El propósito del matrimonio-cuatro razones

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Para empezar, vamos a hablar sobre el propósito del matrimonio. Me gustaría darles cuatro razones por las que Dios nos ha dado el matrimonio.
1) Proveer un compañerismo íntimo
En primer lugar, pasemos a Génesis 2:18: “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; Le haré ayuda idónea para él.” Y luego, en Malaquías 2:14 dice, “siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.” Este es uno de los propósitos del matrimonio, el de proveer un compañerismo íntimo.
Un matrimonio que es del Señor, sin duda estará caracterizado por compañerismo. Adán estaba solo en el huerto, y el Señor vio esto y dijo: “No es bueno que el hombre esté solo.” Hay una soledad que experimentamos estando solteros que es completada por el matrimonio. Sabemos que Isaac, por ejemplo, se “consoló” después de la muerte de su madre al casarse con Rebeca (Génesis 24:67).
Era la intención de Dios que la mujer fuese una “ayuda idónea para él.” El propósito era que hubiera idoneidad. Cuando Dios une a dos personas en matrimonio, Él las hace idóneas para las necesidades de cada una. Serán dos que piensan igual y caminan juntos.
2) Para evitar caer en fornicación
En segundo lugar, 1 Corintios 7:2 dice: “pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.” Aquí tenemos otra razón, para evitar caer en fornicación. Algunos quizás piensen que esta es una razón muy elemental para casarse. Y sí, quizás sea la menor de las razones, pero es una razón, ¡y es una razón bíblica! Sólo estoy esperando al próximo joven que diga (y lo he oído decir), “Oh, ¿Quién necesita casarse?; No me voy a casar.” Y yo le voy a decir: “¿Quién necesita casarse? —¡pues tú! TÚ necesitas casarte.” Sabemos de lo que estamos hechos, y todos tenemos la carne en nosotros, y todos tenemos esos instintos caídos. Dios lo sabe bien y ha proporcionado el matrimonio para cuidar de que no caigamos en el pecado, como Él menciona aquí.
3) Para ser un apoyo al testimonio Cristiano
En tercer lugar, echemos un vistazo a 1 Corintios 16:15-16: “Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio de los santos. Os ruego que os sujetéis a personas como ellos, y a todos los que ayudan y trabajan.” Aquí se encontraba un hombre que tenía una casa, lo que significaría que tenía una esposa, y presumo que hijos también, y tal vez siervos también, porque aquí la palabra “casa” abarca más que la familia inmediata.
Esta “casa de Estéfanas” fue señalada por el Apóstol como una casa modelo que apoyaba el testimonio del Señor en Corinto. Fue utilizada para la ayuda y el fortalecimiento de la asamblea en esa localidad. Y creo que esta es otra razón por la que Dios nos ha dado el matrimonio: para ser un apoyo al testimonio cristiano. Este aspecto del matrimonio se puede ver como una colaboración en el servicio del Señor. Priscila y Aquila son un ejemplo de esto (Hechos 18:2-3, 24-28; Romanos 16:3-4; 1 Corintios 16:19; 2 Timoteo 4:19).
Los hermanos jóvenes que piensan casarse deben ejercitarse en cuanto a estas cosas. Si el Señor nos deja aquí un poco más de tiempo, muchos de ustedes se van a casar y van a tener un hogar; y confiamos en que será utilizado para este propósito. No debemos pensar sólo en los beneficios personales que obtenemos del matrimonio (y hay muchos); también debemos considerar el lado de las cosas que incluyen el servicio del Señor, y el apoyo a Su testimonio.
Saben, si no existiera este aspecto del matrimonio, no habría hogares, y sin hogares sería poco probable que hubiera asambleas, porque los hogares son la columna vertebral de la vida en asamblea. Hay una gran necesidad en esta área en las asambleas de hoy. Hay una serie de congregaciones por todo el país, muchas de las cuales son débiles y pocas en número, y deben ser fortalecidas. Pueden ser de gran ayuda en esta área teniendo un matrimonio sólido y una casa que esté totalmente comprometida al servicio del Señor. Estamos agradecidos por los que tienen sus casas abiertas a los santos, y que apoyan el testimonio del Señor en su localidad. La casa de Gayo en 3 Juan 5-7 es otro ejemplo de esto.
4) Para mostrar una pequeña imagen de Cristo y de la iglesia
Un cuarto objetivo del matrimonio se encuentra en Efesios 5:25, 29-32: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella... Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.” Veo aquí otro hermoso propósito para el matrimonio, y eso es para mostrar una pequeña imagen de Cristo y de la Iglesia. La forma en que nos comportamos en nuestros matrimonios cristianos deberían ser una réplica del amor de Cristo por la Iglesia, y la sumisión de la Iglesia a Él. Por supuesto, nos quedamos cortos en cuanto a ello, pero debe ser nuestro objetivo.