de Su presencia, en el ministerio de la Palabra, “repartiendo a cada uno en particular como Él quiere” (1 Corintios 12:1111But all these worketh that one and the selfsame Spirit, dividing to every man severally as he will. (1 Corinthians 12:11)); ocupando y usando, según Su divino agrado, a aquellos que han sido dotados y puestos en la Iglesia para hacer crecer y para la edificación del cuerpo, y para perfeccionar a los santos. “Dios ha colocado a cada uno de los miembros en el cuerpo según le agradó” (1 Corintios 12:1818But now hath God set the members every one of them in the body, as it hath pleased him. (1 Corinthians 12:18)). De manera que Cristo, “CUANDO ASCENDIÓ A LO ALTO, LLEVÓ CAUTIVA UNA HUESTE DE CAUTIVOS, Y DIO DONES A LOS HOMBRES [  ... ]. Él dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio”, etc. (Efesios 4:8,11-12,8Wherefore he saith, When he ascended up on high, he led captivity captive, and gave gifts unto men. (Ephesians 4:8)
11And he gave some, apostles; and some, prophets; and some, evangelists; and some, pastors and teachers; 12For the perfecting of the saints, for the work of the ministry, for the edifying of the body of Christ: (Ephesians 4:11‑12)
LBLA).
La asamblea es en la tierra, por lo tanto, el tabernáculo (la morada) de Dios en el Espíritu. “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (1 Corintios 3:1616Know ye not that ye are the temple of God, and that the Spirit of God dwelleth in you? (1 Corinthians 3:16)). Además, en Efesios 2:22,22In whom ye also are builded together for an habitation of God through the Spirit. (Ephesians 2:22) “en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu”.
Nosotros estamos considerando ahora, obviamente, esas Escrituras que ven a la asamblea aquí en la tierra; otras, tal como hemos visto, la ven como el cuerpo del Hombre resucitado en el cielo. Ambas visiones son verdaderas. Efesios 1 habla de lo último, el capítulo 2 de lo primero.
“Por esta causa, yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús por amor de vosotros los gentiles [  ... ] os ruego que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados [  ... ] esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu [  ... ] un solo Señor” (Efesios 3:1; 4:1-5,1For this cause I Paul, the prisoner of Jesus Christ for you Gentiles, (Ephesians 3:1)
1I therefore, the prisoner of the Lord, beseech you that ye walk worthy of the vocation wherewith ye are called, 2With all lowliness and meekness, with longsuffering, forbearing one another in love; 3Endeavoring to keep the unity of the Spirit in the bond of peace. 4There is one body, and one Spirit, even as ye are called in one hope of your calling; 5One Lord, one faith, one baptism, (Ephesians 4:1‑5)
LBLA).
Nosotros hemos omitido deliberadamente la integridad del capítulo 3 desde el versículo 2 hasta la mitad del versículo 1 del capítulo 4; dado que el lector puede notar en su Biblia que este pasaje entero es un paréntesis.
Esta es entonces la Iglesia de Dios; esta es la unidad que somos exhortados a preservar (guardar): no a hacer nosotros mismos la unidad, o escoger una de las muchas facciones que existen alrededor que mejor se adecúe a nuestra educación, pensamientos, sentimientos, circunstancias, etc., sino a esforzarnos, con corazones sometidos a Jesús como Señor, por preservar una unidad que ha sido formada por el Espíritu Santo desde el día de Pentecostés, el cuerpo de Cristo (de hecho, la unidad del Espíritu).
Nosotros tenemos en el mismo capítulo (Efesios 4), el cuidado de Cristo por Su cuerpo. “CUANDO ASCENDIÓ A LO ALTO, LLEVÓ CAUTIVA UNA HUESTE DE CAUTIVOS” (Efesios 4:8,8Wherefore he saith, When he ascended up on high, he led captivity captive, and gave gifts unto men. (Ephesians 4:8) LBLA). Él entró en el dominio de Satanás y ató al hombre fuerte; pero antes que Él exhiba los resultados de Su victoria entre los hombres, en la bendición de la tierra milenaria, Él lo hace en Su cuerpo, concediendo dones a los hombres para dejar en libertad a aquellos cautivos bajo Satanás, y la edificación de los que han sido libertados, “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:1313Till we all come in the unity of the faith, and of the knowledge of the Son of God, unto a perfect man, unto the measure of the stature of the fulness of Christ: (Ephesians 4:13)).
Las Escrituras están repletas de esta verdad bienaventurada de la Iglesia. En la epístola más temprana (1 Tesalonicenses) encontramos que, con independencia de la manera poco inteligente con que pueda haber sido entendido, los santos se han convertido para esta esperanza bienaventurada. “Os volvisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y para esperar a su Hijo, cuando venga de los cielos” (1 Tesalonicenses 1:9-10,9For they themselves show of us what manner of entering in we had unto you, and how ye turned to God from idols to serve the living and true God; 10And to wait for his Son from heaven, whom he raised from the dead, even Jesus, which delivered us from the wrath to come. (1 Thessalonians 1:9‑10) VM).
Esa fue la esperanza puesta ante los entristecidos discípulos, mientras miraban fijamente al cielo en pos de la forma del Señor que desaparecía, en Hechos 1, a saber, que Él “así vendrá del mismo modo que le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:11,11Which also said, Ye men of Galilee, why stand ye gazing up into heaven? this same Jesus, which is taken up from you into heaven, shall so come in like manner as ye have seen him go into heaven. (Acts 1:11) VM). A los Corintios nada les faltaba en ningún don, “esperando la revelación de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 1:7,7So that ye come behind in no gift; waiting for the coming of our Lord Jesus Christ: (1 Corinthians 1:7) VM). En Efesios, los santos son contemplados como estando sentados ya en los lugares celestiales en Cristo, esperando allí la reunión de todas las cosas en la dispensación del cumplimiento de los tiempos (Efesios 1). La bendición (Efesios 1:33Blessed be the God and Father of our Lord Jesus Christ, who hath blessed us with all spiritual blessings in heavenly places in Christ: (Ephesians 1:3)), la posición (Efesios 2:66And hath raised us up together, and made us sit together in heavenly places in Christ Jesus: (Ephesians 2:6)), el testimonio (Efesios 3:1010To the intent that now unto the principalities and powers in heavenly places might be known by the church the manifold wisdom of God, (Ephesians 3:10)), y el conflicto de ellos (Efesios 6:1212For we wrestle not against flesh and blood, but against principalities, against powers, against the rulers of the darkness of this world, against spiritual wickedness in high places. (Ephesians 6:12)), todo esto es en los lugares celestiales. En Filipenses 3:20-21,20For our conversation is in heaven; from whence also we look for the Saviour, the Lord Jesus Christ: 21Who shall change our vile body, that it may be fashioned like unto his glorious body, according to the working whereby he is able even to subdue all things unto himself. (Philippians 3:20‑21) la ciudadanía de los santos está en los cielos, de donde también esperan “al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, etc.”... En Colosenses 3:4,4When Christ, who is our life, shall appear, then shall ye also appear with him in glory. (Colossians 3:4) la vida de los santos está tan estrechamente ligada con la de Cristo, que cuando Él sea manifestado a este mundo, ellos serán manifestados con Él. En Tesalonicenses, la epístola completa se ocupa de esta esperanza. En 1 Tesalonicenses 1, esta esperanza estaba relacionada con la conversión de ellos; en 1 Tesalonicenses 2, con los trabajos del siervo de Cristo; en 1 Tesalonicenses 3, con la justicia y la santidad prácticas; en 1 Tesalonicenses 4, todo el asunto y la manera de su cumplimiento son detallados. 1 Tesalonicenses 5 muestra el método del Apóstol para la santificación práctica de ellos, y la preservación de ellos irreprensibles para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Segunda Tesalonicenses coloca la esperanza correctamente en las mentes de los santos, los cuales habían sido inquietados mediante la recepción de una epístola espuria; y distingue la venida del Señor a buscar a Sus santos y la reunión de ellos con Él (la correcta esperanza de ellos), de Su manifestación en juicio al mundo, en la cual nosotros sabemos, de otras Escrituras, Él es acompañado por ellos.
Yo me abstengo de citar otras Escrituras sobre este tema. Casi llega a ser triste verse obligado a enfatizar una esperanza tan bienaventurada sobre los corazones del pueblo del Señor —una esperanza de la cual las Escrituras del Nuevo Testamento están tan llenas—. Es triste decir que ha sido necesario hacerlo. Incluso el pueblo de Dios se ha embebido tanto del siervo malo y de mente mundana, el cual dijo en su corazón, “Mi señor tarda en venir” (Mateo 24:4848But and if that evil servant shall say in his heart, My lord delayeth his coming; (Matthew 24:48)), y de los burladores de los últimos días que dicen, “¿Dónde está la promesa de Su advenimiento?” (2 Pedro 3:44And saying, Where is the promise of his coming? for since the fathers fell asleep, all things continue as they were from the beginning of the creation. (2 Peter 3:4)).
Al considerar el primer asunto —“El propósito general de Dios”— nosotros nos referimos a los lugares en el Nuevo Testamento donde el Salmo 8 estaba citado. El primer lugar fue Hebreos 2, cuando el “Hijo del Hombre” a quien todo el dominio fue dado, es visto en el cielo, “coronado de gloria y de honra”, pero todavía todas las cosas no Le están sujetas —la primacía va a ser disfrutada en la tierra habitable que está por venir—. El segundo lugar fue Efesios 1 y 2, cuando el cuerpo estaba siendo preparado para la Cabeza glorificada. Queda el tercero que va a ser citado nuevamente. “Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies” (1 Corintios 15:2727For he hath put all things under his feet. But when he saith all things are put under him, it is manifest that he is excepted, which did put all things under him. (1 Corinthians 15:27)). Esto se cumplirá, tal como el capítulo muestra, en el día cuando las Escrituras de Isaías 24–26 se cumplan, en el día de la primera resurrección.
Todo el capítulo 15 de 1 Corintios trata acerca de esta resurrección, de la cual Cristo fue las primicias, es una resurrección en poder y gloria. “Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder” (1 Corintios 15:4343It is sown in dishonor; it is raised in glory: it is sown in weakness; it is raised in power: (1 Corinthians 15:43)). En el capítulo no hay pensamiento alguno acerca de la resurrección de los inicuos. Nosotros hemos considerado anteriormente y de manera breve que, en aquel tiempo, la restauración de la nación de Israel tendrá lugar —el velo será quitado de todas las naciones—. Y habrá un período de juicio universal de los poderes en la tierra, y en las regiones celestes, introductorio del reino en Sion, y de la tierra renovada, la cual heredarán los santos de la primera resurrección, y reinarán sobre ella en los lugares celestiales como coherederos con Cristo.
En síntesis, se trata del tiempo “de la restauración de todas las cosas” (Hechos 3:2121Whom the heaven must receive until the times of restitution of all things, which God hath spoken by the mouth of all his holy prophets since the world began. (Acts 3:21)). Este período de juicio universal es idéntico, como podemos ver, con aquel del cual se habló al considerar “los tiempos de los gentiles”, y su juicio.
 
1. N. del T.: Una traducción más precisa está en las versions JND, y BTX: “Esto dijo acerca del Espíritu que iban a recibir los que creyeran en Él, porque todavía no había Espíritu, pues Jesús no había sido aún glorificado”.