Destino

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Destino — El Cielo
Hebreos 11:5-7
Siempre que se introduce la ruina en aquello que Dios confía al hombre, Dios nunca restaura las cosas tal como eran. La ilustración utilizada en Hebreos 11:5 expone este hecho. Nosotros, la Iglesia, vemos ahora el misterio de la piedad tal como está descrito en 1 Timoteo 3:16. El circuito completo tomada por el Señor Jesús viniendo del cielo y volviendo al cielo, como Hombre, es expuesto al menos parcialmente por Enoc. Enoc tipifica al Hombre celestial en la tierra que complació a Dios. Fue el Hombre Jesús que complació totalmente a Dios, el cual entró en la casa del Padre en los cielos increados. Él subió allí porque fue arrojado de la tierra, y también porque glorificó a Dios en la tierra, el lugar de pecado, poniendo el fundamento para que el pecado pudiera ser quitado para siempre de la mirada de Dios.
El tema de los cielos nos introduce en algo totalmente nuevo. ¡Qué perspectiva que se abre ante nosotros! Ten la seguridad de esto, que el cielo no será una repetición del Edén (Gn. 3:2424So he drove out the man; and he placed at the east of the garden of Eden Cherubims, and a flaming sword which turned every way, to keep the way of the tree of life. (Genesis 3:24)). No habrá posibilidad alguna de que perdamos el cielo. La Cabeza de la nueva creación no está sujeto a fracasos ni a la muerte. No sólo Él ha sido probado por nosotros, sino que Él ha pasado por la muerte y ha salido de ella triunfante como vencedor (Jn. 10:17, 1817Therefore doth my Father love me, because I lay down my life, that I might take it again. 18No man taketh it from me, but I lay it down of myself. I have power to lay it down, and I have power to take it again. This commandment have I received of my Father. (John 10:17‑18)). Es porque Él vive que nosotros vivimos. Además, los gozos del Edén eran de un carácter que dependían de los sentidos de un hombre natural. Los goces celestiales no se hallan siquiera en los sentidos naturales, sino sólo en el espíritu (1 Co. 2:9, 109But as it is written, Eye hath not seen, nor ear heard, neither have entered into the heart of man, the things which God hath prepared for them that love him. 10But God hath revealed them unto us by his Spirit: for the Spirit searcheth all things, yea, the deep things of God. (1 Corinthians 2:9‑10)). El hombre natural en Adán no podía mantener mucho tiempo su mirada sobre Dios debido a que de natural eran atraídos a las cosas visibles (Ec. 3:11). Es sólo en espíritu y en verdad que adoramos al Padre (Jn. 4:2424God is a Spirit: and they that worship him must worship him in spirit and in truth. (John 4:24)).
Esta esfera, "los cielos," ha suscitado una considerable investigación en nuestros tiempos; y no es de asombrarse. El hombre religioso sabe que hay personas que tienen la intención de ir allá. El escarnecedor sigue intentando hacer lo mismo, sólo que de una manera algo diferente. Esto nunca se conseguirá de la manera que se espera; y, aunque incluso ha plantado su pie sobre otro astro, con todo, este astro, o cualquier otro planeta, nunca ha sido preparado para él, sólo la tierra. Dejar este planeta con la intención de aposentarse en los cielos constituye una forma patente de apostasía que será juzgada. Cristiano, ¡ten cuidado! Es pecado (Sal. 115:16).
Cristo ha entrado en los cielos como Hombre, yendo allí para preparar aquel lugar para los hombres. Si los preparativos para un hombre natural tienen que ser físicos, los preparativos para un hombre espiritual tienen que ser espirituales (Lc. 24:39). Como el celestial, tales los celestiales. ¡Amigo! ¿Reúnes tú las condiciones para ello? Si no es así, tu porción será en el lugar preparado para el diablo y sus ángeles. El hombre nunca morará en los cielos excepto con Cristo (Jn. 14:33And if I go and prepare a place for you, I will come again, and receive you unto myself; that where I am, there ye may be also. (John 14:3)). Los creyentes deberíamos llevar siempre con nosotros la atmósfera del cielo, como los hijos de Israel llevaban un cordón azul en las franjas de los bordes de sus vestidos (Nm. 15:38, 3938Speak unto the children of Israel, and bid them that they make them fringes in the borders of their garments throughout their generations, and that they put upon the fringe of the borders a ribband of blue: 39And it shall be unto you for a fringe, that ye may look upon it, and remember all the commandments of the Lord, and do them; and that ye seek not after your own heart and your own eyes, after which ye use to go a whoring: (Numbers 15:38‑39)). Sansón tenía un secreto con Dios ... su largo cabello. El mantenimiento de este secreto le dio un poder continuo en medio de sus enemigos. En un momento de descuido reveló su secreto al mundo, y perdió su poder y su vista (Jue. 16:17). "Compra la verdad, y no la vendas" (Pr. 23:23).
Bien poco consciente está el hombre de que detrás de las escenas hay una intensa lucha entre el bien y el mal. Desde que Adán, con fe, dio a su esposa el nombre de Eva (Gn. 3:2020And Adam called his wife's name Eve; because she was the mother of all living. (Genesis 3:20)), se ha dado un conflicto con el Maligno. Aunque ha sido un combate mayormente escondido (Ap. 10:7), hay ocasiones en que el conflicto se hace guerra abierta. Dios nos ha contado los conflictos del pasado y también la manera en que el enemigo ataca. Ha tenido numerosos éxitos contra el pueblo de Dios, pero pronto habrá una serie de cambios principales en los que Satanás será totalmente derrotado y arrojado al lago de fuego para siempre (Ap. 20:10).
El primer cambio que como cristianos debemos esperar es el arrebatamiento, que forma parte de la primera resurrección, por cuanto habrá un gran número que resucitarán en aquel momento (1 Ts. 4:13-17). Sólo creyentes resucitarán de entre los muertos. El resto de los muertos no serán levantados hasta el final del milenio, y luego sólo para ser sentenciados al lago de fuego para siempre (Ap. 20:5). Así, antes del reinado milenial de Cristo, todos los creyentes que han muerto serán resucitados de entre los muertos y serán cambiados en un cuerpo semejante al cuerpo glorioso de nuestro Señor Jesucristo. Habrá diferentes familias en el cielo, como los santos del Antiguo Testamento, aquellos como Juan el Bautista y el ladrón en la cruz (que estuvieron aquí para ver al Señor, pero que murieron antes de Pentecostés, cuando los creyentes fueron bautizados en un cuerpo constituyendo la iglesia), y la iglesia misma (Ef. 3:15; He. 12:22-24). Todos los santos vivientes se unirán a aquellos que han muerto en fe para ser arrebatados juntamente para encontrar al Señor en el aire. Más tarde, los mártires que serán muertos por Jezabel durante la tribulación serán resucitados para reunirse con la compañía que sale de un cielo abierto con el Cordero para ejecutar juicio sobre la tierra (Ap. 14:13). Todos estos reinarán con Cristo por mil años (Ap. 20). Todo será nuevo para nosotros en aquella creación celestial.
Frescas como el rocía brillante del alba
El Señor de la vida todas las cosas renueva.
Los cielos Él cambiará, la tierra rectificará,
Todo placentero para la mente y la vista será.
¿Sol en el cielo? ¡Tal no habrá!
El Cordero es la Luz en todo lugar.
¿Quién entona un nuevo cántico de alabanza al Señor?
Sólo los redimidos salidos de la tierra de Él en redor.
Mi nombre aquí atacado es y cubierto de oprobio;
Él nuevo lo hará, famoso y con esplendor.
Él me ha dado una piedra nueva de blanco color;
Con Él sentado estaré en un trono en esplendor,
¿Crees que este mundo, con sus dones y fama
Puede ni compararse con mi maravillosa corona?
¿Por qué tardas tanto? Pronto la noche caerá.
Abraza ya a mi Salvador y llega por fin al hogar.
Por doquiera que miro, cierto estoy de su verdad,
Todo lo que mis ojos ven mejor y nuevo será.
El lamento de la tórtola, el corazón con su anhelante clamor,
Respuesta tendrán cuando la reunión en el aire se dé.
Deberíamos tratar de familiarizarnos aquí con nuestro futuro ambiente. Al leer en espíritu de oración los evangelios y las epístolas, entramos en la presencia de Dios y adquirimos más de las cosas celestiales. Cuanto más conocimiento adquirimos de las cosas materiales, tales como música, arte, industria, tanto más peligro hay de que nos veamos obstaculizados de aquellas cosas que son realmente relevantes para el goce de la vida eterna (1 Ti. 6:1919Laying up in store for themselves a good foundation against the time to come, that they may lay hold on eternal life. (1 Timothy 6:19)). El seguimiento de estas cosas favorece el debilitamiento del alma; no contribuyen para nada al nuevo hombre (1 Ti. 6:66But godliness with contentment is great gain. (1 Timothy 6:6)).
Si estamos esperando al Señor Jesucristo, nuestro Libertador de la ira que ha de venir, ¿no deberíamos gozar estando en Su compañía? El Espíritu, el otro Consolador, está aquí con este preciso propósito y también para conducirnos a toda verdad (Jn. 16:1313Howbeit when he, the Spirit of truth, is come, he will guide you into all truth: for he shall not speak of himself; but whatsoever he shall hear, that shall he speak: and he will show you things to come. (John 16:13)).
La venida del Señor será la plenitud de los gentiles (Ro. 11:25).
Poco después del arrebatamiento de los santos celestiales, Satanás será arrojado del cielo. Esto precipitará la gran tribulación para Israel (Ap. 12:9). Al mismo tiempo habrá una época de prueba también para las naciones de Occidente. Esta será la época de las trompetas y de las copas.
Los cielos serán purificados y cambiados antes que la tierra sea cambiada en la restitución de todas las cosas (Lc. 19:38). El arrojamiento de Satanás del cielo será el primer paso, o la purificación de los cielos. El cielo se regocijará entonces; el acusador ya no rugirá más allí (Ap. 12:9). Hacia el fin del tiempo de la tribulación y prueba para la tierra, todos los cielos, o universo de cosas creadas, serán cambiados por lo que respecta a su administración, transfiriéndose el poder de los ángeles a los hombres. Entonces se dirá de los ángeles que son "Sus ángeles" (2 Ts. 1:7), siervos del Hijo del hombre. La asamblea general de los ángeles, "miríadas," será convocada para que la administración transferida a Cristo y a la iglesia quede registrada en el cielo (He. 12:22, 23). Esto da comienzo al DÍA DEL SEÑOR. Al salir Él del cielo, montado en un "caballo blanco," va acompañado de la iglesia (Ap. 19). Los santos y mártires del Antiguo Testamento que ya han sido resucitados reinarán asimismo con Él. Todos los que mueran tendrán una porción celestial si tienen sus nombres escritos en el libro de la vida del Cordero. Con "paz en el cielo," sigue después la bendición sobre la tierra. Desde aquel momento, durante el día milenial, Cristo como hombre mandará sobre los ángeles como siervos, mandándoles a limpiar de la tierra todo lo que ofende y a quitar a todos aquellos que hacen iniquidad (Mt. 13:41). A ello seguirá de inmediato el establecimiento del reino terrenal, en tanto que el Espíritu es derramado sobre Judá (Jl. 2:2828And it shall come to pass afterward, that I will pour out my spirit upon all flesh; and your sons and your daughters shall prophesy, your old men shall dream dreams, your young men shall see visions: (Joel 2:28)).
El trono establecido en el cielo tiene veinticuatro ancianos, tipificando a la iglesia y a los santos del Antiguo Testamento, justo en redor de él, mientras que los ángeles tienen su lugar en el círculo exterior (Ap. 5:11). Los ángeles son vistos como los bien dispuestos porteros de la ciudad celestial, la Nueva Jerusalén (Ap. 21:12).
Después de que la tierra quede limpiada por el juicio, los santos reinarán con Cristo sobre ella al establecer Él Su trono en gloria sobre la tierra para regirla. La sentencia final sobre las criaturas, hombres o ángeles, no será determinada por los hombres. Cristo, y sólo Cristo, es el Juez (Jn. 5:22, 2722For the Father judgeth no man, but hath committed all judgment unto the Son: (John 5:22)
27And hath given him authority to execute judgment also, because he is the Son of man. (John 5:27)
). En el mantenimiento de la justicia y en el impulsar de la bendición, la iglesia, con los santos celestiales, tendrá ciertamente su parte (1 Co. 6:2, 32Do ye not know that the saints shall judge the world? and if the world shall be judged by you, are ye unworthy to judge the smallest matters? 3Know ye not that we shall judge angels? how much more things that pertain to this life? (1 Corinthians 6:2‑3)), aunque por lo general sin ser vista, obrando mayormente como los ángeles en la actualidad. Israel, naturalmente, será el agente visible en la tierra (Mi. 5:7, 8).
"Su esposa se ha preparado" puede incluir la preparación ante el tribunal de Cristo, donde todos los principios de justicia saldrán a luz (Ap. 19:7).
El Señor Jesús será Rey, y Sacerdote según el orden de Melquisedec, en aquel día (Heb. 7:1-31For this Melchisedec, king of Salem, priest of the most high God, who met Abraham returning from the slaughter of the kings, and blessed him; 2To whom also Abraham gave a tenth part of all; first being by interpretation King of righteousness, and after that also King of Salem, which is, King of peace; 3Without father, without mother, without descent, having neither beginning of days, nor end of life; but made like unto the Son of God; abideth a priest continually. (Hebrews 7:1‑3)). Los santos celestiales tendrán una obra muy feliz que llevar a cabo además del gobierno. Habrá almas que necesitarán oír del Rey en Sion. Sabemos que durante el reinado de mil años de Cristo la tierra será llena del conocimiento del Señor como las aguas cubren el mar. Esta placentera tarea la asumirán los santos, como se dice, "Y Sus siervos Le servirán" (Ap. 22:3). La esposa, ayuda idónea, simplemente seguirá con la misma obra gozosa que ya había tenido el privilegio de llevar a cabo antes, sólo que de una manera más rica y plena (Mt. 25:21). Naturalmente, Israel será el agente directo, ya que esta nación estará en el puesto de gobierno, estando la iglesia escondida (Mi. 5:7). Los varios colores de las piedras en Apocalipsis 21 nos sugieren la manera en que se exhibirá la gloria de Cristo como Rey.
Ya que Enoc fue arrebatado por fe, tiene que haber sabido que iba a ser arrebatado antes que el acontecimiento tuviera lugar. Esto nos sugiere lo que se enseña claramente en el Nuevo Testamento, que los que son celestiales en la tierra tienen ya la mente del cielo (Ef. 1:8, 9). Enoc anduvo con Dios aquí abajo, y fue arrebatado para andar con Dios allí. El hombre celestial trata de mantener un carácter celestial aquí abajo porque este es el carácter permanente allí arriba. La inteligencia en la mente del cielo nos da el conocimiento acerca de los eventos del porvenir (Jn. 15:1515Henceforth I call you not servants; for the servant knoweth not what his lord doeth: but I have called you friends; for all things that I have heard of my Father I have made known unto you. (John 15:15)).
Hemos hablado de cosas externas. ¿Y qué de la vida privada del hombre celestial cuando finalmente llegue al hogar? Así como Cristo ha ido al Padre, del mismo modo nosotros iremos al Padre (Jn. 14:2, 32In my Father's house are many mansions: if it were not so, I would have told you. I go to prepare a place for you. 3And if I go and prepare a place for you, I will come again, and receive you unto myself; that where I am, there ye may be also. (John 14:2‑3)). Allí hay muchas moradas. En Lucas 11 el Señor Jesús nos invita a ir a Él como Amigo, lo que sugiere comunión personal. La adoración será la parte de aquellos que han establecido amistad con Jesús. En la casa del Padre habrá siervos para atender a los hijos (Lc. 15:22). Jesús mismo ha prometido ministrar a los Suyos como siempre ha querido hacer (Lc. 12:37). Iremos revestidos, para no dejar el más mínimo resquicio a ningún apuro, ni ante el mismo ojo de Dios. Estaremos totalmente purificados, frescos, cómodos, y profundamente dichosos. Diariamente nos alimentaremos del becerro gordo junto con el Padre (no habrá gozo como éste). También beberemos en abundancia. Nuestros serán el gozo y la alegría, con el "arpa" siempre bien afinada.
"Para no poner ante el Padre otro nombre que el tuyo, Señor."
Seremos el objeto del corazón del Padre, al quedar Él y nosotros para siempre satisfechos con Su amor (Ef. 1:4-6).
Pablo oyó palabras que al hombre le era imposible pronunciar, cuando fue llevado al tercer cielo (2 Co. 12:44How that he was caught up into paradise, and heard unspeakable words, which it is not lawful for a man to utter. (2 Corinthians 12:4)). En los nuevos cielos, donde mora la justicia, compartiremos el largo día de la eternidad con el Señor Jesús nuestro Salvador, como miembros de Su cuerpo, Su carne, Sus huesos (Ef. 5:30). Seremos semejantes a Él cuando Lo veremos como Él es. Al comer del árbol de vida, sentados con Él en Su trono, Él, como Esposo, habrá escrito sobre nosotros Su nuevo nombre (Ap. 22:4).
¿Qué será comer del árbol de la vida? El primer hombre fue expulsado del paraíso en la tierra a fin de que no pudiera comer del árbol de la vida y viviera para siempre (Gn. 3:2424So he drove out the man; and he placed at the east of the garden of Eden Cherubims, and a flaming sword which turned every way, to keep the way of the tree of life. (Genesis 3:24)). En Cristo, el último Adán, nosotros sí comeremos "del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios" (Ap. 2:7). Si la nueva Jerusalén representa la morada eterna de los santos celestiales en general, la casa del Padre es el especial hogar de la iglesia. Nosotros siempre viviremos en el cielo; nosotros, como Cristo, somos celestiales.
Desde el cielo la iglesia tendrá contacto con la nueva tierra, para compartir los gozos comunes. ¡Qué inmenso cambio desde un mundo de pecado! Al unirse el nuevo cielo y la nueva tierra en una bendición eterna, todo dolor y tristeza habrán desaparecido para siempre (Ap. 21:1-8).
¡Amigo! ¿Tienes acaso una nueva naturaleza y vida que se alegren ante esta expectativa? Quizás lo desees, pero sepas que no es cierto de ti. Hay tiempo ahora para beber del agua de la vida (Ap. 22:17). Recibe ahora a Cristo como Salvador. Deposita toda tu confianza en Su preciosa sangre y serás salvo.
"Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna." 1 Juan 5:13.
DESTINO — LA TIERRA
Hebreos 11:7
La esperanza de la iglesia es la venida del Señor. Como creyentes, no estamos esperando el cumplimiento de eventos proféticos mientras estemos en la tierra. Nuestro hogar está en el cielo, y miramos al Señor en espera de nuestra liberación corporal fuera de este presente mundo malo que se está precipitando a la perdición. Esta esperanza nuestra quedará cumplida cuando oigamos el clamor de victoria y seamos arrebatados a reunirnos con el Señor en el aire, para estar para siempre con Él en la casa del Padre. A continuación del arrebatamiento de la iglesia con los santos del Antiguo Testamento, cuando todos en Cristo entonces hayan sido resucitados y cambiados para estar en el cielo para siempre, la tierra comenzará a sufrir cambios (Ap. 6).
Durante dos mil años el cumplimiento de la profecía ha sido mantenido en suspenso debido al "misterio," hasta que haya llegado la plenitud de los gentiles (Ro. 11:25). El Apóstol Pablo fue el primero y único en recibir una revelación del "misterio." Todo el período de la iglesia, incluyendo el juicio del falso cuerpo profesante, es un misterio conocido incluso ahora sólo por el verdadero creyente que tiene la unción del Espíritu. Pablo recibió, por revelación, la verdad de la iglesia en cuanto a su carácter, administración en testimonio durante su paso por el mundo, y orden y comportamiento en la congregación de la asamblea para doctrina, partimiento del pan, comunión y oración, también acerca de su arrebatamiento y asociación con Aquel que como Hombre será Cabeza sobre todos los seres creados (Ro. 16:25; Ef. 3:8, 9).
Juan recibió, por revelación, el futuro establecimiento del gobierno y bendición en la tierra mediante la iglesia. Estará unida a Cristo en gloria administrativa en el trono como aquellos que moran en los cielos. Juan muestra también el desarrollo y punto culminante de la terrible apostasía y violencia que cierran la historia de la iglesia profesante, incrédula y desobediente, que queda aquí para sufrir la ira de Dios, en tanto que la verdadera asamblea mora en gloria en los cielos, más allá del son de los truenos del juicio.
Las condiciones en el momento en que la verdadera iglesia haya desaparecido no mostrarán, con toda probabilidad, ningún cambio inmediato, siguiendo las organizaciones religiosas muy de la misma manera. Es posible que se dé una agitación al desaparecer la compañía de creyentes. Es indudable que se iniciará una investigación, para confusión de los investigadores. El hecho de que no se hallará ningún cuerpo y que todo quedará como si los creyentes estuvieran aquí, será verdaderamente un enigma para los moradores de la tierra. La observancia de las tradiciones aumentará a fin de desahogar la conciencia, y la idolatría dará una satisfacción externa a los corazones agitados y alienados (Ap. 9:20).
Parece haber dos esferas sobre las que se centra el foco profético: la tierra romana (occidente) (Ap. 8:7), y la Tierra Santa (oriente) (Ap. 9:1-4). El término tierra incluye las partes occidental y oriental. Es una expresión moral para referirse a la parte del mundo en relación conocida con Dios, por lo menos en cuanto a su profesión externa. Se predicará un evangelio en la tierra después del arrebatamiento de la iglesia. Proclamará al rey que ha de venir, el Mesías de Israel, tanto tiempo prometido, que reinará en justicia sobre el trono de Su padre David.
Una vez haya sido proclamado el evangelio del reino (Mt. 24:14), las naciones que se encuentren dentro de los límites de las cuatro monarquías, descritas por Daniel en el segundo capítulo de su profecía, quedarán también incluidas con Israel en la tierra profética. Será la tierra profética, no todo el mundo geográfico, que será entonces juzgada (Is. 26:9).
De las cuatro monarquías (o bestias) mencionadas, la babilonia, la medo-persa, la griega y la romana, la última será reavivada en los últimos días, cuando la iniquidad y el pecado serán llevados a su colmo, para encabezar una tierra abiertamente opuesta a Dios y a Su Cristo. Antes que el día milenial pueda ser plenamente introducido, caerá lo que quede de estos soberbios instrumentos del gobierno e ira de Dios, como parte de la gran imagen presentada en Daniel 2. La imagen será totalmente quebrantada por el Hijo del Hombre al venir a tomar Su reino en justicia.
El Apóstol Pablo escribe como "ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles" (Ro. 11:25). Algunos de los judíos, mencionados como "entendidos," de las dos tribus que entonces volverán a Palestina, enseñarán al remanente despertado (Dn. 12:33And they that be wise shall shine as the brightness of the firmament; and they that turn many to righteousness as the stars for ever and ever. (Daniel 12:3)). El resultado de ello será un testimonio en Jerusalén. Será en este momento, o justamente antes, que alguna gran potencia marítima, probablemente de Europa, asumirá la causa de los judíos, no sólo para devolverlos en grandes números a su tierra (Is. 18), sino que también puede tratarse del mismo poder que firme con ellos un pacto de protección para siete años (Dn. 9:2727And he shall confirm the covenant with many for one week: and in the midst of the week he shall cause the sacrifice and the oblation to cease, and for the overspreading of abominations he shall make it desolate, even until the consummation, and that determined shall be poured upon the desolate. (Daniel 9:27)). Al final de los primeros tres años y medio este pacto será denunciado, con lo que caerá la gran tribulación sobre las dos tribus retornadas. En ocasiones los primeros tres años y medio son mencionados como "principio de dolores."
Al principio habrá prosperidad, seguramente al volver los ricos judíos a su tierra con riquezas conseguidas durante la era cristiana (Is. 2:7), y la civilización florecerá en Jerusalén y sus alrededores (Is. 17:9-11). Surgirá un líder popular con un antecedente religioso para conducir al pueblo. Poco después, vendrá a ser su rey (Dn. 11:3636And the king shall do according to his will; and he shall exalt himself, and magnify himself above every god, and shall speak marvellous things against the God of gods, and shall prosper till the indignation be accomplished: for that that is determined shall be done. (Daniel 11:36)).
Desde el principio habrá un remanente piadoso en distinción a la masa del pueblo. El remanente no participará del pacto, ni del culto, ni de los sacrificios, siendo su sacrificio un espíritu quebrantado, que el Señor no menospreciará (Sal. 51:17). Surgirán falsos maestros en y alrededor de Jerusalén (Mt. 24:24).
Desde el oeste, durante el mismo período, surgirá algún gran líder que logrará grandes victorias incruentas (Ap. 6:2), sometiendo a las naciones de occidente, al menos durante un corto tiempo. La agitación como reacción al despotismo provocará una suerte de guerra civil (Ap. 6:4), quizá diferente de las anteriores en cuanto a que será más caótica y extendida; se matarán "unos a otros." Ello puede que venga a ser resultado de temas locales como trabajo contra capital, disputas raciales, y, al endurecerse más y más las condiciones, por el relajamiento de la moralidad, y la indulgencia en los placeres y dinero fácil, siendo estos los objetos del hombre caído. Los días del placer y del beneficio fácil ya están sobre nosotros. ¡Qué cercana debe estar ya la venida del Señor!
Como resultado de un período de una prolongada lucha civil y del derroche de energías en guerras asoladoras, la agricultura sufrirá. El aumento de población, que ya ha venido a ser un problema, añadirá a la extendida carestía y hambre (Ap. 6:5, 6), especialmente entre las clases trabajadoras. Terribles espectáculos acompañados de señales del cielo provocarán terror en los corazones de los hombres, mientras la peste y la muerte barren una parte de la tierra profética (Ap. 6:8).
Nunca ha habido una época en que Satanás no atacara al pueblo de Dios, y el período del que aquí se habla no constituirá una excepción. Se oirá la voz de los mártires clamando desde debajo del altar y pidiendo venganza sobre los moradores de la tierra (Ap. 6:9, 10), los religiosos romanos que han rehusado el cielo, eligiendo a un Cristo popular en lugar de aceptar el camino de rechazamiento con un Cristo ascendido y glorificado rechazado por el mundo. Estos, que fueron un pueblo privilegiado, habiéndose apartado de la verdad, caerán víctimas de los engaños de Satanás y vendrán a ser los instrumentos, en su mano, para perseguir y dar muerte al testimonio residual de los judíos, todos los que puedan hallar. Los mártires reciben la palabra de reposar hasta que sus "hermanos" y "consiervos" sean muertos como ellos (Ap. 6:11).
En este momento del desarrollo profético, Satanás será arrojado del cielo a la tierra, provocando una tremenda convulsión, especialmente en Occidente (Ap. 12:7-9). No teniendo ya más oportunidad de obrar desde el cielo, sus energías serán desde entonces desplegadas desde la tierra. Aunque estará presente en persona para dirigir las cosas, siendo un ángel caído no será visible. Entrará en la arena política, reunificando el Imperio Romano pero de una manera nueva y diferente no conocida antes, con diez cuernos y siete cabezas, las cabezas coronadas (Ap. 12:3). La cola del dragón (Satanás) arrastrará consigo a la tercera parte de las estrellas del cielo en su caída a la tierra (Ap. 12:4). La "tercera parte" designa al Imperio Romano, la coalición de diez naciones recién formada, pero no cada una con un rey como más hacia el final. El arrastramiento con la cola sugiere que se encontrarán bajo un control religioso extraño, pero dictado por Satanás, no por el cielo (Is. 9:15). El terremoto mencionado es este cambio de poder sin precedentes, ahora totalmente bajo control político de Satanás (Ap. 6:12-14). El fin que Satanás tiene a la vista, y que seguirá, es ser adorado en la tierra. Sin una organización eclesiástica Satanás no tendría un instrumento apropiado para sus fines (Ap. 17:7).
La iglesia de Roma, llamada la "mujer" en su forma de gobierno, (Ap. 17:18), la "ramera" en sus formas religiosas corruptoras en las que cae y es destruida (Ap. 17:1-5), será el instrumento maduro y dispuesto para ser utilizado por Satanás para formar el nuevo orden sobre la tierra poco después que caiga del cielo (Ap. 17). La iglesia de Roma ha tratado siempre de influenciar el gobierno, y es precisamente una organización así la que puede ser utilizada para someter a toda la masa de la cristiandad a la idolatría y a la adoración a Satanás (Ap. 18:2). Naturalmente, la "ramera" tendrá "hijos," las denominaciones protestantes que abrazan principios del romanismo (Ap. 2:23). El movimiento ecuménico podría ser una premonición de ello. Así, el mundo político romano quedará controlado por un gobierno religioso durante una parte de los últimos tres años y medio del entero período profético de siete años que aún ha de venir.
Al quedar subvertido el gobierno, los hombres se quedarán sin protección. El temor de lo que está sobreviniendo sobre la tierra abrumará de tal manera a los hombres que se verán lanzados a la desesperación, pidiendo a las rocas y a los montes que caigan sobre ellos para esconderlos de la ira del Cordero (Ap. 6:16). El terror azotará la tierra occidental, que estuvo en el pasado en posesión de las más preciosas verdades que, si se creían en el corazón, no sólo iban a poner a cubierto al alma de la ira de Dios, sino que introducirían al más vil pecador a Su favor eterno por la fe, dando paz aún ahora a un mundo angustiado (Hch. 10:36). Pero en el tiempo de que se trata ahora, ya no habrá oportunidad para la misericordia. El remordimiento y el terror lucharán por la supremacía en el corazón humano.
Pero la ira del Cordero no ha venido. Estos son los lejanos truenos del juicio, de un juicio tan terrible que, si los días no fueran acortados, ninguna carne se salvaría (Mt. 24:22). Alguna carne se salvará y, en el intervalo, antes del anuncio de calamidades más duras, somos invitados a ver qué es lo que Dios está haciendo para magnificar Su gran nombre (Ap. 7). Ciento cuarenta y cuatro mil de los hijos de Israel (un número simbólico), así como una gran compañía de gentiles que nadie puede contar, sacados de todas las naciones, son presentados como trofeos de la gracia de Dios para ser sacados de gran tribulación y llegar a tener un lugar especial en el reino. Estos gentiles son los mismos que las ovejas de Mateo 25, que han creído a los predicadores judíos que saldrán a todos los gentiles de la tierra profética antes que llegue "el fin" (Mt. 24:14). Las oraciones de los mártires, anteriormente mencionadas, serán entonces llevadas al cielo, precipitando los siguientes abrumadores juicios (Ap. 8:3-5).
Las ocho almas de los días de Noé prefiguran a aquellos que no sólo serán salvados para formar la población de la nueva tierra milenial sino que también representan a las que morarán en la tierra en el estado eterno (1 P. 3:20).
Si en el tercer sello las clases trabajadoras sufrieron hambre, aquí son los potentados de la tierra, el capital, las clases altas, que son azotados por el juicio, cayendo sus posesiones juntamente con ellos. Es de suponer que al verse privados de todo apoyo externo son llevados a la consciencia de lo pequeño que en realidad es el hombre cuando Dios quita Sus bendiciones diarias por las que muestra tan poca gratitud. Toda soberbia será humillada. El día del hombre habrá llegado a su fin al avecinarse la introducción del día del Señor (Ap. 8:7).
El siguiente juicio en el seno de la tierra romana tiene que ver con un gran poder (monte) que es arrojado dentro de las masas de las gentes, llevándolas a la apostasía (Ap. 8:8, 9). (Apostasía es el abandono de una posición conocida o profesada). El comercio llega entonces a su fin. Serán terribles las condiciones que caerán sobre la tierra. La "estrella" vista cayendo podría significar el abandono de toda relación con Dios, incluso exteriormente, por parte del líder del mundo religioso occidental (Ap. 8:10, 11). Este poder apóstata asume el control, afectando a las mismas fuentes y canales fijados de la vida y bienestar dentro del imperio. Mediante influencias populares, la apostasía vendrá a ser parte de la administración gubernamental, llegando finalmente a afectar la compra y la venta (Ap. 8:12).
Llegando el juicio a los gobernantes, extendiéndose a los poderes menores, instilando la apostasía como verdad, y la adoración de Satanás como si fuera Dios, el gran engaño va haciendo su efecto. El hombre será abandonado sin una conducción apropiada, y no tendrá ninguna inspiración ni dirección para su vida privada. Las naciones que forman parte de la tierra romana, junto con sus líderes, se habrán vuelto de Dios a Satanás, y la masa del pueblo los seguirá en su camino. ¡Qué superstición emocional será finalmente la que se apodere del llamado mundo cristiano!
En oriente, un líder religioso más tarde denominado el anticristo asumirá el control del pueblo apóstata de Judá y Benjamín, que estarán retornados a su tierra (Ap. 9:1-11). El primer ay señala el sometimiento de este líder a las influencias tenebrosas de la morada de Satanás, y como encerrando en una red religiosa a la masa de judíos apóstatas sin sellar. La luz del cielo habrá desaparecido ... ¡qué tinieblas! "Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?" Mt. 6:23.
Los instrumentos utilizados en el juicio sobre las llamadas naciones cristianas de occidente no serán otros que las fuerzas del ateísmo, vistas entonces cruzando el Éufrates para atacar al imperio romano desde oriente (Ap. 9:12-21). Tanto la espada como el veneno de la serpiente serán sentidos por el Occidente, adentrándose en el Imperio. Esto aglutinará a los judíos y a la confederación occidental en un solo frente contra el enemigo de oriente. Desconocemos cuán extendidos vayan a ser los resultados de este ataque, pero será lo suficiente como para cerrar la brecha entre el Imperio Romano y las gentes en el área de Palestina. Dios atraerá a las naciones en contra de los judíos profesantes. El asirio comenzará sus actividades, las que finalmente lo llevarán también a juicio. Este poder abrumador del norte y oriente no hará apartar a los súbditos romanos de su idolatría.
Se ve una bestia saliendo del mar y siguiendo su curso durante cuarenta y dos meses. Así queda establecida la escena para lo que sigue, el surgimiento de las dos bestias en sus actos finales de blasfemia. La primera bestia es vista saliendo del abismo, estando su poder ahora dirigido directamente por Satanás (Ap. 11:7). En su última forma es un emperador con diez reyes coronados subordinados. En esta forma, la bestia viene para asumir un total control de la tierra y para ser adorada, finalmente como el ser supremo sobre todos (Ap. 13:4), usurpando así el derecho de Dios y de Su Cristo.
La segunda bestia de Apocalipsis 13 surge de la tierra (Ap. 13:11), siendo su carácter, con dos cuernos, como el de un cordero, imitando a Cristo como profeta y rey. Recibe el nombre de "rey" por parte del profeta Daniel (Dn. 11:3636And the king shall do according to his will; and he shall exalt himself, and magnify himself above every god, and shall speak marvellous things against the God of gods, and shall prosper till the indignation be accomplished: for that that is determined shall be done. (Daniel 11:36)), y toma el puesto del Mesías, engañando a toda la tierra.
Los dos malvados instrumentos de Satanás, las dos bestias, serán suscitadas en su última forma de blasfemia durante los juicios de la tribulación para enfrentarse a la introducción del reino del Hijo del Hombre. Al ver el profeta al Cordero de pie sobre el monte Sion con los "ciento cuarenta y cuatro mil" (Ap. 14:1), el ángel con el evangelio eterno llama a todos a que den gloria a Dios, porque ha llegado "la hora" de Su juicio. Serán estos dos malvados instrumentos los que conducirán a su punto culminante la apostasía de los judíos y de la falsa iglesia. Se dará entonces una adoración abierta de la bestia mediante el gran engaño establecido por el falso profeta, y atrayendo el juicio desde el templo de Dios (Ap. 16).
El testimonio público en Jerusalén cesará, donde tiene el anticristo su influencia, porque los dos testigos son muertos por la primera bestia.
Ahora, durante "una hora" (Ap. 17:12), todo estará en manos de la bestia romana, con los diez reyes y el anticristo judío. Los diez cuernos coronados, junto con la bestia, derribarán a la "mujer," quitándole el poder político, dejandola sólo como "ramera" para que venga a ser la morada de demonios. Poco después será totalmente destruida por los diez cuernos y la bestia.
El hecho de que este poder gubernamental sea arrebatado a la iglesia de Roma es descrito en las Escrituras con las palabras "Ha caído la gran Babilonia." Luego viene a ser morada de demonios. Este será el estado de la iglesia profesarte justo antes de su destrucción final. Los diez cuernos han formado una parte del Imperio Romano, pero serán coronados y tendrán actividad en el derrumbamiento del poder gubernamental del papado y en dar sus poderes a la bestia, cuando ella asuma el carácter de salir del gran abismo. Al dar sus poderes a la bestia están dispuestos a atacar juntos al Cordero cuando Él salga del cielo para establecer Su reino.
El poder de Satanás se manifestará primero en corrupción bajo la falsa iglesia apóstata, y luego en violencia bajo la bestia salida del gran abismo. La otra bestia que surge de la tierra seguirá a la primera, como se ha indicado anteriormente (Ap. 13:11). Cuando la primera vaya a Palestina, la segunda asume el carácter de "falso profeta" (Ap. 16:13).
No es sorprendente que Juan se maraville al contemplar el terrible fin de aquello que fue una vez depositario de la más elevada verdad que Dios jamás diera al hombre, y a lo cual Juan era Apóstol (Ap. 17).
Después de que el primer grupo de mártires judíos (Ap. 6:9) reciban la muerte, habrá también mártires gentiles que no recibirán la marca de la bestia ni la adorarán (Ap. 15:2). Estos dos grupos, junto con los dos testigos que fueron muertos, serán levantados de los muertos y llevados a su reposo y recompensa (Ap. 14:13).
Después de la inmisericorde tiranía de la última cabeza de Imperio Romano avivado (Ap. 16:8), el reino de las bestias comenzará a agrietarse, a ver frustrados sus propósitos, y viendo su territorio perdido ante las hordas procedentes del norte (Ap. 16:10). En desesperación, concentrará su ejército y marina cerca de Jerusalén para un enfrentamiento con las naciones del este y del norte que han sido reunidas en Armagedón para el conflicto final (Ap. 16:12, 16). Afligirá a Assur y a Eber desde sus naves (Nm. 24:2424And ships shall come from the coast of Chittim, and shall afflict Asshur, and shall afflict Eber, and he also shall perish for ever. (Numbers 24:24)).
El cielo se abrirá entonces, y el Hijo del hombre, como Cordero, vendrá con Su cortejo, todos cabalgando sobre caballos blancos, vestidos de lino blanco y limpio (Ap. 19:11-15). Pero Él estará revestido de una ropa teñida en sangre, con Sus ojos como llama de fuego, y en Su cabeza muchas diademas. Es el Cordero, y sólo Él, quien ejecuta el juicio sobre Sus enemigos, aquellos que pisotearon Su sangre y aquellos no recibieron el amor a la verdad para ser salvos. La bestia y el falso profeta serán tomados y arrojados vivos, sin juicio, en el lago de fuego (Ap. 19:20). En esta gráfica descripción en Apocalipsis 19:18, se menciona a "libres y esclavos, pequeños y grandes" como los muertos por la espada que sale de Su boca.
Al mismo tiempo que Él viene "como ladrón" (Ap. 16:15), se muestra "temible ... a los reyes de la tierra" (Sal. 76:12). Todos los que acuden a la batalla de Armagedón y se oponen al Cordero al venir Él del cielo serán aplastados con ardiente venganza cuando Él blanda Su resplandeciente espada. Los rebeldes que se unan a la bestia y al falso profeta serán muertos en la repentina venida del Cordero del cielo. El día del Señor habrá entonces comenzado. Los reyes parecen desaparecer de la escena y ya no son mencionados más (Sal. 83).
La llegada del Cordero será algo misterioso, como ladrón en la noche. Será la singular venganza contra aquellos que le han desafiado abiertamente Sus derechos celestes sobre todo. El hombre de pecado se sentará en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios (2 Ts. 2:3, 4). Esto será un reto frontal a Dios. El cordero afronta este desafío como un rayo. Viene como ladrón en la noche. Sin advertencia, excepto la dada al principio en Su Palabra, da muerte repentinamente, con la espada de Su boca, a los seguidores de la bestia y del falso profeta.
El Señor usará ángeles para limpiar el reino de todo aquello que ofende. Esta purificación comenzará desde Jerusalén por cuanto Jerusalén tenía mayor luz. Cada nación de la tierra profética sentirá el ardiente aliento de la ira del Cordero, y también aquellos del exterior que se interfieren con Su pueblo, objetos ahora de misericordia. Pero antes de poder mostrar misericordia, tiene que castigar a Su pueblo. La vara que había utilizado en el pasado para aplicar el castigo fue Asiria, y Asiria volverá a ser empleada, junto con las otras naciones relacionadas en el Salmo 83, para llevar a Su pueblo a ponerse de rodillas. Egipto tratará de interceptar el primer embate de Asiria, pero será rechazado y ocupado (Is. 20). Cuando Jerusalén quede totalmente humillada y los sacerdotes y ancianos estén llorando entre el porche y el altar clamando por misericordia, entonces Dios eliminará al asirio, o ejército del norte (Jl. 2:17-2017Let the priests, the ministers of the Lord, weep between the porch and the altar, and let them say, Spare thy people, O Lord, and give not thine heritage to reproach, that the heathen should rule over them: wherefore should they say among the people, Where is their God? 18Then will the Lord be jealous for his land, and pity his people. 19Yea, the Lord will answer and say unto his people, Behold, I will send you corn, and wine, and oil, and ye shall be satisfied therewith: and I will no more make you a reproach among the heathen: 20But I will remove far off from you the northern army, and will drive him into a land barren and desolate, with his face toward the east sea, and his hinder part toward the utmost sea, and his stink shall come up, and his ill savor shall come up, because he hath done great things. (Joel 2:17‑20)) e introducirá la bendición, derramando Su Espíritu en medio de ellos.
Los pies del Señor se afirmarán en el monte de los Olivos (Zac. 14:4). Esto no será como cuando fue visto saliendo del cielo para aplastar a Sus enemigos. ¡No! Esto constituirá el inicio de la nueva era. Esta venida será introducida por Su manifestación en quietud, la de "este mismo Jesús" de Hechos 1. No es necesariamente el mostrar de Sus manos y Sus pies, como más tarde, sino un quieto descorrer del velo, similar a la primera manifestación de José al darse a conocer a sus hermanos (Gn. 45). Todos los demás recibieron la orden de que dejaran el lugar. Esta manifestación los turbó profundamente. Más tarde, cuando el padre de ellos hubo muerto y vivían en Gosén, y habiendo hecho profundas reflexiones acerca de la conducta que habían tenido para con José, fueron totalmente restaurados (Gn. 50:15-2115And when Joseph's brethren saw that their father was dead, they said, Joseph will peradventure hate us, and will certainly requite us all the evil which we did unto him. 16And they sent a messenger unto Joseph, saying, Thy father did command before he died, saying, 17So shall ye say unto Joseph, Forgive, I pray thee now, the trespass of thy brethren, and their sin; for they did unto thee evil: and now, we pray thee, forgive the trespass of the servants of the God of thy father. And Joseph wept when they spake unto him. 18And his brethren also went and fell down before his face; and they said, Behold, we be thy servants. 19And Joseph said unto them, Fear not: for am I in the place of God? 20But as for you, ye thought evil against me; but God meant it unto good, to bring to pass, as it is this day, to save much people alive. 21Now therefore fear ye not: I will nourish you, and your little ones. And he comforted them, and spake kindly unto them. (Genesis 50:15‑21)). Reconocieron a aquel que había ido a la muerte por ellos, a fin de que él pudiera ir adelante para preservar vida.
Los 1290 días de que se habla en Daniel 12:1111And from the time that the daily sacrifice shall be taken away, and the abomination that maketh desolate set up, there shall be a thousand two hundred and ninety days. (Daniel 12:11), con 30 días adicionales sobre los 1260 días en relación con la gran tribulación, dan inicio a la nueva edad. Habrá aún otro corto período de 45 días antes de que la indignación sea totalmente quitada de toda la nación, que en el ínterin está volviendo por fe a la tierra. El gran asirio, llamado Gog en Ezequiel 38:17, 18, tiene aún que volver a Jerusalén para ser destruido antes que Sion pueda ser fundada. Las doce tribus volverán antes que el asirio lance su segundo ataque sobre Jerusalén (Is. 10:24-34).
Dios reunirá a todas las naciones de la tierra profética en Jerusalén para la batalla a fin de derramar Su indignación sobre ellas (Sof. 3:8). En esta ocasión, la vara va más allá de lo que le ha sido ordenado e intenta tomar posesión de la tierra amada (Hab. 1). Como enemigo, Gog llega como nublado, y el Señor acampa alrededor de Su casa (Zac. 9:8), y Su pueblo estará allí morando con seguridad (Ez. 38:10-18), siendo la confianza de ellos en Jehová. Gog reunirá a toda la tierra como los peces son reunidos en una red, referencia probable al comunismo (Hab. 1:1515They take up all of them with the angle, they catch them in their net, and gather them in their drag: therefore they rejoice and are glad. (Habakkuk 1:15)). Las doce tribus ahora retornadas tendrán temor al principio, e irán a Egipto en pos de auxilio (Is. 31:1), pero al final darán oído a los maestros que les serán enviados (Is. 30:18-21), y se resignarán a confiar en Jehová. Jehová será la paz de ellos durante el ataque de los asirios (Mi. 5:5).
Las naciones atacantes se reunirán probablemente en un círculo alrededor de Jerusalén (J1. 3:16; Zac. 12:2, 3). Gog vendrá del norte; Edom en el sur habrá sido el responsable de esta confederación de naciones. Al comenzar la batalla, el Señor rugirá desde Sion en contra de Gog y de todas sus huestes. Se levantará furor en el rostro de Jehová. Fuego, pestilencia y la espada serán los medios utilizados, y al asirio, Gog, caerá en los montes de Israel. Se precisará de siete meses para sepultar a los muertos, y de siete años para quemar la madera, procedentes de la batalla. Este juicio de las naciones en Jerusalén se extenderá hasta trescientos kilómetros a Edom (Abd.).
En este final conflicto que decide la controversia de Sion, Jehová tiene que aparecer en Su gloria de juicio. El trono de Su gloria quedará entonces establecido (Is. 14:32), y todo ojo lo verá. Al mismo tiempo Él mostrará a Su pueblo Sus manos y Sus pies, y habrá gran lamentación como nunca la hubo antes, cuando se den cuenta que ellos fueron los que ocasionaron Sus heridas. Éste es el día de la expiación (Sal. 130). Él mostrará a todos Su Iglesia, identificada con Él, Su esposa.
Al tener lugar la restitución de todas las cosas, introduciendo el día milenial, se cambiarán las tendencias de las criaturas. El león comerá paja como el buey, el niño jugará con las serpientes (Is. 11:1-9; 65:17-25). También habrá un derramamiento del Espíritu. La tierra será distribuida entre las tribus de manera que cada una de ellas tendrá su herencia tocando el Mediterráneo al oeste y el Éufrates al este (Ez. 48). Habiendo desaparecido la maldición, florecerá la vegetación (Am. 9:13). Satanás y todas sus huestes se verán atados por mil años (Is. 24:21, 22). El descanso, la paz y la prosperidad llenarán el apacible reino, que se expandirá hasta que el conocimiento del Señor cubrirá la tierra como las aguas cubren el mar (Hab. 2:1414For the earth shall be filled with the knowledge of the glory of the Lord, as the waters cover the sea. (Habakkuk 2:14)).
Al final del período milenial de reposo y esplendor, Satanás será suelto para la última prueba del hombre. Miríadas que habrán estado aceptando las bendiciones de aquella era de bondad pero que nunca aceptaron de una manera personal a Jehová como Rey y Salvador seguirán a Satanás al engañar éste a todos aquellos que no son genuinos en sus corazones, y los conduce a atacar la ciudad amada. Fuego del cielo da rápida cuenta de estos mientras que Satanás es arrojado para siempre al lago de fuego (Ap. 20:7-10).
Llegará entonces el momento para establecer el trono por tercera vez. La primera vez fue para dar las recompensas a los santos celestiales y para proveerlos con ropajes limpios y blancos (2 Co. 5:1010For we must all appear before the judgment seat of Christ; that every one may receive the things done in his body, according to that he hath done, whether it be good or bad. (2 Corinthians 5:10); Ap. 19:8), la segunda, para imponer el reino sobre la tierra para mil años (Mt. 25:31), y esta vez para juzgar a los muertos (Ap. 20:11). Será un tribunal de la máxima solemnidad. No habrá oportunidad para defensa, sólo la sentencia se pronunciará ahora, y ello de boca de Aquel que hubiera podida ser el Salvador de ellos para librarlos de esta desdicha eterna. Serán lanzados al lago de fuego (Ap. 20:15).
Un cielo nuevo y una tierra nueva aparecerán a la vista. Todo será nuevo, y no habrá más mar (Ap. 21:1-8). La ciudad celestial descenderá sobre esta tierra. Dios mismo enjugará toda lágrima; el dolor y el llanto se desvanecerán al desvanecerse las cosas pasadas. En los cielos las varias familias, cada una en su lugar, gozarán de la bondad de un Dios que honra a aquellos que honran a Su Hijo, inclinándose por la gracia ante Su Palabra (Ef. 2:7). La esposa, ahora con Cristo como Hombre, comparte para siempre los honores del Hijo en el hogar en la casa del Padre, mientras que el Padre prodiga Sus abundantes bondades a los hijos que yacen en Su seno (Ef. 3:21).
Quizá seas un joven en la escuela, un padre joven, o una persona anciana. ¿Cuál es tu expectativa, tu destino ... cielo o infierno? ¿Te encontrarás en aquella luz gloriosa, o allí donde el gusano (la conciencia) no muere y el fuego (castigo eterno) nunca se apaga? (Mr. 9:44). Tu elección es hecha ahora, en este mismo momento, porque este momento puede que sea todo lo que tengas. Sé sabio y actúa en bien de tu eterno bienestar antes de que "la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo" (Ec. 12:6). Él está a la puerta y llama. ¿Abrirás tú la puerta para que Cristo pueda entrar?
Ojalá que estas meditaciones acerca de la creación, muerte y destino sirvan para despertar cada corazón a la consciencia de la solemnidad de la vida y a la importancia de las decisiones que tomamos, paso a paso, a lo largo del camino, hasta que entremos en las escenas donde todas las cosas son de Dios, donde Él nos ha reconciliado para siempre para Sí, siempre y cuando estemos sobre la base de la obra consumada de Cristo, el Hijo eterno de Dios.
En la luz brillante de la Creación
Donde todo nuevo para el hombre fue formado,
Donde cada nueva criatura va llenando
Los prados, mares, montes y valles;
Allí el hombre, erguido, con Dios tendría
Dulce comunión, feliz sería.
Pronto todo iba a cambiar, ya el enemigo
Al hombre tentaba a todo bien conocer,
De su Dios malfiando, actuando en desatino
Cayó a su trágico destino.
La muerte su negra sombra arrojó,
Sobre el que con soberbia transgredió.
Pero en propósito eterno puedo ver
Que en amor Dios decreta mi rescate,
Un sacrificio hecho en mi lugar
Daría a mi alma una esperanza a guardar;
Y en Su consejo de la eternidad,
Estableció un plan, que luego reveló.
El pecado que descarriado me llevó
La causa fue que Él me mostrara así:
Que en un Hombre, de la mujer la Simiente,
Que en la cruz derramó Su sangre,
El segundo Adán, del cielo venido
En gloria mi negror de pena ha transformado.
Pero ¿cómo en medio de esta oscuridad
Que al Hijo de Dios una tumba le dio,
Podría aún un camino abrirse
Que a un trono al fin pudiera llevar?
Es sólo juicio lo que aquí veo,
Pero al fin ¡qué riqueza se dará!
La maldición quitada, renovado el corazón,
Porque un Hombre, del cielo azul venido,
Sobre sí la causa del pecador tomó
Muriendo por la rebelde raza.
¿Qué más Dios de ti y de mí demanda
Que la fe, Su don, en Su obra acabada?
Pero, ¿verá aún mi ojo plantarse
En esta tierra un perfecto paraíso?
¿Oh, no! Rechazado Él fue de aquí;
Donde Él está, con Él mi lugar es allí.
De la nueva creación la vida probaré
Que Dios justo es y amor. Pasaré
Del estrellado cielo más allá
Al hogar que el Señor para mí ya prepara;
Del Padre la casa, pronto allí estaré;
Ropaje, anillo, calzado para andar,
Un cebado becerro por Él allí dispuesto;
De un corazón lleno la alabanza brotará.
Entonces, con satisfacción profunda
Quien me liberó Su fruto verá
De mi corazón los profundos anhelos
Cumplidos serán, y a aprender
Comenzaré, mientras se suceden las eras
La bondad inmensa que mi alma salvó…
Luego, por siempre jamás con el Esposo,
Como hombre, para siempre sondear
Las honduras del amor que así actuó,
Compartiré con aquellos que les es dado saber
De la esposa la plena porción en gloria conyugal,
El amor y la gracia que a este fin condujo.